Libro del día del libro

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Editorial A todos los lectores: Si ha caído en vuestras manos estas lecturas, tenéis ante vuestros ojos una pequeña muestra de textos de autores reconocidos y consagrados en la literatura recopilados por los trabajadores del IES SAN JUAN y otros escritos originales realizados por algunos de ellos. Esta ha sido nuestra aportación dentro de las actividades organizadas por la Biblioteca para celebrar el Día del Libro. No hay ningún criterio general para la elección de los textos. Todos vemos las cosas de una manera distinta. Lo admirable de un espíritu está en recibir una emoción e interpretarla de muchas maneras a la vez distintas y contrarias. Por eso cada uno ha tenido sus propios motivos para elegirlo. Como decía García Lorca. “Este pobre libro llega a tus manos, lector amigo, lleno de humildad. Te ríes, no te gusta, no lees más que el prólogo, te burlas…es igual nada se pierde, ni se gana…es una flor más en el pobre jardín de la literatura provinciana…Ahora camina por sus páginas…” Por último, quiero expresar mi agradecimiento a todas aquellas personas que han colaborado en que este pequeño libro salga adelante. Ana Avilés 5

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Índice 1.-El Prólogo – F. García Lorca – Ana Avilés 2.-La Cogida y la Muerte – F. García Lorca – Natividad Martín 3.-Tic Tac – David Perea 4.-El día dos de cada mes – David Perea 5.-Aprendiendo – Jorge Luis Borges – Beatriz Hernández 6.-No te rindas- Mario Benedetti – Beatriz Hernández 7.-Que la vida iba en serio – Jaime Gil de Biedma –Carmen Macareno 8 .-“Límites” – Jorge Luis Borges – Carmen Macareno 9.-Revelación – Gerardo Diego – Carmen Macareno 10.-He cometido el peor de los pecados – J. Luis Borges – C.Macareno 11.-El secreto I – Rhonda Byrne – Juana Gordillo 12.-Monólogo Película Coach Carter – Fco José Arce 13.-La biblioteca de Babel – J. Luis Borges – Concha Mata 14.-A los hombres futuros – Bertolt Brecht – Javier González 15.-La poesía es una arma cargada de futuro – G. Celaya – J. González 16.-Palabras para Julia – José Agustín Goytisolo- Javier González 17.-Que sería de mí sin vosotros – Luis Alberto de Cuenca – Virgilio Sánchez

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18.-Soneto- Francisco de Quevedo – Virgilio Sánchez 19.-Instrucciones para subir una escalera – Julio Cortázar – D. Perea 20.-Poesía Matemática – Millôr Fernandes – Carmen Macarro 21.-Poema Informático – Inés Nosti 22.-Programación en C++ - Carmen Martos 23.-Desmenuzando amaneceres – David Perea 24.-Yo no soy digital – David Perea 25.-Elegía – Miguel Hernández – Rocío García 26.-Enamórate de ti – John Lennon – José Manuel Palo 27.-El secreto II – Rhonda Byrne – Teresa Amor 28.-Promesa de mamá – Mª Eugenia 29.-Oración – San Fco de Asís – Mª Eugenia 30.-Mazcadet – Poissoniers - Antonio Maraver 31.-La cuenta esta equivocada, pero cuadra – Antonio Maraver 32.-Microrrelato – Gabriel García Márquez – Antonio Maraver 33.-Margarita Deboyle – Rubén Darío – Antonio Maraver 34.-Y Dios me hizo mujer – Gioconda Belli – Sandra Fernández 35.-El amor – Pablo Neruda – Teo Jiménez 36.-Proverbios y Contares – Antonio Machado – Carmen Moreno 37.-Juan de Mairena – Antonio Machado – Sotero Hernández 38.-Rima XVII Gustavo Adolfo Bécquer – Marta Mozo 39.-Una palabra, una frase – Mª Ángeles Garrido 40.-Abuelito ¿Qué es un libro? – Federico Jiménez 41.-Los siglos de la (in)sumisión – Mercedes Arriágaz Flórez – Rocío Guzmán 42.– Y ya comenzasteis –Carissa

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Este es el prólogo.7 de agosto de 1918.Federico García Lorca Dejaría en este libro toda mi alma. Este libro que ha visto conmigo los paisajes y vivido horas santas. ¡Qué pena de los libros que nos llenan las manos de rosas y de estrellas y lentamente pasan! ¡Qué tristeza tan honda es mirar los retablos de dolores y penas que un corazón levanta! Ver pasar los espectros de vidas que se borran, ver al hombre desnudo en Pegaso sin alas, ver la vida y la muerte, la síntesis del mundo, que en espacios profundos se miran y se abrazan.

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Un libro de poesías es el otoño muerto: los versos son las hojas negras en tierras blancas, Y la voz que los lee es el soplo del viento que les hunde en los pechos, entrañables distancias. El poeta es un árbol con frutos de tristeza y con hojas marchitas de llorar lo que ama. El poeta es el médium de la Naturaleza que explica su grandeza por medio de palabras. El poeta comprende todo lo incomprensible, y a cosas que se odian, él, amigas las llama. Sabe que los senderos son todos imposibles, y por eso de noche va por ellos en calma. En los libros de versos, entre rosas de sangre, van pasando las tristes y eternas caravanas 10


que hicieron al poeta cuando llora en las tardes, rodeado y ceñido por sus propios fantasmas. Poesía es amargura, miel celeste que mana de un panal invisible que fabrican las almas. Poesía es lo imposible hecho posible. Arpa que tiene en vez de cuerdas corazones y llamas. Poesía es la vida que cruzamos con ansia esperando al que lleva sin rumbo nuestra barca. Libros dulces de versos son los astros que pasan por el silencio mudo al reino de la Nada, escribiendo en el cielo sus estrofas de plata. ¡Oh, qué penas tan hondas y nunca remediadas, las voces dolorosas que los poetas cantan! Dejaría en el libro este toda mi alma... 11

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LA COGIDA Y LA MUERTE Federico García Lorca, 1935 A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida a las cinco de la tarde. Lo demás era muerte y sólo muerte a las cinco de la tarde. El viento se llevó los algodones a las cinco de la tarde. Y el óxido sembró cristal y níquel a las cinco de la tarde. Ya luchan la paloma y el leopardo a las cinco de la tarde. Y un muslo con un asta desolada a las cinco de la tarde. Comenzaron los sones de bordón a las cinco de la tarde. Las campanas de arsénico y el humo a las cinco de la tarde. En las esquinas grupos de silencio a las cinco de la tarde. ¡Y el toro solo corazón arriba! a las cinco de la tarde. Cuando el sudor de nieve fue llegando a las cinco de la tarde cuando la plaza se cubrió de yodo a las cinco de la tarde, la muerte puso huevos en la herida a las cinco de la tarde. A las cinco de la tarde. 12


Un ataúd con ruedas es la cama a las cinco de la tarde. Huesos y flautas suenan en su oído a las cinco de la tarde. El toro ya mugía por su frente a las cinco de la tarde. El cuarto se irisaba de agonía a las cinco de la tarde. A lo lejos ya viene la gangrena a las cinco de la tarde. Trompa de lirio por las verdes ingles a las cinco de la tarde. Las heridas quemaban como soles a las cinco de la tarde, y el gentío rompía las ventanas a las cinco de la tarde. A las cinco de la tarde. ¡Ay, qué terribles cinco de la tarde! ¡Eran las cinco en todos los relojes! ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!

