Periódico WAYUUNAIKI Edic 187/nov-2014

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AÑO XIV-No. 186

VENEZUELA

COLOMBIA, NOVIEMBRE 2014 - DL PP2000012U637 - ISSN-1317-1275. Bs.F. 10,00/$3000

La ciudad del río consagrada bajo la interculturalidad

ROSTROS DE RIOHACHA

JU’UPUNAAIRUA SÜCHIIMA

134 años de Paraguaipoa Lea Crónica del Cambio, líneas que escribirá Jayariyú Farías Montiel, sobre temas actuales que motiven la transformación de las realidades

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La visión y el esfuerzo femenino detrás de Semtur

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Los historiadores han reconstruido esos pasajes que relatan la convivencia de culturas

¿De dónde nace la interculturalidad de Riohacha?

Mapa del Cabo de la Vela de Francisco José de Caldas. Foto: Cortesía Banco de la República

Jalejeejatü eweetuin tuu piamapuluin jukuai’pa Suchiima Vladimir Daza Villar Río de Hacha fue uno los primeros centros urbanos fundados en el siglo XVI, exactamente en 1545 cuando los españoles huían de la falta de agua de la ciudad de Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela. Diversos historiadores han demostrado que el Cabo de la Vela fue en verdad un campamento perlero hispánico que metió a los wayuu a la lógica brutal de la economía mundial de aquel entonces.

Mujer wayúu luciendo mercancía en 1909. Foto: Cortesía Banco de la República

Desde sus inicios la función urbana de Riohacha fue la de contener a los bravos indígenas y servir de albergue a los señores de las canoas, quienes con mano de obra aborigen y negra explotaban los bancos de perla; desde entonces, existió la calle de las perlas donde los nativos “peruleaban”, es decir, comerciaban con las perlas.

Se insiste en el problema fundamental del crecimiento urbano de Riohacha como la falta de una base agrícola que alimentase a la población y de una comunidad indígena que jamás fue sometida. Los intentos de fundar pueblos en el territorio wayuu fueron un total fracaso en el siglo XVIII. En 1769, los indígenas se levantaron contra el poder colonial y quemaron la ciudad, además destruyeron otros poblados que con esfuerzo construyeron los padres capuchinos. Así pues, Riohacha representaba en la imaginación europea la tierra de la Nación Guajira y el punto donde confluían los piratas ingleses y franceses para comerciar con los guajiros, contrabandear y subvertir el orden.

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En el siglo XIX muchas colonias comienzan a decaer en función de los nuevos centros urbanos mestizos que se habían mantenido al margen del interés de la Corona. Riohacha se había reducido a capital de la provincia de Padilla, una de las tantas que componía el Estado Soberano del Magdalena y que mantuvo el cinturón sanitario que protegía el frágil orden del Caribe (Santa Marta, Cartagena de Indias y el sometimiento de los chimilas), de la Nación Guajira.

mil negociantes que tenían trato con los aborígenes.

El capitán Londoño posa en medio de dos wayuu. Foto: Cortesía Banco de la República

Cacique Tupa, jefe de la casta epinayú, de las sabanas de Marañamana en 1909. Foto: Cortesía Banco de la República

Para finales del siglo, un documento describe que los “edificios en la ciudad (están) techados en paja”, dándole a ésta un “aspecto triste y primitivo” y unas pocas con tejas. Además, “no hay otros edificios públicos que el hermoso templo de la patrona”, la de la Virgen de los Remedios, la de la cárcel y un local donde funciona la escuela; la población era de 3 mil 81 habitantes. La relación de la vieja ciudad colonial con los wayúu no cam-

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biaría en los años venideros. En el documento citado se afirma que en “las cercanías de la población todo es agreste y salvaje”, es decir, por un lado, Riohacha no había superado el plano urbano colonial y por el otro, la ciudad aún consideraba el río Ranchería como la línea fronteriza entre la “Ciudad-Fuerte” y el territorio indígena.

Aún en 1900, la dinámica de la ciudad dependía del comercio con los wayuu, de las pieles de chivo, y de los buzos guajiros de perlas y del dividivi. Lamentablemente, la historiografía colombiana ha visto solamente el comercio wayuu como una forma de resistencia cultural pero no de trabajado en la creación de los circuitos y rutas comerciales locales y regionales.

Los comerciantes de la región más bien parecían mercaderes que marchaban de feria en feria, es decir, por las rancherías haciendo trueque de cueros, perlas, sal y dividivi. El Diccionario Geográfico de La Guajira estimaba que en la península había 5

En 1920, Álvarez Jiménez, administrador de la Aduana de Riohacha escribió al Ministro de Hacienda sobre la realidad del comercio local: “el dividivi, la sal, las pieles y las perlas son los productos cuya explotación sustenta la vida de los indios guajiros y también la del comercio riohachero”. En efecto, la economía regional estaba fundamentada en un activo intercambio como había sucedido en el período colonial y republicano.

“Esta ciudad es importante por su comercio exterior, e interior con el Valle-Dupar” del cual se traía palo de Brasil, maderas y se llevaba todo artículo al puerto de Riohacha. Este riohachero junto con el de Santa Marta eran los ancladeros más importantes del Estado del Magdalena y estaba habilitado para sostener el comercio exterior. Por la aduana de Riohacha salía algodón, azúcar, cueros, cobre, café, hierro manufacturado, maderas preciosas, carey, cueros y dividivi. Por ejemplo, a mediados del siglo XIX, se calculaba en 6 mil toneladas la exportación de palo de Brasil, aunque por este puerto se importaban productos tan finos y difíciles de comprar en Bogotá como aceitunas, alcaparras, aceite de almendras, pianos, perfumería, rones del Caribe. También entraban productos industriales como bombas hidráulicas, balanzas de hierro, ejes para carro, máquinas de coser y papel de imprenta.

Presidenta Editora: Dulcinea Montiel Directora General - Fundadora: Jayariyú Farías Montiel Coordinador de prensa: Andrés Boscán Reporteros: Carmen Aragua, Leonel López, Mermis Fernández Coordinadora de Gestión de aliados: Ana Kay Farías Coordinador de Monagas: Cruz Alguaca Coordinadora Dpto. Guajira (Colombia): Claudia Sierra Traducciones: Manuel Román Fernández Coord. investigación y documentación: Manuel Román Fernández Consejo Consultivo: Nemesio Montiel, Weilder Guerra Curvelo, Esther Pana, Estercilia Simancas Pushaina, Neida Luzardo, Hilduara Barliza y Elimenes Zambrano

La huella de las limitaciones del puerto y el comercio local se revelaba en la imagen de Riohacha como un pueblo modesto donde “las casas con piso no pasan de una docena”, cubiertas con techo de paja y con ventanas sin vidrios, la misma aldea que conoció Henri Candelier a finales del siglo XIX. El desarrollo de la “ganadería” indígena era posible en la árida Guajira por los extensos pastos naturales que todavía a principios del siglo XX cubrían a las planicies de su territorio.

El crecimiento de la localidad fue lento, en 1918, todavía formaba parte del Departamento del Magdalena, tenía 9 mil 960 habitantes en 1928. Para el 64´, de los 7 mil 85 edificios que habían en Riohacha, 6 mil 975 eran viviendas, apenas 10 eran considerados de uso industrial, 23 para comercio y servicios y el resto de uso para actividades oficiales. Es a partir de mediados de los años 70, cuando se empieza a notar cambios en el plano urbano de la ciudad, con los primeros barrios como el Calancala. El censo de 1973 registra que el municipio de Riohacha creció en 39 mil 508 habitantes, la presencia indígena era visible: de las 23 mil 290 viviendas de La Guajira al menos 10 mil 771 eran viviendas en “aéreas indígenas”. ¿Quién pudo haber construido un proyecto regional urbano de una ciudad marina de escala pequeña, pero moderna? La Riohacha de los años 60 no logró crear una élite política que se plantease integrar el viejo espacio colonial al nacional; tarea de por sí colosal.

La buena Virgen de los Remedios quien según la tradición detuvo la furia del mar embravecido en el siglo XVI sostiene la esperanza de los riohacheros en un futuro promisorio. Cada 2 de Febrero, Día del Retorno, los pobladores del Hacha se reúnen en la Catedral para celebrar las fiestas de la Virgen y conjurar las tristezas.

