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«Los valencianos somos responsables de no haber sabido exigir que esta discriminación fuera corregida. Pero sólo para nuestros políticos, era, es y será su obligación»
UN INFORME DEMOLEDOR
El informe del IVIE elaborado a petición de AVE por los dos mejores expertos en financiación autonómica que tenemos, Francisco y José Antonio Pérez, junto a Vicent Cucarella y Rafael Beneyto pone de manifiesto que la situación de discriminación es mucho peor de lo imaginado. Su lectura es insustituible, o al menos la de su resumen ejecutivo o de las diapositivas de la presentación realizada por Francisco Pérez. Pero hay cuatro conclusiones generales del mismo que no deben soslayarse. 1.- La financiación por habitante de la Comunidad Valenciana es la más baja de España tras la de Baleares. Se sitúa un 9% por debajo de la media de las CCAA cada año desde, al menos 2002 cuando todas las CCAA alcanzaron el mismo techo competencial. Ello representa un 25% menos que Cantabria y un 23% menos que La Rioja, dejando de lado la privilegiada situación de Navarra y el País Vasco que, con el Concierto, se sitúan en otro nivel incomparablemente por encima de la media. 2.- En contra de la percepción dominante, la
Generalitat Valenciana es la Comunidad que menos gasto realiza por habitante: menos que la mitad de Navarra (6.384 frente a 2.749) y un 56% por debajo de Extremadura. El déficit que nos ha llevado a la quiebra por tanto no es el principal resultado del despilfarro (que el informe, como es obvio, no niega) sino de una financiación discriminatoria acumulada año tras año a pesar de contar con unas competencias similares. 3.- Si entre 2002 y 2009 la financiación por habitante hubiera sido igual a la media de la CCAA de régimen común, y se hubiera gastado lo mismo (incluido el despilfarro), el endeudamiento sería inferior en 7.781 millones. Esto implicaría, a 31 diciembre de 2011, un déficit de 12 981 millones, casi un 40% (37.5%) inferior al que teníamos a 31 de diciembre (20.762 más empresas públicas). Estimando en un 7% el coste medio de su financiación, la Generalitat tendría que pagar 908 millones en intereses anuales (más que el presupuesto de las universidades públicas en todo caso) en lugar de los casi 1.500 a los que debe de hacer frente. 4.- En este marco de discriminación, la política de eventos de los sucesivos gobiernos del PP no es la causa de la quiebra y de la intervención a la que estamos sometidos. Pero ha tenido un coste de oportunidad muy elevado tanto más criticable por cuanto nada hizo el Consell de Camps (ni cabe esperar que hará éste de Fabra) por exigir un cambio en el sistema de financiación. Los eventos del pan y circo del PP equivalen a un endeudamiento sobre el total a 12/2011 de 2.491 millones de euros: 500 euros por valenciano, 1.311€ por hogar, al presupuesto de tres años de las universidades públicas o al funcionamiento de la nueva Fe de Valencia durante más de cuatro años. Al 7% de interés, el que tiene que pagar en la actualidad la Generalitat, los eventos equivalen a un coste cada año de 174 millones en intereses: el coste del mayor hospital de la Comunidad Valenciana durante más de 100 días y casi el doble de la recaudación anual del impuesto sobre el Patrimonio que el PP se ha negado a aplicar. UN FUTURO ESPERANZADOR
La síntesis que emerge de este informe es desoladora y ha llevado a un analista sugestivo como Josep Torrent a hablar de fracaso colectivo. Y sin duda lo es. Pero habrá de reconocerse que, como en la desaparición del sistema financiero valenciano, de unos valencianos más que de otros. Porque parece difícil equiparar la responsabilidad de quienes nos han gobernado, o nos han representado en la oposición, con la de la inmensa mayoría de los ciudadanos que sólo cuentan con su voto y su escaso tiempo libre para tratar de cambiar la situación descrita. No es posible dejar de recordar aquí, la discrepancia que hizo notar Machado en Juan de Mairena respecto a la verdad, cuando confrontados al obvio “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero” añadió “Agamenón:-Conforme. El porquero: -No me convence”. En otras palabras, colectivamente los valencianos somos responsables de no haber sabido exigir que esta discriminación
fuera corregida. Pero parece difícil aceptar que todos lo seamos en igual medida cuando para unos pocos, nuestros representantes políticos, era, es y será su obligación exigirlo, al menos en teoría, mientras para la mayoría de nosotros llevar a cabo esa tarea implica un coste mucho más elevado (en gran medida porque ya se han encargado los representantes públicos de uno y otro signo de anegar los espacios colectivos de debate y organización social). Frente a ello, ya se han escuchado las primeras voces en el PP de que ahora no es momento de exigir modificación alguna en esta situación. No es una novedad. Si no lo fue con Zapatero en la Moncloa y el Tsunami victimista de los dos Camps que les permitía gobernar sin ideas, no lo va a ser ahora con Rajoy dedicado a demoler tanto el Estado del Bienestar como el de las Autonomías. Aunque les cueste su cargo dado que sin Estado de las Autonomías, la estructura política de la Generalitat pierde su razón de ser. Pero ahí está el caso del ex consejero Castelló para demostrar que, en España hoy, los cargos públicos se crean pero no se destruyen, sino que simplemente se transforman (a costa del contribuyente obviamente). Y tampoco cabe ser en exceso optimista con la posición que vayan a mantener el PSPV ni el resto de los grupos de la oposición motu propio. Al menos hasta ahora, y tiempo ha tenido ya Puig por ejemplo para definir prioridades desde su llegada a la secretaría general, el balance que ofrecen es decepcionante. Otros, siguen concentrados todavía en las camisetas a lucir, mientras los socialistas en cargos públicos siguen con sus viejos fantasmas que a nadie ocupan ni preocupan, sin reflejo alguno de respuesta. Mientras tanto uno tras otro, los derechos básicos, modestos respecto a los países más avanzados, que habíamos conseguido son recortados viernes tras viernes en nombre de lo imprescindible. Eso sí, sin modificar un ápice la generosa aportación a los privilegiados, como a la Iglesia católica, o el trato de favor a los defraudadores fiscales. Y mientras, nuestras palancas de crecimiento, de las inmensas posibilidades de la dársena del puerto a la concreción de la innovación que necesita el tejido productivo, con el parque de Institutos tecnológicos o la capacidad emprendedora de los jóvenes, a la espera de mejores tiempos. Sin embargo, sin necesidad de acudir al pesimismo de la razón pero optimismo de la voluntad, hay una parte creciente de los valencianos que, de forma tímida todavía, ya no están dispuestos por más tiempo a seguir esperando sentados acabar difuntos esperando que nuestros representantes públicos asuman las obligaciones para los cuales han sido elegidos. La tarea no será fácil porque las barreras a la entrada para modificar la situación que han establecido los propios políticos no son pequeñas. Pero como señalaba Josep Fontana, mi entrañable maestro y amigo, hace pocos días en el Paraninfo de la calle de la Nave, somos cada día más los que opinamos que “lo único inaceptable es la resignación”. Y estoy seguro de que el cambio ha venido no sólo para quedarse sino para ampliarse cada semana.
