VOLUME 3, ISSUE 48, NOVEMBER 30, 2017 facebook.com/2mas2KC instagram.com/2mas2KC www.2mas2KC.com
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Expanding youngsters’ horizons Ampliando horizontes para los jóvenes Gonzalez & Lopez, college prep school exemplars
By Rita Sherrie
risto Rey Kansas City C is a Catholic college preparatory school that
does more than break the cycle of poverty through educating underprivileged youngsters for whom a topnotch secondary education would otherwise be outof-reach. “At Cristo Rey, students see career possibilities they never knew existed,” says Ted Koppen, who directs Cristo Rey’s unique corporate work study program. “That expands their horizons and helps them build a better dream for what they can become.” Each student works five days a month at a paid position in one of the school’s partner white-collar businesses or institutions. Student earnings are applied to their tuition. “Work study generates about half the cost of their education, and we ask parents to pay something,” Koppen says. The program exposes students to the working world where they learn how to communicate with professional adults, acquire and hone important skills and build self-confidence. And navigating in a business setting authenticates in very practical and human terms the relationship between a college education and better options for life and career. Cristo Rey juniors, Kevin Gonzalez and Jimena Lopez are making the most of the experience. “They’re outstanding young people, outstanding workers,” Koppen says. Gonzalez is in his third year at Children’s Mercy Hospital. It’s a good fit. The 16-year-old aspires to be a pediatric physician. “Working at Children’s Mercy opened me up to a future career,” he says. Students don’t pick their work situations but indicate to Cristo Rey what their interests are. “Kevin is bilingual and has a certain level of maturity and social skills,” Koppen says. Among Gonzalez’s hospital responsibilities are translating and helping staff the volunteer, philanthropy and guest services offices. Gonzalez, whose parents, Elizabeth and Renteria came from Camargo, Chihuahua, Mexico, is fluently bilingual. His ability to provide simultaneous translation has been a valuable asset. Assisting Spanish-speaking patients and their families is a most gratifying part of his job. “They’re always relieved that someone understands them,” he says. The middle of three children, Gonzalez will be the first member in his immediate family to attend college. Outside school
Kevin y Jimena, modelos de la escuela de preparación para la universidad risto Rey de Kansas City es una C escuela preparatoria católica que hace más que romper el ciclo de la
pobreza mediante la educación de jóvenes desfavorecidos para quienes una educación secundaria de primer nivel estaría fuera de su alcance. “En Cristo Rey, los estudiantes ven posibilidades de carrera que nunca supieron que existían”, dice Ted Koppen, quien dirige el exclusivo programa de estudio y trabajo corporativo de Cristo Rey. “Eso amplía sus horizontes y les ayuda a construir un mejor sueño para lo que pueden llegar a ser”. Cada estudiante trabaja cinco días al mes en un puesto remunerado en uno de los negocios o instituciones de “cuello blanco” asociados con la escuela. Los ingresos de los estudiantes se aplican a su colegiatura. “El estudio y trabajo genera aproximadamente la mitad del costo de su educación y les pedimos a los padres que paguen algo”, informa Koppen. El programa expone a los alumnos al mundo laboral donde aprenden cómo comunicarse con adultos profesionales, adquieren y perfeccionan habilidades importantes y desarrollan la confianza en sí mismos. Y navegar en un entorno empresarial valida en términos muy prácticos y humanos la relación entre una educación universitaria y mejores opciones para la vida y la carrera. Los alumnos de onceavo grado de Cristo Rey, Kevin González y Jimena López están aprovechando al máximo la experiencia. “Son jóvenes destacados y trabajadores sobresalientes”, indica Koppen. González está en su tercer año en el hospital Children’s Mercy. Es una buena combinación. El joven de 16 años aspira a ser un pediatra. “Trabajar en Children’s Mercy me abrió para una carrera futura”, dice. Los estudiantes no escogen sus situaciones de trabajo, pero le indican a Cristo Rey cuáles son sus intereses. “Kevin es bilingüe y tiene cierto nivel de madurez y habilidades sociales”, señala Koppen.
