EJIDENSES POR EL MUNDO
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GABRIEL MARTÍN GARCÍA TENÍA CLARO, CUANDO ESTUDIABA EN EL IES SANTO DOMINGO, QUE PARA SUS GANAS DE VOLAR, EL MUNDO SE QUEDABA PEQUEÑO. QUERÍA APRENDER, CONOCER OTRAS CULTURAS, OTRAS MANERAS DE TRABAJAR Y ENTENDER LA ECONOMÍA, UN ÁMBITO PROFESIONAL QUE LE ENAMORÓ.
Bruselas (Bélgica)
Gabriel Martín García 16-7-1991
PREGUNTA. Háblanos del Gabriel anterior a Bruselas… RESPUESTA. Estudié en el IES Santo Domingo. Cuando terminé, me matriculé en la carrera de Economía en Granada, y ya con el título decidí que lo mejor era seguir formándome fuera de España, así que cursé el Máster de Desarrollo Global en la Universidad de Copenhague. Un programa multidisciplinar donde dábamos las asignaturas desde diferentes puntos de vista: economía, antropología, ciencia política, geografía, etc. Además, el plan de estudios incluía un viaje a Tanzania, en África Oriental, donde
realizamos un pequeño proyecto de investigación muy enriquecedor. P. Una vez que termina, ¿sigue pensando en quedarse fuera de España? R. Sí. Me quedé en Copenhague hasta que la organización pública Eureka, con sede central en Bruselas, me ofreció unas prácticas. Cuando las acabé, me hicieron indefinido. Eureka es una red intergubernamental que financia proyectos de I+D para pymes. Actualmente, tenemos 45 países miembros y estamos asociados a la Comisión Europea a través del programa Eurostars, que es donde yo trabajo. Conocía previamente la or-
Celebrando la vuelta a la oficina después de año y medio de teletrabajo.
ganización porque en 2015 hice unas prácticas en una empresa de Granada que había ganado un premio Eureka a la innovación. Ha sido una de esas pequeñas casualidades que te acaban cambiando la vida. P. ¿Cómo fue el proceso de adaptación? R. En cualquier ciudad a la que vayas, los primeros meses son complicados. Tienes que superar muchos retos: adaptarte a la ciudad, hacer nuevos amigos, el idioma, la cultura, etc. Por suerte, en Bruselas el proceso me resultó sencillo. Encontré piso rápido y entré a trabajar en un equipo internacional con gente de mi edad. Además, al igual que hice en Copenhague, me apunté a un equipo de fútbol para conocer gente. P. ¿Qué destacaría de Bruselas que la gente no conoce? R. En cierto sentido, es una ciudad caótica y me recuerda un poco a una ciudad española. La veo como una ciudad cercana y familiar, especialmente si se compara con Copenhague. No es impactante visualmente, pero es mejor ciudad para vivir que para visitar un fin de semana, donde es casi imposible llegar a ver las zonas alejadas del centro. Como curiosidad, cabe destacar que el 40% de su po-