Valencia Plaza Anuario de la Economía Valenciana 2012
«Emprendemos, hacemos cosas y exportamos, Sr. Rajoy, y eso es lo que hay que hacer para salir de la crisis, según sus palabras»
na. Emplea a decenas de miles de trabajadores y crea empleo año tras año. Quizá le suene. Se llama Mercadona. Igual hasta ha hecho la compra alguna vez allí. La aerolínea Air Nostrum, transporta a diario a miles de españoles por toda España. Esta considerada como la mejor compañía de vuelos regionales de Europa y, pese a las dificultades del momento económico, sobrevive con solvencia en el competitivo mundo de la aviación. Y también, señor presidente, es valenciana. Valencianos son los más de 10.000 empleados de la factoría de Ford en Almussafes y de su proveedores. Esos que con su buen hacer tanto desde la responsabilidad sindical como en el profesional han conseguido convertirla en una fábrica de referencia del grupo Ford en
el mundo. Un trabajo bien hecho que ha sido recompensado con nuevos proyectos cuando el sector del automóvil está cerrando plantas. Valenciana es la empresa líder en atender a las parejas que no pueden tener hijos y tienen que recurrir a los avances médicos. Miles de españoles han nacido gracias a las técnicas de reproducción asistida que ha desarrollado el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). En Castellón se concentra un cluster azulejero que, durante décadas mantuvo el paro en mínimos en la provincia. Hoy la crisis ha diezmado el sector. Pero muchas siguen. Tal vez le suene Porcelanosa, líder en revestimientos cerámicos de alta calidad que compite en todo el mundo. Una competitividad que, quizá usted no lo sepa, su Gobierno está poniendo en peligro con el aumento de la tasa del gas, esencial para su funcionamiento, y que los diputados de Castellón de su partido tuvieron que votar en contra de una enmienda que se presentó para suprimirla. Quizá sin darse cuenta, en alguna de sus excursiones campestres, con o sin tupper, ha calzado unas Panama Jack. Unas botas de nombre aparente pero que se diseñan en Elche para todo el mundo. O tal vez ha comprado un juguete para un niño sin darse cuenta de que lo ha fabricado Famosa-Feber en Alicante. Y por no alargarme demasiado, déjeme también que le cuente el trabajo de nuestros agricultores. Anecoop es la primera exportadora hortofrutícola de España. Con unos márgenes casi ridículos, esta empresa y sus cooperativas agrarias asociadas, envían a todo el mundo frutas y verduras desde hace siglos. Una agricultura que da empleo a muchas familias durante las campañas y que, frente a otras, no está subvencionada, ya que ha luchado por su rentabilidad en cada momento. Como verá, los valencianos son emprendedores, capaces de poner en marcha proyectos líderes aquí y fuera. Y exportan como el pri-
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mero. De hecho, como el segundo, por detrás de Cataluña. Y encima con una balanza comercial positiva. Vendemos más al exterior que compramos. Y después están la inmensa mayoría de los ciudadanos de a pie, los que hacen cosas, como ir al trabajo cada día, el que lo tiene, o se esfuerza por salir adelante desde un pequeño taller, una fábrica modesta, o un estudio de diseño. Creo, señor Rajoy, que cumplimos los mismos requisitos que a los catalanes les han valido una peculiar frase de ánimo. Pero los valencianos seguimos esperando. Una espera, valga la expresión, desesperada. Porque no entendemos el castigo al que parece ha decidido someternos. Porque la mala política de la Generalitat en los últimos años merece una reprimenda, cierto, pero no puede ser a costa de hipotecar el progreso de la Comunitat Valenciana y de sus ciudadanos. Sé, presidente, que la próximamente viene usted a Valencia. No sé si los dirigentes políticos locales tendrán valor para decirle que esto tiene que cambiar. Para plantarse. Para, en definitiva, ejercer de lo que deberían ser: los representantes de los valencianos. Si lo que usted tiene es un problema con ellos (le recuerdo que usted eligió a nuestro presidente actual, Alberto Fabra), resuélvalo. Pero que esas disputas no arrastren a los ciudadanos. Bastante hemos pasado ya con las excentricidades de otros compañeros suyos y las de sus amiguitos del alma. Quizá medio mundo nos vea ahora como ejemplo de todo lo malo. Podemos asumir la parte de responsabilidad que nos toca como ciudadanos. Pero no haga pagar al conjunto por el daño causado por unos cuantos. Los valencianos somos emprendedores, hacemos cosas y exportamos, señor Rajoy. Y eso es lo que hay que hacer para salir de la crisis, según sus propias palabras. Actúe, pues, en consecuencia”.
46 Entrevistas realizadas por María Costa
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Pedro de Álava «Algo tiene que cambiar porque hoy tenemos un gran déficit de emprendedores» 10.03.2012 Pedro de Álava Horcajo (Valencia, 1974) es director de inversiones de la gestora de capital riesgo Clave Mayor. Empezó en Florida Universitaria como controller hasta asumir la gestión de la cartera del Grupo Empresarial Cooperativo Valenciano (Consum, Caixa Popular, Grupo Sorolla y Florida). Tiene dos mellizos de año y medio. Le encanta el senderismo, aunque su ‘montaña’ actual es escalar la crianza. Se siente muy valenciano y de sus años en Florida habla la lengua vernácula.
