JOSE MARÍA IPARRAGUIRRE, UNA CRÓNICA PARA EL RECUERDO

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JOSÉ MARÍA IPARRAGUIRRE (Una crónica para el recuerdo)

José Ángel Igarzabal


agurra - SALUDA 1820ko abuztuaren 12an jaio zen Alzola Etxean Jose Mari Iparragirre Balerdi, garai hartan Villareal de 2020 Urrechuako Kale Nagusian. Musikaria, musikagilea, kantaria eta bidaiaria, eta haren itzala gaur egunera arte iritsi da. Azken hilabeteotan omendu nahi izan dugu. Jaio eta 200 urtera, bere oroitzapenak, hainbeste ekitaldi bertan behera utzi dituen koronabirusa garaitzeaz gain, urretxuarrak eta kanpotarrak, miresle eta kritikariak, sortzaileak, historialariak eta bere irudiaren inguruan bera bezalako pertsona kezkatuen beste hainbat eta hainbat lagun bildu ditu. Topaketa hauetatik sortu dira esku artean dugun hau bezalako proiektuak, Iparragirreren bizitzan zeharreko bidaia paregabea, non istorio ezagunak aurkituko dituzun xehetasun ezezagunekin, ziur aski Urretxuko bardo unibertsalaren bizitzarekiko duzun jakin-mina eta interesa piztuko dutenak. Orrialde hauen bidez, gaur egun hunkitzen gaituzten eta, seguru, etorkizuneko belaunaldiak ere hunkituko dituen euskaldun ba­ ten bizitzaren alderdi bereziak deskubritzera gonbidatzen zaitut. Iparragirreren jaiotzaren

200. urteurrena

Un 12 de agosto de 1820 nacía en Alzola Etxea, en la antigua Calle Mayor de la entonces Villarreal de Urrechua, Jose Mari Iparragirre Balerdi. Músico, compositor, cantante y viajero cuya sombra llega hasta nuestros días y a quien hemos querido homenajear a lo largo de estos últimos meses. 200 años después de su nacimiento, su recuerdo, además de vencer al coronavirus que tantos actos se ha llevado por delante, ha reunido a urretxuarras y forasteros, admiradores y críticos, creadores, historiadores y un largo etcétera de personas inquietas como él alrededor de su figura. De estos encuentros han surgido proyectos como éste que tenemos entre manos, un viaje único a través de la vida de Iparragirre, donde encontrarás historias conocidas con detalles desconocidos que a buen seguro encenderán tu curiosidad e interés por la vida del bardo universal de Urretxu. Te invito a descubrir a través de estas páginas aspectos singulares de la vida de un vasco cuyas canciones siguen emocionándonos y, seguro, seguirán haciéndolo a las generaciones futuras.

URRETXU

Jon Luqui Albisua. Urretxuko alkatea Alcalde de Urretxu

UN RECUERDO Es mi deseo dejar patente el emocionado recuerdo hacia mi abuelo Juan José Belaustegui Iturbe, laureado mú­sico que puso luz desde sus sólidos conocimientos musicales en la defensa de José María Iparraguirre como autor del Gernikako Arbola y, asimismo, glosó la obra del inmortal bardo a quien llevó siempre dentro de su corazón. Ante la conmemoración del segundo centenario del nacimiento de Iparraguirre considero oportuno resaltar que Belaustegui trabajó con todo entusiasmo en su condición de Secretario de la Comisión del primer centenario y como miembro del jurado del certamen de bandas de música convocado con tal motivo. 2

IPARRAGUIRRE: Una crónica para el recuerdo


EL AUTOR: JOSÉ ÁNGEL IGARZABAL

Índice

José Ángel Igarzabal (Zumarraga, 1942) ha sentido desde siempre una especial afección hacia la figura de José María Iparraguirre influenciado por su abuelo, Juan José Belaustegui, del que conserva el busto recogido en esta página, obra de Celestino Hogú, quien regentó en Urretxu un taller de escultura. Vinculado al periodismo durante toda su trayectoria, en la que ha trabajado en medios como El Pensamiento Navarro, La voz de España, Unidad, Radio Nacional de España, Agencia EFE o Segura Irratia, Igarzabal quería, al igual que su abuelo, ofrecer su granito de arena a la memoria del autor del Gernikako Arbola en el 200º Aniversario de su nacimiento. El presente trabajo es una recopilación de datos y curiosidades extraídos de recortes de prensa y libros propios o heredados de su abuelo que ofrece a sus vecinos de Zumarraga y Urretxu para que, al igual que él puedan sentir “con viveza la grandeza de Iparraguirre”.

Nacimiento de Iparraguirre.................... 4 El regreso de Iparraguirre...................... 4 Ante la muerte de Iparraguirre.............. 6 Una estrofa inédita en Gernika.............. 9 Ópera “Iparraguirre” ............................. 9 Inauguración de la estatua.................... 11 Recordando desde Uruguay................. 20 Los tristes sucesos de 1893.................. 21 La guitarra de Iparraguirre................... 24 La Marsellesa ante la estatua............... 25 I Centenario del nacimiento................. 26 La poesía vasca honra a Iparraguirre... 31 I Centenario del Gernikako Arbola...... 34 Autoría del Gernikako Arbola............. 39 Antología lírica “Iparraguirre”............ 40 Homenaje de Patxi Andión.................. 41 El “Grupo Iparraguirre”....................... 42 Homenaje del Dantzari-Txiki Eguna... 42 I Centenario del regreso....................... 43 El proyecto del mausoleo.................... 47 I Centenario de la muerte.................... 48 Homenaje de Víctor Manuel Núñez.... 54 Madrid recuerda al bardo..................... 55 ¿Gernikako Arbola, himno oficial?...... 55 Homenaje de Gontzal Mendibil........... 58 Recuerdo a Iparraguirre en fiestas....... 61 “Iparragirre, raíz y viento”.................. 62 Oskorri canta a Iparraguirre................. 64 La Romería de Urkiola........................ 66 La estatua de Gernika.......................... 67 Ezpatadantza al Gernikako Arbola...... 68 “Kantuz Eguna”................................... 68 Homenaje de la Quincena Musical...... 69 Homenaje de la Diáspora Vasca.......... 70 Iparragirre Sariak................................. 70 Punto final............................................ 73

DEDICATORIA Este modesto trabajo está redactado con el corazón y con tal sentimiento lo dedico a mis nietos Izar y Lur Igarzabal Goenaga junto a esta estrofa correspondiente a la letra escrita por Gregorio María Uria “Aizeerrota” para el zortziko “Gernikerantz...” con música de Blanca Díaz Caballero (año 1934). Urretxindorra dago Guernikako arbolan Ezan ezaten dago Bere kantu onian

“Gerrarik nai ez degu Pakea betiko Gure lege zuzenak Eman maitatzeko”

Autor: José Ángel Igarzabal Diseño y maquetación: ZUM Edizioak Patrocinador: Urretxuko Udala / Ayuntamiento de Urretxu Impresión: Leitzaran Grafikak José Ángel Igarzabal 3


NACIMIENTO DE IPARRAGUIRRE

EL REGRESO DE IPARRAGUIRRE

Jose María Iparraguirre nace el 12 de agosto de 1820 en el número 10 de la calle Mayor de Urretxu, en cuya planta baja su padre tiene una confitería. En el Libro de Bautismo de la iglesia parroquial puede leerse: “En trece de agosto de mil ochocientos veinte bauticé a José María, que nació ayer noche, hijo legítimo de José Agustín Iparraguirre, natural de Idiazabal, y Manuela Francisca de Balerdi, natural de Gaviria, nieto por línea paterna de Miguel Ignacio de Iparraguirre y Francisca Ignacia de Aramburu, naturales de Idiazabal, y por la materna de Juan Ignacio Balerdi y Clara Antonia de Escorta, naturales de Gaviria y fueron sus padrinos Jose María de Iparraguirre y Maria Ignacia de Escorta, vecinos de Segura, a quienes avisé del parentesco espiritual y la obligación de instruirle en la doctrina cristiana, en cuya certificación firmo yo, el vicario, don Domingo Paulino de Izaguirre.”

El regreso de Iparraguirre llega a feliz término debido a una hermosa empresa iniciada por un grupo de entusiastas, encabezado por los gazteitarras hermanos Becerro de Bengoa. Cuando se tenía la impresión de que Iparraguirre había fallecido, los Becerro de Bengoa se interesaron por el paradero del cantor de los Fueros vascos y sus gestiones se vieron coronadas por el éxito. En un pueblecito de Uruguay y de forma mísera vivía con su familia el gran poeta euskaldun. Enseguida se inician las gestiones de ayuda económica y se recauda una cantidad para que el autor del “GernikakoArbola” pueda retornar a su tierra. Iparraguirre, dejando a los suyos, se pone en camino con la ilusión de traer cuanto antes también a su familia. El 20 de octubre de 1877 desembarca en Burdeos. Pasada la frontera, Jose María Iparraguirre recibe numerosas atenciones en Donostia y otras localidades del Territorio Histórico.

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En su pueblo natal, Urretxu, es recibido con el natural entusiasmo. En Vitoria-Gasteiz le es ofrecido un cálido homenaje por parte de la Tertulia Vitoriana, sin cuyo concurso es posible que Iparraguirre jamás hubiera podido ver cumplidos sus deseos de retorno a Euskal Herria. En Madrid interviene en un festival en beneficio de las familias de 300 arrantzales ahogados al desencadenarse en el mar una fuerte galerna y en el Teatro Real con el concurso de Gayarre recibe un homenaje de los vascos residentes en la Villa y Corte. Pasadas estas jornadas de enorme júbilo el bardo eúskaro en su noble corazón siente el desengaño, y es que su problema económico no se soluciona. En torno a esta cuestión, Pedro de Egaña (1), desde Zestoa, donde reside, escribe un artículo que es insertado en “El Noticiero Bilbaíno” de fecha 4 de noviembre de 1879. De entrada señala: “Siempre fue mi opinión manifestada a cuantos de palabra o por escrito me han consultado acerca del particular, que el porvenir y la suerte de ese inspirado y entusiasta cantor de nuestras santas costumbres y seculares libertades, no debía dejarse a la iniciativa particular, eventual e insegura, y casi siempre mezquina en sus resultados, sino que debía constituir una obligación sagrada del país, representado por las autoridades provinciales de las cuatro hermanas.” Egaña recuerda: “Así se hizo en otro tiempo con el anciano Iztueta, a quién la Diputación de Guipuzcoa colocó modestamente por toda su vida en unas de sus dependencias; y así creo yo que debiera hacerse por las autoridades provinciales de las cuatro hermanas puestas previamente de acuerdo, sobre el medio mejor de llevar a cabo un pensamiento que todo el mundo aprueba, y cuyo fracaso imprimiría una mancha eterna sobre nuestros sentimientos y carácter. No hace un año que la Diputación de Guipuzcoa pensionó con una fuerte suma a cierto joven de Arrona,

de buena y fresca voz, para que pudiera perfeccionar su educación musical en Italia. No lo repruebo; todo lo que sea estimular y ayudar a la juventud inteligente y desvalida me parece laudable, pero lo que se ha hecho con el sr. Trabadelo ¿no puede y debe hacerse con el insigne bardo que hace treinta años está cantando nuestras glorias pasadas y llorando sobre nuestras desdichas presentes?. El favor dispensado al sobrino del cura de Arrona es un servicio de carácter personal, ventajoso para el interesado, pero del que ningún provecho ha de sacar el país. Lo que éste haga con el Señor Iparraguirre será el pago de una deuda sagrada de gratitud y la recompensa de servicios de inestimable precio prestados a toda la familia eúskara.” Y concluye Egaña el escrito con este ruego: “Mientras tanto, se abra en las cuatro provincias una suscripción, sea popular, sea limitada a las personas más pudientes de ellas, para asegurar al Sr. Iparraguirre un recurso mensual decoroso con que pueda atender a sus necesidades.” Por fin, en 1880, las Diputaciones de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba le conceden una pensión conjuntamente de 110 pesetas mensuales (Gipuzkoa y Bizkaia 40 pesetas cada institución y Araba 30). Un año más tarde fallecería en el caserío Zozabarro el autor del himno al Roble de Gernika.

(1).- Pedro de Egaña y Díaz del Carpio (Vitoria-Gasteiz 1803 - Zestoa 1885). fue Senador vitalicio y en el reinado de Isabel II, Ministro de Gracia y Justicia y de Gobernación. También desempeñó el cargo de Diputado General de Araba y el de Diputado en las Cortes por Gipuzkoa. Como periodista fundó y dirigió “La España”, periódico editado en Madrid de 1848 a 1868. José Ángel Igarzabal 5


ANTE LA MUERTE DE IPARRAGUIRRE lo que posee a su buena esposa e hijos. En tan En relación al fallecimiento de Iparraguirre incluimos por su interés la carta firmada por Joaquín Castañeda y publicada en “La Unión Vasconavarra”. Está fechada en Zumarraga a 9 de abril de 1881: “Muy señor mío y amigo: Comprendiendo que los lectores de su periódico desearán conocer en sus detalles lo ocurrido en la muerte de nuestro inolvidable Iparraguirre, me apresuro a comunicarle los pormenores del suceso que hoy lamenta el país euskaro. Quince días antes del fallecimiento, Iparraguirre había cenado en el caserío donde habitaba, con un sargento primero de miqueletes y otro individuo del Cuerpo. El sargento se sintió indispuesto al otro día y falleció en Beasain a las 48 horas. Esta desgracia, unida a la indisposición que también sobrevino a Iparraguirre, hizo nacer en el vulgo la sospecha de que en la cena debía haber alguna sustancia nociva que produjo el envenenamiento de ambos. Pronto se desvaneció el rumor al pensar en la acrisolada honradez de la familia que ocupa el caserío donde vivía Iparraguirre. Por otra parte, lo infundado de la sospecha quedaba demostrado con sólo tener en cuenta el perfecto estado de salud en que continuaban y por fortuna siguen el miquelete y otras personas que habían participado en la cena. Y por último, para que no pudiese quedar ni siquiera sombra de duda, la ilustrada opinión de los aventajados profesionales de medicina de Beasain, Gaviria, Zumarraga y cirujano de Ormaiztegui que tanto se interesaron en depurar la verdad vino a poner en claro que la verdadera causa de la muerte de Iparraguirre y el sargento de miqueletes fue un enfriamiento que ocasionó en ambos desgraciados una fuerte pulmonía. Cuatro días antes de fallecer Iparraguirre, recibió los sacramentos y testó legando todo 6

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tristes actos, intervinieron los señores vicarios de Ichaso y Ezquioga y algunos testigos. Aunque Iparraguirre tenía algunos fondos economizados sobre la cantidad que las Diputaciones hermanas le asignaban, no me pareció prudente hacer de ellos ningún uso, deseando conservarlos íntegros a disposición de la familia del finado, como en su última voluntad determinara éste. Fácil me fue poder hacerlo así, pues, por fortuna, la sociedad Euskalerria de Bilbao, cuyo ardiente patriotismo no reconoce límites, apenas supo el fallecimiento de nuestro popular poeta, por medio de un telegrama me autorizó con el más generoso desprendimiento a que dispusiera de sus fondos para atender a los gastos que en tales condiciones se originan. Como amigo del inspirado autor del Guernicaco Arbola y como buen vascongado, cúmpleme consignar aquí el testimonio solemne de mi gratitud por el generoso rasgo de la sociedad Euskalerria de Bilbao, que tan alto habla en favor de sus nobles sentimientos y del interés con que mira todo lo que atañe a la gloria del solar euskaro. Merced a la noble espontaneidad con que la Euskalerria se apresuró a ofrecerme los recursos necesarios, Iparraguirre conforme él deseara podrá dormir el sueño eterno en el mismo punto donde vio luz del día, habiéndosele tributado los últimos homenajes de una manera decorosa y digna. Para que así fuese, celebré una conferencia con el vicario de esta villa, manifestándole que no reparara en gastos e hiciera funerales de primera clase. Al día siguiente fui a San Sebastián y, enterando verbalmente al Sr. Gobernador de lo que ocurrió, obtuve la autorización necesaria para la traslación del cadáver a Villarreal. Durante mi ausencia, el Vicario de este pueblo, dispuso se hiciese la caja mortuoria y un hábito de San Francisco para el


finado, entretanto el cadáver de Iparraguirre hallábase velado por la amable familia con quien había vivido y por su íntimo amigo y compañero, el cantor navarro Zubiria, que al saber la triste noticia, acudió inmediatamente, traspasado de pena a Sosabarro. Al día siguiente y siete de la mañana envié un carruaje para traer el cadáver al puente que separa Villarreal de Zumarraga; junto a los restos mortales del cantor de las montañas iba Zubiria llorando amargamente. Cuando el joven Morea (inspirado autor del drama Beotibar) y yo llegamos en otro coche al indicado puente, hallamos allí al clero con la cruz alzada, el teniente alcalde de Villarreal, que presidió el duelo, y muchísima gente de los contornos que deseaba rendir tributo de respeto y cariño a la memoria de Iparraguirre. Inmediatamente, y asistiendo numerosa concurrencia, se celebraron los funerales y el entierro. La circunstancia de llegar el tren expreso con cuatro horas de retraso fue causa de que no pudiese presidir la ceremonia el señor D. Julián Quiroga e Iparraguirre, sobrino del finado y Diputado Provincial de Alava, que acudió desde Vitoria con dicho objeto. Este señor, persona dignísima y que profesaba a su tío el más vivo afecto, iba hondamente contristado, pues se había visto sorprendido con la fatal noticia. Imposible es expresar la pena que le embargaba, considerando que por no haber sabido él nada de la enfermedad de Iparraguirre, no había habido un pariente cercano que cumpliera con el piadoso deber de recoger el último aliento y cerrar los ojos del malogrado vate. Apenas llegó a ésta, vino llorando a mi casa, y cuando le enteré de todo nos dirigimos juntos al caserío de Sosabarro, a fín de dar las gracias a la honradísima familia que lo habita y demás personas que habían tenido ocasión de manifestar su cariño a Iparraguirre. Aquella

misma tarde, después de celebrar una conferencia con el vicario de Ezquioga, regresó a Vitoria. ¿No creeVd., señor Director, que debería apelarse al país para levantar un modesto panteón al hombre que tan profundo amor por la tierra eúskara ha revelado en sus inmortales canciones y que sólo ha vivido para cantar las glorias de su patria y las alegrías, los dolores y las esperanzas de sus hermanos?. Dispénseme que le haya molestado con tan larga carta y disponga como guste de su afectísimo amigo y S. S. Q. B. S. B. Joaquín de Casañeda” El lunes 11 de abril de 1881 se puede leer en el mismo rotativo donostiarra (La Unión Vasconavarra): “A pesar del precario estado en que se encuentra, al tener noticia de la gravedad en que se hallaba el cantor de las libertades vascongadas D. José M. de Iparraguirre, su antiguo compañero de fatigas el bardo popular D. José Zubiria, salió para Zumarraga la mañana del miércoles, deseanJosé Ángel Igarzabal 7


do asistir en sus últimos momentos al antiguo amigo, al inseparable compañero. Desgraciadamente llegó tarde, pues al entrar Zubiria en el caserío Sosabarro, Iparraguirre había ya dejado de existir. Pudo, no obstante, contemplar su cadáver, velarle durante la última noche de su presencia en este valle de lágrimas, y acompañarle al siguiente día, solito con él en el mismo coche que lo conducía a Villarreal, donde se verificaron los funerales, en los que fue invitado a formar parte del duelo. De esta forma ha pagado Zubiria su último tributo al que durante muchos años fue su compañero de glorias y de fatigas.” Otro testimonio concerniente a los momentos finales de la vida de Iparraguirre narra José de Arteche en su libro “Caminando”. Hace referencia a lo que le contó su abuelo como testigo notarial. El escritor describe la escena, patética por cierto, de esta manera: “Mi abuelo penetró en la habitación del caserío donde Iparraguirre agonizaba. En la pared, a la cabecera de la cama, colgaba una corona, de plata al parecer, un premio obtenido en algún certamen poético seguramente. El entorno del cuarto completábanlo, amén de los cuadros religiosos, una multitud de medallas y recuerdos igualmente de propiedad del bardo. Para los dueños de caserío Zozabarro Iparraguirre no era más que un hombre que había estado en América, un “indiano”, sencillamente. Para ellos, el poeta no contaba. Sabíanle casado y con la mujer y los hijos en tierra americana, y pensaron en la conveniencia de llamar a quien diese fe de su postrera voluntad a fin de que su familia no resultara perjudicada por una imprevisión. La familia de Iparraguirre, y, además -entiéndase bien- la familia del caserío Zozabarro. Porque a los testigos les tocó presenciar una escena cruel y tragicómica. La “echecoandra” de Zozabarro acercóse al lecho repitiendo ansiosamente al oído del moribundo una apremiante súplica: “Ogei duka 8

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bat ba Joxe Mari...! Ogei duka bat ba...!” (¡Siquiera una onza José Mari...! ¡Siquiera una onza...!). ¿Qué había para que aquella mujer expresara tal deseo de manera tan indelicada y en un momento tan impropio?. Indudablemente, un motivo muy sencillo, muy prosaico, Iparraguirre no debía de estar al corriente de su pensión en el caserío. Esta era la fundada sospecha de mi abuelo. Iparraguirre se pasó la vida cantando. Nunca curó de su imprevisión. A última hora, al igual que los gorriones, se cobijó en nido ajeno. Por el alquiler se le dió un ardite. El notario apresuró su labor inquiriendo del moribundo si constituía heredera de sus bienes a su esposa residente en América. Sin fuerzas siquiera para terminar la palabra vasca afirmativa, Iparraguirre respondía maquinalmente: Ba...Ba... (Sí... sí...). Me acuerdo todavía perfectamente cómo vocalizaba esta palabra mi abuelo, imitando a Iparraguirre moribundo. Solía añadir que éste tenía los labios hinchados.” El fallecimiento de Iparraguirre tiene su eco en el marco oficial. Así, La Diputación de Gipuzkoa con fecha de 9 de abril de 1881, adopta el siguiente acuerdo: “Asociándose la Diputación al sentimiento legítimo y unánime que ha causado en el país el fallecimiento del excelente vascongado y popular bardo D. José María de Iparraguirre, acuerda se haga constar en acta que se ha enterado de esta irreparable pérdida con el más profundo pesar, y encarga a la comisión provincial que para honrar y perpetuar la memoria del insigne cantor de las libertades euskaras, mande colocar en el lugar sagrado en que descansan sus preciados restos mortales, un modesto recuerdo que perpetúe sus virtudes cívicas, como débil recompensa a sus incesantes trabajos de propaganda de la música y poesía vascongadas y en testimonio del gran cariño y merecida estimación que siempre le dispensó el país.”


Por otra parte, Antonio Arzac (2) dirige al ayuntamiento donostiarra esta instancia: “Excmo. Ayuntamiento de esa Ciudad, Iparraguirre ¡ha muerto!, pero el sentimiento que al recuerdo de su glorioso nombre se despierta en todo corazón bascongado nunca morirá, ni nunca debe entibiarse. Con este fin, acuerde V.E. por unanimidad que una de las calles en construcción ostente aquel nombre imperecedero. De lo contrario no nos llamemos Euskaldunak. Dios guarde a V.E. Muchos años. Ategorrieta, siete de abril de mil ochocientos ochenta y uno. Antonio Arzac.” El día 23, en sesión plenaria se acuerda denominar calle Iparraguirre a la que se está configurando en la zona de los talleres de Urcola y Múgica en el barrio de Ulía, de conformidad con el informe emitido por la Comisión de Policía Urbana. Como anécdota apunto que, según el ilustre zumarragarra, escritor y crítico gastronómico José Maria Busca Isusi, Iparraguirre durante su estancia en el caserío “Zozabarro” acudía al Balneario de Ormaiztegi a tocar la guitarra y de esta manera hacerse con un dinerillo. (2): Antonio Arzac Alberdi. San Sebastián 1855-1904. Poeta y orador en euskera. Fue secretario perpetuo de los Juegos Florales y bibliotecario municipal. También ocupó la dirección de la revista Euskal-Erria así como miembro de la Real Academia de la Historia y de la Sociedad Francesa de Arquelogía.

UNA ESTROFA INÉDITA DE IPARRAGUIRRE EN GERNIKA Una sentida e inédita composición poética de José María Iparraguirre se hace presente en Gernika con ocasión de la celebración en septiembre de 1888 de las Fiestas Euskaras. Para la ocasión la “Sociedad Guerniquesa” engalana la parte exterior de su domicilio social con profusión de bombillas multicolores y

colgaduras en las que figuran los nombres de los ilustres gernikeses Casimiro Loizaga, diputado a Cortes por Bizkaia, Iñigo Guernicazarra, militar que participó en la conquista de Granada, Ángel Allende Salazar, prestigioso jurista, Esteban Félix de Zabala, médico de cámara del rey que otorga en 1569 una dotación económica para la creación de un Colegio Menor en la Universidad de Alcalá y finalmente fray Martin de Murga, autor de la Historia General de los Incas del Perú. Además en una de sus fachadas figura lo que motiva estas líneas: Junto a una estrofa del poeta Felipe Arrese Beitia se encuentra, precisamente, la estrofa inédita de Iparraguirre cuyo texto es el siguiente: Agertuko da agunen baten gare goizeko izarra, aren goietan ingara dala Jaun Zuriaren itzala; Eta orduan zañetan bada Ibero zarren odola, biziyak eman esanaz: ¡Viva Jaugoikoa eta arbola!

