Revista-Salud mental

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CONTENIDOS 6 formas de reprogramar tu mente para sanar tu cuerpo. pág.06

Camino hacia el bienestar. pág.03

Conexión entre cuerpo y mente. pág.05

Equilibrio en la vida. pág.10

Aspectos que configuran la salud mental. pág.11

Enfermedades mentales. pág.08

EDITORIAL Los enfermos mentales no reciben la atención que requieren porque no se invierte en personal y en el desarrollo de programas y políticas adecuadas, lo que se traduce –a nivel global– en desbordados costos económicos y años de vida saludable perdidos, acaba de alertar la Organización Mundial de la Salud.

Basta ver la quinta edición del ‘Atlas de la salud mental’, que hace una cruda evaluación de la forma como los países abordan el creciente aumento de males emocionales, para confirmar que el 10 por ciento de la población mundial afronta

algún trastorno de este tipo y la cuarta parte tiende a padecer un desorden mental a lo largo de la vida, con el agravante de que muchos los sufren de manera vergonzante y en silencio. Sin embargo, al contrastar estas cifras con las acciones para prevenirlas o contenerlas, se pone en evidencia que muchas naciones carecen de programas sanitarios de salud mental y los que lo tienen, en su mayoría, no los soportan con los recursos humanos y financieros suficientes. Un guante que le cae al sistema de salud colombiano.

COMITE EDITORIAL Director Valentina Atehortúa

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Editor Valentina Atehortúa

Fotografo Valentina Atehortúa

Disenadora gráfica Valentina Atehortúa


Camino hacia el

BIENESTAR

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a salud emocional es una parte importante de su vida. Le permite desarrollar todo su potencial. Puede trabajar de forma productiva y hacer frente a las tensiones de la vida cotidiana. Le ayuda a trabajar con otras personas y a contribuir con la sociedad. También afecta a su salud física. La investigación muestra una relación entre un estado mental optimista y signos físicos de buena salud. Estos incluyen presión arterial más baja, reducción del riesgo de enfermedades del corazón y un peso saludable

Las personas que tienen buena salud emocional aún pueden tener problemas emocionales o enfermedades mentales. Las enfermedades mentales a menudo tienen una causa física. Podría ser un desequilibrio químico en el cerebro. El estrés y los problemas con la familia, el trabajo o la escuela pueden desencadenar enfermedades mentales o empeorarlas.

La salud emocional es una parte importante de la salud general. Las personas que están emocionalmente sanas tienen el control de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Son capaces de hacer frente a los desafíos de la vida. Pueden poner los problemas en perspectiva y recuperarse de los contratiempos. Se sienten bien consigo mismos y tienen buenas relaciones. Estar emocionalmente saludable no significa estar feliz todo el tiempo. Significa que uno es consciente de sus emociones. Que uno puede lidiar con ellas, ya sean positivas o negativas. Las personas emocionalmente sanas también sienten estrés, ira y tristeza. Pero saben cómo manejar sus sentimientos negativos. Pueden distinguir cuando un problema sobrepasa lo que pueden manejar por sí solos. También saben cuándo buscar ayuda de su médico.

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Sea consciente de sus emociones y reacciones. Note qué lo hace sentirse triste, frustrado o enojado en su vida. Trate de resolver o cambiar esas cosas.

Exprese sus sentimientos de manera apropiada. Hagale saber a las personas que están cerca suyo cuando algo le molesta. Mantener sentimientos de triztesa o ira en su interior suma tensión. Puede causar problemas en sus relaciones y en el trabajo o escuela.

Manténgase positivo. Concéntrese en las cosas buenas de su vida. Perdónese a usted mismo por cometer errores, y perdone a los demás. Pase con personas sanas y positivas.

Cuide de su salud física. Su salud física puede afectar a su salud emocional. Haga ejercisio regularmente, coma alimentos saludables y duerma lo suficiente. No abuse de las drogas o el alcohol. Piense antes de actuar. Las emociones pueden ser poderosas. Dese tiempo para pensar, y estar tranquilo antes de decir o hacer algo que podría lamentar.

Busque el equilibrio. Encuentre un equilibrio saludable entre el trabajo y el juego y entre la actividad y el reposo. Tómese un tiempo para las cosas que le gustan. Concéntrese en las cosas positivas de su vida.

Conéctese con otros. Somos criaturas sociales. Necesitamos conexiones positivas con otras personas. Reúnase para comer, únase a un grupo y salude a personas desconocidas.

Encuentre propósito y significado. Averigüe qué es importante para usted en la vida y céntrese en eso. Podría ser su trabajo, su familia, ser voluntario, la prestación de cuidados o alguna otra cosa. Pase el tiempo haciendo lo que sea significativo para usted.

