Semanario Versión Final

Page 18

Farándula

página 18 Maracaibo, del 4 al 10 de abril de 2008

Testimonios de cuatro actrices que vencieron enfermedades graves

Ellas derrotaron a la muerte Daniela Bascopé, Tania Sarabia, Michell Aranguibel y Crisol Carabal lucharon y salieron vencedoras de graves enfermedades. Ellas ofrecieron su testimonio para Versión Final. Hoy se muestran felices y agradecidas de haber logrado una nueva oportunidad para vivir. Andreína Gil

 Mostrar una fortaleza única, ser

positivo y optimista, tener una verdadera fe y creer que los obstáculos se superan son algunas de las claves en las que se basaron cuatro artistas venezolanas para superar el difícil diagnóstico de una enfermedad que les tocaría afrontar. Después de una larga lucha llena de depresiones y alegrías, fuertes tratamientos, radicales cambios físicos y de pensamientos, Daniela, Tania, Michell y Crisol comparten el feliz resultado obtenido cuando se propusieron vencer a la muerte.

Daniela Bascopé

“Siempre tuve la convicción de que lo superaría” “Mi reacción fue atípica ante el diagnóstico. El comienzo del proceso fue de incertidumbre. Pasé un mes en la clínica en terapia intensiva dónde me practicaron varias intervenciones quirúrgicas porque no se sabía lo que me pasaba. Una vez que los médicos me dieron el diagnóstico fue casi un alivio, independientemente de que me diagnosticaron algo tan fuerte como un Linfoma No Hodking de Células T, ya sabíamos qué rumbo tomar para atacar la enfermedad. Mi reacción fue particularmente tranquila, yo tranquilicé a mi familia. Un día me sentía triste, otro alegre y tiene que ver también con los químicos que uno recibe porque alteran y ocasionan un sube y baja de emociones, pero tenía la convicción de que lo iba a superar. Si me ponía pesimista enseguida lo corregía. Siempre estuve pendiente de mi actitud porque uno tiende a “auto sabotearse”, pero hay que ser fuerte. Las dos

Tania Sarabia

“Ahora valoro más la vida” “Cuando me enteré que padecía cáncer de mama me aterroricé y me asusté muchísimo. Hace seis años me diagnosticaron la enfermedad y el primer año fue muy difícil por el tratamiento de quimioterapias y radioterapias que recibí. Tuve que llenarme de mucho valor, paciencia y fuerza positiva para afrontar el difícil proceso por el que estaba pasando. La depresión y el estado de ánimo decaído son normales, pero se va superando poco a poco. Tuve todo el tiempo el apoyo de mi familia, amigos y compañeros y de la Fundación Artistas por la Vida. Durante el tiempo de duración de mi enfermedad que fue alrededor de un año y medio. Hoy en día veo la vida con más humanidad, valoro más lo que hago, valoro más mi vida y respeto y valoro la vida de los demás. Aconsejo a las mujeres a que estén prevenidas contra del cáncer de mama, la prevención es lo primero y lo más importante.

Las mujeres que ya están en edad deben hacerse la mamografía a tiempo, porque es mejor prevenir que lamentar. Para las mujeres que ya sufren la enfermedad lo mejor es tener fe y cumplir con el tratamiento, tienen que tener esperanza y enfocarse en que se van a curar. Hay que asumirlo como un trance que se le presenta a uno en la vida y no como algo definitivo. Trato de ayudar a todas las personas que pueda que estén pasando por la enfermedad y siempre participo en las campañas “Tócate” de prevención del cáncer de mama”.