LA ÓPERA “IPARRAGUIRRE” SE ESTRENA EN DONOSTIA Un año antes de levantarse en Urretxu la estatua erigida en memoria de Iparraguirre, en Donostia desde el género operístico se evoca al autor del himno dedicado al roble de Gernika, símbolo de las libertades del pueblo vasco. Coincidiendo con los Carnavales de 1889, el 4 de marzo, se estrena en el Teatro del Circo con enorme éxito la ópera “Iparraguirre”. El libreto lo ha escrito Práxedes Diego Altuna siendo traducido al euskera por Francisco López Alen mientras el autor de la música es Juan Guimón. La ópera “Iparraguirre” se configura en dos actos bajo el siguiente argumento: José Ángel Igarzabal 9


Acto Primero: Escena primera: Los campesinos bajan a la plaza de Villarreal, pueblo natal de Iparraguirre, a divertirse y bailar en la tarde del santo patrón. Es un coro de ambos sexos. Escena segunda: Pachiku (tenor partiquino) participa la llegada de Iparraguirre, noticia que acoge con júbilo el coro, y se anuncia la aparición de la madre del bardo eúskaro. Constituye esta escena un diálogo entre el coro y el tenor partiquino. Escena tercera: Los campesinos felicitan a Manuela por tan agradable nueva y la madre de Iparraguirre eleva su corazón a Dios. Diálogo entre el coro y la tiple. Escena cuarta: La anciana expresa los encontrados sentimientos que la dominan, y recuerda con pesar la fuga de su hijo de la casa paterna. Es una romanza de tiple. Escena quinta: Iparraguirre se abalanza a los brazos de su madre, que, repuesta de tan viva emoción, le pregunta si viene de la escuela, frase con que le recuerda su conducta de la cual pide perdón el poeta. Canta a seguida su famoso zortziko “Gitarra zartxo bat det” (Tengo por amiga una vieja guitarra), y a su terminación su madre le expresa las penas que ha sufrido con su ausencia, así como el hijo sus sufrimientos, y vuelve a pedirle su perdón, entregándose los dos de lleno a la alegría que experimentan. El dúo de tiple y tenor llenan esta escena. Escena sexta: Pachiku aparece con el coro señalando a Iparraguirre, y el coro le da la bienvenida, agradecida por el bardo con frases cariñosas. El pueblo desea saber qué ha sido de su vida y le complace el poeta narrando hechos principales de ella, hechos que son comentados por el coro. Diálogo entre el coro y el tenor (Iparraguirre). Escena séptima: Bailables. Los campesinos forman diversas y caprichosas figuras, terminando esta escena con un movido fandango, 10

baile cuya segunda parte concluye con el popular “arin arin”. Escena octava: Pachiku invita a Iparraguirre a que anime la fiesta con un canto, pero se opone la madre diciendo que debe saludar a sus parientes. Entonces el protagonista, apartándose del coro la interroga si no ha notado en su semblante que algo grave le preocupa; y a la negativa de su madre, contesta el hijo diciendo que tiene que partir a América. Desmáyase Manuela, el coro ve con pesar este episodio, y al volver la madre de su desmayo, la estrecha en sus brazos el hijo, cantando la tierna despedida de su inolvidable “Adiós”. En la última escena del acto primero intervienen el coro y todos los personajes de la ópera. Acto Segundo: Preludio. Escena primera: Las mujeres del pueblo se burlan de Pello, que se enfada y las recuerda en sus gracias. Coro de mujeres. Escena segunda: Aparece Iparraguirre ya viejo y achacoso, y saluda a su país con el zortziko “Ara nun diran mendi maiteak (Ahí están los queridos montes)”. Después recuerda su juventud, la despedida de su madre, la narración de su vida que hizo a los amigos, y dice que no puede desahogar en ellos los sufrimientos experimentados en América, pues ha leído sus nombres en las lápidas del cementerio. Se lamenta amargamente de su desgracia, pues se encuentra en la plaza de su pueblo, triste y abatido, y no sabe si también solo. Es una escena dramática del tenor Iparraguirre. Escena tercera: Aparece el coro, que se extraña y pregunta quién es el viejo. Pachiku, viejo también, se adelanta y le reconoce, abrazándose los dos con inefable cariño. Llegan dos miqueletes y entregan al bardo un oficio en que lee que las provincias le conceden una pensión para vivir tranquilo sus últimos años; y el poeta reconoce en esta distinción el espíritu que le anima, diciendo que premian en él

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al bascongado que ama entrañablemente a su tierra. Dice que el país ha sufrido un cambio transcendental; que se han perdido sus libertades; pero que siempre vivirá su canto, el canto al árbol de Gernika, entonado por todo el coro como final. Reparto de la obra: Julián Uria (Iparraguirre); Dolores Alcorta (Manuela- madre); Antonio Olaran (Pello) y Mariano Arnao (Pachiku). En relación a este acontecimiento musical, el escritor e historiador Carmelo de Echegaray escribe este comentario en la revista Euskal-Erria: “Las dotes que en la composición de esta ópera ha revelado el señor Guimón, le acreditan de músico inteligentísimo, llamado a dar días de gloria al arte y a su país. En la imposibilidad de hacer una detallada reseña de todos los números de la obra, solo diremos que todos ellos son notables y dan a conocer las brillantes cualidades que adornan al Sr. Guimón, y los progresos que ha realizado en el estudio de la armonía. La ejecución de la ópera fue digna de ella, por parte de los coros y de la orquesta, admirablemente dirigida por el mismo autor. Una pertinaz ronquera impidió al Sr. Uria, que hacía de protagonista, lucir las dotes que de otro modo hubiera lucido. El entusiasmo del público fue extraordinario. Llamóse a la escena a los autores, regalándoseles varias coronas, y colmándoseles de nutridos y calurosísimos aplausos.”

INAUGURACIóN DE LA ESTATUA Han transcurrido nueve años desde el fallecimiento de José María Iparraguirre. Llega un momento de especial relieve en el ámbito de Euskal Herria. Se trata de la erección de una estatua en memoria del autor del himno al roble de Gernika. Tiene lugar en su pueblo natal, Urretxu, el 28 de septiembre de 1890. Se dan cita las más altas representaciones institucio-

Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Urretxu

nales del país. Por Bizkaia, el presidente de la Diputación Pablo Alzola acompañado de los diputados sres. Galarza, Landecho y Areizaga. Araba está representada por el vicepresidente de la Comisión Provincial Laureano Irazazabal junto a los corporativos sres. Salazar y Echeberria. La Comisión de Gipuzkoa la integran el presidente de la Diputación Pedro Sagredo y los diputados sres. Alberdi y Zavala. Por la Sociedad Euskal-Erria de Bilbao asisten los sres. Viart, Serra e Imaz y el Consistorio de los Juegos Florales de Gipuzkoa envía a los sres. Salaverria, Soroa, Iraola, López y Arzac. La memorable jornada se abre con una procesión que partiendo de la iglesia parroquial recorre las calles de la localidad portándose la urna que contiene los restos de Santa Anastasia, que fueron donados a su pueblo natal por fray Francisco de Necolalde Zabaleta, Procurador General de los Carmelitas Descalzos mediante escritura otorgada en Madrid el 5 de junio de 1674 ante el notario apostólico FranJosé Ángel Igarzabal 11


cisco Hidalgo de Quintanilla. Según el historiador Pablo de Gorosabel “El año siguiente se le colocó en un arca de tres llaves entregándose una al vicario, otra al alcalde y la otra al mayordomo”. Seguidamente en el referido templo por parte del párroco José Lorenzo Antia se oficia una solemne Misa Mayor y se canta la del compositor y organista de la catedral de Vitoria Toribio Eleizgaray compuesta para la ocasión. Al órgano interviene el propio Eleizgaray siendo su hermano Manuel quien dirige el coro procedente de Azpeitia que cuenta con el tenor Uranga y el bajo Echaide. La homilía corre a cargo del franciscano padre Manuel Humerez con destino en el convento de Arantzazu que se refiere únicamente al martirio de Santa Anastasia. Finalizada la misa, en medio del entusiasmo popular, se procede a la inauguración de la estatua. De entrada el alcalde urretxuarra José María Ason pronuncia unas palabras alusivas al acto y seguidamente entona la primera estrofa del Gernikako Arbola cuyo canto es secundado por todos los presentes que ocupan totalmente la plaza. Al mismo tiempo se procede a descubrir la estatua, momento en el que el público, vivamente enardecido, prorrumpe en calurosos aplausos al tiempo que ponen una nota de color los ezpatadantzaris. Tras el acto protocolario, autoridades e invitados en número de unos sesenta acuden a la Casa Consistorial. En su balcón principal está colocado un cartel con la inscripción “Soli Deo Honor y Gloria” lema que figura en el escudo oficial de Urretxu (a mi modesto juicio lamentablemente suprimido en julio de 2008 por un logotipo que para nada enraíza con la historia local). La sala capitular se encuentra gustosamente engalanada con guirnaldas confeccionadas a base de rosas y ramas de roble, destacando en lugar preferente un cuadro con la efigie de 12

Iparraguirre. En la misma se ofrece el suculento banquete en cuyo menú figuran Tapioca y consomé a la Royale, Tortilla de jamón de York, Merluza a la mayonesa, Perdices a la catalana, Solomillo con champiñones, Pollo y Jibiones a la vizcaína. En relación a los vinos, Valdepeñas, Jerez y Champagne. La cocina corresponde a Casa Astaburuaga e Hijos y el servicio a señoritas de Gipuzkoa tocada la cabeza con boina roja. Como dato anecdótico añadimos que el ágape no cuenta con representación eclesiástica, lo que según el diario republicano LA LIBERTAD “No dejó de causar extrañeza”. A los postres hace uso de la palabra el alcalde de la localidad agradeciendo a los presentes su asistencia al acto de inauguración del monumento al inmortal Iparraguirre. Por su parte, el poeta y orador, además de director de la revista Euskal-Erria, secretario perpetuo del Consistorio de los Juegos Florales Euskaros y miembro de la Real Academia de la Historia, Don Antonio Arzac pronuncia un magistral brindis cuyo texto incluimos más adelante al igual que el discurso ofrecido por Don Antonio Peña y Goñi, compositor y crítico tanto de música como taurino, así como miembro de la Real Academia de la Historia. También interviene el presidente de la Diputación de Bizkaia sr. Alzola, que recuerda al régimen foral y en sentidas palabras propone se erija una estatua al notable escritor Antonio Trueba. El vicepresidente de la comisión de Araba sr. Irazazabal se refiere a Iparraguirre como “el autor de nuestro himno más sublime” y finaliza con un afectuoso saludo a las provincias hermanas. El presidente de la diputación gipuzkoana sr. Sagredo reivindica los derechos forales en plenitud al tiempo que evoca la figura de Iparraguirre proponiendo socorrer a su familia “olvidada en algún rincón de América”. Finalmente el sobrino del bardo, Julián de Quiroga e Iparraguirre, exdiputa-

IPARRAGUIRRE: Una crónica para el recuerdo


do provincial de Araba con la natural emoción da las gracias a todos en representación de la familia. La apasionante jornada vivida se cierra con un espectáculo taurino. En plaza portátil se lidian cuatro novillos procedentes de una ganadería de Navarra y otra de Salamanca. Los dos primeros astados para muerte y el resto para capa y banderillas. Configuran el cartel el espada Victorio Navas “El Guipuzcoano”, actuando de sobresaliente, Luis Ramírez “El Donostiarra”, como Banderilleros, Santos Ruiz “El Alavés”, Luis Ramírez “Iruchulo”, Gabino Orbe “Vizcaíno” y Fernando Calle “Vitoriano”. Por la noche en la plaza el Orfeón Euskalduna ofrece un repertorio de canciones de Iparraguirre contándose además con una sesión de bailables. Al día siguiente, los festejos pasan por la suelta de una vaca brava embolada, la actuación de los bertsolaris Otaño y Errotaberri centrada su improvisación en la vida de Iparraguirre, pelea de carneros y segunda novillada. Añadimos que el día anterior a la inauguración de la estatua el programa anota “Como víspera de fiestas y según costumbre habrá iluminación a la veneciana y durante ella la charanga “Laurak-Bat” ejecutará alternando con el tamboril algunos bailables de su repertorio.” Brindis pronunciado por D. Antonio Arzac “Arrotz batek, erri batera datorrenean, lenbiziko galdetzen duena da: “Nola bizi da emen jendia? Zer sentitzen du? Zer sinisten? Zer adoratzen? Zer maite? Jaungoikoa eta Fueroak! erantzungo du, mundua irago arte. Euskaldunak; da esango balu bezela: Bi Arbola: Gurutzekoa eta Gernikakoa.Gurutzekoa, emen guran artean eta gero, gizon guztiak anaiturik, gure zoriontasuna egiten duena. Gernikakoa, lenbizikotik zuzen-zuzen datorrena, bere zañetik sortua ta beragatik llezkorra, beti biziko dana, gizon gaiso batzuek ala ez uste arren, ta

oraindikan, naiz gaur makurtua egon, usterik gutxienean altxatuko dana Euskaldunok zentzurik badegu, Eukaldunok euskaldun izaten bagera!. Ta zeiñ da gure artean Arbol orri gaiñ-gañez, beste iñork ez bezela, kantatu diona? Iparraguirre! Ta zeiñ zan? galdetuko dute mundurik-mundu gizaldi guztiak: eta beti, euskal-mendi tarteko oiarzun baten boza balitz bezela, entzungo dute jendiak: Iparraguirre! a! Non jaio, non ibilli, nola bizi ta nola il zan, denok dakigu; dira, itz batean, gizonaren munduko gora-berak; baña denok ez deguna, ta izan bear genukena, da Iparraguirre-ren biotza, beti amorioz sutua bere lurrarentzat, egun alai eta tristeetan, ala nola Zeruko izarra beti dan bat bera, distiatzen duenean, edo odei beltzez estalirik ageri ez danean. Atsegiñ aundiz aitortzen det erri noble eta leial ontako semea zala, txikitan arzai-mutilla, gero Amerikara joan, ta lumiñaren indarrak emen ezurrak uztera ekarria; eta argatik edaten det oraiñ erri ontako semeen osasunera, gure mendiyetako arzaienera, ta Ameriketan ditugun anai maiteenera, diosal agiñik lendabizi, errespeto guziarekin, iru probinzi aizpen gure diputadu jaun chit goituai; uri ontako Bilguma, Gipuzkoa ainbeste onratzen duenari; Bilbaoko Euskal-Erria deritzaion Elkargorri; talluntza egin duen Font jaunari, ta nere entzule guztiai. Bukatzera noa. Etzinduzteket aspertu nai, eta gañera, mingaña dijoakitan beldur naiz. Euskaldunok nobleak gera; nola ez bigaldu oroitz bat andre alargun eta aur umezurtz, Españiko Errege ta Erregiñ izanik gaur gure Donostian arkitzen diranai?. Guz ez degu iñorentzat gorrotorik; nere biotzeko adiskide Peña eta Goñi jaunak esan duen bezela, amorioa denentzat senti du Eukaldunak. Bakarrik nai deguna, ta egun bat eta bestean eskatzen degun ta eskatuko deguna, da justiziya; eta kontu, jaunak: lurrean justiziya galdu baldin bada, jutiziya Zerutik etorri liteke! José Ángel Igarzabal 13


Erritar maieak: egun aundiya da gaur guretzat; baña egiyaz aundiya da, Arbola Santua!, geiago ez erortzeko, altxatzen dan egun ua. Datorrela lenbailen!.” Discurso de Peña y Goñi Del largo discurso del músico y académico, destacamos algunos de los párrafos que hemos considerado más significativos: De entrada argumenta “Si la virtualidad del genio reside en la inspiración que se desarrolla por un instinto especial, por una gracia divina; si la virtualidad del genio reside en la exquisita percepción de la forma, en la sensibilidad del espíritu, en una maravillosa disposición natural que realiza por encanto los mayores prodigios y descubre sin aparente esfuerzo tesoros de belleza artística, en ese caso yo me atrevo a afirmar resueltamente que la inauguración de la estatua de Iparraguirre representa hermoso testimonio de admiración y cariño que rendimos todos a un genio inmortal. Y lo grande, lo extraordinario es que, para hacerse digno de tan elevado título, ha bastado a José Maria Iparraguirre una obra, una tan sola, que quedara como monumento imperecedero de su fama y transmitiera su nombre, envuelto en glorioso nimbo a las generaciones venideras: Gernikako Arbola. Bien sabe Dios que quisiera ser el llamado a relatar la historia del poeta y del músico; pero tengo forzosamente que renunciar a esa tarea; y temo suceda lo mismo a quien se atreva a emprenderla mañana. La historia de Iparraguirre ¿Quién la sabe? ¿Quién es capaz de contarla? ¿Hay alguien capaz de escribir la biografía de un pájaro? ¿Hay alguien capaz de seguir las evoluciones del ave en los torbellinos de un vuelo desquiciado?; de señalar las ramas donde posó, los arroyos donde apagó su sed, los aleros bajo los cuales se cobijó en días de tormenta, las distancias que recorrió empujado por la brisa contraria14

da por el vendaval, los nidos que visitó, los cánticos de alegría que lanzó al aire perdido en las alturas del espacio, ebrio de libertad y de sol, y los quejidos de amargura exhalados en tenebrosa noche, mudo el pico y arrastrando el ala, vencida por la vejez precursora de la muerte?. Tal fue Iparraguirre, ave audaz, desordenada, medio loca, que salió del nido materno a los 13 años y emprendió su vuelo fantástico a través de la vida, despreocupado de todo, ignorándolo todo, con el culto a la patria por escudo, abrazado a una guitarra como amante inseparable, artista sin freno, aventurero colosal, que cantó ante el mundo entero y tuvo el mundo por escenario.” En otro momento de su intervención Peña y Goñi dice: “Quien como Iparraguirre recorrió el mundo con una guitarra, enseña viviente del lema de Lutero, que preconizaba el amor al vino, al canto y a las mujeres, sin noción del sentido moral, no podía someterse a las leyes por las que se rigen los seres que tienen un hogar, una familia, principios que respetar, enseñanzas que propagar, necesidades que atender. Y no podía hacerlo aquel que debería pasar a la posteridad con el título de “El Gran Arlote” como decimos gráficamente en bascuence y se llamaba a sí mismo el famoso poeta. “Gran Arlote” en efecto, dechado de despreocupaciones, de abandono, de indolencia, de dejadez, que bebía, cantaba y amaba, sin dar importancia al acto y mucho menos a sus consecuencias. Si es verdad, como el adagio popular afirma, que este mundo es un fandango y el que no lo baila es un tonto, puede asegurarse que Iparraguirre se lanzó desenfrenado al baile de la vida, hasta que, torpes las piernas y anquilosadas por la vejez, harto de placeres continuos, tuvo que dar fondo en su villa natal y apagarse allí, en reducidísima estancia, rodeado de modesto ajuar, compuesto de un catre, un baúl y una guitarra.”

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Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Urretxu

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Más adelante señala: “Cuando resonaron en fecha que no recuerdo, en las Cortes Españolas aquellos vehementes discursos de Sanchez Silva contra los Fueros bascongados, discursos que azotaron el rostro de Euskaria con las violencias de una diatriba encarnizada y feroz, contestaron en Castilla las indignadas voces de Aldamar y de D. Pedro de Egaña con admirables discursos en que apenas queda hoy memoria. Iparraguirre, en Guipuzcoa, se levantó y contestó a su vez; contestó con voz de gigante, acumuló todas las fuerzas de su espíritu, todas las energías de su alma, y lanzó con la potencia de sus pulmones de titan una protesta grandiosa, grito de amor incomparable que repitieron las montañas, se extendió de valle en valle, de colina en colina, salvando precipicios y torrentes, y quedó impreso como escudo invulnerable en el corazón de todos los bascongados: El Gernikako Arbola. Donde la política sucumbió, venció el poeta; y la elocuencia del patricio, la sabiduría del ser culto, las disertaciones galanas, la elegante locución del orador diestro en las lides parlamentarias, tuvieron que ceder el paso a la abrupta inspiración del ciudadano oscuro, al canto prodigioso del montañés. El canto inmortal de Iparraguirre tiene eso de grande: no es el canto de la ira, es el canto del consuelo; no es la convulsión de la rabia, no es, para decirlo en términos vulgares, el derecho al pataleo. No; el “Arbol de Guernica” representa algo que vuela por encima de las pasiones humanas”. En otro momento de la alocución Peña y Goñi apunta: “Iparraguirre nace hoy para la posteridad. El Ayuntamiento de Villarreal de Urrechua, le ha erigido una estatua que acabamos de descubrir solemnemente. Gracias sean dadas a esta pobre cuanto modesta corporación municipal que tan alto ha subido al honrar el genio del poeta, y a la cual todos los hijos de Euskaria deben tributo eterno de gratitud y de estimación. Las dádivas de amigos y admiradores han logrado a Iparraguirre el 16

pedestal de su gloria. Fijad los ojos en esa estatua. No es el guerrero, no es el conquistador, no empuña su diestra ninguna arma homicida; no es el sabio, no vereis en torno suyo ningún instrumento de la ciencia; no es el artista de fama mundial, ídolo de públicos, ebrio de aplausos, rico y poderoso quizá, no busquéis en su frente el laurel, ni a sus pies la lira. Es el pobre hijo del pueblo, el campesino humilde, el desheredado, el paria. Calzado con toscas abarcas, vestido con el ordinario calzón, la faja de estambre y la camisa de lino del montañés, sostiene una azada en diestra mano y lleva en su izquierda la guitarra. Después de sus peregrinaciones por el mundo; después de su odisea errante, erizada de aventuras; después de una vida de preocupaciones, abandonos e inmoralidades; incoherente y confusa, extraña, desquiciada y simpática a la vez, mezcla informe de extravíos odiosos y de sublimes abnegaciones, Iparraguirre descansa al fin.” Peña y Goñi cierra su intervención con estas palabras: “Pero Iparraguirre queda para siempre; queda, porque es la verdad del pueblo euskaro; queda porque ha encarnado en el Arbol de Guernica la santidad de nuestro pueblo, la esencia de nuestras aspiraciones, la sustancia de nuestro ser. El himno que encierra la savia de un pueblo se oirá mientras ese pueblo exista; predicará con él sueño ideal de paz y de concordia universales, y quedará perdurable aureola, ciñendo la frente de Iparraguirre, con todos nuestros amores, con todas nuestras esperanzas. Iparraguirre es esperanza y amor. Amemos y esperemos. Nuestra cruz de Constantino, está en el Gernikako Arbola-In hoc hymno vinces!. De este modo, extrayendo del recuerdo del poeta la fuerza necesaria para esperar y amar, nos haremos dignos de la obra que nos ha dejado, honraremos su memoria; propagaremos su evangelio y conseguiremos ¿quién sabe? que la inmortalidad de Iparraguirre sea preludio de nuestra redención.”

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Informe sobre la estatua: “En Madrid a veinticuatro de Abril de mil ochocientos ochenta y nueve, constituida la comisión en representación del ayuntamiento de Villarreal de Urrechu (Guipuzcoa) con la Presidencia del Excelentísimo Sr. D. Bernardo Echaluce y Jaúregui y los Sres. D. Antonio Peña y Goñi, D. Ramón Aramburu e Irizar y D Pablo Aizquibel y Lengaran, ha examinado la estatua de Iparraguirre encargada por dicha municipalidad al escultor D. Francisco Font. Dicha estatua tiene dos metros de alto, un metro diez y seis centímetros de ancho y ochenta centímetros de planta y representa al popular músico bascongado en bella y artística actitud. La cabeza de Iparraguirre se yergue con noble expresión y los detalles todos de la figura, ya que conoce por reproducción fotográfica el ayuntamiento de Villarreal de Urrechu, traen al alma la emoción que despierta el genio admirable, el carácter indómito y la naturaleza llena de fantasía poética del famoso bardo cuya memoria se trata de perpetuar. Esta es la opinión que los firmantes de la presente acta tienen el honor de exponer al Ilustre ayuntamiento de Villarreal, cuna del inmortal patricio guipuzcoano, en cumplimiento del honroso encargo que se le confió. Bernardo Echaluce; Antonio Peña y Goñi; Ramon Aramburu; Pablo de Aizquibel”. Destacamos que la estatua se sufraga por la instituciones oficiales del País Vasco además de una suscripción popular que abarca a Euskal Herria y sociedades vascas de Argentina y Cuba. La efigie de Iparraguirre a tamaño natural es de mármol de Carrara (Italia). Se sitúa sobre un pedestal construido con material de las canteras de la localidad bizkaina de Mañaria siendo obra del vecino de Zumarraga Dionisio Acha. En su frente figura el escudo de Gipuzkoa. En la parte que da a la iglesia parroquial se encuentra la inscripción “Jose

María Iparraguirre bere jayoterriak Euskal Erri guztiak baita ere erbesteetan sakabanatutako euskaldunak eskeintzen dioten oroipenan MDCCCLXXXX.”. En el lado derecho resalta el texto: “Euskal Erriaren oroipen”, y en el izquierdo puede verse una guitarra y una partitura con las primeras notas del Gernikako Arbola. Añadamos que R. Beloki señala en El Diario Vasco de fecha 13 de diciembre de 1934 que se empleó el mármol de Carrara sobrante del empleado en la obra del sepulcro del General Tomás de Zumalacarregui. También dejamos constancia de que para levantar el monumento se derriba la casa Eliz-atari o Zanguitu. En el archivo municipal se encuentra la escritura de venta otorgada por el Barón de Areizaga en favor de Jose Antonio Ugalde, como representante del Ayuntamiento de Villarreal. Se pagan dos mil doscientas cincuenta pesetas, abonadas del fondo recaudado por suscripción popular en favor de la erección de la estatua. El prestigioso escultor Francisco Font Y Pons (Barcelona 1848-Madrid 1931) es el autor de la figura del bardo. Este artista del cincel dejó huella de su trabajo en nuestro entorno más cercano en 1886 en Zegama con la imagen del General Tomás de Zumalacarregui en su sepultura ubicada en la iglesia parroquial, en 1897 en Vitoria-Gazteiz en la Virgen Blanca de la Cofradía de dicha advocación y en 1915 con Nuestra Sra. del Carmen para el convento de Carmelitas Descalzas de Pamplona. Con ocasión de este acontecimiento, la prensa donostiarra de la época dedica comentarios en relación tanto al acto como a la figura y obra de Iparraguirre. Así, el semanario koshkero “La Galerna”, apunta, entre otras consideraciones: “Ha sonado la hora de la justicia; Villarreal exige un monumento que perpetúe la memoria de su querido hijo; el País Vasco tiene grabado en su corazón el nombre de su esclarecido bardo; y la crítica José Ángel Igarzabal 17


literaria, sea cualquiera el concepto que le merezcan sus composiciones, le contará en el número de sus artistas; porque artista es el que sabe sentir y comunicar su sentimiento a las gentes, y esta virtud poseíala en alto grado Iparraguirre, desterrado de Francia por mover a la multitud en contra del Gobierno; desterrado de estas provincias porque lo dijo en el Senado D. Pedro Egaña: “era posible que hubiera producido tal impresión en las muchedumbres que tal vez habría sido preciso que interviniera la fuerza pública.”; y autor del himno vasco, que no tendrá poesía, que no tendrá música, pero que tiene algo cuando todos lo cantamos con delirio o como eterno recuerdo del pasado y halagadora esperanza del porvenir”. Por su parte “El Guipuzcoano”, al referirse a los actos escribe: “Ayer se inauguraba en Villarreal de Urrechu, el pueblo en que vio la luz el gran bardo euskaro José María Iparraguirre, el monumento, la estatua que sus conciudadanos y sus admiradores han levantado en memoria suya. ¿Qué de extraño, pues, que allí estuvieran algunos miles, no todos por cierto, de sus muchos admiradores?. ¿Qué de extraño que allí acudieran los hijos de la Euskaria y de la vasconia, cuando en aquella fiesta se consagraba la memoria, siempre querida, de un hijo preclaro del país vasco?.” Leemos en “La Libertad”: “La inmortalidad de Iparraguirre esta ahí, en el Árbol de Guernica, himno de pasión intensa, melodía de adoración, gemido grandilocuente de humildad y de esperanza, en cuya sencillez primitiva parece reflejarse el temperamento de un pueblo entero, y cuyos acentos piden al amor, que une y fortifica, lo que no puede alcanzar el odio, que divide y exaspera. El canto inmortal de Iparraguirre tiene eso de grande; no es el canto de la ira, es el canto del consuelo; no es la convulsión de la rabia, no es, para decirlo en términos vulgares, el 18

derecho al pataleo. No; El árbol de Guernica representa algo que vuela por encima de las pasiones humanas. Cuando la inspiración rozó con sus alas de oro la mente del poeta, infiltró en ella el sentimiento casto, puro, inmaculado del amor.” En cuanto a “La Voz de Guipúzcoa”, en ella se anota: “La política no tiene entrañas; apartarnos de ella un día para consagrarnos a honrar la memoria de los hombres ilustres que con sus méritos se han inmortalizado, es para el periodista político apartarse un día del infierno en que vive y mirar los dilatados espacios de un cielo sin celajes; es dejar de mirar el fuego hirviente que tuesta nuestro rostro, consume nuestras fuerzas y enerva nuestro espíritu para respirar un instante el aire puro, preñado de oxígeno vivificador. Hoy se rinde tributo de admiración a Iparraguirre y Guipuzcoa pronuncia su venerado nombre sintiendo en lo más profundo de su alma el entusiasmo que despiertan sus cantos inmortales. Villarreal de Urrechu erige un monumento, homenaje a su hijo preclaro. Monumento, al fin, que con su granítica resistencia y todo será un tributo temporal en el eterno rodar de los siglos y que el tiempo pulverizará, mientras los cantos del insigne Iparraguirre vivirán hoy como ayer, siempre hermosos y lozanos, indestructibles y sonoros, palpitando en ellos el sentimiento sublime del amor a la patria.” Anotamos igualmente que desde marzo de 2010 Iparraguirre cuenta con una escultura en bronce en Gernika. Es de dos metros de altura habiendo sido realizada en los talleres de Alfa Arte de Eibar. La imagen representa al bardo acompañado de su guitarra. En la inauguración presidida por las autoridades locales intervino la coral Gaudemus de dicha villa interpretando varias canciones de Iparraguirre, cerrando su actuación con el Gernikako Arbola.