Asesores Jurídicos: Román Antonio Montiel, Nicolino Primi Montiel y Eric González Diseño Gráfico y Diagramación: D.G. Carlos Raffe Editora: Fundación Wayuunaiki Urb. La Rosaleda Av. 80D No. 82A-04. Quinta La Guajirera Maracaibo, estado Zulia - Venezuela Telfs. Venezuela: 0416-6693669 - 0426-6228395 Oficina Colombia: Calle 15 No. 12-40, Maicao Telf. Colombia: 315-7588148. Correo: wayuunaiki@yahoo.com - www.wayuunaiki.org.ve


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Servicios públicos, infraestructura, educación y turismo serán los ejes de trabajo de la gestión municipal

El nuevo rostro de Riohacha en sus 470 años Wanee ou’punawaa je’ketü jumuin Suchiima jukajee jikeraajuin 470 juuyase

Andrés Boscán La ciudad del río arribará a sus 470 años en el 2015. Vestida de interculturalidad se pretende consagrar el desarrollo sustentable para potencializar los atractivos de la capital guajira fundada, por recolectores de perla, en 1545; el cabildo local ha instaurado el Plan “Riohacha 470 años” con la integración de cuatros ejes: servicios públicos, infraestructura y ornato, educación competitiva y posicionamiento turístico y cultural; y así dejar en el pasado las penurias que ha sufrido Suchiimma (nombre indígena) en la historia y mejorar su rostro.

Rafael Ceballos, alcalde de Riohacha, ha manifestado en reiteradas oportunidades que su propuesta estratégica tiene una visión de largo plazo, sin embargo, es el mejor obsequio que puede darle a la ciudad y la mejor acción para cerrar su gestión en octubre del año próximo. Estrategia de gestión María Curiel Gómez, secretaria técnica de “Riohacha 470 años”, enfatizó que los factores de cambio pueden presentar resistencia, pero la integración de las opiniones debe siempre trabajar en consonancia por un mejoramiento de la calidad de vida y de la productividad de la localidad, “este plan siempre estuvo visionado por el alcalde y va inmerso en su programa de gestión, pero también es la oportunidad perfecta para que el riohachero le coloque su sello de identidad a la ciudad

La remodelación de plazas tiene como propósito el encuentro familiar, cultural y ciudadano. Foto: Archivo

María Curiel Gómez, coordinadora del Plan “Riohacha 470 años”, definió el propósito de gestión del programa. Foto: Andrés Boscán

y se desmitifique la teoría de que Nicolás Federmann fue el fundador del poblado”. Con una inversión que supera los 742 mil millones de pesos se pretende, en servicios públicos: sustituir la red de aguas blancas y servidas, construir estaciones de servicios de gas vehicular e instalar alumbrado eléctrico en la carretera Riohacha – Maicao; en infraestructura y ornato: la renovación de la Calle 7 “Ancha”, avenida “El Progreso” y “Estudiantes”, los parques Coquivacoa y Tomarrazón, la construcción del parque

de la Vida y la tercera etapa del Malecón, así como la recuperación de la malla vial de pavimento y la construcción de viviendas.

Del mismo modo, en materia educativa se busca consagrar la alimentación escolar en los niños wayuu, adecuación y ampliación de la infraestructura escolar en zonas rurales y la adaptación tecnológica en las escuelas; para la salud, garantizar a las comunidades indígenas el Centro de Recuperación Nutricional “Tepichi Kana´a” y la sana alimentación en las rancherías. Por último, en turismo posicionar la ciudad como un destino cultural y de patrimonio a través de eventos y actividades que logren consagrar el Distrito Turístico. Cultura y patrimonio “Hay una mezcla entre las políticas públicas y el sentir patrimonial del riohachero. La ciudad apenas está posicionándose y aún

no existen esas grandes inversiones en infraestructura, vialidad y servicios que haga deponer a las personas su sentir de preservación por un factor económico”, señaló Curiel Gómez al referirse sobre ese enclave y fortalecimiento de lo propio en los más de 250 mil habitantes.

El mencionado hibrido intercultural no representa mayores desafíos en la visión de una potencia, “eso ya hace parte de la gente, porque uno crece con eso, uno crece compartiendo con un afro, un indígena, con extranjeros que vienen a trabajar en la minería y que va permeando ese entendimiento”, detalló la directiva municipal en referencia al potencial turístico que representan las rancherías al margen de la ciudad, pero integradas al desarrollo económico y cultural que prevalece por encima de la agricultura y la ganadería que alimenta al pueblo riohachero.

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El impulso turístico y patrimonial bajo la gestión de una mujer

El CORAZÓN GUAJIRO de Ruth Berardinelli Henry Palmar/ Andrés Boscán Su padre de nacionalidad italiana se dedicaba a la ganadería, fue el principal motor y ejemplo que vio para seguir adelante en su vida. Esa fascinación por los negocios se vio reflejada en su gestión como directora departamental de Turismo. Ruth Berardinelli, con linaje guajiro de la casta apushaina ama fervorosamente su tierra, a la que ha entregado su trabajo. Diversos programas y alianzas con sectores públicos y privados incursionaron a La Guajira en la palestra turística, exaltando los valores culturales propios: las comunidades indígenas. “Mucha gente me preguntaba porque en los afiches promocionales aparecía una paisana, yo siempre respondía que playas, palmeras y costa tendían todas las ciudades del Caribe, pero lo único que sólo nosotros teníamos era a los wayuu”, relató anecdóticamente.

Pese a que nunca se profesionalizo, siempre ha tenido visión de desarrollo, toda su experiencia la ha obtenido a lo largo del tiempo, llevándola a convertirse actualmente en la presidenta del Festival “Francisco El Hombre”, un concurso vallenato que se realiza anualmente en la capital guajira. Por allá, por finales de los 80´ el destino la arrimó para convertirla en alcaldesa interina de Riohacha por tan sólo 45 días, mientras se preparaban las elecciones extraordinarias. Durante ese poco tiempo instauró lo que llama “La Revolución de las pequeñas cosas” como programa de gobierno, encargándose del saneamiento, ornato y vialidad del poblado, debido a que los recursos económicos se encontraban congelados.

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Ruth Berardinelli, presidenta del Festival “Francisco El Hombre”, ha ocupado virtuosos cargos de la administración pública. Foto: Andrés Boscán

Siempre recuerda que durante esa corta gestión la participación de la gente era impresionante, aunque no se tenían recursos siempre había la colaboración y la disposición de los ciudadanos, “limpiando en aquel entonces la avenida Los Estudiantes, recuerdo que estaba sola y sin un peso en el bolsillo. Era mediodía y ya tenía hambre y un señor de un restaurante me regalo el almuerzo, me dijo que me lo había ganado por el trabajo que estaba haciendo”. Una respetable hoja de vida exhibe la labor de esta madre, abuela, riohachera. En un mundo machista siempre destaca el liderazgo de las mujeres, y más aún a cargos de entidades públicas.

Berardinelli marcó un antes y un después en el manejo de la promoción turística, y rescató los valores ciudadanos de un sociedad sucumbida en el narcotráfico, catalogada por la historia como la época de “La Marimba”.

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Las confecciones de Marta Arredondo han posicionado en la pasarela el etnicismo manufacturero

La CREENCIA de la moda y el estilismo en Riohacha Yessica Aguilar / Andrés Boscán Diseñadora de su propio sueño, creyente de su tierra, emprendedora e impulsora del etnicismo en las pasarelas colombianas, Martha Arredondo, dice haber cumplido con el propósito de su camino como modista, “cuando mis colegas siguen y renuevan mi trabajo significa que he cumplido”.

Estudiar Diseño de Moda no fue nada fácil, aseguró, no sólo porque La Guajira no creyera en la moda, sino que desde el seno de su familia no era bien vista la profesión, sin embargo, la trascendencia cultural que imprime a sus colecciones, la delicadeza de sus piezas y el mensaje que trasmiten son únicos e irrepetibles, “el inicio fue duro, mi hermano me decía que era muy inteligente para estudiar Moda, y luego veía como no se valoraba mi potencial en la avenida La Marina”. Los componentes de su trabajo Desde hace 17 años Arredondo introduce a sus piezas la cultura wayuu a través de los tejidos, “para mí esto no es una tendencia, ahora es una tendencia. Para mí es un modo de vida que yo quería mostrar al mundo a través de mis diseño”. La idea se ha popularizado, se ha permeado en la manufactura textil y se ha orientado tomar elementos y mezclarlo, afirmó la modista, “hay una gran diferencia con mis colegas que trabajan la cultura porque les produce un bienestar económico. Lo que hago es querer mostrar lo que son los artesanos,

Marta Arredondo trabaja de la mano con artesanas wayuu para imponer tendencia en las pasarelas colombianas. Foto: Andrés Boscán

los indígenas wayuu. Es imposible que yo piense que cualquier diseñador no va a intervenir una mochila o no va a trabajar con mi cultura”.

