Documento Publico Numero 6 IMP

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Documento Público No. 6

La Verdad de la Guerra en la Voz de las Mujeres Violencia Sexual y de Género



Investigación Paola Ximena Cárdenas J. Carlos Enrique Mendoza C. Marcela Páez B. Sandra Liliana Arteaga Colaboraron en este informe público Amelia Rocio Cotes Cortés Ángela Yasmith Cerón Lasprilla Dagmar Lucía Hernández Gladys Stella Macías González Luz Marina Toro Gómez, Migdonia Rueda Bolaños Yolanda Montaño Salinas Diseño de Portada averalfredo@yahoo.com Obra Nudos: Detalles esculturas “EXPLOSIÓN Y EL TODO” Beatriz Matamoros Rodríguez Valeria Ruiz Vargas Fotografía Obra Nudos Beatriz Matamoros Rodríguez Valeria Ruiz Vargas Galería: Alcorriente Arte e Hito Arte alcorriente@gmail.com

Diseño y Diagramación Luis Alfredo Avendaño Rubio averalfredo@yahoo.com Impresión LandMark - Ingeniería Publicitaria ISBN: 978-958-99709-2-8 Número de ejemplares: 2000 Printed in Colombia Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz -IMP- ® www.mujeresporlapaz.org Carrera 20 A No. 72-09 Piso 3 PBX 2485453 – 2485608 Bogotá- Colombia Noviembre 2011

Las opiniones y puntos de vista consignados en este Informe Público no comprometen a la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo -Asdi-, ni a la Federación de Trabajadores Públicos de Suecia -ST-

Esta publicación fue posible gracias al apoyo de:


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Prólogo

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Presentación

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Capítulo 1. La Violencia de la Guerra en la Voz de las Mujeres

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Las autoras cuentan algo sobre sí mismas

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Capítulo 2. La Violencia Sexual y de Género, una Situación Socialmente Problemática

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1. Hablar de los Conceptos para Compartir Significados

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1.1 Una Noción de Violencia

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1.2 Desfile de Antifaces

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1.3 “La Piramide del Litigio”

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1.4 El Concepto de Género

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1.5 Algunas de las Manifestaciones de la Violencia Sexual y de Género

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2. La Descripción, un Primer Paso hacia la Conceptualización 2.1 Primera aproximación a una definición descriptiva de la violencia sexual y de género.


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Capítulo 3. La Experiencia de IMP en el Litigio de Casos de Violencia Sexual: Una Apuesta por Procesos Judiciales Reparadores

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1. Recuento del Proceso

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2. Caracterización de los casos seleccionados para el litigio

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2.1 Perfil de las Víctimas

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2.2 Características de los hechos violentos

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2.3 Daños identificados

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3. Estrategias de acompañamiento y litigio

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3.1 Componentes y acciones

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3.2 Acciones implementadas en el marco del procedimiento de Justicia y Paz

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3.3 Resultados e impactos del proceso de acompañamiento y litigio

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Nudos

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Bibliografía Capítulo 2


Alianza IMP EQUIPO NACIONAL Luz Marina Toro Gómez, Carmenza Maria Álvarez, Amelia Rocío Cotes Cortés, Eidanis Lamadrid Montes, Liseth María Rodríguez López, María Eugenia Zabala de Polo, Maribel García Ortega, Martha Serpa Fuentes, Ángela Yasmith Cerón Lasprilla, Migdonia Rueda Bolaños, Nelly González de Rodríguez, Olga Cifuentes Toro, Yolanda Inés Rojas Silva, Yolanda Montaño Salinas, Vanesa Benavides, Gladys Stella Macías González, Juanita Fuentes Labarca, Luz Marina Díaz Duarte, Dagmar Lucía Hernández, Felicita Yepes Núñez, Luz Mila Benítez de la Cruz, Clemencia Herrera Nemerayema, Ligia Inés Alzate Arias, Marleny Orjuela Manjarres, Olinda García García. REGIONALES Regional Antioquia Medellín, Turbo y Apartadó (Subregión Urabá), Rionegro (Subregión Oriente), Puerto Berrío (Subregión Magdalena Medio) Regional Caribe Cesar (Valledupar, Chimichagua), Guajira (Dibuya, Riohacha, El Molino), Magdalena (Ciénaga, Pueblo Viejo), Córdoba (Montería), Sucre (San Onofre), Bolívar (San Juan de Nepomuceno, El Carmen, Zambrano). Regional Centro Boyacá (Chiquinquirá, Moniquirá, Puerto Boyacá y Tunja); Casanare (Yopal), Cundinamarca (Agua de Dios, Soacha), Distrito Capital (Inter-Localidad Centro: Candelaria, Mártires, Santafé. Localidad Ciudad Bolívar y Localidad Kennedy), Meta (Acacias).

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Regional Pacífico Valle (Cali, Cartago y Tuluá), Nariño (Pasto, Tumaco y Buesaco) Regional Santanderes Norte de Santander (Cúcuta, Tibú y Zulia), Santander (Barrancabermeja, Bucaramanga, Florida Blanca y Charalá) Región Sur Caquetá (Florencia y Curillo); Putumayo (Mocoa, Sibundoy, Puerto Caicedo y El Tigre); Tolima (Ibagué, Natagaima y Chaparral). Organizaciones Nacionales: Asociación Colombiana de Familias de Miembros de Fuerza Pública, Retenidos y Liberados por los Grupos Guerrilleros-ASFAMIPAZ; Central Unitaria de Trabajadores CUT- Departamento de la Mujer; Mujeres Indígenas; Liga de Mujeres Desplazadas, Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y Contra la Guerra-REDEPAZ; Sindicato Nacional de Trabajadoras al Cuidado de la Infancia en Hogares de Bienestar -SINTRACIHOBI-. Organizaciones Locales: 244 Organizaciones de mujeres. Comisión Política: Amelia Rocío Cotes Cortés, Ángela Yasmith Cerón Lasprilla, Dagmar Lucía Hernández, Gladys Stella Macías González, Luz Marina Toro Gómez, Migdonia Rueda Bolaños, Yolanda Montaño Salinas. Directora Ángela Yasmith Cerón Lasprilla.

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Prólogo El objetivo de la política de Desarrollo Global de Suecia es contribuir a un desarrollo mundial justo y sostenible y es la base para la estrategia sueca de cooperación con Colombia, cuyo objetivo principal es que los más pobres mejoren sus condiciones de vida y el país logre una paz sostenible con amplia participación social. La promoción de la igualdad de género y el papel de las mujeres es una de las tres prioridades temáticas del gobierno sueco en la cooperación para el desarrollo. La política para la “igualdad de género, los derechos y el papel de la mujer en la cooperación para el desarrollo de Suecia”, aprobada en 2010, resalta la igualdad de género como una meta en si y un pre-requisito para un desarrollo democrático a largo plazo y para un desarrollo global sostenible. Para lograrlo se hará énfasis esencialmente en: participación política e influencia de las mujeres; empoderamiento económico y condiciones laborales de las mujeres; y seguridad para las mujeres, incluyendo combatir todas las formas de violencia de género y trata de personas. Adicionalmente, el gobierno sueco aprobó en 2011 una política para paz y seguridad en la cooperación para el desarrollo. Esta tiene como objetivo contribuir a una paz duradera que posibilite el desarrollo, resaltando el derecho de las mujeres, hombres, niños y niñas a la seguridad humana. La promoción de la paz, la seguridad y los dividendos de la paz son las ejes principales en los que se centra esta política para lograr su objetivo. Sabemos que la violencia de género se incrementa en los conflictos armados y es utilizada de manera sistemática y conciente. La violencia física, sexual y sicológica contra las mujeres y niñas es usualmente utilizada como una estrategia de guerra y de persecución social. En un país en conflicto las mujeres son particularmente vulnerables, pero también son actores importantes. Ellas deben estar involucradas en todas las etapas del proceso de paz, en las negociaciones, en

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el diálogo y la construcción de confianza, en la implementación de las políticas de desarrollo y paz y en los diferentes escenarios donde se discutan medidas para su protección frente a la violencia sexual. Para Suecia, la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad y las otras resoluciones complementarias (1820,1888,1889,1960) son un eje principal de nuestra política exterior. De gran relevancia es la Resolución 1820 que reconoce la violencia sexual relacionada con los conflictos como una táctica de guerra y una cuestión de paz y seguridad internacional. Esta resolución le exige a las partes involucradas en el conflicto el cese inmediato de todos los actos de violencia sexual contra civiles y afirma que las medidas efectivas para prevenir y responder a actos de violencia sexual pueden contribuir significativamente al mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. Estas cinco resoluciones son una herramienta importante para la sociedad civil, los gobiernos y el Sistema de Naciones Unidas para fortalecer el rol de las mujeres en la construcción de la paz, visibilizar los actos de violencia sexual y contribuir a poner fin a la impunidad. Suecia es un socio para la paz con Colombia y su cooperación está enfocada a contribuir a la construcción de paz, al fortalecimiento de la democracia y al respeto de los derechos humanos. Estamos convencidos que la participación de las mujeres como agentes de cambio es fundamental para la construcción de la paz y por supuesto para el desarrollo de un país. Marie Andersson de Frutos Embajadora de Suecia Octubre 2011

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Presentación A diez años de trabajo de la Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz-IMP desde la consolidación institucional, el posicionamiento, las políticas públicas, los espacios judiciales, y los aprendizajes e impacto en torno a los ejes de derecho a la paz y derecho de las víctimas del conflicto armado a la verdad, la justicia y la reparación, pero también desde el enfoque de género con énfasis en las mujeres, nos permitimos presentar nuestro Informe Público No 6 denominado: “La verdad de la Guerra en la Voz de las Mujeres- Violencia Sexual y de Género” Son muchas las apreciaciones en los debates en torno al conflicto y pos-conflicto en Colombia. Sin embargo, es necesario que la voz de las víctimas sobrevivientes sea escuchada y, sobre todo, que se conozca su postura política frente a la paz y el país. Por eso, en el primer capítulo de este libro, encontrarán un escrito realizado por mujeres víctimas de violencia sexual. Ellas nos hablan de sus aspiraciones frente a la paz y de cómo han enfrentado situaciones tan complejas de su vida. Para ellas, nuestra admiración y respeto. La Alianza-IMP también ha dedicado esfuerzos a fortalecer el proceso municipal. De ahí, el reconocimiento de procesos de construcción de políticas públicas, bajo la estrategia de la incidencia, vista desde el sentido de la transformación. Para cumplir con este objetivo, dieciséis mujeres hacen parte de los Consejos Territoriales de Planeación (CTP) y muchas participaron en la pasada contienda electoral para concejos municipales. En este escenario se enmarca el segundo capítulo, que habla de la violencia sexual y de género como una situación socialmente problemática y que, además, centra el debate en lo municipal y en estructurar el problema a partir del planteamiento de una definición descriptiva, y de ver el delito de violencia sexual desde la óptica de la “salud pública” y su relación con los “planes de vida”. Al ver que el conflicto armado se ha transformado sustancialmente, pero no se detiene, la Alianza-IMP decidió ubicarse en el paradigma de la “Justicia Transicional“. El objetivo, fue promover la realización efectiva de los derechos de las víctimas y, en especial, el litigio de casos de violencia sexual. Y, aunque se lograron aciertos, han sido muchos los obstáculos. Aún así el proceso ha dejado un buen aprendizaje con

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recomendaciones para un adecuado y efectivo proceso de judicialización de los delitos sexuales. De este tema trata el tercer capítulo de este libro. Enlaza el libro las imágenes de la obra Nudos, que no solo muestra el yo interior desde la escultura y refleja los diferentes estados emocionales, sino que muestra la relación arte-vida desde la visión de la curación del dolor. Sanar también es un acto político. En estos años, la Alianza-IMP ha pasado de tener una agenda amplia, a centrar su trabajo en los temas referentes al Derecho a la paz y las políticas públicas, así como en los derechos de las víctimas, haciendo énfasis en la exclusión jurídica y en las condiciones de seguridad. Desde lo estructural, ha pasado de ser una iniciativa de sectores, para buscar el camino como movimiento social –con una gran base municipal– en el que la participación y empoderamiento de las mujeres es lo fundamental. Las mujeres que han pasado por la Alianza-IMP han dejado aprendizajes y discusiones que nos han fortalecido. Pero son más quienes asumieron el reto de sostenerse y de vivir para la Alianza-IMP, trabajando –en algunos casos– desde el anonimato, donde cada día tiene su afán, donde las alegrías y las tristezas se funden. Son las mujeres de los municipios y las veredas las que le dan rostro a nuestro trabajo; son ellas las que cada minuto de cada día fortalecen nuestro accionar político, y es por ellas que se reconoce a nivel nacional nuestro saber colectivo, que nos ha dado un lugar en el trabajo de la Paz, las políticas públicas y el derecho de las víctimas. La Alianza-IMP tiene claro que, para que la transformación sea posible, tiene que darse desde lo municipal a partir de la participación con representación de las mujeres en los espacios de poder. Pero también sabe que la única alternativa posible, viable y efectiva para salir del conflicto que vive nuestro país es la salida negociada al conflicto armado. Estos seguirán siendo nuestros retos para los próximos años. Angela Yasmith Cerón Lasprilla Directora

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EL TODO

Pieza fundida que representa a los individuos, como seres Ăşnicos que hacen parte de una sociedad.

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* Este capítulo fue elaborado por Paola Ximena Cárdenas J, filosofa, especialista en estudios culturales, con maestría en escrituras creativas. Carmen - Heidy - Catalina - Petra, mujeres líderes, víctimas de violencia sexual y de género en el marco del conflicto armado.

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CAPĂ?TULO

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La Violencia de la Guerra en la Voz de las Mujeres*

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No debo quedarme callada

Carmen

Y me puse a pensar que no era feliz, y me puse a pensar que debía de hablar, y por eso ahora vivo buscando la paz, y es por eso que ahora quiero decir la verdad, no debemos estar ciegas ante la injusticia, no podemos estar mudas ante la verdad. Oye mujer tú eres la luz que alumbra en la oscuridad, tú con tu amor llenas al mundo y le das seguridad. Si violaron tus derechos y tu integridad, no lo dudes, no lo pienses hay que denunciar. Oye mujer tú eres la luz que alumbra en la oscuridad, tú con tu amor llenas al mundo y le das seguridad

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Documento Público No. 6 - La Verdad de la Guerra en la Voz de las Mujeres. Violencia Sexual y de Género

Introducción ¿Por qué y para qué escribir? “Aquí está mi hermana y algún amigo mío indeterminado y mucha más gente. Todos están escuchándome y yo les estoy contando precisamente esto: el silbido de las 3 de la madrugada, la cama dura, mi vecino a quién querría empujar... Les hablo también prolijamente de nuestra hambre, y de la revisión de los piojos, y del Kapo que me ha dado un golpe en la nariz...; pero no puedo dejar de darme cuenta de que mis oyentes no me siguen. O más bien se muestran completamente indiferentes: hablan confusamente entre sí de otras cosas, como si yo no estuviese allí...Tengo el sueño delante, caliente todavía, y yo, aunque despierto, estoy lleno de su angustia; y entonces me doy cuenta de que no es un sueño cualquiera, sino que desde que estoy aquí lo he soñado muchas veces...Me acuerdo de que ya se lo he contado a Alberto, y de que él me ha confiado para mi asombro que también lo sueña él, y que es el sueño de otros muchos, quizás de todos...¿Por qué el dolor de cada día se traduce en nuestros sueños en la escena repetida de la narración que nadie escucha?” Primo Levi, Si esto es un Hombre

Los escritos que se recogen en este capítulo, fueron producidos en una serie de talleres con cuatro mujeres que la Alianza IMP ha acompañado durante varios años. Petra, Carmen, Heidy y Catalina, acogieron la invitación y, con valentía, se atrevieron a reconstruir los hechos de violencia que las han marcado y las siguen marcando, porque no solamente fue la agresión sexual que sufrieron, sino también el sinnúmero de violencias que, después, han tenido que aguantar ya no directamente sobre sus cuerpos, o el de sus hijos e hijas, sino sobre sus espíritus: la indolencia de un sistema judicial y unos funcionarios públicos que cuestionan sus testimonios y las ponen en el lugar de culpables, de incitadoras de la agresión sexual que sufrieron, el dolor del desplazamiento forzado que les implica vivir en ciudades extrañas, en condiciones muy difíciles, alejadas de su familia y su círculo de amigos y conocidos,

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El proceso de construcción de estos textos fue muy duro para ellas y sin embargo, en todas, se veía la necesidad de hablar, de ser escuchadas, de contar con interlocutores que les creyeran, interlocutores con la capacidad de entender y ponerse en sus zapatos, de devolverles, aunque fuera, un eco de solidaridad y de confianza en sus palabras. Pero más allá de ello, todas expresaron la esperanza de que sus escritos llegaran a otras mujeres víctimas de violencia sexual con el fin de darles ánimos de denunciar, de empezar una movilización colectiva que permita que, según sus propias palabras, “las leyes no se queden en el papel”. Además, entre sus lectores ideales, están los funcionarios públicos y personas con capacidad de decisión en el Estado, a los cuales esperan conmover, inquietar o perturbar.

La Violencia de la Guerra en la Voz de las Mujeres

la frustración de haber tenido que abandonar sus proyectos vitales y estar abocadas a guardar un bajo perfil en trabajos que escasamente les dan para subsistir, la impotencia de comprobar que el Estado es incapaz de brindarles las garantías de seguridad necesarias para volver y recomenzar su vida en el punto en que la dejaron, el miedo constante de sentirse perseguidas, la sensación de muerte inminente.

La tarea en los talleres consistió en darles a las mujeres unas herramientas básicas de escritura que les facilitaran expresar de la mejor forma posible aquello que querían contar. Se empezó reflexionando sobre lo que querían narrar, para qué querían hacerlo, quiénes querían que las leyeran y qué efectos esperaban alcanzar en esos lectores. Después se leyeron en voz alta textos que pudieran servir como modelo. El género escogido fue la crónica en la medida en que parte de hechos reales pero permite hacer uso, con total libertad, de los recursos expresivos de la literatura, además, no pone al autor en el lugar, ideal e imposible, de narrador objetivo (como ocurre en el reportaje o la noticia) sino que parte precisamente de su subjetividad y le abre al escritor, por tanto, la posibilidad de hacer reflexiones y establecer conexiones significativas con sentimientos y sensaciones. Buscando ser fiel a la metodología del taller, las crónicas que sirvieron como modelo, fueron analizadas colectivamente de manera que, juntas, encontramos características en relación con su estructura, el uso de recursos literarios, el manejo de los personajes, las atmósferas y las descripciones. Se discutió largamente sobre el por qué unas crónicas les habían gustado más que otras y qué hacía que aquellas que más las habían conmovido, lograran ser más efectivas comunicativamente hablando.

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Finalmente llegó el proceso más arduo y doloroso: la escritura por parte de las mujeres de sus propios relatos, en el que cada una de ellas puso en juego los aprendizajes adquiridos a través del análisis de las crónicas. Una vez pusieron en texto aquello que querían narrar, se realizó un proceso de corrección: hubo un intercambio que permitió que todas opinaron e hicieran sugerencias sobre los escritos de las demás, después cada una volvió sobre su escrito e hizo las correcciones que consideró pertinentes y, posteriormente, la tallerista los revisó e hizo ajustes mínimos de puntuación, redacción y sintaxis. Los textos finales que aquí se recogen, pasaron una vez más por las manos de las mujeres quienes aprobaron o desaprobaron las correcciones y sugerencias realizadas por la tallerista. La impotencia, el dolor y la incertidumbre estuvieron siempre presentes en todos los encuentros. Sin embargo, en el momento más inesperado, un apunte de alguna de ellas, una intromisión de algunos de los niños, hijos de dos de ellas, que siempre nos acompañaron durante los talleres, hacían volver la risa y con ella, la posibilidad de seguir construyendo alternativas posibles. La mayor sorpresa fue esa, encontrar que estas mujeres eran capaces de reírse un poco de y con su dolor, comprobar entonces que no todo está perdido y que la vida se empecina, a pesar de todo. No queda más sino dejar hablar a estas cuatro mujeres y dejar formuladas algunas de las preguntas que rondaron a lo largo de todo el proceso de construcción de sus escritos: ¿Por qué y para qué escribir? ¿Cuál puede ser la función social y política de estas crónicas tan dolorosamente construidas? ¿Qué significado, a nivel de lo íntimo, pudo tener para estas cuatro mujeres contar su historia? Paola Ximena Cárdenas J.

