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Responsabilidad social En memoria de Fátima y por su derecho a la justicia
En memoria de Fátima
y por su derecho a la justicia
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Fátima, mi hija, cumpliría 18 años este junio de 2020, pero fue asesinada a la edad de 13 años la tarde del 5 de febrero de 2015. Tres hombres, vecinos de Fátima la violaron, apuñalaron y lapidaron cuando ella regresaba de la escuela. Esta fecha de su nacimiento, no es una conmemoración, hoy recordamos que ella debía estar viva y que esos tres asesinos no se lo permitieron, se creyeron con derecho a disponer de la vida de mi niña.
5 de febrero de 2015 A Fátima Varinia Quintana Gutiérrez la violaron y la asesinaron. Le dislocaron un hombro y le fracturaron las muñecas y los tobillos mientras lo hacían. Le sacaron un ojo, le tiraron los dientes, la apuñalaron 90 veces, abriéndole 30 centímetros en el esternón y 10 entre las piernas, y al ver que ella aun peleaba, y no moría, arrojaron piedras de 36 y 32 kilos sobre su cabeza, para quitarle la vida. Después la enterraron.
Fátima salía de la secundaria, a las dos de la tarde, cuando presuntamente José Juan Hernandez Tecruceño ("El Pelón"), Luis Ángel Atayde Reyes, y Misael Atayde Reyes, sus vecinos, la sometieron, hiriéndola en cuello y cara con una navaja, y la llevaron a un área boscosa en la carretera Toluca-Naucalpan. Ahí la torturaron, abusaron de ella, y la mataron.
Estos hechos ocurrieron el 5 de febrero de 2015 en Lerma, Estado de México, y desde entonces, nosotros, sus padres, Lorena Gutiérrez y Jesús Quintana, hemos luchado porque se haga justicia.
Esa tarde, inicié la búsqueda de mi hija en compañía de varios vecinos al ver que Fátima no regresaba de la

escuela. En un punto por donde ella pasaba de regreso, encontré su sudadera y un cuchillo ensangrentados. Fue entonces cuando vieron huir a los tres imputados. Uno de ellos llevaba la mochila de Fátima llena de sangre. Mientras lograban capturarlos, encontré el cuerpo de mi hija parcialmente enterrado y oculto bajo una llanta. Al parecer la enterraron agonizante, pero aún viva, pues una mano y un pie sobresalían. Todo esto se sabe por la reconstrucción de los hechos que hicieron los peritos forenses en las audiencias y durante el juicio oral.
En casa de los hermanos Atayde encontraron ropa de estos y de "El Pelón" llena de sangre. La sangre pertenecía a Fátima. Una multitud enardecida golpeó a los tres imputados, y se disponía a lincharlos, pero yo lo impedí hasta que la policía intervino para salvarlos. Estuvieron 15 días hospitalizados, y luego Juan Hernández y Luis Ángel fueron ingresados al penal en espera de juicio.
La omisión y negligencia del Estado en el caso de Fátima
La carpeta de investigación estaba plagada de errores y omisiones por parte de la Fiscalía del Estado de México, lo cual fue causa de muchas complicaciones; la peor de ellas fue que el Ministerio Público no contaba con tiras reactivas, y por ello no se compararon los perfiles genéticos de los implicados con las muestras de sangre en la ropa hallada en el domicilio de los hermanos Atayde, en el cuerpo de Fátima, y otras evidencias encontradas en el lugar de los hechos. Esto provocó que José Juan Hernández Tecruceño, alias “El pelón”, supuesto autor intelectual del feminicidio, fuera absuelto y puesto en libertad, pese a que varios testigos lo vieron correr con la misma ropa llena de sangre que fue encontrada en casa de los Atayde.
Misael Atayde Reyes fue liberado inicialmente por ser menor de edad al momento del delito (tenía 17 años), posteriormente fue detenido nuevamente, y recibió solo 5 años de condena, mismos que cumplirá en el tutelar Centro de Internamiento para Adolescentes “Quinta del Bosque”, en Zinacantepec. Su hermano, Luis Ángel Atayde Reyes, fue sentenciado a 73 años con 8 meses de prisión.
