Revista Universitaria N°128

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reseñas música FOTOGRAFÍA DE ACADEMIA CHILENA DE BELLAS ARTES.

reseñas música

Cirilo Vila Obras de cámara SVR, 2013

H

ay maestros cuyos frutos se constatan más en sus discípulos que en ellos mismos, no porque anden cortos de talento, sino por una vocación de humildad que roza con la postergación. En 50 años de actividad musical como compositor, pianista y profesor, Cirilo Vila (1937) ha formado a varias generaciones de creadores entre los que están figuras tan destacadas, prolíficas y diversas como Alejandro Guarello, Pablo Aranda, Eduardo Cáceres, Gabriel Matthey y Rafael Díaz. Ha hecho además, una importante carrera como solista e integrante del internacionalmente reconocido Ensemble Bartók, uno de los pocos conjuntos chilenos estables dedicados exclusivamente a la música contemporánea. En todas sus actuaciones en público y también en la conversación más privada, Vila siempre ha mostrado una actitud a la vez afable y seria, concentrada y sabia. En la música que escribe se rastrean estas cualidades, pero en algunas obras asoma también un reclamo expresionista de enorme elocuencia, siempre en el marco elaborado y riguroso de su oficio. Él también fue discípulo, en su tiempo: en Chile,

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de Alfonso Letelier, Gustavo Becerra y Juan Allende-Blin; y en Europa, de Max Deutsch y Olivier Messiaen. Por todo eso, impresiona que hasta hace algunos meses no se le hubiera dedicado ni un solo disco completo a la excelente y profundamente conmovedora música de Cirilo Vila. Gracias a una idea del periodista y crítico Álvaro Gallegos, SVR producciones lanzó Cirilo Vila: Obras de cámara, con nueve de las 62 piezas que figuran en su catálogo. Este sello cuenta con un archivo exclusivo de grabaciones originales del que se obtuvieron las piezas que abarcan un período de 27 años en la producción de Vila como compositor: desde la “Sonata” para flauta sola, de 1958 (Clara Fries), juvenil y de construcción estricta, hasta la “Secuencia. Momentos” para cuarteto de cuerdas, de 1985 (Cuarteto de cuerdas Santiago), que en siete breves partes transita por los ánimos más diversos desde la sutileza de los armónicos a los ataques que, por fortísimos, parecen definitivos. En medio, hay una rica obra de cámara, como la “Tonada de un transeúnte” para clarinete solo, de 1980 (Valene Georges), en apariencia relajada pero exquisita de escuchar, o

Los fantasmas de Martin

30 años de diversión

Dicen que las mejores canciones fluyen desde el dolor y, bueno, ahora le toca a Coldplay seguir demostrando la tesis. La banda inglesa, quizás la más importante del mundo a nivel de masividad, tiene en sus manos la prueba de fuego con su sexto disco, Ghost Stories, donde su líder y vocalista, Chris Martin, volcó en cada una de sus canciones todo el proceso de su separación de la actriz Gwyneth Paltrow. Y si alguien decía que al grupo le faltaba un poco de corazón, lo que a este álbum le sobra son vísceras.

Han pasado tres décadas desde que, por primera vez, vimos en los programas de video clip de los domingos por la tarde a una chica destartalada y de ropa tan colorida como desastrosa. El perfecto lado opuesto a la sensualidad de Madonna. El patito feo del pop. Pero Cyndi Lauper solo quería divertirse y lo consiguió. Y lo sigue haciendo con este disco, el primero y más importante de su carrera, donde recupera su propio legado e incluye tomas alternativas y hasta un par de canciones olvidadas. Para los nostálgicos de “Girls just want to have fun”.

revista universitaria uc

Ghost Stories Coldplay Parlophone/Atlantic

Pulseras Rojas: dolor, optimismo y amistad

El mentor altruista el “Poema” (1969, revisada en 1980), espectral y en momentos violento, servido por Cecilia Plaza, pianista legendaria de la música contemporánea chilena de los años 80 y 90. Pero lo más característico de la producción de Vila está en sus canciones acompañadas con piano: aquí es donde, con poemas de Neruda, se percibe ese arranque de protesta de un artista rebelde y asertivo. Es el caso de “El fugitivo: Imprecación y presencia” y “Oda a la esperanza”, ambas de 1979, interpretadas comprometidamente por el tenor José Quilapi y el mismo Vila en el piano; y sobre todo de “Recuerdo el mar” (1984), con el tenor Víctor Alarcón y Cecilia Plaza, que destaca por su belleza urgente, perentoria; que toma los versos del “Canto general”, pero remata con otros de la “Sonata crítica”: “Encarnamos el mar que continúa (…) con ninguna agonía moriremos!”. Completan esta entrega las “Navegaciones” para soprano y piano de 1976 (Mary Ann Fones y Vila), tres piezas sobre poemas de Vicente Huidobro, en que la música se adecúa al lenguaje surrealista para el mejor goce de esta poesía y “Tres canciones corales” para coro mixto (1960), sobre textos de García Lorca. Este disco merece escucharse con la mayor atención. Detrás de mucha de la música que se ha escrito en las últimas décadas en Chile, está Vila, como el mentor altruista que goza con el triunfo de sus alumnos. Pero aquí está él, su talento bien formado y su personalísimo cuño musical.

