Conflicto Armado En Colombia

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CONFLICTO EN

COLOMBIA Antecedentes histรณricos y actores.



CONFLICTO EN

COLOMBIA Antecedentes histรณricos y actores.


Conflicto en Colombia: Antecedentes históricos y actores. Editor

Enrique Castro Vásquez

Diseño editorial

Vanesa Cataño Alvarez

Ilustración

Pedro Ramírez Ossa

Fotografía portada Miguel Angel Cano

Primera edición Marzo de 2020

Copyright © Editorial Alfaguara Av. Mare de Deú de Lorda, 20 08034 Barcelona Tel. 93 205 40 00 Fax 93 205 14 41 Medellín ISBN:369-54-985-3256-5 Impreso en China Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización de la editorial.


CONFLICTO EN

COLOMBIA Antecedentes histรณricos y actores.


CONTENIDO


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Presentación

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Orígenes del Frente Nacional: una crónica de enemistad social.

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¿Guerrilleros VS Paramilitares?

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Nuevo Milenio: Parapolítica, narcotráfico y disidencias

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Agradecimientos

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Referencias Bibliográficas


PRE SENTA CIÓN Colombia vive hoy una situación de violencia generalizada.Las formas violentas de relación -caracterizadas por el predominio intencionado de la fuerza para la consecución de fines, con producción de daños a las víctimas- se han ido convirtiendo en predominantes tanto en los espacios de la vida privada como en los de la vida pública, e igual en las interacciones políticas que en las familiares, laborales y aún en las deportivas. Dada la diversidad de contextos, escenarios, tipos y significados de las violencias y los cambios permanentes de su dinámica e intensidad, resulta casi imposible una reflexión que comprenda todas las formas de violencia. Por eso se hace necesario delimitar en cada caso a qué tipo de violencia se refiere y en qué coordenadas espacio-temporales se ubica. Las consideraciones siguientes se refieren específicamente a la expresión en homicidios de las diferentes violencias que ha vivido el país en los últimos 25 años.


in duda, el homicidio constituye una de las formas más graves de violencia en cuanto niega el derecho humano fundamental a la vida y suprime, en consecuencia, todos los demás derechos. Lo anterior y el hecho de que los homicidios se han convertido en una de las modalidades más. Frecuentes de expresión de las distintas violencias en el país en los últimos años, permite afirmar que la descripción y el análisis del problema de los homicidios constituye una de las formas más indicadas para abordar y tratar de comprender buena parte de la problemática de la violencia colombiana. El período seleccionado tiene también su explicación histórica. Después de un descenso de las tasas de homicidio en el país al terminar el anterior período de violencia, reconocido hasta ahora en la literatura y el imaginario nacional como la época de la violencia y que se extendió desde finales de los cuarenta hasta mediados de los sesenta, las tasas de homicidio empezaron a incrementarse nuevamente a partir de mediados de los setenta.


Justamente en el cuarto de siglo comprendido entre 1975 y el año 2000 los homicidios alcanzan niveles y promedios nunca antes registrados. Y, como se verá más adelante, es el mismo período en el cual se desarrollan y alcanzan impactar seriamente la vida nacional tres fenómenos esencialmente relacionados con el actual ciclo de violencia: el problema narco (producción, procesamiento, circulación y consumo de sustancias sicoactivas y adictivas consideradas ilegales); el conflicto político-militar, que implicó en un comienzo a las guerrillas y a las fuerzas armadas estatales y posteriormente a las organizaciones paramilitares y al conjunto de la denominada sociedad civil; y, en tercer lugar, el desarrollo y consolidación del modelo económico y de concepción del estado y de la sociedad sintética y globalmente denominado neoliberal. El análisis de la relación de estas tres situaciones coyunturales con la violencia, mirada a través de los homicidios, constituye parte fundamental del esfuerzo de contextualización y comprensión del problema en cuestión.


Metodológicamente, tanto la descripción como el esfuerzo analítico son el producto de los aportes y la interacción de tres insumos básicos, a saber: las fuentes documentales y de datos disponibles en las diferentes entidades e instituciones relacionadas con el tema y debidamente procesadas por mí durante varios años; la palabra de los actores y voceros representativos de las diferentes fuerzas y organizaciones sociales, económicas, culturales y político-militares, lograda a través de entrevistas extensas y diálogos permanentes y los aportes teóricos de quienes dentro y fuera del país han venido pensando sobre esta situación de violencia y, en general, sobre la temática de la violencia en la humanidad. El material consta de dos partes. En primer lugar se presenta una síntesis predominantemente cuantitativa sobre la estructura y dinámica de los homicidios en el país en el período estudiado, tratando de perfilar el momento de la violencia colombiana. En segundo lugar, se elabora un resumen de lo que he venido trabajando como contextos explicativos de la violencia en Colombia.


