Manual de Edafologia

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Resumen La evolución de la agricultura trajo consigo el manejo de una trilogía de actividades relativas al manejo de las propiedades químicas, las físicas y la conservación del suelo. Un sistema de manejo agrícola eficiente significa una adecuada selección y preparación de las tierras, una densidad de siembra cónsona con el cultivo y con las condiciones edafoclimáticas, una fertilización adecuada, con el control oportuno de plagas y enfermedades, y un correcto y acertado manejo de aguas. El manejo de suelos contemplan acciones dentro de las propiedades químicas, como el encalado y la fertilización, para las propiedades físicas se aplica el arado, la rastra, los agregados y el despiedre. En cuanto el manejo de los organismos se realiza deforestación, desbroce, utilización de biocidas y manejo de plagas y la introducción de nuevas especies. Además de las actividades de conservación de suelos. El encalado es una práctica agrícola que consiste en la aplicación de ciertos productos químicos capaces de elevar el pH de los suelos; mejorando las propiedades físico – químicas y biológicas de los mismos. Para encalar se utilizan las cales agrícolas como: cal calcítica, la cal dolomítica, cal hidratada y la cal viva. La fertilidad es la capacidad de los suelos para suministrar los nutrimentos necesarios en cantidades suficientes para el adecuado desarrollo de los cultivos. Para conocer el grado de fertilidad que tiene un suelo para la producción agrícola, se evalúa mediante técnicas como la sintomatología visual, el análisis de tejido de las plantas y los análisis de suelo. Los principales nutrimentos necesarios para el desarrollo de las plantas son los que se requieren en grandes cantidades o macroelementos (carbono, oxigeno, hidrógeno, nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, y azufre); y lo que necesitan en menores cantidades o microelementos (boro, hierro, zinc, cobre, magnesio y molibdeno). Todos son de gran importancia para cada una de las fases de

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desarrollo de los cultivos. Los fertilizantes o abonos son sustancias orgánicas o sintéticas, aplicadas al suelo con la finalidad de suministrar los elementos nutritivos necesarios para mejorar el rendimiento de los cultivos. Estos deben ser aplicados siguiendo las leyes de la aplicación de los fertilizantes: la Ley del mínimo o de Liebig y la Ley de las rendimientos decrecientes o de Mitscherlich. Los fertilizantes o abonos los podemos agrupar en: abonos nitrogenados, abonos potásicos, abonos fosfatados, abonos múltiples (combinación de los tres anteriores), con microelementos, mezclas de fertilizantes y abonos orgánicos. Es necesario que el técnico realice la fertilización mediante el uso de un PLAN, en donde se realice una planificación de las fases de la fertilización, contestar ¿cuándo?, ¿cuándo?, ¿cuánto? y ¿qué? Aplicar; todo basado en los requerimientos de los cultivos, las condiciones del suelo y las características climáticas. Para mejorar las condiciones físicas de los suelos con el fin de preparar una cama adecuada para el desarrollo radicular de los cultivos se aplica el laboreo de suelos, mediante el uso de la labranza; que consiste en el corte, soltura e inversión de una masa de suelo mediante el pase del arado y la rastra. Existen varios tipos de labranza: la conservacionista, la mínima y la posterior a cosecha. Para mantener de alguna manera las condiciones iniciales de los suelos en su sistema natural es necesario que se apliquen algunas prácticas de tipo conservacionistas que eviten las pérdidas por degradación y erosión. Entre las mas comunes se presentan: la rotación de cultivos, el uso de cultivos múltiples y los cultivos de cobertura, las barreras vivas y cortinas rompevientos, los cultivos en contorno, el uso de riego y el drenaje, entre otras.

manejo DE SUELOS y fertilizantes

CAPÍTULO VI


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