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Un sueño reactivado

La vida en comunidad era importante para mí una vez que empecé a pensar seriamente en mi vocación. También me gustaba que los Vicentinos eran misioneros y que servían a los pobres.

¿Qué tipo de ministerio has experimentado?

Actualmente soy director de vocaciones de mi comunidad. Antes de eso, trabajé en el apostolado Hispano de Rockville Center en Long Island, Nueva York—una de mis mejores experiencias en el ministerio hasta la fecha. Pude llevar a Dios a su pueblo a través de los sacramentos.

¿Tu parte favorita del ministerio hoy?

Es una bendición y una alegría interactuar con los jóvenes, conocer sus historias y compartir la mía con ellos, guiarlos, ayudarlos a tomar una decisión.

¿Qué es lo más divertido que has hecho con tu comunidad?

¡Viajes por carretera! Y escuchar las historias divertidas que cuentan los miembros sobre la vida en las misiones.

¿Cómo te gusta rezar?

Silencio y meditación o cantar.

¿Tus santos favoritos?

San Óscar Romero. Y desde que era niño me gustaba Santo Domingo Savio.

¿Qué te da esperanza en la vida religiosa?

Todavía hay gente dispuesta a decir sí al llamado de Dios. Creo y confío en la promesa de Dios de que siempre estará con nosotros y que proveerá trabajadores para su cosecha.

PADRE LUIS ROMERO, C.M.

traduCCión de MóniCa krebs

Mientras crecía en una zona remota de El Salvador, el padre Luis Romero, C.M. recuerda que cuando llegaba un sacerdote una o dos veces al año, las misas eran ocasiones importantes y festivas: “Siempre me preguntaba: ‘¿Quién es este hombre y qué tiene que entusiasma tanto a la gente? ¿Qué es lo que trae que les da tanta felicidad y alegría? Quiero ser como él.’” Pasaron muchos años y una mudanza a los Estados Unidos. Trabajaba en una fábrica en Long Island, New York. El sueño de la infancia de Romero se reactivó cuando el Vicentino que siempre celebraba la misa en español en su parroquia lo invitó a unirse a un grupo de discernimiento vocacional. Seis años más tarde,

ingresó a los Vicentinos. Read in English on page 104.