La vida es un derecho
Bioética Lo que interesa es ilustrar por qué la adherencia a un determinado modelo de fundamentación antropológica puede dar origen a controversias en los tópicos particulares de la bioética contemporánea.
«La bioética es una disciplina que dista mucho de estar en paz. Existen en ella tensos enfrentamientos entre quienes defienden y quienes atacan, por ejemplo, la destrucción de embriones humanos o el suicidio médicamente asistido, solo para mencionar algunos ejemplos de la larga lista de prácticas objeto de disputa» señala Alfonso Gómez-Lobo, quien agrega que «la razón de esto es que la bioética no es en realidad una disciplina propiamente tal, con un sistema propio de axiomas y métodos. La bioética no es sino ética aplicada y, por ende, los desacuerdos reales se producen en un nivel más abstracto, en el nivel de las teorías filosóficas de ética y también de ontología.» Las controversias bioéticas contemporáneas tienen su origen –en definitiva– en las diferentes concepciones antropológicas que subyacen a los planteamientos de los diversos autores. Es sabido que, a lo largo de la historia de la humanidad, se han planteado diversos modelos antropológicos, que siguen teniendo amplia difusión en la bioética hoy. En este artículo se presentan, en forma algo esquemática y sin entrar en detalles, dos modelos antropológicos particularmente relevantes en el debate de la bioética contemporánea: los modelos que identifican a la persona
Dra. Paulina Taboada Rodríguez Médico internista, PhD en Filosofía
con la capacidad actual de ejercer alguna de las llamadas ‘propiedades mentales’ (modelos ‘actualistas’) y la concepción ‘personalista’, que admite la existencia de una ‘naturaleza humana’ (o ‘diseño inteligente’), que fundamenta la dignidad y los derechos humanos fundamentales, independientemente de la capacidad de ejercer ciertas actividades propias de la especie. Lo que interesa es ilustrar por qué la adherencia a un determinado modelo de fundamentación antropológica puede dar origen a controversias en los tópicos particulares de la bioética contemporánea.
Modelos antropológicos actualistas Se caracterizan por identificar a la persona con la capacidad actual de realizar, al menos, alguna de aquellas actividades consideradas como más propiamente humanas. Entre las llamadas ‘propiedades mentales’, se suelen incluir, por ejemplo, la conciencia (estado de vigilia); el autoconocimiento; el raciocinio (pensamiento lógico) y la libertad (autodeterminación). Las diversas concepciones antropológicas que tienden a identificar a la persona con la actualización de ciertas capacidades específicas de los seres humanos
tienen su origen tanto en pensadores del empirismo inglés, como en la filosofía trascendental de Kant. El definir a la persona exclusivamente a través de sus actividades conscientes tiene enormes implicancias para el debate bioético contemporáneo. La consecuencia lógica de este planteamiento es que no podrían ser considerados como personas aquellos individuos humanos que no poseen actividad consciente, ya sea en forma temporal o permanente, como ocurre –por ejemplo– en el caso del embrión o de un paciente en estado vegetativo persistente. Esta concepción antropológica lleva implícita la idea de que existen seres humanos que no son personas. Es así como se llega a afirmar que no todos los seres humanos son sujetos de derechos, sino solo aquellos que son personas. De acuerdo a algunos planteamientos, solamente podrían ser reconocidos como personas ‘en sentido estricto’ aquellos miembros de la especie humana que son capaces de ejercer actualmente la conciencia de sí mismos, el raciocinio y la ‘capacidad moral’. Por tanto, no serían personas ‘en sentido estricto’ aquellos miembros de la especie humana que carecen del uso de razón y de la ‘capacidad moral’, ya sea porque todavía no las han adquirido (ej. embriones, fetos, bebés, etc.), porque nunca llegarán
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