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L u Z AN g ÉLICA gu TIÉRREZ BONILLA

Académico del Instituto de Investigaciones y Estudios superiores Económicos y sociales (IIEsEs) Universidad veracruzana (U.v.). Licenciada en Economía. Especialidad en Planificación Educativa. Doctor en Educación. Ha ocupado los cargos de Director de Planeación, Director de Difusión Cultural y del Instituto de Investigaciones y Estudios superiores Económicos y sociales de la Universidad veracruzana. Ha impartido cátedra de: Introducción a la Economía, Microeconomía, Macroeconomía, Comercio Internacional, Política Económica, Fundamentos Económicos para la Producción Agropecuaria y Proyectos de Inversión, en las facultades de Economía, Contaduría y Agronomía de la Universidad veracruzana. Ha publicado libros y capítulos de libro sobre: La Planificación de la Educación Superior, La Educación Superior en Veracruz el Perfil Educativo de los Alumnos por área académica de la U.v., la vivienda en el Estado de Veracruz, los Aspectos Geográficos del Estado de Veracruz, Estudios regionales de la zona de Otontepec, y Diagnostico socioeconómico de la sierra de Totonacapam, El Impacto de la Crisis Económica y El Impacto Económico del Cambio Climático en el Estado de veracruz. Coordinador de las siguientes obras: Planes Municipales de Tantoyuca, Martínez de la Torre, Córdoba, y Xalapa veracruz. Gutiérrez, L. & Ochoa Capítulo de Libro. Los espacios de la Universidad veracruzana: Una lectura histórica. En Universidad veracruzana 70 años una iconografía. Universidad veracruzana.

ME d IO SI g LO:

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SEMBLANZA d E u NA VI d A ACA d ÉMICA

Caminante no hay camino se hace camino al andar Antonio Machado

Preliminares

Inicio estas reflexiones con el pensamiento de Machado porque nos representa bien a cuatro jóvenes mujeres que un día iniciamos la aventura de estudiar y dedicarnos a una carrera profesional a la que se le tachó de difícil, compleja: La Economía. De esta forma, Matilde sobrino, Georgina Odi, sofía Ortiz, Pilar Landeros y Luz Angélica Gutiérrez fuimos aquellas jovencitas que vencimos el miedo a las aulas repletas de varones, a la férrea exigencia y disciplina de los maestros, al estudio sistemático de cada materia y al conocimiento de frontera de la teoría de conjuntos, y de los conocimientos de escuelas de pensamiento económico que nos darían una formación solida en economía.

Reconocimiento a mis Maestros

Grandes maestros que nos ofrecieron una formación teórica que sirvió de base para adaptarnos a todos los cambios que hemos tenido que vivir tanto en la sociedad de la información como en la sociedad del conocimiento. A roberto Bravo Garzón, María de la Luz Aguilera, Flora velásquez, Carmen Cristiani, Antonio de Haro, Luis Miguel ramos Boyoli, rafael Landgrave, Antonio Pulido, Francisco salmerón, Tello y Carlota Montemayor, debo mi más sincera gratitud y reconocimiento.

Especial mención deseo hacer de dos de mis profesores, a roberto Bravo Garzón, un gran maestro, escritor, con visión de futuro, político y gestor. Gracias a él seguí mi carrera de economía, después del 68 mis papas querían que dejara la facultad. su argumento era que se cerraría por el conflicto que vivimos. El Maestro habló con mi papa, lo convenció de que me diera permiso de seguir estudiando, y a mi me dijo: Usted niña, espero que no me falle, así empezó mi amistad con el maestro, de él siempre recibí el tratamiento de una hija. Me consideraba, me recomendaba libros de otros temas, como ciencia ficción, literatura hispanoamericana, música clásica y cine. Gracias a su propuesta obtuve mi plaza de académico en 1971 en la Universidad veracruzana. siendo rector, primero me nombró jefe de estadística y después directora de Planeación. Me dio el primer envión, de mi dependería mi futuro laboral.

La maestra María de la Luz Aguilera, una gran mujer, magnifica maestra y amiga le agradezco toda la confianza que deposito en mí, siempre estuvo pendiente del crecimiento intelectual y desarrollo personal, fue una gran amiga, compañera, de ella aprendí a tener una visión optimista de la vida. siempre conté con su apoyo. Gracias a ella, con Dulce María Cinta, iniciamos la línea de investigación en Educación.

