Roberts, nora trilogia de las llaves 01 la llave de la luz

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NORA ROBERTS

La llave de la luz

Flynn aguardó hasta que Malory se hubo marchado, y entonces dobló un dedo para que Dana lo siguiese hasta la cocina. Era tan triste como el resto de las habitaciones, con sus viejos apliques cobrizos, las encimeras blancas con motas doradas y el linóleo del suelo que imitaba al ladrillo. —¿Cuándo vas a hacer algo con esta cocina? Es horrorosa. —A su debido tiempo, preciosa, a su debido tiempo. Sacó una cerveza de la nevera y la movió ante Dana ofreciéndosela. —Sí, ¿por qué no? Flynn sacó otra y las abrió con el abrebotellas de pared en forma de rubia con biquini y una sonrisa que mostraba todos los dientes. —Ahora cuéntame todo lo que sabes sobre la muy sexy Malory Price de enormes ojos azules. —Sólo la conozco desde anoche. —Ah, ah. —No le entregó la cerveza—. Las mujeres saben cosas de las mujeres. Cuanto más le gusta o disgusta a una mujer otra, más sabe de ella. Se han realizado muchos estudios científicos al respecto para comprobar ese fenómeno. Suéltalo todo o no hay cerveza. A Dana no le apetecía especialmente la cerveza, hasta que Flynn la usó como arma. —¿Por qué quieres que te hable de ella en concreto? ¿Por qué no de Zoe? —Mi interés por Zoe es más académico. No puedo iniciar la salvaje y apasionada aventura que tengo en mente con Malory hasta que no conozca sus secretos y deseos. —Me das náuseas, Flynn. Él se limitó a alzar su cerveza y dar un largo trago mientras mantenía la de Dana fuera de su alcance. —Yo no soy tu estúpido perro, que gimotea por una galleta. Sólo voy a decírtelo para poder ver cómo ella te manda al carajo y para poder burlarme de ti. Malory me gusta —añadió, y tendió la mano para recoger la cerveza—. Me da la impresión de que es inteligente, ambiciosa, abierta sin ser ingenua. Trabajaba en La Galería, de donde la han despedido hoy porque discutió con la nueva esposa‐trofeo del propietario. Teniendo en cuenta que Malory la llamó «guapita descerebrada», yo diría que no siempre consigue una puntuación alta en tacto y diplomacia, pero llama a las cosas por su nombre. Le encanta la ropa buena y sabe cómo ponérsela... Gasta mucho dinero en eso, que es la razón de que estuviese sin blanca antes del imprevisto de esta mañana. En este momento no tiene ninguna relación sentimental y le gustaría abrir su propio negocio. —Sí que conoces el tema... —Flynn bebió lentamente un trago largo—. O sea, que ahora no sale con nadie. Y tiene agallas. No sólo se pelea con la mujer del jefe, sino que también va sola, y de noche, a la casa más espeluznante de todo el oeste de Pensilvania. —Yo también lo hice. —Pero no puedo tener una aventura loca y tórrida contigo, preciosa. No estaría

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