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Carmen Soy una mujer que vivió la violencia en carne propia. A pesar de las dificultades he logrado muchas cosas. Quiero ayudar a las mujeres que han sufrido en este conflicto armado.

La Violencia de la Guerra en la Voz de las Mujeres

Las autoras cuentan algo sobre sí mismas

Heidy Soy una mujer feliz de ser madre, soy emprendedora y soñadora. Quiero un futuro mejor. Me he sobrepuesto a todas las circunstancias para lograr las metas que me he trazado.

Catalina Soy una mujer marcada por la violencia que me convirtió en madre de una niña maravillosa. Mis sueños, a pesar de todo, siguen ahí. Quiero ser sicóloga y convertirme en una escritora reconocida. Soy una persona tolerante y con muchos deseos que encomiendo a Dios.

Petra Soy una mujer que siempre ha luchado por los derechos, en especial de los niños y abuelos. Tengo cuatro hijos que amo con locura, me siento orgullosa de ellos. Anhelo poder seguir superando las adversidades con el amor de una madre que quiere devolverle a sus hijos la estabilidad que ellos se merecen y necesitan; además quiero ser el estandarte para que muchas otras mujeres se atrevan a denunciar ya que valemos mucho y no somos culpables de nada.

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Cuando el color y el sabor se perdieron

Petra El valor de las mujeres En el mundo hay estrellas, unas iluminan más que otras, así mismo las mujeres que denuncian buscando la verdad. Algunas creen que son nada, pero ignorantes al pensarlo, son cimientos y pilares, que constituyen un gran Estado. Con astucia, valor y entereza, a muchos han puesto a temblar, no con armas, ni con golpes, solo con su voz, que es lo que vale más. Que los grupos al margen de la ley, se quieren reagrupar, no contando que las mujeres, actúan con justicia, astucia y gran verdad. No hablaremos de todos los funcionarios, que olvidan su ética y profesionalismo, quieren seguirnos juzgando. Todos saben, todos dicen, nadie siente, solo las grandes mujeres, que por ser tan importantes los delincuentes no las quieren. Un gran corazón emerge, en lo profundo de este país, son las valientes mujeres, que lo van a reconstruir. Con verdad, justicia, paz y amor, en un solo latir, siempre estará nuestro corazón, para luchar por ti, nuestro gran país.

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El cultivo que más abunda allí es la deliciosa y jugosa caña de azúcar que crece erguida y majestuosa y de la que se saca la sabrosa panela, la melcocha y el guarapo. El hada de esta historia vende estos productos y logra ganar algo de dinero con los postres, dulces y recetas que prepara. Ella vive con su pareja que es un águila, una bella cisne y un hermoso pavo real. La gente del pueblo le compra con alegría y además para ayudarla a solventar el mal que aqueja a la bella cisne.

La Violencia de la Guerra en la Voz de las Mujeres

Es un pueblo hermoso. El amanecer despliega un resplandor de colores infinitos, como si el arcoíris se hubiera derramado en la llanura. El trinar de los pájaros parece una sinfonía de Beethoven que alegra el amanecer. Las casas se estremecen con todo lo que en su interior pasa: las mujeres se afanan preparando las viandas de sus esposos que ya casi salen a cumplir sus labores en el campo, los niños se alistan para salir al colegio y los cocodrilos merodean por todas partes, pendientes de lo que sucede (no hay nada en este pueblo que ocurra sin que ellos se den cuenta).

El hada, además de cocinar y vender, también lucha por los seres más desprotegidos del pueblo: la labia y astucia que tiene le permiten conseguir lo que quiere, que siempre es ayudar a los demás. De esta forma, un día un lobo desvalido aparece en su vida y le pide socorrerlo porque no tiene donde vivir. El hada se conmueve porque no puede ver a nadie necesitado. Sin embargo, no sabe que esa decisión va a hacer desaparecer los colores del paisaje y los deliciosos sabores de los dulces y manjares que prepara. El lobo se va a vivir a la casa del hada. Llega, como lo hacen los de su especie, calmado, tranquilo y dulce. El hada le dice: “las decisiones las tomo yo y en mi casa se cumplen mis reglas. De mi cisne y de mi pavo real me encargo yo. Nadie debe atreverse a tocarlos, ni mucho menos a regañarlos, ¿De acuerdo?” el lobo contesta: “De acuerdo”. Las cosas marchan bien en un principio. El hada siente que hay amor, respeto, comprensión y mucha alegría en su familia. La bella cisne tiene cinco años y el pavo real ocho. Mientras cada uno de estos maravillosos seres está en el cuarto que cuidadosamente le preparó el hada a cada uno, nada ni nadie puede perturbarlos. Pero no tarda mucho el momento en que el lobo comienza a afilar los dientes. Con sagacidad se vale de diversas artimañas para que el pavo real lo deje entrar a su cuarto, entonces el hada empieza a notar que sus plumas están sucias. Con el amor y la dulzura que la caracterizan le pregunta al pavo: “¿Qué te pasa?” y él no contesta nada, sólo agacha la cabeza. En el colegio

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empieza a sacar malas notas. Se vuelve rebelde, agresivo. Cada tanto, se vuela sin permiso con la cisne y regresan muy tarde. Un día el hada llega a su casa de sorpresa. Encuentra al lobo cada vez más feroz regañando bruscamente a su pavo real. Ella, indignada, coge del cuello al lobo y le grita: “¿Quién se cree? Las cosas en mi casa se hacen como yo digo, si no está de acuerdo, se puede ir” y le da un par de bofetadas. El pavo real, con angustia, le dice: “Cállate yo te quiero mucho, la culpa es mía”. Preocupada por su pavo real, el hada decide cambiar de casa. La que escoge le gusta mucho porque es en un segundo piso y tiene una vista muy bonita al hermoso paisaje. No sabe ella todavía que el cambio despertará el horrible suceso. Es un día normal. Son las 8 a.m. Hay sol. El hada, como de costumbre, está vendiendo sus productos en una esquina de la plaza principal. De pronto, ve venir al lobo muy asustado. Le pide ayuda. “¿Qué pasó?”, le pregunta ella. “Dicen que quería quitarle los colores a un toche y me quieren matar”. Ella, preocupada, le dice que corra a la Gruta Sagrada y se esconda allí. Mientras tanto, corre a buscar a algún cocodrilo que pueda ayudarlo. Se encuentra con el cocodrilo Pacheco, le cuenta todo. Él, en un tono extraño, le dice: “No diga nada, usted no sabe”. Sus palabras taladran su alma. Sale a buscar a su pavo real al colegio, tiene un terrible presentimiento. Llega pálida, sudorosa, asustada. Entra al salón y coge a su pavo real. El profesor, un viejo búho, dice: “Se saluda y pide permiso”. Ella le grita: “Cállese que es urgente”. Toma de una alita al pavo real y lo saca, lo sube en una escala para que quede a la altura de sus ojos. Lo abraza, lo besa y el pavo real le pregunta: “¿Qué tienes?”. “Me duele la cabeza. Sólo quiero hacerte una pregunta: ¿El lobo feroz es el que se ha robado tus colores y te ha ensuciado las plumas?”. El pavo real se asusta, se pega a la pared como queriendo esconderse dentro de ella. Finalmente contesta con voz baja y llorosa: “Yo te quiero viva y no quiero que a la cisne el lobo feroz le haga lo mismo que a mí”. El hada comprende entonces. Con más cariño y ternura le pide que le cuente, que confíe en ella. “¿Segura que no vas a hacer nada? Yo te conozco”. Ella le jura haciendo pistolas con los dedos en su espalda. Con la inocencia de sus ocho años, el pavo real le narra con lujo de detalles lo que le hizo el lobo. No se da cuenta que con cada palabra le parte al hada el corazón en mil pedazos.

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Sin pensar en la promesa que hizo, va donde el viejo búho, le entrega a su pavo real y le dice: “Cuídemelo. Si me le llega a pasar algo, usted me las paga, ¿Entiende?”. El pavo real se aferra a su vestido y le suplica que no vaya: “El lobo feroz te matará, él me lo dijo”. Todos miran asustados al hada porque ahora se ha convertido en horroroso ogro. Ella de un tirón retira al pavo real y vuela hacia la Gruta Sagrada, saltando como si nada los muros de la plaza principal que miden sesenta centímetros. Encuentra al lobo feroz allí escondido. Lo encara y le pregunta: “¿Tú le robaste los colores y sus plumas a mi pavo real?”. Él, asustado al ver el ogro en el que ella se ha convertido, le dice “Sí”. Los conejos del pueblo se han reunido a su alrededor porque quieren mucho al hada. Al oír la confesión del lobo están dispuestos a lincharlo. El hada lo agarra por el cuello y todos comienzan a golpearlo, lo patean en la mitad del parque principal mientras los árboles grandes y fuertes que allí se encuentran, observan callados. Como siempre, los perros llegan a defender al lobo feroz. Se lo llevan. El hada intenta por todos los medios alcanzarlo pero lo tienen bien custodiado. Ella grita, llora, se enloquece. No se da cuenta que a su lado están su bella cisne y su triste pavo real. Después de mucho tiempo logran calmar al ogro en el que se ha convertido. La dopan, la acuestan y el águila lleva al pavo real a que lo examinen. Se hace de noche. Todos van a descansar a sus casas. Cuando el hada se despierta al día siguiente, ve que el Águila, su Cisne y su Pavo Real, duermen con ella. Se levanta silenciosamente y empieza a maquinar qué va a hacer contra el lobo feroz. Va al parque principal. Allí se entera que el lobo está libre. Corre, mueve cielo y tierra y logra que lo capturen de nuevo. Hay una audiencia. Él acepta los cargos y es encerrado. Pero aquí no termina esta historia de un hada que un día se vuelve ogro. La madre del lobo comienza a amenazarla. Los demás parientes y los cocodrilos, también. Una vez la llevan a un paraje solitario en el que solían mutilar a los animales del pueblo para el hada viera lo que podía suceder. Después la cogen y la montaron en un carro. Le ponen una capucha. Ella reza y pide clemencia pero también logran robarle los colores una y otra vez, con brusquedad y malas palabras. Regresa viva a su casa. Se lava. Quiere arrancarse la piel. Se siente sola, sucia, que no vale nada. Sabe que tiene que callar porque sus seres queridos están en peligro. Queda embarazada. Los cocodrilos arrancan a su hijo de sus entrañas. Solo le queda callar y llorar.

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Es duro salir de un pueblo, donde todos los animalitos se conocen y departen amorosamente para después llegar a una ciudad fría, falta de amor, amistad, comprensión, en donde todos los animalitos se temen unos a otros, pues acá es una verdadera selva, sin colores, sabores y sin calor humano. El hada anda mucho. No para de huir. Un día conoce al príncipe Hugo. Es el único que sabe que sus colores se perdieron. Él la envía donde las hadas maravillosas de IMP que agitan sus alas para dispersar todo lo malo. El hada Marcela con las leyes, las mariposas mágicas, Andrea y Sandra con su sicología, las reinas Patrica y Ángela, buscando los recursos para darle apoyo a hadas como ella y el resto de luciérnagas que están en esta organización. Después de cuatro años el hada volvió a ver a su estrella madre: la encontró envejecida, flaca y triste, no sabía si abrazarla, se quedó quieta, ella sale a su encuentro y le extiende los brazos. Lo que el hada sintió es difícil de explicar. Su madre le hace falta, mucha falta. El hada se separa de su cisne y de su pavo real para trabajar. Después el pavo regresa con ella. La cisne, en cambio, se queda donde estaba. Las cosas con el pavo no cambiaron mucho: no ha logrado recuperar sus colores y su plumaje. Además, aunque el hada se ha trasladado bastante, no contaba con que los cocodrilos estuvieran en todos lados, ni que la siguieran acosando, persiguiendo, amenazando. ¿Podrá alguien ayudar a esta hada a restaurar los colores y las plumas de su pavo real? ¿Habrá en el mundo un buen restaurador? Cuándo ustedes ven un hada maltratada, ¿La ayudan o agitan el matamoscas para alejarla?


Se oyen grandes quejidos, un gran dolor nos embarga, en un país destrozado, con rencores y venganzas. Se busca como curarle, es tiempo de sanar, está desgarrado, destrozado, por los caimanes que lo mutilaron ya. Mil intentos se han frustado, y las palabras se ahogaron, sólo un país desangrado, es lo que nos ha quedado. Y de pronto de la nada, lo que se dice nada, salen muchas mujeres, con verdad, bien preparadas. Y las grandes heroínas, antes olvidadas, ya se están reconociendo, y el valor las acompaña. Aunque el temor las invade, siempre estarán ahí enfrente, con su escudo y armadura, que es lo que más las defiende. Y las armas y escudos, con que lo defienden, son verdad, justicia y paz, con esto se comprometen. Para seguir publicando, buscando y divulgando, que las mujeres de todo el mundo, nos estamos reafirmando.

La Violencia de la Guerra en la Voz de las Mujeres

Mi país

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JAULA

Pieza armada que muestra el encierro interior que percibe el ser humano cuando se siente impotente frente a la soledad que le invade el alma.

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El conflicto armado me bendijo y me maldijo Catalina Después de seis años, volví al pueblo donde nací. Una tierra de gente noble, alegre, trabajadora y echada para adelante. Sentí otra vez el calor a aquellos a quien tuve que dejar un día sin despedirme. Caminé de nuevo por las calles. Encontré a la hija de la Cueto vendiendo sus empanadas de siempre en la esquina del Banco de Bogotá. Me tomé ese jugo de zapote que hace tanto no probaba. Me reencontré con mi abuela que pensé nunca volvería a ver. Cuando llegué al barrio donde nací y vi la casa donde me crié y disfrute tanto con mis padres y hermanos, tuve una sensación rara. Se me aguaron los ojos. No pude contener las lágrimas. Llegaron entonces a mí muchos recuerdos: los sancochos en los que llegaban a la casa todos los muchachos de la cuadra, la fiesta de cumpleaños de mi papá que celebrábamos a lo grande todos los años. Una época tranquila y feliz en la que nunca nos imaginamos que la violencia iba a llegar a golpear tan duro. De pronto escuché una voz que me hablaba: “hola mija, ¿Cuándo llegó?”. Me volteé sorprendida. Allí estaba Ana, la vecina. Nos abrazamos y lloramos juntas. Era un 16 de julio, día de las fiestas de la virgen del Carmen, y se cumplían exactamente seis años de mi partida obligada, seis años desde que ocurrieron los acontecimientos que me cambiaron la vida. Creía que ya no sentía tanto dolor, que ya había superado muchos de los malos recuerdos que me traía esa fecha. Estaba equivocada: mientras abrazaba a Ana, con claridad volvió a mi cabeza ese 16 de julio de 2005, cuando fui brutalmente violada por uno de los paramilitares que llegaron a la casa de mi tía preguntando por mi papá. Cuando no lo encontró, me tomó a la fuerza, me golpeó y me violó delante de mi tía, mi hermana y las tres nietas de mi tía. No pudieron hacer nada para defenderme. Esa fiera me ensució el alma y mis sueños. Dejó además en mi vientre un recuerdo permanente de esa noche oscura que no puedo olvidar por más que quiera porque después de nueve meses nació Laura, mi bendición que siendo hija de esa plaga, también es mi hija, pero es mía más que de él. Después, junto a mi hija Laura, caminamos varias calles para ir al barrio donde vive mi abuela, mi familia y mis amigos. En medio del recorrido, me encontré con personas conocidas que me hacían parar para preguntarme por mis padres y hermanos, algunos me preguntaban qué había

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Mi abuela me abrazó y cargó a la niña. Lloró y recordó exactamente cuántos años y cuántos días tenía sin verme y me dijo que ahora sí se podía morir tranquila porque ya me había visto y había conocido a Laura. Después de conversar un largo rato con ella, me fui a visitar a mi familia y amistades pero no puede seguir porque me hacían muchas preguntas que no era capaz de responder.

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sido de mi vida, que dónde estaba viviendo y como no faltan los curiosos, que quién era el padre de mi hija. A veces no sabía qué contestar, a unos les decía que él se había ido y a otros que estaba muerto.

No podía además dejar de recordar cuando trabajaba en el Colectivo de Comunicaciones con unas niñas y niños que se habían convertido como en mis hijos. Se venían a mi mente también los recuerdos de los muchachos del barrio cuando jugaban football y yo les conseguía los uniformes, todas esas personas a las que ayudé a conseguir medicinas y reparaciones para sus ranchos. También volvieron a mí los momentos en que con mis amigos nos levantábamos escobas para barrer el parque. En ese tiempo soñaba con convertirme en una reconocida sicóloga y crear una fundación para niños abandonados y maltratados… pero en la vida no todo es como uno quiere, porque uno piensa una cosa y el destino nos ha deparado otra, como el hecho de convertirme en madre sin desearlo. La llegada de Laura cambió mucho mi vida. Me alejé de mi familia, de mi trabajo, de mis estudios de sicología y comercio internacional, todo lo que giraba entorno a mi vida social cambió por completo, me alejé de todo lo que un día tuvo significado en mi vida. Ya de eso no quería nada porque nos tocó andar de una ciudad a otra para proteger nuestras vidas. Ese día en la procesión me sentí extraña, como si ya no perteneciera a ese pueblo. Ver la alegría, sentir el calor de la gente, saludar a todos los conocidos, caminar al lado de mi hija era raro y aún más, cuando los nervios me atormentaban, pensando que ese hombre que me agredió podía estar por ahí. El calor de ese momento me hizo acordar, por contraste, del frío de Bogotá, ciudad en la que tuve que ocultarme para protegerme, de ese frío que me helaba los huesos, del estrés en el que se vive, de la indiferencia de algunas personas a diferencia de este pueblo tan pequeño en donde todos se conocen con todos. Fue allí, en Bogotá, donde conocí todas esas personas solidarias de la familia IMP que en esos momentos se convirtieron en mi familia, ese

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grupo de mujeres tan maravillosas que me ayudaron a salir adelante. Andrea y Sandra fueron un gran apoyo sicológico para mi hija para mí. Por medio de Claudia Marcela, la abogada, pude conocer mis derechos como mujer y como víctima. Con ella inicié mi proceso legal, supe dónde exigir mis derechos y cómo pedir que se haga justicia. En medio de la procesión, creyendo ver a cada instante a aquel hombre, me acordé cuando fui a la fiscalía a hacer su retrato hablado. El dibujante, un hombre vestido de negro y con gafas oscuras, no me producía nada de confianza. Cuando comencé a describir al agresor, él me dijo que yo lo que estaba haciendo era describiendo a mi hija, sólo porque había comentado que los ojos de ella eran iguales a los de él. Me obligaba además a darle detalles y yo no me acordaba, ya había pasado más de cinco años. En el recorrido, en medio de tanto bullicio, quema de voladores, juegos pirotécnicos y el sonar de la papayera, me pude dar cuenta que la violencia no logró apagar esa tradición que llena de orgullo a los carmeros. Al día siguiente, sin embargo, vi cómo está mi pueblo de abandonado: las calles sin pavimentar, sin agua potable, parecía que no existiera administración y que a nadie le interesara el estado tan desconsolador en que se encuentra. Después de regresar a la ciudad donde estoy viviendo, me dio mucha nostalgia pero me sentí tranquila porque por fin pude pisar nuevamente mi pueblo y lo pude hacer al lado de mi hija y aunque había muchos cambios, la gente era la misma, alegre como siempre. Laura es la bendición más grande que me ha dado Dios en medio de la maldición de la guerra. Es una niña alegre, inteligente, maravillosa, se ha convertido en el único motivo para seguir luchando y tratar de dejar atrás ese pasado que todavía me duele. Me entristece pensar que no he podido darle a esa niña tan hermosa la vida que yo tuve, llena de comodidades. Por culpa de la violencia nos ha tocado vivir reducidas en una pieza donde Laura no tiene espacio para nada, ni para jugar. Es muy triste que mi hija tenga que sufrir la ausencia de tantas cosas, incluso de vivir la bonita edad en la que está. Gracias a Dios y al apoyo de instituciones y personas que me han ayudado puedo decirles que a pesar de todo lo que ha pasado no le guardo rencor ni reproche a mi hija ya que ella no pidió venir a este mundo como tampoco yo pedí ser madre. Sólo le pido a Dios que me siga dando fuerzas y fortaleza porque con él todo se puede.

