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The practice of death penalty La práctica de la pena de muerte

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4Allthecommunity

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What does it mean that our society allows state government to execute people?

Most of us don’t think very much about the death penalty. We avoid this conversation about because its grim reality makes us so uncomfortable.

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Last summer in North Kansas City, Officer Daniel Vasquez stopped Joshua Rocha because of an expired temporary tag. Without warning, Rocha shot and killed Officer Vasquez. Later that day Rocha turned himself in to the authorities. The court date is set for later this month.

It was such a senseless act of murder. When incidents like this happen, the effects are felt for many years, especially by friends and family of the victim.

Perhaps this is the most uncomfortable part about the death penalty conversation. We obviously show more concern and compassion for the victim and their family, rather than for the criminal. At the same time, if we as a society continue to punish people by execution, what does that say about us?

When this incident happened last summer, the prosecutor indicated that Rocha, if convicted, could face the death penalty or life in prison. If life in prison is already a possibility, how does it serve society to leave open the possibility of execution?

By Trinidad Raj Molina

¿Qué significa que nuestra sociedad permita que el gobierno estatal ejecute personas?

La mayoría de nosotros no pensamos mucho en la pena de muerte. Evitamos esta conversación porque su sombría realidad nos hace sentir muy incómodos.

El verano pasado en el norte de Kansas City, el oficial Daniel Vásquez detuvo a Joshua Rocha debido a una placa temporal vencida. Sin previo aviso, Rocha disparó y mató al oficial Vásquez. Más tarde ese día, Rocha se entregó a las autoridades. La fecha de la corte está fijada para finales de este mes.

Fue un acto de asesinato sin sentido. Cuando ocurren incidentes como éste, los efectos se sienten durante muchos años, especialmente en los amigos y familiares de la víctima.

Quizá ésta sea la parte más incómoda de la conversación sobre la pena de muerte. Obviamente mostramos más preocupación y compasión por la víctima y su familia que por el criminal. Al mismo tiempo, si nosotros como sociedad continuamos castigando a las personas con la ejecución, ¿qué dice eso sobre nosotros?

Cuando este incidente ocurrió el verano pasado, el fiscal indicó que Rocha, de ser declarado culpable, podría enfrentar la pena de muerte o cadena perpetua. Si la cadena perpetua ya es una posibilidad, ¿de qué sirve a la sociedad dejar abierta la posibilidad de una ejecución?

Some think it’s better for criminals to be executed rather than let them live off taxpayer money in prison. But actually, people on death row are not executed quickly. They could remain incarcerated for decades before their “final meal.” Maintaining the practice of the death penalty does not save us money.

More concerning is that Missouri is one of only six states today that still actively executes people in the U.S. Most other states seem to recognize that the practice does not deter crime and that it is increasingly unpopular in the eyes of the public.

More disturbing still is that historically there is a clear statistical bias in death penalty sentences. The majority of people sentenced have been poor people and people of color, and it’s mostly been Southern states –as well as states like Missouri– that have embraced the practice. In other words, the death penalty is clearly linked to racism, and people with more racial or economic privilege have escaped death sentences for essentially the same crimes. It’s time for Missouri to cease this inhumane practice. In the modern day there are other ways to punish grave criminal actions without state-sanctioned murder.

Algunos piensan que es mejor que los delincuentes sean ejecutados en lugar de dejarlos vivir en prisión a costa del dinero de los contribuyentes. Pero en realidad, las personas en el corredor de la muerte no son ejecutadas rápidamente. Podrían permanecer encarcelados durante décadas antes de su “última comida”. Mantener la práctica de la pena de muerte no nos ahorra dinero.

Más preocupante es que en la actualidad, Missouri es uno de los seis estados que aún ejecuta activamente a personas en EE.UU. La mayoría de los demás estados parecen reconocer que la práctica no disuade el crimen y que es cada vez más impopular ante los ojos del público.

Más inquietante aún es que históricamente existe un claro sesgo estadístico en las sentencias de pena de muerte. La mayoría de las personas sentenciadas han sido gente pobre y de color, y en su mayoría han sido los estados del sur, así como estados como Missouri, los que han adoptado la práctica. En otras palabras, la pena de muerte está claramente relacionada con el racismo, y las personas con más privilegios raciales o económicos han escapado a las sentencias de muerte esencialmente por los mismos delitos.

Es hora de que Missouri ponga fin a esta práctica inhumana. En la actualidad, existen otras formas de castigar acciones criminales graves sin el asesinato sancionado por el estado.

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