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Fotografía: Josema Azpeitia

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RECORDANDO A IPARRAGUIRRE DESDE URUGUAY Revisando una serie de documentación que conservo de mi abuelo Juan José Belaustegui, encuentro un recorte de prensa de “El Baluarte de Galicia” en el que se menciona a Iparraguirre y su Gernikako Arbola. Corresponde a un escrito titulado “La antigua Vasconia. Impresiones de viaje” firmado por Dr. Reguera Montero y reproducido del rotativo “La España” de Montevideo de fecha 4 de diciembre de 1892. Considero de interés dejar constancia de algunos de sus párrafos que aluden al inmortal bardo. Así se apunta “Hélo aquí, José Maria Iparraguirre y Valerdi, el bohemio del arte y del sentimiento, el David vascuence que con su guitarra llevaba al alma del expatriado consuelos y caricias suaves como las brisas de los prados. El gran arlote, bardo callejero de intuitiva inspiración, indolente y despreocupado, libre y sin ruta fija en su accidentada vida, siempre fiado al vacilante acaso y jamás atento a un sistema, huraño y errante como los nibelungos que en las umbrosidades sajonas cantaban, inconscientes, a la naturaleza. ¡Todo en Iparraguirre era excéntrico, todo genial!” Más adelante se lee: “ Iparraguirre, el hijo del pueblo, al pueblo ha dedicado su numen y por el pueblo es adorado. Le he nombrado excéntrico y en esta particularidad dio lecciones a los mismos ingleses. En Londres, a donde su destino le llevara, entró, cierta noche, en un cafetín en el cual un pobre diablo vomitaba groseras y deslucidas coplas. El público impasible, apenas le socorriera con unos cuantos peniques; el hombre lloraba y al verle nuestro vascuence, templa su guitarra, yérguese con soberbia de león, sacude sus revueltas crenchas y canta, canta con flexible y portentosa voz, el Guernikako Arbola, y su continente fiero electriza a los espectadores, los conmueve 20

y frenéticos le aplauden, repite su canción, entona otras, y luego de agotado su filarmónico repertorio, circula su boina que se llena de monedas y que vacía por completo en el sombrero del mendigo albionense. Aquella noche Iparraguirre no cenó y durmió a la intemperie. ¿Cabe más piadosa excentricidad?.” Después Reguera Montero afirma: “El Arbol de de Guernica es un himno meramente popular, no incita a la Rebelión como el Himno de Riego, no enerva como La Marsellesa batiendo con sus cadencias bélicas y con sus ciliceas frases el cerebro de los patriotas, no; el Guernikako Arbola es una especie de salmo que reclama paz, unión, concordia, y aconseja prudencia, tolerancia y dignidad, todo ello compatible con el patriotismo. En sus estrofas impera la nota que proclama la libertad; pero descuella de un modo simpático y melodiada con arpegios de célica resonancia.” También en el artículo periodístico se hace alusión al pueblo natal de Iparraguirre: “Villa Real de Urrechu ha cumplido un deber al elevar un monumento al ídolo del pueblo, al cantor de sus glorias, al mantenedor de sus fueros, al bardo modesto que supo abrirse paso por entre las vulgaridades y conquistar preferente sitial en el nimbo de los inmortales. ¡Loor a Iparraguirre y a la Región Euskara!.” Con este agradecimiento concluye su trabajo Reguera Montero: “No daré fin a estos apuntes, sin consignar mi reconocimiento a los señores don Jerónimo Navarro, secretario del Ayuntamiento de Villa Real de Urrechu y don Juan José Velaustegui, profesor de música del colegio de los PP. Jesuitas de La Guardia, provincia de Pontevedra, a cuyos señores noticias curiosísimas que se han servido suministrarme; pues, hijos dignísimos de Villa Real de Urrechu, sienten justificado entusiasmo por su pueblo natal y adoración por el esclarecido paisano suyo que en vida llevó el nombre de José Maria Iparraguirre y Valerdi.”

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LOS TRISTES SUCESOS DEL 27 DE AGOSTO DE 1893 EN DONOSTIA En la donostiarra noche del 27 de agosto de 1893 al finalizar en el kiosco del Boulevard el concierto ofrecido por la Banda de Música de la Ciudad un grupo de asistentes solicita se interprete el Gernikako Arbola. Según parece no es atendida la petición argumentándose por parte del director Juan Guimón que tenía orden de la alcaldía de no ejecutar partituras ajenas al programa aunque el público las pidiese. Al retirarse los componentes de la banda se produce una airada protesta del público originándose gravísimos altercados. De su desarrollo damos cuenta a través del rotativo La Voz de Gipuzkoa, que describe así lo sucedido: “Al terminar anoche en el paseo del Boulevard el concierto de la banda municipal, una pequeña parte del público pidió sin conseguirlo que tocara el Gernikako Arbola. Al retirarse la banda del kiosco el público protestó y en poco estuvo que se armara la de San Quintín. Varios jóvenes subieron al kiosco y colocaron un petardo de pólvora. Al estallar éste produjo

alguna alarma. Los serenos y celadores intentaron detener a los autores, pero una avalancha de gente se precipitó sobre ellos, obligándoles a soltar a su presa. La detonación de un segundo petardo, colocado en el kiosco por una mano invisible, hizo que acudiera al Boulevard gran número de personas de las que a aquellas horas, doce menos cuarto, salían del teatro. Al poco llegó el gobernador civil y trató de apaciguar los ánimos, mandando poner en libertad a las personas detenidas por haber arrollado a los serenos y celadores. Entonces el público prorrumpió en vivas a los fueros y como por encanto se organizó la manifestación. “¡Al Hotel de Londres!” Gritaron los manifestantes. “¡A ver lo que nos dice Sagasta!” agregaron otros. Pronto encontraron eco estos gritos en la muchedumbre y los manifestantes se dirigieron al Hotel de Londres por las calles de Elcano, Plaza de Guipuzcoa y Churruca al grito de “¡Vivan los fueros!”. Al pasar la manifestación por la Plaza de Guipuzcoa, el gobernador civil y los inspectores de policía quisieron cerrarles el paso, pero la multitud les arrolló. Al llegar al Hotel de Londres los manifestantes José Ángel Igarzabal 21


quisieron entrar en los jardines, pero algunos agentes de la ronda secreta se lo impidieron, yendo entonces a colocarse en la calle de Guetaria, por la parte de la Avenida, donde entonaron el Gernikako Arbola y la Marsellesa. De cuando en cuando los grupos daban vivas a los fueros y mueras a Sagasta. El gobernador civil exhortaba al pueblo a que se retirase, pero los manifestantes recibían sus exhortaciones con silbas estrepitosas. Se había avisado a la Guardia Civil, pero la benemérita no llegaba y los ánimos iban excitándose. Uno de los manifestantes arrojó algunas piedras contra las autoridades que estaban en la puerta del hotel, y entonces se cerró la verja, replegándose hacia el edificio del hotel el gobernador, el alcalde y las personas que les acompañaban. Una lluvia de piedras disparadas por los manifestantes les obligó a guarecerse dentro del hotel, cuyas puertas y ventanas se cerraron. En un momento quedaron hechos añicos todos los cristales del hotel y algunas farolas del alumbrado público. “¡No romper los faroles que son del pueblo!” Gritó uno de los apedreadores. La cosa iba tomando mal cariz. La Guardia Civil no llegaba; era ya la una de la madrugada y los ánimos estaban caldeados, hasta el extremo de que un grupo asaltó el hotel escalando la verja de hierro que la circunda. Dentro del jardín, los asaltantes se dirigieron a la puerta, algunos de cuyos cristales habían roto, y entonces el inspector señor Luna y los dos serenos hermanos Galarraga que defendían dicha puerta hicieron varios disparos de revólver que hicieron retroceder a los invasores. Uno de los serenos recibió dentro del jardín una pedrada que le lastimó el labio. A la una y media llegaron treinta guardias civiles y una compañía del Regimiento Valencia, mientras el grupo de amotinados seguía gritando y arrojando piedras. Los guardias civiles prepararon sus armas y entráronse sigilosamente por la puerta del hotel que hace esquina a la Avenida de la 22

Libertad y calle de Guetaria. Pocos segundos después sin oírse ninguna intimidación sonaron nutridos disparos de fusilería. La gente, al principio aterrada, recobró poco después su energía y a los disparos contestaba con gritos de indignación y de furor. El fuego relampagueaba de continuo en el jardín del hotel haciéndose en muy breve espacio más de seis descargas. Por las calles vecinas huían algunos grupos, no librándose de los tiros que por los cuatro lados de la verja salían del hotel. Al correr, gritos, insultos, amenazas, cruzábanse entre la guardia y el pueblo y no dejaban de oírse ayes y alaridos en medio del estruendo de las descargas y entre el denso humo que envolvía el jardín. Después de unos veinte o treinta minutos cesaron las descargas. Solo algún fugitivo al pasar rápidamente exclamaba “¡Cobardes!”. Al insulto seguía un disparo, voces de “¡Miserables!”, “¡Canallas!”... Dícese que la primera descarga fue al aire, otros opinan que no. Pero lo cierto es que en el breve espacio que duró la tremenda fusilería, cayeron varios heridos ensangrentando las calles. A los pocos minutos, patrullas de la Guardia Civil salían del hotel e iban disolviendo los pocos grupos que quedaban en la Avenida y calles de Fuenterrabia y Guetaria. Las tropas se situaron en las esquinas del hotel prohibiendo la circulación. Varias parejas de la Guardia Civil de Caballería e Infantería recorrían poco después las calles de San Sebastian. A todo esto en el hotel los huéspedes corrían a la desbandada de un piso a otro. Sin cesar destrozaban multitud de piedras los cristales. El señor Sagasta habíase acostado y hubo de levantarse enseguida. Durante unas horas los pacíficos habitantes del Hotel de Londres, tan desagradablemente sorprendidos en su sueño, estuvieron aislados en una incertidumbre espantosa. Muchos franceses que habían venido a las corridas de toros no sabían darse cuenta de su situación. Las leyendas que acerca de

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nuestro país han corrido tomaban para ellos visos de veracidad... cuando sonó el último disparo las pocas personas que entraron vieron el hotel convertido en un campamento. Las señoras, unas en enaguas, otras cubiertas con chales, aterrorizadas agrupábanse en el patio del hotel. Junto a los huéspedes, a medio vestir, el señor Pasquin con rojo fajín de General y vestido de uniforme daba rápidamente órdenes. El olor de pólvora llegaba hasta ellos. El alcalde de San Sebastián y el presidente y vicepresidente de la Diputación Provincial iban poco después a expresar al señor Sagasta su sentimiento por tales tristes sucesos. El presidente del Consejo telefoneó a Palacio pero como le dijeron que la Reina se había acostado aplazó hasta hoy darle cuenta de los hechos.” Según la prensa de la época el balance del trágico suceso arroja la muerte de tres personas por herida de bala: Vicente Urcelay (empleado de la pastelería La Mallorquina), Rufino Aspiazu y Justo Pérez (factor del ferrocarril en Beasain). Son numerosos los heridos por arma de fuego. Al diputado a Cortes por Tolosa Eusebio Zubizarreta le atraviesa una bala el esmoquin que vestía. Comentarios de la prensa Los comentarios de la prensa editada en Donostia sobre lo acontecido no tienen desperdicio. “La Voz de Guipuzcoa” (Diario Republicano) apunta: “Creemos firmemente que la manifestación pudo ser disuelta, no a balazos, como se ha disuelto a la una de la madrugada; sino pacíficamente antes de las doce. Sí, antes de las doce hubieran bastado diez o doce Miqueletes, cuerpo estimadísimo por el pueblo, y a lo sumo dos o tres parejas de la Guardia Civil para disolver los grupos. Pero hubo abandono indudablemente en las autoridades; hubo un abandono indiscutible que ha motivado la sangrienta hecatombe de esta madrugada.” Carga contra el liberal Práxedes Mateo Sa-

gasta, presidente del Consejo de Ministros que se encuentra en San Sebastián: “¡Ah, señor Sagasta! ¡Cuán grande y terrible es la responsabilidad, porque el primero que debió evitar que se hiciese fuego fue usted!. Pues qué aun suponiendo que el pueblo cometiese una insensatez, una verdadera locura, ¿Es de hombres de gobierno el responder a una insensatez con otra mayor?. ¿Es de gobernantes serios el contestar a una locura con una locura mayor?”. Más adelante señala: “...no podemos menos de colocarnos al lado del pueblo que habrá podido extraviarse, pero nunca merecer un castigo tan terrible y cruel. Al lado del pueblo, porque estas son las consecuencias del juego indigno que vienen haciendo los gobiernos con el país vascongado, que pide lo suyo, que no demanda nada injusto, que sufre con harta resignación la befa y la burla que hacen de sus sacratísimos derechos.” Ante la fuerte tensión ciudadana ocasionada por los tristes acontecimientos, el periódico hace un llamamiento a la calma en los siguientes términos: “Recomendamos al pueblo mucha cordura, mucha sensatez, mucha prudencia, aunque no sea más que para no dar pretexto a que la fuerza se imponga a la razón. Prudencia, pues, aunque en el fondo hierva la indignación al ver nuestras calles ensangrentadas. La catástrofe de anoche no tendría satisfacción provocando otro conflicto y acaso nuevas desgracias.” Por su parte “El Fuerista” (periódico católico, -Dios-Patria-Rey-) bajo el título “Día de luto”, comienza su comentario escribiendo: “No es posible contener la indignación en presencia de actos vandálicos como el de anteanoche del que fué víctima el vecindario de esta pacífica ciudad. Cuanto pudiera decirse palidece ante la realidad de los hechos y la población en masa protesta contra el bárbaro atropello que acaba de sufrir. Eso no es reprimir una manifestación, eso es asesinar villanaJosé Ángel Igarzabal 23


mente a un pueblo indefenso; y la autoridad en cuyo nombre se asesina y el gobierno en cuyo nombre se mata, no son autoridad ni gobierno propios de ningún pueblo culto, son gobierno y autoridad dignos del África Central.” Más adelante se puede leer “Nosotros comprendemos que se haga uso de la fuerza cuando circunstancias excepcionales imponen esta grave medida, previos los requisitos y dentro de las condiciones determinadas por la ley, de cuyo cumplimiento no debe prescindir nunca en sociedades regularmente organizadas. Pero en la hecatombe de anteanoche no hubo más ley que el miedo, ni más justicia que la arbitrariedad cobarde y cruel. La legislación de orden público fue infringida y violada, y no hubo, para que las masas depusieran su actitud, indicación ni intimidación alguna de las que las leyes establecen como condición previa al empleo de la fuerza, como medio necesario para reducir las turbas, a los elementos propiamente perturbadores, segregando los neutrales o que por mera curiosidad acuden al lugar del suceso y dejando tan solo a los verdaderos agresores, a los que a sabiendas se colocan frente a frente de la autoridad o sus representantes, disponiéndose a luchar cuerpo a cuerpo contra la fuerza pública.” La opinión de este diario concluye de esta forma: “¡No más gobiernos liberales, que son la personificación de la tiranía, la crueldad y el despotismo!. ¡Vivan las heroicas provincias vasconavarras, víctimas hoy de esos gobiernos!. ¡Vivan nuestros sacrosantos Fueros, nuestros usos y costumbres tradicionales!. ¡Viva España!.” Rescatamos, para el recuerdo, un par de párrafos que dedica a este triste suceso “La Unión Vascongasda” (Diario Monárquico). Lo titula “Una protesta necesaria”. Y asevera: “Deploramos como católicos y como monárquicos que las calles de San Sebastián se hayan teñido de sangre, y aunque en los 24

conflictos de orden público el Gobierno puede contar siempre con nuestro concurso para el restablecimiento del principio de autoridad, no podemos menos de lamentar que la represión haya tenido las consecuencias funestas que nos dicen y que de todo corazón lamentamos.” Considera además que el conflicto “de haber tenido San Sebastián autoridades populares que por su prestigio hubieran tenido influencia sobre las masas, y por ser del país les hubieran persuadido hablándoles en su adorado vascuence, no hubiera llegado a tomar tales proporciones, ni dado lugar a las lamentables consecuencias que ha tenido.” Finaliza el texto con un llamamiento a la cordura.

LA GUITARRA DE IPARRAGUIRRE Con el fallecimiento de Iparraguirre queda huérfana su inseparable compañera, la guitarra. Con ella, a lo largo de su vida, cantó a Euskal Herria haciendo que vibrase el corazón de todos los vascos. Unos años más tarde llega a la Casa de Juntas de Gernika esta sentimental joya donde queda instalada definitivamente. Joaquín Castañeda, que como hemos apuntado con anterioridad estuvo presente en los últimos momentos de la vida de Iparraguirre, según F. Amador Carrandi, en carta fechada en Zumarraga y dirigida a Pedro Egaña escribe que en compañía de Quiroga Iparraguirre visitan al vicario de Itsaso “... a fin de oír de sus labios los principales pasajes y palabras del difunto y para proceder al reparto de lo poco que allí había. Entre las cosas de menor interés el señor Quiroga y el señor Vicario adoptaron estas disposiciones: Pagar las deudas que había con el dinero que hace días recibió el finado de las Diputaciones y lo que faltaba recibir; que se repartieran las ropas entre algunos parientes lejanos y los de Zozabarro y por último dispusieran darme a mí un retrato de la familia y la guitarra.”. Al poco

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tiempo, el cantor navarro José Zubiria, en los últimos años compañero inseparable en las actuaciones de Iparraguirre, solicita a Castañeda le sea entregada la guitarra del bardo a lo que accede con la condición de que a la muerte de Zubiria sus deudos se la devuelvan. Al fallecer en 1884 Zubiria se reclama la guitarra por parte de Castañeda y Quiroga Iparraguirre. Entre ambos se cruza correspondencia concluyendo que la misma debe conservarse en la Casa de Juntas de Gernika. El 15 de mayo de 1896 la Diputación de Bizkaia atendiendo la moción presentada por el diputado Fernando Olascoaga acuerda que la guitarra sea colocada en dicha Casa de Juntas. Éste es el texto de la moción: “Excma. Diputación de Bizcaya, una feliz casualidad, la de inspeccionar el archivo manual de V.E, con el fin de ver si podía encontrar lugar donde se colocarán los libros donados por los herederos y testamentarios del patricio don Fidel de Sagarminaga, hizo que se hallase el diputado que se dirige a la Diputación en estos momentos, con una reliquia de inestimable valor histórico. Nos referimos al instrumento del que se sirvió el bardo Iparraguirre para cantar las viejas tradiciones del pueblo nobilísimo en que vio la luz. Con él hemos hallado un legajo de papeles y cartas, por los cuales se viene en conocimiento de la manera como aquel instrumento pertenecía primero al Sr. Castañeda en Zumarraga, que acompañó en sus últimos momentos al insigne Iparraguirre, dejándole en usufructo después al Sr, Zubiria y cómo pasó más tarde y después de fallecido éste a poder de D. Pedro de Egaña, quien lo donó a la Diputación de Bizcaya para que en lo sucesivo se hiciera cargo la Provincia de él, y lo guardase allí donde se cobijan los recuerdos y las esperanzas de la tradición foral, a la sombra del roble que cantara aquel sentido y entusiasta bascongado, autor inspiradísimo del himno dedicado al símbolo de nuestras an-

tiguas libertades y cantor y poeta singularísimo de nuestras glorias patrias don José Maria Iparraguirre. Yo solicito de la Diputación, que, ya que se halla aún incumplido el deseo del esclarecido donante, se acuerde por esta Corporación el colocar aquel objeto histórico en lugar y condiciones convenientes de la Casa de Juntas de Guernica, donde podrán verlo los amantes de esta noble y apartada tierra euskara. Y que así bien, para conservar del mejor modo aquel instrumento musical y los papeles que acreditan la donación y las vicisitudes porque pasó el objeto del obsequio del patricio bascongado Sr. Egaña, se construya una mesa cubierta donde se guarde y conserven las cartas y el legajo que entrego, para que se cumplan los fines a que en ellos se hace referencia por el donante.”

SE ENTONA LA MARSELLESA ANTE LA ESTATUA DE IPARRAGUIRRE El 11 de noviembre de 1918 se firma el Armisticio entre los Aliados y el Imperio alemán poniendo fin a la Primera Guerra Mundial lo que supone la derrota alemana. Tal acontecimiento es celebrado en todo el país por la ciudadanía con acusado entusiasmo. En este aspecto, Zumarraga y Urretxu no constituyen excepción. Al día siguiente de rubricarse el Tratado se procede al disparo de cohetes y por parte del empresario Severino Subervié se ofrece una cena a los aliadófilos. El domingo 17, recorre las calles de ambas villas una manifestación encabezada por banderas aliadas junto a la de España. Se entregan ramos de flores a señoras de familias de origen galo y al llegar la marcha a la plaza de Iparraguirre ante la estatua del bardo se entonan La Marsellesa y el Gernikako Arbola. El alcalde, Juan Alberdi, saluda a los presentes con unas palabras que ponen de relieve la satisfacción por la victoria aliada. José Ángel Igarzabal 25


Tras este acto, prosigue su recorrido la manifestación y al llegar a la empresa de Honorio Alberdi es obsequida por su dirección con cava a la Comisión y con vino a la concurrencia. Como colofón, en el frontón Ederrena se interpreta un aurresku que da paso a bailables hasta media noche.

I CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE IPARRAGUIRRE Otra fecha de singular relieve que recuerda a José María Iparraguirre corresponde a la conmemoración del primer centenario de su nacimiento. Tal celebración nos lleva a septiembre de 1920. Este evento viene marcado por una serie de actos religiosos, culturales y festivos a desarrollarse entre los días 25 y 28 en Urretxu, que cuenta con un censo de población de 1.510 habitantes. El 9 de mayo de ese año, el Ayuntamiento en sesión plenaria acuerda la composición de la Comisión del Centenario que ha de llevar a buen puerto el programa. La integran, como presidente, el alcalde, Genaro Berriochoa, y como vocales Federico Ugalde, Carlos Álvarez y Felipe Elgarresta, actuando de secretario Juan José Belaustegui. En agosto se da a conocer el presupuesto de este acontecimiento que con un total de 17.180 pesetas queda desglosado en las siguientes partidas: Premios: Certamen literario-musical............: 1.250 pts. Concurso de tamborileros.............: 250 pts. Concurso de bandas de música.....: 6.000 pts. Otros gastos: Jurado, diplomas...........................: 1.250 pts. Orfeón...........................................: 2.000 pts. Cuadro dramático..........................: 300 pts. Banquete.......................................: 4.000 pts. Viajes, propaganda, correspondencia 26

e imprevistos.................................: 2.000 pts. Partituras musicales......................: 125 pts. Total: 17.180 pesetas. Aportaciones recibidas: Sr. D. Eduardo Dato......................: Ayuntamiento de Begoña..............: Barón de Areizaga.........................: Ayuntamiento de Laguardia..........: Ayuntamiento de Irun....................: Ayuntamiento de Ordizia..............: Ayuntamiento de Cascante............: Ayuntamiento de Markina.............: Ayuntamiento de Lekeitio.............: Ayuntamiento de Andoain.............: Ayuntamiento de Donostia............: Ayuntamiento de Azkoitia.............: Ayuntamiento de Zarautz..............: Ayuntamiento de Plentzia.............: Ayuntamiento de Aretxabaleta......: Ayuntamiento de Elgoibar............: Ayuntamiento de Ondarroa...........: Ayuntamiento de Arrigorriaga......: Ayuntamiento de Errenteria..........: Ayuntamiento de Zalla..................: Don Venancio Zabaleta.................: Don Francisco Erviti.....................: Don Ricardo Superville.................: Don J. Manuel Hernando..............: Ayuntamiento de Elgeta................: Ayuntamiento de Durango............: Ayuntamiento de Alsasua.............. : Ayuntamiento de Ea......................: Ayuntamiento de Hernani.............: Ayuntamiento de Barakaldo..........: Ayuntamiento de Deba..................: Ayuntamiento de Getxo................: Ayuntamiento de Salvatierra.........: Ayuntamiento de Bera...................: Ayuntamiento de Bermeo..............: Ayuntamiento de Bilbao................: Ayuntamiento de Santurtzi............: Ministro de Uruguay.....................:

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100 pts. 100 pts 100 pts 25 pts. 50 pts. 25 pts. 10 pts. 25 pts. 50 pts. 25 pts. 250 pts. 100 pts. 50 pts. 15 pts. 25 pts. 40 pts. 50 pts. 25 pts. 50 pts. 50 pts. 100 pts. 25 pts. 25 pts. 25 pts. 15 pts. 25 pts. 25 pts. 15 pts. 50 pts. 50 pts. 50 pts. 150 pts. 25 pts. 25 pts. 25 pts. 100 pts. 50 pts. 100 pts.


Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Urretxu

Ayuntamiento de Basauri..............: 50 pts. Ayuntamiento de Azpeitia.............: 100 pts. Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.. : 100 pts. Ayuntamiento de Zumarraga.........: 100 pts. Don Ramón de la Sota..................: 200 pts. Ayuntamiento de Legazpi.............: 100 pts. Ayuntamiento de Beasain..............: 50 pts. Ayuntamiento de Zumaia..............: 50 pts. Caja Ahorros Prov. de Gipuzkoa...: 500 pts. Diputación Prov. de Bizkaia.........: 5.000 pts. Diputación Prov. de Gipuzkoa......: 5.000 pts. Diputación Provincial de Araba....: 250 pts. Ayuntamiento de Oñati.................: 50 pts. Ayuntamiento de Miravalles.........: 25 pts. Ayuntamiento de Bergara..............: 50 pts. Ayuntamiento de Gernika.............: 300 pts. Ayuntamiento de Deusto...............: 100 pts. Centro Vasco de Bilbao.................: 25 pts. Ayuntamiento de Salinas...............: 10 pts. Ayuntamiento de Goizueta............: 25 pts. Diputación de Gipuzkoa...............: 450 pts. Total: 14.655 pesetas. (Los gastos fueron de 13.839,68 pts.)

Tras este apunte económico entramos en el corazón de esta celebración centenaria. Da comienzo el día 26 con un pasacalle a cargo de la banda de tamborileros, salida de gigantes y cabezudos, repique de campanas y solemne Salve en la iglesia parroquial con asistencia de autoridades locales. Se cierra el programa con baile en la Plaza Nueva (actualmente denominada Gernikako Arbola). Al día siguiente, domingo 27, día grande en la localidad al constituirse en espejo que refleja el sentir de Euskal Herria al reverdecer la obra del bardo. El vecindario ha engalanado con colgaduras los balcones de sus casas. En el balcón principal de la casa consistorial destaca un rotulo con la inscripción “Urretxuak guziei ongi etorria” Por otro lado, a la entrada de la villa se levanta un arco decorado con ramaje dando la bienvenida a las diputaciones vascas. Nada más despuntar el día las alegres dianas ejecutadas por las Bandas de Música y de Txistularis urretxuarras invitan a vivir una jornada encuaJosé Ángel Igarzabal 27


drada en la nítida expresión del sentimiento del pueblo vasco. A primeras horas llegan a Zumarraga procedentes de Bilbao y Donostia trenes especiales abarrotados de viajeros. En ellos arriban los componentes de las bandas de música de las capitales de Gipuzkoa y Bizkaia. Subrayamos que la agrupación musical donostiarra interpreta ante la estatua de Iparraguirre el Gernikako Arbola siendo cantado con especial entusiasmo por el numeroso público congregado en el lugar. También destacamos la presencia en este punto del ministro plenipotenciario de Uruguay, Benjamín Fernandez Medina, que deposita a los pies del monumento una corona de laurel adornada de rosas y un lazo con los colores de la bandera uruguaya. A la entrada de la Casa Consistorial una sección del Cuerpo de Miqueletes rinde los Honores de Ordenanza al obispo de la diócesis en el momento de su llegada. Lo hace a los acordes de la Marcha de Infantes interpretada por la banda de clarines de la Diputación de Gipuzkoa. Sobre las diez de la mañana, una vez que desde el balcón central del Ayuntamiento suenan de nuevo los clarines, la comitiva de autoridades y comisiones se trasladan desde el citado edificio hasta la iglesia parroquial. Seguidamente sale la procesión a la antigua usanza foral que recorre las calles Iparraguirre, Necolalde y Jauregui encabezada por la banda local de tamborileros ejecutando la marcha del Patrón de Gipuzkoa y un piquete de miqueletes. A continuación procesionan los estandartes del Sagrado Corazón de Jesús, Hijas de María, Venerable Orden Tercera de San Francisco y de San Luis Gonzaga. A continuación van una imagen de San Ignacio de Loyola y la urna conteniendo las reliquias de Santa Anastasia que dan paso al prelado de la diócesis de Vitoria, monseñor Eijo acompañado de los sacerdotes celebrantes de la misa. Le siguen el Pen28

dón de Gipuzkoa portado por el diputado Sr. Pagoaga, corporación municipal urretxuarra, diputados provinciales señores Satrústegui, Lasquibar, Rezola, Zabala, Alberdi, Aztiria y Conde de Villafranca, además del vicepresidente de la Comisión Provincial de Alava señor Aldama y el Diputado Provincial de Vizcaya señor Llona. Cierran el cortejo el Ministro Plenipotenciario de la República de Uruguay señor Fernandez Medina, el Presidente de la Diputación de Guipuzcoa señor Elorza, el Presidente de la de Araba señor Unda y el Vicepresidente de la de Bizkaia señor Abasolo. En la procesión intervienen también la banda de música de Donostia así como los clarines y maceros en traje de gala de la Diputación de Gipuzkoa. Acto seguido en el templo parroquial se celebra una solemne Misa Mayor presidida por el obispo de Vitoria-Gasteiz (dióceis a la que entonces pertenecía nuestro Territorio Histórico). Es oficiada por el párroco don Cesáreo Aztiria actuando de diácono don Luis Zabaleta y de subdiácono don Eustaquio Aguirreurreta. El Orfeón Durangués intergrado por ochenta voces ofrece la solemne de San Francisco de Grassi cantándose en el ofertorio el “Ave María” de José María Usandizaga. El sermón en euskera lo pronuncia el P. Vicente Barrena. Como colofón se adora la reliquia de Santa Anastasia. Al mediodía en la Plaza Nueva el Orfeón Durangues se presenta en concierto. Ejecuta las obras “Agur Jaunak”, “Astarloa”, de Cleto Zabala, “Aldapeko” de Guridi y “Agur Euskalerria” y “Gernikako Arbola” de Iparraguirre. Este “aperitivo” musical da entrada a la primera parte del Certámen de Bandas de Música en la que corresponde interpretar la obra de libre elección. La tolosarra “Diapasón” bajo la dirección de Valentín Tolosa actúa con la fantasía de la ópera “Lakmé” de Leo Delibes

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Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Urretxu

y por su parte la municipal de Gernika liderada por Segundo Olaeta ofrece la overtura solemne “1812” de Tschaikowsky. Después llega el banquete oficial servido por el restaurante del Casino de Azpeitia. El comedor, presidido por un busto de Iparraguirre, es habilitado en la Escuela de Niñas que regentan las Hijas de la Caridad que como apunta un periódico de la época “Las monjitas, siempre tan hábiles, adornaron con mucho gusto el amplio local, convertido en hermoso comedor que nada envidiaba al lujoso del hotel de ciudad.” Participan en el ágape cerca de un centenar de comensales. En la presidencia se sitúa el prelado vitoriano flanqueado por el ministro de Uruguay a su derecha y por el presidente de la Diputación de Gipuzkoa a su izquierda. El menú es el siguiente: Entremeses; Huevos revueltos con champiñón; Langosta; Volauvant; Pollos asados; Helados granizados; Bizcocho - frutas; Vinos: Borgoña y Riscal; Champagne: Moët Chandon. A los postres, el alcalde don Genaro Be-

rriochoa hace uso de la palabra testimoniando el agradecimiento por su asistencia a los invitados. Seguidamente el exalcalde de Gernika señor Recalde, en representación del alcalde evoca la figura de Iparraguirre y hace referencia a los fueros perdidos. En su intervención el señor Elorza, presidente de la Diputación de Gipuzkoa, pone de relieve que nuestro Territorio Histórico “Debe gratitud a Villarreal de Urrechua, pueblo que ha organizado homenaje tan grande para honrar la memoria de su hijo predilecto Jose María Iparraguirre, tipo representativo del alma vasca.”. Esboza a grandes rasgos la figura del bardo y se refiere a Uruguay a cuyo representante solicita trasmita a su gobierno un saludo de Gipuzkoa. Además indica su deseo de que este centenario constituya “El principio de una nueva etapa de paz que borre para siempre entre los vascos las separaciones que recuerdan aquellas luchas fratricidas de oñacinos y gamboinos.” Monseñor Eijo recuerda a Iparraguirre y apunta que “Ojalá llegue el día que al jurar los reyes de José Ángel Igarzabal 29


España guardar fidelidad a los fueros de Vasconia puedan puedan decir los vascos ¡ya es hora!.” Una fuerte ovación rubrica estas palabras. Por último, dirigiendo un saludo al pueblo uruguayo abraza a su representante. Por su parte, el ministro plenipotenciario de Uruguay, señor Fernandez Medina tiene palabras de elogio para España, Vasconia e Iparraguirre al que considera como un uruguayo más. Finalmente se reza un Padrenuestro en memoria de Iparraguirre y se entona el Gernikako Arbola. La tarde aporta la segunda parte del Certamen de Bandas de Música. Se inicia con la entrada en la Plaza Nueva de la Banda Municipal de Donostia que dirigida por Regino Ariz pone acento wagneriano con la interpretación de la fantasía de “Walkirias”. Le sucede el Orfeón Durangués que canta “Esperanza” correspondiente al Tríptico de Radoux, dando paso al grupo urretxuarra de danza que a las órdenes de José Manuel Argarate aporta lo mejor de su repertorio. Cierra el programa la ejecución por parte de las bandas de música “Diapasón” de Tolosa y Municipal de Gernika de la obra impuesta de obligado cumplimiento en el certamen, el poema sinfónico “Bacanal” de Franco Ribate, director de la Banda de Música de Bilbao. El jurado compuesto por los directores de las bandas de Donostia y Bilbao, Regino Ariz y José Franco respectivamente así como del compositor y comentarista musical Juan José Belaustegui y el organista de Santa María de Donostia José Olaizola adjudica diplomas en “igualdad de condiciones” por la parte de libre elección a ambas formaciones musicales. Respecto al denominado de Honor, el primer premio (3.000 pesetas) es otorgado a la Banda Municipal de Gernika, llevándose el segundo (2.000 pesetas) la tolosarra “ Diapasón”. Por la noche una sesión de bailables y la quema de una colección de fuegos artificiales ponen rúbrica a una jornada considerada histórica para Urretxu y Euskal Herria. 30

En la mañana del día siguiente, día 28, la Sala Capitular del Ayuntamiento es marco de un acto literario-musical. Lo preside el diputado provincial de Bizkaia José Domingo Llona acompañado del alcalde de Urretxu Genaro Berriochoa y del secretario de la comisión del centenario Juan José Belaustegui. Se inicia con el “Andantino” del Padre Martin ejecutado por el violinista Ramón Sanmartin acompañado al piano por María Cruz Otamendi sobrina de Belaustegui. Más tarde ofrecen “Minuetto” de Kreisler. A continuación, el sacerdote urretxuarra Ignacio Belaustegui, párroco de Barakaldo y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, diserta sobre “Semblanza de Iparraguirre y su significado en la tradición foral” y Milagros Egaña canta el zortziko “Nere ir maitea” acompañada al piano por Juan José Belaustegui. Por su parte, el canónigo Miguel Toledo da lectura de la poesía premiada en el certámen literario titulada “Eznatu-gera” de Claudio Sagarzazu “Satarka” mientras Manuel Otamendi de La Gaceta del Norte lee un trabajo titulado “Trueba e Iparraguirre” cuyo autor es Tomás Camacho, director de “El Nervión”. Tras la intervención de Francisco González Torres que versa sobre “Alma vasca” se procede a la entrega de galardones correspondientes al certamen literario-musical con la siguiente relación de premiados: Poesía. Mención honorífica: Claudio Sagarzazu; Obras Dramáticas. Mención honorífica: José Arregui. Accesit: Agustin Elizondo; Colección de obras para canto y piano de Iparraguirre. Accesit: Norberto Almandoz; Rapsodia sobre cantos y bailes populares vasco-navarros para banda completa de tamborileros. Premio 150 pesetas: Luis Urteaga; Fuera de concurso: Colección de cantos para niños. Diploma de Mérito: Angel Telleria; Alborada para banda completa de tamborileros. Diploma de Mérito: Angel Telleria.

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El resto de temas es declarado desierto por insuficiencia de méritos. Al mediodía, la Plaza Nueva constituye el escenario del concurso de tamborileros al que concurren los grupos de Hernani y Elgeta. En primer lugar intervienen los tamborileros de dicha localidad con la interpretación de “El gran pot-pourri” de Torremuzquiz y a continuación la partitura obligatoria al tiempo que los de Hernani intervienen con la obra de libre elección “Variaciones de Artzai-kantak” de Basurko además de la obligada. El premio se concede a la banda de tamborileros de Hernani. El epílogo lo pone el concierto que ofrece la banda de música de Gernika. Partidos de pelota, bailables a cargo de la banda de música de Urretxu y fuegos artificiales cierran la jornada festiva. Culminan los actos del primer centenario del nacimiento de Iparraguirre el día 28 con la actuación de bertsolaris, partidos de pelota, bailables y como final fiesta nocturna concluyendo con una “retreta”. Destacamos que coincidiendo con esta conmemoración sale a la luz la publicación “El bardo euskaro Iparraguirre” de 102 páginas editado en Durango por R.F. de Soloaga cuyo autor es Ignacio Belaustegui. El Orfeón Donostiarra recuerda a Iparraguirre en su I Centenario. El día 25, víspera de la celebración reseñada, en el Boulevard, como homenaje al bardo euskaldun, ofrece un concierto el Orfeón Donostiarra bajo la batuta del zumarragarra Secundino Esnaola. El programa incluye las obras Euskaldunak e Irutxito del Padre Donosti; Maitasun atzekabea, Txori urre txindorra, Amatxo, Aldapeko y Goiko mendiyan de Guridi; Ituna y Beti duk on de Almadoz; Itzaya de Pedro Usandizaga y Gernikako Arbola de Iparraguirre.

el IV DIA DE LA POESÍA VASCA HONRA A IPARRAGUIRRE La Sociedad Euskaltzaleak con el objetivo de fomentar la creación de trabajos en euskera instituyó con carácter anual el Día de la Poesía Vasca bajo el lema “ Eusko olerkarien jaia”. En su cuarta edición esta manifestación cultural euskaldun se celebra el 16 de julio de 1933 en Urretxu constituyendo un homenaje a su preclaro hijo, Jose María Iparraguirre. De víspera, por la tarde, se siente la fiesta merced a un pasacalle a cargo de las bandas de música y de txistularis de la localidad. Por la noche, en el frontón Ederrena el Cuadro Artístico de Euskal-Etxea de Zumaia representa adaptado al euskera por Toribio Alzaga el drama “Ramuntxo” de Pierre Loti. La jornada cumbre se abre temprano, a las siete de la mañana, con una diana ofrecida por la banda de música local. Dos horas mas tarde, recorre las calles urretxuarras la banda de txistularis. Posteriormente, merece atención la solemne misa mayor oficiada en la iglesia parroquial. La parte musical corresponde al coro parroquial dirigido por el maestro Aranzadi, viéndose reforzado por el solista eibarrés Jose María Eguren y el renombrado barítono debatarra Juan Urquiri. Se canta la Segunda Pontifical de Perossi. La homilía corresponde a Antonio Abaunz que desarrolla el tema “Otoitza ta olerkia- oración y poesía”. Continúan los actos con un homenaje a Iparraguirre teniendo como marco la sala capitular del Ayuntamiento. Hace uso de la palabra el tolosarra Jose Eizaguirre, presidente de Euskal-Esnalea. Hace mención a la actividad desplegada por Euskaltzaleak destacando la importancia que supone abrir puertas a la literatura vasca y al euskera y mas adelante dice “Esto es posible porque hubo hombres que allí en épocas que empiezan a ser remotas se desvelaron y trabajaron por nuestro idioma. José Ángel Igarzabal 31


No podemos enjuiciar el mérito de un Iparraguirre teniendo en cuenta los medios y el ambiente actuales. Es menester tener presente la soledad y el desierto en que el bardo de Urretxu inició su apostolado patriótico y literario. Enmarcándolo así, en su propio ambiente, es cuando se puede enjuiciar dignamente la grandeza de Iparraguirre”. Tras una breve intervención del sacerdote P. Aristimuño se procede a la lectura de la poesía ganadora del Premio de Honor. Seguidamente se hace entrega de las distinciones a los galardonados. Culmina el acto cantándose el Gernikako Arbola y saliendo al balcón del Ayuntamiento los bertsolaris “Txirrita”, Lujambio y “Telleritxiki”, aportando inspirados bertsos dedicados a Iparraguirre. Al mismo tiempo en la plaza Gernikako Arbola la banda de música de Urretxu dirigida por Gracián Urain se presenta en concierto. Interpreta las obras “Euskal Herriko kantak” y “Aires Vascos números 1 y 2” de José Franco y con carácter de estreno “Alborada Vascongada” del compositor urretxuarra Juan José Belaustegui. El alcalde, Domingo Berriochoa, preside el banquete oficial al que concurren unos 200 comensales siendo servido por Casa Lizarralde en los “arkupes” situados bajo dicho bar. A los postres el zumarragarra Carlos Linazasoro “Altzeta” agradece la asistencia a los actos a una representación de Lapurdi. Interviene a continuación en la misma línea Esteban Urkiaga “Lauaxeta” en representación de Bizkaia. En nombre de Lapurdi responde el señor Garitagoitia que brinda por la estrecha unión de todos los vascos. Por la tarde en el frontón Ederrena una fiesta vasca marca el protagonismo de esta jornada de exaltación de la poesía euskaldun. Como preludio la Plaza de Iparraguirre constituye el escenario de un concurso de irrintzilaris alzándose con el primer premio José Legorburu. 32

Respecto al festival despunta la intervención de 27 grupos de dantzaris y 8 de hilanderas. Los primeros proceden de Tolosa (3), Ordizia (2), Zumarraga (3), Bergara (6), Ataun, Zaldibia, Alegia, Soraluze, Arrasate, Elgoibar, Legorreta, Azkoitia, Lazkao, Beasain, Legazpi y Eibar. Los grupos de hilanderas corresponden a Alegia, Bergara y Ordizia. Un acontecimiento de relieve llega con la actuación del Orfeón Iparraguirre de Urretxu integrado por 180 voces. Bajo la dirección de Toribio Navarro deleitan al público con la interpretación de “Festara”, “Goizeko izarra”, “Xarmangarria”, “Eskerrak jaunari” y “Ume eder bat”. El broche final lo pone el “Gernikako Arbola”. En el intermedio, el barítono José Maria Urkiri, que a pesar de sus compromisos profesionales deseó estar presente en esta jornada, entona “Zuregatik” de Agesta y dos canciones de Iparraguirre. Concluido el festival sus integrantes se dirigen a la plaza que preside la estatua de Iparraguirre ante cuyo monumento se canta el Gernikako Arbola. Seguidamente se da paso a una romería amenizada por acordeonistas así como por las bandas de música y txistularis de la localidad. Por la noche en el Ederrena el Cuadro Artístico de la Academia de Declamación Vasca de Donostia pone en escena el drama en euskera “Dolorra” de Jose Elizondo. Respecto a los clasificados en el certamen, en la Clasificación Primera (poesías de género y materia libre), a la que se presentaron 24 poesías, el Premio de Honor recayó en Francisco de Echeberria, antiguo director de “Argia” por su poesía “Bost lore”, enviada desde Marneff (Bélgica). En la Clasificación Segunda (pequeños poemas épicos), a la que se presentaron 8 trabajos, se declaró desierto el premio otorgando el jurado dos accésit: el primero de 100 pesetas a Ildefonso de Urkiri de los Canónigos de Oñati y el segundo de 50 pesetas a Rafael Querejeta de Bilbao. Finalmente, en la Clasificación Tercera (colección

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de poesías populares), a la que concurrieron 24 trabajos, se concedieron los siguientes premios: 1º: Joaquín Dorronsoro; 2º: Andrés Ecenarro; 3º: Eulogio Gorrochategui y 4º: Fernando Urquiaga. En el marco de esta conmemoración se presentó un librito que recoge un breve juicio crítico de la obra de Iparraguirre cuyo autor es Juan José Belaustegui. Asimismo, con ocasión de esta fiesta y bajo el título “El Bardo Vasco”, escribe Belaustegui “El Pueblo Vasco” lo siguiente: “El bardo euskaro Iparraguirre, como enamorado de las instituciones forales, sentía dolorido su noble corazón, a consecuencia de las ominosas leyes que despojaron a Vasconia de sus inmanentes derechos, de sus privativas libertades, de su soberanía individual, y como enérgica y viril protesta de tal desafuero, brotó su brillante imaginación el “Gernikako Arbola”, ese himno de paz y de amor y no de guerra, que representa una maravillosa conformidad del alma del cantor con el alma colectiva de la raza vasca y hace transportar la imaginación del euskaldun al lugar donde se venera el santo árbol, símbolo que compendia las seculares tradiciones del solar vasco. La recompensa que de esta magna obra tuvo Iparraguirre fue la reclusión en la cárcel de Tolosa, y en aquella soledad, en aquella penumbra, escribió la letra y música de un patético zortziko titulado “Nere amak baleki”, en cuyas estrofas, de carácter lúgubre, explica el proceso de su prisión y su inocencia. Revelado ya Iparraguirre como poeta y compositor de insólita inspiración, trazó magistralmente el zortziko que lleva el título de “Kantari euskalduna”, en el que describe admirablemente su vida de pobre y desheredado, que llevando por única compañera una vieja guitarra, su lira mágica, se ganaba honradamente la vida deambulando por el mundo, sin tener residencia fija, a guisa de los bohemios. Como resultado del amor ardiente que profe-

saba a su amada, escribió el “Ume eder bat”, composición idílica llena de ternura y de pasión, que dulcemente arroba el corazón. Bien podemos decir que Iparraguirre pintó con elevada propiedad y donosura las cualidades de su amada; de ahí que como cancionero ocupa el alto lugar que los críticos le han otorgado libérrimamente. El “Agur Euskal Erriari” es el melancólico canto de despedida de un vasco, que abandona su país, dejando en él, digámoslo así, partículas de su corazón. En ese zortziko pulsa con tal vehemencia las cuerdas del sentimiento que no hay euskaldun alguno que al escuchar sus expresivos, al par que delicados acentos, no sienta arder en su pecho la llama del amor a Vasconia. “Gora Euskera”, así se titula la composición poética dedicada a ensalzar la relevante figura de don Francisco Aizkibel, eximio filólogo guipuzcoano. Esta composición exornada de una melodía sencilla e ingenua, pero saturada de fragante aroma, tiene todas las características de la música popular, y por ende, subyuga a los oyentes. Cuando Iparraguirre divisa desde el suelo extranjero su patria querida, su musa, aún fresca y lozana, prorrumpió en un precioso canto de salutación a las montañas euskaras, de esta manera: Ara nun diran mendi mateak Ara nun diran zelayak. Baserri eder zuri zuria Iturri eta ibayak. Hendayan nago zoraturikan Zabal zabalik begiak Ara España... lur oberikan Ez du Europa guztiak. La poesía festiva “Glu, glu, glu”, imitando el delicioso acto de beber el vino de una bota colocada a cierta altura, hace participar de las gracias en ella impregnadas. Sus versos son bastante prosaicos, pero revestidos con José Ángel Igarzabal 33


las galas de la música, adquieren cierto grado de elevación y originalidad. “Nere ongile maiteari”, “Nere izarra”, “Zugana Manuela” y “Frukariya”, he ahí cuatro lindas canciones poético musicales, que, respectivamente describen, ora el cordial agradecimiento de Iparraguirre hacia sus protectores de la República Argentina, ora la bella imagen de sus felices ensueños, ora la expresión viva y vehementísima del afecto pasional con que distinguió a su amada Manuelatxo, ora la desolación y miseria de una familia motivada por la carencia del sustento necesario para la vida. Estas composiciones impregnadas de ternura y apasionamiento, producen emociones puras y desinteresadas. La poesía que encanta por su perfecta factura y delicadeza es la enviada desde América y dedicada a los hijos de su pueblo de Urrechua titulada “Amerikatik Urretxuko semiei”. Con razón se clasifica esta composición entre las más clásicas de la antología vasca. Todos los años, en el mes de agosto, se celebra en Anzuola, la célebre parodia de la batalla de Valdejunquera, batalla en la que los anzuolanos, después de derrotar a los moros y hecho prisionero a su rey, arrebataron la bandera de la media luna. A esta parodia dedicó el bardo una poesía, que si bien es algo prosaica y descuidada en la forma, revela el cariño y entusiasmo que le movió a escribirla. En el catálogo de las obras poéticas de Iparraguirre, figuran también las tituladas “Jaungoikoa eta arbola”, “Iparragirreren oldozmen da”, “Gure ametza”; “Nabarrako euzko bazkunari”, “Oroitza”, “Galdu genduan gure moraza”, “Obian”, “Okendori”, “Becero Bengoa, Arrese, Erran eta Manteliri”, “Elizondoko batzaria” y “Euskaldunen gauzik maitena”. Si aplicamos el escalpelo de la severa crítica a estas composiciones poéticas, seguramente que no hay una venza a la acción de la censura. Sin embargo ofrecen hasta cierto punto 34

esa originalidad nacida de la fuerza del sentimiento, del raudal de la inspiración, y no de premeditadas y frías combinaciones que están al alcance de un escritor cualquiera y que sólo buscan con estudiado empeño los poetas vulgares. Iparraguirre amó a su país como puede amar el más entusiasta de las tradiciones vascas, y cantó sus proezas, sus glorias, sus anhelos, cautivando y seduciendo a las muchedumbres. Él continúa siendo el ídolo y el autor preferido del pueblo euskeldun, y sus poesías y cantos forman el repertorio selecto y predilecto de todos los amantes del País Vasco. Cantad, pues, con entusiasmo esas canciones de la perfumada flora vasca, porque su aroma es la gota de néctar que endulza el cáliz de la vida.”

