LICENCIATURA EN CIENCIAS AMBIENTALES. UNED ASIGNATURA: ENTOMOLOGÍA APLICADA TEMA 2: METAMERÍA
1. EL SEGMENTO TÍPICO ARTROPODIANO. Los artrópodos en general son considerados como un grado en el proceso evolutivo, conseguido al lograr la esclerotización de su cutícula. Este logro se desarrolla sobre una base metamérica, que nos conduce a considerar la metamería como una adquisición muy antigua conseguida por los grupos antecesores de los artrópodos, en una fase previa al proceso de artropodización. Y es precisamente la existencia de esta estructura metamérica ancestral la que condicionaría la organización de los artrópodos sobre un modelo estructural básico también metamérico. Dicho modelo está basado en la presencia de unidades, los metámeros, que se repiten a lo largo del animal. Este tipo de organización corporal está presente en los dos grupos animales que mayor éxito evolutivo han tenido, los artrópodos y los vertebrados, por lo que parece tener un gran éxito biológico. En función del tipo de segmento que compone el cuerpo de un animal, nos encontramos ante dos categorías dentro de la metamería: • Homónoma. Si todos los segmentos del cuerpo son iguales. • Heterónoma. Si existen diferencias estructurales entre ellos. La metamería en los artrópodos es claramente heterónoma y suministra la base sobre la que posteriormente se realiza el proceso de tagmosis o tagmatización. Este proceso consiste en la agrupación de varios segmento para formar una nueva estructura funcional, el tagma, caracterizado por la especialización funcional que presenta. 2. TAGMATIZACIÓN EN INSECTOS. La morfología externa de los hexápodos está marcada por la presencia de tres partes bien diferenciadas: cabeza, tórax y abdomen. Todas ellas están constituidas por una serie de segmentos que han sufrido mayor o menor grado de fusión. Así, la cabeza en los insectos es un tagma perfectamente delimitado. Se forma por la fusión de los segmentos anteriores del cuerpo, como resultado del proceso de cefalización dentro de la artropodización. En esta región, el exoesqueleto externo está formado por varios escleritos que se sueldan dando lugar a la cápsula cefálica, donde se distinguen diferentes áreas craneales. Esta parte se especializa en la captura y manipulación del alimento, percepción sensorial e integración neuronal. Como consecuencia de esta cefalización, tal y como veremos en temas posteriores, se producen también reorganizaciones internas. Surge así un “cerebro”, como resultado de la fusión de los ganglios nerviosos anteriores. 3. LA CABEZA Y LOS APÉNDICES BUCALES. La cabeza está formada por seis segmentos que se encuentran fusionados creando una cápsula cefálica bastante resistente. La cabeza soporta los ojos y una serie de apéndices articulados: un par de antenas situadas en el segmento antenal y tres pares de piezas bucales. Hay un único par de antenas en casi todos los insectos adultos. Éstas juegan un papel relevante en la detección de sustancias del aire (olfato), así como en las detección de estímulos táctiles. Se pueden distinguir varias regiones en la morfología básica de las antenas: el primer segmento o escapo, que une la antena a la cabeza, al que le sigue el pedicelo, más corto, formado por varios artejos (en ocasiones fusionados).
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