HAY MUCHAS MANERAS DE MEJORAR O MANTENER UNA BUENA SALUD EMOCIONAL


CONEXIÓN ENTRE cómo sus emociones CUERPO Y MENTE: afectan su salud

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as personas que gozan de buena salud emocional son conscientes de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Ellas han aprendido maneras saludables de lidiar con el estrés y los problemas que son una parte normal de la vida. Se sienten bien consigo mismos y tienen relaciones saludables. Sin embargo, muchas cosas que suceden en su vida pueden perturbar su salud emocional. Esto puede llevar a fuertes sentimientos de tristeza, estrés o ansiedad. Incluso los cambios buenos o deseados pueden ser tan estresantes como los cambios no deseados. Estos cambios incluyen: Ser despedido de su trabajo. Tener un hijo que sale o regresa a casa. Hacer frente a la muerte de un ser querido. Divorciarse o casarse. Sufrir una enfermedad o lesión. Conseguir un ascenso en el trabajo. Experimentar problemas de dinero. Mudarse a un nuevo hogar. Tener o adoptar un bebé.

¿Cómo pueden mis emociones afectar mi salud? Su cuerpo responde a la manera de pensar, sentir y actuar. Este es un tipo de “conexión mente/cuerpo”. Cuando usted está estresado, ansioso o molesto, su cuerpo reacciona de una manera que puede indicarle que algo no está bien. Por ejemplo, es posible que desarrolle presión arterial alta o una úlcera de estómago después de un evento particularmente estresante, como la muerte de un ser querido.

La mente puede programarse de tres maneras: con lo que se piensa, con lo que se hace y con lo que se habla.

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1. Creer es crear “Yo hablo con mis píldoras”, afirma Dan Moerman, antropólogo de la Universidad de MichiganDearborn; “Les digo: Vamos, chicas, sé que harán un trabajo magnífico.” El efecto placebo es parte de casi cualquier documentación seria sobre los efectos de una droga. ¿Pero qué pasaría si este efecto no fuera producto de un discurso externo sino de una creencia interna, subjetiva? Creer en el tratamiento que utilizas, no importa si es médico o de otro tipo, crea a su vez las condiciones para que el cuerpo lo reciba. El efecto placebo no es una sugestión selectiva, sino simplemente mantener una “actitud curativa”: creer que te estás curando puede liberar analgésicos naturales y alterar patrones neuronales negativos enseñándolos a tranquilizarse, disminuyendo la presión sanguínea y activando la respuesta del sistema inmunológico.

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2. Piensa positivo Sabemos que el optimismo es algo que nuestros tiempos cínicos y desencantados de todo pasan por alto muchas veces; el problema (o la solución, según el punto de vista) es que ser realista puede ser malo para la salud. Los optimistas se recuperan mejor de operaciones clínicas del corazón, tienen un mejor sistema inmunológico y viven más. Es por eso que los médicos recomiendan algún tipo de terapia psicológica a pacientes con cáncer, pues la actitud del paciente respecto al tratamiento puede mejorar considerablemente sus probabilidades de sanar.

3. Confía en la gente Cuando hablamos de actitud positiva no lo hacemos solamente en lo referente a ti mismo, sino también en tu trato con los demás. Resulta que la soledad (o la percepción de soledad) incrementa el riesgo de sufrir ataques cardiacos, demencia y depresión. Por otro lado, la gente que está contenta con su vida social tiende a dormir mejor, envejece más lentamente y responde mejor a las vacunas. Médicos como John Cacioppo, de la Universidad de Chicago, afirman que curar la soledad es tan bueno para la salud como dejar de fumar.


6. Conoce tu propósito Conocer el propósito de nuestra vida y vivirla de acuerdo a él puede ser una experiencia equivalente a volver a nacer. Mucha gente encuentra un “propósito” en la religión: rezar y asistir a la iglesia es algo que, en sí mismo, puede hacer sentir mejor a la gente. Esto puede deberse a la intervención divina o al efecto placebo; en cualquier caso, las emociones positivas asociadas a la espiritualidad promueven respuestas fisiológicas positivas. “Mente sana en cuerpo sano” puede no ser un vago eslógan de gimnasio, sino la relación fructífera y sana entre elementos del ser que, en realidad, están separados artificialmente por el pensamiento dicotómico pero son inseparables uno de otro.

5. Autohipnosis

4. Medita Monjes de todas las religiones han dedicado gran parte de su vida a meditar y existe evidencia de que esta práctica ayuda a mejorar la respuesta del sistema inmune, protege contra las recaídas en la depresión, disminuye la velocidad del avance del VIH e incluso suaviza la piel, debido a una mejor oxigenación del cuerpo. La gente que medita tiene niveles más bajos de cortisol y lidia mejor con el estrés, debido probablemente a los cambios que experimentan en la amígdala, el área del cerebro que procesa el miedo y la respuesta a las amenazas.

Peter Whorwell es un médico de la Universidad de Manchester que ha tratado toda su vida de construir un cuerpo de evidencia suficientemente relevante para que se admita la hipnosis como diagnóstico en el caso de pacientes con inflamación en el recubrimiento intestinal. El método de Whorwell es poco ortodoxo, pero parece funcionar. Primero crea una imagen mental del funcionamiento de los intestinos que sus pacientes puedan comprender, y luego los hace utilizar sensaciones visuales o táctiles (como el calor o la sensación sinestéstica del propio cuerpo) para imaginar cómo sería el funcionamiento “normal” o sano del cuerpo.