I CENTENARIO DEL GERNIKAKO ARBOLA En el calendario de 1953 la fecha del 25 de julio nos conduce al recuerdo de una efeméride que se celebra en Urretxu con toda solemnidad. Se trata del I Centenario del Gernikako Arbola. Esta conmemoración se inscribe en el marco de una situación socio-política atenazada por la férrea dictadura franquista. Tal circunstancia queda reflejada en el desarrollo de los actos. Muestra de ello se aprecia en el tratamiento informativo. Un ejemplo lo tenemos en el rotativo bilbaino La Gaceta del Norte. En su narración de la jornada vivida en la villa natal de Iparraguirre incluye estos textos: “Los actos se han desarrollado en un ambiente de honda vibración patriótica, como corresponde a la auténtica tradición de los guipuzcoanos y el motivo de la celebración de esta fiesta, ya que Iparraguirre en su azarosa vida y en su continuo caminar por el mundo, cantó siempre el amor a España y el amor a su tierra, amores que no se contradicen, sino que proclaman la unidad inquebrantable de España.” Más ade-

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Fotografía: Josema Azpeitia

José Ángel Igarzabal 35


lante se escribe: “Las casas se habían engalanado con colgaduras de los colores nacionales y por todas partes flameaban banderas españolas. El pueblo presentaba el aspecto de las grandes solemnidades. De la capital y de distintos pueblos de la provincia han sido muchos los que se han trasladado a Villarreal de Urrechua para expresar su simpatía a la figura de Iparraguirre. El ministro de Justicia llegó acompañado del subsecretario del Departamento don Ricardo Oreja y del director general de Prisiones señor Herreros de Tejada. Fueron recibidos por el gobernador civil, presidente de la Diputación con la Corporación Provincial en pleno, alcalde de San Sebastián y otras autoridades.” Contextualizado el momento histórico que envuelve a esta cita que rememora el estreno hace cien años del Gernikako Arbola en el madrileño Café de San Luis nos hacemos eco de lo que dio de sí esta jornada conmemorativa. Comienza a primeras horas de la mañana con un pasacalle a cargo de la banda de música local. En el Ayuntamiento es recibido el ministro de Justicia Antonio Iturmendi al que acompañan el subsecretario del departamento y el director general de Prisiones. Son cumplimentados por el gobernador civil Tomás Garicano; el presidente de la Diputación Jose María Caballero con la Corporación Provincial en pleno y el alcalde Ignacio Arratibel encabezando a los corporativos municipales. Tras el acto protocolario autoridades e invitados acuden a la iglesia parroquial donde el párroco Nicolás Madinabeitia oficia una solemne misa mayor. Concluida la ceremonia religiosa, en la plaza de Iparraguirre, al pie de la estatua del bardo, el alcalde deposita una corona al tiempo que dirige unas palabras de salutación y bienvenida al ministro de Justicia y al resto de autoridades presentes. Pasa seguidamente a destacar la labor desarrollada en la organización de este homenaje a Iparraguirre. 36

Al mediodía, en el frontón Ederrena tiene lugar el acto central en honor del autor del Gernikako Arbola. Como puede advertirse queda patente en los discursos la ideología del Régimen político imperante. Abre el turno de intervenciones el presidente de la Diputación Jose María Caballero. Felicita al Ayuntamiento por la programación de estos actos y dedica palabras de admiración hacia Iparraguirre anotando de él que como “auténtico vasco y, por consiguiente, auténtico español, supo compaginar sus dos grandes amores, el de su tierra y el de la Madre Patria, España.” Por su parte el euskaltzale y destacado miembro del carlismo gipuzkoano Antonio Arrue, señala que “Si Iparraguirre había muerto, su canto y sus obras estaban vivas” y finaliza recitando la última estrofa del Gernikako Arbola. Unas palabras del subsecretario de Justicia, Ricardo Oreja, felicitando al Ayuntamiento por la organización de este evento y subrayando su entusiasmo por la figura de Iparraguirre, dan paso al discurso del ministro de Justicia que cierra el capítulo de intervenciones. Antonio Iturmendi, entre otros aspectos, afirma “Cien años de historia heterogénea, en la que ha habido de todo, éxitos y fracasos, victorias y derrotas, pero en los que a pesar de las adversidades, sobreviviendo milagrosamente al devastador paso del tiempo, el árbol de Guernica se ha mantenido clavado en el suelo con ahincada firme, y lo mismo que ese árbol de Guernica, se mantiene también, en lo mas íntimo, recio y entrañable de nosotros, la veneración por Jose María Iparraguirre, que no es solo un auténtico campeón del juglarismo vascongado, sino también el atleta que supo fundir en su corazón, inconmoviblemente cristiano, la ternura filial hacia la patria chica y el amor a la patria grande.” También arremete contra el liberalismo expresándose así: “No hubo contradicción como algunos han pretendido, en que el indómito cantor de la libertad que fue Iparraguirre diese el esfuerzo de

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su brazo y la sangre de sus venas a una causa calumniosamente motejada de oscurantista y retrógrada. La Tradición nunca fue enemiga de la verdadera libertad. El liberalismo sí que lo fue, y en cambio, nunca fue liberal, en el sentido ortodoxo de la palabra, nunca amó la libertad, ni nunca la puso en práctica, contentándose con arropar al pueblo las absurdas migajas de unas libertades venenosas. Precisamente por amar aquella libertad y amarla como aspiración de su vida, por sentir la Tradición, no como un mero recuerdo del pasado, sino de modo vivo y operante, no se fue Iparraguirre a la filas liberales, sino que se marchó a las carlistas.” “Cuanto mayor, más generosa y absoluta sea vuestra aportación a la empresa de engrandecer la Patria”, termina diciendo Iturmendi, “mayor será también la grandeza y la gloria de esta bendita tierra vasca donde crece el árbol de Guernica, el árbol de la fe, de la paz y de la esperanza, que con tanta inspiración cantó nuestro poeta, el último bardo, Jose

María de Iparraguirre.” Después de los discursos se procede a la entrega de premios a los autores galardonados en los certámenes literario y musical, finalizando el acto interpretándose por la banda de música el Gernikako Arbola e Himno Nacional. El fallo del certamen literario quedó de la siguiente manera: Jurado: Presidente, Miguel Sagardia; Vocales, Rufino Mendiola, Julián Elorza, Antonio Arrue, Angel Irigaray e Ignacio Zumalde “Basarri”. Secretario, Fausto Arocena. En su Base Primera se presentaron once trabajos, acordándose declarar el primer premio desierto y en consecuencia otorgar tres nuevos segundos premios que unidos al anunciado hacen cuatro, adjudicándose sin discriminación de méritos entre sí a las composiciones presentadas bajo los lemas: “Arlote Txiki”, de Fernando Artola. “Eskillau txarri”, de Javier Azurmendi “Errikoi”, de Nemesio Echaniz. “Lizarreta”, de Fabian Loidi. José Ángel Igarzabal 37


También se declara un tercer premio que se adjudica al trabajo presentado por Nemesio Echaniz bajo el lema “Aritza lege”. Por último, el jurado declara desiertas las bases segunda y tercera. Respecto al fallo del certamen musical, el jurado lo integran: Presidente, Enrique Laborde; Vocales, P. Donosti, Jesús Guridi y Ramón Usandizaga. Secretario, Francisco Juaristi. En cuanto a los premiados, fueron los siguiente: Base Primera (Poema sinfónico coral para coros y orquesta sobre temas populares u originales con texto en euskera): Francisco Escudero con la composición “Ne veties musicam”. Base Segunda (Canciones vascas inéditas con texto castellano-euskera a una voz para tenor y soprano.) Primer premio: “Udazkena” de Tomás Garbizu. Segundo: “Arantzazu” de fray José María Arzuaga. Base Tercera: Primer premio: “Erdoizta” de Juan María Ugarte. Segundo: “Negua (atso zarrak)” de Tomás Garbizu. Base Cuarta: Primer premio: “Goiza” de Tomás Garbizu. Segundo: “Errota-zar” de Luis Aramburu. Base Quinta (Obras para coro viriles). Primer premio: “Da zabaltzazu” de Juan Urteaga. Segundo: “Oitura zar zale” de Lucas Guridi. Base Sexta: Primer premio: “Bost” de Juan Urteaga. Segundo: “Elurra” de Tomás Garbizu. El acta de jurado hace contar que “Recibió con plena satisfacción las composiciones enviadas fuera de concurso por el eximio músico Don Norberto Almandoz y acuerda felicitar a dicho señor por el acierto que revelan sus composiciones.” A Javier de Borbón-Parma no se le permite acudir a estos actos. Manuel Martorell, periodista y doctor en Historia, se refiere a este extremo haciendo referencia a una carta diri38

gida a Antonio Arrue por el pretendiente de la rama carlista al trono de España. Dice así: “En 1953 se dirige a Arrue por carta felicitándole por la celebración del centenario del Gernikako Arbola de Iparraguirre al que Don Javier define como “combatiente carlista y poeta”. En la misiva, que lleva fecha de 10 de junio, lamenta no poder asistir al homenaje en Villarreal de Urrechua porque no se lo permiten. Después, para resaltar la importancia que tenía este símbolo, le explica que Alfonso Carlos, el hermano de Carlos VII se llevó consigo al destierro una bellota del Árbol y la plantó en el patio de honor del castillo de Puchheim (Austria), donde le recordaba, a él y a sus amigos, la lejana y querida tierra vascongada. El rey Don Alfonso Carlos, explica en su carta, “duerme su último sueño, junto a a la reina María de las Nieves, en la capilla a la sombra del Arbol hijo de Guernica”. Al hilo de lo expuesto nos parece oportuno señalar, en referencia a lo político, que en un momento de su vida Iparraguirre renuncia a su pasado carlista. Esto se desprende de lo apuntado en un escrito de Isidoro de Fagoaga publicado en “Euzko Deya” de México en febrero de 1963. El escritor hace mención a la intervención de José Maria Iparraguirre en el teatro Colón de Buenos Aires el 29 de julio de 1877 en la que lee la composición poética “Jaungoicoa eta Arbola”. Seguidamente se expresa de esta forma “Si, como tantas veces se ha afirmado, Iparraguirre fue carlista en su mocedad, estos versos prueban que más tarde, en su edad madura, se hallaba radicalmente arrepentido de ello. La tercera estrofa del poema lo prueba así. Es un duro apóstrofe contra el Pretendiente, que textualmente transcribimos:

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Zuaz, Don Carlos zazpigarrena. Urrun baigure lurretic; Ez duzu utzi guretzat pena Eta tristura besteric;


Lutoz negarrez ama gaisoac ¡Ay! Ezin consolaturic; Ez degu nai ez gueyago icusi Zori gaiztoco guerraric. (Vete Don Carlos séptimo, Lejos sí de nuestra tierra; Para nosotros no has dejado Más que pena y tristeza; La pobre madre llorando de luto ¡Ay! Inconsolable; No queremos ver más Ninguna maldita guerra.)”.

DUDAS SOBRE LA AUTORÍA MUSICAL DEL GERNIKAKO ARBOLA A lo largo del tiempo se ha puesto en duda que Iparraguirre fuera el autor de la música del Gernikako Arbola atribuyendo la autoría a Juan María Altuna. En 1965 se reaviva el tema. Se produce como consecuencia de un escrito aparecido en El Correo Español - El Pueblo Vasco, firmado por un periodista bilbaíno bajo el seudónimo de Inocente Ledesma que mantiene tal postura. Es rebatido contundentemente por el escritor y poeta Gabriel Aresti y el periodista Esteban Calle Iturrino. Sobre este asunto insertamos el artículo de Juan José Belaustegui titulado “Iparraguirre y su Gernikako” publicado en la revista donostiarra “Novedades” de fecha 18 de julio de 1909: “Desde que ese himno encarnación por su letra del ideal vascongado, y expresión por la música de su sentimiento y pasión, saliendo de la estrechez en que en un principio se encerrara, recorrió veloz la Europa entera, nadie pensó en atribuir la paternidad a otro que a Iparraguirre, hasta que la crítica francesa, por uno de sus más ilustres escritores, ha negado a éste tal dictado, concediéndosele al organista Altuna. Y desde que esa especie se lanzó a la publicidad todo el mundo, como movido por

un mismo resorte, ha callado, y ni siquiera el vascongado, llamado mejor que nadie a depurar un hecho que quita la aureola de la inmortalidad a un insigne bardo, se ha levantado a protestar de tan solemne, cuanto atrevida información. Comprendo que quizá sea el menos indicado para intervenir en una cuestión de tal índole como la presente, pero tratándose de vindicar a un paisano mío, al que el pueblo bascongado siempre admiró, y al que en aras del entusiasmo que sus composiciones le inspiraran, le erigió eterno monumento que perpetuará su memoria, no puede, quien se siente orgulloso de las glorias patrias, dejar pasar en silencio este punto, que indudablemente significaría el triunfo de un error. Déjese en buena hora discurrir al didáctico sobre la unión que existe entre la música y la poesía, sobre si ésta es superior o anterior a aquella, y si ambas deben unirse, hermanarse amigablemente; lo cierto es que, en nuestro bardo vascongado, ambas cualidades eran inseparables, caminaban de común acuerdo. Sentía como poeta; las fibras de su corazón latían con excesiva violencia al tratarse de su Vasconia, y al calor de ese sentimiento, y movido por la misma pasión, produjo ese hermoso himno, que hace transportar la imaginación al punto donde se venera el Santo Arbol, símbolo que recuerda nuestras famosas leyendas, que trae a la mente nuestras veneradas tradiciones, que guarda nuestros pensamientos, y a cuyos pies yace enterrado el cadáver de nuestra sacrosanta libertad. Dígase si se quiere que Altuna hubo aprovechado aquel torrente de inspiración; más todavía, dígase que moldeó, vació e hizo pasar por el crisol de las leyes de la música. ¿Pero, será esta razón bastante, por sí sola, para afirmación tan atrevida?. No. La labor de Altuna se limitó exclusivamente a armonizar aquella composición. Fue labor secundaria. Hubiera no existido Altuna y el “Guernikako” pasaría a la posteridad con la característica José Ángel Igarzabal 39


de los cantos populares, y nadie llamaría autor de la obra a quien más tarde hiciera el trabajo de acomodarla para otros instrumentos. Un dato por sí solo bastará a confirmar lo que llevamos dicho: Cantábase en cierta ocasión el “Guernikako” en presencia de Iparraguirre. Al oír la segunda parte de la composición una excitación violenta, mezcla de dolor y disgusto, se apoderó de nuestro bardo. “Me habéis destrozado la obra”, dijo a los que la interpretaban. Quedaron los que le oían inmóviles ante semejante afirmación. “Sí” prosigue aquel, “esa segunda parte no está tal cual yo la concebí. Es preciso evitar la monotonía que resulta de la repetición del “re mi re” hasta cuatro veces. Debe, pues, sustituirse el primer fragmento de la segunda parte, “sol, sol, la, si, do, re, mi, re” por “sol, sol, la, si, do, re, sol” para mejor efecto”. Esto indica que Iparraguirre no era ajeno a la composición, que era suyo el “Guernikako Arbola” y que por lo mismo se aferraba en que apareciera tal cual él lo hubo ideado. En resumen, negar la paternidad de dicha obra a Iparraguirre es negar la tradición toda, es denigrar al pueblo vascongado, que al pie de su estatua grabó las notas de su eterno canto para perpetuar su memoria, es rasgar de un solo tirón la historia de Vasconia, que siempre le veneró como a padre de nuestras canciones. Es, en una palabra, colocarse al pie de su estatua y decirle: “Baja, tu gloria se eclipsó, mintieron los que de ti escribieron preciosas páginas, los que tus glorias cantaron. Malogrados escritores desconocieron tu historia, no te conocieron, solo te admiraron.” Pero no. Iparraguirre queda para siempre, queda porque es la verdad, el verbo del pueblo eúskaro, el autor del “Guernikako Arbola”, queda porque ha encarnado en ese himno genial la santidad de nuestro duelo, la esencia de nuestras justas aspiraciones y la substancia de nuestro ser. Cantemos, pues, ese himno popular al leño augusto que, según Tirso de Molina, “ha con40

servado la antigüedad que ilustra a sus Señores, sin que tiranos le hayan deshojado ni haga sombra a confesos ni a traidores”. Guernikako Arbola Da bedeinkatuba Euskaldunen artean Gustiz maitatuba Eman da zabalzazu Munduban frutuba; Adoratzen zaitugu, Arbola Santuba!.”

SE ESTRENA EN DONOSTIA LA ANTOLOGÍA LÍRICA “IPARRAGUIRRE” En una fecha tan significativa en el calendario festivo donostiarra como es la de Santo Tomaseko Feria, en su edición del 21 de diciembre de 1971, se registra el acontecimiento del estreno en el Teatro Principal de la antología lírica teatral “Iparraguirre” del compositor donostiarra Juan José Guerrero Urreisti. Intervienen en esta obra, versionada al euskera por María Dolores Aguirre, directora que fue de la Academia de Declamación y Lengua Vasca, el grupo de danzas de la Academia “Sarasua-Brown”, el “Ballet Kresala”, la “Coral Lartaun” dirigida por Juan Oñativia y el “Grupo de Declamación Vasca” del Ayuntamiento de San Sebastián. Se interpretan las canciones mas representativas del repertorio de Iparraguirre. Sobre el estreno Estrella Inchausti escribe en El Diario Vasco: “La interpretación corrió a cargo de la Escuela de Declamación Vasca, alcanzando uno de los mayores triunfos de su ya dilatada carrera artística, destacando notablemente y revelándose como una real promesa de la canción lírica, dentro de los mejores empeños de arte declamado y cantado, Jose María Echeveste.

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Fotografía: Francisco Javier Aguado

Sus números de música fueron rubricados en su totalidad con verdaderas ovaciones prolongadas especialmente en las canciones “Nere amak Baleki”, “Agur Euskalerria”, “Nere etorrera” y “Gernikako Arbola”. La mezzosoprano Amaya Laborda, juntamente con el señor Echeveste, levantaron el entusiasmo del auditorio en el delicioso dúo “Ume eder bat”. El grupo de danzas y bailes de la Academia Sarasua-Brown, intervino brillantemente en los números “Zugana Manuela” y “Glu, glu, glu” El Ballet vasco Kresala ofreció en tres momentos de la Antología una magnífica exhibición de “Aurresku”, Ezpatadantza y bailes populares vascos. También consiguió una acertada actuación y colaboración la Coral Lartaun de Oyarzun en todos los momentos de su intervención y especialmente en la interpretación coral de “Nere Matiarenzat” (a mi amada) y el “Guernikako Arbola”.”

HOMENAJE DE PATXI ANDIÓN En 1973, compuesto por catorce canciones del bardo, sale a la luz pública un L.P. que constituye el único disco del cantautor vasco cantado en euskera. Su título “Joxe María Iparraguirre Patxi Andionen era”. Lo edita Discográfica Phillips bajo la dirección artística de Alfredo García, ocupándose de la adaptación Patxi Andión ycorriendo a cargo de Luis Iriondo la supervisión de euskera. También es de justicia citar la colaboración del sacerdote urretxuarra Antonio Rey, organista de la iglesia parroquial de Zumarraga, que contribuye con la entrega de tres canciones de Iparraguirre desconocidas hasta el momento: “Zu maitea”, “Trapu zaharra” y “Oi nere zoragarria”. Con ocasión de la salida al mercado de este disco el diario madrileño ABC publica una estrevista realizada a Patxi Andión. De la misma recogemos un par de fragmentos vinculados al José Ángel Igarzabal 41


argumento que configura el eje de esta publicación. De esta manera Patxi Andión explica el motivo de este homenaje a Iparraguirre a través del disco: “Porque es un hombre muy importante para el pueblo vasco; porque es un precursor de lo que hoy somos nosotros, los cantantes-autores, y porque su nombre está presente en el folklore vasco, tiene un número importante de canciones que son archifamosas, aunque la gente que las canta y que las conoce ignora todo acerca de su autor.” Por otro lado afirma: “Su cancionero popular contiene temas muy variados, pero básicamente están unidos por la constante del País Vasco, de su tierra, de su exilio, de sus nostalgias... también tiene algunas canciones algo intranscendentes, aunque con buenas letras de amor, pero fundamentalmente son temas nacionalistas, en el mejor sentido de la palabra.” Tuvieron que pasar cuarenta y tres años para que Patxi Andión cumpliera su deseo muy soñado que era cantar los temas de Iparraguirre en el pueblo natal del bardo. Este anhelo se hizo realidad el 4 de marzo de 2016 cuando el cantautor acude a Urretxu, coincidiendo con la entrega de premios de Literatura “Iparragirre Saria”. Su presencia obedece a la invitación cursada por el escritor y periodista Félix Maraña, organizador y miembro del jurado de los referidos premios. Tras el acto de entrega de galardones en la Sala Capitular del Ayuntamiento, Paxi Andión con la natural emoción, ofrece un recital con canciones de Iparraguirre en la iglesia parroquial.

SE CONSTITUYE EN DONOSTIA EL “GRUPO IPARRAGUIRRE” A principios de 1975 surge desde el alumnado del Conservatorio Municipal de Música de Donostia el “Grupo Iparraguirre”. Tiene por objetivo acercar a la sociedad el aspecto humano y artístico del bardo nacido en Urretxu. 42

Este colectivo cultural se estrena a últimos de noviembre en el Ateneo Guipuzcoano. Lo hace con una conferencia-concierto centrada en la versión de la antología lírica teatral “Iparraguirre”, original de Juan José Guerrero Urreisti, obra estrenada por el Grupo de Declamación Vasca del Conservatorio de Música el año 1971, coincidiendo con el noventa aniversario del fallecimiento del gran arlote vasco. La actuación finaliza interpretándose varias canciones de Iparraguirre. A primeros de diciembre esta conferencia-concierto se traslada al salón de actos de Escuelas Legazpi de Zumarraga viviéndose un evento subrayado por la pasión que Iparraguirre genera en dicha localidad y Urretxu.

EL DANTZARI-TXIKI EGUNA HOMENAJEA A IPARRAGUIRRE El domingo 13 de junio de 1976, en Urretxu se vive una singular jornada en torno al desarrollo del Dantzari Txiki Eguna, encuadrado en la final del V Festival Interescolar de Danzas Vascas, patrocinado por la Diputación de Gipuzkoa. Participan diecisiete grupos de dantzaris procedentes de diversos lugares del Territorio Histórico, alcanzando un total de trescientos componentes. Desde el balcón central de la Casa Consistorial el niño José Miguel Aranzadi de la ikastola Landaberri de Lasarte da lectura en euskera de un corto texto de salutación. Le sigue en el uso de la palabra el diputado provincial Manuel Olaizola. Utilizando la lengua vernácula destaca la condición de vasco de Iparraguirre y lee la letra completa del Gernikako Arbola. Cierra las intervenciones el presidente de la Diputación, Juan María de Araluce Comienza diciendo “Señor alcalde y Ayuntamiento de Villarreal de Urrechua, personalidades e ilustres acompañantes, querido dantzari, pueblo entero de Villarreal; me cabe el honor y la satisfacción, como presidente de

IPARRAGUIRRE: Una crónica para el recuerdo


la Diputación de Gipuzkoa, de presidir este acto de reunión de los dantzaris txikis en su homenaje a nuestro entrañable Iparraguirre.” Más adelante apunta: “En este día luminoso quede bien reflejado lo que representa y lo que es la figura de Iparraguirre, la de un hombre que supo cantar con inquietud, con sencillez y con respeto, en tonos profundos, en tonos que llenan el alma, lo que es la tradición de ésta nuestra tierra.” Tras afirmar que Iparraguirre fue un hombre limpio, que nunca tuvo agravios, y si los tuvo supo enterrarlos en la intimidad de su ser, el señor Araluce pone de relieve que Iparraguirre expresó el sentido universal de nuestra tierra abierta a los ojos de la universalidad en un servicio de entrega de lo mejor que podemos tener, olvidando suspicacias y rencores para cantar la esperanza, para cantar el ánimo esforzado de un pueblo que no quiere guardar las cosas para sí en un aldeanismo incomparable que no constituye la esencia de nuestro pueblo, sino un entregarse en aras de los demás. A continuación añade: “Hemos nacido y somos para los demás en una expresión universal, ambiciosa y libre de rencores que no mire atrás para sumirse en suspicacias y en recelos.” Por último, tiene palabras de agradecimiento para quienes han colaborado en la programación de esta festiva jornada. Acto seguido, Juan María de Araluce, acompañado del alcalde de la localidad, Juan Arbizu, descubre en el pedestal de la estatua de Iparraguirre una placa de mármol con la siguiente inscripción: “Jose María Iparraguirre olerkari ospetsuari, Dantzari Txiki Egunaren V urtean. Urretxu, 13-6-76”. (Al famoso bardo Jose María Iparraguirre, en el 5º año del Dantzari Txiki Eguna. Urretxu, 13-6-76). Acto seguido, es entonado por los presentes el Gernikako Arbola, símbolo que compendia las seculares tradiciones del solar vasco. El niño José Alejandro Unzurrunzaga ejecuta el aurresku de honor y al dar las

doce del mediodía, el párroco Santiago Garmendia, reza el Ángelus. Finaliza el acto con la interpretación del Agur Jaunak por parte de los txistularis. En la plaza Gernikako Arbola (entonces del Generalísimo), los grupos de dantzaris ofrecen diversas danzas siendo obsequiados sus integrantes con “makilak” y medallas conmemorativas. Por la tarde, continúa la exhibición de danzas con los grupos que no han intervenido en la jornada matinal. Se clausura el Dantzari Txiki Eguna cantándose, una vez más, el Gernikako Arbola.

