Elecciones ZULIA 2008
página 18 Maracaibo, del 9 al 15 de mayo de 2008
Gian Carlo Di Martino, fanático del balón y campeón de las talanqueras
Tarjeta roja Aunque dice ser socialista tiene una habilidad increíble para pasar de un bando político al otro. “No es revolucionario”, asegura el padre Palmar. Pese a desplantar tres veces a Chávez y no contar con el apoyo de otros liderazgos del chavismo en el Zulia su nombre se baraja como el candidato a la Gobernación por encima de Rodrigo Cabezas.
Cada vez que Di Martino aprovecha su poder para, en la madrugada, escaparse a jugar fútbol en el “Pachencho” Romero, las gradas vacías se convierten en un remanso para quien es muy cuestionado por la gente. Sólo su séquito simula admirar las gambetas, el desplazamiento por el campo, esa visión de pasar el balón al pie, pero el pueblo que no tiene acceso a las tribunas, padece sus patadas a las comunidades, su trayectoria de tarjetas rojas y de escándalos. El estadio es su búnker, su casa. Allí tiene un cuarto, se hace masajes, entrena y cuida su figura (no le gusta verse gordo). Los mesoneros lo complacen con panes rellenos de queso y mortadela o arepa con atún. “Él tiene una suite ahí que llaman la ‘suite Nerón’, donde pasa cualquier cantidad de barbaridades. Los policías son testigos de lo que ocurre de noche; una vez al Alcalde le tiraron unas maletas, lo consiguieron con otras mujeres ahí”, revela el diputado Edgar Oberto, ex aliado. El trato a sus subalternos en el directorio es hostil. Quiere ser jugador y técnico a la vez, diría un conocedor de fútbol. Y su mandato tiene sello nefasto. Se perdió la cuenta de los despidos, enroques y reenganches de su gabinete. Más de 25 líos públicos graves engrosan el “libro de amonestaciones” de quien se dice admirador de El Che y aficionado del AC Milan. Se sabe que usó pruebas falsas para involucrar con el paramilitarismo al gobernador Rosales, que agarró a mordiscos a Oberto, que señaló culpables a diestra y siniestra por la estafa La Vuelta, que trató de vincular este caso con el asesinato de Anderson, que pagó 400 millones de bolívares a unos secuestradores para rescatar a un amigo, que dio provisiones a guerrilleros del ELN… Por ello cuando no está en el ojo del huracán, Di Martino se sumerge en el fútbol de los excesos. Y no importa que el presidente Chávez fustigue las actitudes ca-
pitalistas. Gian Carlo Maldonado anotó un gol de 180 millones de bolívares cuando la vinotinto perdía 0-1 con Uruguay en la jornada 14 de las eliminatorias para el Mundial de Alemania el 4 de junio de 2005. Entonces, tras el partido, y en el camerino, le dio las llaves de una Nissan Armada al jugador. Pero esto no es todo. Pagó primas individuales millonarias a jugadores de su principal capricho: el Unión Atlético Maracaibo, tras cotejos decisivos. Hasta 50 mil bolívares fuertes por jugador ofreció una vez por una victoria ante el Caracas. Esto sin contar que el equipo recibe al mes 500 mil bolívares fuertes en pago de nómina; mientras 42 % de los maracuchos sigue sin contar con una red de aguas negras.
¿Revolucionario? “Él no es un verdadero revolucionario. Ninguno de los líderes del chavismo acá lo ven como tal. Es un surfista de la política. Espera una ola y se monta. Cómo se explica que creyendo en El Che y siendo de izquierda ganara la Alcaldía de la mano de Rosales”, dice el padre José Palmar, quien lo conoce desde que dirigiera la Cárcel de Sabaneta. Asegura que, el 12 de abril de 2002, Polimaracaibo actuó bajo sus órdenes frente a quienes protestaban bajo el elevado de Padilla en contra del golpe. Pero luego, el 13, se puso la boina roja. A primera vista es cordial, simpático, pero, según el comisario Biagio Parisi, esta habilidad la utiliza para su provecho. “Lo conocí cuando él trabajaba de enlace con la PTJ como comisionado de drogas. Cuando me habló de crear Polimaracaibo seguro se dijo: ‘a éste lo aprovecho, lo traigo para que me levante esto y lo despacho”. Parisi dice que se deslindó porque “quiso usar funcionarios para escoltas de amigos y políticos”. La posición que juega sobre el césped es como lateral derecho, y a veces hace de mediocampista.
