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el futuro empezó ayer Itzíar Galíndez Centeno

Creo que todo el mundo tiene un cierto interés por los animales; pienso que el mío, más enfocado a la fauna silvestre, viene de una aldea a mil cien metros de altura en la Sierra de la Cabrera

Pepe Monteserín

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Itzíar Galíndez Centeno, colegiada en Asturias, estudió veterinaria dos años en la universidad de Murcia, otro en la de Gran Canaria, otro en Hungría y otro en Córdoba (Argentina). Se especializó en fauna silvestre con el Master de Gestión de Fauna Silvestre de la Universidad de Murcia, e hizo diversas prácticas en ANSE, en el Oceanographic, en el zoo de Murcia... También se especializó en animales marinos, colaboró con Edmaktub en un estudio sobre el rorcual común en el mar Mediterráneo, con la Foundation Darwin con cormoranes y pingüinos en las Islas Galápagos, estuvo tres meses con el Parque Nacional de Galápagos, como veterinaria de rescate de animales salvajes y marcando tiburones martillo, además de censos de especies marinas, en Cabo Verde con la tortuga boba en un proyecto de conservación, y con aves marinas en distintas entidades.

Actualmente trabajo para Tragsatec para un proyecto del MITECO de conservación de las áreas marinas protegidas de Asturias y norte de Galicia, además de especies y hábitats protegidos, colaborando también en la Red de varamientos de ambas CC. AA.

¿Desde cuándo tu interés por los animales?

Realmente creo que todo el mundo tiene un cierto interés por los animales; pienso que el mío, más enfocado a la fauna silvestre, viene de una aldea a mil cien metros de altura en la Sierra de la Cabrera, Doney de la Requejada, en la cual pasé todos los veranos desde que tengo uso de razón. Allí los perros protegen al pueblo y al ganado de los lobos, las gallinas corretean por las calles sin asfaltar, las vacas caminan de la cuadra al prao, algún murciélago entra en casa por la noche, la gente predice lluvia si ve una salamandra en el camino… En un pueblo se aprende a querer a la tierra, a darle importancia a los castaños, a las heladas, a conocer qué es la berrea, cómo es el aullido de un lobo y, por tanto, ese mundo natural deja de ser lejano y se vuelve más curioso y respetado. Diría que mi interés es más por el ecosistema al que pertenecen dichos animales.

• En el Parque Nacional de las islas Galápagos, colaborando como veterinaria de rescate de fauna salvaje, aquí con la tortuga más vieja.

¿Tienes antecedentes veterinarios en la familia?

Profesionalmente nadie en mi familia se ha dedicado a la veterinaria, pero seguramente mis abuelos y mi madre hayan ayudado en más partos de vacas que yo. Mis antecedentes maternos son gente de Sanabria que trabajaba en el pueblo y los paternos venían de los valles de Bizkaia.

¿De dónde eres?

Nací en Cartagena, que es una ciudad rodeada por cinco colinas y el resto es mar.

¿Dónde estudiaste primaria, ESO y bachillerato?

En Cartagena estudié en el mismo colegio desde los seis a los dieciocho años.

Luego te fuiste a Murcia.

Sí porque mis padres y mi hermano vivían en Cartagena.

Y de ahí al extranjero.

Estudiar en Hungría, en Gran Canaria y en Argentina surgió por no desaprovechar las oportunidades que se ofrecen en la Universidad; mi padre era marino mercante y desde pequeña recibía postales de distintos lugares del mundo, eso siempre desató una curiosidad por viajar y conocer lo que hay fuera.

¿Cuál fue hasta ahora tu experiencia más interesante?

En relación a lo profesional diría que el año 2018; voy a contar dos experiencias porque no van la una sin la otra y porque no sabría decidirme. Primeramente, de marzo a junio forme parte del equipo de Edmaktub, que estudiábamos el rorcual común en el Mar Mediterráneo; en concreto se quería corroborar que se alimentaba de krill en aguas de la costa del Garraf; pasábamos las semanas en la mar, diez y doce horas cuando no quedábamos a dormir. Tengo dos recuerdos que con palabras no semejan lo que significaron, uno fue tener alrededor del barco unas siete u ocho ballenas de aproximadamente veinte metros abriendo sus bocas para alimentarse, y otro, durante una de las guardias nocturnas, cuando el mar da más respeto que de día, se acercaron un grupo de delfines a popa y me sentí muy pequeña, que es lo que imagino sentirán los marineros. Por otro lado, ese mismo año, me fui tres meses a las Islas Galápagos con una cooperación con la veterinaria del Parque Nacional; me invitaron a formar parte de otros proyectos y pasé quince días en un barco rodeando islotes e islas estudiando la población de pingüinos y de cormoranes no voladores, marcando las crías de tiburón martillo, entendiendo que las manchas de tres metros con las que había que tener cuidado al saltar del barco eran mantarrayas, no asustándome cuando un león marino macho me echaba del agua al atardecer debido a su comportamiento natural de proteger un harén; diría que fueron tres meses en los que tuve la fortuna de vivir en un espacio en el que la naturaleza manda más que el ser humano.

