10 VERSIÓN FINAL MUNDO Maracaibo, sábado, 29 de enero de 2011
VISIÓN HISTÓRICA
Bolívar: “El gran caudillo americano” Abraham Puche Sin ánimo de caer en posiciones “antibolivarianas”, entre los historiadores y analistas se teje una red de opiniones sobre el papel fundamental de Bolívar en la independencia de las colonias hispanoamericanas, cuyo espacio territorial y fortuna económica eran diez veces superior a la propia España. No obstante, muchos coinciden que Bolívar, paradójicamente, fue el “Padre del Caudillismo” en América, un legado que todavía persiste 200 años después, y que se evidencia en un cúmulo de figuras políticas personalistas, entre ellas, varios dictadores latinoamericanos. El politólogo, ensayista y periodista peruano Álvaro Vargas Llosa, hijo del afamado escritor Mario Vargas Llosa y guionista de National Geographic, escribió un ensayo titulado “El Caudillo, el populismo y la democracia” (19 de junio de 2006), en el cual argumenta sus puntos de vista sobre Simón Bolívar como héroe de la independencia y las razones que ocasionaron la debacle de La Gran Colombia: • “Bolívar personifica el pecado original de las repúblicas latinoamericanas: elitismo, autoritarismo y una pasión sin parangón por lo que denominamos ingeniería social”. • “Bolívar (...) fue un líder en quien el instinto militar ansioso de gloria y orden, y el instinto civil favorable a las instituciones de largo plazo, convivían en desigual proporción, de modo que el primero doblegó al segundo”. •“Bolívar fue ciertamente mucho ‘mejor’ caudillo que los demás: más estratégico, visionario, instruido. Pero ocupa un sitial en los anales del caudillismo de América Latina, y el caudillismo es todavía el corazón del problema latinoamericano”. •“Bolívar habría merecido más consideración si hubiese fracasado intentando establecer repúblicas liberales, promoviendo la movilidad social y propiciando la integración desde abajo, en lugar de concentrar el poder en nombre del orden social y dedicar su tiempo a grandiosos -y verticales- proyectos de integración supranacional entre precarios estados sudamericanos forjados sobre sociedades altamente estratificadas”.
Historiadores coinciden en no acusar a Páez de haber “traicionado” los ideales unitarios de Bolívar
Separación de Venezuela fue en rechazo al centralismo
ARCHIVO
Hoy se cumplen 181 años de la proclama que marcó la separación venezolana de La Gran Colombia. ¿Qué tan cierta es la hipótesis de Chávez sobre aquél evento? Abraham Puche (LUZ 2002) apuche@versionfinal.com.ve
E
n 1810, comenzó la aventura de las antiguas colonias españolas en América de independizarse de la Corona ibérica. Simón Bolívar, el gran propulsor de la gesta emancipadora, logró sumar fuerzas (tanto internas como de los enemigos extranjeros de España) para consolidar aquél ideario. No obstante, 20 años después, el sueño de Bolívar comenzó a desmoronarse. Conflictos internos entre las nuevas naciones socavaron las bases de una República confederada, y cada quien fue tomando su propio camino. Debido a las diferencias políticas, e intereses particulares entre caudillos, nació en Valencia (1826) un movimiento político denominado “La Cosiata”, que inicialmente no proclamó la separación de Venezuela, sino que exigió la reforma de la Constitución de Cúcuta (1821) por su espíritu centralista. José Antonio Páez, Comandante General del ejército venezolano, no siguió ocultando sus diferencias políticas con las autoridades neogranadinas, y fue degradado militarmente por el Senado de Bogotá. Ante esta situación, Páez se sumó a La Cosiata, y el 29 de enero de 1830 hizo la famosa Proclama en Valencia, donde anunció que la “antigua provincia de Venezuela” se separaba definitivamente de La Gran Colombia. Este hecho histórico es tomado por el presidente venezolano Hugo Chávez como un “acto de traición” por parte de Páez hacia Bolívar, y vincula los supuestos “intereses personales” de los paecistas con la actual “burguesía” nacional. ¿Qué tan cierta es su hipótesis? Para el connotado historiador Agustín Blanco, nunca hubo unidad verdadera desde los comienzos de las gestas independentistas,
Los historiadores Agustín Blanco y Ángel Rafael Lombardi coinciden en que no deberían emitirse especulaciones sobre la conveniencia o no de la separación de Venezuela de La Gran Colombia. Ambos creen que nunca hubo unidad verdadera.