reseñas tv

El retorno de Bauer

Constanza Mujica Académica de la Facultad de Comunicaciones UC

Gonzalo Saavedra Vergara Director Escuela de Periodismo UC

She’s So Unusual: A 30th Anniversary Celebration Cyndi Lauper Legacy

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ensar en Pulseras Rojas (realizada por Wood Producciones) como una serie médica o la exaltación del dolor infantil sería un error. Esta es la versión chilena de una ficción catalana que se basa en las experiencias reales de su guionista, Albert Espinosa, y narra la vida de seis niños/adolescentes que están internados en un hospital. La voz en off que cuenta la historia es la de Lucas, un chico de 10 años que está en coma por culpa de una caída. Pese a ello el protagonista es Lautaro, un adolescente enfermo de cáncer y que ha sufrido la amputación de una pierna. Él es quien decide formar un grupo en el que cada uno cumplirá un rol. Él será “el líder”; Sebastián, también con cáncer y a punto de ser amputado, el “segundo líder”; Cristina, quien sufre de anorexia, “la chica”; Ignacio, un bully (joven abusivo) con problemas cardíacos, “el mino”; Marco, un niño huérfano que puede escuchar los pensamientos, “el inteligente”; y Lucas, el narrador, “el indispensable”. Este escenario podría sugerir una serie llorona. Y sí, sus protagonistas son niños internados en un hospital público por enfermedades gravísimas. Sí, contemplar su batalla nos remite a esas noticias terribles y desesperanzadas. Pero Pulseras Rojas pone su foco en la amistad, la fantasía, el optimismo. Está narrada desde el punto de vista de los pequeños y para ellos lo más importante para la sanación es la compañía de un buen amigo, de alguien que te mire sin pena y te entienda. No están esperando

que alguien los salve. Sus padres y los médicos son apenas parte del contexto: los primeros desde su tristeza oculta solo a medias y los segundos, obsesionados con remedios y cirugías y ajenos a sus pacientes como personas. Los jóvenes se cuidan entre sí, sin juzgarse. Cuando el cáncer de Lautaro reaparece con una metástasis los amigos no lloran, lo ayudan a salir a la terraza, lo acompañan a la sala de quimioterapia, que para él representa el dolor y el fracaso, y dibujan un mural para alentarlo. Son ellos también quienes logran que Sebastián contemple su cuerpo amputado y lo encaminan hacia la aceptación. Los que consiguen que Cristina exprese sus dolores y los que descubren la dulzura que se esconde detrás de la violencia de Ignacio. De este modo, permiten a los espectadores relacionarse con su dolor y con la muerte que los amenaza de un modo tierno, casi natural. Esta mirada animosa, feliz y a ratos graciosa, viene acompañada de un trabajo audiovisual impecable. Hay un cuidado realismo en el retrato del hospital: vemos las salas comunes, los quirófanos, los tratamientos. También se permite la nostalgia y la ensoñación en recuerdos y sueños. La música, compuesta originalmente para la serie, hace justicia al mundo de los protagonistas y es lo bastante emocional como para empatizar con ella. A pesar de que Pulseras Rojas merecía un mejor horario, de todos modos los capítulos completos están disponibles en tvn.cl.

Tras un criticado capítulo final que dio término a la serie 24 en mayo de 2010, el programa protagonizado por Kiefer Sutherland, quien interpreta al agente antiterrorista Jack Bauer, vuelve y retoma los últimos acontecimientos de su octava temporada, que terminó con Bauer como fugitivo de la justicia debido a un complot entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia. Un imperdible para los amantes de la acción. 24

Martes 22 horas Fox

Diálogo de estrellas El programa creado en Estados Unidos, en el que dos personalidades del mundo artístico discuten sobre su carrera, estrena ahora su versión latinoamericana. Con artistas como Gael García Bernal, Gustavo Santaolalla, Julieta Venegas o Rubén Blades, Iconoclastas explora en las pasiones y aspiraciones de artistas que se admiran mutuamente por ser innovadores, provocadores y visionarios. Iconoclastas Latinoamérica

22.20 horas Glitz

Pulseras Rojas. Lunes 23.30 hrs. TVN.

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