Corrado, Alvarez, Morlio, Ortega.
El misterio de la familia Weasley 31 de octubre, noche de Halloween de 1985 en el misterioso pueblo de Shelbyville, en el condado de Bedford, perteneciente al estado estadounidense de Tennessee. Para esos tres amigos era la ocasión perfecta para entrar en la mansión de la familia Weasley o más conocida como la casa del horror. Se decían muchas cosas del por qué de aquel nombre, mucha gente del pueblo comentaba que aquella misma noche hace algunos 20 años atrás se había cometido el homicidio más terrorífico de aquella época, sin embargo todos evitaban hablar de esa familia…
Los Weasley eran reconocidos por ser unas de las pocas familias pertenecientes a la clase alta del pueblo. El señor Weasley era el presidente del banco central de Tennessee, y su esposa, procedente de una familia de doctores. Era una mujer sumamente elegante y creída, pelo corto y perfectamente enrulado, con unas cejas finas y mirada intimidante de ojos color miel, una nariz respingada y unos labios rojos que conformaban ese rostro tan distintivo y frío. Mientras que la pequeña Weasley, llamada Constance, era una niña de diez años que desprendía dulzura e inocencia a todo aquel que la conociera, con sus rizos dorados siempre sujetados con un listón en la parte de atrás de su cabeza y su mirada angelical color miel al igual que la de su madre. Siempre se la veía correteando con sus vestiditos rosados, medias blancas y unos zapatitos negros. Acompañada de su fiel amigo Rufus, un felino atigrado de pelaje marrón.
Harry, Francis y Jennifer estaban muy emocionados aquella noche, ya que tenían la esperanza de poder descubrir los secretos más oscuros de la mansión. Una vez disfrazados para salir a la calle a
pedir dulce o truco, arrancaron el recorrido
habitual que todos los años realizaban. Esa noche comenzaron por la casa de los Hills, que siempre los recibían con muchas golosinas y chocolates, dejando para el final lo mejor. Encaminados hacia la mansión con sus bolsas de caramelos comenzaron a tararear la canción de Freddy, en chiste, hasta que se toparon con la fachada de la 1
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escalofriante mansión. Estaban congelados, observando el lugar que tenía aspecto de haber estado abandonado y descuidado, estando rodeado por inmensos árboles sin hojas. Se notaban las maderas de la casa sobresalidas y hasta casi en mal estado por el paso de los años y el clima. Las ventanas de la casa, rotas, reflejaban la luz de la luna llena, lo que hacía esa noche de halloween mucho más tenebrosa. Se estaba acercando la medianoche y todos le habían prometido a sus padres estar de vuelta en sus casas para esa hora, pero, lo que sintieron en ese momento, fue una extraña sensación casi inexplicable que les hizo creer que esa noche, justo esa noche no iban a poder cumplir con el pedido de sus padres.
Mientras caminaban hacia esa puerta tan imponente, que siempre han querido atravesar, escucharon un triste maullido, lo que pareció haber sido de un gato, instintivamente giraron la cabeza hacia unas de las ventanas hechas añicos y pudieron divisar fugazmente el destello de un gato de pelaje marrón, pero fue solo por un instante ya que cuando miraron detenidamente, este se movió rápidamente. Decidieron adentrarse a la casa y ver adonde el felino había ido. Por lo que entraron, y en ese momento, luego de haber abierto la inmensa puerta, pudieron ver el interior, “al fin” pensaron internamente.
Lo que mas les llamo la atención fue la gran escalera en forma de caracol acompañada de una gigante alfombra roja. Divisaron al gato nuevamente, por lo que lo siguieron rápidamente causando que el animal se espantara. Este había desaparecido de nuevo, pero ellos ya estaban escaleras arriba, y supieron que no habia marcha atras.
Empezaron a husmear por los cuartos principales, todo se veía muy viejo y tétrico. Esas paredes con empapelados rotos y vintage, muebles viejos, espejos grandes y alfombras sucias. Al entrar a la habitación principal se percataron de una vieja pintura, rodeada de un marco de madera grueso, que parecía tener importancia ya que se encontraba ubicada justo en el medio de la habitación, por lo que, rápidamente, se pudieron dar cuenta de que, claramente era un retrato familiar de los Weasley. En esta, se mostraba a la madre junto con la pequeña que sostenía a 2
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un gato. Pudieron notar que era el mismo que habían visto hace unos minutos. Los amigos se asustaron y todo comenzó a tornarse muy oscuro. Se escuchaban ruidos y pasos por la casa, ya no sabían si era buena idea estar allí. Harry propuso que salieran de la casa lo antes posible, sin embargo, Jennifer mantenía que todo estaba en sus mentes, que nada malo les pasaría. El deseo de saber lo que realmente había pasado en esa casa fue más fuerte, estaban dispuestos a averiguarlo.
Harry, Francis y Jennifer decidieron seguir buscando en los cuartos algo que les pudiera dar información de lo sucedido con la familia Weasley. Francis, cuando buscaba en los cajones del tocador, encontró una carta de la señora Weasley que estaba dirigida al señor Weasley. Se notaba un poco vieja, desgastada y llena de pequeños hoyos como si hubiese sido quemada, en lo poco que se podía ver de esta, se leía lo siguiente: “perdón, nunca nadie va a entender por qué realmente lo hice…” no había más que eso. Se frustraron al no poder tener más información pero al mismo tiempo pensaron en lo raro que era el mensaje escrito en la carta, ¿Por qué habría de decir eso…? Mientras los tres continuaban pensativos, intentando comprender las palabras de la señora Weasley, se escucharon fuertes golpes provenientes de la puerta principal. Inmediatamente, bajaron las escaleras dejando atrás ese trance en el que se habían sumergido. Al cruzar la puerta para salir de la mansión, se toparon con sus padres, el comisario del pueblo y algunas patrullas. Estaban realmente confundidos, no lograban entender nada, qué había sucedido? Miraron al cielo y notaron que era de día. Todo se volvió aún más extraño al recordar que cuando entraron era de noche, alrededor de la media noche. Entonces, comenzaron a comprender la situación lentamente. Se dieron cuenta que al estar allí dentro, el tiempo había dejado de correr para ellos. Todo lo que habían vivido, se habían sentido como sólo quince minutos, sin embargo, al ver el rostro de sus padres pudieron notar que, claramente, en realidad habían pasado toda la madrugada dentro.
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Nunca se sabrรก lo que realmente esconde la misteriosa mansiรณn y los efectos que tiene en la gente que se atreve a entrar en ella, pero si algo es seguro, es que una vez que alguien entra, no vuelve a ser el mismo que era.
FIN
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