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TICTAC Queda confirmada la existencia de una partida de relojes de salón defectuosos. Han dado la noticia en los medios, detallando lugar de proveniencia, forma, color, puntos de venta y posible mafia implicada. No obstante, del defecto en sí y de las consecuencias de tener un reloj de este tipo no han hablado demasiado, pues por lo visto se desconocen ambas cosas, y las autoridades están realizando ya las investigaciones pertinentes. De momento hay tranquilidad, se han requisado todas las existencias, aunque no se descarta que lleguen más. El problema, porque más que un defecto es un problema, que tienen estos relojes es que, una vez puestos en marcha, cojean. Cojean, sí, ha oído bien. A ver cómo lo explico. Usted, con total seguridad habrá tenido ya o tiene en estos momentos un reloj de pared colgado en el salón de su casa y, por tanto, estará habituada, suponiendo el perfecto funcionamiento del aparato, a oír ese tictac que forma parte ya del silencio y la tranquilidad de su hogar y a la vez pone orden en el andar de las agujas y en el transcurrir del tiempo. Parece que todos los relojes debieran funcionar así, llevar asociados leves tictac que nos armonicen la vida, porque para ello son relojes, pero estos de los que hablamos no, estos tienen el problema de que, de forma aleatoria y sin previo aviso, cojean en algún tic o algún tac rompiendo la armonía que los define. Podría parecer algo insignificante pero créanme que no es así. La exposición continuada al sonido de un reloj que cojea llega a causar arritmias, taquicardias, hipertensión, hipotensión, insomnio o incluso trastornos mentales, eso sí, de carácter leve. Todo esto sin mencionar los problemas que pueden provocar en la vida cotidiana de una familia, habiéndose llegado a 14


casos de rupturas matrimoniales, fracasos escolares o peleas fraternales insalvables. Si tiene usted alguna de las dolencias anteriores o tal vez problemas con su familia, y quiere estar segura de que el motivo no es su reloj del salón, realice la siguiente operación: Descuelgue su reloj y gírelo. Si necesita más de una pila para funcionar está usted salvada, pues los relojes que cojean funcionan con una sola pila. En otro caso, saque la pila, aprenda y olvide inmediatamente qué parte de ésta es la positiva y cuál la negativa, colóquela de nuevo, cuelgue el reloj asegurándose de que funciona, consiga un silencio absoluto en su morada y acuéstese. Preste atención ahora, el siguiente paso es vital, ya que se va a determinar con él si su reloj cojea o no. Tumbada boca arriba, acompase el tictac que debe de flotar ya en el ambiente de su hogar con un tictac imaginario que debe usted crear en su mente. Pasados veinte segundos de ajuste, intercambie un tic por un tac, o viceversa, en su compás mental e intente forzar al reloj a que lo haga también. Si lo consigue, y su reloj hace ahora tac-tic en lugar de tictac, presenta una cojera en toda regla y puede deshacerse de él sin miedo. De lo contrario, si, por mucho que lo intenta, no consigue tornar el orden de los monosílabos, es que su reloj funciona correctamente y sería menester que buscase la solución a sus problemas en la medicina más tradicional. Sabido esto, sépase también que algo parecido ocurre con el canto de los grillos, con el sonido de la mayoría de los interruptores y con las salidas y puestas de sol, problema éste menor, pues afecta a toda la humanidad al unísono.

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El día dos de cada mes Aprovechando la fecha de hoy que, como se verá más adelante, es absolutamente propicia por no decir imprescindible para este comunicado que, dicho sea de paso y sirviendo como adelantado aviso, tiene un cierto grado de absurdez dependiendo de cómo, quién, desde dónde y con qué propósito se mire y posteriormente se lea, voy a tratar de defender la importancia de la olvidada y necesaria existencia del día dos de cada mes, ése en el que, en su versión de septiembre, nos encontramos hoy, en detrimento del más que sobrevalorado día uno, día inicial, día inaugural, o como se quiera llamar al que no tiene más mérito que el de la suerte de haber nacido, por los cauces o vías lógicas y matemáticas por las que hoy día nos regimos, el primero en cada hoja de almanaque, así como el primero también en todo desarrollo natural del tiempo, tal y como hoy día se entiende este concepto. Para empezar diré que estas cosas hay que decirlas los días dos. Me refiero a que, si bien es verdad que el día uno es, como todo el mundo sabe y yo me he encargado ya de perfilar aquí, el primer día de cada mes y, si se piensa, el primer día también de cada año, siglo, milenio, etc., es el olvidado día dos el que le da sentido, pues, en el hipotético caso de vivir continuamente en un día uno interminable, no haría falta numeración alguna y estaríamos hablando de aspectos imaginarios sólo entendibles por las mentes más abstractas, encontrándonos en un caso parecido al del pez de las inmensidades que ve la burbuja de aire, y aunque algún pragmático interesado en restarle peso a esta razón nos podría decir que aún nos queda este texto para su aplicación a 16


las horas, minutos y segundos números uno y dos, no es lo mismo, evidentemente, pues el ‘’tempo’’ del ser humano desde el inicio de su existencia, ése en el que ha vivido desde la época de las cavernas hasta la que hoy nos engloba, está claramente determinado y ajustado a la duración del día, permaneciendo invariable, a excepción de casos de trabajos por turnos o de libertinaje y salidas nocturnas excesivas, la máxima de ‘’por la noche me acuesto y por la mañana me levanto’’. Así pues, volviendo al caso que nos hemos encontrado al nacer, es decir, el caso en el que el día uno dura, salvo inéditas catástrofes de meteoritos, cambios de órbitas terrestres u órdenes de las más altas esferas del poder mundial, veinticuatro horas, es claramente en el día dos en el que se consagra el existir de su vecino el uno y, por ende, el sentido y el verdadero iniciar de la numeración de los días y del orden existente en nuestros fueros mentales. He aquí la importancia de este día. Una importancia sutil, elegante y desapercibida, pero vital, que acontece cada inicio de mes y que nos permite el rodar del tiempo y la entrada en la cotidianeidad del “¿a qué estamos hoy?’’ o del “¿hemos cobrado ya?’’, por poner dos ejemplos significativos. Entiendo perfectamente que una revelación de tal calibre pueda causar, en las apacibles mentes de quienes han conseguido llegar aquí con una comprensión perfecta y sin perder el hilo de la verdadera cuestión de la que hablamos, o simplemente sin perder el aire de sus pulmones al leer, pueda causar decía, una novedosa y repentina antipatía al día uno frente a nuestro querido día dos. Pero tampoco quiero yo eso. El verdadero propósito de este texto, como se ha dicho ya en su inicio y se ha ido pudiendo comprobar en su desarrollo, 17

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no es más que el de conseguir una igualdad libre de discriminación, un equilibrio de pesos en la balanza de la vida que nos ocupa, en la que, si bien el día uno tiene obvia importancia por motivos que no se desarrollarán aquí, el día dos le iguala por los expuestos y desde ahora conocidos por todos ustedes. Todo esto sin mencionar la propiedad de ser número par, cuestión ésta que bien merece, en otro momento ya, no quiero cansarles, una amplia y pausada reflexión y su posterior comunicado. Gracias por su atención.

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APRENDIENDO de Jorge Luis Borges "Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Y uno aprende que el AMOR no significa acostarse. Y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender .... Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes ... y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del Sol puede quemar. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno rende y aprende ... y así cada día. Con el tiempo aprendes que estar con alguien, porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad. 19

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Con el tiempo te das cuenta de que si estás con una persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados y que quien no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de falsas amistades. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es atributo sólo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, es muy probable que la amistad jamás sea igual. Con el tiempo te das cuenta que aun siendo feliz con tus amigos, lloras por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá multiplicadas las mismas humillaciones o desprecios. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el sendero del mañana no existe. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen, ocasiona que al final no sean como esperabas. 20


Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se marcharon. Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba ya no tiene sentido. Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo..."

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NO TE RINDAS De Mario Benedetti No te rindas, aún estás a tiempo De alcanzar y comenzar de nuevo, Aceptar tus sombras, Enterrar tus miedos, Liberar el lastre, Retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, Continuar el viaje, Perseguir tus sueños, Destrabar el tiempo, Correr los escombros, Y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo Porque lo has querido y porque te quiero Porque existe el vino y el amor, es cierto. Porque no hay heridas que no cure el tiempo. Abrir las puertas, Quitar los cerrojos, Abandonar las murallas que te protegieron, Vivir la vida y aceptar el reto, Recuperar la risa, Ensayar un canto, Bajar la guardia y extender las manos Desplegar las alas 22


E intentar de nuevo, Celebrar la vida y retomar los cielos. No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se ponga y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma, Aún hay vida en tus sueños Porque cada día es un comienzo nuevo, Porque esta es la hora y el mejor momento. Porque no estás solo, porque yo te quiero.

