22 VERSIÓN FINAL SUCESOS Maracaibo, jueves, 8 de julio de 2010
El empresario José Miguel Coletta le había prometido boda argumentando que estaba separado de su esposa
Habló la familia de la doctora FOTORREPRODUCCIÓN: JORGE CASTRO
Ayer Keily Carbono cumpliría 25 años. A una semana del asesinato, sus padres tienen indicios de que Coletta podría declararse enfermo mental para salir libre. Aqui va el relato de quienes aún no se reponen del peor dolor de sus vidas. Alejandro Bracho (Unica 2005) abracho@versionfinal.com.ve
“S
eñor Presidente, yo como madre le ruego, le suplico, le imploro que se conduela del dolor que está sufriendo esta familia y que caiga todo el peso de la ley a todos los que nos arrebataron la alegría y la vida de este hogar; que la justicia sea implacable, escuche el dolor de una madre que hoy estuviera celebrando los 25 años de mi hijita, de mi hijita linda”. Con estas súplicas, Irinida Sierra, madre de Keily Carbono, en compañía de su esposo Alfonso Carbono y sus demás hijos, pidieron toda la ayuda de los medios de comunicación y de las autoridades investigativas para que este caso no se desvíe. Temen que el autor intelectual, José Miguel Coletta, reciba algún beneficio a pesar del horrendo crimen del que se le acusa. Ayer era un día muy especial en la vida de Keily Carbono. Estaría arribando a sus 25 años de vida, y lo celebraría con su hermana Paola en Caracas, porque para esta fecha, Keily estaría en unos adiestramientos requeridos por la empresa Colgate-Palmolive donde la contactaron para encargarse del área de mercadeo de productos de la marca. “Mi hermana era una persona muy emprendedora, muy alegre, no dormía por estudiar. Como ustedes saben tenía dos títulos y actualmente estaba por culminar el décimo semestre en el Cevaz, y siempre estuvo pendiente de surgir como profesional. La acababan de llamar de Colgate-Palmolive para comenzar a trabajar el primero de julio. Iba a estar allá un mes y precisamente viene a suceder esto un día antes de viajar”, dijo Paola Carbono, hermana de Keily sentada en el mueble en medio de sus padres y
Keily Carbono y José Miguel Coletta tenían un noviazgo de ocho meses según dijo la familia de la doctora, aunque ella pensaba en prescindir de la relación porque quería que el empresario legalizara su romance.
Irinida Sierra, madre de Keily clamó por la justicia en este caso.
rodeada por sus hermanos, Marcos, Alexandra y Margaret. Paola pidió continuidad en las investigaciones del caso. “Creemos que ellos (Cicpc), han estado haciendo un buen trabajo y contamos con que eso siga siendo así. Para ninguno de ustedes es un secreto, que las personas involucradas o los responsables de este hecho, son personas con poder económico, cosa que nosotros desconocíamos, y queremos dejar un mensaje claro: no podemos permitir que el poder económico prevalezca por encima de la justicia, eso es inaceptable e inadmisible”, dijo con énfasis la hermana de la víctima.
“Y ellos eran novios”, interrumpió la madre de Keily, “no como dicen por ahí que no eran novios, ellos eran novios”, dijo en referencia a José Miguel Coletta. “Él venía aquí como miembro de esta familia, nos hacía parrillas, hacía bisté en la cocina, a su hermana le dijo que dentro de poco, su mamá le iba a planificar la boda a mi hija, en ningún momento dijo que era dueño de fortuna ni nada”, expresó mostrando las fotografías de Keily con José Miguel en otros tiempos. Fue un engaño Las hermanas de Keily expresaron que desde un principio Coletta había dicho que estaba en proceso de divorcio y que tenía más de un año separado de su esposa y que solamente veía a sus hijos los fines de semana. Sin embargo, Paola Carbono agregó: “Yo particularmente era la confidente de mi hermana y yo sí conocía la verdad, que él estaba viviendo con su esposa. Sin embargo, él estaba por separarse esa semana que era la última de junio con la primera de julio, donde iba a ocurrir un hecho importante. Los iba a mandar a ellos para el aparta-
mento y él se iba a quedar viviendo aparte, eso aparentemente iba a ocurrir”. Paola, que reside en Caracas, no solo sostenía conversaciones con su hermana Keily sino que además hablaba con José Miguel Coletta. Dijo no saber si la pareja tenía algún problema en los días previos al asesinato en la Circunvalación 2, porque inclusive Coletta pensaba llevarla al Aeropuerto al día siguiente para que Keily partiera a su compromiso en Caracas. “Cuando a mi hermana le ocurre lo que le ocurrió, éllos estaban sosteniendo una conversación por teléfono normalmente como cualquier pareja”. La noche del homicidio, Coletta se presentó en el estacionamiento de la Clínica La Sagrada Familia y juró a su suegra darle la cabeza de los asesinos de Keily. “Señora Muñe, yo le juro que esto no se va a quedar así, esto no va a quedar impune”, repetía una y otra vez mientras golpeaba las puertas de la parte trasera de la clínica. La familia Carbono Sierra imaginó que pudiera ser la esposa de Coletta la responsable de este hecho pero Coletta se lo negó a su hermana Paola, alegando que su esposa
ni siquiera la conocía. Sobre la versión de que Keily amenazaba a Coletta con mostrarle fotografías de la relación a la esposa del empresario, Paola lo desmintió. “Mi hermana se cuidaba mucho como para caer en algo como eso, de hecho en una oportunidad una amiga en común de éllos, me hizo saber que élla inclusive estaba preparada para romper esa relación, porque evidentemente no se podía mantener en el tiempo si las condiciones seguían igual”, dijo. Sin embargo, Coletta confesó lo contrario el día que se entregó al Cicpc. Se les aclaró la mente Cuando la Policía Científica reveló que Coletta era el autor intelectual del crimen y que además su abogado y otros pistoleros estaban involucrados, a la familia Carbono se les aclaró la mente como dijeron. “Era un monstruo disfrazado”, alcanzó a decir el papá de Keily. “Cada detalle que podíamos observar en el momento del hecho, nos daba a entender que sí era muy evidente pero nosotros estábamos cegados porque todo fue una mentira y desde un principio él nos engañó”, dijo Alexandra, otra de las hermanas de Keily. “Él llegó como una persona normal, saludable, en ningún momento se le escuchó una grosería, quería compenetrarse con la familia, buscaba ver en que podía ayudar; siempre preocupado por nosotros, nunca la maltrató, no se supo de ningún problema”, añadió. La relación entre Coletta y Carbono fue desde el mes de agosto del año 2009 y no era una relación oculta. Coletta siempre se mostró celoso con Keily, al punto que la asistía en su consultorio odontológico en Las Carolinas. Al igual que élla usaba una bata blanca con su nombre timbrado en la tela y con frecuencia la llamaba al celular. Se conocieron en un concesionario de vehículos donde laboró Keily. Coletta consiguió su número e insistió tanto hasta que logró conquistarla. Una especulación se conoció ayer sobre la posibilidad de que los abogados de Coletta traten de justificar alguna dificultad mental en su defendido para ver si por medio de esto logran su libertad. La familia Carbono rechazó la medida. “Él es una persona normal, no tiene ningún problema mental”, dijeron. La familia Carbono estudia la posibilidad de ahondar en el caso a través de un abogado, pero hasta el momento están siendo asistidos por la Fiscalía.