señora se le escapan unas lágri-
ca. Mientras observamos como
da media vuelta y desaparece
mas. La emoción es intensa.
pescan casi podemos tocarles.
en el bosque.
Recorro con la mirada todo
De pronto, aparece una mamá
Al poco tiempo, el guía nos
el río. A izquierda y a derecha,
grizzli con sus dos oseznos. Y
avisa de que nos preparemos
lentamente, intentando no per-
si los cachorros negros parecían
para volver. De camino al hi-
derme ni un solo detalle, ni una
ositos de peluche y hasta entra-
droavión intento retener en la
sola imagen de lo que la natu-
ban ganas de acariciarles, con
memoria todas las imágenes del
raleza hoy nos está ofreciendo.
los cachorros grizzlis ocurre
día porque su recuerdo serán
No se oye una sola voz, solo se
todo lo contrario. No son nada
como una sobredosis de opti-
escucha el sonido del viento y el
amorosos. Asustan.
mismo y energía vital.
murmullo de las aguas surcan-
Un oso negro, que por el ta-
Mi último pensamiento antes
do el río. Me pellizco para ase-
maño parece una osa, comparte
de llegar a Ketchikan es sobre la
gurarme que no estoy soñando
la misma ladera del rio. Mien-
posibilidad de escribir un cuen-
pero no me despierto, así que
tras devora un salmón vigila a
to basado en la experiencia vi-
sigo soñando.
Toda la fanta-
la recién llegada familia. Pare-
vida y aunque de momento no
sía de los cuentos de Disney se
ce asustada. De repente y sin
se me ocurren ni el título ni el
muestra ante nuestros ojos y yo
saber porque se levanta y avan-
argumento, tengo muy clara la
me pregunto: ¿estoy metido en
za encogida hacia ellos. Uno
última frase:
un cuento?
de los oseznos la ve y se yergue
Descendemos por un pasa-
mirándola fijamente. Ella sigue
dizo hasta una segunda pla-
avanzando. La mamá grizzli
taforma a escasos metros del
también la observa y cómo no
agua donde disfrutaremos del
se detiene se lanza a por ella,
espectáculo mucho más de cer-
pero solo es un aviso. Asustada
“…Y comieron salmones”