Day sylvia crossfire 05 somos uno

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Gideon ronroneó. Yo me removí en un intento por levantar la cadera hasta el éxtasis de su traviesa boca. Sujetó mis piernas para dejarme inmóvil a la vez que me saboreaba al ritmo que él deseaba, lamiéndome por encima y alrededor de la resbaladiza abertura..., mofándose de mi ansia de sentir su lengua dentro de mí. Colocó sus labios alrededor de mi palpitante clítoris y su boca chupó mientras su lengua acariciaba ese punto tan sensible y placentero. —Por favor... —No me importaba suplicar. Cuanto más le daba, más me devolvía él. Pero me hacía esperar mientras me saboreaba, su pelo rozaba la tierna piel de la parte posterior de mis muslos y su lengua me masajeaba el clítoris con una leve presión. Apreté las manos contra mi cara. —Cómo me gusta... No pares... Abrí la boca cuando él lamió más abajo e introdujo una pequeña parte en mi interior... Después, más abajo, bordeando la roseta que se estremecía bajo su sedosa caricia. —¡Ah! —jadeé, casi loca por aquella oleada de sensaciones tras haber pasado horas adormecida. Su gemido hizo que me atravesara un escalofrío. Mi cuerpo se sacudió cuando por fin me dio lo que quería, su lengua dura entrando en mi escurridiza fuente de calor con un embate lento y delicioso. —Sí... —jadeé—. Fóllame. Su boca era exquisita, el manantial de todo placer y tormento. Y su lengua se retorcía en su sensual asalto, zambulléndose entre mis delicados y apretados músculos. Gideon me engullía con tensa concentración, con tanta avidez y ansia que yo me retorcía con el increíble éxtasis que me invadía todo el cuerpo. Sentí una presión y, después, su dedo pulgar se introdujo por la parte de atrás y empezó a follarme la tierna abertura. Esa sensación de plenitud contrastaba con los envites rítmicos de su lengua. Mi coño se puso en tensión. Estaba acercándome al precipicio del orgasmo.


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