Fuimos punta de lanza en la incorporación de las mujeres al estudio de carreras diferentes a las que tradicionalmente los padres permitían cursar en aquel entonces. El acelerado crecimiento de la matrícula femenina en las universidades, en casi todas las áreas del conocimiento, diversificó a partir de la siguiente década, tanto el rol de las mujeres en la vida laboral, como el inicio de un proceso de cambio social, aunado a una profunda transformación del mercado laboral. Antes del nuevo siglo, las mujeres ya ocupábamos cargos como científicas, políticas, personajes clave en las finanzas, como emprendedoras y empresarias, originando un cambio radical en la organización de las instituciones públicas y privadas. Una de las primeras mujeres en destacar en este singular momento histórico fue Indira Gandhi, primera ministra de la India en 1966 quien desarrolló un papel tan trascendental que, fue hasta principios del siglo xxi, cuando surgieron mujeres de la talla de Ángela Merkel y Michelle Bachelet, por citar un par de casos.

Mi generación creció con la música de The Beatles; vivimos la guerra fría, la cortina de hierro y el muro de Berlín. Fuimos maoístas, leninistas, comunistas y testigos de la primicia del cambio tecnológico más veloz de la historia, originado con el lanzamiento del Sputnik y la llegada del hombre a la Luna en 1969. Ese histórico instante, que cambió para siempre al mundo, fue el primer evento trasmitido en vivo a todos los países del planeta. A partir de ese momento, pasamos de utilizar las computadoras del tamaño de una habitación, programadas con lenguaje cobol y usando tarjetas perforadas con información, al uso de la laptop. Dejamos de leer las noticias en los periódicos y revistas y empezamos a navegar en la red de internet y, cuando éramos estudiantes, lo más que esperaban nuestros padres era que termináramos una licenciatura de las que ahora se conocen como tradicionales, pero con bases teóricas muy poderosas que nos hacían prácticamente “todólogos” en nuestra área de conocimiento.

Con la llegada de la era de la información, en los años setenta y ochenta, la sociedad del conocimiento, se inicia un cambio en la formación profesional. De pronto estudiar una licenciatura ya no fue suficiente; era necesario especializarse y estudiar una maestría que ofreciera herramientas académicas para especializarse en una sola área del conocimiento de las ciencias. Entonces los proyectos de formación profesional se revolucionan y surgen con una gran fuerza micro áreas de especialidad; doctorarse en una parcela singular del conocimiento se reconoce como una condición necesaria en el proyecto de autoformación profesional.

Pero los acontecimientos sociales de nuestra época dejaron al descubierto, además de los avances de la revolución tecnológica, los cambios económicos y el surgimiento de nuevos polos económicos que configuraron la globalización del siglo xxi. Todos los fundamentos científicos, tecnológicos y sociales funcionan con base en el paradigma clásico de la ciencia, cuyos principios asumían que la humanidad alcanzaría mejores niveles de bienestar. A través de los siglos posteriores hemos sido testigos de que el paradigma clásico y mecanicista no estaba respondiendo a los objetivos esperados; la crisis del medio ambiente, el avance parcelarizante de las ciencias, las crisis económicas nacionales y mundiales, así como los movimientos sociales indicaron que algo marchaba mal.

Los años sesenta, la década de la formación académica

Antes de terminar los estudios y recibir nuestra carta de pasante, la segunda generación participó con mucho interés en diversos proyectos a los que fuimos invitados. Antes de iniciar el segundo semestre de la carrera, el entonces director, maestro roberto Bravo Garzón y la secretaria de la Facultad, maestra María de la Luz Aguilera Mejía, nos propusieron que los asistiéramos en su tarea docente como laboratoristas, una labor que consistía en asesorar a los compañeros del semestre inferior, despejar dudas de las materias y resolver con ellos los ejercicios que cada maestro elaboraba como parte de su material didáctico.

