GARCÍA BURATTINI ABRIL GONALDI TATTA
MANUEL CAMILO

Su espanto f�e may�sculo cuando advir�ió, frente a la chimenea, un cráneo blanco con dos ojos en los que había quedado g�abada la danza de las leng�as de f�ego.
Su espanto f�e may�sculo cuando advir�ió, frente a la chimenea, un cráneo blanco con dos ojos en los que había quedado g�abada la danza de las leng�as de f�ego.