OrĂ­genes del Frente Nacional: una crĂłnica de enemistad social


La configuración de la sociedad rural El libro La violencia en Colombia no fue el primero en su género. Contaba con una serie de estudios que lo antecedían, algunos de ellos también fruto de “trabajos sistemáticos”. Tales estudios, por ejemplo, los aparecidos a mediados de los años cincuenta de Vernon L. Fluharty y de Antonio García, explicaron la Violencia como el cambio de un orden señorial feudal por un orden mestizo, en el que las antiguas elites pretendían conservar viejos privilegios, bajo el símil de una democracia moderna. Dicen estos autores, que el cambio se consolidó cuando tuvo lugar la conjugación de tres factores explosivos. El primero fue el nuevo orden internacional, posterior a la Primera Guerra Mundial, que forzó al país a enrumbar su dirección señorial para participar del comercio internacional. Por este motivo, entre 1923 y 1928 llegó una cantidad importante de recursos proveniente de inversionistas y de empréstitos de los Estados Unidos, que no entraron al circuito de la producción planificada, porque las elites se apropiaron de una buena parte. El primero fue el nuevo orden internacional, posterior a la Primera Guerra Mundial, que forzó al país a enrumbar su dirección señorial para participar del comercio internacional. Por este motivo, entre 1923 y 1928 llegó una cantidad importante de recursos proveniente de inversionistas y de empréstitos de los Estados Unidos, que no entraron al circuito de la producción planificada, porque las elites se apropiaron de una buena parte.

Antecedentes históricos y actores

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Fotografía original de Luis Alberto Gaitán, Lunga, que después se convertiría Foto: Tomada del libro ‘Archivo Gaitán’

Así las cosas, la violencia del país fue entendida como la consecuencia de los avatares inmersos en la construcción democrática de una Nación, cuando tiene que luchar contra diversos grupos que tradicionalmente han ejercido el poder y que gozan de la potestad de inventar estratagemas en contra de la solidificación de una unidad que les impida seguir con sus privilegios. Sin embargo, esta tesis, a pesar de su coherencia, no era suficientemente convincente para explicar las razones de la violencia que se decía era “tan particular” de Colombia; en especial, por el protagonismo de los dos partidos políticos tradicionales en ella, su especificidad como confrontación ruraly su brutalidad, características que impedían que el confrontamiento pudiera

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Antecedentes históricos y actores


a en una imagen icónica de Jorge Eliécer Gaitán.

entenderse como el resultado de una lucha en ciernes entre clases sociales. Y dentro de esta trama, el libro de Guzmán y sus colaboradores giró la dirección entre conocimiento y verdad, al imponerle condiciones de otra índole a la acción del intelectual que lo comprometían a participar en ella.De modo que, ya no bastaban análisis eruditos o políticos, ni estudios de archivos con información oculta con los que también intentaban aumentar los grados de objetividad; para llegar a la verdad había que internarse en las profundidades de la confrontación, mostrarla tal cual ocurrió, seguir los avatares de los protagonistas de los bandos en disputa, entrevistar a los victimarios y a las víctimas. En otras palabras, para conocer la verdad había que ponerse en la tarea de enfrentar al objeto de estudio.

Antecedentes históricos y actores

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El Bogotazo. Foto: AP

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Antecedentes histรณricos y actores


La Violencia Uno de los periodos de mayores cambios en Colombia fue en las décadas del 20 y el 30, donde no solo se vislumbraba la modernidad en gran parte del territorio nacional sino que se le abría paso a la Violencia. Las reformas políticas y sociales del liberalismo en los años 30(intervencionismo, Estado laico, sindicatos, reforma agraria, entre otros) intentaron modernizar el país e incorporar sectores de clase media, obreros y campesinos hasta entonces excluidos. Pero el cambio fue objeto de resistencia y de una „pausa‟ a partir del gobierno de Eduardo Santos (1938 – 1942). Es en ese entonces que el Partido Liberal se divide en una línea moderada (Santos) y otra populista radical (Jorge Eliécer Gaitán), lo cual desemboca en la renuncia del presidente López Michelsen (1944) y la elección del conservador Mariano Ospina Rodríguez en 1946.

El siete de agosto de ese mismo año, se da una de las persecuciones más sangrientas en el país lideradas por los conservadores y apoyados por la fuerza pública, párrocos, obispos y monseñores hacia militantes del Partido Liberal. Ante ello, Gaitán instó a la ciudadanía a reclamar desde la plaza pública la intervención activa del Presidente de la República – Ospina Rodríguez- para poner fin a la violencia contra los liberales. La respuesta: escalamiento de la violencia. Como contrarrespuesta frente a la inercia presidencial por el brote del conflicto, una multitud de manifestantes se agolpó a las principales calles de Bogotá en lo que se llamó la Marcha de las Antorchas, y que culminaría frente a la Casa de Nariño. Con un memorial de agravios, se pretendía que el Gobierno Nacional tomara acciones frente a las persecuciones hacia los liberales, lo cual desencadenó en procesos de exterminio.

