Corposimbiosis

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DESCUBRIR

DISCIPLINAMIENTOS CORPOREALES

Subverciones sutiles, fútiles y útiles

Recopilar para reevaluar (DES)

DESCUBRIR

“(…) pero nosotroas queremos ser loas poetas de nuestra vida y, en primer lugar, de lo más pequeño y lo más cotidiano.”

Recopilar para reevaluar

(Nietzsche, 1990, C.J., af. 299). letras tachadas por nosotras

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Pasan los días y de manera inmóvil, pero no estática observo cuerpos, cuerpos que pasan frente a mí, que casi coreografiados se repiten día a día, pero cada día diferentes, cuerpos que me observan, los observo y nos observamos, que me acompañan, les acompaño y nos acompáñanos en el hacer rutinario1 que me atraviesan, me hablan, es un dialogo generalmente de miradas, suelo interpelarles, muchas veces me ignoran, parece que me aborrecieran, pero se aborrecen a sí mismas, yo no siento nada, anclado a la pared solo soy cuando son ellas se reflejan sus experiencias en mí.

¿Experiencias? como cuerpos somos experiencias, ya que es a través de lo que acontece en nuestra existencia que percibimos el mundo y lo definimos, justamente ese acontecer sucede desde el cuerpo, desde esa materialidad que se transforma constantemente y es atravesada por diferentes afectos sociales y culturales que lo disciplinan2. Ser mujer, ser alta, ser crespa, tener muchos cachetes, ser baja, tener cejas pobladas, pesar x o y, son corporealidades que determinan la forma en que experimentamos el mundo, por lo tanto, es desde ahí precisamente -no podría ser desde ningún otro lugar- desde el cuerpo propio y las experiencias que lo construyen, que observamos, analizamos y comprendemos todo esto que nos rodea.

Y sí, todo el tiempo nuestros cuerpos están siendo disciplinados, por estas ‘cosas’ que de una manera u otra, tienen la capacidad de capturar, orientar, determinar, interceptar, modelar, controlar y asegurar nuestros gestos, conductas, opiniones, incluso nuestros discursos.3 No son sin embargo, ni objetos específicos ni un elemento único, estas ‘cosas’, que podemos llamar dispositivos, son más como una red de relaciones de poder y saber que configuran un sistema de afectación sobre los cuerpos, es decir, que Camila, Juanita o Luz disciplinen su cuerpo para construirse a partir de un imaginario particular de sí, no está determinado simplemente por sus cejas, rostro o cabello, por los comentarios alrededor, por mí, cuando la observo, por su mirada y las miradas de otr_s, otr_s humanos y no-humanos; mejor dicho, no soy yo el dispositivo de disciplinamiento, 4 es precisamente en ese nodo de relaciones que crean todos esos elementos, tanto materiales como inmateriales que aparece el dispositivo que nos disciplina -y sí, también los cuerpos no-humanos somos disciplinados-.

Pero estos cuerpos, estas experiencias en todo caso, también se (des)disciplinan ¿cómo? Eso es lo más interesante, se (des)disciplinan por medio de los mismos dispositivos sociales, - ¡Dispositivos! No construcciones sociales, porque no son algo estático y determinado – que nos están generando diferentes afectos constantemente, pero también son afectados en nuestras experiencias particulares, en especial a través de rutinas; esas experiencias sutiles, fútiles, útiles que moldean nuestras materialidades en las relaciones que se crean entre cuerpos, de manera consciente o inconsciente, de manera

sutil al calar levemente día a día fútil pues a quien le importa eso que es tan común, tan corriente útil porque como nos afecta lo afectamos y al usarlo podemos (des)disciplinarnos5

Así, nuestras corporealidades empezaron a existir desde las experiencias personales determinadas por la creación y representación de una visión propia de sí frente a mí, de la resignificación de su cuerpo en el reflejo, en ese otro cuerpo o incluso, desde la grabación de su monotonía 6 Grabarse frente a mí implicaba analizar su realidad, identificar esos momentos de comodidad e incomodidad en mí compañía, conscientes, ahora sí, de mi presencia. Empezaron a cuestionarse sobre el poder que me daban frente a su apariencia, sobre mi influencia en su antes, su ahora ¿Cómo será ese después? Se preguntaron ¿Qué relaciones constituían estos dispositivos sociales, como nuestra relación, que permitía un (des) disciplinamiento, particularmente aquellos que se dan en el cruce de ornamento y desnudez? ¿Qué nos revela lo aparente, lo que está allí, a simple vista, que capa sobre capa nos relata una realidad? ¿Como el ornamento y la desnudez pueden leerse como capas de una misma corporealidad?.7