El respeto y el conocimiento que ofrece la artista al trabajo de las artesanas es preciado, “saber dónde están mis límites y donde está el del trabajo de ellas es sinónimo de respeto y conocimiento” en el proceso de intervención, innovación y trasformación.

Identidad cultural Un producto de Martha Arredondo pareciese no necesitar etiqueta, son reconocidos y populares pese a que pueden ser de alto costo; las fronteras de Colombia se han roto para la diseñadora. Las pasarelas del próximo año esperan con ansias la colección que fusiona las sutilezas de telas con el tejido artesanal wayuu, y la confección de carteras, zapatos y accesorios con ese colorido que brindan las manos de las mujeres indígenas.


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Los hermanos Barros son ejemplo vivo de la superación, el emprendimiento y el sentir étnico

La HERENCIA WAYUU en la familia riohachera Tuu apaalakat akuwai’pa natuma wayuu namuin naa kepiashiikana Suchiima

Andrés Boscán Aunque para los wayuu el linaje familiar es otorgado por la madre, para los Barros eso no parece distarlos de su verdadero sentir; cómo no ha de ser así, si su padre Cesar Darío tuvo 26 hijos con varias mujeres, pero a todos los crio como verdaderos hermanos, al menos eso es lo que José Manuel, uno de los mayores, puede decir del matrimonio de sus padres. Josefa Beatriz Zimmermann tuvo siete varones y dos hembras con Cesar Darío. En una ranchería a 10 kilómetros de Riohacha iniciaron su familia. Reconociendo la identidad étnica de su esposo, Beatriz aprendió a hablar Wayuunaiki, a cocinar ovejo y entender la filosofía de vida; ser maestra le ayudo a forjar en sus muchachos ese entendimiento cultural y el orgullo de ser wayuu aunque no fuese ella quien se los heredase. Los poblados de Carraipia, Manaure y Marañamana, cerca de Majayura, fueron hogar de los Barros antes de su llegada a la ciudad del río en 1969, ya más crecida la familia los momentos difíciles parecen borrarse por las anécdotas y las enseñanzas que recibieron los más pequeños como Darío, que nació en Riohacha y forjó su futuro con estudios y preparación, lo que lo llevó a emprender su proyecto de vida hace 19 años con la Constructora La Macuira, que en la actualidad es un enclave familiar.

Desde hace 45 años la familia Barros ha instaurado su patrimonio en Riohacha. La esencia indígena la mantienen viva junto a su padre wayuu y la sabiduría de su madre, que les enseñó a valorar sus orígenes

Parte de los hermanos Barros junto a sus padres celebrando su cumpleaños. Foto: cortesía famila Barros.

diciéndoles lo importante que era superarse, trabajar y aprovechar las oportunidades.

En tal sentido, cada uno ha incursionado para enaltecer el legado de sus padres y trabajar para consagrar el futuro de las nuevas generaciones, por ejemplo, “El Negro” inició su negocio con la distribución de bebidas gaseosas y hoy posee una flota de transporte de carga pesada que recorre el país.

Hermanos Barros desde la casa de Cesar “El Negro”. Foto: Andrés Boscán

El legado Cesar “El Negro” cuenta que cuando el pan llegó a faltar en la mesa y las penurias agobiaban el hogar, su madre siempre con fortaleza y tesón “arreaba su ganado”

José Manuel se convirtió en el primer director departamental del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) e impulso el programa “Tejiendo Futuro” que involucró sacar de las rancherías el talento artesanal de las mujeres wayuu para su promoción y exposición al mundo.

José, otro de los hermanos, vive en Brasil desde hace 15 años y se ha especializado en el área pediátrica de la medicina; y así mismo, cinco hermanos nacidos en

Venezuela se han formado en la docencia.

La mezcla familiar La menor de todos es Josefa Barros Epiayu, y aunque lleve el nombre de la madre de sus hermanos, es hija de otra mujer. Su mamá, de origen wayuu, tuvo cuatro hijos, pero ella fue la única que recibió la crianza al lado de su padre, Cesar Darío; le ayudó a compenetrarse en un mismo núcleo familiar. Nombrada Majayura de Oro de Riohacha en 2008, la joven le ha dado tres nietos a la familia y labora junto a su hermano Darío y José Manuel en la constructora que da trabajo a más de 450 personas. Ya sean Barros Duarte, Zimmermann, González o Epiayu, la fraternidad que involucra a esta familia riohachera desde hace 45 años se ve manifiesta en la interrelación de sus miembros y en la forma de vida de la que se han hecho participes autodenominándose como propios wayuu.

NOTIFICACIÓN

AVISO DE COBRO Señor(es) ALCALDÍA DE MAICAO

El periódico WAYUUNAIKI, en virtud de sus atribuciones, informa al ciudadano Eurípides Pulido Rodríguez, ALCALDE DE MAICAO, y/o al personal administrativo de dicha instancia gubernamental que tiene en mora el pago de las facturas Nº 0236 y 0259, correspondientes a los mesesde Junio y Julio del año 2013.

En tal sentido solicitamos la revisión del caso, bajo exhorto al ciudadano alcalde para su inmediata cancelación.

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La interculturalidad de Riohacha ha abierto espacios para la gastronomía étnica

El sabor de la cocina wayuu SE DERRITE como “Mantequilla”

Tuu jeemetsekat ne’kuin wayuu awuinja’lataasü muinka jaa’in wanee mantekiiya “La cocina wayuu es perfecta y tiene identidad. No necesita aromatizantes ni saborizantes distintos al que le proveen los ingredientes de los platos típicos que ellos preparan, y que conforman el legado cultural y ancestral de esta etnia que no conoce límites de fronteras” José Luis Cotes Gutiérrez

Rosa López Graduado en Tecnología de Administración Financiera, de Sistemas y en Cocina, José Luis Cotes Gutiérrez permitió que su pasión por la comida heredase ese toque distintivo y efusivo que brinda la gastronomía indígena local de Riohacha. Cuenta que su capacitación en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) tuvo influencia por la gran escuela gastronómica: la cocina francesa, el bagaje culinario aprendido en su casa enseñado por Josefa Cotes, su abuela, que junto a sus tía y su madre criaron en él ese interés por los gustos y sabores. Todo su conocimiento se vio reforzado al trabajar durante dos años en la Fundación “Guajira Indígena”, donde mantuvo un contacto muy cercano con familias wayuu, y conoció de primera mano lo

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relacionado con la manipulación y preparación de los alimentos al vivo sentir aborigen.

De ese intercambio de saberes salieron buenos resultados, los wayuu aprendieron nuevas formas para preparar sus alimentos sin cambiar la esencia de los mismos y el cocinero aprendió la sencillez natural que envuelve el fogón wayuu, de allí su extenso vocablo en Wayuunaiki.

Afirmó que de esa amalgama de conocimientos obtuvo grandes experiencias, “lo que aprendí con los wayuu lo práctico en mi restaurante. Aprendí que la cocina debe ser natural, sin añadiduras sofisticadas”. “La cocina wayuu es perfecta y tiene identidad. No necesita aromatizantes ni saborizantes distintos al que le proveen

“Mantequilla” se ha consagrado por su servicio, sabores y originalidad. Foto: Archivo

Resultados de una investigación señalan que en La Guajira se produce un orégano de características especiales, que entre más seco, mejor se presenta su sabor, el cual supera el orégano que se vende en los supermercados y tiendas de cadena.

La tierra ofrece sus frutos como Shan´pulana (Crema de auyama). Foto: Archivo

los ingredientes de los platos típicos que ellos preparan, y que conforman el legado cultural y ancestral de esta etnia que no conoce límites de fronteras”, enfatizó el tecnicista culinario. Es imposible verlo separado de un cuchillo y una tabla para picar, “el chivo, la auyama, el frijol, el maíz y la sal como potencializador de esos sabores, es lo que utilizan los wayuu en su cocina. Esos mismos sabores son los que se ofrecen en mi carta”.

Esa carta es ofrecida en “Mantequilla” un restaurante cálido donde se ofrecen hierbas naturales que dan aroma y sabor a los platos, que con simpleza y sencillez engalanan la mesa.

Las tendencias culinarias En Mantequilla no abunda el pescado, no es tampoco la exclusividad de los principales restaurantes de la zona que han incursionado en la gastronomía propia indígena para exaltar los sabores terrosos de la localidad.

“La explicación está en la nula oferta del producto en el mercado interno, porque los mejores frutos marinos lo llevan a otras ciudades de Colombia y aquí dejan los menos apetecidos”, señaló Cotes, lamentando que este factor haga que en su menú no se pueda incluir productos del mar.