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Heidy En el año 95, cuando el narcotráfico estaba en pleno apogeo, Heidy fue secuestrada por las FARC. Ella era la menor de siete hermanos, tenía una vida tranquila y cómoda hasta el día en que se la llevaron. La tuvieron retenida durante seis meses. La amarraron, la insultaron, le gritaron. Ella no se rindió e hizo huelgas de hambre, lo que le trajo muchas consecuencias después de la liberación: una fuerte anemia y un paludismo que la tuvo cuatro meses hospitalizada.

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Heidy, la mujer que no se da por vencida

Heidy siguió luchando, tenía sueños y motivos nuevos. Tomó entonces la decisión de capacitarse como promotora de apoyo sicosocial para ayudar a víctimas del conflicto armado: ella, que ya había pasado por esta situación, podía entenderlas mejor que nadie. Se sentía la mujer más feliz y agradecida con Dios y la vida por darle la oportunidad de estar haciendo lo que hacía. Pero Heidy no pensó que esta labor le traería nuevas consecuencias. El 2 de febrero del 2007 vivió en su vida y en su cuerpo el peso de encontrar silenciada su voz y su labor social. Ese día iba a brindar acompañamiento a una de las mujeres que estaban en el proceso. Le tocaba caminar hora y media desde donde la dejaba el bus para llegar a la casa de ella, en medio de potreros con ganado, cañadas donde solo se escuchaba el cantar de los pájaros, de los sapos y el murmullo de los grupos armados. Pero lo mejor era llegar, encontrarse con esta mujer verraca y trabajadora luchando para brindarle un futuro mejor a sus hijos porque el conflicto armado le había arrebatado a su esposo. Ese día cayó mucha agua, por eso, Heidy tuvo que dormir allí. No paraba de llover. Pasada la media noche, golpearon la puerta. La dueña de casa corrió a abrir, dijo que un vecino le daba vuelta. Pero esa noche no fue así. Para sorpresa de las dos, entraron a la fuerza tres hombres armados y encapuchados. Fueron hasta la habitación donde estaba Heidy y la interrogaron, le preguntaron sobre su labor social. Heidi les dijo que brindaba apoyo psicosocial a víctimas del conflicto armado, les daba a conocer sobre sus derechos y que cada persona decidía qué hacer con esa información. Pero para ellos esto no era suficiente: antes de irse abusaron sexualmente de las dos. Les ordenaron no salir de ese lugar en tres días, no denunciar y a Heidy además, no seguir haciendo su trabajo.

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Los días pasaron. Había mucha rabia e impotencia. En los meses posteriores, Heidy no denunció y todo parecía estar de nuevo en calma pero de un momento a otro empezaron nuevas amenazas. Le mandaban a decir que si no había sido suficiente el escarmiento que le habían dado. Ella respondía que no sabía de qué le estaban hablando. Le tocaba sacar fuerzas de donde no tenía para evitar un nuevo sufrimiento a su familia. El 25 de septiembre cuatro hombres de color la sacaron de su casa en una cuatro puertas. Ella pensaba que ese día era su fin. La llevaron en contra de su voluntad. Le vendaron los ojos. Se le hizo eterno el camino. Alguien a quien no pudo ver le dijo que si era que no entendía el mensaje, que si no le importaba su familia, que era su última oportunidad, que le daban 15 días para salir del pueblo o que se atuviera a las consecuencias. A la mañana siguiente empezó un largo recorrido para denunciar los hechos. En el municipio no podía por seguridad. Se dirigió a la ciudad, a varias instituciones como justicia y paz la CNRR donde no pudo hacerlo. Después de 14 días, el fiscal departamental logró conseguirle una cita en el Guala del Oriente, donde cinco hombres y una mujer la interrogaron en diferentes momentos. Parecía que fuera ella la acusada. Le dijeron que era víctima de su propio invento, que si sabía que a los defensores de los derechos humanos los mataban, para qué se ponía a trabajar en eso. Heidy se sintió muy desilusionada al saber que en este país los servidores públicos eran tan insensibles al dolor ajeno. Posteriormente se dirigió a la defensoría del pueblo donde por fin fue recibida su declaración. Llenó un formulario para protección de defensores de los derechos humanos y después tuvo que ir hasta el Ministerio del Interior y de Justicia en Bogotá para radicarlo. En esta última ciudad la reubicaron temporalmente. Han pasado ya varios años. En el 2010, Heidy intentó regresar a su pueblo, pero fue inútil: a penas llegó, recibió panfletos amenazantes. Tuvo que salir de inmediato de su hogar. Sobreponerse a todo esto no fue fácil para ella, el temor de salir con las manos vacías, sin nada, sin su familia y en una ciudad donde la indiferencia es total, donde la inseguridad es cada día más y más. El tráfico demasiado pesado. Sola, sin nadie. Siempre pendiente de lo que le pueda pasar. Sin saber si va a regresar. Y sin embargo, Heidy está agradecida. Hay muchas institucio-

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Heidy sigue teniendo un sueño: sueña que en este país se pueda vivir en paz los unos con los otros. Sueña que las mujeres no son más víctimas de este conflicto armado. Sueña que sus hijos son profesionales y sirven a la sociedad. Sueña que un día podrá estar de nueva con su familia y podrá caminar sin miedo por cualquier parte. Repite cada vez que puede: “No más. Nunca más. Ni una víctima más de este conflicto armado. Los hombres hacen la guerra, las mujeres construimos la paz”.

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nes que han estado pendientes de ella: Alianza -IMP-, Conciudadanía, Red Juvenil, Minga, entre muchas otras.

A pesar de todo Sonrío Sonrío… aunque la vida me golpee, aunque no todos los amaneceres no sean hermosos aunque se cierren las puertas, sonrío. Sueño… porque soñar no cuesta nada y alivio mis pensamientos porque quizás mi sueño pueda cumplirse porque soñar me hace feliz. Lloro… porque llorar purifica mi alma y alivia mi corazón porque mi angustia decrece aunque solo sea un poco porque cada lágrima es un propósito de mejorar mi existencia. Amo… porque amar es vivir porque si amo quizá reciba amor porque prefiero amar y sufrir que sufrir por no haber amado nunca. Comparto… porque al compartir crezco porque mis penas compartidas disminuyen y mis alegrías se duplican. ¡Sonrío, sueño, amo, lloro, comparto, vivo! Por eso cada día doy gracias a Dios que me da un día más de vida.

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Al diablo le quedé grande Carmen Era un día del mes de marzo cuando lo conocí. La mañana esta esplendorosa. El sol aumentaba su calor. Una suave brisa recorría los arbustos y matorrales. Los árboles dejaban caer sus hojas secas. Se escuchaba el cantar de los pájaros y el ruido de una cascada. A lo lejos se veía la vegetación poblada que el viento removía y unos kilómetros antes, se divisaba una construcción sobre una loma. Alrededor, muchos hombres en camuflado con armas de fuego en sus manos que acariciaban celosamente. Eran hombres al servicio del patrón que cuidaban el campamento. Al notar mi presencia me abordaron tratando de impedirme el paso. Yo les manifesté que mi llegada estaba anunciada por el alcalde de Tierra Alta que me había dado un escrito para entregarle al Jefe Zona. Yo tenía miedo pero confiaba en Dios. Esperaba con paciencia que anunciaran mi llegada, mientras otros hombres me observaban de cerca. Yo mentalmente rezaba y rezaba. Cuando de repente escuché una voz que me dijo: “Puede pasar”. Me recibió un señor que tenía como 57 años. Era delgado, trigueño con pinta de paisa. Se portó muy amable y me dijo que él era el Jefe Zona. Yo le entregué el escrito que dio el alcalde. Él lo leyó y me lo devolvió. Yo le manifesté que el motivo de llegada era porque quería hablar con el patrón. Él me preguntó que si tenía problemas. Yo respondí que sí. Entonces él me dijo que precisamente esa semana el patrón había dialogado con varios campesinos, “ahí está con tres, espere que los atienda a ellos y ahora pasa”. Mi cabeza quería explotar, mis piernas se doblaban, todo mi cuerpo estaba tensionado pero yo contaba con ese Dios vivo y le pedía que me diera fuerza. Cuando estuve al frente del patrón me le presenté y nos saludamos de mano. Era un hombre de ojos saltones, con cara redonda, de un metro setenta de estatura, fornido, de piel blanca y cachetes rosados, parecía joven. Tenía prendas camufladas, un sombrero de tela color verde. Sentado en su camioneta, me miraba y se reía conmigo. Me dio entonces confianza para empezar a dialogar. Yo le expliqué que era una líder comunitaria, que ocupaba el cargo de secretaria de junta de la acción comunal y que habían rumores de que me tenían en una lista donde me acusaban de colaborada de la guerrilla. Yo quería conocer la verdad y que me sacara de esa lista porque yo no tenía vínculos con la

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El patrón por momentos agachaba la cabeza y después me miraba y se sonreía. Finalmente me dijo: “No se preocupe que si usted es inocente no le va a pasar nada”. Me dio razón diciendo que en ciertas ocasiones se habían equivocado matando a personas inocentes, siempre con una sonrisa que yo no entendía si se burlaba de lo yo le decía o era para esconder su culpabilidad. Fue cuando llamó al Jefe de Zona y le encomendó la tarea que investigara mi caso, que verificara los listados y si mi nombre estaba allí, que me arreglara el problema. Esa fue la orden que dio Carlos Castaño Gil, el patrón.

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guerrilla, sólo que, en ciertas ocasiones, me había tocado hablar con ellos para resolver problemas de la comunidad. Al mismo tiempo le manifesté mi descontento. Le hablé de mí. Le dije que por culpa de las amenazas tuve que huir y perder todo lo que había conseguido con tanto esfuerzo. Le dije que me preocupaba el futuro de mis hijos, que tenía que responder sola por ellos porque su papá estaba desaparecido y que así como yo, habían muchas personas inocentes pasando por la misma situación y todo por culpa de ellos: sin deber nada los habían matado o estaban huyendo.

Después de mirar la lista, encontraron allí mi nombre. Este Jefe de Zona me dijo que no podía irme porque él debía mandarme con uno de los hombres de confianza para que me sacara de esa lista. Yo me quedé en una casa amiga. Lejos estaba de pensar que muy pronto me enfrentaría con el propio diablo. Cuando eran las tres de la tarde llegó este hombre en una camioneta blanca y me pidió que lo acompañara. Me subí a su camioneta. Por un momento pensé que nos dirigíamos al pueblo y me sentí contenta pero, a pocos minutos, mi sorpresa fue angustiosa. Este hombre desvió su camioneta con rumbo desconocido y me dijo mi vida estaba en sus manos, que si yo colaboraba, él me podía ayudar. En ese instante sacó un arma que llevaba en el cojín de su camioneta y me preguntó que si quería que la ensayara conmigo. Supe entonces que tenía al diablo muy cerca de mí. Yo sabía que era un hombre despreciable, que sus obras eran diabólicas, que tenía encima muchas masacres y crímenes. Yo sentía asco, ganas de vomitar. Al final fuimos a parar a un acerradero donde tuve que soportar el diablo muy cerquita de mí y aguantarlo por cinco días más que fueron el infierno más grande de mi vida. Por un momento pensé que esto sería el fin porque el diablo me había ensuciado y no volvería a estar limpia. Pero después de cinco días, cuando el diablo me dejó ir, fue que sentí que estaba viva y que la mano de Dios me había liberado, que el diablo por un momento se llevó mi tranquilidad pero Dios no le permitió que acabara con mi vida ni con mi fe.

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Que vivan las mujeres Carmen Nosotras las mujeres éramos humilladas con el correr del tiempo hoy somos liberadas, ya no le temo a nada, hoy somos liberadas y nuestras decisiones siempre son aprobadas. El gremio femenino se encuentra con derecho de luchar por la patria, buscarle solución a todos los problemas que tenga la nación y darle a nuestros hijos un futuro mejor. Papá no digas nada, mamá tiene derecho, dale la libertad, que luche por el pueblo ya somos liberadas, es el orgullo nuestro ya no le temo a nada, hoy tenemos derechos. Ya somos brazos fuertes hasta en nuestro gobierno, hasta donde llegamos a luchar por el pueblo. Qué vivan las mujeres que sabemos luchar, qué vivan las mujeres que buscamos la paz.

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RUPTURA

Pieza armada que personifica la desuni贸n y la fragmentaci贸n de lo que era una vida, un proyecto, un sue帽o por realizar.

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* Este capítulo fue elaborado por Carlos Enrique Mendoza C, arquitecto, especialista en Planificación del Desarrollo Regional. Actualmente se desempeña como investigador y asesor de la Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz- IMP.

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CAPÍTULO

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La Violencia Sexual y de Género, una Situación Socialmente Problemática*

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“Colombia ha venido sufriendo el impacto de una dura prueba desde 1930, agudizada desde 1948 a la que, por sus características siniestras, se ha denominado la “violencia”. Mucho se ha escrito sobre ella, pero no hay acuerdo en cuanto a su sentido. Se acentúa en cambio, el peligro de habituarse a la situación patológica que conlleva”. 1

German Guzmán Campos, Orlando Fals Borda, Eduardo Umaña Luna, La Violencia en Colombia, Edt Printer in Colombia.1962.

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El presente capítulo se inscribe en el marco del proyecto “Lucha contra la impunidad en delitos de violencia sexual en Colombia en el marco del conflicto armado”. Un proyecto financiado por el Estado de los Países Bajos Embajada de Holanda en Colombia, que tiene como objetivo general explorar sus afinidades con los movimientos sociales en general, en la intención de construir marcos interpretativos más amplios frente al tema y con ello mayor consenso y fortalecimiento de la sensibilidad social frente a una situación socialmente problemática que hunde sus raíces a lo largo de nuestra historia. La Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz-IMP (en adelante Alianza-IMP), apoya su contribución a este proyecto sobre la experiencia acumulada por las mujeres de su organización en el acompañamiento a víctimas de violencia sexual, en el marco del conflicto armado, así como sobre su participación en el diseño y evaluación de políticas públicas como agente de cambio de la sensibilidad social. Parte además de considerar que la violencia sexual y de género no nace con el conflicto armado sino que ha estado presente en nuestra sociedad como una situación socialmente problemática que traspasa las fronteras del derecho penal y que debe ser corregida y prevenida también desde las Políticas Públicas, tal y como lo corrobora la evidencia producida durante los últimos años de trabajo de la Alianza IMP en este campo. . Celia Amorós en su conferencia “Conceptualizar es politizar”2 decía que “los movimientos sociales, aparte de organizar manifestaciones y otras demostraciones más palpables, son como lo ha subrayado Ana de Miguel, agentes de cambio de la sensibilidad social; son de ese modo, lo que se ha llamado laboratorios culturales y, yo añadiría, de teoría critica”. Lo que ha venido sucediendo al interior de la AlianzaIMP con respecto al acompañamiento de víctimas de violencia sexual es justamente, la acumulación de experiencia práctica, que es necesario rescatar y sistematizar como un aporte desde el ámbito municipal a los “lineamientos” que se quieren proponer con este proyecto. En la misma conferencia recordaba la filósofa valenciana: “Kant decía que los conceptos sin datos empíricos que los avalen son vacíos, pero que los datos empíricos sin conceptos son ciegos”. Desde esta perspectiva, este escrito da cuenta, en su primera parte, de la discusión que al interior de la Alianza-IMP se ha venido adelantando, a partir de la práctica, de lo que entendemos por violencia, género, y violencia sexual y de género. 2

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Seminario Internacional “genero violencia y derecho” celebrado en Málaga en el mes de mayo de 2007.


Estos espacios suponen condiciones de igualdad, reciprocidad y apertura por parte de los actores participantes (Estado, mercado y sociedad civil), de igual forma, tener la información objetiva sobre los hechos sociales que se concebirán como una situación socialmente problemática que se quiere modificar, así como un conocimiento de las causas del problema que se pretende solucionar y de la clase de costos que implica la solución.

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De otra parte, como quedó dicho en el anterior Informe Público, la Alianza -IMP- propende por la planificación participativa de la gestión pública como opción para mejorar la calidad de las decisiones públicas del gobierno colombiano; entendiendo que los espacios de participación ciudadana, legalmente constituidos, “deberían ser” espacios de conflicto y concertación al servicio de las decisiones que toma el gobierno para cumplir sus funciones públicas y dirigir la sociedad, de esta forma se esperaría que dichas decisiones logren resolver los problemas y generen el valor público deseado.

Tratar la violencia sexual y de género como una situación socialmente problemática no implica soslayar los delitos que en ella conciernen, es combinar el prisma jurídico con el de otras disciplinas, para obtener una política pública que combine la calidad institucional3 con la calidad técnica4 para prevenir, atender y combatir este mal público indeseado. Se requiere entonces un análisis jurídico, desde la justicia ordinaria y la Ley 975 de Justicia y Paz de 2005, para encontrar una alternativa que dé mejores resultados. Conocer y analizar el municipio colombiano desde lo organizacional–administrativo y cultural para definir lo que se puede realizar y, lo que se puede exigir en relación con el diseño e implementación de una política pública. Un ejemplo de la dificultad de una decisión jurídica para convertirse en política pública, es el Auto 0925 que a nivel local, no cuenta con actores ni suficiente presupuesto para poder ejecutar los 13 programas. Así pues, un análisis político municipal permite identificar los actores políticos, económicos y sociales protagonistas en este tipo de decisión pública, así como anticipar sobre todo por sus características culturales, el grado de aceptación o rechazo

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Se refiere a los valores públicos plasmados en la constitución política, a las normas y el resultado de la concertación. Hace referencia a que las acciones que se decidan sean eficientes y eficaces. Auto 092 del 14 de abril de 2008, es una orden de la Corte Constitucional al gobierno Colombiano para que: Diseñe 13 programas que atiendan en materia de género las políticas públicas de atención al desplazamiento forzado, garantice la participación “activa” de las organizaciones de mujeres en situación de desplazamiento, organizaciones de mujeres, organizaciones de derechos humanos y paz dentro del proceso de diseño, adopción e implementación de estos programas.

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de una medida de carácter nacional. Un análisis del presupuesto posibilita el uso eficiente de los recursos que una política pública implica y consume, tener en cuenta la variable espacial nos permite hacernos una idea de la distribución territorial de las oficinas en donde se administra justicia o se prestan servicios de salud y los costos relacionados con esa ubicación, así como la calidad misma de los espacios donde se prestan dichos servicios. De la misma manera, para estructurar un marco de referencia desde las políticas públicas que incluya el prisma jurídico, es necesario partir de una definición descriptiva (no teórica) de “la violencia sexual y de género”, que nos permita conocer el conjunto de realidades empíricas, precisas, observables, que represente los efectos de las acciones realizadas hasta el momento por los diferentes actores protagonistas frente a esa situación socialmente problemática. La segunda parte de este artículo se ocupará entonces de los avances que en la tarea de construir dicha definición descriptiva, ha realizado la Alianza -IMP-, en el marco del Proyecto “Lucha contra la impunidad en delitos de violencia sexual en Colombia en el marco del conflicto armado”.