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Ante la agudización de la violencia, Gaitán promovió una nueva protesta: La Manifestación del Silencio, que tuvo lugar el 7 de febrero de 1948. Por primera vez, una multitud exigía respeto y el cese de la violencia sin pronunciar palabra alguna (Santos, 2006), el pueblo cada vez ganaba poder y espacio político en la esfera pública. Pero sería dos meses después, que la represión llegaría a su punto álgido con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril. Su vida fue cegada cuando realizaba un acto político por su aspiración a la Presidencia de la República en las elecciones que se realizarían en 1950. La muerte del Caudillo no solo significó el fin de uno de los líderes más importantes del país sino de las esperanzas de un proyecto político diferente donde los excluidos tendrían voz y los diversos intereses dejarían de ser los de unos cuantos. La oligarquía respiraría tranquila. Era la primera vez que el pueblo sentía que sus dificultades eran tocadas y sentidas por la política, por ese arte de gobernar un país donde las élites cada vez se beneficiaban con decretos y leyes que llenaban sus arcas. Ese 9 de abril el pueblo se alzó, se dejó oír, se rebeló. Tres mil personas muertas o desaparecidas, viviendas y negocios destruidos, saqueos, orden público alterado y varios días de enfrentamientos, así se dio el Bogotazo, el hecho histórico que marcó la historia colombiana, y que, según los historiadores y la memoria oficial nacional, la dividió en dos.

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Antecedentes históricos y actores


La llama encendida El 9 de abril recuerda desde hace 64 años no solo la muerte del líder político Jorge Eliécer Gaitán, sino el fin interrumpido de un país oligárquico y la posibilidad frustrada de una sociedad más igualitaria o por lo menos, más participativa pero también, el comienzo de una guerra que aún hoy no termina. Es una fecha cargada de sentidos, interpretaciones sociales del pasado y disputas. Marchas, movilizaciones, rituales y actos diversos hacen parte de las prácticas que año tras año avivan la lucha gaitanista y vivifican las arengas del líder político que promovían la “restauración moral de la república" y “el despertar del letargo en el que nos han sumido nuestros padres de la patria”. Se trata de actos performáticos que mantienen activa la memoria nacional desde diferentes grupos sociales: los barrios obreros, estudiantes, colectivos de mujeres, organizaciones de víctimas del conflicto armado y en menor medida, el Partido Liberal mismo.

La conmemoración aparece como ese elemento de encuentro donde los rituales convergen para atenuar aquel compromiso, como un legado de preservar ese pasado y no olvidar aquel 9 de abril de 1948. La continuidad con éste se ve reflejada en los murales y proclamas que albergan las frases de aliento e impulso a un pueblo oprimido por la élite nacional, es esa misma que se ve presente en las Marchas de las Antorchas y del Silencio que, así como recorrieron las calles del centro de la capital del país en 1947 y 1948 respectivamente, se instalaron en la memoria colectiva como una forma de recordar el legado de Gaitán y de llamarle la atención al pueblo ante la desidia y el conformismo frente a la realidad social del país, de decirse que el cambio es posible.Es ese mecanismo de protesta que quedó referenciado como método para expresar que el pueblo no olvida y que sigue en pie. Es así como este componente se convirtió en el sentido transmitido hasta ahora.

Antecedentes históricos y actores

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El Frente Nacional

La reforma constitucional que consagró el sistema del Frente Nacional fue votada plebiscitariamente para doce años, que el bipartidismo aumentó pronto a dieciséis. Por cuatro períodos de cuatro años cada uno, los partidos liberal y conservador se turnarían en la presidencia, repartiéndose por mitades los cargos de gobierno, así como los asientos del Congreso. Todo con el propósito de superar la crisis que agobiaba al país, ya que Colombia vivía uno de los momentos más difíciles de su historia, y ello produjo que ambos partidos buscaran soluciones consensuadas que se tradujeran en acuerdos políticos que permitieran alcanzar un clima de paz y de desarrollo económico. Para votar cualquier ley importante, se adoptó la norma de las dos terceras partes, con lo que se buscaba garantizar la unidad del bloque político en el poder, excluyendo la aprobación de medidas que no contaran con

el

apoyo

de

esta

mayoría.

Una vez realizado el plebiscito nacional, y definidos, aclarados yconvenidos los principales puntos de consenso y acuerdo entre partidos, nace finalmente el Frente Nacional, el cual estaría signado por dos características fundamentales: alternación y paridad. La alternación se refería al cambio obligatorio de filiación política del presidente de la República de un período a otro, es decir, debería haber un presidente de diferente partido cada cuatro años, mientras que la paridad se refería a la igualdad de participación de los dos partidos en los puestos del gobierno.

Si avanzo, seguidme. Si me detengo, empujadme. Si os traiciono, matadme. Si muero, vengadme Gaitán. 19

Antecedentes históricos y actores


La conformación del Frente Nacional

el miedo a las protestas populares,

proporcionaba un paréntesis que -para

fueron la causa por la cual la mayoría de

algunos- permitía reorganizar un

los gobiernos del mismo impusiesen el

sistema político que desde hacía ya

estado de sitio. Se tiene entonces que

una década presentaba síntomas de

durante la época del Frente Nacional,

descomposición; la situación social

Colombia sencillamente alternaba en el

existente en el país, exigía poner en

poder a liberales y conservadores o, lo

práctica un amplio programa de

que es lo mismo, éstos se turnaban en la

reformas destinado a solucionar las

presidencia sin ningún problema entre

precarias condiciones de vida de

ellos. En 1974, este sistema

grandes sectores de la población.

constitucional del Frente Nacional se desmontó en cuanto a la composición

El acuerdo se puso en práctica

del Congreso y la alternancia en el

mediante negociaciones por parte de

ejecutivo, pero pervivió, gracias al

las élites, y su finalidad era

artículo 120 de la Constitución

desmovilizar a los seguidores

reformada. Asimismo, el Frente Nacional

sectarios de los partidos y poner fin a

dejó una herencia muy evidente: la

la violencia rural. La inmovilización

existencia casi permanente del estado

provocada por las restrictivas reglas

de sitio, que intentó ser reducido con la

del Frente Nacional y

nueva constitución de 1991.