El chivo se convierte en el principal del menú de “Mantequilla”. Foto: Archivo


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Una extraña enfermedad mantiene postrado al reconocido artista wayuu

su modelo y musa de inspiración. Hoy, a sus 73 años, nacido en Riohacha y bajo la casta Gouriyu, el maestro del lienzo ha consagrado su formación en la universidad de la vida, se ha dedicado a producir pinturas en óleo y esculturas, y experimentado con otras técnicas artísticas, llevándolo a diferentes países.

El invencible

ANTONIO MÁRQUEZ

y sus pasiones

Chii matujainkai emerawaa Antonio Marques jee tuu nukuai’pa naa’inmajatkalü Primeria Barros Pimienta (Diario del Norte) La anemia aplásica le quiere arrebatar la magia que Dios puso en sus manos, para plasmar en lienzo lo que inspira a su corazón, esas pinturas costumbristas del indómito paisaje de la tierra guajira son ahora el legado del reconocido pintor wayuu Antonio Márquez. La extraña y grave enfermedad lo tiene postrado en una cama, y desde hace un año le ha quitado la movilidad, pero, no ha podido afectar su corazón y su pasión por el arte. Ese amor no le permite dejarse vencer por los dolores en su cuerpo y las dificultades motora, para seguir haciendo desde su cama y como puede sus dibujos a lápiz.

Su esposa siempre ha sido su apoyado, la también artista Bélgica Quintana, es su mejor compañía. Durante “sus mejores tiempos” esa misma mujer a la que con solo mirar le hacen brillar sus ojos, fue

Trabajos artísticos desarrollados por el pintor desde la Escuela que fundo. Foto: Primeria Barros (Cortesía Diario del Norte)

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Antonio Márquez junto a su esposa Bélgica Quintana. Foto: Primeria Barros (Cortesía Diario del Norte)

En su fresca memoria aún preserva los recuerdos de su niñez en la Alta Guajira con sus padres, regreso a la capital cuando tenía ocho años de edad y desde entonces hizo sus primeros trazos de lo que sería el retrato de su historia de vida por más de 40 años dedicado a difundir el patrimonio cultural de la etnia wayuu y de la región Guajira. Su inicio plástico Haciendo dibujos de propaganda del Teatro Aurora inició su carrera el maestro Márquez. Durante tres años se dedicó a ilustrar los avisos de las películas y obras que se presentarían en el centro cultural, una labor que le permitió perfeccionar su habilidad para pintar.

A los 18 años organizó el primer taller de serigrafía y publicidad en Riohacha donde hacia avisos y estampados. Allí se inició como artista, utilizando la técnica del óleo. En 1988, motivado por la falta de oportunidades para crear artistas en La Guajira, fundó la primera escuela de dibujo para niños y jóvenes que llamó: Escuela de Artes y Pintura “Antonio Márquez”, aseguró durante la emotiva platica que “de esta escuela salieron los primeros pintores guajiros, muchos de ellos siguen trabajando ese arte que aprendieron conmigo en otras partes del país”.

En su memoria aún preserva su primer cuadro: un desnudo que luego envió a la Escuela de Bellas Artes de Bogotá con el fin de que evaluaran su trabajo, pero nunca obtuvo respuesta, sin embargo en diversas exposiciones realizadas en Santa Marta, Barranquilla, Bogotá y, Paraguaipoa y Maracaibo (Venezuela) han descrito su estilo como clásico, ya que sigue vigente en cualquier modo y tiempo.

Ya como escultor ha logrado plasmar su creatividad en piezas como: los bustos de Luis Antonio Robles y Helio Pinedo Ríos, en el Palacio de Justicia de Riohacha y en el colegio Helio Pinedo Ríos, respectivamente; y los monumentos “Los Embarradores de Riohacha” y “La India”, en el parque la India de la ciudad. Su trascendencia le ha llevado la galería de Miami con su obra “La Vendedora de Pescado”, seleccionada por el comité del programa Plan Caribe de la Presidencia de la República, a través del Despacho de la Primera Dama de Barranquilla, y con quien comparte junto a 20 expositores del Caribe. En cada uno de sus trabajos lleva plasmada parte de su esencia como artista y como amante de su arte, “la calidad de un pintor depende de la cantidad de pasado que lleve consigo” frase célebre Pablo Picasso.

La vida de Márquez ha estado llena de luchas y pasiones, espera que Dios sea generoso con él y le permita que pinte su última obra, “que a aquellos ‘viejitos del arte’ no mueran solos, enfermos, y sin una vida digna”.

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Documentos históricos develan la verdad sobre la fundación de Riohacha

El OSTRAL PERLERO de Nuestra Señora de los Remedios

Eejetule tuu warutta Karu’ule’ümaajatukat yala Nuestra Señora de los Remedios Weildler Guerra Curvelo Las características de los asentamientos hispanos ligados a la explotación perlera en el Caribe durante el siglo XVI requieren atención por su singular fenómeno demográfico. Entre sus peculiaridades más relevantes pueden mencionarse, la movilidad geográfica del heterogéneo conglomerado humano, la cual se concreta en eventos migratorios iniciados en la primera mitad del siglo, desde el grupo insular margariteño a la península de la Guajira y luego hasta Panamá; También, se encuentra el otorgamiento a los asentamientos perleros por parte de la Corona un estatuto político especial que garantizaba su autonomía. Examinar desde esa perspectiva el traslado de la ciudad de Nuestra Señora de los Remedios desde el Cabo de la Vela, en donde fue erigida en 1538, al Río de la durante los primeros meses de 1545.

La atracción de las perlas La existencia de ostrales perleros en las costas guajiras constituyó una reiterada atracción económica que estimuló la organización de empresas de exploración, conquista y poblamiento del territorio las cuales se limitaron inicialmente al ámbito del litoral.

Aparece tempranamente en los primeros intentos de ocupación, según Petra Josefina Moreno, etnohistoriadora venezolana, el denominado periodo de contacto inicial el cual transcurre entre 1499 y 1525. La apetencia perlera surgió en la primera capitulación de Ojeda de junio de 1501 por la cual se creó la Gobernación de Coquivacoa al igual que en los asientos celebrados con Diego Caballero en 1525 y con Martín Fernández de Enciso en 1526. En esta última capitulación el interés por las perlas se evidencia al poblar el llamado Golfo del Aljófar, extendido hasta el Cabo de la Vela. El poblamiento de la Gobernación de Santa Marta en 1525 señaló el inicio del segundo momento denominado por Moreno periodo de reconocimiento de las condiciones aprovechables de la península. A partir de ese año se explora el interior del territorio guajiro y se ensayan formas de reducción de la población indígena como el levantamiento de nuevos asentamientos europeos en las costas que no llegan a consolidarse. Ello se intensifica al constituirse la Go-

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de las gentes de Cubagua a la península en 1538 la presencia europea se había manifestado tan solo en el paso de expediciones exploratorias hacia el interior del continente o en cortas campañas punitivas para castigar supuestos desmanes de los indígenas contra navegantes europeos. Estas entradas servían en realidad de pretexto para la torna de esclavos y el saqueo de los asentamientos nativos. La buena Virgen de los Remedios detuvo la furia del mar embravecido protegiendo al poblado cuenta la leyenda. Foto: Archivo

bernación de Venezuela y Cabo de la Vela, en 1528, mediante capitulación otorgada por la Corona a la casa comercial alemana de los Welser. El periodo de asentamiento castellano en la península se inicia efectivamente en 1538 con la localización de los ostrales perleros por los habitantes de Cubagua (Venezuela).

Esta había sido tempranamente poblada pues ya en 1510 se levantaba allí una activa ranchería de pescadores de perlas. En 1521 la ranchería se ha convertido en una próspera ciudad llamada Nueva Cádiz de Cubagua “con plaza mayor, iglesia, conventos, mercado y servicios”, gozaba de un régimen de autonomía local pues se gobernaba por alcaldes y dependía en lo administrativo directamente del Consejo de Indias y en lo judicial de la Audiencia de Santo Domingo. El ritmo de producción de sus ostrales se evidencia en el quinto real pagado a la Corona el cual sube de 200 marcos en 1521 a 700 en 1626 y alcanza su cenit en 1527 con un recaudo de más de 1200 marcos. Pero, la producción empieza a declinar hasta alcanzar menos de cien marcos en 1537 con lo que se inicia el fin de la prosperidad de la localidad.

