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A lmond Bay donde El Sol se conjuga con L a Mar Providencia Por Omar Prieto Puello Es todo un espectáculo observar en las playas de Almond Bay el momento en que el astro rey se despide de la mar, se detecta un enamoramiento que tiñe al océano de diversos colores, el sol pareciera renuente a no marcharse por lo que sus últimos destellos de luz los emana ya casi metida la noche formando un hermoso atardecer. Ya en la oscuridad, la playa blanca, que parece pulpa de coco se convierte en el sitio propicio para que algunos cangrejos negros em-
piecen, para esta época, el proceso de desove haciendo unos movimientos cada vez que se acerca la ola a la orilla que parecieran que estuvieran bailando regué, al fondo se puede escuchar el sonido producido por cientos grillos y lagartijas, que sumados al que hace la mar simulan una filarmónica tocando los ritmos que son tradicionales en estas islas caribeñas.
se encuentra pintado con colores y figuras tropicales, antes de llegar a la playa usted tendrá la oportunidad de encontrase en el camino con diversas aves que son endémicas del lugar, iguanas, lagartijas, lobos polleros y una cantidad de mariposas de diversos colores que embellecen el paisaje. A la entrada del pasaje peatonal usted se encontrará con el monumento a Los Pulpos, Almond Bay está ubica- el cual es un pulpo de da en el sector de Camp, cerca de cuatro metros entre Pueblo Viejo y San de altura y que indica el Felipe en la isla de Pro- descenso a las hermovidencia, bajando unos sas y tranquilas playas sesenta metros por un de Almond Bay. sendero peatonal que