ENTREVISTA
SILVIA HOFMANN Heredando valores Hay lugares a los que el tiempo acaba dándoles el mejor reconocimiento. 33 años son años suficientes para erigirse como un lugar de referencia. Barcelona hoy es inconcebible sin los Hofmann: no sólo por ser uno de los principales grupos gastronómicos de la ciudad, sino por la cantidad de cocineros que se han formado en su escuela, marcando la línea culinaria de toda la ciudad. Una pedagogía muy vigente basada en la pasión, la calidad y la disciplina. POR LLUIS MUÑOZ PANDIELLA FOTOS DE ARCHIVO
Juan Mari Arzak definió a Mey Hofmann como “la aristócrata de la cocina”. ¿Ha heredado Silvia ese título nobiliario gastronómico? Mi madre era única, así que solo ella ha sido merecedora de un título como ese. Yo trato de llevar a cabo todo lo aprendido con la mayor responsabilidad y cuidado posibles. Estoy orgullosa de haber podido adquirir valores como la disciplina, el tesón y la pasión por todo lo que concierne a la gastronomía. Desde 1983 han pasado por la escuela más de 20.000 alumnos de 90 nacionalidades. En 2004, la Escuela Hofmann se convirtió en la primera escuela en recibir una Estrella Michelín. ¿Los años son el mejor aval? Sin duda. No hay mejor argumento que el trabajo bien hecho a lo largo de los años. Es innegable que ser la primera escuela de hostelería con una estrella Michelín es una buena presentación pero, como decía antes, esto corresponde al buen trabajo que mi madre y todo el equipo han realizado en Hofmann, sin olvidar el talento de nuestros alumnos. Nuestro objetivo es seguir la misma línea.
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Su madre dijo esto de usted en una entrevista en El Periódico: “He tenido suerte con mi hija. Es una mujer muy generosa. Después de estudiar en Hofmann la llevé a la Ferrandi de París a prepararse en hostelería”. No hay mejor alumna que una hija. ¿Verdad? Estudiar en Hofmann y posteriormente en Ferrandi y Lenôtre supuso una gran oportunidad para mí. Pude aprender en algunas de las mejores escuelas del mundo con los mejores profesores y compañeros. Sin embargo, mi gran maestra siempre fue mi madre, no sólo en los fogones, también en valores: ella fue el mejor ejemplo de generosidad.
¿Va a notar alguna diferencia el comensal al llegar al restaurante? ¿Se plantea alguna innovación futura? Mi deseo es seguir en la línea de la creatividad e innovación que ha caracterizado históricamente a Hofmann. Nuestro staff no ha cambiado, como no lo hará nuestra filosofía de excelencia, calidad y respeto a la materia prima.
Silvia Hofmann muestra la misma humildad que en su día mostraba la carismática Mey. Durante la entrevista se muestra cercana, y en cada palabra se vislumbra la gran pasión y admiración que profesa por su madre. No hay duda de que no hay nadie mejor que ella en la ciudad para continuar con el legado Hofmann.
Su madre contaba que, sobre todo, trataba de enseñar a sus alumnos “que con rigor y humildad se llega muy lejos”. ¿Estos valores se mantienen en Hofmann? Absolutamente. Hofmann está formado por un gran equipo humano. Seguimos con la misma plantilla de siempre. Mi madre les inculcó rigor y sobre todo humildad en su día a día. De éste modo se lo transmitimos a todos nuestros alumnos, y así seguirá siendo. Es parte de su legado.
Han pasado 33 años desde la apertura de la Escuela Hofmann. ¿Dónde ve la Escuela en 33 años? La Escuela es un ente vivo que evoluciona y se adapta al ritmo de las necesidades de nuestros alumnos. De modo que en 33 años, espero, seremos la Escuela de Hostelería Hofmann del año 2049. Si un extraterrestre llegara a Barcelona. ¿Por qué debería ir a comer en primer lugar a Hofmann? Debería venir a comer a Hofmann porque descubriría una experiencia única. Nuestro extraterrestre sentiría en cada bocado la pasión y el cariño que alumnos y chefs ponen en cada plato que preparan, todo ello acompañado de la gran profesionalidad de nuestro personal de sala. Después de entrar por todos los espacios Hofmann y degustar su cocina mediterránea tradicional pero de vanguardia, así como su deliciosa repostería, uno puede constatar que todo sigue igual, que la calidad, la atención y los valores se mantienen en la escuela. Silvia es la responsable de haber conseguido que, lejos de desaparecer, Mey Hofmann y su legado esté más vigente que nunca.
‘Mi gran maestra siempre fue mi madre, no sólo en los fogones, también en valores: ella fue el mejor ejemplo de generosidad’.
‘Nuestro staff no ha cambiado, como no lo hará nuestra filosofía de excelencia, calidad y respeto a la materia prima’.
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