Weildler Guerra Curvelo, antropólogo, expone la verdadera historia de fundación de la ciudad. Foto: Andrés Boscán

Ante el derrumbe del rendimiento de los bancales de Cubagua los comerciantes de perlas solicitan licencia a la corona para explorar otras áreas del Caribe. Durante ese mismo año las principales haciendas de perlas de Cubagua empiezan a trasladarse al Cabo de la Vela. Estas se componían de “canoas, indios e varcos navíos e casas movedizas y toda la gente esclavos naborías e bastimentos”. Kaplan considera que para ese año ya se encontraban en el Cabo de la Vela 900 indígenas esclavos con 38 canoas. Tovar corrobora: “Las perlas, como producto de extracción, exigían capital para operar e indios para que bucearan, por ello fueron empresarios y no pobladores corrientes los que se interesaron por estos espacios de la geografía y los negocios”. La población no se consolidó en el Cabo de la Vela hasta 1539 y aun siguió el proceso de traslado en 1540, fecha en la que, según Morón, empieza a aparecer la correspondencia de los oficiales reales en las fuentes documentales.

El enclave político Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela constituyó el primer asentamiento europeo que tuvo perdurabilidad en las costas guajiras. Antes del arribo

En búsqueda de un régimen de autonomía local similar al que gozaba Nueva Cádiz de los nuevos pobladores hábilmente esgrimieron como argumento la poca claridad que existía en la fijación de límites entre ambas entidades administrativas y la importancia de evitar enfrentamientos entre las gobernaciones hispanas. En efecto, en tanto que los venezolanos consideraban que su gobernación incluía al Cabo de la Vela como provincia y llegaba hasta el río Yaro o Hermo o de La Hacha, conocido actualmente como Ranchería, los de Santa Marta argüían que el límite de su jurisdicción alcanzaba hasta el propio Cabo de la Vela considerado simplemente como accidente geográfico.

La presencia de los cubaguenses en la Guajira llevó a Jorge Espira, gobernador alemán de Venezuela, a protestar en febrero de 1540, “no consienta en ese daño a mi gobernación” y amenaza con enviar un teniente suyo con gente de a pie y a caballo para expulsar a los invasores. No menos hostiles fueron las intenciones de las autoridades de Santa Marta. En 1542, el Gobernador Alonso Luis de Lugo tomó violentamente las perlas en poder de los oficiales reales, dispuso de manera indebida de los bienes de difuntos y encarceló al escribano del cabildo, entre otros delitos que fatigaban el derecho de Castilla. La Ciudad se mueve hacia el Río de la Hacha El río actualmente conocido como Ranchería recibió nombres

diversos en las crónicas y documentos del siglo XVI. Fue llamado inicialmente río Seturma, posteriormente río de la Hacha y los venezolanos le conocieron como río Yaro o Hermoso. Así la crónica de Gonzalo Fernández de Oviedo (1549) dice: “desde el Cabo de la Vela se torna la costa al sur ocho o diez leguas hacia el río Seturma”. Pese a ello, la denominación que prevaleció durante la colonia fue la de Río de la Hacha y a la postre bautizó a la ciudad que se estableció en sus orillas llegando a desplazar incluso su nombre primigenio de Nuestra Señora de los Remedios.

Los cronistas aportan tres versiones sobre el origen de este nombre, López de Velasco (1574) registró la más antigua y escueta de estas: “y el río se llama así por un hacha que se hallaron en el los primeros pobladores”. Juan de Castellanos (1589) veterano explorador y uno de los primeros habitantes de la ciudad aporta otra versión que relaciona el nombre al río con la segunda expedición de Alfinger realizada en 1531: “llegaron pues al Río de la Hacha, que este nombre tal es heredero por una que perdió cierto soldado a tiempo que pasaba por su vado”. Finalmente, Lucas Fernández de Piedrahita (1688) en su “Historia del Nuevo Reino” aporta una explicación más tardía pero que prevalece hasta hoy “y descontentos del sitio por la falta de agua y leña que padecían resolvieron desampararlo y dando su acuerdo eligiesen mudarse a otro sobre la misma costa del mar treinta leguas a sotavento, junto a la boca del río de la hacha, así llamada por haber dado una de hierro al guajiro que se lo descubrió a los nuestros en ocasión que por aquellos arenales caminaban sedientos” Esta versión es repetida por otros cronistas como Alonso de Zamora (1701) y Antonio Julián (1787).


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Pese a los esfuerzos la productividad de las mujeres wayuu se ve afectada por la competitividad del mercado

El AMANECER ARTESANAL se vuelve la mejor postal

Wane jayuuwaa O’ut junain e’iyataa e’inuushi jia ja’anasiaka jiawasein woumain

El malecón de Riohacha se imprime de colores con la exposición de artesanías indígenas en sus aceras. Foto: AB

Lo hombres tambien cuentan con su espacio. Foto: AB

Hasta entrada la noche las artesanas venden sus productos. Foto: AB

Andrés Boscán El suelo se llena de colores, Jouttai susurra al oído sus historias mientras que Maleiwa forma parte de la faena de un cosmos convertido en la postal predilecta de Suchiimma. El centenar de mujeres wayuu, puestas en la primera avenida de Riohacha, se ha convertido en un atractivo intercultural que eleva sustancialmente el término turístico. El trabajo de las paisanas encontró en las aceras del malecón su galería, su sostén familiar, y hasta su rol social.

un acuerdo en los precios. Ya se han hecho muchas reuniones y cada quién se aprovecha de sus oportunidades para tarifar a su conveniencia”.

y podemos estar hasta tres días haciendo una mochila, pero a la gente le gusta nuestro trabajo con calidad”.

Desde wattacho´unya se apostan en lo que se ha convertido en el punto de encuentro de la ciudad para vender sus productos: mochilas, cinturones, bisutería, wairenña (calzados) y wayuushe’in (mantas). “En un día bueno puedo vender de dos

hasta cinco mochilas” afirmó Sofía Epiayu, que desde hace seis años ha logrado cotizar sus tejidos y el de sus hermanas, aprendiendo el oficio de su madre y su abuela.

Competitividad La competencia de mercado es dura, los precios pueden variar entre 40 mil hasta 55 mil pesos, y el grupo de mujeres, y hombres, aún no se pone de acuerdo para estabilizar un precio unitario que les permita hacer rentable sus ventas. Luis Fernández trabaja junto a su prima María, procuran extender su toalla a las 7 de la mañana para exhibir sus productos y ganar competencia con el resto de las artesanas, “si estamos tantas personas aquí es porque vendemos, pero es necesario

La Oficina de Turismo de La Guajira y el ayuntamiento local han fijado como única regla la disposición del lugar, sin cobro de impuesto, para la venta exclusiva de artesanías; el tema de los precios no es su atribución.

Ana Epiayu vende su mochila más costosa en 50 mil pesos, gasta en promedio 20 mil para comprar hilo e insumos y confeccionar sus tejidos, en referencia afirmó: “nosotros solos debemos ponernos de acuerdo sin intervención gubernamental ni de privados, pero los que nos compran deben entender que el trabajo manual es largo

El éxito del trabajo Desde otras comunidades, como Manaure, llegan las wayuu para vender sus productos, un vivo ejemplo es la historia de María Victoria Epiayu, que desde hace tres años trae los tejidos desde su pueblo “porque aquí podemos vender en un mejor precio, sin pagar impuesto y se convierte uno mismo en su propio patrono”.

Carlos González apenas si llega a los 18 años, vende por día al menos 300 mil pesos, no fabrica sus productos pero se ha convertido en un generador de empleo en las rancherías, donde otras mujeres se encargan de tejer su sustento. Lo mismo hace

Elidith Orozco, ella hace negocio con un grupo de artesanas de San Antonio de Córdoba.

La crítica El Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) ha dictado talleres de formación y emprendimiento en las comunidades wayuu, diversas organizaciones étnicas han promovido esos espacios, sin embargo, según Zadeth Arrieta, otro de los artesanos, las fundaciones indígenas “no sirven de mucho, sólo se aprovechan de su condición para recibir los donativos trasnacionales y no hacer el verdadero trabajo que merece la cultura”. Las noches riohacheras hacen gala del esplendor textil de sus indígenas, que parecen recoger su trabajo luego que la ciudad se acuesta a dormir.

