Diario Versión Final

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22 VERSIÓN FINAL SUCESOS Maracaibo, miércoles, 4 de julio de 2012

DOMITILA FLORES

No aparecen los roba motos que asesinaron a Carlos Parra

Por venganza mataron a los dos jóvenes

Sentido adiós al joven hijo del ex director del CNE

Oscar Andrade Espinoza Sobre el doble homicidio que se produjo a las 3:00 de la tarde del lunes, en el barrio “Ramón Laguna”, de la parroquia Domitila Flores, municipio San Francisco, el jefe del Cicpc de la subdelegación sureña, comisario Luis Alberto Manucci Franco, refirió que el crimen se produjo por una venganza. De acuerdo con la información que maneja el jefe policial, Miguel Ángel Bracho Zambrano, de 21 años, conocido como “El Pegao”, y Johandry Colorado, de 22, alias “Caraota”, fueron acusados de ser azotes de barrio, en la comunidad donde fueron ultimados. Precisó el jefe del Cicpc de San Francisco que Bracho Zambrano presentó registro policial del año 2011, por droga. A los hoy occisos los persiguieron presuntamente desde una camioneta Cherokee verde, antes de ocurrir el hecho, según el comisario Manucci. Bracho Zambrano tenía su residencia en “El Bajo”, municipio San Francisco, mientras que Colorado vivía en el barrio “El Progreso”, adicionó la autoridad detectivesca. El doble homicidio “El Pegao” y “Caraota” eran perseguidos desde una camioneta, en el barrio “Ramón Laguna”, cerca de la urbanización “El Soler”. Desde el mediodía del lunes, los jóvenes se estaban escondiendo de sus verdugos, quienes los ubicaron en una calle del mencionado sector. Cuando las víctimas vieron la camioneta, comenzaron a correr y a saltar casas del barrio, hasta que cayeron en el patio de una vivienda en construcción. Fue allí donde los victimarios abrieron fuego en su contra, hasta dejarlos muertos. Los perpetradores del crimen huyeron en la camioneta a toda velocidad, sin que nadie pudiera siquiera intentar detenerlos. La mencionada camioneta fue observada al mediodía del lunes merodeando en la calle principal del barrio “Ramón Laguna”, en busca de los hoy occisos. Se desconoce el paradero de los homicidas, quienes aún no han sido identificados por la Policía. A los jóvenes los ultimaron con disparos de pistolas.

FOTOS: JOSÉ ADÁN

En Jardines de “La Chinita” se congregaron compañeros de estudios, motoclubes y dirigentes del Psuv para acompañar las oraciones finales. Hubo un homenaje con motos de altas cilindradas. El Cicpc mantiene la búsqueda de la banda criminal. Oscar Andrade Espinoza (LUZ 1990) oandrade@versionfinal.com.ve

E

ntre llantos, oraciones y bendiciones se produjo ayer el entierro de Carlos Eduardo Parra Castillo, el estudiante de Derecho de la URU asesinado el domingo en la avenida “Universidad” de Maracaibo cuando perseguía a unos ladrones de motos. El ex director del CNE del Zulia, Enrique Parra, no hallaba consuelo al ver aproximarse el momento de bajar el ataúd en Jardines “La Chinita”. Compungido veía correr los minutos finales. Despedía a su hijo. Igual estaba la madre, Ada Castillo de Parra. Se aferraba a Dios en esos infaustos instantes. Los demás familiares se abrazaban entre sí, aun sacudidos por el insólito suceso dominical. Estaba fresco el recuerdo del momento en que Carlos Eduardo salió al encuentro de sus amigos a presenciar en “Sarita” la final entre Italia y España. Estaba feliz con su moto Susuki de 600 cilindradas con la que solía recorrer avenidas de la ciudad con su grupo de amigos dueños de unidades similares. Al camposanto arribaron dirigentes del Psuv para consolar al compañero de partido. Aunque el clima superaba los 30 grados, los presentes apenas tenían nervios para armarse de valor al llegar el cambio de paisaje. Los muchachos de los motoclubes rindieron un homenaje póstumo haciendo rugir los motores y girando las unidades con aires acrobáticos. Tenían la cer-

Amigos y compañeros motociclistas llevaban el féretro con los restos de Carlos Eduardo Parra Castillo. El calor no impidió la presencia de muchos allegados, quienes lamentaron la pérdida del joven estudiante de derecho.

teza de que así protestaban por el crimen y reafirmaban la amistad por Carlos Eduardo. Vestían franelas negras con el nombre del extinto amigo, el número 46 y la inscripción “The Doctor”. Aunque algunos de los motorizados se veían recios y de privilegiados físicos, se les vio llorar inconsolables. Pocas personas emitían comentarios. Apenas un allegado insistía en que ya es hora de combatir la inseguridad. En ese momento alguien había recibido un mensaje de texto en el cual informaban que un camión blindado había sido asaltado en Monagas y que a los tres custodios los habían asesinado. Entretanto,el Cicpc del Zulia no emitió mayores novedades ayer. Todo se mantiene en que hay un rastreo de las bandas que mantienen sitiada la avenida “Universidad” y el sector Tierra Negra. Del vehículo que ocupaban los asesinos que dispararon por la espalda a Carlos Eduardo, tampoco se habló. Se espera que los sabuesos de la policía científica arrecien las investigaciones para dar con el paradero de los bandidos antes que continúen sembrando la muerte de gente buena como el estudiante de Derecho de la URU.

La llegada del cortejo fúnebre al cementerio “Jardines La Chinita”, donde fue enterrado el hijo del ex director del CNE Zulia.

Recias piruetas realizaron los amigos de Carlos Parra en señal de dolor.

El estudiante de Derecho de la URU fue al encuentro con el Señor.


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