Vivienda social en México, arquitectura, sociedad y ¿ética?
La problemática que genera el mal desarrollo de la vivienda social en México, es un tema ante el cual se gira el cuello al ser mencionado seriamente ante instituciones y compañías pertinentes. La trascendencia del tema resulta innegable al contar con 45.5% de personas en condiciones de pobreza (Langner, 2015, 1) y un crecimiento urbano que exige cada vez más viviendas. El oportunismo adoptado por sectores privados y gubernamentales nos guía a un cuestionamiento sobre si el plan de desarrollo de viviendas para el sector menos favorecido es realmente la única alternativa ante la demanda de hogares para la clase baja. En el desarrollo de la vivienda social en México, la mala planeación urbana e inmobiliaria y la ausencia de diálogo provoca un atentado en contra de la dignidad humana, los derechos civiles y la ética planteada, casi por unanimidad, de los principios de la arquitectura. La ausencia de dialogo deriva en el desconocimiento de la condición real de los habitantes de la urbe y, por lo tanto, sus necesidades; la dignidad humana es desplazada al pasar por alto el derecho universal a la vivienda digna, derecho plasmado en distintas organizaciones mundiales y en la Carta Magna mexicana; los derechos civiles se ven acosados y atados a sus condiciones socioeconómicas que les limita a una rango de opción estrecho y la arquitectura se ve despojada de sus principios elementales de contribuir al buen desarrollo de la sociedad y exaltar la belleza del espacio. Palabras clave: arquitectura, sociedad, vivienda social en México, desarrollo urbano, ética, vivienda digna, espacios públicos, responsabilidad, ciudadanía. Una de las fallas principales en el desarrollo de viviendas de interés social es el aislamiento hacia la periferia de la zona metropolitana de las ciudades sin considerar las necesidades reales de los usuarios y las consecuencias a largo plazo que este distanciamiento provocará en la mecánica diaria de los habitantes.