El 24 de julio de 1956 se firma el Pacto de Benidorm, en España, para asegurar el Frente Nacional. Foto: AP Antecedentes históricos y actores

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ÂżGuerrilleros VS Paramilitares?

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Lo heredado

Los franceses, en el contexto de la política colonialista y de represión a los movimientos independentistas de sus colonias de Indochina y Argelia, crearon organizaciones paramilitares o escuadrones de la muerte como estrategia contrainsurgente. En ambos casos aplicaron las torturas y practicaron las desapariciones. Según los militares franceses, era preferible eliminar a un inocente que dejar libre a un subversivo. Concluyeron que quien controlara y ganara la población tenía el éxito asegurado, y ante las dificultades para su adhesión, dedujeron que el desplazamiento de la población civil era una forma de quitarle el apoyo al enemigo y por eso forzaron los desplazamientos. Para los mismos, "todo sospechoso es un muerto con la ejecución aplazada". La Batalla de Argel llegó a ser un modelo de la guerra contrarrevolucionaria a partir de los escuadrones de la muerte. Desde mayo de 1958 las técnicas de la Batalla de Argel comenzaron a enseñarse, primero desde 1958 en la Escuela de Guerra de París, donde los primeros alumnos fueron argentinosy, posteriormente, en la Escuela Superior de Guerra de Buenos Aires desde 1961, donde participaron militares de 14 países, inclusive de Estados Unidos, en calidad de estudiantes. Posteriormente los franceses capacitaron a los militares estadounidenses a través de Pierre Messmer y Paul Aussaresses quien fue nombrado en la agregaduría militar en Washington, de la que dependían diez oficiales de enlace, todos veteranos de Argelia y fueron distribuidos en distintas escuelas militares estadounidenses. Los militares estadounidenses diseminaron lo aprendido a los franceses a través de la Escuela de las Américas, entre ello, la formación de organizaciones paramilitares. Se calcula que en la Escuela de las Américas (US Army Scholl of the Américas. USARSA), sin ser la única dedicada a tales propósitos, 100.000 militares latinoamericanos fueron formados allí, entre ellos, 4.629 colombianos, solamente entre 1950-1970.

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Pero antes de esta influencia francesa, Estados Unidos ya había implementado los escuadrones de la muerte o paramilitares en países de América Latina. También hubo escuadrones de la muerte en Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador y Venezuela. El rasgo común de los escuadrones de la muerte o paramilitares, fue el haber sido creados por parte de las fuerzas regulares de cada país, con la asesoría de CIA. Según Ralph W. McGehee, quienformó parte de la CIA entre 1952 y 1977, dicha institución organizó escuadrones de la muerte en El Salvador, Guatemala, Nicaragua (antes de 1979), Corea del Sur, Irán, Chile y Uruguay. Este mismo personaje asevera que, en 1969, fue enviado a Uruguay el agente de la CIA, experto en torturas, Dan Mitrione para asesorar a las fuerzas armadas y a los escuadrones de la muerte de ese país. Mitrione solía decir: "El dolor exacto, en el lugar exacto, en la cantidad exacta para obtener el efecto deseado".

LO PROPIO

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El paramilitarismo como estrategia

En los años ochenta, en el contexto

contrainsurgente en Colombia ha

de la política de paz impulsada por

sido una política de Estado, no ha

el presidente Belisario Betancur

sido un hecho aislado o coyuntural,

Cuartas (1982-1986), los militares,

ha correspondido a una ideología

la derecha y los narcotraficantes

de terrorismo de Estado con sus

consideraron que el Estado había

naturales variaciones dependiendo

otorgado ventajas inadmisibles a

de las circunstancias de cada

las organizaciones subversivas y

momento.

desde su perspectiva ideológica

Antecedentes históricos y actores


e intereses se consideraron obligados a asumir la defensa del establecimiento y para ello impulsaron, crearon y financiaron grupos paramilitares como estrategia contrainsurgente, entre ellos: Muerte a Secuestradores (MAS), el Escuadrón de la Muerte, Muerte a Abigeos (MAOS), Castigo a Firmantes o Intermediarios Estafadores (CAFIES), el Embrión, Alfa 83, Prolimpieza del Valle del Magdalena, Tiznados, Movimiento Anticomunista Colombiano, los Grillos, el Escuadrón Machete, Falange, Muerte a Invasores, Colaboradores y Patrocinadores (MAICOPA), los Comandos Verdes, Terminador, Menudos, Justiciero Implacable, Mano Negra y Plan Fantasma, los Grises, Rambo, Toticol, los Criollos y Black Flag, entre los más conocidos. e ahí se pasó a la utilización de la amenaza, el asesinato selectivo y las masacres, durante la administración Betancur Cuartas. Luego se llegó a las prácticas de la violencia expresada en detención-desaparición, y masacres colectivas que caracterizaron las administraciones de Virgilio Barco Vargas (1986-1990) y César Gaviria Trujillo (1990-1994), según Medina Gallego. En la primera parte de los años ochenta las organizaciones