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Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante. Dejar huella quería y marcharme entre aplausos -envejecer, morir, eran tan sólo las dimensiones del teatro. Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra. Jaime Gil de Biedma

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“Límites” Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar. Hay una calle próxima que está vedada a mis pasos, hay un espejo que me ha visto por última vez, hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo. Entre los libros de mi biblioteca (estoy viéndolos) hay alguno que ya nunca abriré. Este verano cumpliré cincuenta años; La muerte me desgasta, incesante. Jorge Luis Borges.

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REVELACIÓN Era en Numancia, al tiempo que declina la tarde del agosto augusto y lento, Numancia del silencio y de la ruina, alma de libertad, trono del viento. La luz se hacía por momentos mina de transparencia y desvanecimiento, diafanidad de ausencia vespertina, esperanza, esperanza del portento. Súbito ¿dónde? un pájaro sin lira, sin rama, sin atril, canta, del ira, flota en la cima de su fiebre aguda. Vivo latir de Dios nos goteaba, risa y charla de Dios, libre y desnuda. Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba. Gerardo Diego. Alondra de Verdad

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He Cometido El Peor de Los Pecados... He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está a mi lado La sombra de haber sido un desdichado. Jorge Luis Borges.

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El Secreto El Gran Secreto de la Vida es la ley de la atracción. La ley de la atracción dice que lo semejante atrae a lo semejante, así que cuando tienes un pensamiento, también estas atrayendo pensamientos semejantes Los pensamientos son magnéticos y tienen una frecuencia. Cuando piensas, los pensamientos son enviados al Universo y atraen magnéticamente a todas las cosas que están en la misma frecuencia. Todo lo que enviamos regresa a su origen: tú. Eres como una torre de transmisión humana, que transmite una frecuencia con sus pensamientos. Si quieres cambiar algo en tu vida, cambia de frecuencia cambiando tus pensamientos. Tus pensamientos actuales están creando tu vida futura. Aquello en lo que más piensa o te enfocas es lo que se manifestará en tu vida. Tus pensamientos se convierten en objetos.

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Monólogo Película Coach Carter (Entrenador Carter) Nuestro mayor miedo no es que no encajemos, nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo, no hay nada inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguro a tu alrededor. Todos deberíamos brillas como hacen los niños. Y al dejar brillas nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros.

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La Biblioteca de Babel, Jorge Luis Borges El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a todas. A izquierda y a derecha del zaguán hay dos gabinetes minúsculos. Uno permite dormir de pie; otro, satisfacer las necesidades finales. Por ahí pasa la escalera espiral, que se abisma y se eleva hacia lo remoto. En el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias. Los hombres suelen inferir de ese espejo que la Biblioteca no es infinita (si lo fuera realmente ¿a qué esa duplicación ilusoria?); yo prefiero soñar que las superficies bruñidas figuran y prometen el infinito... La luz procede de unas frutas esféricas que llevan el nombre de lámparas. Hay dos en cada hexágono: transversales. La luz que emiten es insuficiente, incesante. Como todos los hombres de la Biblioteca, he viajado en mi juventud; he peregrinado en busca de un libro, acaso del catálogo de catálogos; ahora que mis ojos casi no pueden descifrar lo que escribo, me preparo a morir a unas pocas leguas del hexágono en que nací. Muerto, no faltarán manos piadosas que me tiren por la baranda; mi sepultura será el aire insondable; mi cuerpo 30


se hundirá largamente y se corromperá y disolverá en el viento engendrado por la caída, que es infinita. Yo afirmo que la Biblioteca es interminable. Los idealistas arguyen que las salas hexagonales son una forma necesaria del espacio absoluto o, por lo menos, de nuestra intuición del espacio. Razonan que es inconcebible una sala triangular o pentagonal. (Los místicos pretenden que el éxtasis les revela una cámara circular con un gran libro circular de lomo continuo, que da toda la vuelta de las paredes; pero su testimonio es sospechoso; sus palabras, oscuras. Ese libro cíclico es Dios.) Básteme, por ahora, repetir el dictamen clásico: La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible. A cada uno de los muros de cada hexágono corresponden cinco anaqueles; cada anaquel encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas diez páginas; cada página, de cuarenta renglones; cada renglón, de unas ochenta letras de color negro. También hay letras en el dorso de cada libro; esas letras no indican o prefiguran lo que dirán las páginas. Sé que esa inconexión, alguna vez, pareció misteriosa. Antes de resumir la solución (cuyo descubrimiento, a pesar de sus trágicas proyecciones, es quizá el hecho capital de la historia) quiero rememorar algunos axiomas. primero: La Biblioteca existe ab alterno. De esa verdad cuyo corolario inmediato es la eternidad futura del mundo, ninguna mente razonable puede dudar. . El hombre, el imperfecto bibliotecario, puede ser obra del azar o de los demiurgos malévolos; el universo, con su elegante dotación de anaqueles, de tomos enigmáticos, (O

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de infatigables escaleras para el viajero y de letrinas para el bibliotecario sentado, sólo puede ser obra de un dios. Para percibir la distancia que hay entre lo divino y lo humano, basta comparar estos rudos símbolos trémulos que mi falible mano garabatea en la tapa de un libro, con las letras orgánicas del interior: puntuales, delicadas, negrísimas, inimitablemente simétricas. El segundo: El número de símbolos ortográficos es veinticinco. Esa comprobación permitió, hace trescientos años, formular una teoría general de la Biblioteca y resolver satisfactoriamente el problema que ninguna conjetura había descifrado: la naturaleza informe y caótica de casi todos los libros. Uno, que mi padre vio en un hexágono del circuito quince noventa y cuatro, constaba de las letras MCV perversamente repetidas desde el renglón primero hasta el último. Otro (muy consultado en esta zona) es un mero laberinto de letras, pero la página penúltima dice «Oh tiempo tus pirámides». Ya se sabe: por una línea razonable o una recta noticia hay leguas de insensatas cacofonías, de fárragos verbales y de incoherencias. (Yo sé de una región cerril cuyos bibliotecarios repudian la supersticiosa y vana costumbre de buscar sentido en los libros y la equiparan a la de buscarlo en los sueños o en las líneas caóticas de la mano... Admiten que los inventores de la escritura imitaron los veinticinco símbolos naturales, pero sostienen que esa aplicación es casual y que los libros nada significan en sí. Ese dictamen, ya veremos no es del todo falaz.) Durante mucho tiempo se creyó que esos libros impenetrables correspondían a lenguas pretéritas o remotas. Es verdad que los hombres más antiguos, 32


los primeros bibliotecarios, usaban un lenguaje asaz diferente del que hablamos ahora; es verdad que unas millas a la derecha la lengua es dialectal y que noventa pisos más arriba, es incomprensible. Todo eso, lo repito, es verdad, pero cuatrocientas diez páginas de inalterables MCV no pueden corresponder a ningún idioma, por dialectal o rudimentario que sea. Algunos insinuaron que cada letra podía influir en la subsiguiente y que el valor de MCV en la tercera línea de la página 71 no era el que puede tener la misma serie en otra posición de otra página, pero esa vaga tesis no prosperó. Otros pensaron en criptografías; universalmente esa conjetura ha sido aceptada, aunque no en el sentido en que la formularon sus inventores

Hace quinientos años, el jefe de un hexágono superior dio con un libro tan confuso como los otros, pero que tenía casi dos hojas de líneas homogéneas. Mostró su hallazgo a un descifrador ambulante, que le dijo que estaban redactadas en portugués; otros le dijeron que en yiddish. Antes de un siglo pudo establecerse el idioma: un dialecto samoyedo-lituano del guaraní, con inflexiones de árabe clásico. También se descifró el contenido: nociones de análisis combinatorio, ilustradas por ejemplos de variaciones con repetición ilimitada. Esos ejemplos permitieron que un bibliotecario de genio descubriera la ley fundamental de la Biblioteca. Este pensador observó que todos los libros, por diversos que sean, constan de elementos iguales: el espacio, el punto, la coma, las veintidós letras del alfabeto. También alegó un hecho que todos los viajeros han confirmado: No hay en la vasta Biblioteca, dos libros idénticos. De esas premisas incontrovertibles dedujo que la Biblioteca es total y que sus anaqueles registran todas las posibles 33