1. Hablar de los Conceptos para Compartir Significados 1.1 Una Noción de Violencia En el Libro “La Violencia en Colombia” capítulo I Antecedentes Históricos de la Violencia, Monseñor German Campos advertía que la nación colombiana carecía de la noción exacta de lo que significaba violencia en ese momento: “ni la ha sopesado en toda su brutalidad aberrante, ni tiene indicios de su efecto disolvente sobre las estructuras, ni de su etiología ni de su incidencia en la dinámica social,…”6. Desde nuestra perspectiva muy poco ha cambiado nuestro país en términos prácticos con relación a la violencia, por el contrario tal parece que “se acentúa en cambio, el peligro de habituarse a la situación patológica que conlleva”7 y tal vez sea esta la principal razón por la que este concepto se vuelve difícil de abocar en nuestro país.

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German Guzmán Campos, Orlando Fals Borda, Eduardo Umaña Luna, La Violencia en Colombia, Edt Printer in Colombia.1962. ibíd.


María Moliner9 define la violencia como “la utilización de la fuerza en cualquier operación”. Pierre Bourdieu, por su parte, hace la distinción entre violencia física y violencia simbólica; La primera busca la aniquilación o la huida del otro/a, la segunda, según los términos de Bourdieu, es “violencia suave, invisible, ignorada como tal, elegida tanto como sufrida, la de la confianza, la del compromiso, la fidelidad personal, la hospitalidad, el don, la deuda, el reconocimiento, la piedad, todas las virtudes en una palabra, que honra la moral del honor, se impone como el modo de dominación más económico por ser el más conforme con la economía del sistema”10. Es decir, es una forma de dominación aprendida de y en la sociedad en la que nos educamos.

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Para el presente escrito distinguimos dos ámbitos en los que se manifiesta la violencia en Colombia, uno que tiene que ver con los derechos que asisten a la ciudadanía, en los que ésta es generada a partir de las relaciones interpersonales. Aquí los conceptos de convivencia y tolerancia cobran especial relevancia; el otro se refiere al conflicto armado donde la violencia es declarada y su crueldad tiene un sentido bastante complejo que, como concepto y significado, exceden los alcances de estas páginas8.

Siendo la nuestra una sociedad patriarcal y el “patriarcado una estructura básica de todas las sociedades contemporáneas. Surge de ella la agresión y exclusión que sufren niños, niñas y mujeres, los arreglos de género asimétricos11, la imposición de la heterosexualidad como único modelo de familia, el estigma y la violencia contra lesbianas, homosexuales y transexuales, y en general todas las formas de violencia que se relacionan con la intolerancia y la mala convivencia.

Simone de Beauvoir, intelectual de las entrañas de la mayoría de los feminismos, en su libro: “¿Hay que quemar a Sade?” muestra cómo el mal y la violencia se conectan con la moral de los verdugos en una situación de conflicto. Las víctimas de Sade que no son exclusivamente mujeres, permite al texto de Beauvoir servir de guía para analizar a nivel individual, cuándo, en un contexto de conflicto, se encuentran el odio al sexo femenino con la intención de ensalzar el mal como justificación de la existencia, para herir profundamente los sentimientos de una sociedad. Francisco Sampedro en la introducción al libro, llama la atención sobre como: “La directiva filosófica Sartreana según la cual lo que realmente se hace necesario analizar es lo que una persona hace de lo que se ha hecho de ella, alcanza en el texto de Simón de Bauvoir la altura requerida”, invitándonos a pensar que, las formas como se manifiesta la violencia en un conflicto armado, dependen también de las características de la sociedad en la que crecen sus victimarios. Simone de Bauvoir, ¿Hay que quemar a Sade?, edit., Visor Dis, S.A, 2000. 9 María Moliner, Diccionario de uso del Español. 10 Bourdieu Pierre, El sentido de lo práctico, edit. Taurus Humanidades, 1991. pág 214. 11 Arreglos de Género: “Se constituyen como pactos legales o acuerdos informales mediante papeles los que se asignan ciertos atributos tanto para hombres como para mujeres dentro de un orden social determinado. A partir de las interacciones resultantes de estos pactos y acuerdos, se tienden a estructurar relaciones de poder especificas en las que, usualmente, se abroga más poder a lo masculino que a lo femenino. Esto termina por ser comprendido y reproducido por los actores sociales por cuanto “natural” o “biológico” aún cuando se ha construido culturalmente”. Informe del Grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, 2010 La Masacre de Bahia Portete Mujeres Wayyu en la Mira. Bogotá: Taurus. pág 40. 8

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1.2 Desfile de Antifaces12 “En la continuidad de un conflicto armado tan prolongado, la muerte y el dolor se observan como una tragedia lejana a la que, casi siempre se responde con indiferencia. Así se paraliza una sociedad, a veces indolente a veces impotente, una sociedad que se resguarda en los centros urbanos, de espaldas a lo que ocurre en las zonas de guerra, en las montañas, las fronteras, las selvas y los ríos. Así, las cifras de las guerras muestran la magnitud de la violencia... Se sabe de masacres, de asesinatos selectivos, de sicarios que disparan y huyen, de bombas y de atentados, pero siguen siendo noticia de la violencia que hacen invisibles las formas a la que acuden los victimarios para causar más dolor, para generar terror, para provocar pánico y generar el miedo. Matar al adversario, real o supuesto, no basta. A veces civiles son disfrazados de enemigos y dados de baja como “combatientes” para producir “positivos” -En ocasiones se tortura hasta provocar la muerte-. La destrucción y el despojo son parte del mensaje que crea el imaginario de la guerra, la imagen de la tierra arrasada que antecede al desplazamiento forzado. Pero hay otras formas de imponer el miedo, de confirmar quien manda, de recordar que los guerreros buscan trofeos para reafirmarse entre sí y humillar al adversario o a quien califican como tal. Se agrede a las mujeres para reafirmar una supuesta “hombría” entre la tropa o para decirles a las víctimas que el poder de las armas está acompañado de poder masculino. Hombres con armas que abusan sexualmente de mujeres sometidas por la fuerza, ultrajadas en su cuerpo, y estrujadas en su dignidad”13. Autoritarismo y democracia conviven en Colombia, de la misma forma que las manifestaciones de la violencia en el conflicto armado descritas por Jorge Rojas presidente de CODHES conviven con la invisibilización la exclusión, desigualdad y segregación que inferioriza por razones de sexo, etnia, color de piel, lugar de nacimiento, religión, opción sexual diferente a la heterosexual y, el silencio forzado, entre otras formas de manifestación física y/o psicología de la violencia al interior de nuestra sociedad. La discriminación social en el acceso a la justicia es, tal vez, el mejor disfraz de la violencia en nuestro país. De la mano de Boaventura de Sousa14 se puede decir que los obstáculos para el acceso efectivo a la justicia son de tres tipos: Económicos, sociales y culturales. El título de una canción del trovador Mejicano Fernando Delgadillo. Céspedes Báez, Lina María. El día que se dañó la tranquilidad, Violencia sexual en las masacres de la Gabarra y el Alto Naya. Consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento CODHES, Eds. Átropos Ltda. 2011 pág 8. 14 Boaventura de Sousa Santos, De la mano de Alicia, lo social y lo político en la posmodernidad, Eds. Uniandes.1998. 12 13

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Los obstáculos sociales se hacen más evidentes entre más alejado esté el municipio de la capital; entre más pequeño y pobre sea, mayor es la distancia de las víctimas con relación a la justicia y por tanto, sus dificultades para reconocer como un problema jurídico su condición de víctimas de violencia sexual y de género porque desconocen sus derechos, porque se le dificulta conocer un abogado (las distancias son importantes en este caso) o porque tiene dudas de denunciar el delito.

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En cuanto a los obstáculos económicos podría decirse que, siendo la violencia sexual y de género una constante tanto al interior del conflicto armado como por fuera de él, Colombia no cuenta con una oferta de justicia consecuente con la gravedad de dicha situación socialmente problemática. Las víctimas en las zonas de conflicto pertenecen en su mayoría a las clases populares con limitaciones para asumir los costos de un abogado, cubrir las distancias, como consecuencia de la distribución territorial de los jueces y oficinas donde se les puede administrar justicia, tanto en los municipios como en las grandes ciudades; además, la lentitud de los procesos son una carga económica más. De acuerdo a los objetivos y metas estratégicas del Gobierno Santos, los expedientes represados pasaran de 2.893.969 a 1.900.000 en el año 201415. En un país donde los costos de litigar son elevados, los obstáculos económicos se convierten en una forma de re-victimización para las clases menos favorecidas.

El silencio es uno de los principales obstáculos de carácter cultural, producto de pactos de género asimétricos, forzados por amenazas que se dan tanto en el marco del conflicto, como en la seguridad ciudadana. La ley colombiana no judicializa si la víctima de violencia sexual o de género no denuncia; así el delito sea cometido en el espacio público y a la vista de todo el mundo, la sociedad y la justicia no cuentan con instrumentos para sancionar este tipo de delito si la víctima decide no hablar. De otra parte, cuando los conocimientos culturales, sociológicos y económicos que están relacionados con el delito de violencia sexual y de género de quien imparte justicia o es actor protagonista en un proceso, impiden una visión amplia de la administración de justicia o condicionan su voluntad política, la prevención, atención y corrección de este tipo de violencia será siempre limitada y las sentencias en sí mismas no cumplirán su papel de control social. Pero también, cuando se reúne un alto nivel de conocimiento en todos los aspectos para una decisión judicial, como en el caso del Auto 092, no se logran efectos útiles, pues dichos efectos presuponen una cuota activa de todos los niveles de la administración pública, que impide a los jueces hacer ejecutar sus acciones. Indicadores para el seguimiento del Plan Nacional de Desarrollo- Prosperidad para todos-2011-2014

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1.3 “La Piramide del Litigio”16 Un ordenamiento territorial en el que no coincide la división política con la distribución espacial de la economía y la localización de las culturas; una desestructuración administrativa y normativa producto del prolongado conflicto armado y la presencia diferencial del Estado a lo largo del territorio nacional, han llevado a que las organizaciones de la sociedad civil asuman la función de mitigar los impactos de la violencia. Esta es una realidad que no puede ignorarse cuando enfrentamos la violencia sexual y de género como una situación socialmente problemática ligada a la discriminación social del acceso a la justicia. El informe “Forensis” de medicina legal dice que “Del total de homicidios ocurridos en el 2010 (17.459), casi en el 90% de los casos no se cuenta con información del posible agresor o se reporta que fueron perpetrados por un desconocido ; pero la conclusión más alarmante cuando el informe se refiere a pareja o ex pareja, señala que en 54 casos los posibles responsables fueron los compañeros permanentes y las principales víctimas mortales fueron las mujeres (47, frente a 7 hombres)”17. Desde la Alianza-IMP hay que decir que de 406 casos en representación jurídica en el marco de la Ley 975, solo 66 han sido reconocidos y uno ha logrado llegar a incidente de reparación18. El título del artículo de prensa (¿De quién deben cuidarse los Colombianos?), como los datos que se señala, nos ayudan a concluir que nuestras relaciones sociales, habituadas a la violencia, han contribuido a conformar una cultura jurídica en la que existe una gran distancia entre los ciudadanos. Como usuarios, y los servicios de justicia. Además de una fuerte tendencia a recurrir a soluciones por “mano propia”, o a formas de tutela de derechos alternativas, lideradas casi siempre por organizaciones de la sociedad civil. El concepto de “pirámide de litigio” es utilizado para mostrar, haciendo uso de una metáfora geométrica, el modo como son formadas socialmente las relaciones de litigio, en una determinada sociedad. Teniendo en cuenta que las que llegan a los tribunales y de éstas, las que llegan a juicio, son la punta de la pirámide, es necesario conocer la El título y el concepto han sido tomados de: Los pasajes de la justicia en la sociedad contemporánea, en de Sousa Santos Boaventura- Mauricio Villegas, El calidoscopio de las justicias en Colombia, Siglo del hombre Edt, tomo I, 2001. 17 El Espectador /martes 9 de Agosto de 2001, ¿De quién se deben cuidar los colombianos? 18 Por incidente de reparación se entiende: Es el momento en que la víctima toma su rol protagónico y puede solicitar directamente su reparación. La Ley 975 de 2005 en uno de sus objetivos plantea la importancia de garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, así en el artículo 23 se crea un mecanismo para que la víctima haga efectivo su derecho. 16

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Analizar el sistema judicial colombiano valiéndonos de la metáfora geométrica propuesta por Boaventura de Sousa, implica desde las políticas públicas, hablar de la administración de los recursos financieros, humanos y materiales; de la capacitación del personal técnico y administrativo, la racionalización de la organización territorial del sistema y, por supuesto, de la sociología del derecho; temas que han sido tratados con profundidad por él y otros especialistas, a los que recurriremos a medida que el proyecto avance. Nos apoyamos en este concepto para subrayar el papel que las organizaciones de la sociedad civil, como la Alianza -IMP-, cumplen en la pirámide de litigio; un papel, que no es propiamente el de un tercero que resuelve jurídicamente. Antes bien, se trata de instancias alternativas en medio de la desprotección, que sirven de puente entre los fiscales y las víctimas, brindando protección a estas últimas, empoderándolas para la exigibilidad de sus derechos, pero, sobre todo, explorando alternativas y abriendo caminos para que puedan acceder a la justicia. Entendiendo que la sostenibilidad de la democracia está asociada indisolublemente a la seguridad de las personas, de sus familias, y de sus derechos, esta mediación que no decide, quiere llegar a proponer decisiones que rompan con la constante histórica de una comunidad sin ningún papel en las reformas de la justicia.

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trama social que media entre la punta y la base de la pirámide”19.

1.4 El Concepto de Género20 “Eran tres los géneros y estaban así construidos por esta razón: Porque el macho fue en un principio descendiente del sol; la hembra de la tierra, y el que participaba de ambos sexos de la luna, ya que la luna, participaba de uno y otro astro. Más una vez fue separada la naturaleza humana en dos, añorando cada parte a su propia mitad, se reunía con ella. Se rodeaban con sus brazos, se enlazaban entre sí, deseosos de unirse en una sola naturaleza, y morían de hambre y de inanición general, por no querer hacer nada los unos separados de los otros. Así siempre que moría una de las mitades y quedaba sola la otra, la que quedaba con vida buscaba otra y se enlazaba a ella, bien fuera mujer entera (la que ahora llamamos mujer) la mitad con que topara o de varón así perecían”. Discurso del amor de Aristófanes en platón. El banquete o del amor.21

Sousa Santos Boaventura- Mauricio Villegas, El calidoscopio de las justicias en Colombia. Siglo del hombre Edt, tomo I, 2001. pág 124. 20 Está basado en la conferencia: La crisis del concepto de genero dictada por la profesora de teoría psicoanalítica Silvia Tubert. En el seminario “Genero, Violencia y Derecho” celebrado en Málaga en Mayo del 2007. 21 Tomado de: Fabio Giraldo Isaza, El enigma femenino en Darío Morales. Darío Morales, edt. Sello, 1993. pág 39 19

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El uso del concepto género se ha vuelto común en el escenario de las Políticas Públicas: enfoque de género, equidad de género, política de género, etc. Dado que la Alianza -IMP- acompaña víctimas de la violencia en su brega por acceder a la justicia y anuda ese trabajo a la participación en políticas públicas, se apoya en el trabajo académico para adelantar la discusión de conceptos al interior de la organización con la intención de poder interactuar, reconocer, discutir, manipular lenguajes, signos, códigos y nombrar el mundo en sus propios términos en los espacios de deliberación colectiva. En dichos espacios la formación ciudadana y la aplicación del conocimiento popular debe empoderarse para el progreso económico y social, el desarrollo tecnológico y la inclusión social. Por lo anterior las líneas que siguen no tienen la pretensión de plantear una discusión teórica del concepto de género, serán más bien un glosario de conceptos que permitan argumentar el uso que la Alianza -IMP- hace de él. El termino género es vinculado con las características sexuales de los individuos a partir del trabajo de John Money, endocrinólogo infantil y sexólogo de orientación conductista, que por los años 1955 trabajaba con pacientes de características sexuales confusas y contradictorias. Desde un sentido médico y psicológico concluye que es posible construir una identidad sexual definida y ésta puede estar en contradicción con las características corporales del sexo. Se desprende como consecuencia “el rol de género” como la manifestación pública del papel que desempeña en la sexualidad humana. Pero también es todo lo que una persona hace para mostrar a los otros o a sí misma su masculinidad, feminidad o androginia, lo que incluye, desde luego, el comportamiento sexual. “La identidad de género” alude entonces a la experiencia personal del papel del género, vinculada a la dimensión psíquica desarrollada a partir del sexo biológico asignado, tiene que ver con la forma como se vive en la conciencia y se experimenta en la conducta la permanencia, unidad y continuidad de la individualidad masculina, femenina o andrógina. El “rol de género” y la “identidad de género” cobran importancia como conceptos cuando el acompañamiento Psicosocial se centra en los intereses y las necesidades

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Según lo afirma Silvia Tubert, en la década de los setenta se produce el desarrollo psicosocial del concepto de género: “La perspectiva psicosocial o interpersonal se centra en los procesos sociales que crean y transmiten los modelos de masculinidad y feminidad a los individuos; en ese sentido, el género es un organizador de las estructuras sociales y de las relaciones existentes entre los sexos: división sexual del trabajo, relaciones de poder entre hombres y mujeres, procesos de socialización y de interacción social”. Surgen a la par desde la psicología escalas para medir la masculinidad y la feminidad independiente del sexo al que pertenecen: a) Andróginos- reúne características masculinas y femeninas, b)Masculinas-predomina la masculinidad sobre la feminidad, c)Femenina-predomina la feminidad sobre la masculinidad.

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de las víctimas, sus familiares y la comunidad a la que pertenecen. Entendemos por enfoque diferencial y de género la identificación real y consensuada de las formas de ser y estar en el mundo. La “violencia simbólica” y las formas como esta se manifiesta, desde nuestra perspectiva, está ligada a la construcción cultural del género.

Pero no menos importante es la connotación “política y social” que el concepto de género adquiere cuando los movimientos feministas lo asumen como un término “políticamente correcto,” para señalar la relación entre el patriarcado como concepto político - social y la condición de subordinación, asimetría, invisibilidad, doble jornada laboral y menor salario, en la que la sociedad coloca a las mujeres. Con el transcurrir del tiempo el empleo habitual e indiscriminado del término lo ha convertido en problemático y polémico especialmente desde el punto de vista político. Para conocer y precisar los orígenes de una situación socialmente problemática, como la violencia sexual y de género, es necesario discriminar acciones y decisiones políticas que convierten un hecho social como problema. Los criterios jurídicos, morales, ideológicos, políticos y económicos no necesariamente pueden ser los mismos para prevenir, atender y combatir la violencia que sufren las minorías sexuales, los niños y niñas o adolecentes, cuando las asimetrías se caracterizan de forma diferente en las mujeres que son más de la mitad de la población de nuestro país.