La Juez de control decretó que este brutal crimen no había sido un feminicidio, mi esposo y yo logramos que se tipificara correctamente. Esta misma juez desestimo a todos los testigos y pruebas en contra de “El Pelón”, aunque curiosamente las mismas pruebas y testigos fueron admitidas por ella para juzgar al mayor de los hermanos Atayde, y en cambio admitió un par de falsos testimonios aportados por la escuela particular “Sierra Nevada”, donde el director y el conserje de dicha institución afirmaban que “El Pelón” era jardinero de dicha escuela, y ese día supuestamente había laborado en el horario en que ocurrieron los hechos, para lo cual presentaron un video de mala calidad donde se ve un individuo agachado, que ellos juran es “El Pelón”. Dicho video también fue admitido por la juez como evidencia a favor de la defensa de este individuo.
Es importante mencionar que en 2013 la misma juez había liberado a Oscar Osnaya Cruz, quien fungía en ese momento como Director de Servicios Públicos del municipio de Nicolás Romero, acusado y apresado por haber violado a una niña de once años. Otra cosa que es importante mencionar es que se ha hecho del dominio público que presuntamente la familia de José Juan Hernández Tecruceño, alias “El Pelón”, se dedica al narcomenudeo, su abuelo fue militar, y que tiene parientes que son judiciales federales y del Estado de México, mientras que su papá es
policía municipal de Naucalpan. Este último, en presencia de la juez Janeth Patiño, me amenazó durante una de las audiencias, gritándome: “Maldita perra, ya firmaste tu sentencia de muerte”.
En septiembre de 2015, luego de una serie de llamadas con amenaza de muerte, y acoso en escuelas y trabajos de varios familiares, mi casa fue baleada, por lo que mi familia y yo fuimos desplazados constantemente por varios puntos del estado y la república. Esto parecía al principio una medida preventiva para garantizar nuestra seguridad, pero sólo ha sido para intimidarnos y hacernos desistir del caso. No tenemos un hogar fijo, no podemos conseguir empleo, y constantemente vivimos con miedo, pero seguimos luchando por justicia.
El 27 de junio de 2016, Enrique Peña Nieto declaró en una rueda de prensa en Canadá “Se han creado instituciones para la defensa de derechos humanos, se ha creado un andamiaje legal mucho más robusto precisamente para fortalecer la defensa de los derechos humanos […] México se quiere distinguir ante el mundo como un país donde priva el respeto a las libertades y donde haya pleno respeto a los derechos humanos”, todo esto luego de ser cuestionado por Amnistía Internacional respecto a las violaciones a Derechos Humanos en México. Anteriormente, la subprocuradora para la Atención de Delitos Vinculados a la Violencia de Género del Estado de México, Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros, había ofrecido ubicarlos en Canadá, pero luego de las declaraciones del Presidente, se echó para atrás para no evidenciar el verdadero panorama que se vive en México.
La búsqueda por la verdad y la justicia
Misael Atayde Reyes, quién fue sentenciado en el 2017 después de haber estado prófugo 2 años, fue recapturado y fue sentenciado a 5 años de los cuales es probable que sólo cumpla 3 años, que tienen efecto el 19 de junio del 2020. Hasta este momento no hemos sido notificados de que efectivamente vaya a salir libre, puesto que, por ser menor de edad, no se tiene permitido que rebasen los 23 años en donde se encuentra recluido.
Yo todavía tengo esperanza de que no sea puesto en libertad. Sabemos que las leyes en este país y la justicia sólo existen para los asesinos misóginos y cobardes que hoy en día, siguen cobijados por este sistema patriarcal el cual protege a estos hombres qué bien sabemos, no están enfermos, que son hijos sanos de este sistema patriarcal que les enseñó que pueden disponer de la vida de las mujeres y las niñas.
Lo que este sistema hace con las víctimas que caminamos y luchamos porque queremos alcanzar la libertad, es una vileza, no hay sentencias justas para que un día podamos caminar libres y sin miedo. El desplazamiento al que mi familia y yo hemos sido obligados, violenta nuestros derechos. La violencia institucional en contra de nosotras, las madres y familiares de víctimas de feminicidio, es injusto y cruel.

Es muy difícil para mí y para toda mi familia, no poder siquiera llevarle una flor a mi hija a su tumba en el día de su cumpleaños. No le permitieron a mi hija llegar ni a esto, a su mayoría de edad. Ella no debió ser asesinada de esa manera y de ninguna manera. Ninguna niña y ninguna mujer debería ser asesinada.
* *Lorena Gutiérrez Rangel es madre de Fátima Varinia, quien desde entonces es activista por la búsqueda de justicia de su hija asesinada, junto con otras madres que han perdido a sus hijas por el delito de feminicidio.