Y de esta manera, capa sobre capa, entendieron sus corporealidades como una topografía (imagen II), al tomar estos momentos congelados en cada fotograma, extendieron el tiempo, lo fragmentaron y

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reconstruyeron, utilizando la autorrepresentación para subvertir los significados de su pasado, al materializar estas capas que aparecen y aparentan, pero más que nada nos hablan desde una multiplicidad de voces;

Me decían que, así como mi mamá, yo tenía poco pelo, que era lampiña. Las tías son el primer aviso de que hay que cambiar algo en nuestro cuerpo

“¿Por qué no te crece el pelo?” “te recomiendo una mezcla excelente para que te crezca el pelo”

Fue en esos momentos donde empezó a preocuparse por su cabello, por el pelo de sus cejas, la ausencia de este la hacía sentir con el rostro desnudo, vulnerable, cuando se acercaba a mi se sentía incomoda

es más fácil tener muchas cejas porque te las puedes quitar al no tener nada de cejas

Eres lampina, no tienes pelos, no tienes cejas

La verdad solo repetía lo que comentaban sus familiares y amigas “Deberías intentar lo que hace Catalina, ella utiliza betún para cejas”

Tal vez debería utilizar algún producto o mascarilla para que me crezcan las cejas

Las comparaciones, risas, ejemplos y opiniones fueron modificando la manera en la que su mente modificaba la forma de verme. Se construyo un dispositivo que moldeo sus acciones y hábitos, para disciplinar sus cejas, para disciplinar su mirada sobre si misma

Encontré una receta para que me crezcan las cejas

No veo resultados

Esto no sirve

¿Existirá algún tipo de trasplante real de cejas?

¿Qué pasa si intento utilizar sombras? Su mama también se había disciplinado así, recurría al maquillaje y aparecieron las cejas, fue entonces el primer acercamiento al cambio desde lo conocido, desde lo que observaba

El otro día vi un cepillo para peinar las cejas Ugh, compré una máscara del color equivocado... ¿Qué pasara si me lo aplico en las cejas? Si, me gusta cómo queda.

“¿dónde está el betún para las cejas?”

“Te regalo una pigmentación con gena... vas a ver que quedas preciosa.”

“Por fin tienes cejas, te ves muy bien”

Asi, empecé a ayudar a Camila a resistir desde la invención de sí, en su rostro, para permitirle esos espacios de libertad8 (Chamorro, 2010). En mi se construía, me transformaba, nos transformábamos, ahora

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nos creíamos más femeninas también, no eran solo las cejas, nos vestíamos como niñas, nos sentíamos más bonitas, su autoestima me alimentaba.

Nos fuimos creyendo que;

“las niñas se ven más bonitas con las cejas pobladas”

Mi tía siempre me ha dicho que el maquillaje y los aretes son de niñas lindas y que tengo que usarlos

Mi mamá me dijo que cuando cumpliera 18 me iba a poder hacer el microblanding

Solo quisiera que fueran pelos de verdad.

En su apariencia podía notar como se sentía mejor, su cuerpo se transformaba, evidenciaba sensaciones de satisfacción y aprobación, dadas por eso que ella (o los demas) consideraban belleza

Se cultivaba en Camila el hábito de pigmentarse las cejas todos los días en su rutina.

Este ornamento hacía que Camila se sintiera más cómoda frente a mí, más segura y confiada de su apariencia.

Los movimientos y gestos en su rostro se ejecutaban en función de este proceso, lento, cotidiano y preciso, rebosante de especificaciones para su rostro disciplinado.

Me gustaría que fueran reales y no tener que depender de los productos

Ella no tiene cejas y se ve hermosa, ya quisiera verme así

Me acostumbré a mis cejas maquilladas, me da vergüenza salir sin ellas Claro que no me vi solo en Camila.