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ace algunos años, invertir en capital riesgo tenía cierto glamour, aunque para los gestores de ‘private equity’ sigue siendo una experiencia tan intensa, por los miles de datos a analizar y horas ante el ordenador, que de glamour queda poco. De Álava es director de inversiones de Clave Mayor, una gestora de capital riesgo especializada en las primeras etapas de un proyecto que buscan rentabilidades cercanas al 50%. -¿Puede uno desconectar trabajando en capital riesgo? -Lo intento, al menos, cuando llego a casa; aunque no siempre lo consigo. Con dos mellizos de año y meses es complejo ¿sabe? No obstante siempre estamos disponibles para nuestros clientes. -¿Trabajar en capital riesgo es un trabajo de alto riesgo? -Sobre todo en dos momentos cruciales: cuando se decide invertir y desinvertir. Acertar en comprar y vender es todo un arte y se necesita mucha mano izquierda. -¿En tiempos de crisis invertir supone mayor riesgo? -Sin duda. De 2005 a 2008 ha habido exceso de liquidez y todo el mundo quería invertir. Empresas constructoras, familias, inversores, etc. Hoy por el contrario la mayoría de empresas se centran en su ‘core business’, en su propio negocio y en lo que saben hacer bien. Solo los inversores privados buscan oportunidades en las que invertir. -Pero ¿hay oportunidades? -Encontrar la inversión adecuada es dif ícil. La crisis nos afecta a todos. A las empresas que quieren crecer, a los bancos que tienen que dar financiación, a los directivos que huyen de las compañías poco maduras, etc. -Entonces ¿buscar hoy inversores es como encontrar una aguja en un pajar? -Facilita la búsqueda saber cómo hacerlo. No obstante en mi caso no solo busco inversores
para los fondos, sino también empresas donde invertir y finalmente seguir la operación para desinvertir. De todos modos es muy dif ícil encontrar hoy dinero. -¿Qué hay más inversores o inversiones? -Digamos que dinero hay y proyectos donde invertir también. Pero las empresas arriesgan menos. Buscan negocios más seguros y posiciones inversoras de rentabilidad conocida. -Dada su experiencia ¿qué horizonte cree que se nos presenta a corto plazo? -Creo que si seguimos haciendo ajustes no vamos a crecer. El equilibrio entre los ajustes y apostar por nuevas iniciativas debe ir en paralelo. Tensar una parte limita y estrangula el crecimiento. En nuestro caso proponemos ajustes y además ofrecemos vías de expansión a través de la internacionalización o diversificación de negocios. Creo que si tras los ajustes surgen inversiones saldremos de la crisis, si no seguiremos en ella. -¿Existen todavía buenos negocios por crear y nichos de mercado por atender? -Sí, en ambos casos. Nichos por atender, los hay. Más que nuevos se trataría de servicios básicos mejor resueltos. Por ejemplo una boutique de pan presupone cambiar el concepto de siempre. Además aporta valor añadido a un producto de primera necesidad. Variables como calidad, satisfacción, rapidez y posibilidad de elegir rentabilizan un negocio. -Es licenciado en Ciencias Empresariales, Executive MBA por la Fundación Edem y Esade, ¿qué cualidades personales tiene que tener un experto en capital riesgo como usted? -Hay que tener una gran formación técnica, pero a la vez saber escuchar, experiencia en sectores e intuición. Sólo así encuentras los lagos azules y las oportunidades. -¿Qué opina de los compañeros que se han aprovechado con la especulación? -Hoy en día hay fondos que se han centrado en
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Ernest García «Nadie sabe cómo parar la máquina del desarrollo sin dar paso al caos» 31.03.2012 Ernest García García (Alicante, 1948) es catedrático de Sociología en la Universidad de Valencia y exdecano de la Facultad de Ciencias Sociales. Experto en políticas medioambientales, conflictos socioecológicos, sostenibilidad e impacto ambiental del consumo, entre otros campos, afirma que la ciudad ideal es aquella en la que se consigue vivir una vida con algo de sentido, libertad, amar, ser útil y obtener por ello un poco de reconocimiento... “pero puede que esa ciudad no tenga más que unas cuantas calles”.
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a sociedad industrial ha rebasado el límite del desarrollo económico y ya se empieza a hablar de una cuesta abajo inevitable en la producción económica. La cuestión está en si ese descenso se hará de manera ordenada o dará paso al caos”, asegura Ernest García, para quien los que “vienen ahora con el cuento de que no pueden ser ecológicamente responsables porque la economía “va mal” deberían explicar por qué no hicieron nada cuando iba “bien”. -¿El desarrollo económico ha convertido a las ciudades en espacios sostenible? -No. Más desarrollo económico no comporta más bienestar, sino menos. El desarrollo tiene siempre costes sociales y ambientales: con él se gana poder adquisitivo pero se pierde calidad en los contactos humanos. -¿Entonces? -Hay más dinero para pagar cuidadores de niños y ancianos, ir a restaurantes, viajar en automóvil... pero falta tiempo para disfrutar de los hijos o de una lenta comida con los amigos. Dedicamos tiempo en ganar más dinero a costa de sacrificar los contactos humanos y destruir el medio ambiente. Actualmente las pérdidas superan a los beneficios. Más crecimiento ya no produce mayor bienestar, sino al contrario. El desarrollo se convierte en una condena y ya no es deseable. El problema es que ya nadie sabe cómo parar la máquina sin dar paso al caos. -¿Valencia está a años luz de ser un ejemplo de sostenibilidad? -Valencia tiene aspectos con los que ya cuenta como sus espacios naturales y tierras, la Albufera, la huerta. Y otros por desarrollar aún más como la conservación y rehabilitación de espacios ya construidos en lugar de asfaltar nuevas superficies. Pacificar las calles, facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta o en vehículos de uso público, fomentar el reciclaje... que convierte a las ciudades en espacios
sostenibles. De todos modos hoy se está muy lejos de conseguirlo. Es cierto que a medida que el petróleo vaya escaseando y encareciéndose, las ciudades no tendrán más remedio que caminar en esa dirección. La clave es que el cambio se hará por la fuerza, conflictivamente y en desorden, cuando la transición podría ser ordenada y menos traumática de lo que tememos que será. -Entonces ¿el petróleo es otro límite? -Sí. Por el hecho de que se agota el petróleo barato, de que la atmósfera no puede absorber más dióxido de carbono sin recalentarse en exceso o de que el ritmo de extinción de especies supera el que se produjo cuando la desaparición de los dinosaurios. Aún faltan diez o quince años para que esos efectos sean visibles, pero seguramente se han traspasado ya los límites que los hacen inevitables. La era del desarrollo se ha acabado. Las propuestas constructivas no se refieren ya al desarrollo sostenible o cosas así, sino a las diferentes versiones del postdesarrollo, a cómo se podría conseguir que la inevitable cuesta abajo sea más o menos ordenada y próspera. -¿Se necesitan ‘piterpans’ para cambiar esta situación? -No, sólo hace falta algo de sensatez. No hace falta negarse a envejecer para seguir manteniendo la esperanza. En realidad, la insostenibilidad es sobre todo una cuestión de exceso (más grande, más rápido, más y más y más). No creo que sea una cuestión de edad pero, de alguna manera, es la gente mayor la que puede decir más fácilmente: “ya tengo bastante”. -¿Quiénes tienen más responsabilidad en la creación de espacios sostenibles, los políticos o el mercado? -Los políticos. El espacio urbano se planifica, y la planificación fija los límites dentro de los que el mercado puede funcionar. Lo que habría que explicar es por qué hace tanto tiempo que la política ha abdicado y va a remolque
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«El fútbol está tocado, pero da beneficios»
Javier Cordón 19.05.2012 Javier Cordón (Moncada, 1981), estudió Educación Física y Deporte en Lleida, Ciencias Empresariales en Barcelona; trabajó en la Fundación del Valencia CF coordinando equipos y campos internacionales y se especializó en gestión deportiva. Quiso ser jugador profesional, pero no lo consiguió. Vive su sueño siendo representante de futbolistas. Es agente FIFA de 18 futbolistas. Para conseguir el primero se tuvo que ir a Noruega.
