Infidelidad

Page 112

Existen varios tipos de pecados, la Iglesia Católica los agrupa en pecados mortales y pecados veniales, obviamente la infidelidad o el adulterio como ellos habitualmente lo llaman corresponden a la primer categoría. El pecado mortal requiere de tres condiciones: tiene como objeto una materia grave, es cometido con pleno conocimiento y deliberado consentimiento. Condiciones que el adulterio cumple casi siempre, ya que es una materia grave para la Iglesia, en general sabemos de que se trata y nadie nos obliga a hacerlo. Muchas personas que son religiosas tienen sentimientos de culpa tan sólo por tener este tipo de pensamientos y creen que están siendo infieles tan sólo por desear o pensar en otra persona. ¿Es posible que el control sobre las personas se haya extendido tanto que ahora ya alcanza no solamente los cuerpos, como magníficamente mostró Foucault, sino que también alcanza las mentes? Recuerdo a una joven paciente de fuertes convicciones religiosas, que mientras mantenía relaciones con su marido fantaseaba que estaba con su cuñado y esto le generaba muchos cuestionamientos internos. Se encontraba frecuentemente deseando tener relaciones y aventuras eróticas con él y con otros tantos hombres, esto le generaba sentimientos de culpa porque creía que era una degenerada al tener esas fantasías. ¿Yo me pregunto quién no se encontró alguna vez fantaseando, mirando, masturbándose o pensando en otra persona diferente de su pareja? Alguna vez me contaba un amigo que para excitarse con su actual pareja imaginaba que estaba teniendo relaciones con su novio anterior y que para tener relaciones sexuales se colocaba de tal forma que no le veía la cara, eso le permitía fantasear con mayor libertad. La mente permite ciertas gratificaciones que en muchas oportunidades sabemos que simplemente van a quedar en el lugar de las fantasías, por algo las fantasías son fantasías.68 Es hora de que definitivamente liberemos a la fantasía de las garras de la pseudomoralina. El control que se ejerció sobre las mentes, a mi entender se va extinguiendo y si bien cobró otras formas más sutiles o gravita en nuestro imaginario social, no se puede ni comparar con lo que le tocó vivir a otras personas en otras épocas respecto del tema. Foucault, reconocido filósofo francés, señaló las similitudes que guardan los dispositivos de la confesión católica y la práctica psicoanalítica clásica. En ambas existe una relación estrecha entre dos personas que no se ven directamente, en el psicoanálisis clásico se utiliza el diván y el paciente no mira a los ojos a su analista y en los confesionarios se miraba o se mira incluso hoy en día, a través de un entramado o simplemente se trata de evitar la mirada directa. En los dos casos se le pedía al paciente/confesante que dijera todo aquello que había pasado o pasaba por su cabeza, se le pedía una especie de “confesión de su vida más íntima”, pidiéndole que revele no solamente sus actos, sino sus pensamientos y deseos. El poder de la secularización, a partir de la Edad Moderna hizo que el control de las mentes pasara en muchos casos de manos de la Iglesia a manos de los psicoanalistas. ¿Podemos dejar que alguien evalúe y juzgue nuestras mentes? ¿Estamos dispuestos a seguir permitiendo que nos condicionen de tal manera hasta en nuestra mayor intimidad? Démonos el permiso para pensar y fantasear con lo que queramos, no seremos ni mejores ni peores personas por darle un lugar a nuestras fantasías.

68 La palabra fantasía deriva de la palabra griega φαντασία (fantasía), esta tiene la misma raíz de fantasma y se la utiliza para denominar a aquello que se muestra, que tiene cierta apariencia, pero que no está sostenida por algo real, es un sueño, una ilusión, algo que simplemente aparece. En este sentido es que tenemos que entender las fantasías.

112


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.