“Que curioso, nació con el cabello crespo. ¿Va a tener el cabello así toda la vida?”

Luz nació en una familia caracterizada por su cabello lacio, largo, supremamente desenredado, veía a su madre desde pequeña hablar sobre su cabello frente a ella, utilizar productos para cambiarla y así ella se veía después excluida y obligada, nos sentíamos diferentes del resto

Debería recogerme el cabello, ni por el putas voy a dejar que la gente me vea con el cabello suelto La genética gente está diciendo que tienes que tener el cabello liso, toda tu familia es así, tú también tienes que serlo.

“ Hija , ven te peino” “Hija, mejor usa este champú para que no andes tan ‘espelucada”

Pero Luz al contrario de estas cualidades, no poseía alguna que pudiera entonar con el común entre su familia; su cabello es crespo, loco, enredado, y asi no se ve bien, no lo ven bien. Este suceso generaba en su familia desconocimiento en cómo tratarlo, cómo manejarlo; era algo nuevo para ellos, algo que no se

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había visto antes en la familia y que no estaba en su panorama sobre el cabello. En vista de que no sabían cómo tratarlo realmente comenzaron a decirle

“ debemos utilizar productos para alisar tu cabello, para que se vea menos loco”

Jumm…tengo que aplastarme el cabello, están saliendo mis churcos.

Al escuchar todas estas recriminaciones en su cabello yo veía su descontento, reflejaba descontento ante el intento de pasar sus dedos para desenredar y alisar un poco conscientemente su alocado cabello

“te ves más bonita con el cabello liso, así te queda mejor”.

¿Será que me veo mejor con el cabello liso? ¿Mi cabello es tan horrible?

Así, de cierta forma apagaron sus rulos, el dispositivo desactivó en Luz el patrón de los rulos, la concepción a lo usual para la mamá de Luz trajo como consecuencias el moldeamiento de su cabello. La tendencia del cabello liso, perfecto, pulcro, ordenado reforzaba la convicción de que debía tener el cabello así, de que esa era la mejor forma para ella. Las opiniones igualmente de las personas que la veían con ambos disciplinamientos (crespo - liso), eran las mismas que las de su familia:

Deberias seguir alisándote el cabello más seguido, ¿has considerado hacerte una ketarina?

Debo hacerme una ketarina, debo hacerme una keratina, debo hacerme una keratina, debo hacerme una... Sin embargo, el (des)disciplinamiento de Luz estaba latente en cada día que no tenía el cabello liso, era casi imposible mantenerlo así todo el tiempo, todos los días.

El cabello de ella... es simplemente hermoso… Hablaba de una mujer que había observado en una feria que vendía productos para crespos

¿Yo lo podré tener así?

“Tienes el pelo algo maltratado, pero ven te muestro algunos productos que te pueden ayudar.”

Lo supe después porque trajo nuevos productos ante mí, paulatinamente fue construyendo una nueva rutina que ya no involucraba los elementos que utilizaba antes su mamá, como la plancha, el cepillo de madera o las moñas.

Ahora su mirada ya no se encontraba en la negación, sino en emoción ante un cambio, ante encontrar la verdadera esencia de su cabello, algo completamente nuevo para ambos. La transformación del cabello siempre fue dada por sucesos voluntarios e involuntarios, por formas de entender y desentender su naturaleza. No se trata de sí está bien o mal lo que hacía, sino de descomponer los acuerdos a los que llegó en ambas experiencias para mudar su cabello.

Mi cabello…. ¿siempre fue así?

Los acuerdos no solo se daban conmigo o con su apariencia, sino también con lo que alguna vez había sido un cuerpo. Son las fotos en álbumes familiares las que traen recuerdos de lo que solíamos ser, de los hechos y las formas que éramos en cierto punto de nuestra vida, de los momentos instantáneos que buscamos capturar y retratar para nosotras y para otr_s.

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“Mi cachetona hermosa”

Le decía su mamá, le gustaba, se sentía querida, consentida

El paso del tiempo y la transformación del rostro en Juanita era notorio por las fotos que se tomaban anualmente, las personas en su familia hablaban especialmente de sus cachetes

“Ay qué cachetona, esos cachetes tan bonitos”

Pero eso no generaba comodidad en Juanita, sino por el contrario, era una forma de referirse a ella, el uso de apodos y la identificación de sí misma era generada por sus cachetes.

