El beso de medianoche Lara ADRIAN

Page 317

EL BESO DE MEDIANOCHE

LARA ADRIAN

Y pensar en cómo la había herido le hacía sentir un agujero en el pecho. Ella había demostrado ser una verdadera aliada cuando le había cubierto frente a los demás guerreros. Ella le había acompañado a través de ese infierno íntimo la otra noche, había estado a su lado, tan tierna y amorosa como cualquier macho pudiera desear de su amada compañera. Una idea peligrosa, la mirara por donde la mirase. Dejó que la discusión acerca de los renegados continuara, y estuvo de acuerdo en que tenían que dar el golpe contra esos salvajes en el lugar donde vivían en vez de ir a buscarles uno por uno en la calle. —Nos encontraremos aquí a la puesta de sol para prepararnos y salir. El grupo de guerreros se dispersó y Tegan salió a paso lento detrás de él. Lucan pensó en ese estoico solitario que se sentía tan deplorablemente orgulloso por el hecho de no necesitar a nadie. Tegan se mantenía apartado y aislado por voluntad propia. Pero no siempre había sido así. Una vez había sido un chico brillante, un líder nato. Hubiera podido ser alguien grande... lo había sido, en verdad. Pero todo eso cambió en el curso de una noche terrible. A partir de ese momento, empezó a bajar por una espiral. Tegan tocó fondo y nunca se recuperó. Y a pesar de que nunca lo había admitido ante ese guerrero Lucan nunca se perdonaría a sí mismo el papel que él había jugado en esa caída. —Tegan, espera. El vampiro se detuvo con una reticencia evidente. No se dio la vuelta, simplemente se quedó en silencio con un gesto de arrogancia en el cuerpo esperando a que los demás guerreros salieran en fila de las instalaciones de entrenamiento hacia el pasillo. Cuando estuvieron solos, Lucan se aclaró la garganta y habló con su hermano de primera generación. —Tú y yo tenemos un problema, Tegan.

317

Soñando Despiertas


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.