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combinaciones de los veintitantos símbolos ortográficos (número, aunque vastísimo, no infinito) o sea todo lo que es dable expresar: en todos los idiomas. Todo: la historia minuciosa del porvenir, las autobiografías de los arcángeles, el catálogo fiel de la Biblioteca, miles y miles de catálogos falsos, la demostración de la falacia de esos catálogos, la demostración de la falacia del catálogo verdadero, el evangelio gnóstico de Basilides, el comentario de ese evangelio, el comentario del comentario de ese evangelio, la relación verídica de tu muerte, la versión de cada libro a todas las lenguas, las interpolaciones de cada libro en todos los libros, el tratado que Beda pudo escribir (y no escribió) sobre la mitología de los sajones, los libros perdidos de Tácito. Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros, la primera impresión fue de extravagante felicidad. Todos los hombres se sintieron señores de un tesoro intacto y secreto. No había problema personal o mundial cuya elocuente solución no existiera: en algún hexágono. El universo estaba justificado, el universo bruscamente usurpó las dimensiones ilimitadas de la esperanza. En aquel tiempo se habló mucho de las Vindicaciones: libros de apología y de profecía, que para siempre vindicaban los actos de cada hombre del universo y guardaban arcanos prodigiosos para su porvenir. Miles de codiciosos abandonaron el dulce hexágono natal y se lanzaron escaleras arriba, urgidos por el vano propósito de encontrar su Vindicación. Esos peregrinos disputaban en los corredores estrechos, proferían oscuras maldiciones, se estrangulaban en las escaleras divinas, arrojaban los libros engañosos al fondo de los túneles, morían despeñados por los hombres de regiones remotas. Otros se enloquecieron... 34


Las Vindicaciones existen (yo he visto dos que se refieren a personas del porvenir, a personas acaso no imaginarias) pero los buscadores no recordaban que la posibilidad de que un hombre encuentre la suya, o alguna pérfida variación de la suya, es computable en cero. También se esperó entonces la aclaración de los misterios básicos de la humanidad: el origen de la Biblioteca y del tiempo. Es verosímil que esos graves misterios puedan explicarse en palabras: si no basta el lenguaje de los filósofos, la multiforme Biblioteca habrá producido el idioma inaudito que se requiere y los vocabularios y gramáticas de ese idioma. Hace ya cuatro siglos que los hombres fatigan los hexágonos... Hay buscadores oficiales, inquisidores. Yo los he visto en el desempeño de su función: llegan siempre rendidos; hablan de una escalera sin peldaños que casi los mató; hablan de galerías y de escaleras con el bibliotecario; alguna vez, toman el libro más cercano y lo hojean, en busca de palabras infames. Visiblemente, nadie espera descubrir nada. A la desaforada esperanza, sucedió, como es natural, una depresión excesiva. La certidumbre de que algún anaquel en algún hexágono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibles, pareció casi intolerable. Una secta blasfema sugirió que cesaran las buscas y que todos los hombres barajaran letras y símbolos, hasta construir, mediante un improbable don del azar, esos libros canónicos. Las autoridades se vieron obligadas a promulgar órdenes severas. La secta desapareció, pero en mi niñez he visto hombres viejos que largamente se ocultaban en las letrinas, con unos discos de metal en un cubilete prohibido, y débilmente remedaban el divino desorden. 35

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Las Vindicaciones existen (yo he visto dos que se refieren a personas del porvenir, a personas acaso no imaginarias) pero los buscadores no recordaban que la posibilidad de que un hombre encuentre la suya, o alguna pérfida variación de la suya, es computable en cero. También se esperó entonces la aclaración de los misterios básicos de la humanidad: el origen de la Biblioteca y del tiempo. Es verosímil que esos graves misterios puedan explicarse en palabras: si no basta el lenguaje de los filósofos, la multiforme Biblioteca habrá producido el idioma inaudito que se requiere y los vocabularios y gramáticas de ese idioma. Hace ya cuatro siglos que los hombres fatigan los hexágonos... Hay buscadores oficiales, inquisidores. Yo los he visto en el desempeño de su función: llegan siempre rendidos; hablan de una escalera sin peldaños que casi los mató; hablan de galerías y de escaleras con el bibliotecario; alguna vez, toman el libro más cercano y lo hojean, en busca de palabras infames. Visiblemente, nadie espera descubrir nada. A la desaforada esperanza, sucedió, como es natural, una depresión excesiva. La certidumbre de que algún anaquel en algún hexágono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibles, pareció casi intolerable. Una secta blasfema sugirió que cesaran las buscas y que todos los hombres barajaran letras y símbolos, hasta construir, mediante un improbable don del azar, esos libros canónicos. Las autoridades se vieron obligadas a promulgar órdenes severas. La secta desapareció, pero en mi niñez he visto hombres viejos que largamente se ocultaban en las letrinas, con unos discos de metal en un cubilete prohibido, y débilmente remedaban el divino desorden. 36


Otros, inversamente, creyeron que lo primordial era eliminar las obras inútiles. Invadían los hexágonos, exhibían credenciales no siempre falsas, hojeaban con fastidio un volumen y condenaban anaqueles enteros: a su furor higiénico, ascético, se debe la insensata perdición de millones de libros. Su nombre es execrado, pero quienes deploran los «tesoros» que su frenesí destruyó, negligen dos hechos notorios. Uno: la Biblioteca es tan enorme que toda reducción de origen humano resulta infinitesimal. Otro: cada ejemplar es único, irreemplazable, pero (como la Biblioteca es total) hay siempre varios centenares de miles de facsímiles imperfectos: de obras que no difieren sino por una letra o por una coma. Contra la opinión general, me atrevo a suponer que las consecuencias de las depredaciones cometidas por los Purificadores, han sido exageradas por el horror que esos fanáticos provocaron. Los urgía el delirio de conquistar los libros del Hexágono Carmesí: libros de formato menor que los naturales; omnipotentes, ilustrados y mágicos. También sabemos de otra superstición de aquel tiempo: la del Hombre del Libro. En algún anaquel de algún hexágono (razonaron los hombres) debe existir un libro que sea la cifra y el compendio perfecto de todos los demás: algún bibliotecario lo ha recorrido y es análogo a un dios. En el lenguaje de esta zona persisten aún vestigios del culto de ese funcionario remoto. Muchos peregrinaron en busca de Él. Durante un siglo fatigaron en vano los más diversos rumbos. ¿Cómo localizar el venerado hexágono secreto que lo hospedaba? Alguien propuso un método regresivo: Para localizar el libro A, consultar previamente un libro B que indique el sitio de A; para localizar el libro B, consultar previamente un 37

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libro C, y así hasta lo infinito... En aventuras de ésas, he prodigado y consumido mis años. No me parece inverosímil que en algún anaquel del universo haya un libro total; ruego a los dioses ignorados que un hombre ¡uno solo, aunque sea, hace miles de años! - lo haya examinado y leído. Si el honor y la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista, aunque mi lugar sea el infierno. Que yo sea ultrajado y aniquilado, pero que en un instante, en un ser, Tu enorme Biblioteca se justifique. Afirman los impíos que el disparate es normal en la Biblioteca y que lo razonable (y aun la humilde y pura coherencia) es una casi milagrosa excepción. Hablan (lo sé) de «la Biblioteca febril, cuyos azarosos volúmenes corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira». Esas palabras que no sólo denuncian el desorden sino que lo ejemplifican también, notoriamente prueban su gusto pésimo y su desesperada ignorancia. En efecto, la Biblioteca incluye todas las estructuras verbales, todas las variaciones que permiten los veinticinco símbolos ortográficos, pero no un solo disparate absoluto. Inútil observar que el mejor volumen de los muchos hexágonos que administro se titula «Trueno peinado», y otro «El calambre de yeso» y otro «Axaxaxas mlo». Esas proposiciones, a primera vista incoherentes, sin duda son capaces de una justificación criptográfica o alegórica; esa justificación es verbal y, ex hypothesi, ya figura en la Biblioteca. No puedo combinar unos caracteres dhcmrlchtdj que la divina Biblioteca no haya previsto y que en alguna de sus lenguas secretas no encierren un terrible sentido. Nadie puede articular una sílaba que no esté llena de ternuras y de temores; 38