1. Anillamiento de búho chico cuando colaboré con ULULA de rapaces nocturnas. • 2. Proyecto Fundación Darwin, 15 días por las islas deshabitadas marcando cormoranes no voladores y pingüinos. • 3. Proyecto EDMAKTUB, estudiando el rorcual común en la costa del Garraf, además de censos a todas las especies marinas; en la foto delfín listado.

• 4. Prácticas en la carrera, en la Universidad de Murcia en clínica de pequeños animales. • 5. Isla de san Cristóbal, lobos marinos, en zonas de cría.

• 6. Medición y marcaje de tortugas terrestres en la isla de Santa Cruz.

• 7. En las Islas de Santa Cruz, cuidado de león marino hospitalizado.

¿Cuáles son tus aspiraciones profesionales?

Soy de las personas que piensan que las aspiraciones son constantes, no quiero alcanzar un objetivo concreto; siempre me ha gustado estudiar; diría que, profesionalmente, me gustaría pertenecer a proyectos que me hagan aprender y que siempre tengan un espacio de libertad para desarrollarse o para enseñar a los demás lo que una sabe; en todo caso, si tengo una espinita es pertenecer a algún proyecto marino en la Antártida o en algún lugar donde no exista la influencia del ser humano.

Disculpa si la pregunta es inoportuna, ignoro tu edad, ¿te apoya tu familia en esta actividad?

Tengo treinta años recién cumplidos y llevo desde los dieciocho sin vivir en casa de nuevo. Mi familia me apoya en las decisiones que voy tomando y me da consejos. Actualmente diría que están orgullosos de que mi trabajo esté relacionado con el medio marino pues la vida de mi padre estuvo dedicada siempre a la mar y mi madre, aun siendo una gran modista, es una gran pintora, especialmente de faros, parece que en ellos ve los naufragios y las esperanzas; cuando entro en casa suelo tener la sensación de que entro a un barco así que en este momento me siento más cerca de su filosofía y su cultura. Tengo un hermano, de 37 años, que vive en Cartagena; al ser el hermano mayor es uno de mis mayores referentes de la vida.

Estás colegiada en Asturias, pero ¿vives en Asturias? ¿Por qué viniste a Asturias?

Vivo en Asturias desde octubre del 2021, hace poco más de un año y medio; realmente es el lugar en el que más tiempo he pasado desde que salí de Cartagena con dieciocho años. Cuando acabé el máster de gestión de fauna silvestre en 2021 me iba a ir a trabajar al Centro de Recuperación de Animales de la isla de Corvo en Azores pero mi madre tuvo un cáncer complicado ese verano y me vine con ella (vive en Cantabria); buscando trabajo por la zona salió una oferta a nivel estatal de la empresa Tragsatec para diez veterinarios relacionados con animales marinos, me ofrecieron trabajo en el equipo de Asturias y norte de Galicia y encantada de estar cerca de la familia, de

Asturias y del proyecto en el que estoy trabajando.

¿Te queda tiempo libre?

Sí, me gusta ir a la montaña, bailar flamenco y siempre unir algo de música, en estos momentos aprendiendo a tocar el saxofón.

¿Cuál fue últimamente tu salida a la montaña?

A la montaña voy todas las semanas si puedo; la última fue el fin de semana pasado en el Parque Natural de Somiedo que fui a realizar un curso sobre el oso cantábrico y el ecosistema del norte peninsular; una ruta de dos kilómetros que hicimos en cuatro horas debido a las veces que una se para en el camino para observar y entender lo que se interpone

(que puede ser una huella, una flor, un pájaro, un sonido, etc.).

¿Tu pieza preferida para escuchar al saxo?, ¿y para tocar tú?

He comenzado a aprender a tocar el saxofón en septiembre del año pasado por mi interés por la música no por tener una gran cultura sobre el mundo al que pertenece, escucho muchas canciones, pero no tengo como tal una pieza favorita donde el saxofón es el protagonista. Para tocar (si se puede decir algo así en menos de un año), me encanta la canción de My way, de Frank Sinatra, realmente esa canción me gusta en todas sus formas y versiones.

¿Y tu interés por el baile?

Desde pequeña me llevaron a clases de baile; hice danza clásica y flamenco pero nada a nivel profesional, además que al estar viviendo en distintos países no ha podido ser constante. más el flamenco que otras danzas porque es más terrenal, lo puede una sentir más y no es tan «correcto», es algo que está en el ambiente de dónde vengo, crecí con ello. •

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