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1.5 Algunas de las Manifestaciones de la Violencia Sexual y de Género Abordar las formas como se manifiesta la violencia física, simbólica, moral y psicológica en relación al sexo y al género, es una tarea compleja que lleva implícita la necesidad de actuar sobre los factores estructurales de nuestra sociedad que permiten o facilitan que sea ejercida sobre niños, niñas, grupos de opción sexual minoritaria, mujeres y hombres. La enumeración que a continuación hacemos de ellas tiene como finalidad plantear una primera aproximación al concepto de violencia sexual y de género. “El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia reportó, en 2009, un total de 21.288 casos de violencia sexual (y se calcula que existe un alto porcentaje de casos que no son denunciados), en los cuales el 86% (18.238) de las víctimas fueron menores, 83% (15.099) niñas y 17% (3.139) niños. Los agresores, en el 73% de los casos, son familiares y conocidos. El 66% de los casos ocurre en la propia vivienda de la víctima”22. Las más recientes investigaciones sobre víctimas infantiles de abuso sexual coinciden en que la mayoría de las víctimas demoran sus declaraciones por años, muchas lo hace solo cuando llegan a adultos. El maltrato psicológico (contrario a lo que oímos desde niños y a lo que le enseñamos a nuestros hijos en el sentido de que “a palabras necias, oídos sordos” el hecho es que las palabras pueden producir heridas enormes. Si aprendemos a reconocer los casos de maltrato psicológico y a reaccionar contra ellos, se beneficiaran tanto las víctimas menores como la sociedad en que vivimos)23, la pornografía, la prostitución forzada y el comercio de personas, transversales a todas las manifestaciones de la violencia sexual y de género también están presentes en la violencia ejercida sobre niños y niñas; pero su re victimización o maltrato secundario está relacionada con la crisis creada en la revelación del abuso: “Sus intentos de reconciliar sus experiencias privadas con las realidades del mundo exterior son asaltados por la incredulidad, la culpa y el rechazo que experimentan de los adultos. El comportamiento normal del niño para hacer frente a su situación contradice las creencias atrincheradas y las expectativas El Espectador, ¿De quienes se deben cuidar los colombianos?, 9 de agosto de 2011, (pág 12). “Investigaciones recientes han demostrado que el abuso emocional constituye un factor determinante, posiblemente más determinante incluso que el abuso físico, que permite predecir la interiorización y exteriorización de trastornos, impedimentos sociales, baja autoestima, comportamiento suicida, diagnóstico y hospitalización psiquiátrica y funcionamiento psicológico a largo plazo”. Tomado de Charlas de sobremesa, parte III: Cuando las Palabras duelen: Como investigar y probar los casos de maltrato psicológico, dado durante la conferencia nacional When Words Matter, mayo de 2009. Victor I. Vieth.

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Hablar de cualquier tipo de violencia requiere de conocimiento especializado, no solo porque el resultado de las investigaciones se constituye en herramienta para jueces y clínicos, sino también porque para los ciudadanos que participan en los espacios de conflicto y conciliación y para los que no lo hacen, no es suficiente con conocer la ley. Es necesario llevar a la “comunidad municipal”, el trabajo académico para que la sociedad en su conjunto mida el daño devastador que le produce una infancia soslayada y violentada.

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típicas de los adultos, la cual estigmatiza a los niños con las acusaciones de la mentira y la manipulación o imaginación hechas por los padres, los tribunales y los clínicos. Tal abandono por parte de los mismos adultos más importantes para la protección y la recuperación del mismo niño obliga al niño a profundidades mayores de auto-critica, el odio de sí mismo, la marginalización y la re-victimización. En contraste, el respaldo de un clínico que demuestre empatía dentro de una red de apoyo y de tratamiento puede proveer una credibilidad vital y respaldo al niño”24.

La juez Cindy S. Lederman y Erna Olafson25 han realizado, entre otros, un trabajo de investigación sobre abuso sexual infantil. Citamos aquí algunas de sus conclusiones: “1 -Los expertos concuerdan que la mayoría de las víctimas de abuso sexual no revelan su abuso durante la niñez2 -Los expertos concuerdan que cuando sucede que los niños revelen abuso sexual durante su niñez, es frecuentemente después de largas demoras3 -Las revelaciones previas predicen que habrá revelaciones durante entrevistas formales. Niños quienes le han contado del abuso a un tercero, anteriormente a la entrevista formal, con más probabilidad revelaran durante la entrevista que aquellos niños que no lo revelaron anteriormente. Niños que no revelaron previamente y los cuales han llegado a la atención de las autoridades por razones de evidencia médica, grabaciones de video y otras evidencias externas son menos proclives a revelar durante una entrevista médica o investigativa que aquellos niños que revelaron previamente…. Summinit C Rolan, M.D, El síndrome de la acomodación del abuso sexual a víctimas infantiles. Lederman S.Cindy, Olafson Erna, El Estado del debate sobre los patrones de las declaraciones infantiles en los casos de abuso sexual, traducción por Martha Grimes de material reimpreso con permiso del National Council of Juvenile and Family court, Juvenile and famile court journal, vol 57, No 1. Invierno, 2006.

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8 -Cuando se les pregunta porque no dijeron lo de su abuso sexual, la respuesta más común que dan los niños es temor10 -La falta de apoyo maternal o apoyo de padres es un fuerte indicador de la negación del abuso que presentan los niños durante las entrevistas formales. Si fue un miembro de la familia el perpetrador, esto puede inhibir la revelación. Síntomas disociativos y síntomas postraumáticos pueden contribuir a no-revelar. El género, la raza, la etnicidad afectan los patrones de revelación”. Puede decirse que hay una correspondencia entre los procesos educativos, tanto en el seno de la familia y la escuela, como al interior de la sociedad en la que se producen todas las formas de violencia simbólica y su expresión extrema como violencia la sexual. Hace falta recordar que en Colombia cerca del 80% de los niñas y niños que se vinculan con los grupos al margen de la ley, lo hacen por diversas circunstancias como la violencia intrafamiliar, la violencia sexual que se ejerce contra ellos y ellas en sus hogares, como consecuencia del abandono de su educación (ya sea porque no les gusta estudiar, porque el centro educativo es muy retirado de su residencia, porque son retirados por sus padres de la escuela para que trabajen y aluden con la manutención de la familia), el gusto por los uniformes y las armas como lo señalan los boletines 7, 8 y 9 del convenio Defensoría del Pueblo y Unicef (La niñez y sus derechos). No es mucha la literatura sobre las formas como se manifiesta la violencia contra los niños y niñas al interior de los grupos armados, en la Respuesta de Colombia al cuestionario del Comité de Derechos del Niño sobre el Protocolo Facultativo Relativo a la Participación de Niños en los Conflictos Armados, la describen como sigue: “… es preocupante y necesario poner de presente, para que la comunidad internacional haga un llamado de rechazo contundente contra los grupos armados ilegales, el trato como objetos sexuales que los señalados grupos les dan a las niñas. De acuerdo con lo relatado por varios ex-secuestrados, las niñas que ingresan a los grupos guerrilleros intentan convertirse en las compañeras permanentes de los hombres que tienen una posición de mando en las organizaciones, pues de lo contrario podrían verse en la situación de “prestar servicios sexuales a los hombres de base del grupo” Las niñas que han logrado escapar del grupo armado ilegal y llegar a la protección del programa de atención especializada del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-ICBF no refieren haber sido abusadas

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Entendiendo que las formas como se manifiesta la violencia sexual y de género en los niños y niñas dentro y fuera del conflicto armado no se agota con lo dicho, en los reglones que siguen trataremos de hacer un primer acercamiento a lo que tiene que ver con las mujeres.

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sexualmente26. Las niñas han manifestado ser obligadas a someterse a procesos y tratamientos de planificación familiar y, si llegaren a quedar en embarazo, a abortar, pues de lo contrario pueden ser juzgadas en procesos de guerra en los que corren el riesgo de sufrir la pena de muerte. Esto hace evidente que las niñas en los grupos armados ilegales padecen varios abusos: se convierten en esclavas y objetos sexuales, y, además, se les obliga a utilizar cualquier forma de planificación, incluso aquellas que sus propios cuerpos no resisten. De ahí la importancia de trabajar desde la prevención para que las familias y las comunidades de origen sean auténticos escenarios de protección y no de expulsión, para que la búsqueda de “mejores espacios” en los grupos armados ilegales deje de ser una opción”.

Lo que ocurre con los valores morales y éticos determinan el modo y la forma como una sociedad vive y tramita las diferentes formas de manifestaciones de la violencia, pero cuando ésta es dirigida contra las mujeres, como cultura colectiva y como personalidad individual, cabe ahondar en su significado político. En la sociedad contemporánea, todo proyecto histórico se mueve en torno al conjunto Libertad- igualdad- fraternidad, proclamado por la revolución francesa. “Tales principios se bifurcan en algún momento de la historia. La libertad da origen a la utopía democrático-liberal, cuyo sujeto es el individuo ciudadano; la igualdad a la utopía democrático –socialista, cuyo sujeto es el ciudadano –pueblo. La fraternidad constituye lo esencial de la utopía judeocristiana con el sujeto comunidad- pueblo de Dios. La utopía cristiana estuvo siempre más cerca de la preocupación por la igualdad que por la libertad. El locus moderno de estas utopías era básicamente el estado nación, aunque en ciertos casos, como en el del judeo-cristiano, se proclamaban al nivel de la humanidad”27. El programa de atención especializada a niños, niñas y adolescentes desvinculados de grupos armados al margen de la ley reporta actualmente 32 casos de abuso sexual cometidos antes y durante la permanencia en el grupo armado. La labor del ICBF está centrada en el proceso atención terapéutica con el fin de ayudar al niño, niña y adolescente a entender, integrar y resolver aquellas experiencias que afectan su desarrollo, sus pautas de interacción con el entorno y su seguridad. 27 Garreton M Manuel Antonio, Igualdad, ciudadanía y actores en las políticas sociales, en sociología del desarrollo, políticas sociales y Democracia,.Siglo XXI editores: 2006. pág, 189 26

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Hay instituciones que simbolizan la igualdad, libertad y el reconocimiento, pero no logran concretarlas, produciendo así formas de violencia que aquejan principalmente a las mujeres, como la desigualdad y la exclusión; hacer énfasis en su aspecto político implica trasladar la discusión sobre los factores que explican la violencia desde el alcoholismo, la pobreza, la agresividad y la falta del control del deseo sexual, al campo de las libertades, entendiendo la violencia de género contra las mujeres, como la forma en que la mitad de la sociedad ejerce control por razones de “género” sobre la otra mitad, conforme a los esquemas del patriarcado. El sociólogo Español Manuel Castells resume la idea de patriarcado como sigue: “El patriarcado es una estructura básica de todas las sociedades contemporáneas. Se caracteriza por la autoridad impuesta desde las instituciones, de los hombres sobre las mujeres y sus hijos en la unidad familiar para que se ejerza esa autoridad el patriarcado debe dominar toda la organización de la sociedad, de la producción y el consumo a la política, el derecho y la cultura. Las relaciones interpersonales y, por tanto, la personalidad, están también marcadas por la dominación y la violencia que se origina en la cultura y en las instituciones del patriarcado28”. Por su parte Anna Jonasdottir, desde la teoría feminista resalta que “el patriarcado es un sistema, como bien remarco Kate Millet, basado en un entramado de relaciones entre mujeres y varones. En este sentido, las mujeres son parte activa de la estructura básica del patriarcado y no un mero recurso sobre el que actúan y al que utilizan los hombres. Si no se contempla esto así, dejan de ser vistas como agentes activos de la construcción social en general y, además, como potenciales protagonistas de su propia liberación”29. Estos dos planteamiento teóricos vistos desde las políticas públicas y entendiendo que el objetivo propio de éstas es el producir sociedad, nos parecen complementarias. Puesto que la democracia, más allá de ser un conjunto de instituciones de gobierno que median entre el Estado Castells Manuel, La Era de la Información, Vol II, El poder de la identidad, siglo XX Editores,1999.pág, 159 29 Tomado de: Osborne Raquel, El poder del amor(o las formas sutiles de la dominación patriarcal), en Género, Violencia y derecho. Editores del puerto 2009, pág. 143 28

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y la sociedad, es también una búsqueda de las mismas sociedades para organizarse desde la dimensión política, encontrando espacios para la construcción de identidades colectivas, la disminución de desigualdades, la integración y cohesión sociales que trasciendan lo puramente electoral. La labor de lograr que las instituciones representen y cristalicen los valores éticos, más que determinada por condiciones externas, depende del concurso de hombres y mujeres como principales actores de un proceso de democratización social. Pero también es muy cierto que la necesidad de generar modelos de gobierno verdaderamente democráticos pasa por exigir y proponer una política de los poderes públicos que fomente las capacidades y las libertades humanas de todos los ciudadanos sin distingo de sexo o género, que de acuerdo con Amartya Sen…” desde una perspectiva instrumental son 1) las libertades políticas, 2) los servicios económicos, 3) las oportunidades sociales, 4) las garantías de transparencia y 5) la seguridad protectora. Cada uno de estos tipos de derechos y oportunidades contribuye a mejorar la capacidad general de una persona. También puede contribuir a complementarse mutuamente. La política de los poderes públicos para fomentar las capacidades humanas y las libertades fundamentales puede actuar fomentando estas libertades instrumentales distintas, pero interrelacionadas30.” El análisis de la dimensión política ha posibilitado que los organismos internacionales se conviertan en la principal fuente de “datos”, que tienen gran utilidad como punto de referencia para el análisis de la información estadística producida por las oficinas estatales y privadas sobre violencia sexual y de género. “En sentido estricto se distingue entre “Datos” por un lado y, por otro, “Cálculos”, “Estimaciones”, “Proyecciones”, etc. Así, en el contexto de un determinado estudio o análisis “Datos” aluden a información directamente recolectada para tal estudio (información primaria) y/o información de cualquier tipo proveniente de alguna otra fuente (información secundaria). En cambio “cálculos”, estimaciones, proyecciones aluden a resultados (parciales y / o finales) que sean obtenidos con base en manipulaciones y procesos efectuados sobre los Sen Amartya. Desarrollo y Libertad. Editorial planeta. Bogotá. 2000. pág 27

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“datos”. Sin embargo el uso cotidiano (inclusive dentro de muchos estudios) ha “borrado” esa distinción.”31 La Asamblea General de Naciones Unidas en su “Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer” suministra los siguientes datos con respecto a las formas y manifestaciones de la violencia contra la mujer en diversos escenarios: Violencia dentro de la familia • Los golpes • Violencia sexual relacionada con la dote • Infanticidio femenino • Abuso sexual de niñas en el hogar • Ablación o mutilación femeninos • Matrimonio precoz • Matrimonio forzado • Violencia contra las trabajadoras domesticas Violencia dentro de la pareja • Violencia física • Actos sexuales abusivos no consentidos • Violencia psicológica • Violencia económica Violencia en la comunidad • Feminicidio. Es el genocidio contra las mujeres y sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres. • Violación en ciudades inseguras • Acoso sexual • Trata de mujeres • Prostitución forzada Prácticas tradicionales nocivas • Infanticidio de las niñas • Selección prenatal del sexo • Maltrato de las viudas González Alejandro,.Conceptos y técnicas básicas de análisis demográficos. Centro de investigaciones sobre dinámica social, Universidad Externado de Colombia, Cuadernos del CIDIS, Serie III.

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Dice también el informe que “Las mujeres pueden verse enfrentadas a la violencia basada en prejuicios sociales existentes contra ellas por su orientación sexual. Entre las formas de violencia contra las mujeres lesbianas por su orientación sexual figuran la violencia sexual infringida por alguien que no es su pareja, la esclavización sexual, el matrimonio forzado y el homicidio…”

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Contenidas o toleradas por el Estado • Violencia basada en su identidad étnica o racial • Actos de violencia cometidos por agentes del Estado • Mediante leyes y políticas (Esterilización forzada) • Embarazo forzado • Aborto forzado • Violencia contra las mujeres privadas de la libertad • Violencia contra las mujeres dentro del conflicto armado

Las manifestaciones de la violencia sexual y de género más frecuentemente analizadas es la que se ejerce contra las mujeres, niñas y los niños, sin embargo, el estigma y las agresiones sufrida por las lesbianas, los homosexuales y los travestis (entre otras orientaciones sexuales) son una manifestación más de la violencia sexual y de género. Sin desconocer que heterosexualidad y patriarcado son indisolubles, en algunos sectores de población urbanos la bisexualidad ha surgido como la crítica más radical al patriarcado tradicional, trayendo consigo nuevas formas de violencia que pueden involucrar a los hombres como víctimas.

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EXPLOSIÓN

Pieza armada que simboliza la detonación final. Es el momento crítico que conlleva en sí una oportunidad. Para el individuo implica el querer retomar el control de la vida en sus manos.

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2. La Descripción, un Primer Paso hacia la Conceptualización “La cultura jurídica pude definirse como un conjunto de orientaciones hacia valores e intereses que configuran un patrón de actitudes frente al derecho y los derechos, y frente a las instituciones del Estado que producen, aplican, garantizan o violan el derecho y los derechos”. Boaventura de Sousa Santos

Es común pensar que la cultura jurídica y en general el análisis de políticas públicas está reservada a sectores muy reducidos, como abogados, jueces, economistas y académicos. La realidad es que existe una historia de decisiones y accione políticas, una estructura organizacionaladministrativa de los gobiernos nacional, departamental y municipal, un sistema político - institucional, un sistema judicial, un sistema económico y una sociedad civil desde donde se ha actuado y se ha decidido, en ausencia de una política pública que atienda la violencia sexual y de género en nuestro país. Ese conjunto de realidades empíricas, precisas, observables que representan los efectos de las acciones realizadas por los diferentes actores protagonistas frente a esa situación socialmente problemática son a su vez el producto de una cultura jurídica en el sentido que señala Boaventura de Sousa y constituyen lo específico y distintivo de la situación que nos ocupa. Como ha quedado dicho, este trabajo surge de las acciones realizadas por la Alianza IMP en el acompañamiento psico - jurídico a las víctimas de violencia sexual para que lleguen al sistema judicial de una manera más racional y menos traumática en sus casos. Esta primera aproximación a una definición descriptiva (no teórica) de la violencia sexual y de género está apoyada en tres conceptos básicos: Primero: no son las políticas públicas las que resuelvan los problemas, sino las acciones y decisiones de los actores protagonistas las que las concretan y cuando estas no existen, ese conjunto de acciones sostenidas de una forma estable en el tiempo, estructuran también el “problema” cuya solución implica un reconocimiento como situación socialmente problemática. Segundo: “La necesidad de justicia no es independiente de otras necesidades sociales. La justicia no es un agregado social autónomo, ni una forma milagrosa capaz de resolver todos los conflictos sociales. En este sentido los esfuerzos, no solo estatales sino también comunitarios, destinados a crear mecanismos judiciales y extrajudiciales para la solución de los conflictos, debe ir de la mano con esfuerzos destinados al fortalecimiento de la integración social. La justicia es una tarea que

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Tercero: Dado que en Colombia, frente a la violencia sexual y de género, se han venido realizando desde varios ámbitos acciones intencionales y causales, cuyo efecto ha sido de beneficio público o beneficio para la sociedad en su conjunto; acciones determinadas por normas valorativas, jurídicas y morales (cultura jurídica) que han ido configurando y dotando de características propias e “invariables” a este tipo de violencia, que para efectos de este trabajo hemos denominado “componentes”, asumimos que una definición descriptiva está dada por el número, tipo e interrelación de estas particularidades que lo delimitan como problema. En lo que sigue de este artículo enumeraremos algunos de los “componentes” que se han identificado desde el derecho y la psicología por parte del Equipo Bogotá de la Alianza -IMP- y los equipos regionales (Santander y Caribe) que hacen parte de este proyecto.