que no sea en alguno de esos lenguajes el nombre poderoso de un dios. Hablar es incurrir en tautologías. Esta epístola inútil y palabrera ya existe en uno de los treinta volúmenes de los cinco anaqueles de uno de los incontables hexágonos, y también su refutación. (Un número n de lenguajes posibles usa el mismo vocabulario; en algunos, el símbolo biblioteca admite la correcta definición ubicuo y perdurable sistema de galerías hexagonales, pero biblioteca es pan o pirámide o cualquier otra cosa, y las siete palabras que la definen tienen otro valor. Tú, que me lees, ¿estás seguro de entender mi lenguaje?). La escritura metódica me distrae de la presente condición de los hombres. La certidumbre de que todo está escrito nos anula o nos afantasma. Yo conozco distritos en que los jóvenes se prosternan ante los libros y besan con barbarie las páginas, pero no saben descifrar una sola letra. Las epidemias, las discordias heréticas, las peregrinaciones que inevitablemente degeneran en bandolerismo, han diezmado la población. Creo haber mencionado los suicidios, cada año más frecuentes. Quizá me engañen la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana - la única - está por extinguirse y que la Biblioteca perdurará: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de volúmenes preciosos, inútil, incorruptible, secreta. Acabo de escribir infinita. No he interpolado ese adjetivo por una costumbre retórica; digo que no es ilógico pensar que el mundo es infinito. Quienes lo juzgan limitado, postulan que en lugares remotos los corredores y escaleras y hexágonos pueden inconcebiblemente cesar, lo cual es absurdo. Quienes la imaginan sin límites, 39

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olvidan que los tiene el número posible de libros. Yo me atrevo a insinuar esta solución del antiguo problema: La biblioteca es ilimitada y periódica. Si un eterno viajero la atravesara en cualquier dirección, comprobaría al cabo de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden (que, repetido, sería un orden: el Orden). Mi soledad se alegra con esa elegante esperanza.

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Quiero dedicar esta selección personal de poemas a todas las alumnas y alumnos del IES San Juan. Todos ellos me fueron mostrados por profesores de los que guardo buenísimos recuerdos y me enseñaron un montón de cosas sobre la vida. Ahora me toca a mí el turno, me gustaría que los conocieseis y reflexionéis mucho sobre lo que dicen, poseen una fuerte “carga orientadora”. JAVIER GONZÁLEZ

A LOS HOMBRES FUTUROS Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando habléis de vuestras debilidades, pensad también en los tiempos sombríos de los que os habéis escapado. Cambiábamos de país como de zapatos a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y sin embargo, sabíamos que también el odio contra la bajeza desfigura la cara. También la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia.

BERTOLT BRECHT

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LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas, cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo. Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo. Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. 42


Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho. Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros. Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho. No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos. GABRIEL CELAYA

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PALABRAS PARA JULIA Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable. Hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego. Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido. Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor. Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada. Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otra gente. Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos. Otros esperan que resistas que les ayude tu alegría tu canción entre sus canciones. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí 44


pensando en ti como ahora pienso. Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo. La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos. Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio. Perdóname no sé decirte nada más pero tú comprende que yo aún estoy en el camino. Y siempre, siempre, acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO

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Qué sería de mí sin vosotros, tiranos y, a la vez, embajadores, de la imaginación, verdugos del deseo y, al mismo tiempo, mensajeros suyos, libros llenos de cosas deplorables y de cosas sublimes, a los que odiar o por los que morir. Luis Alberto de Cuenca

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SONETO Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos, pero doctos libros juntos, vivo en conversación con los difuntos y escucho con mis ojos a los muertos. Si no siempre entendidos, siempre abiertos, o enmiendan, o fecundan mis asuntos; y en músicos callados contrapuntos al sueño de la vida hablan despiertos. Las grandes almas que la muerte ausenta, de injurias de los años, vengadora, libra, ¡oh gran don Iosef!, docta la imprenta. En fuga irrevocable huye la hora; pero aquélla el mejor cálculo cuenta que en la lección y estudios nos mejora. Francisco de Quevedo

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Instrucciones para subir una escalera Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el 48


primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

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Poesía matemática

En las muchas hojas del libro de matemáticas un Cociente se enamoró un día dolorosamente de una Incógnita. La vio con su mirada innumerable y la vio desde el ápice a la base: una figura impar; ojos de robot, boca de trapecio, cuerpo rectangular, senos esferoides. Hizo de la suya una vida paralela a la de ella, hasta que se encontraron en el infinito. ” ¿Quién eres tú?”, indagó ella con ansia radical. ”Pero puedes llamarme hipotenusa.” Y de hablar descubrieron que eran (lo que en aritmética corresponde a las almas hermanas) primos entre sí.

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Y así se amaron al cuadrado de la velocidad de la luz, en una sexta potencia trazando, al sabor del momento y de la pasión, rectas, curvas, círculos y líneas sinusoidales en los jardines de la cuarta dimensión. Escandalizaron a los ortodoxos de las formas euclidianas y a los exegetas del Universo infinito. Rompieron convenciones newtonianas y pitagóricas. Y en fin resolvieron casarse, constituir un hogar, más que un hogar, una perpendicular. Invitaron como padrinos al Polígono y a la Bisectriz. E hicieron planos y ecuaciones y diagramas para el futuro soñando con una felicidad integral y diferencial.

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Y se casaron y tuvieron una secante y tres conos muy graciosillos Y fueron felices hasta aquel día en que todo se vuelve al fin monotonía. Fue entonces cuando surgió El Máximo Común Divisor. Ofrecióle, a ella, una grandeza absoluta y la redujo a un denominador común. Él, Cociente, percibió Que con ella no formaba un todo, una unidad. Era un triángulo, llamado amoroso. De ese problema él era una fracción la más ordinaria. Pero fue entonces cuando Einstein descubrió la Relatividad Y todo lo que era espurio pasó a ser moralidad Como en cualquier sociedad. Millôr Fernandes 52


Poema informático Eres el kernel de mi Linux. Eres el html de mi corazon.com. Eres 1024kb para mi megabyte. Tus ojos brillan mas que mi torre de cd´s. Tucorazon.com esta en mi pagina de inicio. Eres el socket de mi CPU. Tu RAM le da vida a mi windows. Eres el compilador de mi código. El .gif que anima mi vida. Siempre estas en C:/Mi/Corazón. Te pienso más que las paginas indexadas por google. Eres como el firefox que me saco del infiero explorer. Eres el enter de mi vida. Si me dejas hago Alt-F4 a mi vida. Cuando te veo mi ciclo de CPU se acelera. Tú tienes la máxima prioridad en mi lista de procesos. Eres el linkador de mis objetos. Tus deseos son signals para mí. Ninguna gráfica podría renderizar al 100% tu perfecta figura. En la cama eres puro overclocking. Sin ti mi vida sería como una web sin CSS. Eres el cargador de mi iPod. Dime cómo te llamas y te agrego a favoritos 53

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Eres la primera en Google al buscar mi corazón. Tienes permisos de root en mi vida. Tus palabras tienen el IRQ más bajo para mí. Mi MacOSX tiene envidia de tu belleza Juntos somos como un procesador de doble núcleo. Tengo el feed RSS de tus pensamientos. Mi sistema operativo entra en hibernación cuando no estás a mi lado. Quisiera ser un Pendrive para tus USB. Contigo no necesito tirar de Swap. Nuestros corazones sincronizan por Wifi.

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PROGRAMACIÓN EN C++ Si yo pudiera programar mi corazón, empezaría con el dolor constante a cero, después haría una llamada a una función que le enviara un decimal a la razón y retornara la fracción como un entero. Si yo pudiera programar mi corazón, no encerraría entre llaves lo que quiero, le pasaría un argumento a la emoción cuyo valor fuera esa oscura indirección donde se guarda la expresión que tanto espero. Si yo pudiera programar mi corazón, declararía mi amor con un puntero y le daría a mi alma una instrucción: que no se hundiera si tras la compilación tanto algoritmo la llevara al agujero.

