CIMIENTOS SER E IDENTIDAD DE EUROPA
Una de las mayores pérdidas que la civilización cristiana occidental ha sufrido en los últimos años, aproximadamente a partir de los 60 del siglo XX, ha sido la originada por una especie de derrumbe de la Escolástica y del tomismo, tras un largo período de nuevo apogeo experimentado desde finales de la centuria del 180010. Este desplome ha sido patente de un modo muy particular en la Iglesia Católica, que era donde se encontraba en pleno auge. La incursión de las corrientes de la «Nueva Teología» y de otras provenientes del protestantismo e incluso de fuentes ideológicas totalmente ajenas a la fe, trajo su casi desaparición entre los teólogos católicos y en los centros de formación, seminarios diocesanos y universidades, para dejar paso a nuevas formas de enseñanza, de exposición y de investigación cuyos resultados, sobre los que hoy se puede ya realizar un juicio bastante certero, han sido en general desastrosos: caída del nivel de conocimientos, incapacidad para el debate por el abandono del método
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Aunque bastante crítico hacia lo que fue el proyecto neotomista iniciado a finales del siglo XIX, puede ser interesante, para una rápida visión histórica de la suerte corrida por el mismo, el artículo de BONINO, Serge-Thomas, «Le thomisme aujourd’hui. Perspectives cavalières», en Revista Española de Teología, LXIII (2003), pp. 167-181.
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