Foto: Cortesía Alberto Hernández

primeras sesiones de quimioterapia fueron las más fuertes, pero mi cuerpo fue adaptándose y las recibí muy bien. Poco a poco mi familia y yo comenzamos a entender la dinámica del tratamiento. Hay que evitar escuchar los rumores de los demás porque cada caso es diferente. Tras la quimioterapia vino la etapa del trasplante de médula. Yo estaba con un poco de miedo porque era una cosa nueva. Tuve que aislarme por un mes en una habitación. Con el apoyo de la gente y del Gobierno logré ir al M.D Anderson Cancer Center, en

Houston que es uno de los mejores hospitales para el tratamiento de cáncer. Pude hacerme el trasplante allá, mi recuperación fue mucho más rápida de lo que pensábamos. Ahorita estoy súper bien, me creció el pelo, voy a la playa y llevo una vida casi normal. Duró un año vivir todo el proceso de recuperación porque el diagnóstico me lo dieron en enero de 2007, el trasplante me lo hicieron en julio y la etapa de recuperación terminó entre noviembre y diciembre. Mis células se siguen recuperando pero yo ya estoy normal. Puedo compartir mi experiencia en el libro que escribí llamado Vivir T, que lanzaré a finales de año, donde narro lo que viví y las herramientas que utilicé para salir adelante. Para orientar a la gente también tenemos la página Fundación Bascopé Van Grieken a la que se puede entrar por la dirección www.danielabascope.com, donde mi abuelo, que es médico, y yo orientamos a quienes tengan casos de linfomas y leucemías”.

Michell Aranguibel

“La ciencia ha avanzado muchísimo”

“Hace dos años me diagnosticaron cáncer de cuello uterino. Una irregularidad en mi ciclo menstrual me hizo sospechar que algo no estaba bien porque nunca había tenido ningún tipo de problemas en ese sentido. Como cualquier persona, nadie se espera el diagnóstico de cáncer, además yo creí que tenía una infección. Para mí fue un shock, principalmente pensando en mi familia porque no sabía cómo se lo iba a decir, sin embargo, me considero muy fuerte, soy una persona de retos y comencé a buscar la mejor asesoría y luché para recuperarme y hacer mi tratamiento.

Mi tratamiento fue por cuatro meses y medio entre quimioterapias, radioterapias y en este caso braquiterapias que son las radiaciones que van directo al tumor. Hubo momentos de mucha debilidad, náuseas y malestares. No perdí el cabello, fueron pocas dosis. Casi cinco meses me dediqué a la recuperación y pasó un año para sentirme bien nuevamente. La visión que tengo de la vida es distinta, me lo tomo todo con más calma, comparto más con mi familia. Trato de sonreír todos los días porque de verdad la sensación de una nueva oportunidad la siento cada vez que respiro. El cáncer de cuello utérino se puede producir en cualquier mujer joven aunque no sea sexualmente activa, eso no tiene nada qué ver, así que mi principal consejo para todas es asistir al médico aunque sea una vez al año sin pena y sin miedo. La ciencia ha avanzado mucho y con fe todo se puede”.

Reportaje Crisol Carabal

“La clave para superarlo es ser positivo” “No tuve ningún síntoma antes de que me detectaran el tumor cerebral que padecí en diciembre de 1997. Ese día me tomé dos pastillas para el dolor de cabeza producto de la menstruación, esas pastillas son vasodilatadoras y me ocasionaron un derrame cerebral. Yo tenía un meningioma vascular y al tomármelas se activó el derrame y me llevaron de emergencia porque quedé paralizada, me hicieron los exámenes y aún así no sabían lo que tenía. Con una resonancia magnética detectaron que tenía un tumor y me operaron de emergencia. El tumor estaba cercano de dos arterias, si dejaban que avanzara tendría problemas motores. Al principio no entendía por qué tenía un tumor, no había nada que me hiciera sentir enferma. No podía creerlo. Me operaron un domingo 21 de diciembre, día del Espíritu de la Navidad y yo siempre hago mi carta de peticiones. Ese día pedí salir sana de la operación, porque existía el riesgo de que me tocaran una arteria y quedara con problemas motores, de ser así no quería ser una carga para mi familia. Prometí que si salía bien iba a vestirme de El Nazareno y visitar siete iglesias. Mi recuperación duró un año. Me ayudó a ver la vida de otra manera, pocas cosas me impresionan. Ahora me dedico más tiempo. Después de afrontar algo así ya no hay nada que sea peor. Ya pasaron los siete años, pagué mi promesa y continúo yendo a siete iglesias todas las semanas santas”.


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