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Desmenuzando amaneceres Si desmenuzo cada uno de los amaneceres que no he vivido contigo, se desprenden de ellos los falsos techos de lo ya conocido. Si analizo cada detalle existente en las aristas que dan forma en mi cabeza a lo que siento, a lo que quiero sentir, como el lunar en el envés de una mano o el nombre corto de una diosa, si lo analizo, todo se me queda en nada y comprendo y desecho con ello cada robo, cada pequeña agonía que en mi alma provocas en manos de otras mujeres. Es por eso que me sigo preguntando qué forma adoptará tu pelo en mi espalda, y cómo sonará en ti aquello de David, se te oye el corazón.

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Yo no soy digital Yo no soy digital, ni analógico, ni quepo en un mensaje de móvil o email. No tengo cobertura ni letra Tahoma. Carezco de pulsos y de tonos. No minimizo mi consumo. No entiendo el lenguaje de los modems, ni soy llamada fallida, ni tengo batería de litio, ni siglas, ni logotipos, ni protocolos de comunicación. No tengo eslogan, ni soy incombustible, ni insensible a los cambios de temperatura o humedad, no tengo ordenador de a bordo, ni bootloader, ni tuercas, ni ruedas de dientes de perfecto engranaje que me hagan hacer lo-que-hay-que -hacer en cada momento. No obedezco a ninguna ecuación, no soy un reloj, ni una máquina de dividir o multiplicar, ni nada que se le asemeje. No soy palabra ni imagen y, por tanto, no puedo decirme ni mostrarme. Desde aquí mis disculpas.

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ELEGÍA

- Miguel Hernández

Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento. a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento. Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado. No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.

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No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta. Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte. Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irán a cada lado disputando tu novia y las abejas. Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. 59

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Enamórate de ti. John Lennon. Nos hicieron creer que el “gran amor” solo sucede una vez, generalmente antes de los 3o años. No nos contaron que el amor no es provocado, ni llega en una momento determinado. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía , es más agradable. Nos hicieron creer que el matrimonio es obligatorio y que los deseos fuera de este termino deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los guapos y delgados son más queridos. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido si encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos completos, que nadie en la vida merece tener que cargar con la responsabilidad de completar lo que nos falta. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz y es la misma para todos, y los que se escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estás fórmulas están equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas. ¡Ah! Tampoco nos dijeron que nadie nos iba a contar todo esto... y que cada uno lo iba a tener que descubrir solo. Y entonces cuando estés muy enamorado de ti mismo, vas a poder ser feliz y te enamorarás de alguien. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor.... aunque la violencia si se practica a plena luz del día. (Texto adaptado por José Manuel Polo).

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El Secreto Cuando quieres atraer una relación, asegúrate de que tus pensamientos, palabras, acciones y entorno no contradigan tus deseos. Tu trabajo eres Tú. A menos que primero te llenes a ti mismo, no tendrás nada que dar a nadie. Trátate con amor y respeto y atraerás a las personas que te amarán y respetarán. Cuando nos estás a gusto contigo mismo, estás bloqueado el amor y sigues atrayendo a más personas y situaciones que te hacen sentir mal. Enfócate en las cualidades que te gustan de ti, y la ley de la atracción te enseñará más cosas buenas de ti. Para que una relación funcione, enfócate en lo que aprecias de la otra persona y no en lo que no te gusta. Cuando te enfocas en lo bueno, obtienes más de lo mismo.

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Promesa de mamá No soy tu amiga, no soy tu chofer, no soy tu cajero automático, no soy tu mujer de la limpieza, SOY TU MADRE. Me enfadaré, te reñiré, te volveré loco/a, seré tu peor dolor de cabeza, Pero cuando me necesites, estés donde estés, SIEMPRE estaré a tú lado, porque TEQUIERO y NUNCA encontrarás a nadie que te quiera, se preocupe, y a quien le importas mas que a mí. Poesía popular. Mª Eugenia.

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Oración (de san Francisco de Asís) Allí donde haya odio que yo pongo el alma, Allí donde haya ofensa que yo pongo el perdón, Allí donde haya discordia que yo ponga la unión. Allí donde haya error que yo pongo la verdad. Allí donde haya duda que yo ponga la fe. Allí donde haya desesperación que yo ponga la esperanza. Allí donde haya tinieblas que yo pongo nuestra luz. Allí donde haya tristeza que yo pongo la alegría San Francisco de Asís.

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[…] “Marcadet-Poissoniers.” Tres años antes tomé el metro hacia la estación de Austerlitz una hermosa tarde, y hoy vuelvo. La calle es la misma, el cielo metálico de siempre por entre los canalones de los tejados, y este olor que flota y que es el olor de París por la mañana, cuando el viento agita las hojas de los escasos árboles. Llevo el morral de siempre, pero lo llevo con más facilidad, he crecido. La abuela Epstein ya no está. La silla de anea también ha desaparecido de la puerta. El restaurante Goldenberg está cerrado. ¿Cuántos hemos vuelto? “Joffo. Peluquería.” Las mismas letras bien escritas, con trazos gruesos. A pesar de los reflejos, detrás de la vitrina veo a Albert, está trabajando. Detrás de él mamá está barriendo. También veo que papá no está ahí, y comprendo que ya no estará nunca más… Se terminaron las hermosas historias contadas por la noche a a la luz verde de la pantalla. Finalmente, Hitler habrá sido más cruel que el zar. Henri me mira, veo que mueve los labios, Albert y mamá se vuelve hacia la calle y dicen palabras que no puedo oír a través del cristal. Me veo reflejado en la vitrina, con el morral a cuestas. Es cierto, he crecido. Joseph Joffo. Un saco de canicas͘ 64


La cuenta está equivocada, pero cuadra Existe una cosa misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo. Hay calendarios y relojes para medirlo, pero significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo que hagamos durante esa hora. Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón. Y nadie lo sabía tan bien, precisamente, como los hombres grises. Nadie sabía apreciar tan bien el valor de una hora, de un minuto, de un segundo de vida, incluso, como ellos. Claro que lo apreciaban a su manera, como las sanguijuelas aprecian la sangre, y así actuaban. Ellos se habían hecho sus planes con el tiempo de los hombres. Eran planes trazados muy cuidadosamente y con gran precisión. Lo más importante era que nadie prestara atención a sus actividades. Se habían incrustado en la vida de la gran ciudad y de sus habitantes sin llamar la atención. Paso a paso, sin que nadie se 65

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diera cuenta, continuaban su invasión y tomaban posesión de los hombres. Conocían a cualquiera que parecía apto para sus planes mucho antes de que éste se diera cuenta. No hacían más que esperar el momento adecuado para atraparle. Aunque hicieran todo lo posible para que ese momento llegara pronto. Tomemos, por ejemplo, al señor Fusi, el barbero. Es cierto que no se trataba de un peluquero famoso, pero era apreciado en su barrio. No era ni pobre ni rico. Su tienda, situada en el centro de la ciudad, era pequeña, y ocupaba a un aprendiz. Un día, el señor Fusi estaba a la puerta de su establecimiento y esperaba a la clientela. El aprendiz libraba aquel día, y el señor Fusi estaba solo. Miraba cómo la lluvia caía sobre la calle, pues era un día gris, y también en el espíritu del señor Fusi hacía un día plomizo. «Mi vida va pasando», pensaba, «entre el chasquido de las tijeras, el parloteo y la espuma de jabón. ¿Qué estoy haciendo de mi vida? El día que me muera será como, si nunca hubiera existido». A todo eso no hay que creer que el señor Fusi tuviera algo que oponer a una charla. Todo lo contrario: le encantaba explicar a los clientes, con toda amplitud, sus opiniones, y oír lo que ellos pensaban de ellas. Tampoco le molestaba en absoluto el chasquido de las tijeras o la espuma de jabón. Su trabajo le gustaba mucho y sabía que lo hacía bien. Especialmente su habilidad en afeitar a contrapelo bajo la barbilla era difícil de 66


superar. Pero hay momentos en que uno se olvida de todo eso. Le pasa a todo el mundo. «¡Toda mi vida es un error!», pensaba el señor Fusi. «¿Qué se ha hecho de mí? Un insignificante barbero, eso es todo lo que he conseguido ser. Pero si pudiera vivir de verdad sería otra cosa distinta.» Claro que el señor Fusi no tenía la menor idea de cómo habría de ser eso de vivir de verdad. Sólo se imaginaba algo importante, algo muy lujoso, tal como veía en las revistas. […] DŝĐŚĂĞů ŶĚĞ͕ DŽŵŽ͘ ĂƉşƚƵůŽ ϲ

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“Microrrelato” ...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.