FICHA PERSONAL Nombre completo: Gian Carlo Di Martino Tarquino Profesión: Politólogo y abogado Cargo actual: Alcalde de Maracaibo Familia: Ana Clara Barboza (cónyuge). Hijos: Ana, Gianluigi, Clara, Carla y María Camila. Lugar y fecha de nacimiento: Maracaibo, 12 de julio de 1974 Movimientos que lo apoyan: A la espera del apoyo del Psuv. Experiencia: Fue director de la cárcel y la Onidex. Director de orden público y seguridad de la Gobernación. Prefecto de Maracaibo. Secretario de Gobierno. Dos períodos como alcalde de Maracaibo.
Sin embargo, en el movimiento revolucionario sienten que no juega para el equipo. La conformación del Psuv lo dejó en evidencia. Primero fue Lina Ron, quien durante la jornada de inscripción lo acusó de “saboteador” por acudir a varios centros con listas preferenciales, luego, en un acto con el Presidente en el Palacio de Eventos fue prohibida su entrada por su afán de protagonismo. Hasta los envases de agua que entregaban tenía su rostro, tal y como ocurrió en el marco de la Copa América. Gastó, según el concejal Juan Pablo Guanipa, 10 mil millones de bolívares en vallas forradas con su cara. Algo que también causa escozor en las filas rojas, rojitas es el caradurismo. Di Martino nunca acude a los actos en que participan organismos de la revolución, siempre envía a Giovanny Villalobos. El general Alberto Gutiérrez, ex candidato a gobernador por el MVR, asegura que el Presidente no está al tanto de lo que dice y hace. “Sólo aparece en actos a los que viene el presidente Chávez o miembros del gabinete, pero no ha sido fiel con el proceso; mientras el Presidente pedía unidad en las elecciones de 2004, Di Martino mandó a su gente a votar por él y por Rosales”.
Di Martino está en la puerta de su mayor reto político.
Camaleón Gian Carlo ha sido un experto en “bicicletas” y regates. Es el amo de los malabares futbopolíticos: pasó de ser director de Orden Público en el gobierno de Lolita a secretario privado de Francisco Arias Cárdenas. Después pactó con Rosales. Su ruptura se produjo en 2001, en el marco de la Habilitante que apoyó, con todo y que en febrero había declarado: “Estoy convencido que el líder del estado es Manuel Rosales”. Ahora es su enemigo político y lo acusa de ser “un saltarín de la política”. ¿Cada ladrón juzga por su condición? “No es un camaleón”, asegura Temístocles Cabezas. “Uno evoluciona políticamente”, lo defiende. Pero quienes lo adversan destacan su capacidad mimética, su afán es mantenerse en el poder. “Al perdedor no lo quieren. Después me veía saltando de sitio en sitio, para ver si el Presidente me podía ver por ahí y se recordaba de mí, a ver si me decía: ‘agarra una jefatura civil’. Quiero vivir el momento histórico”, dijo Di Martino a Exceso en 2007, refiriéndose a sus razones para no aceptar en 2004, ser candidato chavista a la Gobernación por solicitud de Chávez, a quien desplantó tres veces. Padre de cinco hijos, está casado con la abogada Ana Clara Barboza, con quien pocas veces se
ve en actos públicos. Di Martino se caracteriza más por andar acompañado del grupo de bellas rubias que forman la dirección de Protocolo y Relaciones Públicas de la Alcaldía. Hay quienes aseguran que Di Martino practica la santería. Edgar Oberto no duda en afirmarlo. “Sí, él es santero, muchos directores lo son. Hay un nexo oscuro. Incluso, puedo decirte que quienes lo cuestionan por esto él los despide”, cuenta quien trabajó con él en 2006, desde el Comité de Feria. Se sabe que en primaria y secundaria fue un estudiante mediocre, pero al ingresar a la URU, donde estudió Ciencias Políticas y conoció a Barboza, cambió. “Sobre todo luego, cuando estudió Derecho en la Ucab. Conocí a un profesor que me dijo que la criminología era su verdadero talento”, narra el padre Palmar. De cara a los comicios de noviembre, y sorteando olas inmensas de rechazo, su nombre es el as que lanzaría el presidente Chávez para la Gobernación. Quizás las bases lo vean más como un autogol, pero su astucia ha vencido históricamente obstáculos peores. A la espera del pitazo que marque el inicio del partido, Di Martino aguarda a la expectativa de no recibir tarjeta roja en los primeros minutos. Ese color no le gusta.