I CENTENARIO DEL REGRESO DE IPARRAGUIRRE Octubre de 1977 nos conduce al recuerdo de una fecha de hace cien años. Octubre 1877 se inscribe en la historia de Euskal Herria de una forma significativa. Jose María Iparraguirre, el bardo errabundo de las cordilleras vascas, libre cual sus aquilones y sano como sus auras -en expresión de Jiménez Campaña en su romance lírico- regresa a su amado solar vasco, tras diecinueve años de residencia en tierras hispano-americanas. Se cumple el I centenario de esa vuelta a sus orígenes, a su tierra. Urretxu se dispone a conmemorar la efeméride. Con tal motivo, a primeros de octubre de 1977, en sesión plenaria por unanimidad el Ayuntamiento adopta los siguientes acuerdos: Asistir corporativamente a los actos programados por el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz para el próximo día 20 de Octubre como recuerdo del homenaje que los vitorianos tributaron a Iparraguirre al llegar a la ciudad desde el exilio. Asimismo, invitar con ocasión de este centenario a todos los Ayuntamientos del País Vasco al pleno extraordinario que la corporación municipal celebrará el domingo día 23 a las doce del mediodía. Finalmente conceder la medalla de oro de la villa a los escritores Iñaki Linazasoro y José Ángel Igarzabal 43


Angel Cruz Jaka, en atención a sus publicaciones, dando a conocer el nombre al unísono de Urretxu e Iparraguirre. Actos en Vitoria-Gasteiz: El 20 de octubre de 1977, coincidiendo con el I centenario de la llegada a Euskal Herria de Jose María Iparraguirre procedente de su exilio en Uruguay, Vitoria-Gasteiz rememora tan fausto acontecimiento y su presencia en la ciudad. Los actos se centran en el descubrimiento de una lápida conmemorativa en el edificio número 34 de la calle Postas, donde se ubicaba el desaparecido Hotel Pallarés, en el que se hospedó Iparraguirre. En la placa figura el siguiente texto: “Atzerritik honuntza etorria hemen birraurkitu nuen herria” Joxe Mari Iparragirreri 1877-10-20 - 1977-10-20 (Al volver del extranjero, aquí me reencontré con mi pueblo) En el Teatro Florida tiene lugar un acto que se abre con la ejecución de dos composiciones de Iparraguirre a cargo de los txistularis de la Diputación Foral de Alava y de los Ayuntamientos de Vitoria-Gasteiz y Urretxu. Por su parte, José Pérez Valderrama, concejal del Ayuntamiento vitoriano, pronuncia unas palabras alusivas al homenaje que se ofrece a Iparraguirre con motivo de cumplirse su retorno al País Vasco hace cien años. Después el escritor Iñaki Linazasoro, diserta sobre el tema “ Jose María Iparraguirre, un nostálgico fuerista”. Se impone la corbata de honor de la ciudad de Vitoria-Gasteiz a la bandera de la Asociación de Txistularis del País Vasco con ocasión de sus bodas de oro fundacionales. Cierra el acto la Coral Iradier con la interpretación de obras de Iparraguirre, Guridi e Iruarrizaga. Anotamos que a esta celebración asiste la corporación municipal de Urretxu encabezada por su alcalde, Juan Arbizu. 44

Actos en Urretxu: En la localidad natal del bardo, la semana del 17 al 23 de octubre, discurre centrada en la referida conmemoración centenaria. El primer día de la semana, en el salón de plenos de la Casa Consistorial se procede a la presentación del libro editado por la Caja de Ahorros Provincial de Gipuzkoa “Iparraguirre”cuyo autor es Iñaki Linazasoro. El acto se ve realzado con la presencia de miembros de la corporación municipal, alcalde de la villa y directivos de la citada entidad de ahorro. Tras unas palabras de Miguel Angel Martín, jefe de Actividades Culturales e Informativas de la CAP, refiriéndose a Iparraguirre, a Iñaki Linazasoro y al evento que se conmemora y al que, apunta, se une la CAP, interviene el autor de la publicación. En euskera y castellano, Linazasoro expone una serie de datos biográficos de Iparraguirre para pasar seguidamente al desarrollo de los aspectos “Iparraguirre, hombre de paz” e “Iparraguirre urretxuano hasta la médula”. Subraya que Iparraguirre podía estar propuesto a título póstumo “para el Premio Nobel de la Paz, teniendo en cuenta que jamás aprobó la violencia ni la guerra y en cuanto pudo, bien joven por cierto, dejó las filas de don Carlos María Isidro “El Pretendiente” y como prófugo cantó la paz y la libertad de los hombres y de las naciones por toda Europa”. También remarca Linazasoro que “el Gernikako Arbola contiene un mensaje del todo pacífico en contraposición de otros himnos patrióticos”. El punto final lo pone con su txistu y tamboril entonando el Gernikako Arbola que es coreado por todos los asistentes puestos en pie. Como broche de oro del acto, el alcalde, Juan Arbizu, impone la Medalla de Oro de la villa a Iñaki Linazasoro y al también escritor Angel Cruz Jaka, por la dedicación prestada en su labor divulgativa de la historia de Iparraguirre y de Urretxu. Un día antes, en la sección de El Diario

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Vasco “ Seis preguntas a...” que firma “Galdera”, es protagonista Iñaki Linazasoro. Se le formulan la media docena de preguntas y transcribimos las respuestas a dos que hacen referencia directa a Iparraguirre. En la primera se le pide que defina en breves palabras al bardo. Contesta señalando que “Fue un hombre todo corazón, de una sensibilidad artística y humana extraordinaria y cantor de la paz, a quien, si viviera, habría que proponerle para el Premio Nobel de la Paz. Fue más músico que poeta, y de un extraordinario amor a su tierra urrechuana y al País Vasco. Ante los intentos que hay de “politizarle” yo digo que no hay nada político en Iparraguirre. Efectivamente, tuvo una deportación dentro del Estado Español que está contenida en aquello suyo de “Santander aldera...”, pero los exilios que tuvo fueron algunos voluntarios, y algún otro como el último, por condicionamientos socio-morales, ya que su forma de ser, liberal, abierto y sin muchos prejuicios tuvo que verse frente a un jansenismo bastante serio que, por aquel entonces, reinaba entre nosotros. En este terreno podríamos hablar del viaje que realizó con su novia María Ángela Querejeta a América, y también de cómo en sus últimos momentos, se le negó el viático.”. A la otra cuestión, “Destácame lo mejor de Iparraguirre”, responde: “Lo mejor para mí es el “Ara nun diran”, que él lo tituló “Nere etorrera lur maitea”. Solo esta canción merecería esta semana que se le va a dedicar en Villarreal de Urrechua. Ya sabemos que se ha inmortalizado por el “Gernikako Arbola”, pero para mí tiene mucho más valor la otra canción, y creo que está mucho más enraizada y en la memoria de todos los vascos a pesar de que el “Gernikako Arbola” sea himno e inserto en reivindicaciones forales.” En el marco de la semana, las jornadas siguientes vienen determinadas por tres con-

ferencias. Joseba Inchausti diserta sobre “Contexto histórico en la vida de Iparraguirre”; El tema “Iparraguirre y el bersolarismo” es abordado por Juan María Lecuona y Xabier Lete fija su atención en “Jose María Iparraguirre, cantor vasco del siglo XIX”. Además, escolares de la localidad participan en la plantación de retoños de roble a modo de homenaje al venerado árbol de Gernika. Ofrece un concierto la Coral San Juan Bautista de Leioa que viene avalada por un importante palmarés: Medalla de Oro en el Certamen Internacional de Torrevieja (1972) y Medalla de Plata en el Festival de la Canción Vasca de Tolosa (1971). El domingo, día 23 de octubre, Urretxu vive una emotiva jornada de profundo sentido euskaldun con ocasión de celebrarse la culminación de los actos que a lo largo de la semana tuvieron lugar dentro del programa del primer centenario del regreso a Euskal Herria del autor del himno a las libertades vascas. A las once de la mañana, en la calle Ipeñarrieta, se inicia el desfile de los Ayuntamientos que se han sumado al homenaje a Iparraguirre, siendo precedidos de sus respectivas banderas y con acompañamiento de txistularis, a excepción de la corporación municipal de Zumarraga que lo hace con banda de música. Al llegar a la plaza de Iparraguirre se sitúan frente a la Casa Consistorial en cuyo balcón ondea la enseña local. A un lado, en lugar contiguo a la iglesia parroquial, la efigie de Iparraguirre teniendo como fondo una gran ikurriña, completa la panorámica que ofrece la plaza Mayor urretxuarra. Los Ayuntamientos que se suman a este homenaje al autor del himno al venerado Leño de Gernika, son los siguientes: Bergara, Etxarri-Aranatz, Vitoria-Gasteiz, Arrasate, Zaldibar, Urnieta, Hernani, Azkoitia, Zumaia, Elgoibar, Ormaiztegi, Aia, Bera de Bidasoa, Lesaka, Abaltzisketa, Gaintza, Antzuola, Erandio, Zeberio, José Ángel Igarzabal 45


Idiazabal, Pasaia, Zegama, Tolosa, Hondarribia, Oñati, Zaldibia, Bakaiku, Gabiria, Ezkio-Itxaso, Zarautz, Ordizia, Usurbil, Alegia, Altzo, Errenteria, Ataun, Zestoa, Zumarraga, Legazpi, Elgeta, Lazkao, Berriz; Arama; Aramaiona; Aretzabaleta; Aretzabaleta, Oiartzun, Beasain, Belauntza, Ibarra, Huarte, Estella, Lezo, Donostia, Pamplona, Soraluze y Urretxu, localidad anfitriona. Seguidamente, en la sala capitular del Ayuntamiento se reúne con carácter extraordinario la Corporación Municipal, asistiendo a la sesión un miembro de cada Ayuntamiento presente en la plaza. Abierta la sesión, hace uso de la palabra el alcalde, Juan Arbizu, que pronuncia las siguientes palabras, primero en euskera y después en castellano: “Bien sé, entrañable Joxe Mari, que hoy al igual que ayer tu alma y espíritu siguen estando en Euskadi. Bien sé, que en esta especial ocasión te has acercado a tu pueblo natal, Urretxu, y que te encuentras aquí con nosotros. Sé que estás ahí, en tu efigie de mármol, observando a tu pueblo y sonriéndote al comprobar que sigue marchando adelante en su lucha por la libertad. Hoy que la familia euskaldun celebra tu retorno a casa, voy a contarte de corazón las cosas que nos pasan (...). Hemos pedido con insistencia y hoy lo exijo una vez más del Gobierno del Estado Español, que se celebren de forma inmediata unas elecciones municipales, para que la voz del verdadero pueblo de Euskadi pueda escucharse desde el último de sus rincones. Yo sé, Joxe Mari, que tú conoces muy bien esa voz. Es la misma que tú hiciste vibrar en tus canciones. Es la voz de un pueblo ancestral y libre al que en nombre del derecho de la fuerza se le ha pretendido arrebatar su libertad. Qué torpes son los que, privando de libertad a sus hijos, creen poder acabar con el sentimiento nacional de un pueblo. Tú fuiste el primero en conocer el exilio, cuando pregonando al mundo el dolor que sentía Euskal 46

Herria, te convertiste en defensor apasionado de los Fueros. Desde entonces, cuántos y cuántos han pagado con el exilio y hasta con la vida la defensa de aquellos, nuestros derechos y libertades. Todavía hoy se encuentran exiliados muchos de nuestros hijos. Todavía hoy, se priva de libertad y se les declara en la ilegalidad a los que, al igual que tú lo hicieras hace un siglo, sitúan a Euskadi dentro de la Europa de las patrias. Todavía hoy, el enemigo sigue siendo el mismo y debemos seguir luchando en pro de nuestra identidad. En nuestro inmediato presente, esta lucha está centrada en la obtención de una amnistía total, el establecimiento de un verdadero marco democrático y la consecución de un profundo Estatuto de Autonomía. Los tres son pilares absolutamente indispensables para el restablecimiento de esa paz que tú con tanta frecuencia invocaste en tus composiciones. Y que nadie se engañe si piensa que la amnistía, por total que fuere, es suficiente para contener a nuestros luchadores en la consecución de sus objetivos finalistas. Sin un verdadero marco democrático y una profunda autonomía, nunca podrá haber amnistía. Aunque nacido en Urretxu, corre por mis venas sangre navarra. Quizás tú, Joxe Mari, no lo entenderías, pero hay sectores en Navarra que quieren aislarla del resto de sus hermanos, rompiendo lazos que son de siempre. Como navarro que me siento y euskaldun que soy, tengo una gran confianza en las gentes de Navarra, porque sé que el instinto popular no se dejará engañar con retóricas por muy bien disfrazadas que éstas estuvieran. Y quiero hoy cantar aquellos versos tuyos que son para mí, mi mejor mensaje al pueblo navarro en este día” (aquí el alcalde lee unos versos que Iparraguirre dedicó a los navarros), y prosigue su parlamento diciendo: “Han pasado cien años desde que volviste a casa y como ves no puedo decirte que las cosas han cambiado mu-

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cho todavía. Vivimos no obstante momentos en los que cabe fundamentar la esperanza de una mañana diferente con una sensación de impotencia y tristeza. Dentro de cuatro años el pueblo vasco volverá a encontrarse contigo en el centenario de tu muerte. Yo hago votos para que en ese día sea no ya el alcalde de Urretxu, junto con unos Ayuntamientos, quienes te rindan homenaje, sino todo el pueblo vasco representado por su Gobierno e instituciones propias. Entonces, Joxe Mari de Iparraguirre y Balerdi, olerkari entusiasta de las libertades de Euskadi y bardo universal, junto con tu pueblo podrás descansar en paz.” Se cierra la sesión, cantándose el Gernikako Arbola interpretado por la banda de música de Zumarraga. También se entona el “Eusko Gudariak”. A continuación, una representación del Ayuntamiento urretxuarra se desplaza a Ezkio-Itsaso en donde se hallaba ubicado el desaparecido caserío Zozabarro, lugar en el que murió Iparraguirre y cuyo recuerdo perpetúa un monolito. En su base los alcaldes de Ezkio-Itsaso y Urretxu, Isidro Lasa y Juan Arbizu, depositan una corona de claveles rojos y blancos que lleva una cinta negra con la inscripción “Euskadira itzuli zinela 100 urtemugan zure jaioterriak” (En el centenario de tu regreso a Euskadi, tu pueblo natal). En este momento, una persona proveniente de un grupo de unas 50 personas con las cabezas cubiertas de boinas rojas y pertenecientes a EKA (Euskalherriko Karlista Alderdia) coloca una boina roja, siendo quitada por el alcalde urretxuarra y siendo repuesta por otro de los integrantes del grupo carlista ante la protesta de unas 150 persona congregadas en el lugar. También colocan una bandera tradicionalista. Se produce un enfrentamiento dialéctico y la cosa, afortunadamente, no pasa a más. A raíz del suceso, el Comité de EKA en Gipuzkoa hace público un comunicado puntualizando, en sus palabras, que “1.- Iparra-

guirre, carlista, luchó en las filas del ejército carlista como voluntario y más tarde formó parte de la escolta personal de don Carlos y, como tal, tuvo que exiliarse. 2.- Su trayectoria como foralista le viene dada por su militancia carlista ya que éste es uno de los puntos básicos del ideario del carlismo. 3.- El hecho que motivó el altercado no significa ningún afán de protagonismo, pues la boina roja formaba parte de su atuendo habitual. 4.- Iparraguirre representa para nosotros un símbolo de todos los que han luchado y siguen luchando por la libertad de Euskadi. 5.- Queremos creer que la causa que motivó el incidente fue debida a un desconocimiento absoluto de la historia de Euskal-Herria.” El epílogo a la semana dedicada a conmemorar el centenario del regreso de Iparraguirre lo pone por la tarde un festival que se desarrolla en la plaza Gernikako Arbola, con la intervención de los cantantes, Peio ta Pantxoa y Maite Idirin, los bertsolaris Lopetegui, Azpillaga, Amuriza e Igarzabal, y la trikitixa de Zumarraga.

EL MAUSOLEO A IPARRAGUIRRE TIENE YA PROYECTO En octubre de 1977, en la Casa Consistorial de Urretxu y con el fin de emitir el correspondiente fallo, se reúne el jurado calificador del Concurso de Proyectos Artísticos convocado por el Ayuntamiento de la mencionada localidad y la Fundación Álvaro del Valle de Lersundi para la erección de un monumento-mausoleo al bardo Jose María Iparraguirre. Tras un detenido estudio de las seis obras presentadas se acuerda por unanimidad conceder el primer premio dotado con 200.000 pesetas, a la obra titulada “Askatasun Egarria” cuyo autor es el urretxuarra José Vicente Lasa Salaberria y el segundo, de 50.000 pesetas, se otorga a “Estela” original de Jesús BessueJosé Ángel Igarzabal 47


ta Irigoyen de Donostia. Cabe destacar que por expreso deseo de José Vicente Lasa, las 200.000 pesetas que constituyen el importe de su premio son destinadas a sufragar los gastos que se deriven de la realización del mausoleo. El jurado lo integran Juan Arbizu, alcalde de Urretxu; Manuel de Lecuona, por la Real Academia de la Lengua Vasca; Manuel Urkola, en representación del presidente de la Fundación Álvaro del Valle de Lersundi; Juan Ignacio de Uria, correspondiente de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País; Eugenia Mallea, concejal del Ayuntamiento de Urretxu y Juan María Álvarez Emparanza, secretario de la Fundación Álvaro del Valle de Lersundi. Asentado en el centro del cementerio, el mausoleo construido en acero inoxidable representa un dolmen. Lo cubre una losa en forma de guitarra de unas dos mil toneladas de peso de la que sobresale un lauburu posicionado hacia un retoño del Árbol de Gernika plantado junto al monumento funerario. Unas cadenas impiden al lauburu alcanzar al Árbol. La cubierta se sustenta en seis columnas llevando cada una grabado el escudo de los respectivos Territorios Históricos vascos. Las dimensiones del mausoleo son las siguientes: 3,10 metros de largo, 2,25 metros de ancho y 2,80 metros de alto con un peso total de 5.000 kilos. El presupuesto se cifra en cuatro millones y medio de pesetas.

I CENTENARIO DE LA MUERTE DE IPARRAGUIRRE Actos previos en 1977: Ante el I Centenario de la muerte de Iparraguirre, cuatro años antes, en 1977, comienzan a perfilarse los actos conmemorativos. Así, se dan a conocer las bases por las que se ha de regir el concurso convocado por el Ayuntamiento de Urretxu y la Fundación Alvaro 48

del Valle de Lersundi para la erección en el cementerio de la localidad de un mausoleo en el que reposen los restos mortales del bardo. Por otro lado, dentro de la actividad cultural programada por la popular sociedad Ur-Gain con ocasión de celebrar sus bodas de plata fundacionales, en su sede social, Angel Cruz Jaka pronuncia una interesante y amena charla referida a la figura de Iparraguirre. Jaka, apasionado estudioso de la historia de Euskal Herria, persona inquieta por todo lo que suponga trabajar en pro del acervo cultural euskaldun -ahí está su colaboración, por ejemplo, en la “Academia Errante”- deja en Ur-Gain constancia de sus amplios conocimientos de la historia urretxuarra que son expuestos con ese acento de amenidad y sencillez tan característico en él. Tras señalar que el 12 de agosto de 1820 nació en Urretxu el David de los vascos, “el que en vez de hacer sonar una lira o arpa pulsara una guitarra”, Angel Cruz manifiesta que “los Fueros se pierden, pero José Maria de Iparraguirre cantará al árbol de la libertad vasca; hará que decenios de años se entone el “Gernikako Arbola” en toda Euskal Herria, manteniendo así un fuego de amor a él, a ese árbol que el gran pensador don Miguel de Unamuno dirá del mismo en el año 1882 “Nos arrancaron las leyes viejas que eran nuestra vida; pero si conservamos nuestra alma vasca de aquél nacerán nuevos Fueros y saldrá el sol de la justicia en el día de la perpetua primavera. Agur arbola bedeinkatua.”” Jaka habla de la vuelta de Iparraguirre a Euskal Herria el año 1877 y relata la recepción que en honor del bardo tiene lugar en el vitoriano hotel Pallarés. “Cuatro años más tarde de este homenaje de los alaveses le llega la muerte a Iparraguirre y con ella -dice Jaka- su anhelo final, hacerse tierra; tierra de aquella Urretxu a la que tanto amó”. Seguidamente hace una detallada exposi-

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Centenario de Iparraguirre, 1981. El féretro con los restos del bardo sale del Ayuntamiento de Urretxu en dirección al nuevo mausoleo. La comitiva recorrió las calles entre la multitud. Foto superior, cedida por el Ayuntamiento de Urretxu. Foto inferior: Francisco Javier Aguado.

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ción del interés que ha despertado en Bizkaia y Gipuzkoa la idea de erigir en el cementerio de Urretxu un mausoleo a la memoria del gran poeta vasco, y que se refleja en acuerdos y comunicados emitidos sobre el particular por entidades y organismos provinciales, amén de los suscritos por la corporación municipal urretxuarra, de todo lo cual, Jaka da amplia referencia. Sin embargo este proyecto queda sin realizarse y en su lugar, con el dinero recaudado para tal fin, se propone la erección de una estatua en la plaza mayor de la localidad. Sobre el particular, Jaka facilita una extensa serie de datos.Angel Cruz Jaka termina su documentada disertación diciendo: “Amigos, es tal mi deseo que un día 6 de abril de 1981-que llegará-podamos decir ante el mausoleo que no llegó a realizarse pero nosotros lograremos erigir: “¡Hermoso día el de hoy para toda Euskadi!” Porque hemos completado la realización y el deseo del hombre hambriento de amor y patriotismo: “Gero ezurrak utzi; nere lur maitea.”” Finalizada la charla se entabla un interesante coloquio en el que interviene también el etnólogo Luis Pedro Peña Santiago. Se exponen diversas sugerencias de cara a la celebración del centenario de la muerte de Iparraguirre. Cabe citar que Ángel Cruz Jaka apunta que en el mausoleo que se erija se coloque un arcón y un día señalado se deposite en él tierra de todo el País Vasco. Por otra parte se considera que se publique alguna obra sobre Iparraguirre, coincidiendo las opiniones en que se vería con agrado que tal labor la llevara a cabo el organista de la iglesia parroquial de Zumarraga, el sacerdote don Antonio Rey. También se comenta la orquestación del “Nere etorrera lur maitea.” Conmemoración en Urretxu en 1981: El seis de abril de 1881 está orlado con crespones negros en la historia de Euskal Herria. En tal fecha fallece el bardo Iparraguirre, el 50

Centenario de Iparraguirre, 1981. Las autoridades entonan el Gernikako Arbola ante el Mausoleo de Iparraguirre Fotografías cedidas por el Ayto. de Urretxu.

que según el sacerdote urretxuarra, Ignacio Belaustegui, miembro de la Real Academia de la Historia, “Vivió recibiendo las aclamaciones del pueblo como un rey y sufriendo los reveses de la fortuna como un mendigo. El que fue gran señor y gran arlote, como se apellidaba a sí mismo, murió en un apartado rincón de Guipuzcoa en pobre y desmantelada habitación como el más oscuro y desconocido de los mortales.” 1981 viene marcado por el I Centenario de la muerte del autor del Gernikako Arbola, composición que transportó a su creador a la cima de la inmortalidad. La conmemoración tiene como escenario Urretxu y supone póstumo homenaje a la memoria de su ilustre hijo, cuya vida consumió cantando a Euskal Herria. El programa se desarrolla del 28 de marzo al 12 de abril. Incluye nueve conferencias ofrecidas por destacadas personalidades del mundo cultural vasco. Se abordan temas desde la figura de Iparraguirre abierta a diferentes puntos de vista hasta motivaciones para una acción popular a cargo de representantes de “Euskal Herrian Euskaraz” pasando por otras cuestiones tales como la problemática actual y perspectiva de futuro del euskara, el fenómeno de las ikastolas, presente y futuro de las gaueskolas o el origen y evolución de la Pastoral. También figuran una exposición de documentos y objetos relacionados con el bardo, conciertos de txistularis, del Orfeón Donostiarra y de coros integrados por alumnado de centros docentes de Zumarraga, Legazpi y Urretxu, así como las actuaciones de