Antecedentes históricos y actores

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paramilitares fueron la respuesta de los narcotraficantes contra el secue

social con la colaboración y complacencia de las fuerzas armadas. Maur Vargas

Se indican casos concretos que relacionan a los militares colombianos c

Medio, organizados por el ex comandante militar de Puerto Boya

Las autodefensas no entregarán las armas, las devuelven al mismo Estad

comandantes poder erradicar la guerrilla y el comunism

El paramilitarismo como recurso para luchar contra la subversión es un

doctrina institucional aplicada sistemáticamente, que ha comprometi

En su testimonio ante la justicia, el oficial del ejército y luego comandant

hacían directamente entre el Estado Mayor del Ejército y la dirección de

anterior se deduce que las relaciones entre las fuerzas armadas colomb

no aparece en el organigrama de las primeras, ni en sus líneas de mando

que de ma secreta o encubierta las relaciones funcionen con arreglo a fines. Las

controladas por éstos y, el cambio de la naturaleza de este tipo de re

paramilitarismo penetró la mayoría de las instituciones del Estado.Las sido una práctica recurrente, entre las más evidentes se pueden desta Gaviria y políticos liberales y conservadores. La segunda, entre el Cart mismas colectividades; y la tercera alianza ocurrió entre un

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Antecedentes históricos y actores


estro y la extorsión, luego evolucionaron hacia un proyecto político, militar y

ricio Romero, otro estudioso del tema, llegó a esta misma conclusión, según Velásquez.

con paramilitares. Tal fue el caso de los grupos paramilitares del Magdalena

acá, coronel Luis Bohórquez quien, ante la prensa hablada manifestó:

do quien un día las reclutó, las organizó y las armó. Era una obligación para los

mo de la zona. Actualmente hay 15.000 hombres en armas.

na política de Estado así no esté consagrada legalmente. "Se trata de una

ido todas las instancias de la Fuerza Pública". Como muestra de lo anterior,

te paramilitar Luis Antonio Meneses declaró que hasta 1989 los contactos se

e las autodefensas. Después se comenzaron a utilizar intermediarios. De lo

bianas y las organizaciones paramilitares son orgánicas. Naturalmente ello

o ni figuran como organismos institucionalizados, pero ello no es óbice para

anera paralela, fuerzas armadas pasaron, de tener el control sobre los paramilitares, a ser

elaciones explica, en parte, la facilidad con que además de expandirse, el

s alianzas entre la clase política colombiana y organizaciones criminales han acar tres. La primera, entre el Cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar tel de Cali, liderado por los hermanos Rodríguez Orejuela y políticos de las sector de la clase política, diversos estamentos y paramilitares.

Antecedentes históricos y actores

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Así era como las Farc infiltraban a los paramilitares

Foto: León Darío Peláez



REFLEXIONES FINALES

Durante la administración de Uribe Vélez, resaltan tres tendencias de la situación de Derechos Humanos: aumento de las ejecuciones extrajudiciales atribuibles a la fuerza pública por medio de los falsos positivos, el incremento de las detenciones arbitrarias y la paramilitarización de la sociedad y las instituciones. Esta última tendencia, en el plano militar se expresa en el hecho de que paramilitares se institucionalizaron a través de empresas e instituciones, en el ámbito económico controlan actividades ilegales y además participan de proyectos agroindustriales con el auspicio del gobierno y, en materia política, está el escándalo de la parapolítica. El gobierno nacional, en tanto que resultado y expresión del paramilitarismo, es juez y parte en ese proceso de paz por medio del cual se institucionaliza el paramilitarismo, donde las víctimas o familiares de las mismas adolecen de fuertes organizaciones locales, regionales y nacionales. Sus luchas son individuales, insulares y desarticuladas de proyecto político alguno, aparte de que sus voceros son asesinados.

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Antecedentes históricos y actores


Después de negociar con el gobierno de Álvaro Uribe, más de 30 mil paramilitares dejaron las armas entre 2003 y 2006.

Foto: Tercer Camino

El paramilitarismo en Colombia, transformó a este país. Borró de un plumazo los múltiples intentos de reforma agraria. Incidió en la configuración de nuevas características demográficas y con ellas la agudización de problemas ligados a

las

necesidades

básicas

insatisfechas,

fenómeno

determinante en la pauperización de la mayoría de la población. Estimuló la degradación de la guerra. En el ámbito social, familiar e individual afianzó valores como el lucro fácil, el consumismo, la intolerancia, la agresividad, la justificación de cualquier medio para alcanzar un fin, el despilfarro y la ostentación. Coadyuvó en la polarización de la sociedad. Contribuyó a la consolidación de una ética política basada en el

señalamiento,

la

estigmatización,

la

exclusión,

la

corrupción, el clientelismo armado y la violencia.