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ENFERMEDADES MENTALES

¿Qué son las enfermedades mentales?

¿Cuáles son algunos tipos de enfermedades mentales?

Las enfermedades o trastornos mentales son afecciones que impactan su pensamiento, sentimientos, estado de ánimo y comportamiento. Pueden ser ocasionales o duraderas (crónicas). Pueden afectar su capacidad de relacionarse con los demás y funcionar cada día.

Existen muchos tipos diferentes de trastornos mentales. Algunos comunes incluyen:

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-Trastornos de ansiedad, incluyendo trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés post-traumático y fobias -Depresión, trastorno bipolar y otros trastornos del estado de ánimo -Trastornos de la alimentación -Trastornos de la personalidad -Trastornos psicóticos, incluyendo la esquizofrenia


¿Qué causa los trastornos mentales? •

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No hay una sola causa de la enfermedad mental. Varios factores pueden contribuir al riesgo de sufrirla, por ejemplo: Sus genes y su historia familiar Su experiencia de vida, como el estrés o si ha sufrido de abuso, en especial durante la infancia Factores biológicos como desequilibrios químicos en el cerebro Una lesión cerebral traumática La exposición de una madre a algún virus o productos químicos durante el embarazo Consumo de alcohol o drogas Tener una enfermedad seria como el cáncer Tener pocos amigos y sentirse solo o aislado

¿Quién está en riesgo de tener enfermedades mentales? Los trastornos mentales son comunes. Más de la mitad de todos los estadounidenses serán diagnosticados con algún trastorno mental en algún momento de su vida. ¿Cómo se diagnostican los trastornos mentales? Los pasos para obtener un diagnóstico incluyen: • Su historia clínica • Un examen físico y posiblemente pruebas de laboratorio, si su proveedor de salud piensa que otras afecciones médicas podrían estar causando sus síntomas • Una evaluación psicológica, en la cual responderá preguntas sobre sus pensamientos, sentimientos y conducta.

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EQUILIBRIO EN LA VIDA

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as personas mentalmente sanas luchan por conseguir el equilibrio en sus vidas. Para establecer el equilibrio entre los aspectos físicos, espirituales, emocionales y sociales de la vida, se debe prestar atención a las necesidades y objetivos y tener determinación para llevarlas a cabo. A menudo un aspecto de la vida de la persona domina los demás en detrimento de su propia salud. Por ejemplo, los adultos con muchas ocupaciones se encuentran a menudo tan enfrascados en la lucha diaria del trabajo y del cuidado de sus hijos y de la casa que olvidan atender sus propias necesidades de ejercicio, ocio o renovación espiritual. Si entendemos la salud como “equilibrio”, entre el hombre y su medio, está claro que no es una cuestión estática, permanente, ni definitiva, sino que tiene que ir adecuándose continuamente a las condiciones del medio tanto como a las condiciones internas de las personas, ya que ambas (condiciones externas e internas) son cambiantes permanentemente. No olvidemos, en este sentido, que cada uno de nosotros somos seres únicos, somos individualidades sumergidas, subsumidas en un conjunto, único, por un lado, y común, por otro, de circunstancias vitales. Cada uno de nosotros tenemos una “filosofía de la vida” y tenemos una “forma de ser o estar” en el medio que nos ha tocado vivir. El “proceso de vivir” del ser humano es muy complejo, es el resultado de múltiples interacciones, de múltiples relaciones consigo mismo y con el mundo circundante; y, por tanto, cualquier intento de definición resulta, necesariamente, simplista. Describir y delimitar los componentes que intervienen en la vida humana no es tarea sencilla, dado que los procesos vivenciales de los actores sociales son tremendamente complejos.

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or cuanto acabamos de ver, el estado mental también forma parte de la evaluación del estado de salud de cualquier sujeto. Porque, sin duda, no se puede ostentar un nivel óptimo de salud y un deficitario estado mental. Por tanto, el concepto de “salud mental” va implícito en el concepto de salud y además como algo indisociable. En cualquier caso, la salud y, por tanto, la salud mental, desde una perspectiva actual, se contempla como un proceso dinámico, por el cual todas las personas -a lo largo de la vida- atravesamos por diferentes períodos en los que el grado de salud varía dentro de ese proceso continuo: salud?enfermedad. Mucha gente piensa en la “enfermedad” mental cuando escuchan la expresión “salud mental”. No obstante, salud mental es mucho más que la ausencia de trastorno mental. La salud mental es un don que todos queremos poseer, independientemente de si lo designamos o no con ese nombre. Cuando hablamos de felicidad, tranquilidad, goce o satisfacción, casi siempre nos estamos refiriendo a la salud mental. La salud mental tiene que ver con la vida diaria de todos. Se refiere a la manera como cada uno de nosotros nos relacionamos con otros en el seno de la familia, en la escuela, en el trabajo, en las actividades recreativas, en el contacto diario con nuestros iguales y, en general, en la comunidad. Comprende la manera en que cada uno armoniza sus deseos, anhelos, habilidades, ideales, sentimientos y valores morales con los requerimientos para hacer frente a las demandas de la vida.

ASPECTOS QUE CONFIGURAN LA

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