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l día que por ganar una comisión traicione los valores recibidos en mi educación y familia dejaré esta profesión”, es una de las máximas que se aplica Javier Cordón. “Soy de los que piensa que tenemos que ser proactivos y echarle agallas al mundo que nos ha tocado vivir”, afirma a la vez que agradece que el ‘Made in Spain’ del fútbol siga teniendo mucho prestigio. -¿Se licenció en Educación Física, en Empresariales, domina un par de idiomas... todo para ser agente FIFA? -Desde que era pequeño practico deportes. Baloncesto, tenis y sobre todo fútbol. Hasta los 19 años estaba convencido que iba a ser futbolista profesional. Es evidente que no lo conseguí. Soy un futbolista frustrado. Sin embargo parte de aquel sueño es hoy mi realidad. Sin ser un profesional del deporte, vivo del fútbol. -¿Cómo encajó la frustración de no poder llegar a ser como Messi o Casillas? -Opté por estudiar. Me fui a Lleida, Barcelona, trabajé dos temporadas en la Fundación del Valencia C.F. como responsable del área deportiva, gestionando cantera, campos internacionales... Y en 2007 abrí el chiringuito. -¿La mayoría de los agentes futbolísticos son jugadores frustrados? -Muchos son exfutbolistas, pero creo que todos los que no hemos tocado balón tenemos esa espinita clavada. -¿El fútbol es indemne a la crisis? -Es un sector tocado, pero sigue dando beneficios. La final de Bucarest ha movido más de 80 vuelos, más dietas, entradas... en un fin de semana. O sea que el interés sigue en aumento, pero... -¿Dónde flojea? -En los presupuestos de los clubs, que no son tan boyantes como años atrás. Los clubs buscan nuevas fórmulas de ingresos procedentes de otras áreas no tan habituales como la venta de entradas o derechos de televisión. Muchos hoy no son rentables, están en concurso de acreedores, pese a que el negocio siga vivo.
-Para ser agente FIFA se requiere la licencia de la Real Federación Española de Fútbol y pasar un test de 20 preguntas. Con tan pocos requisitos habrá agentes a patadas... -Sí. En España hay 1.000 agentes licenciados. Es el país europeo con mayor número de representantes de futbolistas, seguido de Italia y no hay trabajo para todos. El fútbol rentable se reduce a 1ª y 2ª división... conforme están las economías hay clubs de segunda división inmersos en concursos de acreedores con los que es complicado trabajar... y además hay agentes sin licencia que también operan. -¿Se sabe quienes son? -Los que estamos en el sector sabemos quienes son, quienes trabajan en B eludiendo las reglas que impone la FIFA. La Asociación de Agentes de Futbolistas se encarga de denunciar estos casos que no se rigen por el código deontológico que marca el trabajo de un agente. Estas personas operan sin ningún código moral o ética profesional. Siempre digo que no le temo a la competencia, pero mucho a la incompetencia. Y los que operan al margen no tienen corporativismo con la profesión, actúan a corto plazo y no piensan en la figura del agente como un bien necesario. -¿Qué beneficios obtiene un jugador al trabajar con un agente sin licencia? -La realidad es más sencilla. El jugador lo que quiere es tener una persona de su confianza a su lado. En mi caso ningún jugador me ha pedido mi número de licencia. Se discrimina por los contactos que posees, las operaciones realizadas, los conocimientos... Se da por hecho que el agente tiene su licencia. Al final, jugador y club, lo que busca es cerrar una buena operación. -La FIFA permite que un familiar o un cónyuge lo represente, ¿en estos casos qué pasa con la licencia? -Que no la hay, ni se necesita. Un jugador no necesita necesariamente un agente. Él puede autonegociar sus contratos ayudado por un familiar o un simple abogado.
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Manuel Sanchis i Marco
«Si España cae, el euro se acaba»
02.06.2012 Manuel Sanchis i Marco (Valencia, 1955), es doctor en Economía cum laude, funcionario en excedencia de la Comisión Europea en la DG de Economía y Finanzas desde 1986 e imparte clases de Economía Aplicada en la Facultad de Economía de la Universitat de València. Es investigador del IREA de la Universitat de Barcelona y miembro del Expert Advisory Group for Socioeconomic Sciences and Humanities del 7º Programa Marco de la Unión Europea. Casado y con dos hijos. Habla seis idiomas y sigue estudiando. Este año termina Filosofía.
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i se hubiera dejado quebrar algún banco o caja hubiera sido una lección para los demás y hubiera permitido eliminar los activos tóxicos del sector inmobiliario, que cinco años después siguen contaminando, afirma Manuel Sanchis. En su opinión lo que tiene que hacer Alemania es movilizar su exceso de ahorro para que los demás países puedan reactivarse. -¿Cuánta culpa tienen los economistas de la crisis actual? -Las culpas están muy repartidas. Esta crisis ha dejado en entredicho algunos dogmas del capitalismo como que los mercados financieros son siempre eficientes, que a los banqueros hay que dejarlos en paz porque saben lo que hacen, o que los datos de las agencias de rating son siempre certeros, cuando se ha visto su connivencia con los estamentos a los que tenían que evaluar... Por
lo que respecta a los economistas han cumplido su papel de “Casandra”, pero no hay más sordo que el que no quiere oír. Todo lo que está pasando está escrito que iba a pasar. En uno de mis artículos, por ejemplo, ya señalé que si no se establecía un pacto de Estado, seguiríamos sin salir de la crisis hasta 2017. -Se empieza a pensar que una expansión de los costes laborales en Alemania podría ayudar a resolver los desequilibrios... -Sí, pero el problema de fondo es que las decisiones políticas son tan lentas que los problemas se pudren. En 2009 se hablaba sobre la conveniencia de dejar quebrar alguna caja. Esto hubiera obligado a las demás a hacer el trabajo que no hacían. Ahora es tarde. Tenemos el mismo volumen de activos tóxicos que hace cinco años, apenas se ha avanzado. La caída de precios en el sector inmobiliario español, comparado con Irlanda o Alemania, es muy débil. Los bancos están esperando a que todo esto pase para solucionar sus problemas de activos y esto no funciona así. Es al revés. Cuando solucionen sus problemas de activos tóxicos todo esto pasará. Pero no lo hacen porque se han lanzado a una serie de operaciones especulativas que les han salido mal y no quieren asumir los costes de esa mala gestión. Esperan que todo esto pase para poder vender con beneficios lo que compraron a precios exorbitantes especulando. -O sea, esperan los políticos, los ciudadanos, los banqueros... ¿a qué? -En España los problemas proceden de la toxicidad de los activos bancarios y del endeudamiento del sector privado. Hace unos años se decía que el sistema financiero español era el más solvente del mundo. Categoría que han perdido porque llevamos cinco años sin que resuelvan su problema con los activos tóxicos y sin desempeñar su primera función, que es dar crédito. Si en su momento hubieran dejado quebrar una caja o banco el resto se hubiera puesto las pilas y hoy serían menos tóxicas. Hacerlo ahora sería un desastre. Respecto al endeudamiento del sector privado hay que decir que las familias y empresas están corrigiendo y ajustando su economía desde 2008. El problema de la economía española es de ajuste competitivo y recapitalización. Hay que ajustar el
