Revista al 74

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ÓRGANO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN SINDICAL MUNDIAL REGIÓN AMERICA LATINA Y EL CARIBE El movimiento sindical cubano tiene que desempeñar un papel protagónico en el contexto de la actualización del modelo económico cubano. La construcción de la nueva sociedad tiene que ser resultado de la combinación de las ciencias y de los sujetos democráticamente actuando a través de los canales jurídicos establecidos para ello. En el XX Congreso de la CTC, celebrado entre el 20 y el 22 de Febrero de 2014, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro Ruz expresó “La CTC y sus sindicatos deben concentrarse en lo esencial, que es ejercer su actividad en interés de la implementación exitosa de los Lineamientos y desarrollar un trabajo político-ideológico diferenciado y abarcador en defensa de la Unidad de los cubanos”. Hay que escuchar a los trabajadores, cambiar los elementos que desde la subjetividad frenan el desarrollo de las fuerzas productivas y la eficiencia. Los Sindicatos y la CTC tienen que ser ágiles, dinámicos; conocer la esencia de las transformaciones; las nuevas políticas aprobadas; para que estas sean aplicadas correctamente; en caso de dificultades puedan ser corregidas a tiempo y prevalezca la confianza en un socialismo próspero y sostenible. Las transformaciones para que sean exitosas dependerán no solo de las estrategias previstas sino también de cómo sean involucrados los trabajadores en el proceso. Desde el 2006 comenzó a enunciarse las transformaciones que tres años después tendrían el colofón en Cuba cuando comenzó a hablarse por primera vez de actualizar el modelo económico cubano. Ello trajo en principio, la observancia de los medios internacionales, motivado en intereses hegemónicos del Gran Capital, fundamentalmente de los EEUU, quienes interpretaron que ello conduciría hacia un proceso de privatización y desmontaje del sistema social socialista. En Diciembre de 2010, Raúl Castro Ruz marca las pautas del rumbo que tendrían las transformaciones y deja claramente expuesto que “tenemos el deber elemental de corregir los errores que hemos cometido en estas cinco décadas de construcción del Socialismo en Cuba y en ese propósito emplearemos todas las energías que nos quedan”. Lo que encuentra total sinergia con el concepto expresado por Fidel Castro de Revolución, el 1ro de Mayo de 2000, donde se hace referencia entre otros aspectos, al de cambiar todo lo que deba ser cambiado. Es de mi interés apuntar que resultan sumamente complejos los análisis económicos en el estudio de la Revolución Cubana. Para hacerlo es imprescindible un estudio integral que encierre además de los elementos de la especialidad, otros políticos, psico-sociales y de liderazgo. El debate en esta problemática, según mi entendido, ha sido dirimido en el marco de la contradicción entre la propiedad social y estatal sobre los medios de producción y la forma de redistribución hacia los sujetos del valor agregado formado a nivel de la Sociedad. En ella se entrelazan elementos objetivos y subjetivos relacionados con la capacidad de que los mecanismos económicos creados engranen con el deseo subjetivo del conjunto de individuos de la Sociedad que trabajan y éstos desde los puestos de labor sean lo suficientemente eficaces para ser productivos, única manera de sustentar la dinámica económica-social de País. Pero, en el caso cubano el examen económico a través de cinco décadas muestra el peso que las circunstancias en el aspecto político tienen, elemento este que debe evaluarse en su contexto, observándose sin un examen multifactorial aparentes zigzagueos económicos. El reconocimiento de esta premisa, en mi opinión, es vital. La guerra militar perpetrada por los EE.UU desde los inicios de la Revolución, y el bloqueo económico, comercial y financiero coligados incidió en que como prioridad de política interna hubiera que trazar una estrategia, primero de defensa. Al triunfo de la Revolución, posicionarse, en el mercado internacional, con un nivel de dependencia al mercado estadounidense de entre un 75%-80%, presumía desarrollar la base industrial en un país históricamente monoproductor y monoexportador de productos primarios fundamentalmente agrícola. Las medidas económicas tomadas por la Revolución como fueron las nacionalizaciones, la Ley de Reforma Agraria tuvo como basamento, en medio del enfrentamiento de la lucha de clases, la creación de empleos y el bienestar social de los ciudadanos. Trazarse metas a largo plazo basadas en el cumplimiento de los 6 problemas fundamentales recogidos en el Programa del Moncada: La tierra, la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación, la salud fueron prioridades en la política económica de entonces. A la vez fue elaborada la Ley No. 843 que comenzó a funcionar en Junio de 1959 donde se autorizó el control obrero mediante la intervención de empresas por el Ministerio del Trabajo. De esta manera la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos se involucraban en un proceso nuevo, donde sería diferente su rol, ahora desde una perspectiva que involucraba a los trabajadores como dueños de los medios de producción. Labor donde destaca nuestro Lázaro Peña el cual contribuyó a orientar a la nueva fuerza de trabajo en función de ir creando un cambio en la conciencia que requería la nueva sociedad. El Sindicato integrado por trabajadores y trabajadoras afiliados voluntariamente tendría a partir de la revolución en el poder como misión construir una nueva Sociedad. Ese sería el papel fundamental del Sindicato en el Socialismo. Además de defender y representar a los trabajadores ante las administraciones, también comprometerlos con las tareas necesarias en cada colectivo laboral para cumplir los planes de producción y lograr incrementar el Producto Interno Bruto a nivel de país, única manera de lograr desarrollo. Muy difícil resulta entender a los detractores del Socialismo y algunos escépticos que la misión del Sindicato en este sistema no se parece a la de una Sociedad Capitalista. Existe un elemento esencial, analizado en la obra de los clásicos del Marxismo que radica en la estructura económica: ¿Quiénes son los poseedores de


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