Revista Viernes Año. I No. 10

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Motivos distintivos Los motivos principales de las diferentes denominaciones de los billetes guatemaltecos, del anverso y reverso, respectivamente, son: Q0.50, el héroe nacional Tecún Umán/Templo I de Tikal; Q1, general José María Orellana/edificio del Banco de Guatemala; Q5, general J. Rufino Barrios/alegoría a la enseñanza; Q10, general Miguel García Granados/ alegoría a la legislación; Q20, doctor Mariano Gálvez/ firma del Acta de la Independencia; Q50, licenciado Carlos O. Zachrisson/escena del corte de café; Q100; obispo Francisco Marroquín/ vista de la Universidad de San Carlos de Borromeo, en la Antigua; y Q200, compositores de música en marimba/ alegoría a la marimba. Modelo utilizado para la impresión de la moneda de 10 centavos. en la emisión de dinero. Dicho intento de reforma se vio frustrado por una serie de eventos políticos y económicos (como los derrocamientos de los presidentes Estrada Cabrera y Manuel Herrera). No fue sino hasta 1924, cuando el presidente José María Orellana invitó al profesor Kemmerer a visitar nuevamente el país, para que propusiera un plan de reforma financiera, que también sirvió de base para elaborar la propuesta impulsada por el economista guatemalteco Enrique Martínez Sobral, con el apoyo del ministro de Hacienda, Felipe Solares, y su sucesor Carlos O. Zachrisson. En noviembre de 1924 fue promulgada la Ley Monetaria de la República de Guatemala, que daba vida a la nueva unidad monetaria: el Quetzal, bajo el régimen del patrón oro clásico y con paridad frente al dólar de Estados Unidos. Se ordena redimir los billetes que circulaban, a un cambio de 60 pesos por quetzal, y retirar la circulación de billetes emitidos por los bancos privados en un plazo de 14 años.

“Chemas y centrales”

Como parte de la Primera Reforma Monetaria, en 1926 se funda el Banco Central de Guatemala y en el año siguiente comienza de nuevo la emisión de papel moneda, dando a luz los primeros billetes de Q1, conocidos como “chemas” en alusión al nombre “José María”, porque en los mismos está impreso el busto del presidente José María Orellana, igual que en las denominaciones de Q2, Q5, Q10 y Q20. De manera paradójica, los billetes inician a circular después de la muerte misteriosa del gobernante, en junio de 1926. También fue emitido un billete de Q100, pero nunca circuló. Cabe destacar que el Banco Central retomó el uso de colores para identificar las diferentes denominaciones que había sido implantado por el Banco Colombiano de Guatemala (1878) para evitar falsificaciones y ayudar a identificar las diferentes denominaciones, lo cual se mantiene hasta la fecha. Los “chemas” son piezas emblemáticas para la numismática por ser difíciles de coleccionar. Al asumir la presidencia Jorge Ubico, ahijado de Justo Rufino Barrios y acérrimo enemigo político de Ore-

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Billete de 100 pesos editado a principios del siglo XX. llana, ordenó cambiar el diseño de billetes. El nuevo circulante presentaba un quetzal sobre un pedestal a ambos lados del billete, por lo cual es conocido entre los numismáticos como “central”. En 1934 los “chemas” son retirados de circulación por orden presidencial. “Quien osara conservarlos y no cambiarlos por el nuevo diseño, podía ser objeto de persecución o encarcelamiento”, indica Pérez Longo. Si bien Ubico no alimentó su ego de manera explícita como sus antecesores (quienes imprimieron su busto en los billetes), algunos numismáticos consideran que dejó su huella en el papel moneda de Q5, tipo “central”, en cuyo reverso destaca el cinco en números romanos (V), dígito que identificó la vida y obra de Ubico porque significaba el número de letras de su nombre (Jorge) y de su apellido (Ubico).

Con identidad nacional

Como parte del nuevo orden social y económico, surgido con la Revolución de Octubre de 1944; en 1946, cuando era presidente Juan José Arévalo Bermejo, se funda el Banco de Guatemala, como parte de lo que considera la Segunda Reforma

Guatemala, VIERNES 15 de noviembre de 2013

La educación es el tema de los billetes de Q5.00.

Monetaria. Dos años después comienza la emisión de sus propios billetes, los cuales conservan las denominaciones y colores ya arraigados entre la población (hasta la fecha, inclusive) pero los diseños son sustituidos por elementos ciento por ciento nacionalistas. Asimismo, se incorpora el billete de Q100, que fue conocido como “cabeza amarrada”, en referencia a la efigie de un personaje indígena anónimo de Nahualá, el cual fue sustituido en 1970 por el busto de Francisco Marroquín. En 1967 se introduce al circulante el billete de Q50, en cuyo anverso se coloca el busto de José María Orellana y se le asigna el color anaranjado, que no se había utilizado desde 1948, cuando el Banco de Guatemala lo designó para diferenciar a los billetes de Q2. Asimismo, en 1998, se emite por última vez el billete de Q0.50, de color café, que salió a luz en 1933. A finales de la última década del siglo pasado se dejan de emitir los billetes de Q1 en sustrato de papel de algodón, para fabricarse en material sintético, conocido como sustrato de polímero. Con ello inicia una nueva etapa en la metamorfosis del papel moneda en Guatemala.


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