tamaño de las empresas y el nivel salarial a los niveles de productividad para tener competitividad. Y por otro lado recapitalizar la banca. -¿Alguna luz entre tanto problema? -Sí, que hemos resuelto la mitad del problema en materia de competitividad. Es decir, el ajuste competitivo está realizándose. Si miramos las cifras de costes laborales unitarios que publica la Comisión Europea vemos cómo desde 2008 hay una ganancia del 7,7% de competitividad. La pérdida era del 15,5%. Hemos ganado desde 2008 la mitad de la competitividad que habíamos perdido, nos queda la mitad del camino por recorrer. La economía, a las malas, se está ajustando. Pero hasta 2017 no empezaremos a tener tasas del 1,5% o 2% de crecimiento. Pero la economía española crea empleo a partir del 3% de crecimiento. Cuando cojamos velocidad de crucero se suprimirá el aspecto desánimo y la gente clasificada como inactiva se animará a buscar trabajo. -Ha mencionado que un Pacto de Estado reduciría el tiempo de crisis... -Totalmente y me parece fatal que no sean capaces de llegar a acuerdos. Creo que no se ponen de acuerdo porque son políticos sin visión de Estado o carecen de los asesores adecuados. En este país falta la cultura política que los ciudadanos demandan. -¿Cuál seria el impacto de ese pacto? -De entrada devolvería la confianza a los mercados, a la sociedad, a las empresas y nos colocaría en una mejor posición para superar la situación. Además ayudaría a asumir políticamente los costes de la crisis. Hasta ahora solo se han hecho recortes, pero la parte de reparto equitativo, a través de los impuestos, de la crisis está por ver. -¿Un pacto PP-PSOE sería suficiente? -Sería mejor un pacto con todo el arco parlamentario y mucho más amplio de lo que fueron los pactos de la Moncloa. Pero ya es un poco tarde. El orden hubiera sido limpiar los activos dañados de la banca. Llamar a capítulo a los bancos y dejar caer alguna caja. Después hubiera sido pactar con todos la reforma fiscal para que todos los partidos asumieran el coste político de tener que subir impuestos en España debido a la crisis. Finalmente, y con la legitimidad política adquirida, había que exigir a los empresarios un recorte salarial del 10
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José Ginés Mora «El actual modelo económico y educativo representa una tragedia para España» 23.06.2012 José Ginés Mora (Valencia, 1946) es licenciado en Física y doctor en Economía, especializado en Educación Superior. Miembro de los Consejos Editoriales de Higher Education Policy, Higher Education in Europe, entre otros. Es director del Centro de Estudios en Gestión de la Educación Superior de la Universidad Politécnica y aunque jubilado, su vida transcurre entre seminarios y jornadas en todo el mundo. Tiene dos hijos y su mujer es directora en gestión de proyectos en la Universidad Politécnica. La vida familiar de todos vive pendiente del puente aéreo.
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inés Mora afirma estar “cabreado” por la pasividad de los partidos políticos ante los problemas del sistema educativo español, a pesar de que ya se conocían hace 20 años. Catedrático en la University of London, ha colaborado como asesor en temas de educación con diversos gobiernos europeos, americanos y con organismos internacionales como el Banco Mundial, la OCDE, y la Comisión Europea. -¿Cómo vive la situación de crisis que atraviesa España? -Personalmente no he padecido ninguna crisis, ni mis hijos tampoco. Y como muchos españoles no estoy indignado, estoy cabreado porque muchos de los problemas actuales se sabían y nadie hizo nada. Me cabrea tanto que hay veces que no quiero saber nada de este país. -¿Qué se sabía y se pasó por alto? -Hace veinte años varios profesores redactamos y recopilamos en un amplio documento entregado al ministerio los problemas ante los que había que tomar medidas y en él poníamos el dedo en la llaga subrayando lo que estaba pasando en la universidad. El verdadero problema ha sido que ningún gobierno, ni de izquierdas ni de derechas, nadie, ha querido enfrentarse, ni solucionar algunas de esas cuestiones estructurales. -¿De qué hablaban en aquel documento? -Por ejemplo de cómo se financia la universidad española. Ahora dicen que los estudiantes deberían pagar más. Sí, debe ser así porque la universidad es muy barata y esto no es bueno. La universidad no es un servicio público al que va todo el mundo. Sólo aquellos, que no son pocos, que superan pruebas. Sin embargo, y ahí está el problema, todos los ciudadanos pagamos por un servicio del que se benefician sólo unos cuantos, aunque sean miles. Es injusto. Los estudiantes se enfadan y sostienen que la universidad debería ser gratis. Sí, si la usara todo el mundo, pero no es así. También señalá-
bamos que debería haber un sistema de ayudas a los estudiantes que no pueden pagar mucho mejor que el actual, que es pésimo. Sin embargo las medidas que está adoptando el Gobierno pueden generar una catástrofe desde el punto de vista de la equidad, y para el propio Gobierno también porque el cristo está montado. Si subes el precio, lo cual sería justo, pero no ayudas a los que no pueden pagar mucho más que ahora, aumentas la injusticia. -¿Qué diferencia a los estudiantes españoles del resto en Europa? -Puedo subrayarle que los estudiantes europeos estudian y se toman mucho más en serio los estudios que aquí. En España entre que es barato y no representa un alto coste se toman la universidad muy a la ligera. -¿Cree que la falta de entusiasmo por los estudios hay que buscarla en la educación primaria y secundaria? -Puede ser, pero las encuestas señalan que un 90% de padres y profesores están muy contentos con las escuelas y educación que reciben los chavales. No obstante los recortes pueden bajar estos porcentajes porque el objetivo no es educativo sino que solo busca ganar dinero. Esto no pasa en ningún lugar de Europa. -¿Cuál es la tendencia europea? -Precisamente lo contrario porque además, es de perogrullo. Si inviertes en educación e investigación tendrás a los mejores, que generarán empleo y atraerán a fuertes inversores. En Europa la educación es una cosa sagrada. No creo que un aula por tener 20 o 30 alumnos o que el profesor tenga más horas de clase vaya afectar a la educación. El problema es otro. -¿Cuál? -Es ver las cosas con perspectiva y se ve que no la hay. Lo que es grave es que ante un momento de crisis recorten en inversiones de futuro. Actúan a corto plazo. Por ejemplo, en Finlandia en los años 80 tuvieron una crisis gravísima llegando a un 22% de desempleo, pero real.
