¿Sólo un sueño?
Fernando Polo Elías
¿Sólo un sueño?
¿Sólo un sueño? Fernando Polo Elías
Zitrivi ediciones
Idea original: Fernando Polo Elías
Fotografía: Fernando Polo Elías y Araceli López Maquetación, correcciones y montaje: Araceli y Kiko
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2015 Zitrivi ediciones
Empezaba a notarse ya cómo los días estaban creciendo. Pasaron muchas noches desde que la gran luz que nos ilumina hizo su ciclo más corto en los cielos. La luz de la noche se había hecho plena y redonda ya dos veces desde entonces. Me acerqué al árbol que anuncia con su floración el fin de las heladas, y con ello la llegada de todas las flores, los insectos, los olores, todos los animales que llegan de otras tierras y las ganas que todos tenemos de apareamiento. Debía empezar a buscar los cinco o seis refugios para las parejas que buscaría.
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¿SÓLO UN SUEÑO?
Esta mañana había realizado un par de veces todos los recorridos que hacía a diario en busca de comida. Había bajado a la ribera y sus matorrales para comer con bastante suerte. Me coloqué en mi viejo tronco preferido, donde, satisfecho por el gran desayuno, ejercité mi canto que tenía algo en desuso. Tengo que advertir que aunque soy muy pequeño canto muy fuerte y se escucha en otros territorios lejanos, lo digo porque yo escucho a otros primos a lo lejos que nunca vi, y por lo tanto pienso que ellos me escucharán a mí.
Pues eso, ese tronco era de mis preferidos porque la gran luz lo ilumina de pleno durante mucho tiempo y por la mañana se agradece algo de calor. La panza repleta y descansando al sol, ya se sabe, di unas cabezaditas, era inevitable. 8
¿SÓLO UN SUEÑO?
Entre cabezaditas noté un olor que me llegaba a madera quemada. ¿Qué podía ser? El olor a madera quemada nos pone en alerta a los animales. Revoloteé por mi territorio en busca del fuego y noté que el olor venía de más allá de los límites de mi terreno conocido. Me atreví a salir de él por primera vez siguiendo el olor, podía ser una alerta.
Atravesé la ribera y me adentré en territorio desconocido. Subí una loma y encontré una cosa rara, al menos para mí. Los árboles estaban misteriosamente alineados, también estaban alineadas muchas plantas de grandes hojas verdes, todas las plantas eran casi iguales. Qué raro, pensé yo, las plantas y árboles no están ordenados en líneas en el bosque, sino que salen donde deben salir, es decir, en cualquier sitio sin orden aparente. Pensé que de todas formas no está mal tener todas la plantas que te gustan juntas, ya que si te apetece comértelas no tienes que ir a buscarlas. 9
¿SÓLO UN SUEÑO?
Esta alineación de plantas iguales me condujo a algo más raro aún, vi una formación de piedra, de líneas extrañamente rectas, de una de sus caras tenía un saliente de donde salía una columna de humo que olía a madera quemada.
Me tranquilicé bastante, al menos el bosque no arde, pensé. Me acerqué sigilosamente con rodeos a la formación recta de piedra, era inmensa, comparada conmigo casi cualquier cosa es grande. Me pasó por la cabeza que todas estas cosas en líneas rectas eran producto del trabajo de algún animal que yo desconocía. Me intrigaba mucho mi descubrimiento, aunque debía tener mucho cuidado con el nuevo animal, no sabía de qué se alimentaba y cuáles eran sus costumbres. 10
¿SÓLO UN SUEÑO?
Me acerqué decidido pero con cautela. Al dar un par de vueltas alrededor de la formación de piedra observé que tenía algunos huecos rehundidos pero cerrados con madera. Uno de los huecos llegaba hasta el suelo y era el más grande, demasiado pensé.
Si esta era la puerta de entrada a su guarida deduje varias cosas, andaba por el suelo, era muy grande el animal, o eran muchos ahí dentro y no se ponen de acuerdo para entrar y salir y lo hacen todos a la vez, no sé. A cada uno de los huecos lo rodeaba una madera especial, era extremadamente dura y fría, en forma de palos todos iguales, alineados y todos a la misma distancia, ¿para qué servirá esto? Podía ser como protección frente a otros animales, para que no entren, pero pensé que también impedía su salida, si necesitara salir deprisa por algún hueco. Qué raro. 11
¿SÓLO UN SUEÑO?