La Violencia Sexual y de Género, una Situación Socialmente Problemática

no se logra, de manera concomitante, sin la realización de otras tareas, tan complejas o aún más complejas que ella, que a falta de términos más específicos denominamos aquí como construcción social e institucional”32

2.1 Primera aproximación a una definición descriptiva de la violencia sexual y de género33 Así como los ojos, las cejas, actúan como componentes de la constancia fisonómica, dándole unidad al aspecto individual de un rostro y esto nos ayuda en la tarea perceptiva de reconocerlo visualmente en una multitud, un tropel, o una muchedumbre; de la misma manera las acciones que se han realizado hasta hoy para responder a la violencia sexual y de género nos ayudan a estructurarla como una situación socialmente problemática y nos permite a la vez definirla de una forma descriptiva, delimitarla y establecer las relaciones de sus componentes de una forma casual. La violencia sexual y de género es: A) Una violación a los derechos de libertad, integridad, formación sexual, dignidad, autonomía, integridad y libertad personal, cuyos titulares son todos los ciudadanos y el garante de esos derechos, el Estado colombiano. B) Es un delito contemplado por el derecho penal internacional articulado al derecho penal interno a través del artículo 9 de la constitución política (las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los pueblos y en el reconocimiento de los principios Santos de Sousa Boaventura, Villegas García Mauricio, El calidoscopio de las justicias en Colombia, Tomo II, Ediciones Uniandes Facultad de Derecho, 2001 pág 482. 33 Basado en el trabajo realizado por el Equipo Nacional de la Alianza IMP y las Regionales. 32

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del derecho internacional aceptados por Colombia). ESTATUTO DE ROMA: Violencia sexual considerada como crimen violento. CRIMEN DE GUERRA (8.2) Y/O DE LESA HUMANIDAD (7.1) TRIBUNALES AD HOC D E LA EX YUGOSLAVIA Y RUANDA: Violencia sexual vista como crimen de lesa humanidad, componente de genocidio, o como acto de tortura.) Es una infracción grave contemplada en el Derecho Internacional Humanitario a través de C) Los Convenios de Ginebra y sus cuatro protocolos adicionales, Recomendaciones del Comité de la Cruz Roja Internacional (conductas prohibidas que debe sancionar el Estado, los compromisos de adoptar las medidas legislativas para determinar las adecuadas sanciones penales, acciones específicas de sanción con respecto a las infracciones graves. D) Es un delito contemplado en el derecho penal colombiano Ley 599 de 2000 modificada por Ley 1257 de 2008 vistos como delitos contra bienes y persona protegidas (artículos 135 al 164) (obligación del estado de carácter sancionatorio), acceso carnal violento en persona protegida, acto sexual violento en persona protegida, prostitución forzada o esclavitud sexual. Ley 975 de Justicia y Paz. E) Es una violación a los derechos humanos contemplado en el SISTEMA UNIVERSAL: Pacto internacional de derechos civiles y políticos (PIDCP), pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales (PIDESC), Resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (1325, 1820, 1889,1888 y 1960) CEDAW (Igualdad y no discriminación), Principios de Joinet Consejo Económico y social de Naciones Unidas. Y en el SISTEMA INTERAMERICANO: Convención Belém do Pará. Convención americana de derechos humanos (CADH). F) es un delito en el que la demanda se caracteriza por la dificultad y/o el no acceso por parte de las víctimas a la justicia ya sea por falta de garantías para denunciar, no confianza en la justicia o por la voluntad y la incapacidad tanto económica como de conocimiento de los derechos de las víctimas para acceder a ella. La oferta de justicia se caracteriza, por su parte, por la falta de capacidad e ineficiencia de algunos funcionarios, impunidad en la sanción y en la investigación de los delitos, por la infraestructura insuficiente o ubicada lejos de las zonas más carenciadas y por el desconocimiento en algunos casos del bloque de constitucionalidad34, consignado en el artículo 93 de la constitución política (Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso de la República, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden interno. Los deberes y derechos consagrados en El bloque de constitucionalidad se refiere a aquellas normas y principios que, sin aparecer formalmente en el articulado del texto constitucional, son utilizados como parámetros del control de constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido normativamente integrados a la Constitución, por diversas vías y por mandato de la propia Constitución. Tomado de Bloque de Constitucionalidad en la Jurisprudencia de la Corte Constitucional Colombiana. Mónica Arango Olaya. Biblioteca digital.

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la carta, se interpretaran de conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia). Dichas limitaciones para el acceso a la justicia son un obstáculo para lograr la verdad, la justicia y la reparación. G) Es un delito que además de violar los derechos y causar daño moral, produce traumas físicos y /o psicológicos porque afecta la salud física y/ o mental de las víctimas. H) Es un delito que atenta contra el derecho a la salud sexual y reproductiva que requiere una atención integral y especializada tanto medica como psicológica antes, durante y después del proceso de duelo. I) Es un delito contra la salud pública por que impacta a la víctima, su familia y la sociedad. J) Es un delito contra el proyecto de vida porque afecta individual y colectivamente a las víctimas en el área social, laboral, familiar, y emocional. Se relaciona además con el daño al sentido de vida, los sueños, las metas, el emprendimiento y el auto estima. k) Es un delito que surge como causa y efecto de unas relaciones de género dadas en un contexto patriarcal como condición o característica universal de todas las sociedades, que coacciona y a su vez origina la auto coacción para que los arreglos de género que se dan estén caracterizados por la subordinación ligada al desarrollo de la propiedad privada, los medios de producción, las condiciones de trabajo, y la distribución asimétrica del producto del trabajo. Las características antes mencionadas son fundamentales para definir, prevenir y atender la violencia sexual y de género en las circunstancias políticas propias de nuestro país. La comprensión estructural de nuestra sociedad pasa por vincular la comunicación como un medio para poner en común la violencia sexual y de género como una situación socialmente problemática que requiere acciones estables y sistemáticas por parte del Estado que faciliten la participación de la comunidad, no solo por la vía de la consulta, sino teniendo presente que nadie sabe más de la violencia que las víctimas que la padecen.

Consideraciones Finales La Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la PazIMP ha venido prestando atención psico - jurídica a un grupo de víctimas de violencia sexual y de género en

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un momento en el que las comunidad internacional, el gobierno Colombiano y los movimientos sociales reconocen que los mecanismos institucionales para evitar, proteger, investigar, sancionar y garantizar la no repetición son incipientes y algunas veces inadecuados. Tomar por su cuenta la atención de víctimas implica no solo una función dentro de la “pirámide de litigio”, sino de alguna manera la producción de “teoría crítica” que se apoya en la interpretación de la realidad hecha desde la academia, pero que en sentido estricto no se enmarca dentro de la producción académica del conocimiento. Obedece a la necesidad que tienen las víctimas de convertirse en agentes de cambio de las actuales circunstancias en las cuales el acceso a la justicia y a los servicios de salud especialmente encuentra innumerables obstáculos. Escoger el camino de la “investigación experimental” implica partir del trabajo con víctimas y establecer una relación entre la “calidad institucional”35 y la “calidad técnica”36 con las que hasta el momento se atiende el problema, reconociendo que un primer paso es identificar la violencia sexual y de género en todas sus aristas y que una definición teórica no es suficiente para comprender la magnitud de esta situación socialmente problemática. La relación de todos esos elementos traerá como consecuencias nuevas ideas acerca de cómo mejorar la calidad de la decisión pública no solo desde el gobierno sino también desde las políticas públicas del Estado. Una segunda consideración parte de lo planteado por Roberto Castro y Florinda Riquer37: “Si bien consideramos la violencia y la agresión como actos o conductas del individuo, suponemos, también, que son medios o mecanismos de expresión de percepciones, necesidades, deseos, afectos y sentimientos que quizá no pueden ser verbalizados y actuados por vía que no dañen a otro e incluso al propio agresor. Son medios o mecanismos que suponen la presencia de otro, y, en ese sentido, consideramos a la agresión y a la violencia más como un Se refiere a los valores plasmados en la constitución, las normas y las formas como operan las instituciones. 36 Se refiere a la selección de acciones para solucionar una situación socialmente problemática. 37 Castro Roberto y Riquer Florinda, La investigación sobre violencia contra las mujeres en América Latina: entre el empirismo ciego y la teoría sin datos. 35

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aspecto o forma que la relación entre dos o más sujetos asume que como una característica del individuo”. Esta cita nos ayuda a pensar en la necesidad de revisar la idea de que la violencia sexual y de género es consecuencia solamente de características individuales y aspectos conductuales y/o su relación con el patriarcado. Desplazar la mirada para conectar este delito con la “salud pública” y su relación con los “planes de vida” permitirá precisar no solo las causas sino también las consecuencias de este tipo de violencia. Tratar por separado la violencia especifica hacia las diversidades sexuales, las mujeres, las niñas y los niños implica por una parte, hacer énfasis en la importancia política de recoger las reivindicaciones de las mujeres que, en el marco de la violencia de género pasan por la atención jurídica y social, sanitaria, laboral y económica y por otra, superar la violencia contra los niños y las niñas implica otra mirada de la educación que distinga entre preparar para el desempeño económico y hacerlo para superar todos los tipos de violencia y, con ello, para permitir el funcionamiento idóneo del sistema democrático.


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INESTABILIDAD

Pieza armada que hace referencia al “renacer incierto”; aquel que se presenta cuando aún hay inseguridad y temor por el futuro desconocido; ese destino que está por venir y que se abre entre palmas pero que en sí representa la duda.

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* Este capítulo fue elaborado por Claudia Marcela Páez Bravo, abogada del área psicojurídica de la Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz, con el apoyo de Sandra Liliana Arteaga Burgos, psicóloga.

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CAPĂ?TULO

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La Experiencia de IMP en el Litigio de Casos de Violencia Sexual: Una Apuesta por Procesos Judiciales Reparadores*

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Los obstáculos que enfrentan las mujeres víctimas de violencia sexual, no solo promueven la impunidad de estos crímenes. También, generan en ellas nuevas victimizaciones, causadas por el maltrato que reciben de algunos funcionarios estatales, así como por la falta de avances en el proceso judicial y por los riesgos y amenazas a las que se ven expuestas, debido a su participación en dichos procesos. A pesar de lo anterior, la Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz (en adelante, la Alianza o IMP), decidió apostarle al litigio de estos casos. Por esto, la organización creó una serie de estrategias dirigidas a prevenir estas nuevas victimizaciones y/o a minimizar sus efectos sobre las mujeres, a partir de su fortalecimiento emocional y en derechos, y de la interlocución ante los organismos estatales competentes en materia de atención, judicialización y reparación de estos crímenes.

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De esta manera, el litigio se convirtió para IMP en una oportunidad para el empoderamiento de las mujeres y en una herramienta de incidencia ante el Estado. En este sentido, la apuesta de la organización –más allá de lograr sentencias que condenen a los victimarios y ordenen reparaciones– ha sido la construcción de un proceso en sí mismo reparador para las mujeres víctimas de violencia sexual, que genere transformaciones en las y los funcionarios estatales responsables de garantizar sus derechos. Esto, con el objetivo de que, eventualmente, puedan materializarse en lineamientos de una política pública de atención, investigación, sanción y reparación de estos delitos. Este documento presenta la experiencia de IMP en el litigio de casos de violencia sexual perpetrados en el marco del conflicto armado, evidenciando los obstáculos enfrentados en el proceso, las estrategias implementadas frente a ellos y las lecciones aprendidas, a partir de lo cual se propondrán algunas recomendaciones para la adecuada y efectiva judicialización de delitos sexuales. Asimismo, es un reconocimiento a las mujeres que nos han confiado parte de sus vidas e historias y nos han permitido acompañarlas en la reclamación de sus derechos; a aquellas que desde sus liderazgos locales han apoyado nuestro trabajo, incluso, exponiendo sus propias vidas, y a los funcionarios y funcionarias estatales que se han permitido aprender junto a nosotras.

1. Recuento del Proceso La Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz tiene dentro de sus objetivos lograr la disminución de los efectos del conflicto armado sobre las mujeres En desarrollo de este objetivo, la Alianza documentó entre el 2006 y el 2008, 600 casos de violaciones a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario reportados por mujeres de diversas regiones del país, con el propósito de promover su judicialización ante la Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz. De los 600 reportes radicados ante dicha unidad, 421 fueron atribuidos a grupos paramilitares desmovilizados en el marco de la Ley 975 de 2005. Los casos restantes se atribuyeron a grupos subversivos o paramilitares no desmovilizados1. A pesar de que el 87% de las personas que reportaron estos 421 casos son mujeres, tan solo un 8,8% tiene como víctima directa a una de ellas. Esto obedece, en gran parte, a que el mayor número de hechos reportados corresponde a homicidios (77%), que en el contexto del conflicto armado colombiano, han sido perpetrados contra hombres

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Según clasificación realizada por la Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz.


Durante los años 2007 y 2008, IMP desarrolló un proceso de acompañamiento psico-jurídico y fortalecimiento en derechos con las 421 víctimas, cuyos casos fueron admitidos en Justicia y Paz. La confianza que surgió entre las mujeres denunciantes y el equipo profesional y comunitario que realizó el acompañamiento, así como el empoderamiento en derechos que se logró a través de este proceso, permitió que muchas de ellas se reconocieran como víctimas directas de diversas formas de violencia de género, perpetradas en el marco del conflicto armado (especialmente, de violencia sexual), que en principio no habían sido reportadas, y rompieran su silencio para buscar ayuda. De esta manera, muchas de las mujeres que inicialmente se acercaron a IMP para reportar homicidios y desplazamientos forzados sufridos por sus familias, reconocieron en el proceso con la Alianza que los actores armados también perpetraron ataques directos contra su integridad y libertad sexual, y que generaron daños que debían ser atendidos y reparados. En principio, la mayoría de las mujeres que se identificaron como víctimas de violencia sexual decidieron hablar sobre sus casos, motivadas por la necesidad de recibir apoyo psicológico. Muchas no habían contemplado la posibilidad de denunciar los hechos y, al planteárselo, mostraron una gran resistencia porque temían sufrir retaliaciones y, además, desconfiaban de la justicia. Por esta razón, la Alianza decidió documentar sus casos con fines no judiciales.

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jóvenes y adultos, principalmente. Por el contrario, otros hechos que en el marco de las dinámicas de la confrontación han afectado en mayor medida a las mujeres, como el desplazamiento forzado y la violencia sexual, mostraron un bajo nivel de reporte (18% y 0,7%, respectivamente)2.

En un primer momento, el propósito de la documentación de casos de violencia sexual fue lograr la visibilización de estas prácticas contra la mujer y de las necesidades de sus víctimas ante diversas instancias de interlocución política y jurídica. Asimismo, la documentación se convirtió en una oportunidad para ofrecer acompañamiento a las mujeres, enfocado especialmente en lograr su recuperación emocional. De manera paralela, al realizar una documentación más rigurosa de los casos que en principio habían sido reportados ante Justicia y Paz como homicidios contra mujeres, se encontró que la gran mayoría de estos hechos estuvieron precedidos por actos de violencia sexual.

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Alianza Iniciativa de Mujeres Colombianas por la Paz. Documento Público No. 3. Análisis sociodemográfico de las víctimas del conflicto armado: brechas de género. Bogotá, 2007.

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En unos meses, IMP logró documentar 40 casos de delitos sexuales perpetrados por actores armados ilegales (principalmente paramilitares). En ocho de ellos, la víctima además fue asesinada. El proceso de acompañamiento psico-jurídico continuó desarrollándose, tanto con las víctimas de violencia sexual sobrevivientes a los hechos, como con las víctimas indirectas en los casos que involucraron el homicidio de la mujer. Luego de más de un año de trabajar en su empoderamiento, las víctimas finalmente decidieron exigir verdad, justicia y reparación por estos hechos, sobreponiéndose a la vergüenza, el temor y la desconfianza. IMP decidió apostarle al litigio de estos casos, asumiendo la representación legal de sus víctimas. Sin embargo, luego de haber litigado durante dos años otros casos de violaciones a los derechos humanos ante Justicia y Paz, la Alianza era conciente de los múltiples obstáculos que podrían presentarse durante el proceso. Ello, sumado al especial abordaje que requieren las víctimas de este tipo de violencia, exigía la implementación de un proceso de acompañamiento con un mayor alcance y de estrategias de litigio diferentes a las que se habían adoptado hasta el momento. Fue así como nació al interior de la Alianza una línea especializada en el litigio de casos de violencia sexual perpetrados en el contexto del conflicto armado, que, además de propender por la restitución y satisfacción de los derechos de las víctimas en cada caso concreto, buscaba generar resultados de trascendencia colectiva para impactar favorablemente en la garantía de los derechos de las mujeres en general. Ello comprendía, en primer lugar, el logro de jurisprudencia favorable a las mujeres víctimas de delitos sexuales. En segundo lugar, la promoción de prácticas adecuadas de atención e investigación, que permitieran experiencias exitosas de judicialización de este tipo de crímenes y que posteriormente pudieran ser replicadas en otros casos. Y, finalmente, la generación de transformaciones positivas en las políticas públicas nacionales, regionales y locales, dirigidas a garantizar la prevención y atención de estos delitos. Sin embargo, la mayor motivación para la Alianza era (y lo ha sido desde entonces) lograr el empoderamiento de las mujeres víctimas, entendiendo este como el fortalecimiento personal y el desarrollo de capacidades que les permiten exigir sus derechos, así como generar y hacer parte de transformaciones sociales. Fue este objetivo el que

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De esta manera, el criterio más relevante para medir el impacto del proceso de litigio y acompañamiento desarrollado por la Alianza ha sido justamente la satisfacción y la rehabilitación de las víctimas. Por esta razón, las probabilidades de éxito judicial (entendido como el logro de una condena) no fue uno de los criterios para la selección de los casos. Por el contrario, los hechos seleccionados imponían grandes retos jurídicos y probatorios. Por ejemplo, en el 32% de los casos seleccionados para el litigio (22 en total) las víctimas no lograron identificar a ninguno de sus victimarios y en un 14% el único autor identificado está muerto. Solo dos de las víctimas sobrevivientes (16 en total) denunciaron los hechos de violencia sexual en el transcurso del año en que los mismos ocurrieron, y a ninguna se le practicó examen médico legal. De los seis casos de víctimas que sufrieron violencia sexual y homicidio, solo cuatro tienen actas de necropsia. Sin embargo, en ninguna de ellas se registraron evidencias de violencia sexual ni de tortura (generalmente sexualizada) sufridas por las víctimas. Pese a los retos que circunstancias como las mencionadas imponían para el litigio, IMP seleccionó estos casos atendiendo a dos criterios:

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finalmente direccionó las estrategias de litigio adoptadas por la Alianza. Nuestros procesos, además de buscar la reparación judicial, buscan ser reparadores en sí mismos, ofreciendo a las víctimas herramientas para la superación de los daños producidos por los hechos violentos.

- Su carácter emblemático, porque evidencian prácticas sistemáticas y/o generalizadas de violencia en el marco del conflicto armado colombiano, que han afectado a numerosas mujeres en el país y no solo a las víctimas seleccionadas para el litigio. - La posibilidad de que las víctimas se adhieran a los procesos locales de la Alianza. IMP posee en cada región del país una estructura organizativa de mujeres que ejercen liderazgo y tienen incidencia en diversos espacios políticos. Ellas, son el soporte en el proceso de acompañamiento a las víctimas de la Alianza, porque brindan apoyo emocional, generan redes de protección en la comunidad y abren espacios de participación, en los que las víctimas pueden articularse. En este sentido, uno de los criterios más importantes para la selección de casos, es la posibilidad de contar con este acompañamiento en la comunidad, que permita un proceso permanente y que no se restrinja a las acciones propias del litigio.

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2. Caracterización de los casos seleccionados para el litigio 2.1. Perfil de las Víctimas Como se mencionó, en seis de los casos seleccionados la víctima de violencia sexual fue asesinada en el ataque. Ello implica que en estos casos, IMP ha realizado el proceso de acompañamiento con las y los denunciantes de estos hechos, que en todos los casos, son víctimas indirectas de los mismos. El 100% de las víctimas directas de los casos seleccionados para el litigio (22 en total) son mujeres. El 73% de ellas, correspondiente a 16 mujeres, sobrevivieron a los hechos. El 16,6%, de las víctimas directas asesinadas corresponde a una mujer afrodescendiente. El 62,5% de las víctimas directas sobrevivientes, a diez mujeres de esta misma etnia. Los porcentajes restantes corresponden a mujeres mestizas.