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Daniel Mondéjar «Ya podemos dar por perdida a mi generación» 30.06.2012 Con 24 años Daniel Mondéjar (Valencia, 1987) acaba de recibir el Premio de Ensayo 2011 otorgado por la Fundación Everis a nuevos talentos. Estudia Derecho, le encanta la literatura, la economía, la política y escribir. No ve claro su futuro profesional, tampoco se ve fuera de España hablando otros idiomas, de momento apuesta por la literatura y por seguir frecuentando concursos donde exponer sus ensayos.
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ondéjar se enfrascó hace un par de años en la aventura de analizar con exactitud cuál era el entorno de las empresas españolas durante la crisis y encontrar el sistema económico ideal que permitiera un próspero desarrollo empresarial. El resultado, “La libertad de emprender” y 24.000 euros de dotación económica del premio de la Fundación Everis. Su propuesta trata de emular Estados con bajo gasto público, bajos impuestos y una gran apertura económica. -¿La crisis cambia la vida de los jóvenes? -En cierto modo sí. En mi caso todo empezó a través de una serie de trabajos realizados para la Universidad hace unos años. Cuando me enteré del premio, hice un ‘remake’ del trabajo realizado expresando mi opinión personal sobre cuál sería el sistema político y económico necesario para garantizar el máximo desarrollo económico y lo presenté. -Grosso modo, ¿cuál es ese sistema? -Es un sistema basado en proteger desde el Estado el derecho a la vida, la propiedad privada y la libertad; y garantizar una economía de libre mercado capitalista. Es el sistema que garantizaría la creación de riqueza y puestos de trabajo a largo plazo. -¿Seguro? -Sí. Es una opinión que baso en datos económicos y en la experiencia que ha proporcionado el sistema capitalista en países como Taiwán, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong. Por supuesto recojo también la opinión de diversos autores desde los tiempos de Aristóteles hasta nuestros días. -¿Hasta qué punto se acerca o aleja su trabajo de la realidad? -Es una teorización, pero basada en experiencias. La parte más práctica incluye el avance de estos cuatro tigres asiáticos que con mayores niveles de libertad económica, con un Estado que no impone trabas administrativas a la creación de empresas o al libre comercio
son un gran ejemplo. Estados pequeños con bajo gasto público, niveles de déficit nimios, grandes superávits y bajos impuestos. Partiendo de la nada han creado un mundo de negocios y riqueza superior a la que tienen españoles, franceses e italianos. De hecho Hong Kong y Singapur ya han superado la renta per cápita de Estados Unidos, mientras Corea del Sur y Taiwán van más a la cola, en parte porque tienen menos libertades y más gasto público que las otras dos. No obstante las cuatro superan a Europa. -¿Son gigantes inimitables para nosotros? -Cuando empecé a realizar este trabajo empezaba lo que se llama la crisis de deuda soberana o crisis del euro. Lo que veía es que Europa pecaba de un exceso de gasto público y un gran déficit. Y ese es el gran problema, atajar el déficit público e incentivar el crecimiento para crear empleo. Comparaba, por ejemplo, la situación entre Grecia y Hong Kong subrayando las diferencias. Hong Kong es una economía con baja deuda pública, Grecia la supera; Hong Kong tiene superávit fiscal, Grecia un enorme déficit; Hong Kong paga por su deuda pública una miseria y la de Grecia... es impagable. Comparativamente Europa está en declive económico respecto a estos países. -¿Y en niveles de corrupción? -Curiosamente Hong Kong y Singapur tienen muy bajos índices de corrupción. Son estados con funciones muy claras. Proteger al individuo, su vida, su libertad y su propiedad privada; y garantizar cierta igualdad de oportunidades en educación y sanidad, pero sin potenciar el estado del bienestar. -¿La medicina de la austeridad es solo paliativa? -No, creo que es positiva. La austeridad nunca ha hecho daño, el problema es cómo se aplican los recortes, y se están aplicando mal. Es cierto que la coyuntura exige recortes rápidos. Para recortar rápidamente el déficit público
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María Fernández de la Serna «Los institutos universitarios de I+D no tienen vocación de transferencia del conocimiento» 29.09.2012 María Fernández de la Serna (Valencia, 1982) es directora de I+D en Labhuman, laboratorio perteneciente al Instituto de Investigación en Bioingeniería y Tecnología orientada al ser humano de la Universidad Politécnica de Valencia. Es una joven apasionada, tanto con su trabajo como con sus objetivos. Es fan del tiro con arco, con el que se entrena para acudir este año al Campeonato de España.
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abhuman desarrolla en estos momentos más de 50 proyectos psicológicos y tecnológicos de todo tipo: juegos virtuales para ejercitar la memoria, muebles que captan las emociones, aparatos para tratar fobias, sensores para el estrés, aparatos para estimular emociones positivas... Para la directora de I+D de este laboratorio, la universidad tiene el mismo problema que las empresas, “no ha sabido reinventarse” de modo que gran parte de las investigaciones realizadas se han quedado en prototipos porque no se han transferido a la vida real. “Esto ha impedido que seamos más competitivos”. -¿Por qué una licenciada en comunicación audiovisual se especializa en I+D? -Nada más acabar la carrera empecé a trabajar en este sector. Me considero una persona afortunada porque no he parado de trabajar desde entonces. De todos modos en estos ocho años me he dado cuenta que no hay mucha diferencia entre la comunicación audiovisual y el I+D, ambos son trabajos creativos en los que hay que reinventarse constantemente. -¿Sigue siendo difícil que los empresarios valencianos asimilen el I+D? -El I+D es un concepto cultural, pero nadie nos ha enseñado en qué consiste. Por eso cuando me preguntan en qué trabajo prefiero decir que me dedico a desarrollar tecnología para mejorar las cosas. Sin embargo está claro que para poder competir hay que ser innovador y diferente. Si no lo sabes te quedas fuera del mercado. En los años de bonanza nadie buscaba su diferencia porque había negocio, ahora que no lo hay el I+D cobra más importancia, pero como desconocemos esa cultura nos quedamos paralizados. -¿Entonces cree que el I+D ha sido como los experimentos con gaseosa, que cada uno lo ha aplicado como buenamente ha sabido. -Sí porque no hay un manual. Salimos de la universidad siendo médicos, ingenieros, psicó-
logos... pero el I+D como profesión no existe. Es un proceso creativo de innovación continua y de mejora de los procesos, los recursos, etc. -¿Quizá también un poco caro? -Desde luego, el I+D ha movido mucho dinero en España, pero el problema es que nunca se ha sabido cuál ha sido el retorno real. -¿El papel de la universidad en materia de I+D ha cambiado en estos años de crisis? -Debería. La base del I+D está en la universidad, pero ésta tiene un handicap para transferir el conocimiento. -¿Cuál? -Ha caído en el mismo problema que las empresas, no ha sabido reinventarse. Creo que los institutos de investigación de la universidad no han crecido con la vocación de transferencia del conocimiento. Se ha hecho mucha investigación y buena, sobre todo en salud y educación, pero casi todo se ha quedado en un mero prototipo. Cuando no se transfiere a la vida real, hay que preguntarse para qué ha servido imaginar un mundo mejor. ¿Dónde están esas propuestas de intenciones? -¿Cómo se puede variar esta situación? -Cambiando. No nos podemos quedar en la fase de experimentación y menos con investigaciones que son un éxito en el laboratorio. Después hay que mejorar nuestro modo de comunicarnos con el usuario final. Y finalmente cambiar nuestro concepto respecto al I+D. La época de vacas gordas hizo que el I+D no fuera visto como una herramienta sino como un fin en sí mismo. Todos se apuntaban a ello como una moda desarrollando y presentando cientos de proyectos que se publicaban en revistas prestigiosas. Proyectos que al final quedaban arrinconados en un cajón. Parecía que ese fuera el objetivo, publicar. Pero esto no es así. ¿De qué sirven los proyectos si no los pueden utilizar las personas reales a las que van destinados? -Usted forma parte del equipo Labhuman
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Arturo Castelló «Un videojuego de estreno recauda más en un día que un ‘prime time’ en una semana» 06.10.2012 Su paso por el London College of Communication en el 92 le permitió saber que Internet iba a ser el futuro. Después de varios ensayos y errores por diversas empresas, Arturo Castelló (Valencia, 1974) creó Canales Corporativos, una empresa valenciana de soluciones digitales especializada en videojuegos. En su casa el cuchillo no es de palo, por eso él y dos de sus tres hijas compiten antes de irse a dormir. Su objetivo: consolidar la empresa líder en su sector sin salir de Valencia.