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Desde la época de la colonización la etnia ha sido sometida y obligada al desplazamiento de su territorio

La COMUNIDAD ZENÚ ha encontrado en Riohacha su nicho cultural

Naa Senuukana nachekalaitpa ma’i Suchiima jukajee nantuin junain anaa julu’u nakuai’pa

Candelaria Morales Álvarez, relató el desafío que representa para su étnica consagrar el reconocimiento cultural. Foto: Andrés Boscán

Andrés Boscán Candelaria Morales Alvares, hija de una indígena zenú, se ha convertido una autoridad tradicional de su etnia pese a ser mestiza, cuenta sobre lo que han vivido sus paisanos desde de la invasión colonial y el despojado de sus tierras, obligándolos a desplazarse a Riohacha. “Estoy agradecida con la ciudad, me vine hace 27 año sy este pueblo me ha brindado el calor humano, porque aquí no hay exclusión de culturas” fueron las palabras calificativas hacia el poblado pluriétnico donde converge gran diversidad de culturas. La perdida de las tradiciones culturales, del trabajo y sus cultivos, y la violencia

WWW.WAYUUNAIKI.COM ha dispersado a la etnia desde Amazonas hasta La Guajira, en la lucha por el reconocimiento. Aún en la actualidad, continúan forjando su organización para alcanzar beneficios en: alimentación, educación, libreta militar y salud; derechos contemplados en la Constitución de Política de Colombia y que aun está en la espera por el aval étnico que otorga el Ministerio del Interior.

Los zenú están organizados en cabildos locales, se destacan las regiones de Sucre y Córdoba donde las comunidades se encuentran organizadas alrededor del Cabildo Mayor del Resguardo de San Andrés de Sotavento y en consejos menores en el Alto San Jorge. Estas comunas, con mayor grado de organización, se caracterizan por estar vinculadas a la Organización Indígena de Antioquia que resalta su lucha por la tierra como una constante de sus demandas. El próximo 6 de diciembre, se realizaran elecciones para elegir a los capitanes de los cabildos de cada comuna, posterior a la asamblea que se realizará en Dibulla.

Suné Mawari Farías Montiel y Gerardo de Jesús Farías Nuestra hermosa Reina te extrañamos todos los días, a pesar que pasa el tiempo estas en cada recuerdo, en cada risa, en cada momento de nuestras vidas. A pesar de los años sin verte, sin abrazarte físicamente, sentimos que nunca nos has dejado. El que te recuerda se le es inevitable sonreír y decir que fuiste un ser maravilloso con un carisma único, la alegría de muchos, un ejemplo de vida la luz que todavía nos ilumina. Nunca han estado lejos sus almas que es su esencia continúan en cada rincón de nuestro hogar y nuestros corazones. Invitamos a la familia y amigos a una eucarística en honor a Suné Farías Montiel, a sus 11 años de su encuentro con el Señor, y Gerardo Farías, a sus 13 años de partida física. Dia: 26 de noviembre de 2014 Lugar: Iglesia Santisimo Sacramento de Las Lomas Dirección: Urbanización Las Lomas, Maracaibo - Hora: 6:00 de la tarde

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Francisco Javier Daza Tovar trabaja fervorosamente con el programa de desarrollo para el 2015

El VERDADERO AMOR del hijo adoptivo de Riohacha Tuu shiimuinkat naa’inmaajatuin wanee juchonyaashii Suchiima La formación en escuelas católicas forjó en el ingeniero el sentido de bondad y amor por lo suyo. El concurso “Los Mejores Bachilleres” de la empresa textilera Coltejer sirvió de espacio para que el exgobernador de La Guajira mostrará su madera de líder. Daza Tovar ha impulsado diversos programas a través de la administración pública en pro del desarrollo de la región

Rosa López A 11 meses de su nacimiento su salud se vio quebrantada, nacido en el poblado de Distracción, ahora municipio del Departamento de La Guajira, se mudó a Riohacha por lo que según sus abuelos “sólo curarían la vida marina y los baños de mar”. La etapa escolar de Francisco Javier Daza Tovar en el colegio “María Auxiliadora” y su maestra Emilia Gumersinda Mejía López,

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de La Guajira participó con: Manuel del Prado Brito, Juan Bernardo León y Jorge Ballesteros Bernier. La Universidad del Cauca le admitió en sus estudios superiores luego de aquel concurso, sin embargo, la Universidad Javeriana de Bogotá le graduaría como ingeniero civil. Su profesionalización lo convirtió en el primer director de la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira) y en enero de 1990 se posesionó como Gobernador del Departamento de La Guajira dejando su mandato al culminar el período presidencial de Virgilio Barco Vargas.

Francisco Javier Daza Tovar fue gobernador de La Guajira durante el mandato presidencial de Virgilio Barco Vargas a finales de los 80. Foto: Archivo

consagraron bajo una formación católica impregnar principios morales, que tiempo más tarde jugó un papel trascendental en su desarrollo de vida.

Sus tías se convirtieron en el núcleo familiar: Rosa, Judith y Regina Tovar Carrillo, esta última aún vive con 97 años. Sin embargo, su colegiatura siempre estuvo marcada por los internados como “La Divina Pastora”, regentado por misioneros capuchinos italianos; obtuvo su bachillerato.

Francisco Javier Daza Tovar ha ocupado cargos al frente de la Corporación de Desarrollo de La Guajira y de elección popular como Gobernador. Foto: Archivo

En ese entonces, -recuerda Daza Tovar- se realizaba un concurso denominado “Los mejores bachilleres” patrocinado por Coltejer, empresa textilera. En representación

Su gestión se consagró en medio de problemáticas sociales ligadas al narcotráfico, la administración pública debía ser un ente garante de libertades, derecho y sobretodo bienestar para los pobladores, ese perfil lo mantiene hoy ligado al Plan “Riohahcha 470” proyectado para el 2015, “En esta misión no estoy cobrando ningún emolumento, porque deseo que Riohacha pueda tener un proyecto prospectivo que le permita en los próximos 10 años contar con un Distrito Turístico, Cultural e Histórico a la altura de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta”.

Con expresión emotiva cito con elocuencia al gran pensador José Francisco Ruiz Massieu, quién decía: “la gratitud es la memoria del corazón”, así mismo coló a Gabriel García Márquez: recordar es fácil para el que tiene memoria, pero es difícil olvidar para el que tiene corazón”, con ello manifestó el anhelo de prestar desinteresadamente sus servicios a Riohacha y La Guajira, porque desea devolver su acogida con devoción a su tierra y su gente.

ENCUÉNTRANOS EN: Comercial De Todo Comercializadora Parada de la ruta La Concepción - La Curva Kiosko Leonel Frente a la Sede del Registro Municipal Kiosko Boulevard En el Boulevard de La Concepción

Revistería La Parapetera Centro Comercial Coco Mall, diagonal al Banco Provincial Kiosko Basilicia Frente a la Plaza Jesús Enrique Lossada

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Las investigaciones de Freddy González Zubiría muestran la pujanza de los medios en la localidad

Riohacha: PUERTO ESTRELLA para la prensa

Suchiima: paala jumaiwa keejiasü ma’i natuma naa ashajuliikana jee naa akujaliikana achikuwaa Así como aparecían periódicos, desaparecían” afirma el autor en referencia a la consolidación de medios de comunicación desde 1833 hasta 1953

Andrés Boscán Como toda ciudad puerto el auge de la prensa se convirtió en un potencial mercader en la ciudad del río, al menos así lo define Freddy González Zubiría en su libro “La prensa de Riohacha 1833 – 1953”. Ya constituida la ciudad y los factores políticos de la República instaurados el posicionamiento de la comunicación se hizo inminente, el comercio y las exportaciones lograron que la inversión en los periódicos se potencializara y las líneas de negocios fijó bases para lo que el autor denomina un crecimiento apabullante de los impresos en la localidad que apenas si se extendía a ocho calles. El texto publicado en 2011, con el apoyo del Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes, narra el hilo editorial que poseía la prensa “muy partidista” durante 120 años, “en aquel entonces los grupos políticos eran quienes fundabna periódicos y sus noticias siempre estaban sujetas a sus ideologías, sin

importarles se echaban tierra unos con otros”, explicó para WAYUUNAIKI el escritor guajiro.

“La difusión del mensaje político era crucial para el sostén de la prensa, pero existía un nivel cultural superior que permitía mostrar otras facetas de la ciudad”, enfatizó al referir que los contenidos de los periódicos eran profundos, interpretativos y aptos sólo para personas con un alto nivel de formación.

Por ejemplo, existían varios periódicos a principios del siglo XX como: La Frontera con sus secciones de política, comercio, literatura, dirigido por Pedro Lubo; La Voz de Riohacha con comercio, industria, variedades, al mando de Rafael Romero Barros. La vida política estaba animada por El Ideal y El Albor, cuyo director era Rafael Romero, ambas publicaciones hacían énfasis en la literatura y las variedades.