En Colombia, la pregunta es: ¿quién nos va a matar?, ¿los guerrilleros, los paramilitares, los narcos o los políticos? Jaime Garzón Antecedentes históricos y actores

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RIVALES A LA CAZA: Varios grupos armados, incluyendo veteranos rivales izquierdistas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), están entrando dónde las FARC se han desmovilizado. REUTERS/Federico Rios.


El fenómeno del paramilitarismo y el escándalo provocado, deben ser vistos desde una perspectiva estructural, encuadrada en la geopolítica y la razón de Estado que Estados Unidos adoptó para este país en virtud de sus seculares conflictos, también articulada a la evolución de las distintas violencias y éstas a la dinámica de un capitalismo periférico y dependiente. Soslayar los análisis de estas mínimas coordenadas, sitúa a quien lo intente, en la perspectiva de que la hoja no deja ver la rama, la rama no deja ver el árbol y el árbol no deja ver el bosque, pues los paramilitares, entre otras cosas, son parte de la política contrainsurgente impuesta por Estados Unidos. A las antiguas tareas antisubversivas de las fuerzas armadas colombianas, Estados Unidos le sumó otras, como la represión al cultivo, tráfico y consumo de estupefacientes; la custodia de la infraestructura minera, energética, petrolera y de comunicaciones donde hay capitales estadounidenses invertidos; el servicio de seguridad para el personal uniformado y civil de ese país, que cumplen funciones militares y políticas en Colombia; la de ser consumidores netos y compulsivos de la industria militar estadounidense y el ser el principal sostén de regímenes políticos civiles corruptos e ilegítimos. No importó a Estados Unidos si para el cumplimiento de esas tareas las fuerzas armadas colombianas, auspiciaran organizaciones paramilitares o se aliaran con las ya existentes. El paramilitarismo en Colombia no se puede explicar solamente como una reacción ante los atropellos de la delincuencia, los abusos y el crecimiento de las organizaciones guerrilleras. Hace parte de la razón de Estado puesta en práctica por las mafias que han orientado los destinos de dicho país y que para afianzarse en el poder, recurren a prácticas viles.


Nuevo Milenio: ParapolĂ­tica, narcotrĂĄfico y disidencias.


Aproximación conceptual al fenómeno de la parapolítica. La influencia del paramilitarismo en la política colombiana no puede situarse en un momento preciso, según afirma la Universidad Nacional y la Fundación Arco Iris que llevan dos años investigando meticulosamente el tema. Afirman los investigadores que entre 1999 y 2003, el paramilitarismo deja de ser el ejército privado de los terratenientes para convertirse en una organización con ideología propia, que se lanza hacia el expansionismo incursionando en 223 municipios de 12 departamentos. Los paramilitares empiezan a apoyar a candidatos nunca antes mencionados en la vida política regional, para que sean fórmulas de gobierno de los dirigentes conocidos, posteriormente postulan candidatos únicos que obtienen las mayores votaciones, además aparecen nuevos movimientos políticos que solo suenan unos pocos meses antes de las elecciones, con candidatos que arrasan a sus demás competidores, sin que nadie pueda explicarse el origen de tan asombrosa acogida.

Antecedentes históricos y actores

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Dimensión del fenómeno paramilitar colombiano. El paramilitarismo es inicialmente un grupo de “justicia privada” nacido de las necesidades estatales de combatir la insurgencia, pero su estructura fácilmente se permeó por el narcotráfico. Con este nuevo “padrino”, las Auc se liberaron de la tutela del Estado y se consolidaron con un fin más específico: tomar a su cuenta aquellas funciones correspondientes al Estado, en lugares donde es incapaz de hacer presencia. Hacer valer un modelo de sociedad que desconoce la Constitución, solucionar conflictos que transitarían años en la justicia ordinaria, con métodos poco ortodoxos, que vulneran los derechos humanos. Para restaurar el derecho trasgredido se desconoce otro fundamental.

La financiación de la política. La relación del dinero con la política

una totalmente privada, pasando

ha sido un tema de análisis desde

por los modelos de financiamiento

diversas perspectivas y en distintos

mixto, presentes en gran cantidad

momentos. En particular, es muy

de países, acompañado de

rico el debate de autores

mecanismos de regulación por

anglosajones, más específicamente

parte del Estado. En Colombia

el que se centra en la relación entre

existe un sistema mixto de

democracia, mercado y desarrollo.

financiación de la política: el

Para los efectos de este trabajo, es

Estado sostiene el

importante destacar el debate

funcionamiento de los partidos

acerca de en qué medida el dinero

políticos legalmente reconocidos

puede distorsionar el

y de las campañas electorales.

funcionamiento de la democracia.