Estos palos fríos e iguales también estaban en lo que yo consideré la puerta, pero dispuestos de otra manera, de tal forma que me permitía acercarme sigilosamente a la construcción.
Desde allí, con mucho cuidado, me pude acercar a lo que parecía un hueco, entre la piedra y las maderas, que me podía permitir ver el interior. Me quedé estupefacto al asomarme dentro.
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¿SÓLO UN SUEÑO?
Una gran gruta, donde predominaban las líneas rectas también. En una de sus paredes había un hueco donde la madera ardía, me tranquilizó saber que el fuego procedía de allí y que el olor a madera quemada era este. A través de grandes huecos hasta el suelo, el gran habitáculo daba paso a otros más pequeños interiores. Parecía que no había nadie, pensé, ¿y si entro y observo desde el interior? De repente, a través de uno de los huecos, apareció andando erguido el animal, era enorme, se tenía que agachar para pasar por sus puertas.
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¿SÓLO UN SUEÑO?
De entrar nada, me dije, las patas me temblaban.
El gigante se dirigió decidido a coger un gran trozo de madera y arrojarla al hueco de la pared donde estaba el fuego. Se agachó sobre sus grandes patas y se apoyó en algo que le permitía descansar frente a la madera quemada. Estuvo sin moverse frente al fuego un rato, de vez en cuando alargaba lo que parecían manos, hacia el fuego sin tocarlo. El calor que salía por el hueco donde estaba asomado aumentaba, era una mezcla de miedo y placer, estaba calentito pero olía a madera quemada. Hizo un ruido gutural, y al poco tiempo salieron de las grutas interiores tres gigantes más, estuve a punto de darme la vuelta y marcharme, me estremecí, pero como soy curioso aguanté la visión terrible. 14
¿SÓLO UN SUEÑO?
Todos se colocaron de frente al fuego, doblaron sus patas apoyados en cosas y alargaban sus manos al fuego que salía de la pared sin tocarlo. Los sonidos guturales, pero sincopados, salían de sus bocas, primero atropelladamente todos, pero después uno solo durante un tiempo. Parecía una especie de lenguaje. Miraban fijamente al fuego, yo me tranquilicé por su pasividad. 15
¿SÓLO UN SUEÑO?
Hubo un momento que uno de ellos giró la cabeza hacia mí, hizo un ruido gutural atropelladamente, los demás giraron también sus cabezas a la vez. Me descubrieron y me estaban mirando.
Parecían sonreír o algo así me pareció. Tenía que huir, pero ya no podía por el mismo sitio, ya que la confianza me hizo adentrarme a través de las barras frías. Di media vuelta rápidamente con un revoloteo para marcharme lejos, pero
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¿SÓLO UN SUEÑO?
tropecé en unos hilos que había colgando de la puerta, sentí que daban grandes zancadas hacia la puerta. De repente di un brinco para librarme de las cuerdas, casi me caigo al suelo.
Me había quedado dormido en mi viejo tronco, vaya sueño que he tenido, dije. Canté varias veces y me fui volando a la ribera.
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EPÍLOGO ¿Que pasó realmente? Chochín anidó en la puerta de mi casa, yo lo vi, y disfruté de este maravilloso espectáculo durante los tres años que viví allí, espero que lo siga haciendo por mucho tiempo. Por lo que me contaron llevaba anidando allí desde hace muchas generaciones, sus ancestros, claro.
Chochín, troglodites troglodites, pesa entre ocho y doce gramos y mide alrededor de diez centímetros desde el pico a la punta de la cola, la segunda ave más pequeña
del continente, sólo es más pequeño el reyezuelo, que pesa entre siete y diez gramos y mide aproximadamente lo mismo.
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Este libro se termin贸 de componer en Carmona (Sevilla) para publicaci贸n electr贸nica el 27 de enero de 2015