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l acuerdo por tercer año consecutivo con la empresa sueca organizadora del evento Dreamhack, que ha reunido a más de 12 millones de personas jugando a la vez, es el último gran éxito de Arturo Castelló. Para este empresario valenciano “los videojuegos son un fenómeno de masas que va a más. Es una industria que factura más que la del cine, televisión y música juntas. Criticarla es ir contra corriente. No es una pérdida de tiempo. Lo mismo se dijo de la literatura y el cine, pero ahí están”. -Estudió en Londres. ¿Hay grandes diferencias entre ambos métodos de enseñanza? -Sí, y ayudas. Cuando yo estudié, la educación británica tenía muchas salidas. Los ingleses gozaban de educación gratuita, ayudas para el piso, préstamos que daba el banco y se empezaban a devolver cuando encontrabas un trabajo. Los europeos, si pasaban un examen, no pagaban matrícula. Tuve la suerte de ir a una buena escuela y trabajar para mantenerme. -Previamente había estudiado comunicación audiovisual en Valencia. ¿Por qué no continuó estudiando lo mismo? -Porque no encontré ni periodismo, ni publicidad, sí comunicación y cultura de estadios, donde te enseñaban cómo las diferentes tendencias culturales afectan a los medios de comunicación. En el 92 Internet empezaba a mezclarse con los medios. -¿Intentó trabajar en Londres? -Lo hice, pero como becario. Allí los becarios trabajan gratis... Londres es una ciudad que intenta ser centro de encuentro de profesionales de todo el mundo, por lo que al final adquiere la capacidad de seleccionar a los mejores para trabajar. Mientras que en España estamos en las antípodas. Aquí lo normal es la fuga de talentos. Y más ahora. Por eso cuando alguien cree que tiene capacidad para mejorar en su campo, hace las maletas.
-Cuando volvió montó una editorial, ¿era entonces buen negocio? -Ni ahora. La monté con dos socios. Me gustaba mucho el mundo de la literatura. Sigo siendo un lector obsesivo. Tenía una imagen romántica del mundo del escritor y quería conocerlo de cerca, me equivoqué. Montar una editorial te aleja totalmente de tu sueño. Es un trabajo tedioso y administrativo; para el escritor sólo eres un instrumento para vender sus libros. Montar una editorial en Valencia en el 92 era un suicidio. El índice de lectura seguía bajando en picado; los libros que publicábamos de autores anglosajones los leían cuatro; de los doce títulos publicados, solo dos consiguieron cierta notoriedad. Y para más inri descubrimos que el mundo editorial estaba muy atomizado. Hay dos grandes grupos que dominan la cadena de valor y los independientes son los mártires que mantienen vivo el mito de la posibilidad. Se empezaba a oír sobre e-book, la impresión bajo demanda, la autopublicación por Internet... pero no llegamos a tiempo, nos arruinamos antes. -¿Y se quedó con la fea? -Pues sí. Me di cuenta que Internet iba a revolucionarlo todo. -¿Cuándo se produjo ese ‘déjà vu’? -Siempre lo supe, pero entonces lo vi con más claridad. Había trabajado para productoras a las que intentaba convencer sobre el boom y éxito de la televisión ‘on line’. No me escucharon. Cuando una cosa funciona la gente no cambia. Pensaban: “Bueno ya llegará esto dentro de diez años y ya veremos”. En las ferias internacionales veía la revolución. No tenía dudas. Renovarse o morir. Hice un último intento por montar una división de televisión ‘on line’ en aquella empresa y me pararon los píes. Solo trabajaban para Canal 9. -Entonces ¿le surgió su vocación emprendedora? -No, nunca la tuve. Ni se me pasó por la ca-
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Carles Sirera «En España se está produciendo un cataclismo económico con la I+D» 13.10.2012 Carles Sirera (Valencia, 1981) es profesor asociado de la Facultad de Geografía e Historia y secretario de la asociación Joves Investigadors, www.jovesinvestigadors.org, una entidad creada para defender los derechos de los investigadores no estables. Sus alumnos son norteamericanos, muy pro Obama, que se quieren acercar a Europa, mientras el viejo continente sueña con Estados Unidos.