El surgimiento de La Nueva Era se convirtió en órgano del par-

Freddy González Zubiría se ha dedicado a la investigación de la prensa durante el siglo XIX y XX. Foto: Andrés Boscán

Archivos del Banco de la República resguardan algunos de los principales periódicos de Riohacha. Foto: Cortesía Bando de la República

tido republicano, también dirigido por el inquieto Rafael Romero, y La Bandera dedicado a la política e intereses generales.

Pululación de mercado Las estrechas actividades económicas de la ciudad costera abrió espacios comerciales de envergadura con cuantiosas trasnacionales y compañías

exportadoras de mercancía colombiana, esas empresas fijaron una taza propagandística que sustentó por mucho las páginas de los nueve periódicos que llegaron a existir en Riohacha a finales del siglo XIX. Aunque las inversiones en publicidad eran altas la prensa de la época era efímera, “así como

El reencuentro de identidad y profesionalismo de Betty Martínez

aparecían periódicos, desaparecían”; aún no se define si por sus lectores o por la saturación.

La confianza en la comunicación impresa imperó hasta la aparición de la radio en el siglo XX, sin embargo, los formatos y las características de cada tipo de medio consolidaron el goce de la información noticiosa en la localidad.

“El PODER de la palabra” de una periodista wayuu Andrés Boscán La maestra wayuu de Puerto Estrella la concibió con un oriundo de Uribia en 1961, la mayor de ocho hermanos se inspiraría en Riohacha para ejercer la comunicación y consagrarse como “Betty la de Caracol”.

Inmediatamente a su profesionalización en Santa Marta el mundo de la radio la cobijó, en ella se perfiló como productora y fundamentalizó el ejercicio de su carrera. Las anécdotas en Radio Delfín y Almirante forjaron en Betty Martínez “la gallardía de un buen periodista”. Los noticieros siempre fueron su fuerte hasta su paso por El Heraldo donde escribía la página “Guajira” y relataba los pesares y triunfos de la región. Tiempo después redescubriría su identidad étnica al pasar por la corresponsalía de WAYUUNAIKI; los trasnochos que vivió para pulir sus crónicas le brindaron el orgullo para usar nuevamente wayuushe’in (manta). “La buena escuela” de la comunicación indígena le permitió ampliar sus recursos periodísticos otorgándole un reconocimiento por su trabajo “El poder de la palabra”, que se inspiró en la historia de los putchipu y su trabajo por la preservación de la paz.

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Desde hace seis años la televisión colombiana exige ver la manta ante las cámaras, el fallecimiento de Jairo Romero le dio la oportunidad a la reportera wayuu de incursionar en Caracol Televisión y mostrar el rostro de La Guajira en el contexto nacional, “trabajar

La periodista wayuu afirma que usar la manta para sus reportes noticiosos se ha convertido en una obligación. Foto: AB

en una empresa tan grande y consolidada brinda beneficios no sólo en lo económico, sino en la valoración de lo que haces y la perspectiva que utilices para contar noticias”.

Aunque adora su trabajo, mantiene claro que es necesario formar a un “relevo generacional” que permita mantener la calidad, el equilibrio y el prestigio del periodismo como estandarte de lucha.

Su nieta Isabela Sofía y sus tres hijos le imprimen la sonrisa y el orgullo a la periodista riohachera, su sólido matrimonio ha sido el apoyo para llevar de la mano su carrera y su hogar, “en los momentos difíciles he aplicado eso de poner las cosas en la balanza para saber que mi familia siempre será el mejor respaldo de lo que hago”.


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Opinión

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Crónica del Cambio

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Paraguaipoa 134 años en franca RESISTENCIA

PALAAJEE

Se trata de la dirección del mar, esto siempre obedece como una respuesta a una interrogante muy común en la población wayuu ¿jelejeejechi pia? ¿De dónde vienes? Y la respuesta seria. Chejeejechi taya palaajee, yo vengo del mar o de la cercanía del mar.

LA FUNDACIÓN OFICIAL

Paraguaipoa de ayer...Foto: Cortesía de Edwin Amable Silva

Jayariyú Farías Montiel La gaita zuliana Paraguaipoa, escrita por Saúl Sulbarán e interpretada por Rafael Barroso en la agrupación Sorpresa popularizó el rinconcito ensoñador de la patria soberana…y es que sus pobladores aún la perciben así: una tierra galana, mi rinconcito natal, la letra de esta famosa canción describe a este poblado del municipio Guajira y en aquel entonces invitaba a conocerlo. Hoy la realidad de Paraguaipoa es otra, cambió su rostro un poquito nada más, sigue allí

El Toro Senta’o donde los jóvenes wayuu bailaban y se enamoraban, sin embargo cambió su utilidad se ha convertido últimamente en centro de acopio para el Mercal “casa por casa” que atiende a las comunidades wayuu, la plaza sufrió una modificación tiene lámparas y asientos de antaño y un parque infantil, de noche hay una cantidad de puestos de comida, que venden donde mejor les convenga, hace poco fue inaugurado un Mercado Artesanal, está frente a la iglesia de piedra que por cierto mantiene cerradas sus puertas. Las calles del centro de Paraguaipoa se abarrotan cuando pasan los estudiantes, las mo-

tos vienen y van como caballos desbocados, y más allá sigue Los Filúos con su acostumbrado desbarajuste, la novedad: son los niños haciendo señas con sus dedos, los jóvenes parecen más expertos, Paraguaipoa esta circundada por “caletas” de combustible, si el pueblo ha crecido es porque el bachaqueo así lo ha querido. El banco se fue hace muchos años, no hay cajero electrónico y prácticamente todo deben traerlo de El Moján o Maracaibo, si la Guardia o el Ejército permiten que sus pobladores pasen sus mercados, pues existen restricciones para el paso de productos no sólo de alimentos otros rubros también tienen prohibiciones, las con-

secuencias de estas negativas han obligado a muchos comerciantes a dejar sus negocios.

Hay desolación en Paraguaipoa, pero también hay tristeza, atrás quedo el pueblo del encuentro y los momentos de tradición, el rinconcito ensoñador de la región zuliana requiere urgente atención, necesita atenuar la anarquía que hoy reina en ella, antes había barullo pero del bueno, había colores que matizaban el poblado, pero sobre todo había la enorme voluntad de sus habitantes de marcar la diferencia, debemos recobrar el brío de nuestros antepasados, emular su mística y trabajo tesonero, miremos el pasado con la energía de mejorar el presente.

El presidente de Estados Unidos de Venezuela Antonio Guzmán Blanco, emite un decreto Nº 2249, firmado en el Palacio Federal de Caracas, de fecha 12 de noviembre de 1880, por el que se ordena trasladar la capital del Territorio Federal Guajira al punto denominado Paraguaipoa, siendo gobernador Rudesindo González “Cachimbo” y el Coronel Sebastián Farías. El primero Jefe de las Guardias de Afuera y el segundo comandante del puesto militar de Sinamaica. Esta capital se encontraba en Las Guardias de Afuera o Santa Teresa, conocida por los wayuu como Taiwai, donde existía una Guarnición Militar (Tomado del artículo PARAGUAIPOA 134 AÑOS DEL DECRETO ALIJUNA N° 2249 del Cronista del Municipio Guajira, Hilario Chacín) ENTRA YA

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Turismo

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Maracaibo y Margarita serán sede de la octava y decima edición del evento

La VISIÓN Y EL ESFUERZO femenino detrás de Semtur

Tuu ne’rakalü jee tuu na’yataakalü achiiruwa naa jieyuukana juchiiruwajeesü tuu Semtur munakalü

Diversas fundaciones han sido beneficiadas, tales como: Fundación para el Trasplante de Médula Ósea, CEPI, Niños del Sol, Senos Ayuda, Vivir Mejor entre otras. La Fundación WAYUUNAIKI tuvo una participación especial y presento el desfile étnico en conjunto con la Casita de Waleker.

Henry Palmar De belleza natural, con su cabello corto y esa sonrisa que no se quebranta pese a la magnitud de los desafíos que se propone, las exigencias de organizar eventos de modelaje, corporativos y sociales se convierten en el día a día de Carola Núñez, modelo, empresaria y directora de su agencia, quién en entrevista exclusiva para WAYUUNAIKI, contó las razones por la que convirtió a Maracaibo en sede de la octava edición de la Semana de la Moda y el Turismo (Semtur). Nacida en la ciudad del sol amada, creció en la urbanización La Rosaleda, curso sus estudios en el Colegio Cagigal, y a los 15 años ya era modelo profesional formada por la profesora Dinora Morán. Desde joven visionó su propia escuela y desde hace 17 años fundo Carola Studios; un espacio de formación integral y organización de eventos que durante los últimos ocho años ha posicionado en San Cristóbal, Táchira, la expoferia de la moda emergente y el desarrollo turístico.

