>Diseño
Víctor Monserrate, optimista ante el mercado del diseño en Puerto Rico
“Lámpara de mesa S1”. A la derecha, “Miss Kapow Chandelier”.
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Melissa M. Cruz Ríos >Hábitat
ras varios años entre Estados Unidos, Londres y Brasil, el diseñador Víctor Monserrate regresó a la Isla, para apostar al mercado del diseño industrial. “Decidí venir a Puerto Rico de vuelta porque entiendo que hay espacio y oportunidad para hacer crecer este mercado y creo que no hay muchas personas haciendo lo que otros compañeros y yo hacemos. Sé que algunos de los trabajos que realizamos aquí por unos $500, en otros lugares pagarían $2,000 por ello. Pero esto es cuestión de educar a los consumidores sobre el talento que posee esta Isla. Y, yo apuesto a ese mercado”, expresó el artista natural de Guaynabo, quien forma
12>HÁBITAT | SÁBADO,15 DE AGOSTO DE 2015
parte de una nueva cepa de diseñadores industriales puertorriqueños destacados a nivel mundial. Monserrate, quien a sus 29 años cuenta con un grado de bachillerato en diseño industrial en Pratt Institute en Nueva York y maestrías en ingeniería mecánica y diseño de innovación de Imperial College y Royal College of Art en Londres, demostró desde pequeño tener un interés innato en el funcionamiento de objetos mecánicos y desmontables. A su vez le gustaba pintar y trabajar la cerámica, por lo que siempre hizo notar sus dotes de artista que no necesariamente proviene de familia. “Tengo una familia de excéntricos, mi padre es abogado, mi madre es autora y mi abuelo era un inventor. No son del todo artistas pero cada uno se destaca en su área”, comentó entre risas el joven diseñador que tiene un taller en lo que fue la casa de su abuelo materno en el área de Guaynabo. Pese a su inclinación por la ingeniería, ensamblaje y vehículos de motor, y tras asistir a un programa de pre-ingeniería en Georgia Tech, Víctor descubrió que le
gustaba pero no era lo que quería hacer. “Luego quise estudiar arquitectura pero tampoco quería limitarme a hacer casas y edificios, entonces enseñé mis dibujos a un amigo y me sugirió estudiar diseño industrial. Lo primero que dije fue ‘¿diseño qué?’ pero creo que es la reacción de mucha gente. Que no saben que se necesita alguien que diseñe su cepillo de diente, sus sillas, sus vasos, empaques, etc. Entonces me apasioné por el diseño de lo funcional. Y me parece bueno poder Ilustrar y ser ejemplo de lo que hace un diseñador industrial”, sostuvo y añadió el joven quien no se considera un artista a pesar que las piezas que diseña son artísticas. “Me considero un ‘innovation design engineer’, pero eso es muy complicado para la mayoría de las personas así que prefieren llamarme artista. Pero mi trabajo, más que una pieza de arte, es funcional. Claro, que quien me pida una escultura también se la hago. Pero lo que me gusta es crear cosas funcionales y para mí eso es diseño industrial. No es crear algo que no cumple una función. Yo puedo trabajar desde