Sus amig_s también formaron parte de estas opiniones, acciones, que involucran el movimiento de sus cuerpos hacía Juanita, en el momento era un juego o algo inofensivo pero seguía siendo una forma de notar esta parte de su cuerpo.

“¿Me dejas tocar tus cachetes? es que son muy bonitos, es que son muy suaves, son muy grandes”

Se creían con la autoridad de lanzar su mano a mi cara y tocarme, apretarme y pellizcarme cuando quisiera. ¿los detenía? No, ¿pero por qué?

Era un simple juego ¿o para mí no?

En medio de una cita rutinaria a dermatología, el doctor le afirma que sus cachetes son “muy pesados” y que por esto debe comenzar a hacerse masajes diariamente fijarme la cara de una forma, lavarme la cara de otra forma, cada crema, cada bloqueador que me pongo en la cara tiene que ser de una forma Desde ese momento todos se lo han dicho

“se te van a caer los cachetes” debo adaptar una rutina en mi rostro -todo hacia arriba, todo hacia arriba, todo hacia arriba¡Más fuerte! no se me pueden caer los cachetes. Eso se repito cada día, frente a mi, mañana y noche

Mis cachetes se levantan; los jalo, los retuerzo. La forma recomendada por esa autoridad a la que Juanita le dio importancia era hacía arriba, un dispositivo que la llevaba al constante masaje hacia arriba para evitar que los cachetes cayeran. Los movimientos acordados entre ella y el doctor fue lo que causó su expectativa de mantener los cachetes firmes. Se reforzaba la idea con lo que observaba el redes sociales, pómulos marcados, la entrada en la mejillas, un cachete redondo, inflado. a ella no se le ven así, ella tiene pómulos marcados, un perfil definido, YO NO, pero me puedo maquillar los cachetes, seguro se pueden ver menos inflados.

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Luego, el maquillaje como objeto logra materializar el acuerdo, ya no es solo el movimiento, sino el camuflaje de los cachetes lo que puede moldear el cuerpo frente a un espejo y otr_s.

“Hacer un contorno y la ilusión del cachete que quieres tener”

¿un contorno? Perfecto, eso es sombra café en los cachetes, con eso los puedo disimular

El cachete es el centro de la rutina, el moldeamiento de mejillas es la prioridad más que el lavado del rostro es este el punto de enfoque de otros y de Juanita.

Enfoques que nacen de ese múltiple de comentarios de cercanos, de creencias que se inculcan en el inconsciente, experiencias que legitimamos, en este caso, a través de fotos, reflejos, mecanismos de autopercepción que desde el movimiento y la repetición construyen rutinas que poco a poco van disciplinando los cuerpos, para crear apariencias que evidencian el paso del tiempo. El cuerpo entonces es multiplicidad, conformado precisamente por todo esto que lo moldea y lo constituye, deja de entenderse aisladamente para ser compendio9, un territorio donde se lleva a cabo el disciplinamiento, pero también es quien lo produce, quien con sus propias acciones es capaz de subvertirlo y (des)disciplinarse. Recurriendo a mí, al espejo, a esta mirada de si, se moldean, se cuestionan y en este proceso se reconocen, es un ejercicio de aprendizaje, que en esa unidad de afectos que lo atraviesan logra entender el dispositivo como un sistema abierto y en permanente transformación, que disciplina y se (des) disciplina, para volverse a disciplinar.

Imagen II, Registro proceso analogo

Notas

1 Espinoza Ibacache, J. A., & Íñiguez-Rueda, L. (2020). Cotidianeidad, sexo/género y trabajo sexual: Las rutinas de Gabriela. Psicoperspectivas. Individuo y Sociedad, 19(3)

2 Foster, S. (1995). Corporealities. Taylor & Francis.

3 Agamben, G. (2011).¿Qué es un dispositivo?.Sociológica, año 26, número 73, pp. 249 mayo-agosto de 2011

4 Agamben, G. (2011).¿Qué es un dispositivo?.Sociológica, año 26, número 73, pp. 264 mayo-agosto de 2011

5 Agamben, G. (2011).¿Qué es un dispositivo?.Sociológica, año 26, número 73, pp. 252 mayo-agosto de 2011

6 Smith, A. (2015). Gendered Frames, Embodied Cameras: Varda, Akerman, Cabrera, Calle, and Maïwenn. French Studies, 69(3), 426–427.