hours, he babysits, enjoys his dogs and occasionally tickles the ivories. He appreciates classical music. “I’ve learned a lot of different skills at Cristo Rey,” Gonzalez says. “My work experience helps me develop those skills and put them to good use.” For Jimena Lopez, it was the work study program that lured her to Cristo Rey. “The idea of being able to work in high school at a professional setting intrigued me,” she says. Three dissimilar placements have afforded her a diverse intern experience. The Wisconsin-born 16-year-old supervised tots at El Centro Academy for Children and performed various tasks at Saint Luke’s Hospital. This year, she’s with IT staffing firm, TriCom Technical Services. “I enjoy the work and the people,” she says. “They’re really generous. If I don’t understand something, they help me through it. I really appreciate that.” The younger of Consuelo and Guillermo’s two daughters, Lopez is shopping colleges but hasn’t chosen a major. “I want to study interior design, but I also want to look into other careers because many students change their majors during college,” she says. Between academics and helping her parents at home and in their small business and caring for five pets, she has little leisure time, but she makes creative use of it. Lopez designs and handcrafts home decorations and gifts from disused, everyday household objects. Her parents immigrated to the U.S. from Jesús María, Jalisco, Mexico in order to “give their children a good life.” Lopez is grateful. “I’m glad to be going to Cristo
Rey,” she says. “I’ve learned so much, and because of Cristo Rey and the work study program, I’ve grown as a person.”
Entre las responsabilidades del hospital de González está traducir y ayudar al personal de las oficinas de voluntariado, filantropía y servicios para huéspedes. González, cuyos padres, Elizabeth y Rentería vinieron de Camargo, Chihuahua, México, es fluidamente bilingüe. Su capacidad para proporcionar traducción simultánea ha sido un recurso valioso. Asistir a los pacientes hispanoparlantes y sus familias es una parte muy gratificante de su trabajo. “Siempre se sienten aliviados de que alguien los entienda”, refiere. El mediano de tres hijos será el primer miembro de su familia inmediata en asistir a la universidad. Fuera del horario escolar, él cuida niños, disfruta de sus perros y ocasionalmente toca el piano. Él aprecia la música clásica. “He aprendido muchas habilidades diferentes en Cristo Rey. Mi experiencia laboral me ayuda a desarrollar esas habilidades y hacer un buen uso de ellas”. Por su parte, Jimena López comentó que fue el programa de estudio—trabajo lo que la atrajo a Cristo Rey. “La idea de poder trabajar en la preparatoria en un entorno profesional me intrigó”, dice. Tres ubicaciones diferentes le han brindado una experiencia interna diversa. La joven de 16 años nacida en Wisconsin supervisó a infantes en la Academia para Niños de El Centro, realizó diversas tareas en el Hospital Saint Luke’s. Este año, ella está con la firma de personal de IT, TriCom Technical Services. “Disfruto del trabajo y la gente. Ellos son realmente generosos. Si no entiendo algo, me ayudan a superarlo. Realmente aprecio eso”. La menor de las dos hijas de Consuelo y Guillermo está viendo universidades pero no ha elegido una especialización. “Quiero estudiar diseño de interiores, pero también quiero ver otras carreras porque muchos estudiantes cambian sus carreras durante la universidad”, comenta. Entre sus estudios académicos y ayudar a sus padres en el hogar y en su pequeño negocio y cuidar a cinco mascotas, tiene poco tiempo libre, pero lo usa de forma creativa. Ella diseña y hace decoraciones y regalos para el hogar de objetos domésticos que no se usan en el hogar. Sus padres emigraron a Estados Unidos de Jesús María, Jalisco, México, para “darles una buena vida a sus hijos”. Ella está agradecida. “Me alegra ir a Cristo Rey. He aprendido mucho, y gracias a Cristo Rey y al programa de estudio—trabajo, he crecido como persona”.