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David Valenzuela «Estoy a gusto con mi vida»
• El estudiante David Valenzuela Díaz presenta
discapacidad motora desde su nacimiento. Pero esto no ha sido un impedimento para que ya esté comenzando con su tesis de doctorado en el Instituto de Física. Solange García Peñafiel
Ni el mismo alumno de doctorado del Instituto de Física David Valenzuela Díaz (26 años, de Copiapó) se imaginó el regalo que traería a esta institución cuando ingresó, en 2005 y vía PSU, a la Licenciatura en Física. Una asfixia al nacer le generó un daño que le ocasiona dificultades para desplazarse, escribir y hablar. La coordinadora del Piane UC, Consuelo Achiardi, recuerda que fue gracias al ingreso de David que la Universidad Católica comenzó a pensar en la situación de los jóvenes con discapacidad en sus aulas. «Tras conocerlo se realiza el primer diagnóstico de cuántos de estos estudiantes había en la UC, y cuáles eran sus necesidades. Así se origina el Programa de Inclusión para Alumnos con Necesidades Especiales, Piane UC, en alianza con la Escuela de Psicología», cuenta. David recibió capacitación en softwares para facilitar su inclusión en el ámbito académico, así como otros programas técnicos propios de su área. Además, se le hizo llegar un computador, gracias a gestiones del Piane con el Servicio Nacional de la Discapacidad. El desarrollo de la carrera de David no habría sido posible sin su gran fortaleza y el amor incondicional de su madre, Sara Díaz. Cuando David tenía un año y medio de vida, le diagnosticaron un daño cognitivo, pero Sara no dio crédito al veredicto y junto a una tía profesora empezaron a enseñarle todo lo que podían. «Le pedíamos que nos mirara los labios, porque no sabíamos si era sordo. Cada cosa que él tocaba, le explicábamos lo que era», recuerda su mamá. El primer diagnóstico fue rápidamente desechado y David continuó su rehabilitación en Santiago, adonde viajaba en forma permanente. A los 13 años recién pudo caminar solo. Iba al colegio con su madre o una auxiliar que escribía por él. De la misma manera cursó la universidad: su mamá o un asistente tomaban los apuntes y las pruebas las rendía con un ayudante. Gracias a una beca Conicyt, hoy está iniciando la investigación de su tesis, que versa sobre las propiedades eléctricas del grafeno (material considerado muy versátil, en especial para dispositivos electrónicos o baterías, y que se conoce como el ‘material del futuro’).
La vida social de David es limitada y aunque afirma no haberse relacionado con vecinos o tenido mejores amigos de pequeño, indica que las cosas no han sido tan difíciles en la universidad. «Estoy acostumbrado y a gusto con mi vida. Es cierto que en la escena de mi estadía en la universidad solo algunos ‘actores’ me descubrieron, pero me siento mejor acá que en el colegio». Estos actores son sus amigos Sergio Godoy, de Física, y Tomás Fuentes, de Ingeniería. «En la vida cotidiana todos podemos ser rechazados, pero a mí me pasa más. ¿Cómo lo supero? Me concentro en quienes me entienden», enfatiza.
Amante del ajedrez y el go (un juego similar a las damas), David incluso participó en la selección UC de ajedrez por unos tres años. Le gusta el animé, el rock, el metal y la música clásica. Su profesor guía, Marcelo Loewe, lo describe como un buen alumno, que recibe el mismo trato que los demás. David salió con un 6,9 del colegio y logró cerca de 700 puntos en la PSU, un puntaje que podría haber sido mayor, pues solo le dieron 10 minutos extras. «Tiene talento matemático, calcula todo en la cabeza y si se complica recurre a programas especiales», dice, y agrega: «Tiene mucha fortaleza y confianza. Su actitud es positiva, proactiva y va al encuentro de las cosas». .