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visión uc
Imaginan la biblioteca en 200 palabras
Egresaron 22 becados por la Fundación Juan Pablo II En la actualidad hay 100 alumnos en la UC cuya carrera es financiada por esta beca. Fue creada en 1987 por monseñor Juan Francisco Fresno como un regalo para el Papa durante su visita a Chile.
• Rescatar los pequeños momentos que dan vida a la universidad fue el objetivo del concurso organizado por el Sibuc. Nicole Saffie
«Un lugar está vivo cuando se crean ficciones sobre él», afirma la profesora de Letras y presidenta del jurado Magda Sepúlveda, ilustrando muy bien el propósito del concurso organizado por el Sistema de Bibliotecas, Sibuc, «Biblioteca en 200 palabras, juntos celebrando el Bicentenario». Los 200 cuentos participantes rescatan esos pequeños momentos cotidianos, muchas veces llenos de magia: miradas, coqueteos, diálogos, silencios… Como expresó la directora del Sibuc María Luisa Arenas, «ninguna encuesta nos podría haber dado mejor retroalimentación y de manera tan bellamente relatada». Un aspecto que llamó la atención del jurado fueron los narradores escogidos para contar las historias, como un perro o una mochila. Otra característica común fue representar la biblioteca como una ciudad, es decir, como una posibilidad de encuentro con lo diferente: personas de otras carreras, realidades y modos de pensar. Esta pluralidad posibilita un mundo nuevo y sorprendente.
Tres fueron los criterios para elegir a los ganadores: un punto de habla original, invención de la biblioteca como un espacio singular y progresión en la acción. El ganador fue el cuento Tacos, del alumno de Música Matías Robledo. «Mi inspiración nace de mi incapacidad de concentrarme debido a los estímulos auditivos en general, lo que por un lado significa releer tres o cuatro veces un mismo párrafo, pero también tener completa consciencia de lo que está pasando-sonando», cuenta. El segundo lugar fue para Un día en la biblioteca UC, de la estudiante de Ingeniería Yazmín Donaire. «Pensé en una historia que reflejase a la biblioteca como algo cotidiano, pero fundamental en nuestra preparación». Por último, el tercer lugar recayó en Rodrigo del Río, con La blusa, las biblias y las bibliotecas. A este alumno de Letras le gustó la posibilidad de reflexionar sobre la comunidad: «Tendemos a mirarnos el ombligo, escribir desde nuestra individualidad, cuando lo realmente valioso suele estar en el vínculo con el resto de las personas».
Los 22 becados que egresaron este año, junto al Cardenal Errázuriz. Astrid Pezoa (Medicina 5º año), Isabel Oqueta (Medicina 5º año), Rosana Latuf, gerente de la Fundación Juan Pablo II, Verónica González (Medicina 5º año), Pilas Celis (Medicina 5º año) y Marcela Pineda (Derecho).
Isidora Larraín, recién egresada de Arquitectura, junto a sus padres Andrés Larraín y Silvia de Andraca.
Tacos Hay veces que es tan difícil concentrarme… En general no, pero de repente el silencio es tan absorbente que roba toda mi atención. Debe ser la importancia acústica de cada cosa que suena cuando suena, en contraste con la atmósfera llena de estímulos auditivos en la que vivimos cada día. Mmm… me explico: por ejemplo, que una mujer con tacos camine… no tiene nada de particular, ni especial,
ni llamativo. En el metro, en la micro, en la calle, en la casa, en la sala… no tiene nada de particular. Se hace todo el día todos los días. Pero en la biblioteca, donde el silencio es sagrado, un «tac» es equivalente al estante más grande con todos los libros referentes a estudios psicológicos de la biblioteca de humanidades. Creo que bastaría evocar ese sonido
que todos reconocemos, «tac, tac, tac, ¡tac!», para notarlo. Uno solo, sentado en una mesa, haciendo como que lee, cuando lo único en que es posible concentrarse, es en ese sonido enorme que ocupa todo el espacio existente, incluso el de la mente. Matías Robledo del Campo