Pero la legislación colombiana

Esto ha derivado en la discusión

también acepta la que existen o

acerca del tipo de financiamiento

han existido grupos ilegales con

deseable de la actividad política,

recursos de poder

desde quienes proponen una

–especialmente económico, como

financiación totalmente estatal a

los grupos mafiosos o ciertos

quienes predican

35

Antecedentes históricos y actores


carteles–, estos tratan de influir

política, distorsionando la

–o, aún peor, de capturar– los

democracia, no solo como

poderes institucionales, de modo

resultado de los recursos

de lograr que se coloquen al

económicos ilegales sino

servicio de sus intereses. Una de

también de aquellos que, aunque

las modalidades más recurrentes

de tipo legal, de todos modos

es la financiación de las

buscan retribuciones

campañas, especialmente porque

posteriores. En las sociedades en

los costos de estas –la publicidad,

las que existen o han existido

los especialistas en manejo de

grupos ilegales con recursos de

imagen y la pantalla del televisor

poder –especialmente

como el principal escenario de la

económico, como los grupos

política– se han incrementado

mafiosos o ciertos carteles–,

exponencialmente. Esto aumenta la vulnerabilidad de los

estos tratan de influir –o, aún

dirigentes o aspirantes a

peor, de capturar– los poderes finstitucionales, de modo de lograr

representantes políticos frente

que se coloquen al servicio de sus

a quienes tienen la capacidad

intereses. Una de las modalidades

financiera necesaria para apoyar

más recurrentes es la financiación

sus aspiraciones.financiación

de las campañas, especialmente

de los particulares, regulando el

porque los costos de estas –la

porcentaje en que estos pueden

publicidad, los especialistas en

aportar legalmente. Para cada

manejo de imagen y la pantalla del

campaña, el Consejo Nacional

televisor como el principal

Electoral define los topes. Pero

escenario de la política– se han

es justamente a través de la

incrementado exponencialmente.

financiación como se introducen

Esto aumenta la vulnerabilidad de

grandes alteraciones en el

los dirigentes o aspirantes a

uncionamiento de la

representantes políticos frente a

competencia

quienes tienen la capacidad financiera necesaria para apoyar sus aspiraciones.

Antecedentes históricos y actores

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El narcotráfico en la política. La sociedad colombiana y su

interesados fundamentalmente

democracia se encuentran

en el lucro personal. Esto revela

afectadas por los efectos perversos

las tres grandes características

del narcotráfico y sus actividades

de esta actividad: su ilegalidad,

relacionadas. El problema de la droga

su proyección internacional y sus

tiene como antecedente

altos rendimientos.

fundamental, en el caso colombiano,

En la historia de Colombia hubo al

una estructura de ilegalidad

menos tres momentos en los

preexistente. Todos los estudios

cuales el narcotráfico ha

indican que las primeras

intentado controlar o influir en la

infraestructuras de tráfico de

política. En un comienzo, esto se

marihuana y cocaína se

dio mediante la elección de

construyeron a partir de las

algunos de los jefes de los

experiencias acumuladas por

carteles como representantes

organizaciones de contrabandistas

políticos: Pablo Escobar, el jefe

durante el siglo XIX y comienzos del

del Cartel de Medellín, fue

XX. Por supuesto, la debilidad

elegido a comienzos de los 80

histórica del Estado colombiano ha

como representante suplente a la

desempeñado un papel

Cámara de Representantes, y

fundamental.

Carlos Lehder, también del Cartel de Medellín, fue elegido diputado

El narcotráfico es una actividad productiva y mercantil, de carácter internacional y al margen de la legalidad, desarrollada por individuos y organizaciones

a la Asamblea del Quindío.


Aunque el de Colombia es visto como un caso de éxito en la lucha contra el narcotráfico, hoy el país exporta tanta cocaína como en la época dorada de Pablo Escobar Foto: Luis Robayo / AFP

Posteriormente, a mediados de los 90, en lo que se conoció como el «Proceso 8000», se difundió la financiación del Cartel de Cali a la campaña presidencial de Ernesto Samper, junto con una serie de congresistas elegidos en ese momento. Más recientemente, el proceso conocido como «parapolítica» reveló las alianzas de grupos de narcotraficantes y paramilitares con dirigentes políticos de diverso nivel: alcaldes locales, gobernadores regionales y congresistas.


¿Continúa la influencia de grupos ilegales en la política? Mientras no se avance sustancialmente en un conjunto de medidas que afecten el carácter multidimensional del narcotráfico, quizás puedan lograrse algunas mejoras transitorias. Sin embargo, es igualmente probable que las diversas dimensiones a través de las cuales se expresa el narcotráfico reemerjan y afecten gravemente el funcionamiento de la democracia. Por eso, para que Colombia avance hacia una democracia consolidada, es necesario concretar dos transiciones que se encuentran pendientes: la transición de la guerra a la paz y la transición del modelo basado en las recomendaciones del Consenso de Washington a uno que estimule políticas de desarrollo en función del beneficio de las grandes mayorías nacionales; una democracia que, además de contar con un transparente sistema electoral, garantice los derechos sociales y económicos de los ciudadanos.

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Antecedentes históricos y actores

Las capacidades de la disidencia. En cuanto a la capacidad bélica

de la nueva guerrilla, es preciso establecer de forma previa las diferencias con las actividades que ejecutaban las FARC. La disidencia reactivada es pequeña y no puede desencadenar un conflicto armado por sí sola. Ahora bien, tampoco se debe menospreciar su alcance y experiencia. Según el anuncio, su transformación operativa podría desplazar el conflicto fuera de la selva, lo que abre la posibilidad de que se produzcan ataques en las ciudades con métodos terroristas. Y aunque resulta evidente que cualquier acción de esta naturaleza desencadenaría un repudio masivo —y ningún avance para sus intereses políticos—, se trata sin embargo de una opción plausible. Asimismo, la posibilidad de que la disidencia se fortaleza representa un riesgo elevado.