Un poco más tarde, trabajamos al lado de nuestros maestros, como ayudantes de investigación, para la redacción de la obra Promoción industrial del estado de Veracruz , publicada en siete tomos en 1969. En estos tomos se entregaban proyectos de inversión a los industriales del estado de veracruz en una reunión, presidida por el gobernador del estado, en la ciudad de Orizaba. En ese mismo año, también recibimos la invitación para trabajar en la elaboración y logística de los censos de 1970 en todo el estado; cada uno de nosotros viajó a diferentes ciudades y localidades de la entidad para trabajar durante seis meses. A mí me correspondió la zona de Xalapa. sin darnos cuenta, el cuerpo docente de la facultad nos estaba formando y forjando como profesionistas, maestros de la facultad o investigadores. El Centro de Investigaciones Económicas y sociales que, en 1974 se convertiría en el I IE s E s , nos ponía a prueba para saber quiénes de nosotros teníamos madera para dedicarnos a la investigación. Fue una época de entrega total al estudio, un día de trabajo en la facultad empezaba por las mañanas al asistir a clases; al concluir entrabamos al salón de clases como laboratoristas, por la tarde cumplíamos con las horas de biblioteca y colaborábamos con nuestros maestros como sus ayudantes. En este encargo fui adjunta de la maestra Carmen Cristiani en sus investigaciones sobre economía agrícola en veracruz; después tuve la oportunidad de apoyar a la maestra Aguilera en el tema de educación superior en el estado de veracruz. Al terminar la carrera ella dirigió mi tesis de licenciatura.

Las sorpresas de los años setenta

A través de mi vida académica, he vivido la experiencia de topar con quienes no le gusta que una mujer ocupe un puesto y grillan para que sucedan equivocaciones, ocurran problemas, desgaste profesional y personal que tienen como objetivo un despido o una renuncia. Felizmente, también he tenido la fortuna de recibir felicitaciones y reconocimiento en conferencias nacionales o internacionales, y también en los escenarios más sencillos y sinceros.

Inicié mi labor docente como profesora de la materia Introducción a la economía en 1971, quince días después de nuestra graduación. Aun cuando ya teníamos algo de experiencia por haber sido laboratoristas, ser maestro es una gran responsabilidad. No es lo mismo recibir una hora clase, que preparar sesenta minutos didácticos. El primer año me tomaba más de cinco horas preparar una sola sesión. En estos años las herramientas pedagógicas con las que contábamos, las habíamos adquirido al tomar clases. solo teníamos pizarrón y gis. Darme cuenta del gran esfuerzo que significa ser profesor, me llevo a guardarle gran admiración y gratitud a cada uno de los maestros que habíamos tenido

En 1972 sucedieron dos hechos importantes para la vida universitaria. Por un lado, desde 1968 se separa la educación media de la educación superior en Universidad veracruzana. Esta medida, que fue adoptada por algunas de las universidades del país, propició cambios en la política educativa. En la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación superior A NUIE s , decidieron aumentar un año propedéutico para nivelar el conocimiento de los alumnos de primer ingreso. Los estudios se dividieron por área del conocimiento y en nuestra alma mater se creó el año de iniciación universitaria. En este contexto de cambios, las personas que dábamos la materia de Introducción a la Economía en Xalapa ―Matilde Sobrino, Javier Juárez Sánchez y yo― pasamos a dar clases en las instalaciones que se encuentran en la zona del Estadio Xalapeño.

A mediados de 1973, Matilde y yo participamos, junto con nuestros profesores en la facultad, en la elaboración del bosquejo del plan de estudios de la Maestría en Desarrollo regional que ofreciera el Centro de Estudios Económicos a partir de 1973. Trabajando con la maestra Aguilera, llegó el maestro Bravo Garzón, quien ya fungía como secretario general de la Uv, y nos dijo “acompáñenme ustedes dos y llévenme a donde les voy a decir”. Nos fuimos a bordo de volkswagen (quizá el de Maty o el mío). Llegamos a una casa (después sabría que era Casa de rectoría). Él entró y nosotros lo esperamos un buen rato. Al salir nos dijo “vamos de nuevo a la facultad, pero les comento que a partir de mañana seré el rector de la Universidad veracruzana”. Esa noticia cambió todo el sentido de nuestros proyectos. Maty siguió como jefe de Estadística de la Universidad, y al casarse ella a finales de ese año yo tomé su lugar, aun cuando seguía dando clases. Estaba en puerta toda una reforma educativa y, primero como jefe del Departamento de Estadística, pude asistir a reuniones con ANUIEs, una jornada de trabajos que tenía como fin la actualización de la forma 911.9 y 911.9ª que cada institución de educación superior requisitaba para recabar la información estadística de cada una de sus facultades y escuelas.