PROCLAMA DE PÁEZ “Los cuatro departamentos en que estaba dividida la antigua Venezuela: Maturín, Orinoco, Venezuela y Zulia, todos han querido una misma cosa y todos han mostrado el mismo entusiasmo: no ha habido un solo pueblo diferente . la opinión nacional se ha manifestado con libertad...” José Antonio Páez Congreso de Valencia 29-01-1830
A raíz de esta Proclama, se convocó un Congreso Constituyente en Valencia, comenzando sus funciones el seis de mayo de 1830. Estuvo conformado por los diputados de las provincias venezolanas. por lo tanto, la tesis de la confederación de naciones de Bolívar tenía altísimas probabilidades de fracasar, como en efecto ocurrió: “Desde un principio, nunca hubo una visión de emancipar a los pueblos de América del yugo español, sino de varios caudillos que buscaron desatarse del dominio español para formar sus propios gobiernos, de acuerdo con sus intereses particulares”. Por esta razón, Blanco difiere de Chávez al catalogar a Páez de supuesto traidor: “La historia no
puede ser vista bajo una perspectiva ideológica, sino analizar los sucesos tal como ocurrieron. Tampoco se puede emitir juicios de lo que hubiese ocurrido si se hubiera mantenido La Gran Colombia”. —¿Por qué Chávez emplea esa retórica para desprestigiar la imagen de Páez? —Tal discurso es mecánico, absurdo y barato. Tanto Bolívar como Páez defendieron sus intereses. Como dije, las gestas emancipadoras se basaron en decenas de caudillos y ‘mesías’ que lucharon por separado, y se apoyaron porque a todos les convenía, no porque querían una nación confederada. —¿Es verdad que Bolívar quería ser un emperador? —Bolívar soñaba con una Confederación de naciones americanas, pero no dio muestras de fuerza y decisión para lograrla. Al contrario, manifestó intenciones de ejercer el poder de manera centralizada, e incluso, se proclamó dictador. Precisamente Bolívar fue el primer ejemplo del caudillismo en América, por lo tanto, no podemos juzgar a Páez, Santander ni a Juan José Flores (quien separó a Quito de La Gran Colombia). —¿Fue conveniente la separación de Venezuela de La Gran Colombia? -—No podemos asegurarlo o negarlo, porque La Gran Colombia,
y las naciones que vinieron después, no nacieron como una república de un colectivo, sino de unos caudillos que lograron la libertad de España. Discurso ideologizado El reconocido historiador Ángel Rafael Lombardi comparte la misma opinión de Blanco, sobre la asociación que hace Chávez a favor de Bolívar y en contra de Páez: “El Presidente actúa igual que muchos otros mandatarios, al vincular a Bolívar a su favor como el héroe que apoyaba a los más necesitados, a diferencia de Páez, a quien lo asocia con la burguesía separatista. Lo que ocurrió en aquella época fue una lucha de intereses, en la cual Bolívar salió derrotado por no contar con el apoyo del Ejército y la fractura entre sus propios seguidores”. —¿Fue conveniente la disolución de La Gran Colombia? —Eso es especular. No podemos analizar la historia con ánimos de ser jueces, sino de ver lo que ocurrió para comprender nuestro presente. Si bien es cierto que se agradece a Bolívar su visión de libertad, también es cierto que asomó sus facetas de dictador, concentró todo el poder y hasta coqueteó con las monarquías europeas. Sin embargo, Páez fue más realista.