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MENDOZA - P.2

Mendoza, viernes 13 de enero de 2017

Para consultores privados, la inflación es la principal causa generadora de pobreza Referentes de consultoras económicas afirman que el aumento de los productos de la canasta básica alimentaria es una de las principales causas que engrosan los índices de pobreza.

El gobierno dio a conocer datos sobre la pobreza. Luego de que el gobierno provincial diera a conocer los datos sobre la situación de pobreza e indigencia en Mendoza, elaborados por la Dirección de Estadísticas e Información Económica (DEIE), Diario Vox dialogó con referentes de consultoras económicas privadas para conocer su opinión acerca de los datos oficiales y las causas por las que muchos mendocinos cayeron bajo la línea de la pobreza durante 2016. Según los datos de la DEIE, en noviembre una familia compuesta de 4 miembros necesitó $11.945.03 para no ser pobre y $4.617.85 para no ser indigente. Esto determina que en Mendoza el 20,1 % de la población es pobre y el 4,9% indigente. Al respecto, Martha Reale, directora de Reale Dalla Torre Consultores, explicó: “Para que una familia no caiga bajo la línea de

la pobreza la inflación no debe ganarle al salario, que es una condición que se ha impuesto en la Argentina y que medida a través de esta perspectiva hace creer que la cantidad de pobres han aumentado. La otro, que sería más difícil, es ampliar la base de los ingresos de la familia. Sin embargo lo más lógico es que la familia siga recibiendo más o menos el mismo promedio de ingresos y que la inflación se mantenga por debajo”. Por su parte, José Vargas, titular de la consultora Evaluecon consideró: “A pesar de que el gobierno nacional dijo que iba a tomar medidas seguimos teniendo el problema de una inflación muy alta, que en nuestra provincia cerró con el 41.8%, y esto hace que más personas caigan en niveles de pobreza e indigencia y que los salarios hayan quedado por debajo de

la inflación”. En relación a la metodología utilizada para realizar el informe, Reale declaró que existen distintas mediciones, entre ellas la de tomar como base el salario o los ingresos de una familia, que es bastante utilizada y una de las maneras más rápidas de recabar datos. Otro método es la medición de pobreza multidimensional que implica una metodología más compleja ya que abarca otras aristas como el acceso a la salud, las condiciones de la vivienda, cuántas personas habitan en el hogar y si hay hacinamiento, entre muchas otras variables. En este sentido, Vargas destacó: “La DEIE está tomando su canasta básica que está cerca de los $12.000 cuando nosotros estimamos que una familia tipo necesita al menos $20.000 para cubrir una canasta mínima e in-

dispensable para poder vivir en condiciones dignas”. Consultada sobre si una persona que recibe ingresos apenas por encima de los montos establecidos por la CBA y la CBT alcanza a resolver su situación de vulnerabilidad, Reale explicó: “Es una línea muy finita y desde mi opinión me gustaría medir la pobreza teniendo en cuenta otras aspectos. Si una persona recibe $500 más de lo establecido por la CBT podría quedar fuera de las estadísticas, pero de ningún modo creo esto no resuelve su situación de pobreza”. Para ambos especialistas el tema del trabajo en negro es otro de los elementos que más impacta sobre la pobreza. Según Reale, las personas que reciben sus ingresos en condiciones de informalidad son las que menos posibilidades tienen de hacer el ajuste por inflación. “Por lo general los trabajadores en blanco van ajustando sus ingresos, si no es al ritmo de la inflación, por lo menos es mucho más cerca que alguien que está en la informalidad. Por eso los trabajadores en negro son mucho más vulnerables a los procesos inflacionarios y más propensos a caer en la pobreza”, dijo. En el mismo sentido, Vargas afirmó que en Argentina al menos el 35% de la masa laboral se encuentra en la informalidad y que son los trabajadores que más sufren el costo de la inflación porque tienen salarios bajos, sin posibilidad de actualización y tampoco cuentan con una jubilación. En cuanto a las expectativas inflacionarias para este año, Vargas consideró que la inflación va a ser bastante más por encima del 17% estimado por el gobierno nacional y cree que se va a ubicar cerca del 25%. Por su parte, Reale coincidió en que las expectativas del gobierno son algo más bajas que las estimadas por consultoras independientes y arriesgó un crecimiento de la inflación que rondará entre el 22 y 23 por ciento.


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