6 VERSIÓN FINAL REPORTAJE Maracaibo, lunes, 30 de agosto de 2010
La huelga de hambre es noticia internacional. La lucha de los ex trabajadores es intensa. El gobierno nacional no se sienta a escucharlos. Hoy iniciamos una serie periodística sobre la génesis y la actualidad de esa crisis.
En las entrañas de la cementera de San Francisco (I)
Así comenzó el dolor en Cemex
Ernesto Ríos Blanco (Unica 2006) erios@versionfinal.com.ve
F
ue por muchos años un ícono del progreso del Zulia y de Venezuela. Su moderna planta, una de las más grandes de Latinoamérica, se erigía como un gigante industrial que abastecía de cemento a la pujante y recordada “Venezuela saudita”. Vencemos Mara, fue fundada por el empresario caraqueño Eugenio Mendoza en 1943 y fue bajo el nombre de Cementos Vencemos el más grande proveedor de argamasas y concreto premezclado del país. Según Asocemento, Cemex (Cementos Mexicanos), la tercera mayor cementera del mundo, ingresó al mercado venezolano en 1994 con la compra de Vencemos por 300 millones de dólares. Para entonces, Vencemos Tenía una capacidad de producción anual de 4,6 millones de toneladas métricas y contaba con tres plantas ubicadas en Anzoátegui, Lara y Zulia, así como una molienda de clínker en Bolívar, un terminal marítimo en Catia La Mar y otro en Pertigalete, además de 33 plantas de concreto premezclado en todo el territorio nacional y 13 centros de distribución. Es el único productor de Yeso en Venezuela. La nueva firma ofrecía empleo directo a 3 mil personas. No obstante, ex trabajadores de la extinta Vencemos y de Cemex, aseguran que la trasnacional mexicana vino para “acabar con la industria”. Antes de la venta de Vencemos a Cemex, la compañia venía incumpliendo con honrar los beneficios socioeconómicos de sus trabajadores, contemplados en el contrato colectivo. Según la cronología detallada que maneja Richard Bracho, presidente de la Asociación de Ex trabajadores del Cemento (Asocemento), la lucha inició en las tres plantas del país (Lara, Anzoátegui y Zulia) y con ella comenzó la debacle que hoy denuncian sus ex empleados. La muerte lenta Richard Bracho, es uno de los 599 trabajadores afectados sólo
Cementos Vencemos, nació en 1943,representó la pujante economía zuliana que impulsaba a Venezuela como país de progreso en la producción de argamasas y concreto. Fue vendida a Cemex en 1994 y posteriormente nacionalizada “a medias”.
VIOLACION DE CONTRATO Diferencia de Bono Vacacional Pago de antigüedad Pago de horas extras diurnas y nocturnas Vivienda Seguro Préstamos crediticios.
EL CRECIMIENTO MERMÓ Richard Bracho, junto con muchos otros trabajadores, iniciaron sus funciones en Vencemos desde el estatus más bajo y poco a poco fueron ascendiendo en la nómina industrial. “Yo empecé como cafecero, vendía café, pero estaba culiminando mis estudios de ingeniería y una vez graduado, ingresé a la nómina menor y posteriormente a la mayor en la compañía. Vencemos te daba oportunidad de crecimiento, capacitación, profesionalización, beneficios contemplados en el convenio colectivo que más tarde
violaron”. Bracho ejerció en el área de producción antes de ser despedido por Cemex. en el Zulia. Incluso desde antes de la venta de Vencemos a Cemex. Bracho asegura que desde 1991 Vencemos dejó de cancelar beneficios contemplados en el convenio colectivo; aumento salarial, bono vacacional, bono alimentario, en-
tre otros. “El Sindicato de entonces, presidido por quien todavía funge como su máxima autoridad, Gladimiro Montiel, se convirtió en un sindicato patronal que arrodillado a los intereses patronales dejó de velar por los intereses de los trabajadores. En vista de las violaciones al convenio, se interpone un acto administrativo en la Inspectoría del Trabajo, donde se exige el reconocimiento de omisiones y violaciones al contrato colectivo y a la LOT. De eso hay documentación”, explicó Bracho. El pliego conciliatorio es introducido en marzo de 1994 y a pocos días se anuncia la venta de Vencemos Mara a la trasnacional Cemex. El dirigente de Asocemento enfatiza que a raíz de dicha negociación, la demanda laboral se paralizó. “Lamentablemente Cemex trajo a Venezuela desempleo y miseria, porque cuando habíamos 600 trabajadores en el año 94, Cemex aplicó un despido masivo disimulado a través del otorgamiento de ‘cajitas felices’ de 200, 500 bolívares, haciendo firmar renuncias a los obreros y el sindicato nunca hizo nada”. Bracho subrayó que con los despidos masivos, se recargaron de funciones a los trabajadores que quedaron, sin elevar sus respectivos salarios, situación que terminó de crear malestar en la masa la-
IVÁN LUGO
Ex trabajadores de Cemex mantienen desde 1991 una lucha “titánica” para hacer cumplir sus demandas laborales. El 15 de diciembre de 2008 arreciaron las protestas
boral. “Un mecánico hacía tres y cuatro trabajos de otras índoles y sólo cobraba como mecánico. Eso se llama explotación, eso se llama piratería, eso se llama desmejorar al personal, eso es abuso, y la crisis llevó al trabajador a aceptar eso. Sembraron miedo y lavaron cerebros con talleres engañosos y el sindicato seguía de espaldas”. El dirigente afectado recordó la argumentación con la cual la corporativa trasnacional justificó los despdios. “Esta fue la premisa que Cemex utilizó para cometer su injusticia; ‘En Mazatlán tenemos una planta
más grande y con mucho menos gente. Mientras aquí hay 600 obreros, allá tenemos 57 por lo cual no se justifica que en esta planta haya tanto personal’. Y así fue que, sin más ni más nos botaron”, aseveró el ex trabajador afectado. En una segunda entrega, Versión Final ahondará en los intríngulis de una lucha laboral que hasta ahora tiene un final incierto. Presentaremos lo que los propios ex trabajadores han denominado un “viacrucis” que contempla reuniones, viajes a Caracas y demandas introducidas.