Gabriel García Márquez

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“A Margarita Debayle” Margarita está linda la mar, y el viento, lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar; tu acento: Margarita, te voy a contar un cuento: Esto era un rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha de día y un rebaño de elefantes, un kiosko de malaquita, un gran manto de tisú, y una gentil princesita, tan bonita, Margarita, tan bonita, como tú. Una tarde, la princesa vio una estrella aparecer; la princesa era traviesa y la quiso ir a coger. La quería para hacerla decorar un prendedor, con un verso y una perla y una pluma y una flor. Las princesas primorosas se parecen mucho a ti: 69

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cortan lirios, cortan rosas, cortan astros. Son así. Pues se fue la niña bella, bajo el cielo y sobre el mar, a cortar la blanca estrella que la hacía suspirar. Y siguió camino arriba, por la luna y más allá; más lo malo es que ella iba sin permiso de papá. Cuando estuvo ya de vuelta de los parques del Señor, se miraba toda envuelta en un dulce resplandor. Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho? te he buscado y no te hallé; y ¿qué tienes en el pecho que encendido se te ve?». La princesa no mentía. Y así, dijo la verdad: «Fui a cortar la estrella mía a la azul inmensidad». Y el rey clama: «¿No te he dicho que el azul no hay que cortar?. ¡Qué locura!, ¡Qué capricho!... El Señor se va a enojar». Y ella dice: «No hubo intento; yo me fui no sé por qué.

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Por las olas por el viento fui a la estrella y la corté». Y el papá dice enojado: «Un castigo has de tener: vuelve al cielo y lo robado vas ahora a devolver». La princesa se entristece por su dulce flor de luz, cuando entonces aparece sonriendo el Buen Jesús. Y así dice: «En mis campiñas esa rosa le ofrecí; son mis flores de las niñas que al soñar piensan en mí». Viste el rey pompas brillantes, y luego hace desfilar cuatrocientos elefantes a la orilla de la mar. La princesita está bella, pues ya tiene el prendedor en que lucen, con la estrella, verso, perla, pluma y flor. Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar: tu aliento.

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Ya que lejos de mí vas a estar, guarda, niña, un gentil pensamiento al que un día te quiso contar un cuento. Rubén Darío

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Y Dios me Hizo Mujer Y Dios me hizo mujer, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y me cavó por dentro, me hizo un taller de seres humanos. Tejió delicadamente mis nervios y balanceó con cuidado el número de mis hormonas. Compuso mi sangre y me inyectó con ella para que irrigara todo mi cuerpo; nacieron así las ideas, los sueños, el instinto. Todo lo que creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días por las que me levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo.

Gioconda Belli

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El Amor Qué tienes, qué tenemos, qué nos pasa? Ay. Nuestro amor es una cuerda dura que nos amarra hiriéndonos y si queremos salir de nuestra herida, separarnos, nos hace un nuevo nudo y nos condena a desangrarnos y quemarnos juntos. Qué tienes? Yo te miro y no hallo nada en ti sino dos ojos como todos los ojos, una boca perdida entre mil bocas que besé, más hermosas, un cuerpo igual a los que resbalaron bajo mi cuerpo sin dejar memoria. .Y qué vacía por el mundo ibas como una jarra de color trigo sin aire, sin sonido, sin substancia! Yo busqué en vano en ti profundidad para mis brazos qué excavan, sin cesar, bajo la tierra: bajo tu piel, bajo sus ojos nada, bajo tu doble pecho adelantado Apenas una corriente de orden cristalino que no sabe por qué corre cantando. Por qué, por qué, por qué, amor mío, por qué? 74


Proverbios y cantares (Selección) Nunca perseguí la gloria ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón. Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse. *** ¿Para qué llamar caminos a los surcos del azar?... Todo el que camina anda, Como Jesús, sobre la mar. *** Ni vale nada el fruto cogido sin sazón… Ni aunque te elogie un bruto ha de tener razón. *** De lo que llaman los hombres virtud, justicia y bondad, una mitad es envidia, y la otra no es caridad 75

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“Vosotros debéis amar y respetar a vuestros maestros, a cuantos de buena fe se interesan por vuestra formación. Pero para juzgar si su labor fue más o menos acertada, debéis esperar mucho tiempo, acaso toda la vida, y dejar que el juicio lo formulen vuestros descendientes. Yo os confieso que he sido ingrato alguna vez y harto me pesa- con mis maestros, por no tener presente que en nuestro mundo interior hay algo de ruleta en movimiento, indiferente a las posturas del paño, y que mientras gira la rueda, y rueda la bola que nuestros maestros lanzaron en ella un poco al azar, nada sabemos de pérdida o ganancia, de éxito o de fracaso” Antonio Machado “Juan de Mairena”

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Gustavo Adolfo Bécquer XVII Hoy la tierra y los cielos me sonríen, hoy llega al fondo de mi alma el sol, hoy la he visto, la he visto y me ha mirado..., ¡hoy creo en Dios!

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Una palabra, una frase… La suma de unos renglones sin importancia para mi… Leía rápido, sin pararme y no entendía nada… Pero un día, desde mi cama, envuelto en mil sudores como consecuencia de esa fiebre maldita… me paré, leí despacio me enteré… Y me encontré con tantos mundos diferentes tantas historias fantásticas que me entusiasme… No encontraba el momento de coger un libro y pasar sus páginas, vivir nuevas aventuras, encontrar nuevos amigos… Fue maravilloso descubrir como las letras se unían formando palabras, como estas palabras se unían formando frases… Ahora tengo mis estanterías repletas de historias fantásticas, personajes que en las noches de insomnio, salen de sus escondites y me deleitan con sus aventuras… AUTORA DEL TEXTO: Mª Ángeles Garrido 78


Abuelito, ¿qué es un libro? * Abuelito, ¿qué es un libro? * Pues... un libro es... como una persona. * ¿Como una persona? No lo entiendo. * Como una persona, sí. Tú puedes tener una persona buena, que te ayude a ser mejor, que sea un buen amigo... pues los libros buenos son como los amigos que te ayudan. Cuando los lees, disfrutas; cuando acabas de leerlos, te sientes contento... y al cabo de los años recuerdas aquel libro cuya lectura te hizo tanto bien. * Entonces, todos los libros son buenos, ¿no? * Todos, no. También hay personas que te hacen daño. Pues igual hay libros cuya lectura te hace daño, te deja triste, recuerdas las cosas que has leído y te dejan desazón, desánimo… * ¿Y cómo sabemos si un libro es bueno o malo? * Pues puedes preguntar a alguna persona que lo conozca, pero sobre todo, cuando lo empiezas a leer. Si es bueno, lo notarás en seguida. Un libro bueno es como un amigo, y un buen amigo es un tesoro. * Pues en el instituto vamos a celebrar el Día del Libro. 79

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* ¡Estupendo! En los libros hay mucha sabiduría, mucho conocimiento, leyendo se aprende mucho. Te animo a que leas, que leas con interés, y que cuando leas, seas capaz de valorar lo que lees, que procures siempre sacar las cosas buenas de la lectura. * ¿Y cuáles son los libros mejores? * Hay muchos. Yo te puedo contar que el primer libro que se imprimió fue la Biblia, que es un libro religioso, y que es el más editado en la Historia. También hay libros muy importantes como El Quijote, escrito por Cervantes… En los libros encuentras narraciones, cuando cuenta un hecho; encuentras descripciones, cuando escribimos lo que vemos, la realidad; y encuentras diálogos, cuando leemos las conversaciones entre personas. * ¿Y qué más? * ¿Más? Bien, pues existe la poesía, cuando escribimos frases bonitas con palabras hermosas cuya lectura nos llega muy hondo, pues el poeta expresa los sentimientos y pensamientos... y existe el teatro, donde el autor nos dice lo que piensa sobre la realidad a través de los personajes o actores. *Abuelito, ¡tú sabes mucho! * Los años, hijo, los años...

