Revista Gerente Venezuela 305

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CONSUMO

La novedad estriba, explica Maturén, en que el venezolano ha configurado una escala de marcas en su patrón actual de consumo. “Ante la ausencia de su marca preferida, migra a otra marca conocida. Si el consumo del producto es inevitable -por ejemplo, medicamentos- entonces opta como tercera opción por una marca desconocida o genérica. Como último recurso ante la escasez del producto, migra a otra categoría buscando nuevamente una marca reconocida”.

Son 10 bolívares y 5 horas Ángel Alayón, economista y director del portal Prodavinci, señala que se tiende a subestimar el verdadero impacto de la inflación, ya que a su juicio, en un contexto de escasez y desabastecimiento, el precio real de los productos equivale a sumar su valor nominal más el esfuerzo que toma conseguirlo. “En un contexto de desabastecimiento, cuando se suma el costo de oportunidad asociado a la búsqueda y compra de un artículo al precio nominal, vemos que terminamos pagando mucho más”, señala Alayón, quien agrega que si el contexto es de escasez, entonces del precio de un producto es, sencillamente, incalculable. Alayón sostiene que los recientes hábitos de compra del venezolano se ajustan al modelo estudiado por János Kornai –profesor de economía húngaro especialista en sistemas económicos en contextos de escasez-, el cual se basa en una dinámica de compra cíclica. Así Gastan los Venezolanos El primer escenario, expliGasto sobre ca Alayón, es el ciclo ideal que el total (%) comienza con la búsqueda del Alimentos 45,30% bien, con su disponibilidad en cantidades suficientes y finaliza Cuidado Personal 9,70% con la compra. Un segundo esceSalud 6,90% nario prevé que el producto está Telecom

6,40%

Ropa y Calzado

6,10%

Vivienda y Servicios

5,70%

Transporte

4,90%

Educación

3,80%

Recreación

3,70%

Otros

2,80%

Fuente: Datanálisis

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disponible pero en cantidades limitadas –Alayón se refiere al racionamiento como el hijo no deseado de la escasez-, en cuyo caso inicia un ciclo de opciones: hacer una cola, buscar en otro establecimiento, pagar con sobreprecio, etc. Cuando no hay disponibilidad, es decir, hay escasez del producto, se da un tercer escenario que deriva en cuatro nuevas opciones: la primera, realizar una sustitución forzada de la marca o de la categoría; la segunda, iniciar una búsqueda permanente del producto, con los costos de oportunidad de eso implica; posponer el consumo como tercera opción y, finalmente, abandonar del todo la compra. Como dato, Luis Maturén señala que para mediados de 2013, el consumidor venezolano visitaba en promedio 3,2 establecimientos para abastecerse. “La experiencia de consumo del venezolano dejó de ser óptima, ya que el entorno promueve una situación en la que se altera el patrón de consumo habitual, lo cual afecta el bienestar del individuo”, afirma Alayón. Al respecto, Roberto León Parilli, director de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores, sostiene que esta situación es una violación a derechos consagrados en la Constitución Nacional en favor de los consumidores. “El derecho a elegir -artículo 117- señala claramente que tenemos derecho a optar entre bienes y servicios de calidad. Cuando solo encontramos una opción, no tenemos chance de elegir”, asevera.

Medio sueldo es para comer Cifras de Datanálisis evidencian que durante el 2013, 45,3% del gasto familiar se dedicó a la alimentación. “Si se suman otros gastos inamovibles como cuidado personal y salud, la proporción sube a 60%”, indica Francisco Allen. De acuerdo con sus estudios, solo 2,8% de los ingresos se dedica al ahorro y 1,7% al pago de deudas. Por su parte, Maturén agrega que en 2013 se afianzó la tendencia a “hacer potes” para costear los gastos del hogar. “Hasta 2010, en 43,4% de las familias encuestadas el jefe del hogar cubría la mayoría de los gastos. Desde 2011 se refleja como tendencia que todos los miembros aporten para cubrir los gastos comunes”. Los estudios de Datos también reflejan que durante el 2013, mientras se mantuvieron estables los niveles de consumo de alimentos y productos de cuidado personal, cayó 12% la penetración –personas que afirmaron usar un producto- en el rubro de cosméticos, específicamente base de maquillaje, tintes para cabello, lápiz labial, rubor, sombra de ojos, rímel y cremas faciales. “Lo que llegue a los anaqueles, se venderá” Allen y Marturén coinciden en afirmar que, de continuar un contexto como el actual, las marcas que logren mantener o incrementar su producción


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