EL CUENTO DEL GRIAL Chretien de Troyes NOTA PRELIMINAR Escasos son los datos que poseemos sobre la personalidad de ChrĂ©tien de Troyes, de cuya obra literaria se conservan cinco extensas novelas de atribuciĂłn segura: Erec, CligĂ©s, Li chevaliers au lion (titulada tambiĂ©n Yvain), Li chevaliers de la charrete (a la que a veces se da el tĂtulo de su protagonista, LĂĄncelot) y Li contes del Graal. Con cierta verosimilitud se le atribuye tambiĂ©n otra novela de carĂĄcter caballeresco y piadoso, Guillaume d'Angleterre (de la que existe una traducciĂłn en prosa castellana del siglo XIV), y una adaptaciĂłn de una fĂĄbula ovidiana sobre el mito de Filomela. De las seis poesĂas lĂricas que los cancioneros adscriben a ChrĂ©tien de Troyes, dos son con seguridad obra de nuestro escritor. Ăste, por otra parte, confiesa, en los versos iniciales del CligĂ©s, haber traducido los Remedia Amoris y el Ars amatoria de Ovidio y compuesto una narraciĂłn sobre el mito de TĂĄntalo y PĂ©lope (sin duda basado en las Metamorfosis ovidianas), y un relato sobre "el rey Marc e Iseut la rubia", o sea la leyenda de TristĂĄn, todo lo cual se ha perdido. Teniendo en cuenta las personas a las que dedica sus obras, llegamos a la conclusiĂłn de que la producciĂłn de ChrĂ©tien de Troyes debiĂł de desarrollarse entre los años 1159 y 1190. Se trata, pues, de un escritor de la segunda mitad del siglo XII que, como los hombres de cultura de su tiempo, posee una sĂłlida preparaciĂłn clĂĄsica, puesta de manifiesto no tan sĂłlo en sus versiones de los tratados erĂłticos de Ovidio y en sus adaptaciones de fĂĄbulas mitolĂłgicas, sino tambiĂ©n en buen nĂșmero de detalles retĂłricos y estilĂsticos que aparecen en su obra. Todas las novelas de ChrĂ©tien de Troyes conservadas estĂĄn escritas en verso: en pareados de ocho sĂlabas (nueve, contando a la castellana) de rima consonante, forma que desde mediados de aquel siglo habĂa adoptado la narrativa francesa culta, tan distinta de la narrativa tradicional de las gestas. Antes de ChrĂ©tien de Troyes los narradores franceses cultos, precursores y creadores del romĂĄn, o sea de la novela, habĂan empleado los pareados octosilĂĄbicos en sus versiones de obras clĂĄsicas (la Tebaida de Estado, la Eneida, algunas fĂĄbulas tomadas de las Metamorfosis de Ovidio, etc.) y en la famosa traducciĂłn de la Historia regum Brittanniae, de Godofredo de Monmouth, hecha por Wace y titulada RomĂĄn de Brut. Esta traducciĂłn, que ChrĂ©tien de Troyes revela conocer bien, habĂa contribuido a poner de moda en los ambientes cultivados y aristocrĂĄticos el mundo fantĂĄstico del fabuloso rey ArtĂșs de Bretaña y de los caballeros de la Tabla Redonda, recogiendo viejas leyendas bretonas, pero estructurĂĄndolas en una narraciĂłn que pretendĂa ser histĂłrica. Son de tema artĂșrico algunas de las narraciones breves que, antes o contemporĂĄneamente a ChrĂ©tien, habĂa escrito, tambiĂ©n en verso octosĂlabo, MarĂa de Francia y que suelen titularse Lais, y artĂșricas son las cinco novelas conservadas de nuestro escritor, aunque el CligĂ©s sĂłlo parcialmente, pues su trama principal tiene carĂĄcter bizantino. Li chevaliers de la charrete, o Lancelot, estĂĄ dedicado por ChrĂ©tien a su señora, la condesa MarĂa de Champagne, hija de Luis VII de Francia y de Leonor de Aquitania, y esposa del conde Enrique de Champagne, que solĂa residir en su palacio de Troyes, capital del condado, y, sin duda, ciudad en la que habĂa nacido nuestro escritor. Tanto MarĂa de Champagne como su madre Leonor de Aquitania desempeñaron un papel importantĂsimo en el florecimiento de la literatura llamada cortesana y contribuyeron a instaurar en Francia los hallazgos y las novedades de la poesĂa de los trovadores, de suerte que la aventura caballeresca se uniĂł al sentimentalismo amoroso, uniĂłn que constituye una de las caracterĂsticas de la novela del siglo XII. Pero ChrĂ©tien de Troyes no se limitĂł, en sus novelas, a la escueta narraciĂłn de una peripecia caballeresca, con sus lances heroicos, sus episodios "maravillosos y la exaltaciĂłn de las virtudes militares de unos seres extraordinarios, ni se ciñó a dotar a la aventura de un contenido amoroso y a bosquejar