Gráfica 1. Etnia de las víctimas directas

Ninguna de las víctimas directas (asesinadas o sobrevivientes) presentaba discapacidades físicas o mentales en el momento de los hechos. Las edades de las víctimas directas sobrevivientes al momento de los hechos oscilaban entre los 14 y los 41 años. Seis de ellas eran menores de edad.

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Al momento de instaurar las denuncias e iniciar el proceso de reclamación de sus derechos, todas las mujeres habían alcanzado la mayoría de edad y se encontraban entre los 19 y los 46 años.

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Gráfica 2. Edad de las víctimas directas sobrevivientes al momento de los hechos.

Gráfica 3. Edad de las víctimas directas sobrevivientes al momento de denunciar los hechos.

En relación con las víctimas asesinadas, sus edades oscilaban entre los 14 y los 75 años. Dos de ellas eran menores de edad.

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Gráfica 4. Edad de las víctimas directas asesinadas al momento de denunciar los hechos.

En relación con la situación de escolaridad de las víctimas directas, en el momento en que ocurrieron los hechos el 23% no tenía ningún grado de educación. El 27% había cursado primaria incompleta y el 4,5%, primaria completa. El 36,4% había iniciado o cursaba algún grado de secundaria, mientras que el 4,5% había terminado secundaria y el mismo porcentaje tenía estudios técnicos. Ninguna tenía estudios universitarios.

Gráfica 5. Nivel de escolaridad de las víctimas directas.

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En cuanto a su ocupación, el 32% eran estudiantes, el 18% comerciantes y un porcentaje igual, empleadas del sector comercial y amas de casa.

Gráfica 6. Ocupación de las víctimas directas.

Adicionalmente, pudo establecerse que cuatro de las mujeres sobrevivientes ejercían algún tipo de liderazgo en sus comunidades y paralelamente desarrollaban trabajo social. Además, 3 de las víctimas directas habían sufrido desplazamiento forzado con anterioridad a los hechos de violencia sexual y habían retornado a la zona de la que habían sido expulsadas.

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Luego de los hechos violentos, cuatro de ellas terminaron la secundaria.

En cuanto a las víctimas indirectas que denunciaron los casos de violencia sexual y homicidio, cinco son mujeres (83%). Cuatro, madres de las mujeres asesinadas y una, la hermana. El porcentaje restante corresponde al esposo de la víctima directa. Las edades de las víctimas indirectas reportantes de estos hechos, oscilan entre los 38 y los 79 años. Dos de ellas no tienen ningún grado de escolaridad y las restantes cursaron primaria incompleta. Una de ellas es afrodescendiente y cinco, mestizas. Ninguna con discapacidades físicas o mentales. Conocer el perfil de las víctimas cuyos casos fueron seleccionados, resultó fundamental para construir la estrategia de acompañamiento y litigio.

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De una parte, la información relacionada con el género, la edad, la pertenencia étnica, la presencia de algún tipo de discapacidad y la orientación sexual de las víctimas, resulta relevante para tipificar los casos y calificarlos con determinados agravantes o circunstancias de mayor punibilidad3. Asimismo, estas características de las víctimas son fundamentales para establecer, con enfoque diferencial, los daños que las mismas pudieron sufrir como consecuencia de los hechos violentos y determinar las medidas de reparación que se requieren en cada caso. Finalmente, tales características son determinantes para establecer el tipo de acompañamiento que cada víctima requiere, tanto psicológico como jurídico. En efecto, el abordaje que debe darse a cada caso no depende solo del tipo de violencia sufrida por las víctimas, sino también del perfil de las mismas. Este, determina la manera en que cada una percibe, comprende y asume el proceso judicial y su propia recuperación marca el ritmo en que debe desarrollarse el proceso de acompañamiento con cada víctima y los métodos de trabajo a utilizarse con ellas en las disciplinas que intervienen en este proceso.

2.2. Características de los hechos violentos La caracterización de los hechos violentos sufridos por la víctima tiene especial importancia, no solo para orientar la investigación judicial, sino también para establecer el tipo y grado de afectaciones producidas a nivel personal, familiar y comunitario como consecuencia de tales hechos.

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Por ejemplo, en aquellos casos en los que la víctima fue asesinada, el género puede determinar la aplicación del numeral 11 del artículo 104 del Código Penal que contempla como circunstancia de agravación del homicidio, el que se cometiere contra una mujer por el hecho de serlo. La etnia, la orientación sexual o la presencia de alguna discapacidad en la víctima, puede asimismo dar lugar a la aplicación del numeral 3 del artículo 58 de dicho código, si el delito se inspiró en móviles de intolerancia o discriminación ante tales características. De igual manera, la situación de discapacidad de la víctima puede determinar la tipificación de los delitos sexuales bajo el artículo 210 del Código, como acceso carnal o acto sexual abusivo con incapaz de resistir. Asimismo, la edad de la víctima resulta determinante para calificar jurídicamente el hecho, en cuanto existen tipos penales específicos para penalizar la violencia sexual cometida contra menores de 14 años, como los contemplados en los artículos 208 y 209 de la mencionada normatividad, o para agravar la pena, específicamente en los casos en que tales delitos han sido cometidos contra menores de 12 años, tal como lo establece el artículo 211.


El 95,5% de los casos, correspondiente a 21 de ellos, fueron perpetrados por grupos paramilitares antes de su desmovilización, bajo la Ley 975 de 2005. El otro caso fue cometido por un grupo armado ilegal post desmovilización que se identificó como “Águilas Negras”. A pesar de que en cada caso pudieron identificarse varios móviles, se estableció que hay una finalidad que predomina. En aquellos que terminaron en homicidio, los hechos cometidos pretendían castigar a la víctima por desobedecer las órdenes impartidas por los grupos armados o por sostener algún vínculo con el bando enemigo. En uno de los casos, el móvil se desconoce. En los casos en que sobrevivió la víctima se presenta una situación similar. Castigar a la víctima por desobedecer o por sus nexos con los bandos enemigos, constituyó el móvil de los hechos en el 62,5% de los casos. Los crímenes restantes fueron cometidos con el fin de disuadir a la víctima o a la organización a la que pertenecía, de continuar adelantando procesos de reclamación de derechos (en el 12,5% de los casos) o con el propósito de dominar o demostrar superioridad sobre la víctima o sobre su familia o comunidad (en el 25% de ellos).

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En el caso de IMP, el 100% de los hechos seleccionados para el litigio fueron perpetrados en el marco del conflicto armado. En todos ellos, sus autores fueron miembros de grupos armados ilegales y la finalidad con la que fueron cometidos se enmarca dentro del accionar de tales grupos contra los bandos enemigos o la población civil.

Gráfica 7. Móviles de los hechos.

Los hechos de violencia sexual seleccionados para el litigio pueden clasificarse en dos delitos: acceso carnal violento en persona protegida (59% de los casos) y

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esclavitud sexual (41%). Por lo menos, en cuatro casos, los atacantes violentaron a las mujeres varias veces. En los casos de violencia sexual y homicidio, esta información se desconoce. Además de la violencia sexual, las víctimas sufrieron otros delitos en el marco del mismo ataque. Como se indicó previamente, en seis casos (27%) la víctima fue asesinada luego de violencia sexual. En cinco casos, la víctima fue, además, sometida a otros mecanismos de tortura física. De las víctimas sobrevivientes, dos sufrieron lesiones personales y una fue forzada a practicarse un aborto. Otra de ellas fue mantenida bajo cautiverio luego de sufrir los hechos de violencia sexual. En cuatro de los casos, las víctimas habían recibido amenazas de grupos armados ilegales antes de los hechos, atendiendo a los mismos móviles que luego motivaron la comisión de la violencia sexual. En uno de los casos, el grupo armado ilegal había intentado reclutar forzosamente a la víctima. Adicionalmente, en el 75% de los casos con víctima sobreviviente, estas sufrieron desplazamiento forzado como consecuencia de los hechos de violencia sexual. Lo mismo ocurrió con los familiares de las mujeres víctimas de violencia sexual y homicidio, en el 33,3% de los casos. En relación con el número de víctimas de violencia sexual en el marco de los hechos se encontró que en uno de los casos con víctima sobreviviente, además de ella, otra mujer sufrió acceso carnal violento en el mismo hecho. En los casos que culminaron en el homicidio de la víctima, si bien en algunos de ellos otras personas fueron víctimas de homicidio o de tentativa del mismo, la víctima cuyo caso se seleccionó para el litigio fue la única que sufrió violencia sexual en el hecho. En cuanto al número de victimarios, se identificó que en 21 de los 22 casos seleccionados el ataque sexual fue facilitado por la presencia de más de un integrante del grupo armado en el lugar de los hechos. En el caso restante, esta información se desconoce. En cuatro de los casos, el acceso carnal violento fue perpetrado por más de un victimario. En 13 casos, fue cometida por uno solo, con el concurso de otros hombres que generaban las condiciones para que la víctima no pudiera resistirse a tales actos. En cinco de los casos con mujeres asesinadas, esta información se desconoce. De los 15 casos en los que la víctima logró identificar por lo menos a uno de sus autores (68%), 10 fueron perpetrados por una persona que gozaba de una posición de mando al interior del grupo.

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La identificación de los daños sufridos por las víctimas ha sido fundamental para IMP, no solo para preparar el incidente de reparación (que en caso de avanzar en el proceso judicial deberá presentarse), sino también para establecer las posibles acciones de la Alianza en materia de orientación jurídica y atención psicológica. De esta manera, durante la etapa de documentación, en todos los casos se realizó una identificación preliminar de los daños que permitiera adelantar acciones que se requerían con urgencia para estabilizar la situación de la víctima (por ejemplo, orientación para solicitar atención médica o ayuda humanitaria de emergencia). Como resultado de este análisis preliminar se identificó lo siguiente: En relación con las víctimas sobrevivientes, siete de ellas reportan haber sufrido daños físicos como consecuencia directa de la violencia sexual. Estos consisten en enfermedades de transmisión sexual, lesiones en sus órganos reproductores y/o afectaciones en su capacidad reproductiva. Ninguna de ellas recibió atención médica inmediata. En uno de los casos, los victimarios intentaron asesinar a la víctima con posterioridad a la violencia sexual, prendiéndole fuego en todo su cuerpo. La mujer sobrevivió, pero sufrió graves lesiones físicas que le dejaron múltiples secuelas, entre ellas, la pérdida de la capacidad funcional en varios de los miembros de su cuerpo. En cinco casos, la víctima directa estaba embarazada en el momento de los hechos. En un caso, el feto sufrió lesiones pero logró sobrevivir. En otro, el bebé nació vivo pero no sobrevivió. En este último caso, no ha logrado establecerse la relación causal de la muerte del bebé con los hechos violentos sufridos por la madre, pues no se practicaron exámenes médicos ni antes ni después de la ocurrencia de los mismos.

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2.3. Daños identificados

Los daños económicos reportados por las víctimas sobrevivientes están representados en los gastos incurridos en el desplazamiento forzoso, así como en la pérdida de bienes e ingresos derivada de dicho desplazamiento. Asimismo, se presentaron daños económicos en razón de los gastos generados por el tratamiento médico, cuyo costo fue asumido por las víctimas. En relación las mujeres asesinadas, cuatro de ellas tenían personas a su cargo o aportaban económicamente para el sostenimiento de su hogar. Como consecuencia del homicidio, otros miembros de la familia asumieron estas responsabilidades con gran dificultad, sin lograr suplirlas del todo. Asimismo, las víctimas sobrevivientes han reportado afectaciones

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en sus proyectos de vida. En cinco casos se produjo embarazo como consecuencia de los hechos de violencia sexual. En dos de estos casos el bebé nació; uno fue dado en adopción y el otro está siendo criado por la víctima, sin el apoyo de ninguno de sus familiares. En los tres casos restantes, el embarazo fue interrumpido: uno de ellos, por aborto espontáneo; en otro, el aborto fue inducido por la madre y en el último caso, la interrupción fue provocada por los perpetradores del hecho, quienes golpearon a la mujer hasta ocasionar la pérdida del bebé. Asimismo, por lo menos tres de las mujeres reportan que sus parejas decidieron terminar la relación cuando se enteraron de la ocurrencia de estos hechos, y por lo menos una de ellas reporta un gran deterioro en su relación, aún cuando permanece con su pareja. En otros casos, las afectaciones psicológicas sufridas por la víctima le han dificultado el establecimiento de relaciones de pareja y de relaciones sexuales satisfactorias. En los casos en que se produjo el desplazamiento forzado de la víctima, su proyecto de vida se vio afectado al verse obligadas a alejarse de sus familias y comunidades. En ocho casos las mujeres se desplazaron solas. Dos de ellas son madres, y con el desplazamiento se vieron obligadas a dejar a sus hijos bajo el cuidado de otras personas. Ninguna de las dos ha logrado reunirse con su familia de nuevo. Cuatro de las víctimas eran menores de edad cuando se produjo el desplazamiento. Esto implicó que ellas tuvieran que vivir uno de los momentos más importantes en su etapa de formación y desarrollo, lejos de la protección, el apoyo y la orientación de sus familias. Asimismo, cuatro de las víctimas que sufrieron desplazamiento forzado como consecuencia de la violencia sexual, abandonaron sus estudios. Dos de ellas no los han retomado aún. Por otra parte, dos de las víctimas asesinadas eran

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En los casos en que se han podido evaluar los impactos generados por los hechos violentos en las familias, se han identificado rupturas en su funcionamiento, derivadas de la incapacidad de sus miembros para abordar y asumir la ocurrencia del hecho violento. En algunos casos, las víctimas directas perciben el silencio de sus familiares como un mecanismo de rechazo. Pero la verdad es que este silencio obedece al deseo de sus familiares de no ocasionar más daño a la víctima, o a la culpa que muchos de ellos sienten por no haber podido evitar el hecho. Adicionalmente, en aquellos casos en que el hecho fue de conocimiento público, los hijos de las víctimas han sufrido señalamientos por otros miembros de la comunidad. Los daños ocasionados a nivel comunitario han podido ser evidenciados especialmente en uno de los casos seleccionados para el litigio, en el cual se evidencian claros patrones de sistematicidad y generalización de la violencia sexual perpetrada en contra de las mujeres de una población predominantemente afrodescendiente. La instauración de estas prácticas, generó una baja en la autoestima de los hombres, quienes no pudieron evitar que estos hechos se cometieran. Esta afectación se evidencia en la generalidad de los hombres de la comunidad y no solo en los miembros de las familias de las mujeres violentadas: cuando se les pregunta por el tema, en sus rostros aún se evidencia la vergüenza y la culpa.

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madres. En estos casos, el cuidado de sus hijos fue asumido por las abuelas.

Asimismo, las mujeres de la población refieren que con posterioridad a la instauración de estas prácticas, los hombres ya no las valoran de igual manera y se perdieron los rituales característicos de la conquista y el enamoramiento. Paralelamente, la instauración de estas prácticas generaron bajas en la autoestima de la generalidad de las mujeres de la población, al hacerlas sentir vulnerables y al ver anulada su libertad para decidir sobre su sexualidad.

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EQUILIBRIO

Pieza armada que sintetiza la superaci贸n de los estados emocionales. El resurgir de entre las cenizas; el instante m谩gico que permite un encuentro con la tranquilidad, la serenidad, la paz interior, la aceptaci贸n y la armon铆a.

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3. Estrategias de acompañamiento y litigio 3.1.

Componentes y acciones

En principio, la construcción de las estrategias de acompañamiento y litigio de los casos seleccionados partió de la identificación de los obstáculos que podían presentarse en el marco de la judicialización de los mismos. Gran parte de ellos habían sido constatados por diversos organismos internacionales de protección de los derechos humanos, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y por la Relatora de Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias. De igual manera, la Corte Constitucional había logrado evidenciarlos en el Auto 092 de 2008. Por su parte, IMP había identificado algunos otros que se sumaban a la larga lista de obstáculos de acceso a la justicia, a partir de su experiencia en el litigio de otros casos de violaciones a los derechos humanos ante Justicia y Paz. Frente a algunos de estos obstáculos, resultaba viable para la organización implementar acciones para su superación. En otros casos, ello se escapaba completamente de nuestra capacidad. Al final, tomamos como punto de partida los siguientes: - La ignorancia y desinformación de las víctimas sobre sus derechos y los procedimientos para hacerlos efectivos. - Las arduas cargas psicológicas que implica para la víctima presentar una denuncia y adelantar las distintas diligencias del proceso judicial, sin acompañamiento y asesoría legal y emocional especializada. - Factores culturales, como la vergüenza, aislamiento y estigmatización que recaen sobre una mujer, por el hecho de haber sido víctima de violencia sexual. - El miedo justificado a las amenazas de retaliaciones contra quienes denuncien lo ocurrido por parte de los perpetradores o miembros de su grupo, aunado a la falta de acompañamiento y protección estatal para las víctimas y sus familias ante a estos riesgos. - La inefectividad en la investigación y juzgamiento de estos casos. En lo que se refiere a Justicia y Paz, la total ausencia de investigación en los casos en los que el victimario no confiesa la comisión de los hechos. - El trato irrespetuoso que pueden proveer los operadores del sistema de justicia a las víctimas en el marco de las investigaciones. - La sub-valoración y distorsión de los crímenes perpetrados por

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Las estrategias adoptadas por la Alianza partieron del reconocimiento de estos obstáculos y de la identificación de posibles alternativas de solución, que permitieran promover avances en la investigación y garantizar a las víctimas procesos judiciales respetuosos de sus derechos, especialmente, mediante la prevención de una nueva victimización. Para lograrlo, se seleccionaron cinco componentes alrededor de los cuales se desarrollarían las acciones de la línea especializada en el litigio de casos de violencia sexual: 1. La representación jurídica: Este comprende la representación de los intereses de la víctima en el marco de todas las etapas y acciones del proceso penal. 2. El acompañamiento psico-jurídico: Implica la orientación grupal o individual de la víctima acerca de sus derechos y los procedimientos a través de los cuales estos son exigibles, así como su fortalecimiento emocional para asumir tales procedimientos, antes, durante y después del desarrollo de los mismos. 3. La atención psicosocial individual: Está dirigida a la superación de los daños emocionales sufridos por la víctima y, en los casos en que ella lo permite, comprende también la atención familiar.

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parte de las autoridades encargadas de su reporte e investigación, sumado a la inexistencia de sistemas de formación para funcionarios públicos, que los sensibilicen frente al problema y frente a las necesidades especiales de atención de las víctimas de la violencia sexual.

4. El trabajo antropológico: Se incorporó con el propósito de fortalecer la labor probatoria en relación con ocurrencia de los hechos y la configuración del daño. 5. Incidencia ante el Estado. Comprende tanto la interlocución directa con los operadores de justicia en el marco de la representación de los casos, como la participación de las mujeres que integran la estructura política de la Alianza en diversos escenarios locales, regionales y nacionales de construcción, seguimiento y evaluación de políticas públicas relacionadas con la prevención, atención, judicialización y reparación de la violencia sexual. La implementación de estos componentes ha implicado un abordaje interdisciplinario del proceso. A través de un acompañamiento integral, abogadas, psicólogas y antropólogas –de manera paralela a la representación de los intereses de las víctimas ante las instancias de investigación y judicialización– han desarrollado procesos de formación, empoderamiento y fortalecimiento emocional. Con estos, se ha

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buscado capacitar a las mujeres y a sus familias para su participación en los procedimientos judiciales y prevenir la nueva victimización que de ella puede derivarse. A su vez, el desarrollo de estos componentes ha buscado generar transformaciones en los sentidos de identidad de las víctimas, que les permitan afrontar sus vidas después de los hechos violentos y superar los daños sufridos. En el marco de estos componentes, se implementaron las siguientes acciones: En primer lugar, orientación y asistencia jurídica individual, no solo en el marco del proceso penal, sino también en todos los procedimientos de exigibilidad de derechos que se requiere iniciar en cada caso (por ejemplo, declaración de desplazamiento forzado y solicitud de ayuda humanitaria de emergencia, solicitud de protección, solicitud de reparación administrativa). En segundo lugar, el desarrollo de talleres grupales de fortalecimiento emocional y en derechos. En algunas ocasiones, estos talleres han involucrado a las familias y comunidad de las víctimas. En tercer lugar, la documentación, desde la antropología, de contextos de violencia contra las mujeres en el marco de la confrontación armada que soporten probatoriamente los casos judicializados como parte de la estrategia de litigio y permitan catalogarlos como crímenes de guerra y de lesa humanidad. Este trabajo ha permitido también la documentación del daño, particularmente desde la esfera colectiva. En cuarto lugar, el fortalecimiento de los equipos regionales de la Alianza IMP a través de la documentación y socialización de las lecciones aprendidas en la experiencia de acompañamiento y litigio y su retroalimentación desde las realidades locales. Finalmente, el proceso ha comprendido acciones de incidencia directa en diversos espacios como las distintas mesas de seguimiento al Auto 092 de 2008 y a las sentencias T-496 de 2008 y T-046 de 2010, relacionadas con la protección y atención en salud física y mental para las mujeres víctimas del conflicto armado, respectivamente.