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grupos musicales como “Oskorri”, “Koxka”, “Bries” y “Seska”, al igual que del grupo de dantzaris “Andra Mari” de Galdakao y Xabier Amuriza. Los días 4 y 5 de abril constituyen las jornadas cumbres de la conmemoración centenaria. El primer día, sábado 4, al filo de las 12 del mediodía los restos mortales de José María Iparraguirre son exhumados de su tumba del cementerio en presencia de la Corporación Municipal encabezada por el alcalde Juan Arbizu. La caja de zinc que los contiene es introducida en un coche-fúnebre que emprende la marcha lentamente por el trayecto que conduce a la Casa Consistorial, siendo acompañado por las autoridades locales y Banda Municipal de Txistularis. El paso de la comitiva es seguida con emoción por el numeroso público que festonea el recorrido. En la Sala Capitular del Ayuntamiento los restos de Iparraguirre son depositados en una kutxa de madera realizada por el escultor Néstor Basterretxea, mientras los presentes entonan el Gernikako Arbola. Seguidamente comienza el desfile del público ante el túmulo con los restos del bardo. Al día siguiente, domingo 5, tienen lugar los actos más relevantes del centenario. En una mañana de radiante sol se dan cita en Urretxu el Gobierno Vasco en pleno, diputados y senadores vascos, miembros de la Mesa del Parlamento Vasco, Diputados Generales de Alava, Gipuzkoa y Bizkaia, alcaldes de Donostia, Vitoria-Gazteiz y Bilbao, así como otras personalidades del ámbito político y cultural vasco. Sobre las 11 de la mañana llega el lehendakari, Carlos Garaikoetxea, siendo cumplimentado por las autoridades presentes en la entrada principal del Ayuntamiento. El alcalde, Juan Arbizu, le hace entrega de la vara de mando. Seguidamente pasa revista a una compañía de Miñones de la Diputación Foral de Álava que rinde los ho52

nores de ordenanza. Después acude a la Sala Capitular del Ayuntamiento permaneciendo unos minutos ante la kutxa que contiene los restos de Iparraguirre sobre la que se encuentra una rama del Árbol de Gernika. La esposa del Lehendakari, Sagrario Mina, deposita un ramo de flores. Después, las autoridades acuden a la iglesia parroquial de San Martín de Tours donde se oficia una solemne misa concelebrada por tres sacerdotes urretxuarras, José María Azcarate, Luis María Segurola y Antonio Izaguirre. Concluida la Eucaristía se procede al traslado de los restos de Iparraguirre desde el Ayuntamiento al cementerio. La comitiva está configurada por la Bandera de Gipuzkoa y maceros de la Diputación de Gipuzkoa, clarineros de dicha institución, compañía de Miñones de la Diputación alavesa, arcón con los restos del bardo llevado a hombros por los urretxuarras Gaspar Gabilondo, Justo Murua, Esteban Elgarresta y Gabriel Aztiria, Banda Municipal de Música de Tolosa y pueblo en general. Al llegar al cementerio la kutxa conteniendo los restos de Iparraguirre queda junto al mausoleo y es el momento en el que el lehendarari Carlos Garaikoetxea pronuncia un discurso en euskera y castellano en el que declara lo siguiente: “Autoridades, pueblo querido en este acto: Permitidme dos palabras en erdera para quienes hoy no pueden entendernos en euskera. Dos palabras para decir que como lehendakari vasco elegido por esta parte de Euskal Herria que hoy ha cristalizado en la Comunidad Autónoma, dedique en nombre de nuestro pueblo el homenaje a José María Iparraguirre, soldado, poeta, músico que fue un hito en la historia de nuestro pueblo y que determinó el comienzo de la conciencia colectiva de nuestro pueblo. Permitidme decir ahora que como navarro exprese mi emoción al recordar aquellos bertsos de Iparraguirre en los que decía “Bat da gure izarra; bat da gure bandera”;

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Centenario de Iparraguirre, 1981. Diferentes momentos del Centenario, protagonizados por las autoridades. Fotografías cedidas por el Ayuntamiento de Urretxu (Superior) y Francisco Javier Aguado (Inferior). José Ángel Igarzabal 53


“Una es nuestra estrella, una nuestra bandera”. Desde la experiencia amarga de las armas, desde la sensibilidad de su alma de poeta, Iparraguirre nos dejó un mensaje que hoy tiene gran actualidad: que somos un pueblo que tiene una estrella, un pueblo que tenemos un norte y que es la libertad de Euskal Herria, y una bandera que nos une a todos. Permitidme también decir que las heridas de la guerra, las heridas de la violencia dejan huellas duraderas, dejan dolor infinito como lo dejaron en su día en su corazón de vasco a Iparraguirre que había sufrido la violencia de una guerra. Y que tenemos que tener el corazón abierto y solidario con todos. José Mari Iparraguirre: Tu huella, tu semilla no ha caído en vano en nuestro país. Yo quiero proclamar aquí, ante tus restos, que nadie debe dudar que el objetivo de quienes hoy representamos a este pueblo de Euskadi es la recuperación de sus libertades; que hemos elegido, eso sí, un camino a veces oscuro: el camino del trabajo de cada día, el camino que pasa por las vías de la paz y el camino que pasa muchas veces por la vía de la incomprensión de nuestro propio pueblo. Pero ese es quizás el mayor sacrificio que podemos ofrecer quienes hoy representamos a nuestro pueblo porque realmente lo queremos. Iparraguirre: nuestro pueblo no tiene un proyecto indefinido. Las señas de la identidad de nuestro pueblo tendrán que pasar también en el futuro por una sociedad más justa, por una sociedad, como tu decías, abierta a todos. Descansa en paz, José Mari Iparraguirre, rodeado del amor de tu pueblo que no te olvida y que no olvida, repito una vez más, aquellos bertsos tuyos que decían “Bat da gure izarra eta bat gure bandera”. Finalizada la intervención del lehendakari Garaikoetxea, se dan sepultura en el mausoleo a los restos del bardo junto a un cartel con la reseña de los actos de este centenario, unos ejemplares de la revista local “Kaixo” y el 54

acta que recoge el acuerdo aprobado en sesión plenaria por el Ayuntamiento solicitando al Ejecutivo Vasco que el Gernikako Arbola sea declarado himno oficial de Euskadi. En el momento del enterramiento se disparan doce salvas de ordenanza y es izada la ikurriña entonándose además el Gernikako Arbola. Por la tarde, en la plaza Gernikako Arbola, ofrecen un concierto un centenar de txistularis que da paso en el frontón Ederrena a una sesión de bailables amenizada por la banda vasca de rock “Koxka”.

VÍCTOR MANUEL NÚÑEZ HONRA A IPARRAGUIRRE El panorama discográfico vasco se enriquece con otro disco que se presenta en 1981 en homenaje a Iparraguirre con ocasión de conmemorarse el centenario de su fallecimiento. Se compone de estos títulos: “Kantaz Euskalduna” “Ezkongaietan” “Nere amak baleki” “Agur Euskal-Erriari” “Nere etorrera lur maitera” “Glu, Glu, Glu” “Zugana Manuela” “Errukaria” “Gernikako Arbola” La interpretación corresponde al tenor donostiarra Víctor Manuel Núñez del Arco que murió a los 66 años de edad, dejándonos patente su grandeza profesional puesta de relieve en los coros Easo, Euskal Billera, Kresala y RTVE. La grabación se realiza en la barcelonesa Editorial General Sociedad Anónima (Edigsa). Con el L.P. se adjunta un folleto con los textos de las canciones en euskera y castellano y un texto firmado por el zumarragarra Iñaki Linazasoro, personaje polifecético y escritor.

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MADRID RECUERDA AL BARDO En noviembre de 1981 de la mano del Ayuntamiento y Euskal Etxea (Hogar Vasco de Madrid), la Villla del Oso y el Madroño recuerda a José Maria Iparraguirre en el I Centenario de su muerte. Tiene lugar ante el número 48 de la calle de la Montera, donde se ubicaba el desaparecido Café San Luis, en el que Iparraguirre en 1853 cantó por vez primera el Gernikako Arbola. Abre el acto Imanol Olaizola, que acude en representación del Consejero de Cultura del Gobierno Vasco. Procede a la lectura de la primera y última estrofas del Gernikako Arbola del que apunta que es un canto a la solidaridad y a la libertad de los pueblos. Seguidamente el alcalde, Enrique Tierno Galván, descubre una placa en la fachada del inmueble con la siguiente inscripción: “En este lugar estuvo el Café de San Luis donde el año 1853 José María Iparraguirre interpretó por primera vez en España el zortziko Guernikako Arbola. En el primer centenario de su muerte, el Ayuntamiento de Madrid le dedica este recuerdo. 7 de noviembre de 1981.” Tras esta ceremonia, Tierno Galván dirige unas palabras poniendo de relieve -entre otros aspectos- que “Iparraguirre es la paz, la paz universal, paz para todos. Sólo bajo la sombra del gran árbol de Guernica es posible que florezca la cultura y la libertad.” Además, destaca que este recuerdo a Iparraguirre por parte del pueblo madrileño constituye también un homenaje al pueblo vasco al que califica de “un pueblo grande, como su árbol, universal, al que nos sentimos íntimamente unidos y admiramos por la grandeza demostrada al haber sabido, a pesar de las dictaduras, conservar su lengua, su nacionalidad y

su libertad.” Finalmente el Orfeón Vasco de Madrid entona el Gernikako Arbola. Destacamos que el acto cuenta con la presencia del alcalde de Urretxu Juan Arbizu y de un buen número de vascos residentes en Madrid.

EL GERNIKAKO ARBOLA NO LOGRA CONSTITUIRSE EN HIMNO OFICIAL DE EUSKADI En el momento de contar con un himno oficial para Euskadi surge la controversia entre el Gernikako Arbola y el Gora ta Gora. La incógnita se resuelve el 14 de abril de 1983 en el Parlamento Vasco. Con los únicos votos del PNV a los que se suma uno del CDS y la oposición de AP, Grupo Mixto, PSE-PSOE y EE, que se decantan por el Gernikako Arbola, se aprueba la proposición de Ley por la que se determina que el himno oficial sea el Gora ta Gora. La polémica está servida. A este respecto en El Diario Vasco encontramos unas opiniones que consideramos de interés reflejarlas en este trabajo. Juan Arbizu, entonces alcalde de Urretxu, manifiesta: “Nuestra opinión, la de la corporación en pleno y la del todo el pueblo, es clara y decidida y ya se la manifestamos en su día al Gobierno Vasco. Sólo reconoceremos como himno el Gernikako Arbola, y no exclusivamente, como muchos pueden pensar, por el hecho de que Iparraguirre fuese de esta villa, sino porque desde siempre, desde que se estrenó, los vascos sin excepción de partidos, lo tomaron espontáneamente como himno representativo de nuestro pueblo y es, sobre todo, un himno que siempre ha servido para unirnos a todos. Si en febrero se intentó la “Mesa por la Paz”, no entendemos por qué ahora, en algo tan simple, se trata de polemizar y dispersar pareceres. El “Gora ta Gora” es una marcha de partido y un partido no es una nación. Por eso. Vuelvo a repetirle que todo el pueblo de José Ángel Igarzabal 55


Urretxu, con su Ayuntamiento al frente, no admite otro himno que no sea el querido por todos Gernikako Arbola”. Fernando Savater, filósofo y escritor, considera “Una cuestión trivial y es absurdo el que se dediquen a estas cosas. Creo que es una mala, muy mala señal, el tener que vivir preocupados por estos temas, pero en todo caso, si hubiera algo que decir, creo que un himno debe ser factor de unión mas que de desunión y todo lo que suponga esta desunión fracasa ya en su misión y pierde validez. Entonces, lo que habría que buscar es una tercera solución, pero vamos, de todas formas, sigo pensando que un himno no significa gran cosa. A mi, al menos, no me motiva en absoluto.” El poeta Gabriel Celaya se expresa en los siguientes términos: “Ni me lo planteo. Por el Gernikako Arbola, no importa que nunca haya sido declarado solemnemente himno oficial del País Vasco. La oficialidad más hermosa se la da el pueblo cuando lo canta y vibra con él. Es lo que se ha cantado siempre y debe estar por encima de todos los partidos, que hoy puede ser uno y mañana otro. Lo recuerdo desde siempre ligado a mi primera memoria. Aquí, en Madrid, lo suelo poner muy a menudo, pues no me contento con escucharlo en los actos oficiales. Tengo una versión que ha hecho Patxi Andión y que me gusta mucho. En cuanto al Gora ta Gora me parece un himno totalmente de partido y por tanto, lo rechazo y, además, tengo que reconocer mi ignorancia sobre su origen que no lo he sabido hasta que tú no me lo has dicho (se refiere a Gloria Abanda, firmante del reportaje). Rotundamente digo que no, porque de hacerlo, sería como cambiar la bandera.” El cantante Antxón Valverde estima que “ninguno de los dos me gusta para cantarlos y además no los veo representativos. Del Ger56

nikako Arbola no me gusta la letra y del Gora ta Gora no me agrada la música. Yo preferiría el Jaiki ta Jaiki, y si no, mejor todavía, lo que haría, sería crear uno nuevo”. El político Mario Onaindia tercia en la polémica con esta respuesta “Yo no tengo ninguna duda. Rechazo el Gora ta Gora porque para mí no tiene ninguna tradición ni lo asocio en absoluto al País Vasco. El Gernikako Arbola me suena mejor y para mí tiene el sello de la identificación de lo que soy y de lo que siento. Es el que oí desde siempre allá en Markina y recuerdo que ya me emocioné con él siendo muy niño, antes de la guerra, en un mitin al que me llevaron mis tíos en Gernika. Lo que canta el pueblo en sus momentos más transcendentales, sean alegres o tristes, no necesita de más oficialidad.” Julio Caro Baroja, antropólogo e historiador, afirma “Soy totalmente ajeno a la situación política actual, pero el recuerdo de las gentes de mi pensamiento, en absoluto tienen nada que ver con el Gora ta Gora, porque no tiene ninguna representatividad, ya que surge prácticamente a partir de una guerra desgraciada. Lo que ocurre es que este país no se cura del vicio del tradicionalismo, de arreglar la tradición, dándole la interpretación política que nace de la complicidad de la conveniencia del momento. Indudablemente prefiero el Gernikako Arbola, porque la melodía es mejor, da además idea de una unidad histórica al amparo del árbol y no de conflictividad y las llamadas defensas forales tienen un mayor sentido de solidaridad y no de división.” Por su parte, ésta es la posición de Jesús María de Leizaola, lehendakari del Gobierno Vasco entre 1960 y 1978: “Indiscutiblemente me inclino por el Gora ta Gora. Ya sé que es más moderno y por tanto menos conocido que el Gernikako Arbola, pero musicalmente tiene mucha más enjundia y es más lumínico

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Gabriel Celaya, Antxon Valverde, Mario Onaindia, Julio Caro Baroja, Félix Soto y Dolores Ibarruri “La Pasionaria”, seis de las muchas personas que se posicionaron ante la polémica surgida a raíz de la no elección del Gernikako Arbola como himno oficial de Euskadi

y no tiene por qué verse en él ninguna concomitancia política. En cuanto al otro, no cabe duda de que es una canción muy hermosa, pero tiene, podemos decir, el defecto de época y del que adoleció toda la música que entonces se compuso, al estar influenciada por las corrientes italianas que privaban en el momento. Si que, efectivamente, está ligado a muchos momentos importantes de nuestro pueblo, sobre todo los que ocurrieron con las armas en la mano, y por eso mismo no sería malo el cambiarlo.” “No puedo sustraerme fácilmente a mi condición de músico, por eso tengo que adelantar que, musicalmente, ninguna de las dos canciones tienen gran valor como ocurre con la inmensa mayoría de los himnos que suelen adolecer de calidad musical.” De entrada este es el razonamiento de Tomás Garbizu y continúa: “Como vasco sí puedo decir que el Gernikako Arbola está en el monte, en la si-

drería, en la mar y en la iglesias, nadie puede negar la raigambre profunda que tiene en el pueblo y por eso mismo es más representativo. Volviendo a su musicalidad, aunque no con mucha diferencia, me parece mejor el Gora ta Gora y puedo decir que lo conozco bien porque lo tengo armonizado por mí y editado en un disco.” El político vasco y uno de los fundadores de los denominados Comités de Amnistía Félix Soto, asevera: “Lo que me parece increíble es que con los problemas que tiene el país se entre en esta clase de polémicas, y más bien parece una cortina de humo para soslayar otras realidades. El pueblo tenía que reservar sus energías para luchar por su libertad y no perderla en estas cosas. Yo no me inclinaría por ninguna de las dos, sino por el Eusko Gudariak, que en estos momentos es el que más se oye en la calle y es por tanto el más representativo del pueblo. José Ángel Igarzabal 57


Ahora bien, si hay que decidirse, desde luego nunca elegiría el Gora ta Gora, porque me parece un himno sectario y capitalizado por un partido determinado; por tanto, dejemos las cosas como están y que siga siendo el Gernikako Arbola.” La historiadora Idoia Estornés se posiciona así: “El Gernikako Arbola, debido a su carácter personificador de la pérdida foral de 1841 a 1876, ha gozado de una extraordinaria popularidad. A mí, personalmente, no me hace mucha gracia. Suena medio masónico, medio carlista, y presenta el inconveniente de hacer desgañitarse al público si lo comienza en un tono demasiado alto (esto depués de una comida bien regada, produce balidos lamentables). En cuanto al Gora ta Gora, musicalmente me parece bien, como letra me resulta anabaptista, esotérico y bizkaitarra; me trae a las mientes Libe y un cúmulo de maitagarris y de próceres barbudos. Puede pasar por su sabor de época. Pero lo que no veo claro es que la Euskadi de hoy lo quiera puesto que nadie quiere que el himno coincida con el de un partido, y menos en Navarra. Si el PNV renunciara al mismo y adoptara otro himno podría ser. Queda fuera de discusión el Eusko Gudariak que produce verdadera carcajada oírlo en boca de tripudos comensales o de mansos manifestantes de dedos bicrucíferos, algo así como la “feroz” Marsellesa cantada por los “élus de la Nation”.” Por último se incluye el parecer de Dolores Ibarruri, “La Pasionaria”: “No reconozco otro himno para los vascos más que el Gernikako Arbola. Es el que he cantado desde niña y siempre en vasco, y también era el que cantaban todos los míos, mi padre, mis hermanos, mi marido, todos los mineros de Gallarta... Yo sigo cantándolo muy a menudo, nunca dejo de hacerlo, me viene a los labios casi sin darme cuenta y, por supuesto, en vascuence. Aunque a veces también lo canto con una letra en cas58

tellano que empieza diciendo “No te aflijas Euskadi”. El Gora ta Gora puede que lo haya oído alguna vez, pero yo no lo recuerdo. No sé su música y, desde luego, no lo identifico con los vascos. También voy a decirte que hay muchos problemas en el País Vasco como para entrar en estas discusiones. Sería mejor arreglar las cosas y luego entrar en músicas.”

HOMENAJE DE GONTZAL MENDIBIL Gontzal Mendibil que aparece en la página contigua caracterizado como Iparraguirre, es uno de los cantantes que ha sentido la necesidad de poner su voz a las canciones de Iparraguirre y de ese modo demostrar su afecto al que ha calificado como “el Quijote vasco”. En 1992 monta un grandioso musical sobre Iparraguirre dirigido por Miguel Elvira, profesor de la Escuela de Teatro y Artes Escénicas de la UPV. Lleva por título “Iparragirre Hegalaria”. Se presenta en Zeanuri, localidad natal de Mendibil, teniendo como escenario una plaza de toros portátil que reúne a cerca de 6.000 personas. Junto a Gontzal Mendibil forman parte del evento, entre otros, las Orquestas Sinfónicas de Euskadi y de Bilbao, el Orfeón Donostiarra, coros del Valle de Arratia y de la UPV, Banda de Música de Areatza, además de casi un centenar de vecinos de la localidad. Después este magno acontecimiento musical versionado en euskera y castellano, emitido en su día por ETB, se presenta bajo un clamoroso éxito en Donostia, Pamplona, Vitoria-Gasteiz y Bilbao. A raíz del estreno de esta comedia musical se graba un doble LP con el sello Keinu. Su título, “Iparragirre Hegalaria”. Gontzal Mendibil se acompaña de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, Areatzako Banda, Ehuko, y los prestigiosos directores de coros Ruper Lekue, Urbano Ruiz Laorden y Julen Ezkurra Pérez de Fontecha.

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Presentación del gigante “Iparraguirre”. Dos imágenes de la primera salida del gigante que representa a José María Iparraguirre en la Euskal Jaia celebrada el 22 de septiembre de 1996. Fotografías: Francisco Javier Aguado.

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URRETXU RECUERDA A IPARRAGUIRRE EN SUS PATRONALES FIESTAS El recuerdo de Iparraguirre se hace notar en las patronales fiestas de la localidad. Así, desde 1996, se incorpora a tales festejos a través de su figura representada por un gigante de 3,67 metros de altura. La presentación oficial del gigante Iparraguirre, a cargo de la Asociación Cultural Aldiri, tiene lugar el domingo 22 de septiembre de 1996, concretamente en la feria de artesanía que incluye la Euskal Jaia. En el transcurso del acto, a modo de homenaje, una decena de gigantes baila ante él. La idea de contar con un gigante que encarnara la figura del bardo se gesta, precisamente, en el seno de la Asociación Cultural Aldiri. El proyecto cobra fuerza al verse respaldado con entusiasmo por los urretxuarras. El objetivo se convierte en feliz realidad mediante la colaboración del pueblo hecha patente por medio de la ayuda del Ayuntamiento, venta de camisetas, aportaciones económicas y el trabajo desinteresado de no pocas personas. Destacamos que con verdadera maestría Cristina Orbegozo confecciona cabeza y manos ejecutando además la labor de pintado. Cabe apuntar que el rostro está tomado de un cuadro existente en la sala capitular del Ayuntamiento que representa a Iparraguirre en edad avanzada siendo su autor el tolosarra Antonio Maria Lecuona, pintor de la corte del pretendiente Carlos VII. Por otra parte, el moldeado de escayola es obra de Avelino Prieto de “Escayolas Antzuola”. El trabajo con poliéster lo llevan Gerardo Martin y Emilio Salvador de “Materiales Composites S. Coop”. La estructura de la guitarra corresponde a Joseba Guridi y Patxi Arburua de “Carpinteria Deskarga”. El vestuario lleva el sello de “Jazkilan” bajo las directrices de Esther Gordoa. Miembros

del colectivo Aldiri Kultur Elkartea centran su trabajo en la realización de cuerpo y brazos. Por último, da los toques pertinentes Miguel Zufiria “Txufi”. El afecto hacia Iparraguirre queda reflejado en otro gesto de acentuada emotividad. Se produce igualmente en las fiestas mayores. Ante la casa natal del bardo se reúne un grupo de personas entonando varias de sus canciones. La Euskal Jaia, núcleo central de las fiestas de Urretxu, en cuanto a la temática de las carrozas que desfilan en tal jornada, en varias ocasiones se ha basado en la figura y obra de Iparraguirre Un buen ejemplo de esto, remontándonos una vez más en el tiempo, es el homenaje espontáneo que recibió Iparraguirre en las fiestas de Santa Lucía de 1918. La banda de música de Deba contratada para la ocasión al llegar a Urretxu se dirige a la plaza que lleva el nombre del bardo y ante su estatua interpreta el Gernikako Arbola depositando seguidamente al pie del monumento una corona de flores. José Ángel Igarzabal 61


PRESENTACIÓN EN URRETXU DE “IPARRAGIRRE, RAÍZ Y VIENTO / ERRO-URRATSAK” La vida cultural vasca nos ofrece un preciado regalo con ocasión de la presentación en Urretxu de la obra “Iparragirre, raíz y viento / erro-urratsak” escrita bajo la dirección y coordinación de Gontzal Mendibil. El acto tiene lugar el 22 de junio de 1999 desarrollándose en la Sala Capitular del Ayuntamiento. Acude invitada una amplia representación del estamento institucional, político y cultural de Euskadi, siendo recibida por el alcalde de la localidad, Pello González Argómaniz, no faltando el aurresku de honor. Destacamos la presencia de Carlos Garaikoetxea, exlehendakari del Gobierno Vasco y Juan Cruz Alli, expresidente del Gobierno Foral de Navarra. Gontzal Mendibil pone de relieve que la 62

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publicación constituye un amplio y completo trabajo “porque los diferentes pensamientos e ideologías de quienes hemos participado en esta obra se han hecho una en Iparraguirre, y ésa fue también la grandeza de este músico” y añade “recoge una interesante biografía, con poesías inéditas, cartas y datos desconocidos.” Por su parte José Francisco de Olaso, uno de los biógrafos, recalca que “nuestro objetivo ha sido abordar al personaje sin los prejuicios ni los lugares comunes que dominan la mayor parte de las biografías existentes.” Juan Aguirre, el otro autor de la biografía afirma que “en el bardo tenemos a una de las más acabadas figuras del Romanticismo artístico en Vasconia y en su himno “Gernikako arbola” el exponente máximo de la afirmación identitaria de los vascos alrededor de los fueros”.


