Edición 11 de Julio 2016

Page 16

>16

De todo sobre Seguro Social

EL VOCERO DE PUERTO RICO > LUNES, 11 DE JULIO DE 2016

¿Cuándo debemos asignar un tutor? Rodríguez > @ Víctor

Director Relaciones Públicas Seguro Social PR & USVI

@segurosocial

¡B

uen día! ¿Qué usted haría si se ganara o recibiera un dinerito ahora mismo? Probablemente, querrá saldar alguna deuda o comprar algún regalito para usted o un ser querido. Independientemente de su respuesta, usted quiere tener la última palabra de cómo gastar su propio dinero, aunque luego se lamente como aquel conejito que decía; ‘¡Qué sonido tan triste cuando se acaba!’ El Seguro Social trata, lo más posible, que la persona que cualifica a beneficios decida cómo utilizar su dinero para sus gastos y gustos. Sin embargo, en algunas ocasiones ésto no es posible, por lo que necesitamos nombrarle un tutor para que maneje su beneficio de Seguro Social. Usted no necesita tener un Doctorado en Finanzas ni ser un experto en economía para manejar su Seguro Social. Recomendamos que lo utilice para comprar sus alimentos, medicamentos, y otras necesidades básicas de acuerdo con la cantidad que reciba. Debe prepararse adecuadamente para complementarlo con otros ingresos. El Seguro Social determina cuándo asignar un tutor y quien sería la persona más apropiada para esta función. Aunque otra agencia gubernamental le haya asignado un tutor para administrar aquellos beneficios, esta persona no está autorizada a manejar su Seguro Social a menos que lo nombremos oficialmente. Usted pudiera tener un tutor allá, pero no necesitarlo acá, o viceversa. Para Seguro Social, los menores de 18

años generalmente necesitan un tutor, mientras que los mayores de 18 años no lo requieren. Hace mucho tiempo, asignábamos tutor a todas las personas mayores de 18 años que padecieran cualquier condición emocional o nerviosa. Las leyes han cambiado, por lo que actualmente asignamos tutor solamente a los mayores de 18 años que tengan una condición física o mental tan severa que les impida conocer el valor del dinero, se pueden hacer daño manejándolo, se les pierde, no saben qué hacer con los chavos o no pueden darle instrucciones a otra persona que les vaya a comprar tal o cual cosa. Por ejemplo, personas que no tienen la capacidad de decirle a otro “Cómprame ésto y me traes el cambio…” requerirán un tutor. Muchos beneficiarios con condiciones nerviosas o mentales severas saben manejar su dinero por lo que no tendrán tutor. Tampoco nombramos tutor simplemente porque el beneficiario tenga una edad avanzada. Supongamos que Ana vive con su esposo, Manuel, de 89 años de edad. Manuel prefiere quedarse en su hogar para así llamar por teléfono a varios programas de radio para opinar sobre muchos temas mientras su esposa realiza todas las compras del hogar. Manuel no necesitaría tutor mientras conozca cómo se gasta su dinero y le pueda indicar a Ana qué cosas debe comprarle. Sin embargo, todo cambió cuando, en un mismo día, Manuel se atrevió a llamar a todos estos programas para incorporar un tema tan y tan escabroso (que yo jamás me atrevería a revelar) que todos los animadores le colgaron el teléfono inmediatamente y nunca más contestaron sus llamadas. A partir de este momento, Manuel olvida las cosas, desconoce el

valor del dinero, no puede decirle a Ana cómo gastarlo y no quiere volver a escuchar la radio. Estos son indicios de que Manuel no puede manejar su dinero por lo que Ana pudiera ser su tutora. Un tutor administra el beneficio de una persona que no puede hacerlo independientemente. El tutor no puede cobrar dinero por realizar tal función, excepto algunas organizaciones aprobadas por nosotros. Generalmente, el tutor será un familiar o amigo cercano que conozca sus necesidades y utilizará el beneficio para comprarle sus alimentos, medicamentos, etc. Todos los beneficios le siguen perteneciendo únicamente al beneficiario, aunque sea un menor de edad. El tutor debe administrarlo responsable y efectivamente. Supongamos que Annie Lissette tiene una condición mental severa y vive sola. Su hija, Natalia Patricia costeaba todos los medicamentos y alimentos de su mamá para que ella utilizara su Seguro Social para otros gastos. Anoche, Natalia encontró mucho dinero regado en el apartamento de Annie y, debajo del mattress, había dos cheques de Seguro Social del 2005 que ella nunca cambió ni notificó como perdidos. Estos son indicios de que Annie no puede manejar su dinero por lo que Natalia pudiera ser asignada como su tutora. Si le habíamos asignado un tutor, pero entiende que al presente puede manejar su beneficio, o conoce otra persona que probablemente necesite un tutor, comuníquese con nosotros. Cada caso es diferente. Llámenos al 1-800-772-1213 o acceda www.segurosocial.gov, donde puede abrir su cuenta ‘mySocialSecurity’ para monitorear su récord de ganancias y obtener un estimado de sus futuros beneficios.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.