3.2. Acciones implementadas en el marco del procedimiento de Justicia y Paz En el marco del desarrollo de los procesos judiciales, la Alianza ha implementado algunas medidas que, además de garantizar la defensa de los intereses de las víctimas, han evitado su revictimización e incentivado su participación efectiva en cada etapa procesal. A continuación se presentan algunas de ellas:

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Descripción (¿Qué ocurre en esta etapa?)

- Preparación de las víctimas: Se realizan diversas actividades para que las víctimas conozcan el proceso judicial. Esto les permite identificar las consecuencias –positivas y negativas– que tendrán en sus vidas, las de sus familias y comunidades, si deciden reportar los hechos de violencia ante una autoridad judicial. Con esto, se garantiza que las mujeres tengan conciencia de los riesgos que pueden enfrentar en el marco del proceso, así como de sus motivaciones para enfrentarlos, siendo una decisión consciente e informada el iniciar o no las actuaciones judiciales.

Estrategias y actuaciones desarrolladas por IMP

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- Reporte paralelo a través del formato de registro de hechos atribuibles a grupos organizados al margen de la ley y el formato de denuncia penal: Previendo que los postulados nieguen la comisión de los hechos de violencia sexual, lo cual genera la ruptura de la unidad procesal frente a ellos implicando su traslado a la justicia ordinaria para su investigación, se diligencia el formato de denuncia penal con el cual podrá iniciarse dicho proceso, evitando que las mujeres deban reportar dos veces el hecho ante funcionarios judiciales diferentes.

Se ponen en conocimiento de - Interlocución con entidades estatales a cargo de la judicialización: Una vez se han identila Unidad Nacional de Fiscalías ficado los riesgos que pueden afectar a las mujeres en el marco del proceso, se trabaja en para la Justicia y la Paz, los identificar estrategias para mitigarlos. Entre ellas, están las medidas de autoprotección y Reporte de hechos hechos delictivos cometidos las medidas de prevención en el marco de las actuaciones procesales (por ejemplo, audienviolentos por postulados en el marco de cias reservadas, notificaciones a direcciones seguras, etc.), para establecer competencias la Ley 975/05, durante y con frente a cada una de ellas. Se inicia contacto con las entidades competentes (por ejemplo, ocasión de su pertenencia al Fiscalía, programas de protección) con el fin de establecer compromisos concretos para el grupo armado. adecuado abordaje de los casos.

Etapa procesal Justicia y Paz


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Versión libre

- Garantía del bienestar de las víctimas durante la audiencia: La sala en la que las víctimas observan la transmisión de la audiencia debe estar acondicionada para atender sus necesidades básicas (por ejemplo, tener baño, sillas cómodas para madres embarazadas, colchonetas y cobijas para los bebés). Lo anterior, permitirá que la víctima pueda participar e involucrarse de una manera más activa en el desarrollo de la audiencia.

- Guarda de la seguridad e intimidad: Puede solicitarse al fiscal que la audiencia se realice de manera reservada, atendiendo al tema que será abordado. Al tener este carácter, se permite que las citaciones sean enviadas directamente a las víctimas y, así, omitir el emplazamiento que se realiza a través de medios masivos de comunicación.

- Preparación de cuestionarios: Antes de la versión libre, es importante establecer cuáles son los hechos que nos interesa probar dentro del proceso. Además de la acción violenta en sí misma, alrededor de cada caso existen una serie de hechos que constituyen el contexto en el que el crimen se cometió y que, en esta medida, pueden ser relevantes para la imputación (por ejemplo, hechos antecedentes o consecuentes, hechos que prueban la existencia de un contexto de dominación en el que la víctima estaba en incapacidad de resistir, órdenes de los comandantes del grupo o hechos que demuestran su permisividad frente a la comisión de este tipo de delitos por los hombres bajo su mando). Tener claro Los postulados manifiestan cuáles son los hechos que nos interesa que el postulado confiese, permite plantear cuestiolas circunstancias de tiempo, narios acordes con la estrategia de judicialización. modo y lugar de los hechos delictivos, cometidos con ocasión de su pertenencia al - Preparación emocional de las víctimas (talleres pre y post versión libre): Es fundamental que las víctimas se encuentren fortalecidas para asumir la audiencia. Es la primera vez que grupo armado. su caso va a presentarse ante el postulado y que el mismo se va a referir a él, lo que puede generar diversas emociones en las mujeres. Es importante prepararlas para enfrentar escenarios revictimizantes (negación del postulado, culpabilización de la víctima, etc.) y posteriormente evaluar y facilitar el manejo de sus percepciones y sentimientos frente a las respuestas obtenidas. Este tipo de preparación debe realizarse frente a todas las audiencias y diligencias en las que la víctima participe.

- Avance en la labor investigativa antes de indagar por los hechos en versión libre: Antes de indagar al postulado en relación con los hechos de violencia sexual, se recaudan los elementos de prueba para corroborar los casos reportados por las víctimas. Adelantar estas labores permite avanzar en menor tiempo a la siguiente etapa procesal y mitigar los riesgos que pueden presentarse luego de revelar al postulado la identidad de las víctimas que han reportado estos hechos. De igual manera, esta estrategia garantiza que los hechos serán imputados al presunto autor, aún cuando el postulado no reconozca su autoría o participación en los mismos.


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Desarrollo del programa metodológico de investigación

Audiencia de formulación de imputación

La Fiscalía y la Policía judicial deben comprobar la veracidad de la información suministrada por el postulado en versión libre, independientemente de que haya aceptado o negado los hechos reportados por las víctimas.

- Solicitud de otro tipo de pruebas, como las inspecciones de lugar, los peritajes psicológicos y los peritajes antropológicos. Estos últimos, dirigidos a reconstruir y documentar las dinámicas de guerra en el marco de las cuales se dieron los hechos de violencia sexual, e identificar los patrones de comisión de los hechos (particularmente cuando existen indicios de sistematicidad o masividad), de manera que el caso no se presente como un evento aislado de violencia, sino como un hecho que obedece a lógicas de guerra. Los peritajes antropológicos también pueden resultar fundamentales al momento de probar los daños individuales y colectivos.

- Algunas pruebas requieren preparación especial, por ejemplo, el testimonio de familiares. La violencia sexual es un hecho de difícil abordaje en el entorno familiar. Por ello, antes de tomar del testimonio, es importante realizar actividades de apoyo psicosocial a la familia, ofreciéndoles herramientas para enfrentar el hecho y manifestándoles la importancia que tiene para la mujer contar con su apoyo durante el proceso. En el caso de testimonios, también puede fortalecerse la prueba si previamente se trabaja con los testigos en la rememoración de los hechos y se orienta frente a la información que resultará relevante durante la declaración.

- Las pruebas que se solicitan y practican deben ser concertadas previamente con las víctimas (por ejemplo, antes de solicitar la práctica de un peritaje médico o psicológico, la víctima debe conocer en qué consiste y estar dispuesta a someterse a él).

- Es importante que la representación de las víctimas plantee sus propios programas metodológicos de investigación con base en los cuales pueda solicitar la práctica de pruebas a la Fiscalía.

- Precisión de las circunstancias fácticas que deben investigarse: Durante la audiencia, es importante solicitar al fiscal que incluya (en el programa metodológico de investigación) todos los hechos que resultan importantes probar de acuerdo con la estrategia de La Fiscalía imputa cargos al judicialización planteada por la representación de las víctimas (por ejemplo, hechos que postulado (es decir, le comunica evidencien el carácter de lesa humanidad del crimen o móviles de discriminación). los hechos jurídicamente relevantes por los que está siendo - Solicitud de medidas cautelares de protección: En los casos en que las víctimas afrontan situaciones de riesgo o amenazas contra su seguridad, es importante solicitar al magistrado investigado). de control de garantías que decrete las medidas de protección pertinentes. Estas, también De igual manera, la Fiscalía pueden solicitarse en audiencias preliminares, en caso de que tales riesgos o amenazas solicita al magistrado de control se presenten en momentos diferentes a la realización de la audiencia de formulación de de garantías la imposición de imputación. medida de detención preventiva al postulado, así como la - Transmisión en directo: En principio, en esta etapa procesal las víctimas y el presunto victimario deben estar presentes en la misma sala. Sin embargo, en razón del derecho de las adopción de medidas cautelares víctimas a no ser confrontadas con su victimario, o cuando sea necesario para salvaguardar (por ejemplo, sobre bienes del la seguridad de las víctimas, puede solicitarse al magistrado de control de garantías que la postulado). audiencia se transmita en una sala alterna, desde la que ellas puedan observar en directo lo que ocurre. Esta medida puede solicitarse para todas las audiencias que se surten con posterioridad a esta.


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Incidente de reparación

Audiencia de revisión de legalidad de la aceptación de cargos

Audiencia de formulación de cargos

- Solicitud de instancias especializadas de investigación en la justicia ordinaria, en caso de ruptura de la unidad procesal: Si el postulado no acepta los cargos que se le formulan por los hechos de violencia sexual, la investigación de tales hechos será remitida a la justicia ordinaria. Una vez el caso haya sido remitido ante esta instancia, es importante solicitar que su investigación sea asignada a una unidad con mayor nivel de especialidad, como la Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, dado el contexto de guerra en el que los hechos fueron perpetrados.

- Guarda de la intimidad de las víctimas: Debido a que durante la audiencia la Fiscalía debe presentar en detalle los hechos del caso que cuentan con fundamento probatorio, es importante solicitar la reserva de la diligencia, con la finalidad de preservar la intimidad de las víctimas.

- Determinación del tipo penal: En la audiencia, la representación de las víctimas puede sugerir la calificación jurídica que tipifique de manera más adecuada los hechos violentos. Es importante que las víctimas comprendan y estén de acuerdo con el tipo penal que su representante solicitará para calificar los hechos.

La víctima o su representante - Identificación de daños: Esta labor debe realizarse antes de que inicie la investigación, expresandemaneraconcreta para establecer cuáles son los elementos de prueba que deberán presentarse durante la forma de reparación que el incidente. En esta labor, es fundamental considerar todas las categorías de daño pretenden, e indican las existentes (físico, psicológico, moral, material, a la vida en relación, al proyecto de vida). pruebas para fundamentar - Las medidas de reparación solicitadas deben concertarse previamente con las sus pretensiones. víctimas.

Se permite la participación de todas las partes del proceso con la finalidad de reconstruir la verdad acerca de los hechos por los que se acusa al postulado.

Los magistrados de conoci- - Aportes de las víctimas en la reconstrucción de la verdad: Durante la audiencia de versión miento revisan la calificación libre las víctimas no pueden contradecir lo dicho por el postulado. Por eso, la audiencia de jurídica de los hechos y verifican revisión de legalidad de la aceptación de los cargos constituye el momento procesal en que que aquella efectivamente copueden hacerlo. Asimismo, tanto las víctimas como su representante, pueden aportar en rresponda a los hechos probala reconstrucción del contexto de guerra en el marco del cual se cometieron los hechos (de dos en el proceso. También, que acuerdo con el Protocolo que siguen las salas de conocimiento, este es el primer aspecto el postulado haya cumplido los a revelar durante la audiencia). Todo lo anterior contribuye al establecimiento de la verdad requisitos de elegibilidad para que finalmente será considerada por los magistrados al momento de proferir sentencia. recibir los beneficios otorgados por la Ley 975 de 2005.

Si no acepta los cargos, se genera una ruptura en la unidad procesal y se traslada la investigación de los hechos no reconocidos, a la justicia ordinaria para que allí continúe el proceso.

La Fiscalía acusa al postulado por aquellos hechos que fueron corroborados mediante el desarrollo del programa metodológico de investigación. Indica la calificación jurídica de los hechos y enuncia al magistrado de control de garantías los elementos de prueba con base en los cuales realiza tal acusación. El postulado debe manifestar si acepta o no los cargos que se le están formulando.


3.3. Resultados e impactos del proceso de acompañamiento y litigio Es cierto que los avances judiciales –en los casos representados por IMP– han tomado más tiempo del esperado. Pero también, es evidente que han sido significativos para las víctimas, para la organización y para el proceso de Justicia y Paz. El logro más relevante en este sentido, ha sido la formulación de la primera imputación de una serie de hechos de violencia sexual al presunto autor directo, quien puedo haber cometido crímenes contra varias mujeres, pese a que el mismo se negó a confesar tales hechos. Esto fue logrado gracias al trabajo investigativo que desarrolló la Unidad Nacional de Fiscalías para la Justicia y la Paz, y a la valiosa contribución de las víctimas y sus familiares en la recolección de los elementos de prueba necesarios para fundamentar tal imputación. Esta experiencia no solo constituyó un gran avance en materia de verdad y justicia, sino que además resultó ampliamente dignificante para las víctimas, al sentir que por primera vez se otorgó a sus testimonios el valor que merecen en el marco de un proceso judicial. Otro de los logros alcanzados en el marco del proceso, fue la apertura de espacios como las audiencias preliminares de medidas cautelares de protección. A través de ellos, las autoridades involucradas en la judicialización de estos crímenes (Fiscalía, Procuraduría, magistrados de control de garantías, etc.) asumieron compromisos en materia de prevención y protección a las víctimas participantes en el proceso. Ello permitió que la seguridad de las víctimas dejara de ser un asunto exclusivo de los programas de protección limitado a las escasas medidas que estos pueden implementar, y se asumiera de una manera más integral y eficiente. Sin embargo, el logro que merece un mayor reconocimiento es haber avanzado en los procesos judiciales, evitando al máximo la revictimización de las mujeres. Ello se debió, en gran medida, al riguroso proceso de acompañamiento y a la labor de sensibilización y capacitación a los operadores de justicia que se han desarrollado de manera paralela al litigio. Las acciones implementadas por IMP, permitieron que las

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víctimas se apropiaran de sus procesos judiciales y que entendieran que su participación es fundamental para avanzar en ellos. El trabajo de acompañamiento psicojurídico las empoderó. Son ellas quienes ahora llevan las riendas del proceso: proponen nuevos objetivos y estrategias y asumen la toma de decisiones frente al mismo. De igual manera, el acompañamiento psico-jurídico se reflejó en la adecuada elaboración emocional de los hechos violentos. La gran mayoría de las víctimas lograron hacer memoria de los hechos con menos dolor y se mostraron fortalecidas a la hora de cumplir con las diligencias judiciales. Asimismo, las víctimas establecieron otras metas y proyectos que no dependen necesariamente del proceso judicial, como por ejemplo, su recuperación emocional, el establecimiento de un proyecto de vida, el restablecimiento de sus relaciones familiares, de pareja y sociales. Por medio del acompañamiento psicosocial han obtenido herramientas para lograrlos. Por otra parte, el trabajo colectivo posibilitó el surgimiento de una red de apoyo entre las víctimas participantes en el proceso. De esta manera, ellas perciben su pertenencia a la Alianza como un factor de protección. La confianza de las víctimas hacia el proceso se ha fortalecido al percibir el compromiso que mostraron algunos operadores judiciales en los diversos escenarios y etapas del proceso. En muchos casos, este compromiso es el resultado de la labor de sensibilización y capacitación que desarrolló IMP con estos operadores.

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ESTRELLA FUGAZ

pieza armada que encarna el encuentro de varios seres a lo largo de la vida; la posterior afectaciรณn que implica el caminar en paralelo; algunos de estos seres se funden, otros sencillamente pasan inadvertidos, mientras que algunos jamรกs se vuelven a encontrar. Esta obra materializa en su mรกxima expresiรณn, la liberaciรณn, el dejar ir el pasado y el soltar las amarras.

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Nudos A partir de vivencias personales, Beatriz Matamoros y Valeria Ruiz, deciden unirse y trabajar su yo interior con el propósito de liberarse de heridas emocionales; de recuerdos dolorosos, de angustias y ansiedades, con el fin de lograr una posterior sanación espiritual. A esto las une el amor por el arte. Orfebres de formación, comparten el gusto y la admiración por el metal, que para ellas representa la nobleza, la maleabilidad, la brillantez, la intensidad, la posibilidad de observar en tan solo un instante el cambio infinito que en la gama de colores se proyecta, cuando a su vez éste se fusiona con el fuego, no solo como técnica fundamental que le permite transformarse, sino como proceso evolutivo que deja entrever la magnanimidad de los dos elementos al unirse. Esta alianza ejemplifica de manera perfecta lo que sucede en relación con los seres humanos cuando ellos interactúan; así como el metal necesita del fuego para fundirse, los seres humanos necesitamos respetar acuerdos y fortalecer vínculos afectivos, como sello invaluable que nos permite mejorar en nuestra esencia prístina. Con estas herramientas a su favor, y convencidas que la manera ideal para encontrar una sanación plena, era introducirse en el arte y así desatar los nudos del pasado; hacen alusión al concepto que tiene Alejandro Jodorowsky sobre el arte, quién dice que “la finalidad del arte es curar, porque si no cura, no es verdadero”. Es así como se da comienzo a este proyecto llamado NUDOS; el cual queda plasmado en 7 esculturas en las que se usa el aluminio como materia prima principal. Éstas a su vez representan los diferentes estados emocionales. -

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- EL TODO: pieza fun-

dida que representa a los individuos, como seres Ăşnicos que hacen parte de una sociedad.

- JAULA:

pieza armada que muestra el encierro interior que percibe el ser humano cuando se siente impotente frente a la soledad que le invade el alma.

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- RUPTURA:

pieza armada que personifica la desunión y la fragmentación de lo que era una vida, un proyecto, un sueño por realizar.

- EXPLOSIÓN:

pieza armada que simboliza la detonación final. Es el momento crítico que conlleva en sí una oportunidad. Para el individuo implica el querer retomar el control de la vida en sus manos.

- INESTABILIDAD: pieza armada que hace referencia al “renacer incierto”; aquel que se presenta cuando aún hay inseguridad y temor por el futuro desconocido; ese destino que está por venir y que se abre entre palmas pero que en sí representa la duda.

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- EQUILIBRIO:

pieza armada que sintetiza la superación de los estados emocionales. El resurgir de entre las cenizas; el instante mágico que permite un encuentro con la tranquilidad, la serenidad, la paz interior, la aceptación y la armonía.

- ESTRELLA FUGAZ:

pieza armada que encarna el encuentro de varios seres a lo largo de la vida; la posterior afectación que implica el caminar en paralelo; algunos de estos seres se funden, otros sencillamente pasan inadvertidos, mientras que algunos jamás se vuelven a encontrar. Esta obra materializa en su máxima expresión, la liberación, el dejar ir el pasado y el soltar las amarras.

Beatriz Matamoros Rodríguez. “En este colectivo la conciencia individual busca integrar el mundo interior del ser y lo que lo rodea, transformando y desatando los NUDOS del pasado”.

Valeria Ruiz Vargas.

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Bibliografía Capítulo 2

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