“Iparragirre, raíz y viento / erro-urratsak” representa el trabajo de investigación realizado a lo largo de tres años en Madrid, Argentina, Uruguay, Francia y Euskadi. Editado por Keinu Produkzioak S.L., se compone de dos tomos: - El primero, de 358 páginas, se centra en una extensa y completísima biografía del bardo teniendo como autores a José Francisco de Olaso y Juan Aguirre. Se completa con un cancionero que recoge las obras de Iparraguirre y las concebidas por Gontzal Mendibil para el musical “Iparragirre Hegalaria” estrenado en 1992. También aporta una variada documentación de Iparraguirre encontrada en América que comprende poemas, partituras musicales y correspondencia en la que expresa -en ocasiones- su deseo por regresar al País Vasco. - El segundo tomo, que abarca 284 páginas, presenta 27 colaboraciones salidas de la pluma de personalidades de la vida política,

“Iparraguirre, Raíz y Viento”. Autoridades y colaboradores del libro que se presentó el 22 de junio de 1999 en el Ayuntamiento. Fotografías cedidas por el Ayto. de Urretxu.

social y cultural vasca. Los trabajos aportados se encuentran encuadrados en cuatro apartados con sus correspondientes firmas que detallamos: 1.- El Carlismo: María Ángeles Larrea Sagarminaga y Rafael María Mieza y Miez (catedrática y profesor de Historia de la Universidad de Deusto). Francisco Asín Ramírez (profesor de la UPV), Iñaki Zumalde (Investigador de Historia) y Xabier Arzalluz (Presidente del PNV). 2.- La sombra de Iparraguirre: Pello González Argomaniz (Alcalde de Urretxu), Juan Cruz Alli (Doctor en derecho y expreJosé Ángel Igarzabal 63


sidente de Navarra), Pablo Antoñana (Escritor), Juan San Martín (Académico de la Lengua Vasca y escritor), José María Satrústegui (Miembro de la Academia de la Lengua Vasca y Antropólogo), José Antonio Arana Martija (Miembro de la Academia de la Lengua Vasca y Musicólogo), Carlos Garaikoetxea (Presidente de EA), Jaime Ignacio del Burgo (Diputado de UPN-PP) y Anton Aurre Elorrieta (Presidente de la Fundación “Sabino Arana”). 3.- El Vasco en América: Óscar Álvarez Gila (Universidad del País Vasco), Mikel Ezkerro (Investigador de Historia), William A. Douglass (Catedrático de la Universidad de Reno) y José Luis Lizundia (Miembro de Euskaltzaindia). 4.- Memoria de nuestros cantos: Pello Zabala (Musicólogo), Anton Arbulu (Alcalde de Zumarraga), Bitoriano Gandiaga (Escritor), Satur Abon (Crítico de Arte), Piarres Xarritton (Académico de la Lengua Vasca) y Luis Iriondo (Musicólogo). 64

URRETXU JUNTO A OSKORRI CANTA A IPARRAGUIRRE En este recorrido por acontecimientos que reavivan el recuerdo de la vida y obra de José María Iparraguirre nos detenemos en otra destacada fecha, la del 26 de noviembre de 1999, en la que el pueblo urretxuarra participa, con el natural entusiasmo y emoción, en una iniciativa planteada por el Ayuntamiento. La idea se centra en un concierto a base de las obras del bardo en compañía -todo un lujo- del grupo de folk vasco “Oskorri” que, recordamos, tras cuarenta y cinco años constituyendo un preciado símbolo de la música popular y folklore vascos, se despidió de los escenarios en noviembre de 2015. En la fecha anteriormente citada, a un paso de la entrada en un nuevo milenio, la plaza Gernikako Arbola se erige en idóneo escenario para el emocional evento musical. Se cuenta junto a “Oskorri” con la intervención de la orquesta y trikitilaris de

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la Escuela de Música “Secundino Esnaola”, el Taller de Música “Iparragirre Balerdi”, la Banda de Txistularis y el grupo de Folk de Urretxu, los dulzaineros “Iratzarri” y las corales Goiargi, Pagoeta y San Martin. Esto supone la participación del orden de 200 personas entre músicos y voces. Andoni Salamero, desde su profunda sensibilidad poética, aporta un monólogo teniendo como argumento “Xardina berriak”, canción de Iparraguirre recuperada del olvido por Natxo de Felipe, cantante de Oskorri, de la revista “Euskaltzale” de 1890. En el concierto se interpretan 23 temas de Iparraguirre, entre los que se encuentran tres muy poco conocidos: “Mairuen bandera”, que se entona únicamente durante la fiesta del Moro en Antzuola, “Aloña mendi” y la mencionada anteriormente “Xardina berriak”. Destaca la presencia de Raúl Iparraguirre, descendiente del bardo llegado de Argentina. Esta cita musical constituye una jornada

Página anterior: Aurresku de honor tras la presentación del libro “Iparragirre, Raíz y Viento / Erro-urratsak” Fotografía: Francisco Javier Aguado Sobre estas líneas y en la página siguiente: Natxo de Felipe se dirige al público asistente en el concierto que el grupo Oskorri ofreció en homenaje a Iparraguirre en 1999. Fotografías cedidas por el Ayto. de Urretxu

gratamente imborrable en el recuerdo de los vecinos del pueblo que vio nacer al autor del Gernikako Arbola. Por otra parte, queda para la posteridad en la grabación realizada por ETB y en la edición de un disco a cargo de Elkarlaneanbajo el título “Iparraguirre Bueltan Etxera (Oskorri eta Urretxuko Herria)”, que recoge las 23 canciones del concierto y añade un fascículo con las correspondientes partituras y las letras traducidas al castellano. José Ángel Igarzabal 65


LA ROMERÍA DE URKIOLA Una de las romerías de mas arraigo en Euskal Herria se da cita a la sombra del Anboto, montaña marcada por el signo mitológico al ser aposento de Mari, numen del mito vasco. Nos referimos a la de San Antonio de Urkiola, dejando constancia de que en su edición de 2004 tiene lugar un recordatorio de enorme calado emocional en el alma del pueblo vasco. Por iniciativa de la Asociación Gerediaga, prestigiosa entidad cultural de la Merindad de Durango, se conmemora el 150 aniversario de la presencia en dicha romería de Jose María Iparraguirre en donde canta el Gernikako Arbola por vez primera en el solar vasco. Con tal histórico motivo se oficia una misa en el santuario. Posteriormente en la campa intervienen los bertsolaris Azpillaga y Peñagarikano. Descubierta una placa que conmemora la efeméride, pone el broche de oro a este recuerdo el cantautor vasco Gontzal Mendibil que interpreta el Gernikako Arbola. 66

Retrocedemos en el tiempo remontándonos a la romería del 13 de junio de 1854. Don Pedro de Egaña, Senador del Reino y Padre de la Provincia de Álava, cuenta lo sucedido en tal ocasión a través del discurso que en junio de 1864 pronuncia en el Senado con motivo de la discusión sobre los Fueros Vascongados. En la alocución refiriéndose a su presencia en la romería expone “Señores: Yo he concurrido a oír uno de sus conciertos al aire libre en aquellas montañas. Estaba anunciado que Iparraguirre cantaría la canción titulada “El árbol de Guernica”, que es el símbolo de la libertad Foral. Concurrieron de todas las villas, pueblos y caseríos circunvecinos sobre 6.000 personas. Empezó “Iparraguirre” el canto que voy a tomarme la molestia de leer al Senado. Es corto. Tengo el texto en vascuence, que es como “Iparraguirre” lo cantó, pero como sería ridículo leerlo aquí, donde nadie comprende aquella lengua, no voy a molestar al Senado con tal lectura, y me permitiré simplemente leer la traducción literal, tal como he podido hacerla en castellano: El árbol de Guernica es para nosotros un árbol

IPARRAGUIRRE: Una crónica para el recuerdo


Fotografía: Josema Azpeitia

bendito. No hay un solo bascongado que no tiemble de placer al mirarle. ¡Extiende y derrama por el mundo tus frutos, oh símbolo santo de nuestras seculares libertades!. Nosotros te adoramos hincados de rodillas (y al decir esto se prosternaban las 6.000 personas cual si fuera la muchedumbre movida por un resorte o herida por una impresión magnética y se descubrían la cabeza) y pedimos al cielo que, si la tempestad azota tus ramas frondosas y gentes extrañas vienen a destruir tu tronco, el hierro salvador que contienen los senos de nuestros montes se convierta en armas aceradas de todas clases para defenderla”.

GERNIKA INAUGURA UNA ESTATUA DE IPARRAGUIRRE Desde marzo de 2010, José María Iparraguirre dispone en la villa foral de una estatua de dos metros de altura. Realizada en bronce en los talleres Alfa de Eibar representa la figura del bardo en posición de a pie y con su inseparable guitarra. El acto inaugural cuenta con la asistencia de las autoridades locales, representantes políticos y numerosos vecinos. Interviene la coral Gaudeamus interpretando tres canciones, siendo una de ellas el Gernikako Arbola. José Ángel Igarzabal 67


UNA EZPATADANTZA AL COMPÁS DEL GERNIKAKO ARBOLA Resulta curioso que a los acordes del Gernikako Arbola se ejecute la ezpatadantza. Sucede en Garai, localidad del Duranguesado, en el marco de la festividad de Santiago Apóstol. Interpretándose la marcha de San Ignacio se procesiona con la imágen del Santo Apóstol cuya peana es portada por cuatro dantzaris y escoltada por otros cuatro. El recorrido se inicia en la iglesia de San Miguel (donde se encuentra la imagen de Santiago Apóstol) finalizando en la de San Juan Evangelista (lugar de permanencia de la imagen de Santa Ana). Al llegar a la plaza, frente al Ayuntamiento, se deposita sobre una mesa la peana que transporta la efigie de Santiago Apóstol y ante ella se procede al ondeo de la bandera de la villa y seguidamente los ocho dantzaris bailan una ezpatadantza, que nos recuerda a una makildantza, acompañados del ritmo que marca el Gernikako Arbola.

des. Seguidamente unidos al grupo de Urretxu-Zumarraga se forma la comitiva integrada por unas 300 personas que acompañada de acordeonistas desarrolla una kalejira por las calles de ambas localidades. Al mediodía, en el frontón Ederrena de Urretxu se rinde homenaje a Iparraguirre ante el gigante que encarna su figura. Cuatro “neskatilas” le bailan el aurresku. A sus pies depositan un ramo de flores Oihane Zabaleta, alcaldesa de Urretxu y Mikel Serrano, alcalde de Zumarraga. Se canta un ramillete de temas del cancionero del bardo, cerrándose el acto entonándose el Gernikako Arbola. Seguidamente el protagonismo viene determinado por los bertsos que se ofrecen desde la casa natal de Iparraguirre. Actúan representando a Xenpelar Gorka Azkarate y caracterizado de Iparraguirre Gorka Ojanguren. Esta es su intervención:

“KANTUZ EGUNA”, OTRO ENCUENTRO CON IPARRAGUIRRE El “Kantuz Eguna” honra en su pueblo natal a Iparraguirre al cumplirse los 130 años de su fallecimiento. La convocatoria extendida a Euskal Herria formula “Zu kantari taldea”, entusiasta agrupación configurada por zumarragarras e urretxuarras con un denominador común: la interpretación de canciones en euskera en la vía pública. La popular fiesta pone alegre colorido en Zumarraga y Urretxu el 4 de septiembre de 2011. Por la mañana la plaza Areizaga-Kalebarren constituye el punto de recibimiento de grupos participantes. Llegan de Vitoria-Gasteiz, Donostia, Gernika, Tolosa, Beasain, Azpeitia, Lasarte y Antzuola entre otras localida68

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Gorka Azkarate (Xenpelar): Iparragirre abila dela entzun izan det haserre, ta oraingoan hara, hementxe daukat orain aurrez aurre. Errenterikit nator, ni beti bezain jator, oihu kanta eta barre, aspaldi ez zaitut ikusi eta zer moduz Iparragirre? (bis). Gorka Ojanguren (Iparraguirre): Joño Xenpelar, zu ere hemen, aspaldiko, aspaldiko, nahiz aspaldian ez ginen izan gu biok oso begiko nere urtebetetzea zatoz ospatutzea, berdin zahar ta mutiko, baina oparirik gabe ez al zinen Urretxura etorriko?(bis)


Gorka Azkarate(Xenpelar): Halare behean dagon kuadrilla ez da horren arlotea, Iparragirre zuk ta nik ondo egin gendun bikotea, beste hiruzpalau elkartu eta eingo degu otxotea ! (bis) En los soportales del mercado de la plaza de Euskadi de Zumarraga se sirve la comida popular. A su término acompañado de guitarra, violín y acordeón se hace presente el canto con un amplio repertorio de canciones en euskera que animan la sobremesa. La jornada del “Kantuz Eguna” que constituye todo un éxito culmina en la zona Kalebarren-Areizaga con bailables y cánticos.

LA QUINCENA MUSICAL DONOSTIARRA HONRA A IPARRAGUIRRE Iparraguirre es recordado en la programación de la Quincena Musical, acontecimiento relevante que da lustre a la vida cultural de San Sebastian. Ya en agosto de 1981, ante el centenario de la muerte del poeta, se abrió en el Museo de San Telmo una exposición integrada por partituras, manuscritos y material fotográfico y bibliográfico relativo a tal popular personaje. Por otro lado, en agosto de 2014, la Quincena Musical homenajea a Iparraguirre en el emblemático marco de la Casa de Juntas de Gernika. Se hace patente por medio de un concierto especial en el que poemas y canto van de la mano. El galardonado poeta Kirmen Uribe recita las composiciones Ezutzi (Walt Whitman); Gaztea bere aholkularia (Friedrich Hölderlin); 1094 (Emily Dickinson) y Silentium amoris (Oscar Wilde). Por su parte el Coro Easo, bajo la batuta de Xalba Rallo, interpreta: “Agur zamarra” de Gorka Knörr; “Himno a los fueros” de Cipriano Rosaenz y las obras de Iparraguirre “Ume

eder bat”, “Nere etorrera”, “Nere matiarentzat”, “Kantari euskalduna”, “Nere amak baleki”, “Agur Euskal herriari”, “Nere izarra”, “Gora euskara” y “Errukaria”. Este concierto es ofrecido un mes más tarde en Zumarraga dentro del Ciclo Musical de La Antigua. Una novedosa actividad de la Quincena Musical la constituye la denominada “Quincena Andante”. Ofrece la oportunidad de cubrir una ruta disfrutando de la Naturaleza en compañía dela música. Tras la culminación en anteriores ediciones del trazado guipuzcoano del Camino de Santiago, en agosto de 2018, la propuesta, en dos etapas, se ciñe a la Ruta Ignaciana desde el santuario de San Ignacio de Loyola a Urretxu. Con la participación de cerca de 200 personas, el sábado 25 se camina el último tramo que va de Aizpurutxo a Urretxu. Al llegar los caminantes al zumarragarra barrio de Etxeberri son recibidos al compás de la música de trikitixa ejecutada por Joxe Agustin Elorza e Iñaki Larrañaga. En la plaza Areizaga-Kalebarren se incorporan al grupo los dulzaineros Iratzarri y el gigante Iparraguirre. Se continúa el recorrido hasta la plaza de Iparraguirre. Ante la estatua del bardo se pone broche de oro a la excursión con la actuación de la Coral Goiargi de Urretzu-Zumarraga que, dirigida por Mikel Lizarralde ofrece las obras de Iparraguirre “Agur Euskal Herriari”, “Nere amak baleki”, “Glu, glu,glu”, “Nere etorrera” y por último el “Gernikako Arbola” que es coreado con todo entusiasmo y veneración por los presentes. El recuerdo del instrumento que acompañó a Iparraguirre se hace presente. No falta una guitarra que en las manos del urretxuarra Patxi Urrestarazu, miembro de la coral, entona el repertorio musical del programa. Finaliza de este modo una jornada vivida con la emoción que supone el sentir el mensaje que fluye de las canciones del inmortal Iparraguirre. José Ángel Igarzabal 69


LA DIÁSPORA VASCA RECUERDA A IPARRAGUIRRE Situados en la cuenta atrás de cara a la entrada en 2020, año que supone la gozosa conmemoración bicentenaria del nacimiento de Iparraguirre, a primeros de octubre de 2019 es recordado el genial bardo en su pueblo natal por parte de unas 120 personas llegadas a Euskadi para tomar parte en el séptimo Congreso Mundial de Colectividades Vascas a celebrarse en Bilbao. El día 1 visitan Urretxu acompañados de Gorka Álvarez, director de la Colectividad Vasca en el Exterior. El recorrido por la localidad se inicia ante la estatua de Iparraguirre siendo saludados con el “agurra” ejecutado por un dantzari al compás de la banda de txistularis. Seguidamente se recorre el casco histórico recibiendo por dos guías turísticas locales las oportunas explicaciones. En la iglesia parroquial el grupo de la diáspora vasca es cumplimentado por el Alcalde Jon Luki, dándose paso a un breve recital del cantante Gontzal Mendibil. Por último, los visitantes acuden al cementerio depositando un ramo de flores ante el mausoleo levantado sobre la tumba de Iparraguirre, emotivo acto que concluye con el canto del Gernikako Arbola marcado por el natural entusiasmo. Se dan cita en este acto representaciones de Japón, Venezuela, Uruguay, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, Paraguay, México, Perú. Puerto Rico, Australia, Canadá, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Francia y de Madrid y Palma de Mallorca respecto a España.

IPARRAGIRRE SARIAK: CERTÁMENES LITERARIOS CON SELLO “IPARRAGUIRRE” En 1968 los premios nacionales de literatura convocados por el Ministerio de Información 70

y Turismo incluyen el “Jose María Iparraguirre” de poesía en euskera. En su preámbulo la orden ministerial publicada en el BOE señala: “se insiste una vez más en destacar la importancia que representan para la cultura del país las creaciones literarias en lenguas españolas distintas de la nacional y, consecuentemente, como reconocimiento de estos valores se crea un premio nacional de poesía en legua vasca que llevará el nombre de “José María Iparraguirre” en homenaje a la memoria del poeta y músico que supo ser intérprete eminente del alma popular del pueblo vascongado y, por tanto, de su gloriosa contribución a la unidad española”. Se especifica además que el jurado estará presidido por el Director general de Cultura Popular y Espectáculos actuando de secretario -sin voto- el Jefe del Gabinete Jurídico-Administrativo de la Dirección General. Actuarán en calidad de vocales un miembro de la Academia de la Lengua Vasca designado por su presidente, un miembro del Seminario “Julio de Urquijo” designado por su director, un miembro del Consejo de Cultura de la Diputación Foral de Álava designado por su presidente y un miembro del Instituto “ Príncipe de Viana” de la Diputación Foral de Navarra designado por su presidente. Se otorga el premio, dotado con 50.000 pesetas, al autor de “Harri eta Herri” (Piedra y pueblo), el escritor bilbaíno Gabriel Aresti, integrante de un grupo de renovadores de la poesía en euskera del siglo XX. Al cumplirse el cincuentenario de su publicación y dentro de la séptima edición de “Lectura de los clásicos” iniciativa llevaba a cabo por el euskaltegi “Bilbo Zaharra”, el 22 de mayo de 2014, en el teatro Arriaga se procede a su lectura ininterrumpida a lo largo de doce horas participando unas cuatrocientas personas. Intervienen alumnos del euskaltegi y personalidades del ámbito de la cultura, el

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deporte y la política. En 1997 surge un certamen literario que hunde sus raíces en la comarca que vio nacer al bardo. Conjuntamente los Ayuntamientos de Urretxu y Zumarraga convocan “como vehículo para dar voz a nuevos valores literarios” los “Premios Literarios Iparragirre” de poesía y narrativa, tanto en euskera como en castellano y el de bertsopapera, que al margen de su cuantía en metálico tienen el aliciente de la publicación de los trabajos premiados en formato libro por parte de las instituciones convocantes. En relación a este certamen literario reproducimos por su interés la reseña rubricada por el escritor Félix Maraña, dinamizador de los citados premios: La literatura, desde abajo Razón de ser de los Iparragirre Saria Félix Maraña El principal termómetro que evalúa el sentido de un premio literario se colige del repaso de

Organizadores y colaboradores de una de las ediciones de los Premios “Iparragirre Saria”. Fotografía cedida por el Ayto. de Urretxu

la actividad posterior que han ido desarrollando aquellos autores y autoras cuyas obras fueron premiadas. Que haya habido una constante y generalizada dedicación posterior certifica el cumplimiento de los objetivos y la proyección de la acción cultural. Desde que en 1997 los ayuntamientos de Urretxu y Zumarraga convinieron que los premios literarios que venían promoviendo tomaran el nombre del bardo Iparragirre, este concurso (tanto en euskera como en castellano, como en la modalidad de Bertso Paper desde 2008) ha supuesto una rampa de salida para autores de muy diverso registro, horizonte geográfico y proyección, principalmente jóvenes. Si repasamos, por ejemplo, la nómina de poetas y narradores que han recibido el Iparragirre Saria en euskera en este largo perioJosé Ángel Igarzabal 71


do, nos encontramos con nombres tales como Karmele Jaio –académica correspondiente de Euskaltzaindia desde 2015–, José Luis Padrón Plazaola, Lukas Dorronsoro Ceberio –una vida dedicada al teatro–, David Tijero Osorio –premio a su vez “Ciudad de Irún”, quien ha resaltado los valores que transmite el proceso de los Iparragirre–, Oier Guillan, Irati Goikoetxea, Xabier Etxaniz, Josu Báez, Alain López de la Calle, Josu Jiménez Maia, Nerea Beldarrain, Iñigo Legorburu –ha ganado diversos concursos de bertolarismo–, Aitor Albistur, Leire Alonso, Miriam Luki, Ekaitz Goikoetxea, Mikel Fernández Callejo, ente otros nombres, que han recibido con posterioridad otros premios, publicado libros, y desarrollado una actividad literaria en diversas publicaciones periódicas. Parecidas circunstancias concurren en los autores y autoras premiados en castellano. Jon Obeso Ruiz de Gordoa, que ganó en poesía, ha presentado posteriormente nuevas obras de narrativa, una novela suya mereció el premio Lengua de Trapo, así como el premio Blas de Otero de poesía. Emilio Varela, poeta, además de hacer sendos doctorados en Arquitectura y Filosofía, ha escrito una importante obra de pensamiento. En el mismo camino, Antonio Casado da Rocha, con sus ensayos sobre Thoreau, y su obra poética, desarrollada también en euskera. Ignacio del Valle, cuyo relato fue premiado en el Iparragirre, es hoy un autor de prestigio narrativo, y sus novelas han sido traducidas a varios idiomas, siendo un escritor muy difundido en Francia y América. Alberto Vázquez ha publicado varias novelas. Amaia Ruiz, Óscar Alonso e Iker Amutxastegi forman parte de la nómina de autores que han merecido este premio, que ha recogido también obras de escritores americanos. Es el caso de Beatriz Actis –cuya obra teatral ha ido representada con éxito en España y Europa– y Carlos Bar72

barito, argentinos, que recibieron el premio en 2005. También, Carlos Alberto Cachay, de Perú, autor de varios libros de poemas. Singularidad la de otro autor, Joan Carles González, que después de haber publicado varios libros en catalán, recibió el Iparragirre con el primer libro que había compuesto en castellano. Del mismo modo, Jesús María Cormán y Elena Román, ganadores en poesía, han continuado con una labor de prestigio, tanto en la poesía como en la narrativa. Elena Román y Cormán han sido incorporados como miembros del jurado, del mismo modo que Nerea Beldarrain e Irati Goikoetxea se incorporaron al jurado en euskera. Ambas reconocen que el criterio y magisterio de Patxi Ezkiaga les ha facilitado esta tarea. En la misma han colaborado otros jurados a lo largo del tiempo, como Carlos Aurtenetxe, Juan Kruz Igerabide, Felipe Juaristi, Jorge G. Aranguren, Jon Obeso, Koro Saavedra, Pello Otxoteko y Patxi Andión, incorporado al equipo del jurado en 2017 y que ha cantado al autor del “Gernikako Arbola” en su obra total. En 2016, lo hizo en Urretxu por vez primera, en la entrega de los Iparragirre. Hemos de resaltar la colaboración especial en todo el proceso de Concetta Probanza, que ha procurado y definido la estética editorial de todos los libros. Pero tal vez nada hubiera ocurrido si Miren Castillo y José Luis Padrón no se hubieran empeñado en proponer a los dos ayuntamientos que los Iparragirre Saria adoptaran procedimiento y criterio de otros premios literarios. Aceptada la propuesta, hemos llegado hasta hoy. Quiero hacer constar especialmente el mejor recuerdo para la memoria del joven poeta bilbaino Sergio Oiarzabal, muerto en plena juventud, con una obra de alta originalidad y desgarro, y que mereció el Iparragirre en 2001.

IPARRAGUIRRE: Una crónica para el recuerdo


Aunque, en su conjunto, la obras premiadas han sido de autores jóvenes, conviene subrayar que en algunos casos lo han recibido personas de edad avanzada, y que habían dedicado su vida a la literatura, como Lukas Dorronsoro o Mariano Sanz. Este hecho prueba una vez más que en los Iparragirre Saria se valora y premia a las obras, y no se está pendiente de las personas que pudieran haberlas escrito, hasta que no se proclama el fallo. Los Ayuntamientos de Urretxu y Zumarraga han considerado desde el principio del proceso que la edición en formato libro de los trabajos premiados es el certificado en el tiempo del propósito difusor y promotor de la creación literaria, que emprendieron hace tres décadas. Y tanto las instituciones implicadas, como la editorial Bermingham, continúan en el empeño a futuro. También están ahí con el nombre de Iparraguirre los premios convocados por EITB des-

tinados a los mejores programas de su cadena de radio y televisión.

PUNTO FINAL Llegamos al término de esta crónica para el recuerdo. A través de la misma queda patente como, a lo largo del tiempo, permanece vivo el recuerdo de la figura y obra de José María Iparraguirre, el cantor del sentimiento popular del pueblo vasco. A modo de rúbrica reproducimos lo manifestado por Gontzal Mendibil a El Diario Vasco en 2004: “La historia de Iparraguirre es novelesca y desconocida, quizá porque se trata de un personaje muy carismático, pero muy antitético: un artista, un tunante que participó en la Guerra Carlista, emigró a Francia, Argentina y Uruguay, trató con aristócratas, se carteó con gobernantes, fue célebre y murió en el ostracismo.” José Ángel Igarzabal 73



Articles inside

Punto final

1min
pages 73-74

La estatua de Gernika

1min
page 67

Homenaje de la Quincena Musical

2min
page 69

La Romería de Urkiola

1min
page 66

Oskorri canta a Iparraguirre

2min
pages 64-65

Recuerdo a Iparraguirre en fiestas

2min
page 61

“Iparragirre, raíz y viento”

2min
pages 62-63

Homenaje de Gontzal Mendibil

3min
pages 58-60

Homenaje de Víctor Manuel Núñez

2min
page 54

El proyecto del mausoleo

2min
page 47

I Centenario de la muerte

9min
pages 48-53

I Centenario del regreso

12min
pages 43-46

Homenaje de Patxi Andión

1min
page 41

Antología lírica “Iparraguirre”

2min
page 40

Autoría del Gernikako Arbola

2min
page 39

I Centenario del Gernikako Arbola

10min
pages 34-38

La poesía vasca honra a Iparraguirre

8min
pages 31-33

I Centenario del nacimiento

11min
pages 26-30

La Marsellesa ante la estatua

3min
page 25

La guitarra de Iparraguirre

2min
page 24

Los tristes sucesos de 1893

8min
pages 21-23

Recordando desde Uruguay

3min
page 20

Inauguración de la estatua

20min
pages 11-19

Ante la muerte de Iparraguirre

8min
pages 6-8
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