DIÁLOGO CON EL ENTORNO. La obra de Undurraga se pronuncia a través de su sinuosidad y, en simultáneo, pretende establecer un diálogo: entre dos calles, dos edificios, entre las múltiples instituciones y formas artísticas del barrio y entre diferentes personas y culturas.
UN TESORO OCULTO Hubo otro intento en 2003 cuando, luego de un año de conversaciones, se hizo público un acuerdo entre la Fundación Violeta Parra, la Municipalidad de Santiago y la fundación del empresario Carlos Cardoen. La idea era recuperar y administrar el castillo del Parque Forestal, ubicado frente al Museo Nacional de Bellas Artes y construido a principios del siglo XX. El edificio sería cedido sin costo por 30 años y su remodelación y ampliación estaría a cargo del arquitecto Cristián Undurraga, del estudio Undurraga Devés. Pero el proyecto no se concretó por falta de fondos y dos años más tarde, en 2005, se descartó por completo. Las obras, seguían así guardadas en la casa de Isabel Parra. Por recomendación de la periodista Marisol García, quién ese año había escrito una nota para el diario La Nación sobre la cancelación de la propuesta, la fundación se contactó con Cecilia García-Huidobro, en aquel tiempo Vicepresidenta Ejecutiva de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile. Así llegaron los Parra al Centro Cultural Palacio La Moneda. Veinticinco óleos, trece arpilleras y nueve sobrerelieves en papel maché encontraron allí un espacio de exposición permanente4.
FOTOGRAFÍA ROLAND HALBE.
Sus trabajos –repartidos por la propia Violeta o por las circunstancias políticas de los años setenta y ochenta– estuvieron en París, en Ginebra, en Cuba. Recién en 1992 casi todo llegó de vuelta a Chile. Entonces se creó oficialmente la Fundación Violeta Parra.
LA LLEGADA A VICUÑA MACKENNA No fue en Matucana, sino en el centro de la comuna de Santiago donde finalmente se construyó el museo. En octubre de 2009 se publicó el informe con el presupuesto del Consejo de la Cultura y las Artes para el año del bicentenario: $1.167 millones habían sido designados para la construcción del edificio5. Al año siguiente, el gobierno cedió el terreno: un predio que se extendía entre la avenida Vicuña Mackenna y la calle Doctor Ramón Corvalán Melgarejo. La carga simbólica del sitio era importante: allí había estado la Embajada de Francia hasta principios de la década del sesenta, y luego, una vez demolida, se había instalado desde 1989 el Gran Circo Teatro, la compañía de Andrés Pérez que llevó a las tablas por más de 20 años La Negra Ester, de Roberto Parra, hermano de Violeta.
UBICACIÓN ESTRATÉGICA. Para el arquitecto Cristián Undurraga, lo más importante fue la localización del terreno, enclavado a unas tres cuadras de Plaza Italia, lo que le permitía pensar en el edificio como una especie de “puerta de acceso” al distrito cultural de Santiago.
4 Isabel Parra, “El viaje de las obras”, en Fundación Violeta Parra, Violeta Parra: Obra Visual, (Santiago: Ocho Libros, 2007). 5 “Presupuesto 2010 destinado a Museo Violeta Parra y Centro Cultural Gabriela Mistral”, La Nación, 9 de octubre de 2009.
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