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Carola Nuñez, coordinadora del Semtur, detalló el proceso organizativo del gran evento. Foto: Andrés Boscán

Sobre la edición del 2015 develó que la rivera maracaibera volverá a ser sede del despliegue técnico y de producción del encuentro, por su alto nivel de compromiso, desarrollo, talento y receptividad del público, sin embargo, pretende visitar Margarita para la décima edición de Semtur.

Resaltar el talento de los emprendedores en las áreas de la moda y el turismo es el objetivo de la organización, así mismo, impulsar las causas benéficas han alcan-

La Casita de Waleker y Fundación WAYUUNAIKI indígenizaron la pasarela con varios desfiles étnicos. Foto: Henry Palmar

zado un factor de logro de envergadura, la reciente edición trabajo con fundaciones como: FTMO ( Fundación para el Trasplante de Médula Ósea) Fundaciones CEPI, Los Niños del Sol y Senos Ayuda, además de la Fundación Vivir mejor del Padre Rhonald Rivero y Fundación Wayuunaiki. A través de los desfiles de pasarela, similares a los expuestos por Mary Ann Alvarado, orfebre zuliana, y Petra Rodríguez, diseñadora de alta costura, se captan los donativos y la colaboración para las instituciones de labor social. Tanto la Alcaldía de Maracaibo y el Centro de Artes “Lía Bermúdez” se convirtieron en los máximos aliados de la semana, por su dedicación, compromiso y fortalecimiento de la actividad, “Semtur es una plataformas para los emprendedores, causas benéficas porque hay una integración entre diseñadores y fundaciones, además agradezco por la buena receptividad y el cariño que tuvimos por parte de los medios”

De igual modo, hizo énfasis en los aportes de la Dirección de Turismo de Maracaibo,

Exposiciones artesanales wayuu hicieron gala en la expoferia en el Centro de Arte de Maracaibo “Lía Bermúdez”. Foto: Yessica Aguilar

Corporación de Turismo, asociación Hotelera del Zulia, Tranvía de Maracaibo y, a Raymar Valbuena y Yandy Rodríguez, reinas del Turismo de Maracaibo y San Cristóbal, respectivamente, que se convirtieron en imagen del evento. Así mismo, la agradeció la colaboración de Bazarmás, Adolfredo Palencia, Dany Mogollón de Dany Stylos, al Comité de Reinado de la Feria de la Chinita, Academia de Ballet Flamenco La Giralda, Ballet Nacionalista del Zulia, Hotel Gran Delicias, Aparta Hotel Presidente.


Cultura

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DIVISIÓN TERRITORIAL

autóctona y autónoma de la Guajira

Jiaawase jee julejule Woumain ya’yaa wajiira natuma wayuu

Manuel Román Fernández Para un mayor conocimiento geográfico y un mejor entendimiento territorial de la Guajira, como toda nación posee una división propia, autóctona, que sólo quienes lo habitan lo comprenden mejor, ésta división territorial propia y autónoma comprende lo siguiente: 1.-Palaatu’u: ésta corresponde a la franja de tierra que bordea el mar o litoral marítimo; los wayuu que viven en esta zona se le dice Palaatu’uje’ewai, que significa: “habitante de las costas”. Etimológicamente “Palaatu’u” proviene de la palabra “Palaa” (Mar) y “Stu’” (lado, ladera), que expresa: Laderas del Mar.

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La mencionada franja territorial comprende: Wünaapunaa, que corresponde a la zona costara meridional en el actual Golfo de Venezuela y abarca desde la desembocadura del Caño Paijana al sur de Kaimaalu’u (Caimare Chico), pasando por Paraguaipoa, Neima y Castilletes. Así mismo, zona costera nororiental, desde Castilletes hasta Punta Gallinas, y por último la zona costera occidental, desde Punta Gallinas hasta el oeste de Camarones. 2.-Wüinñpumuin: se refiere a la Guajira oriental o Alta Guajira, quiere decir “lugar hacia donde van las aguas”. Los habitantes de ésta región peninsular se les conoce como “Wayuu Wuinñpeje’ewai” (Arribero u Oriental). La zona comprende desde Kusí (Cusia) hasta la serranía de la Makuira, y de allí hasta Punta Espada, Nazareth, Puerto Estrella, Chimare y Bahía Honda, retornando a Kusí, después de bordear las serranías orientales de Jalaala (Jarara).

3.-Jalaala: referida a la Guajira central, significa “conjunto de colinas, cerros y lomas pedregosas”. En el espacio geográfico se encuentran planicies con vegetación arbustiva, generalmente escasa. Su habitante se autodenomina Wayuu Jalaalaje’ewai o Guajiro de tierra adentro. Ésta región comprende el norte del cerro de la Teta (epitsü, la cual se incluye en la región de Jalaala) y lugares adyacentes, al sur, Ipapure y serranías de Cojoro, al este con Iruwa, la cordillera de Palaashi y demás, al norte planicies de monte abajo hasta el mar y al oeste los montes de Isashii, por las cercanías de Ichi’pkii (Uribia).

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DIVISIÓN TERRITORIAL AUTÓNOMA Y AUTÓCTONA DE LA GUAJIRA

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Infografía Digital: Carlos Raffe 1 2 3 4

Palaatu’u (Guajira de la costa) Wuimñpumuin (Guajira oriental) Jalaala (Guajira central) Isashii (Guajira Intermedia)

4.- Wopumuin: la baja Guajira o Región Occidental significa “región hacia donde indica el camino” y alude al trayecto o camino que sigue el sol hasta su ocaso. Quienes habitan la región se denominan “Wayuu Wopuje’ewai” (Guajiro abajero u Occidental). Es la más extensa zona de la Guajira y por su condición se subdivide en: 4.1: Isashii: referida a la subregión de vegetación arbustiva, tupida y xerófila (montes bajos y de galería).

4.2: Wuna’apü: Abarca la subregión boscosa o de la selva de las tierras altas y de vegetación abundante y alta.

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Wopumuin (Guajira occidental) Anouli/Anoouy (Guajira de Sabana) Jasale’ü (Guajira de los Médanos Wuna’apü (Guajira de los bósques)

4.3: Anooüy o Anoüli: Es la subregión de las sabanas y llanuras que comprende a su vez Anoouy Wuinñpumuin y Anoouy Wayanaata. Los nativos de esta zona denominados Wayuu Anoulije’ewai, son conocidos como guajiro pampeano o sabanero. 5.- Jasale’ü: la provincia de los médanos, abarca una faja de tierra arenosa y de cocales, que se extiende bordeando el mar. La zona abarca la parte norte de A’yajuuy, pasando por Paraguaipoa, Juruba, el Cañito, las Pitias, las Guardias, Mata Palo, los hermanitos, Sinamaica, Wotonsiiya, Cardoncito y el Caño Paijana. Su nombre proviene del vocablo “Jasay”,

que quiere decir: Arena o lugar de los Arenales o médanos. Sus habitantes se les denomina “Wayuu Jasale’üje’ewai” (Guajiro de los medanos o habitantes de los médanos). Topográficamente comprende: 5.1: Zona Norte: El Norte de A’yajuuy hasta Paraguaipoa, la zona comprende desde el mar y las extensas llanuras al este de la Candelaria y el oeste de los Filúos.

5.2: Zona Sur: Desde Paraguaipoa hasta el Caño Paijana y Puerto Guerrero, el sur desde el mar y la Ciénaga de Wananay, que va desde los Filúos hasta Sinamaica. Se caracteriza por ser abundante en médanos a lo largo de la costa y luego llanuras hasta Sinamaica. Es un gran reservorio natural de aguas potables proveniente de las lluvias que se almacena en el subsuelo. 6.- Wuna’apü: Es la zona de los bosques, comprende una parte de la cordillera sur occidental de la Guajira venezolana y otra a la zona de la subregión de la baja Guajira colombiana.

6.1: En la parte venezolana: La zona montañosa suroccidental se comprende a todo lo largo del curso superior del Río Limón-Guasare y los montes de Oca. Es la zona de mayor precipitación pluvial. Las tierras son fértiles y el monte es alto. Entre los poblados más importantes de la zona tenemos: Caujarito, Rancho Grande, El Tigre, Carretal, Guana, Majayura, El Escondido, Iruwamana, Puerto Rosa, Molinetes, Tamaral y Guasare. 6.2: En la parte colombiana: Comprende las tierras altas de vegetación mayor y de mejores recursos naturales y fertilidad en la tierra. La baja Guajira se desarrolla alrededor de las poblaciones de Carraipia, Cuestecita, San Juan Fonseca, Barrancas y Villanueva.

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