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LOS SIGLOS DE LA (IN)SUMISION Trazar los siglos de la sumisión femenina significa, al mismo, tiempo recuperar las voces, las ideas y los textos de aquellas mujeres que dibujaron con precisión su contorno levantándose contra ella. Es necesario deshacer la creencia de que sólo en la modernidad podemos encontrar el rechazo a las estructuras patriarcales, porque de forma individual, pero también en pequeñas redes o movimientos, podemos rastrearla en todas las épocas de la historia. Autoras como Teresa Langue de Paz, afirma que la conciencia feminista en los tres siglos anteriores al XIX tuvo un alcance mayor de lo que se conoce (Langue de Paz, 2004: 14). Lo mismo puede decirse, y es mucho más llamativo, de los siglos anteriores, en los que se puede detectar dicha conciencia bajo el doble aspecto de la reivindicación de la libertad femenina o, cuanto menos, de la resistencia a las normas opresoras. Se trata de una idea de insumisión que es común a mujeres de diferentes clases sociales: monjas o seglares, reinas, nobles o mujeres de clases populares, y que se traduce en algunas prácticas antinormativas, por lo que se refiere a lo social: las mujeres iban a las cruzadas, administraban feudos y abadías, eran peregrinas y trovadoras, o abiertamente heréticas, por lo que se refiere a lo religioso: el movimiento de las cátaras, las beguinas o emparedadas, pero también deja su huella en la práctica de la escritura, a través de diferentes géneros, que van desde los más populares, como las cartas, la poesía, o la novela, hasta los más intelectuales, como el ensayo, los diálogos o los tratados. Como nos recuerda Régine Pernoud (1991: 21), la primera historiadora 81

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que se conoce es Ana Comneno, que escribe de su puño y letra la historia de la Primera Cruzada (1095-1099) en su obra La Aleixada. El conjunto de textos patriarcales y de las mujeres “disidentes” dibujan el mapa de las múltiples prohibiciones, un promemoria de la misoginia que afectaba a la vida de las mujeres, desde los aspectos más cotidianos, como la imposición de un marido o de ingresar en un convento, pasando por el empleo de la violencia física por parte de los varones a los que estaban sometidas, hasta llegar a las cuestiones intelectuales o teológicas. Este corpus demuestra que la idea de la desigualdad entre hombres y mujeres no era sólo una disquisición intelectual, entre autores que defendían la dignidad de las mujeres y autores que las vituperaban. El trabajo de rescate de textos de autoras desconocidas y la búsqueda de constantes estilísticas y temáticas entre las obras de autoras ya conocidas, pone de manifiesto que no se trataba de un simple juego o divertimento palaciego, como pretenden algunos críticos (Cfr. Pérez Priego, 1989), sino de una conciencia extendida por parte de las mujeres de su subalternidad, de su indefensión, de su inferioridad, de su marginalidad y, como va a suceder en los conventos, de una conciencia de la necesidad de autopromocionarse para conquistar un espacio y una posición de poder de cara a la negociación con las autoridades eclesiásticas o civiles. Es decir, se trata de una conciencia feminista en el sentido más amplio de la palabra, que iba más allá de los textos escritos, difundiéndose también a través de lecturas en voz alta y colectivas, que se producían en las plazas o en los conventos, como nos demuestra la advertencia que Beatriz de Sera (1515-1586), coloca en la introducción de su obra de teatro Amor de virtud (1548): “historia escrita para el placer de leer y no de recitar”. 82


SegĂşn Milagros Riveras Garretas (2006: 745) los siglos mĂĄs propicios para la libertad femenina fueron el XII y el XIII. Las mĂ­ticas italianas, como Margarita Porete o Ă ngela da Foligno, habĂ­an utilizado el lenguaje bĂ­blico y espiritual para poner en entredicho la jerarquĂ­a entre los sexos. Las beguinas, denominadas beatas en Castilla a partir del siglo XV, consideraban el amor como instrumento de trascendencia y promovĂ­an la idea de un equilibrio entre la razĂłn y el amor. Las dedicadas y devotas a Dios catalanas culminan una serie de movimientos femeninos, que ya en los siglos X y XI contaban con figuras femeninas con enorme libertad y autoridad, como 5RVYLWD GH *DQGHUKHLP ,OGHJDUGD GH %LQJHQ (OLVDEHWWD GL 6FKRQDX %HDWULFH GL 1D]DUHWK 0DULD G Ň“2LJQLHV. En contra de opiniones, como la de Georges Duby (2000), que sostiene que las mujeres estaban tan oprimidas en la Edad Media que un movimiento como el de las trovadoras no pudo haberse producido, algunos estudios posteriores, como el de Martinengo (1997), dan a conocer la obra de mĂĄs de veinte trovadoras de las que se conservan textos, de otras se conservan sĂłlo los nombres, como sucede en Italia con Beatriz de Monferrato. TambiĂŠn otros estudios, como los de Natalie Zenon Davis, ponen de manifiesto que en la Edad Media existĂ­an una gran variedad de imĂĄgenes femeninas, que provenĂ­an tanto de la literatura sacra como profana, en las que las protagonistas mujeres, ya fueran santas heroĂ­nas, aventureras, guerreras, incluso travestidas de hombre, poseĂ­an muchos rasgos comunes, y ofrecĂ­an a las mujeres reales una serie de modelos que posibilitaban su crĂ­tica o descontento con el contexto social que les tocaba vivir (Zenon Davis, 1989). Un descontento que algunas figuras histĂłricas traducirĂĄn en hechos 83

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FRQFUHWRV FRPR HQ HO FDVR GH (OHRQRUD G Ň“$UERUHD (1340-1404), catalana de nacimiento, Ăşltima reina de CerdeĂąa, que escribiĂł la Carta de logu, en la que se recogen importantes medidas de protecciĂłn de las mujeres, como la comuniĂłn de bienes en el matrimonio o la libertad de la mujer para aceptar o rechazar un matrimonio reparador despuĂŠs de haber sufrido violencia carnal. Por otra parte, las imĂĄgenes de la literatura se correspondĂ­an con la variedad de oficios que las mujeres desempeĂąaban en las ciudades medievales y renacentistas, como nos recuerda MarĂ­a Antonia Bel (2000): taberneras, cocineras, lavanderas administradoras de hospitales o cĂĄrceles, joyeras, fruteras, pescaderas, vendimiadoras etc. En la PenĂ­nsula ibĂŠrica desde Alfonso X hasta los Reyes CatĂłlicos, se legisla en diferentes momentos sobre el trabajo femenino, lo que avala la hipĂłtesis de su importancia para la sociedad del tiempo .(....).

Mercedes Arriaga FlĂłrez

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Y ya comenzasteis

Y ya comenzasteis esa larga carrera del saber. Y aún siento en mi cuerpo, en mi ser, las vibraciones de vida de los vuestros. Mi Hijo, ahí en tu cole, tu Profe, te dará amor, cuidado, respeto, te hablarán de las plantas, la suma, la recta, te guiarán hacia un mundo solidario, a compartir con tus iguales en donde la Paz será realidad. Y Tú, mi Pequeña, gozarás de la ternura, el cuidado, de todos los valores positivos que te ofrecerán de regalo tus Señoritas/os, jugarás con ese barro mágico multicolor parecido al mío, sólo que el mío fue de un solo color, marrón. Carissa. Septiembre de 1984

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El día 23 de abril fue elegido como Día del Libro y del Derecho de Autor, pues corresponde al fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes, W illiam Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616 (aunque realmente no es así: Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril... del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano). En esta fecha también fallecieron William Wordsworth (en 1850) y Josep Pla (en 1981). LaUnión Internacional de Editores propuso esta fecha a la Unesco, con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor. La Conferencia General de la Unesco la aprobó en París el 15 de noviembre de 1995, por lo que a partir de dicha fecha el 23 de abril es el "Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor".

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