En efecto, se presume que puedan estar fraguándose alianzas con otros grupos armados, empezando por un acercamiento con el grupo de Gentil Duarte. En este escenario, tampoco hay que olvidar que los equilibrios han cambiado y que los disidentes deben renegociar su papel frente a los grupos armados que se fortalecieron tras el Acuerdo. Además, tomados en conjunto, los grupos tienen diferentes intereses, formas de acción y de financiación, lo que hace que sus incentivos para aliarse o enfrentarse puedan ser distintos, de modo no admitirán fácilmente que se les impongan condiciones a su estrategias y acciones.

Armas de las FARC. Foto: Reuters

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La economía sucia, el narcotráfico, la estafa, el fraude y la corrupción son plagas contemporáneas cobijadas por ese antivalor, ese que sostiene que somos más felices si nos enriquecemos sea como sea.

Pepe Mujica

Los 52 años de conflicto entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC ha dejado millones de afectados. Foto: Álvaro Ybarra Zavala

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En el anuncio de los disidentes de las FARC se hacía alusión al ELN, sugiriendo una alianza con este grupo más sencilla de afirmar en el discurso que en la práctica. En primer lugar, porque la nueva disidencia compite en protagonismo con el ELN, el cual había quedado tras el Acuerdo de paz como abanderado del proceso revolucionario armado. En segundo lugar, porque compiten por las mismas zonas de acción e incluso por los recursos, especialmente en el territorio que hace frontera con Venezuela (país que, como se verá, sirve de refugio). Y, por último, aunque la suma de fuerzas pueda resultar de interés para ambos grupos, el ELN cuenta con un ala dura que puede discrepar con quienes (aunque hayan vuelto a la confrontación) aceptaron en su momento el diálogo, la entrega de armas y la desmovilización.

Al margen de las alianzas, otro aspecto central reside en la nada desdeñable experiencia militar de los disidentes y en el conocimiento que han adquirido sobre el funcionamiento de las instituciones y el Estado. A su vez, en relación a sus recursos económicos, el anuncio se refería al uso de “impuestos” o extorsiones sobre latifundistas, al negocio del narcotráfico y otros tráficos ilícitos, y a la acción extractiva hacia las multinacionales. Pero igualmente pueden obtener recursos por medio del contrabando en la frontera venezolana o contar con activos propios no declarados en el proceso de entrega de bienes de la antigua guerrilla.

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AGRADECIMIENTO A las víctimas del conflicto armado colombiano les dedicamos la presente recopilación, con la esperanza de que algún día podamos mirarnos a los ojos todos los colombianos con la conciencia de haber hecho lo mejor para salir del hoyo en el que hemos estado y que a ustedes se les reconozca el lugar que les ha sido negado durante tanto tiempo.

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Antecedentes históricos y actores


Referencias bibliográficas AGUDELO, Saúl Franco. (2003). Momento y contexto de la violencia en Colombia. Universidad Nacional de Colombia. Revista Cubana Salud Pública v.29 n.1 Ciudad de La Habana ene.-mar. 2003. AMAYA SIERRA, Hernando y colaboradores. (1958). La violencia en el Tolima, Ibagué. Secretaría de Agricultura. Aletheia, volumen 3, número 5, diciembre 2012. ISSN 1853-3701 GRANADA, Alberto. (1998). Notas sobre el conflicto armado en Colombia. Medellín, Colombia: Universidad Pontificia Bolivariana. MURILLO DELGADILLO, Maria Fernanda. (2008). La parapolítica en Colombia: otro elemento del poder público. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, UPTC. Núm. 11. ISSN: 1692-3936 PAREDES, Zioly y DÍAZ, Nordelia. (2007). Los orígenes del Frente Nacional en Colombia. Presente y Pasado. Revista de Historia. ISSN: 1316-1369. Año 12. Nº 23. Enero-Junio. pp. 179-190. RÍOS SIERRA, Jerónimo. (2016). Breve historia del conflicto armado en Colombia. Editorial La Catarata. ISBN 9788490972571. SÁNCHEZ, Fabio y LIENDO, Nicolás. (2018). Estudios y tendencias de la política y las relaciones internacionales. Escuela de Política y Relaciones Internacionales. Universidad Sergio Arboleda. Bogotá, Colombia. ISBN: 978-958-5511-53-8.

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El conflicto armado en Colombia tiene una vigencia de más de cincuenta años, aunque sus raíces se hunden en la década de los años treinta.Además de las dos tradicionales guerrillas más longevas de América Latina, como son las FARC y el ELN, a lo largo de estas décadas se han sumado como protagonistas del conflicto otro considerable número de grupos armados tales como paramilitares, carteles de la droga y guerrillas urbanas, además de bandas criminales. Esta obra sintetiza las más de cinco décadas de conflicto armado para comprender la complejidad de La Violencia en Colombia, pero, igualmente, los nuevos horizontes y desafíos para la seguridad, una vez se ponga fin a un conflicto que ha dejado más de 220.000 muertos.


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