7 Agamben, G. (2011) Desnudez. Adriana Higalgo Editorial, 180.

8 Chamorro,E. (2010) Foucault: un pensamiento discontinuo

9 Haraway, D. (2007). Manifiesto cyborg. Routledge, 1–59.

Bibliografia

Revel, J. (2010). “Foucault: un pensamiento de lo discontinuo.” (2015). Anales Del Seminario de Historia de La Filosofía, 32(1), 275–277. https://doi.org/10.5209/ASHF.48922

Kozel, S., & Foster, S. L. (1997). Corporealities: Dancing, Knowledge, Culture, and Power. TDR (1988-), 41(2), 160. https://doi.org/10.2307/1146632

Agamben, G. (2011) Desnudez. Adriana Higalgo Editorial, 180.

Espinoza Ibacache, J. A., & Íñiguez-Rueda, L. (2020). Cotidianeidad, sexo/género y trabajo sexual: Las rutinas de Gabriela. Psicoperspectivas. Individuo y Sociedad, 19(3). https://doi.org/10.5027/psicoperspectivas-vol19-issue3fulltext-2058

Smith, A. (2015). Gendered Frames, Embodied Cameras: Varda, Akerman, Cabrera, Calle, and Maïwenn. French Studies, 69(3), 426–427. https://doi.org/10.1093/fs/knv098

Haraway, D. (2007). Manifiesto cyborg. Routledge, 1–59. Retrieved from http://manifiestocyborg.blogspot.com/

Agamben, G. (2011). ¿Qué es un dispositivo?.Sociológica, año 26, número 73, pp. 249-264 mayo-agosto de 2011

DESCUBRIR Recopilar para reevaluar CORPOSIMBIOSIS HUMANOS NO HUMANOS

CORPOSIMBIOSIS

Como cuerpos somos ese multiple de experiencias, que día a día nos moldean y nos constituyen. Cuerpos que se relacionan para disciplinanarse mutuamente. En Camila, Luz y Juanita, estas relaciones nacieron de las comparaciones con otr_s, las risas de sus amig_s, de los ejemplos, de las opiniones de sus familiares, de todas aquellas miradas ajenas que apropiaron como suyas y se repetieron frente a mi, el espejo, relaciones que empezaron a enredarse en sus cabellos, adherirse a sus cejas y a marcarse en sus rostros, capa por capa se convirtieron en dispositivos de disciplinamiento, dispositivos guiados por unos discursos estéticos que se infiltraron sutilmente en sus rutinas, a través de cremas, maquillaje, masajes, cremas, maquillaje, masajes; gestos repetitivos y fútiles, que no acallaban las preguntas sobre si mismas: ¿Por qué ella se ve bien sin cejas?¿Mi cabello es tan horrible?¿Se me caeran los cachetes?¿Me veré bien sin cejas?¿Cómo recuperar mis crespos?¿Realmente hay un pomulo perfecto? Entonces empezaron a usar los dispositivos para cuestionarse, a usarlos para des-disciplinarse.

Desde sus corporealidades fueron creando nuevos cuerpos, cuerpos que pudiesen usar para subvertir los dispositivos que las habían disciplinado por tanto tiempo, una y otra vez se vieron frente a mi, se vieron mutuamente para transformarse, repetían los movimientos, los invertían, los cuestionaban. Capa sobre capa conformaron cuerpos no-humanos, ornamentos, máquinas; que como yo, están atravesados por sus afectos y desde allí se configuran. La rutina ya no es un acto pasivo, ahora se incomodan, enredan sus cabellos, se retuercen para maquillar sus cejas, sus cachetes van hacia abajo. Los ornamentos ahora son parte de ellas y solo en ellas estos son. Se des-disciplinaron, para volverse a disciplinar, pero ya no bajo un solo discurso, sino como una polifonia, ya no hay formulas para la belleza, ahora hay un sinfín de cuerpos particulares, son cybrogs, donde se funden los limites entre desnudez y ornamento, ahora lo común es la diferencia.

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