En 1976 Porfirio Muñoz Ledo asumió la Secretaría de Educación Pública, sEP. Como parte de sus primeras acciones, el nuevo secretario citó a todas las instituciones de educación superior a una reunión en el patio de la sEP. Fue un gran evento en el que se planteó la elaboración del Plan Nacional de Educación superior en conjunto con la A NUIE s . Así se inició una temporada de exhaustivo trabajo. La Universidad veracruzana, a través del I IE s E s , que en 1974 se funda como instituto, ofrece la Especialidad en Planificación de Recursos Humanos, con una duración de año y medio, donde se formó un cuadro de expertos en Planificación Educativa, que coadyuvaron en la elaboración de los planes de las instituciones de educación superior a nivel nacional. Tuve la oportunidad de elaborar varios de estos libros, todos en coordinación y publicación con la A NUIE s , desde La importancia de la estadística en la educación superior, La planificación de la Universidad Veracruzana y el Plan Estatal de Educación Superior, publicados bajo el sello editorial de la Asociación de Universidades e Instituciones de Educación superior.

En ese mismo año, el rector Bravo Garzón me nombró directora de Planeación de la Universidad veracruzana. Debo mencionar que siempre he pensado que fui la primera en ocupar ese cargo, no conozco a nadie antes que yo que lo haya ocupado. se inició en este momento una época de grandes trabajos a nivel nacional en los que destacó la figura del rector Bravo Garzón. Esas jornadas me dieron la oportunidad de presentar proyectos tanto ante secretarios de educación como víctor Bravo Ahuja, el subsecretario de educación superior, Eliseo Mendoza Berrueto, Porfirio Muñoz Ledo y Fernando solana. De la misma forma, pude presentar ponencias, proyectos y trabajos ante el rector de la U NAM Guillermo soberón, siempre con el apoyo de mi maestro, quien entonces fungía como rector de la Universidad veracruzana roberto Bravo Garzón.

En este contexto se escribió, tanto el Plan Nacional de Educación superior, como el de la Universidad veracruzana y del estado de veracruz, con base en las proyecciones de crecimiento de un país que se pensaba que seguiría esta senda, como lo había mostrado hasta 1980.

La década perdida de los ochenta

América Latina, el país y nuestro estado iniciaron una época de crecimiento sostenido desde la segunda guerra mundial; década, tras década la economía de México crecía y ―a partir de 1982― se inició una época de problemas económicos causados por la crisis de la deuda. El inicio de una nueva propuesta que deja atrás el patrón oro, a través del

Consenso de Washington y el inicio del modelo neoliberal, aunados a la hiperinflación, problemas sociales y los golpes de Estado recurrentes en América Latina, provocaron que muchos países no pudieran pagar su deuda, disminuyeran sus tasas de crecimiento y la generación de condiciones sociales desfavorables, dieron pauta a que muchos autores llaman a la década de los años ochenta “la década perdida.”

En este contexto, en 1978 el rector roberto Bravo Garzón nos propuso hacer un plan para la universidad con imagen objetivo en los años noventa. La elaboración de este plan se realizó con base en la descentralización universitaria emprendida por Bravo Garzón. La maestra Aguilera y yo nos dimos a la tarea de encontrar el tipo de profesionales que requería el estado de veracruz, con base en la vocación regional y en la proyección económica y social que históricamente presentaba el estado. Para fundamentar el trabajo aplicamos dos modelos complementarios: el modelo de Jan Tinbergen y Hendricus C. Bos Econometric Models of Education. ED. OECD 1965 y el modelo de Ernesto shielfelbein, teorías técnicas y casos de planeamiento educativo. Necesitábamos obtener información a través de los censos y las cuentas nacionales e invertir la matriz de insumo-producto del estado y a partir de esos datos, extraer del modelo la proyección del crecimiento económico para cada sector y actividad para proyectar el número de profesionales requeridos, en base al valor agregado. El rector Bravo Garzón siempre estuvo cerca de nosotros trabajando en la elaboración de las estadísticas y de la aplicación de los modelos en el momento de invertir la matriz de insumo-producto del estado. El resultado fue que el rector lo aplicó, de acuerdo con su visión política, académica y social en cada una de las regiones universitarias, creando las escuelas y facultades que se requerían. Además, se crearon centros e institutos de investigación en las ciudades de Xalapa y veracruz.

A través de la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación superior de veracruz (C OEPE s ) coordiné la elaboración del Plan Estatal de Educación superior 1980-1990. sin embargo, la vorágine de los eventos económicos causados por la crisis de la deuda y la hiperinflación, modificaron la dirección planeada y nos vimos obligados a modificar el plan 0 y construir diferentes escenarios prospectivos hacia 1990.

