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EXIGIMOS un VERDADERO plan de INFRAESTRUCTURAS EDUCATIVAS

Nuestra comunidad autónoma arrastra graves carencias en materia de instalaciones educativas públicas. La escasa inversión y la falta de un verdadero plan de infraestructuras han dado lugar a una red de centros obsoleta. Muchos están deteriorados o han quedado anticuados por falta de mantenimiento y renovación, y otros sufren de problemas de masificación y se han quedado pequeños para atender a todo el alumnado de sus zonas de influencia, especialmente en el sur de las diferentes islas.

la Administración señala que se han retirado ya 30, que se van a retirar de manera inminente otras 30 y que se espera eliminar 29 más antes del mes de junio. En cambio, apunta que se han montado once nuevas, debido fundamentalmente a la situación generada en La Palma tras la erupción volcánica, por lo que a final de legislatura se prevé que queden 67 (no todas como aulas, ya que algunas se han mantenido como bibliotecas o despachos).

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MARÍA

En ANPE Canarias no hemos dejado de reclamar a las diferentes administraciones que aporten los recursos necesarios para afrontar de forma planificada e integral esta situación. En este aspecto, celebramos el aumento que han experimentado las partidas destinadas a infraestructuras educativas en los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma del presente ejercicio, propiciado por la llegada de fondos de la Unión Europea. En cambio, continuamos teniendo enormes dificultades para obtener financiación estable por parte del Gobierno del Estado en el marco del PIEC (Plan de Infraestructuras Educativas de Canarias).

Lo cierto es que, tan importante como la inversión en sí, es que exista una planificación que permita actuar de forma ordenada, priorizando necesidades y estableciendo un calendario realista y asumible de actuaciones que haga posible contar con instalaciones dignas, adecuadas y suficientes. Solo así podremos superar el retraso de décadas que hemos ido acumulando en este aspecto.

Una de las necesidades más acuciantes es la de acabar con las aulas prefabricadas, los llamados barracones, que llevan utilizándose más de veinte años. Estas aulas modulares están diseñadas para garantizar la escolarización en momentos puntuales en los que surgen imprevistos. El problema es que en determinados casos terminan por utilizarse durante largos periodos de tiempo, mucho más allá de lo que puede considerarse de forma razonable una situación excepcional.

Según la información brindada recientemente por la Consejería, a principios de la legislatura había 145 instalaciones modulares en uso. De ellas,

Otro problema que venimos denunciando es el de las zonas de sombra. Muchos centros siguen careciendo de ellas, a pesar de que las han demandado reiteradamente. Es fundamental que el plan de techados del que tanto se ha hablado sea una realidad lo antes posible. En primer lugar, para proteger adecuadamente a la comunidad educativa de la radiación solar –hace décadas que la OMS está advirtiendo de los efectos nocivos que puede tener sobre la salud, especialmente en regiones de alta exposición como la nuestra–, pero también para garantizar la práctica de la asignatura de Educación Física durante todo el año.

En varias decenas de colegios e institutos, además, continúa habiendo cubiertas de amianto, un material peligroso que causa lógica preocupación en la comunidad educativa de los centros y que debe ser retirado, con todas las garantías, lo antes posible.

No nos olvidamos de los trabajos de mejora de la accesibilidad que se necesitan en algunos centros, ni de las labores de mantenimiento y conservación. En este sentido, instamos a la Administración educativa a interceder ante los ayuntamientos para que incorporen en los colegios más personal dedicado a este fin.