A partir de 1982 me incorporé nuevamente a la academia como investigadora en el I IE s E s , donde de pronto pasé de ser alumna de mis maestros a compañera de trabajo de Maestra María de la Luz Aguilera,

Flora velázquez, roberto Bravo Garzón, y mis compañeros de estudio como Alejandro Juárez Gómez y Francisco Meléndez. En esa misma época, impartí clases en las facultades de Comercio, Economía y Agronomía; en ellas ofrecí cursos de Introducción a la Economía, Macroeconomía, Comercio Internacional, Política y fundamentos económicos para la producción agropecuaria, entre otras. En esta nueva etapa me dediqué a la docencia y a la investigación; publicamos, en los “Cuadernos del I IE s E s varios de los estudios que realizamos con la maestra Aguilera y Dulce María Cinta sobre la educación y los perfiles de los egresados de las cuatro áreas académicas.

Publicaciones década de 1980

Cuadernos del Iieses Perfil del egresado del Área de Humanidades en la ciudad de Xalapa.

Perfil del egresado del Área de EconómicoAdministrativa en la ciudad de Xalapa.

Estudio de las expectativas educacionales de los alumnos de enseñanza media en la ciudad de Xalapa.

25 años de Historia de la Universidad veracruzana.

María de la Luz Aguilera Mejía, Dulce María Cinta y Luz Angélica

Gutiérrez Bonilla

María de la Luz Aguilera Mejía, Dulce María Cinta y Luz Angélica Gutiérrez Bonilla

María de la Luz Aguilera Mejía, Dulce María Cinta y Luz Angélica

Gutiérrez Bonilla

Iieses 1989

Iieses 1989

Iieses 1989

Luz Angélica Gutiérrez Bonilla Iieses 1986

Metodología para la determinación del perfil del egresado del Área EconómicoAdministrativo en la ciudad de Xalapa. Un Estudio piloto.

SepAnuies Colaboración en “Plan Nacional de Educación superior.

Evaluación y Perspectivas 1982”.

Innovación académica en los años noventa

A inicio de los años noventa el rector de la Universidad veracruzana me invitó a ocupar el puesto de directora de difusión cultural de la Universidad veracruzana, cargo en el que estuve hasta 1992. Tuve la oportunidad de coordinar numerosos eventos, entre los que destaco la inauguración del rescate de la zona arqueológica de El Tajín, su museo de sitio y el área de atención al turista.

En 1993 regrese al I IE s E s y realizamos, bajo el auspicio del rector Emilio Gidi, una obra de 14 tomos titulado “Cifras y Perfiles del Estado de veracruz, 1970-1990”; dos tomos estuvieron a mi cargo, Geografía del estado de veracruz, y el tomo 4 sobre la vivienda.

A partir de 1995 se produjo un cambio muy importante en la vida académica de la Universidad veracruzana: cada investigador recibió en su cubículo, por primera vez, una computadora de escritorio. El impacto del cambio fue difícil de asimilar; había que cambiar la costumbre de iniciar en una hoja blanca un nuevo documento de investigación, “arrastrar el lápiz”, para verter nuestras ideas en papel. De pronto teníamos que aprender a escribir en un teclado de computadora. El cambio fue paulatino, pero yo me decidí y escribí los dos tomos de Perfiles en la nueva computadora. Lo logramos porque nuestra generación la mayoría sabia escribir a

Luz Angélica Gutiérrez Bonilla máquina y el uso del teclado se nos facilitó. Trabajábamos en Windows 95, grabamos nuestros documentos en los disquetes de tres y media pulgada, y teníamos que hacerlo con sumo cuidado por los virus y guardar muy bien la información porque se dañaban con gran facilidad. Durante esta década, además de realizar publicaciones sobre la crisis financiera y sus lecciones, incursioné escribiendo sobre los programas de choque en América Latina para comprender las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; ante las teorías neoliberales escribí sobre la nueva teoría del comercio internacional.

A partir de 1998 estrenamos un nuevo edificio en la zona de institutos de la Universidad veracruzana. Iniciamos entonces una época de grandes cambios en nuestro pensamiento. Un grupo de investigadores del I IE s E s , con la iniciativa de Arturo Guillaumin, Octavio Ochoa y Francisco Montfort, nos invitaron a estudiar al pensador francés Edgar Morin. Desde ese año iniciamos un grupo de auto estudio en el estudiamos su pensamiento a través de la lectura de sus obras.

Publicaciones década de 1990 revista Nombre Autor Institución Año

La Cuestión Geográfica del Estado de veracruz. vol. I

Angélica

Luz Angélica Gutiérrez

Bonilla

1995

1995

Libro Impacto de la Crisis Financiera en México.

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