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a falta de financiación y los recortes en investigación están paralizando proyectos que llevan años desarrollándose y dando paso a una generación de investigadores más preocupados por la supervivencia que por la colaboración competitiva, considera Sirera, quien como el resto de sus compañeros tiene las maletas preparadas para trabajar fuera de España. Recientemente perdió una oportunidad laboral por ser español. -¿Cómo se puede enseñar a más estudiantes mientras existe una política creciente de recortes en la universidad? -Mal. Actualmente existe una política kafkiana de recortes. El pasado año la universidad se marcó como objetivo recortar 3 millones largos de euros no contratando a 400 asociados, pero finalmente el decreto Wert y el incremento de tasas en las matriculaciones, ha impedido que se recorte tanta plantilla. No obstante hay facultades donde el recorte ha tenido más impacto como Derecho, Económicas y Comunicación Audiovisual por tener más profesores asociados. -¿Por qué dice que la política de recortes es kafkiana? -Porque se trabaja con los parámetros de “que no se note mucho”, controlando los gastos en material, energía, cierre de edificios, etc... pero el problema grave vendrá en noviembre cuando las universidades públicas tengan que afrontar los vencimientos de deuda. En lo que también se nota y no poco es en los programas de investigación. La Universidad de Valencia tiene un programa de investigación postdoctoral paralizado por la falta de financiación. -¿Con qué tipo de estudiantes se encuentra al empezar el curso? -Vienen de institutos que les enseñan a ser apáticos, resignados y conformistas. La gente mejor formada es la inquieta, autónoma y que se autoexige. Nuestro modelo educativo no es capaz de promover estas cualidades. No despierta pasión por el conocimiento. Es una inercia que no
logramos cambiar. Nadie la quiere, pero nadie la reforma. Y la reforma Wert nos devolverá a un modelo decimonónico de grandes temarios que habrá que memorizar y hacer oposiciones. Un sistema educativo centrado en el manual. -Desde el inicio de la crisis se ha reducido la inversión en investigación, ¿cómo se nota en la universidad? -La Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología (ENCYT), un plan previsto hasta 2015, quiere potenciar la investigación en universidades, porque lo ven como un recurso subempleado, frente al sistema de investigación, paralelo a las universidades, y desarrollado por determinadas políticas de ciencia y tecnología. Actualmente la universidad maneja un 33% de los fondos públicos de investigación. La idea de futuro es potenciar más y usar mejor las infraestructuras de las universidades. -Este año, y según los presupuestos del Estado, la innovación contará con 5.562 millones, un 25% menos que en 2011, ¿somos competitivos y qué vamos a investigar? -Nunca un presupuesto de I+D+i se ha ejecutado al 100%. Siempre se ha quedado un 20% por ejecutar. Además hablamos de presupuesto público y privado, por lo que la cantidad global se tiene que dividir. También hay que tener claro que esta cantidad es para financiar proyectos y muchas veces no incluyen sueldos de investigadores. Si a esto añadimos que muchos proyectos tienen financiación a largo plazo y el dinero en algunos casos se ha acabado, algunos de ellos van a tener que paralizarse. Tenemos una demora de un año en muchas convocatorias. Es decir, se están ofreciendo convocatorias de proyecto y financiación que son de 2011. Ante esta situación surge un nuevo problema que ya no es solo el recorte, sino que estamos pasando de una situación de colaboración competitiva, donde hay transparencia, a otra de lucha por la supervivencia donde se despiertan mecanismos picarescos para conseguir el dinero. Y se invierte más energía en acercarse a los evaluadores que en los proyectos en sí. Los
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Ferran Adrià «No dramaticemos sobre la emigración de los jóvenes. Ya volverán» 27.10.2012 El Bulli, El Bulli Foundation y la Bullipedia son parte del legado de Ferran Adrià (Hospitalet de Llobregat, 1962). Un cocinero atípico que empezó jugando al fútbol, estudió ciencias empresariales, lo abandonó sin saber muy bien por qué y se puso a fregar platos para pagar su primer viaje: Ibiza. Tiene tres Honoris Causa, la Cátedra Ferran Adrià de Cultura Gastronómica y cientos de reconocimientos públicos.
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ás que la independencia de Cataluña le preocupa el tipo de Unión Europea a la que nos encaminamos; no entiende por qué las personas que destacan e interesan no se acercan a los jóvenes para transmitir su conocimiento como ocurre en otros países. Cerró El Bulli en 2011 e inaugura El Bulli Foundation en 2013, está desarrollando aplicaciones para impartir por Internet cursos de cocina casera y viaja por el mundo como ‘embajador internacional de Telefónica’ para despertar el ADN de la innovación en las personas. -¿Más de un año viajando no cansa? -No, a veces cansa más estar bajo la presión de tener que dar a todos los que vienen a El Bulli la mejor comida de su vida. Durante los seis meses que permanecía cerrado El Bulli el trabajo también era incesante porque trabajábamos con la
incertidumbre de la creación y la incógnita de no saber qué íbamos a crear. -¿Y si Cataluña se independiza? -¡Otra vez! -Bueno, para mí es la primera... -Sinceramente me cansa hablar de este tema y no lo digo por usted, pero voy por toda España hablando de lo mismo. De todos modos, al final es muy fácil. Estamos en un momento histórico en Europa. Vamos a ver si acabamos viviendo en una Europa unida o no. Y lo único que puedo decir es que los catalanes están enfadados por haber sido tratados injustamente a nivel económico. No se trata de una cuestión patriótica o nacionalista. -Desde fuera, ahora que no para de viajar como embajador internacional de Telefónica, ¿cree que lo estamos haciendo tan mal? -Lo que veo es que si no acabamos en una Europa unida vamos a acabar muy mal. Y por otro lado al ir hacia una unión desaparecerán los países, acabaremos siendo estados. No somos conscientes de la que se avecina. Creo que los políticos tienen que espabilarse y debemos exigirles que tomen decisiones. Por otro lado veo que no tenemos nada claro qué tipo de sociedad queremos y en lugar de abordar el tema focalizamos el debate en Cataluña, pero esto solo sirve para desviar la atención. -¿Se considera pesimista, pese a su éxito? -No. Me considero realista. Y lo que veo es que hay que hacer algo, pero ya. ¿Qué clase de país es el que convoca a sus ciudadanos tres veces en cuatro años para elegir gobiernos? No sólo es el coste que supone tanta convocatoria, sino la falta de tiempo que tienen los gobiernos para gobernar porque se pasan la mitad del tiempo pensando en cómo ganar las siguientes elecciones. -¿Por qué el mejor cocinero del mundo, según muchas fuentes, se ha convertido en embajador internacional de Telefónica? -Porque Telefónica hizo una apuesta importantísima y lo que empezó siendo una locura se está
transformando en un hecho útil. Para mí era todo un reto plantearme cómo llegar al ADN de la innovación de las personas. -¿Y una manera de devolver a la sociedad lo recibido? -Sí, aunque nuestra filosofía ha sido siempre compartir. Por eso en el 98 revolucionamos la cocina, porque teníamos muy claro que había que compartir recetas y procesos. Las cosas surgen, no hay que obligarlas, pero tampoco hay que plantearse tanto porqué se hacen. Se hacen. -¿Se siente más cómodo dando conferencias que entre fogones? -No, esto es otra cosa más. Si se analiza mi carrera se ve que me pasan cosas que no me tenían que pasar. Un cocinero con tres Honoris Causa. No es normal. O que tenga una cátedra con mi nombre. Tampoco. Al final ya no me lo planteo. Lo disfruto y aprendo. -¿Un privilegiado? -Que trabaja más de quince horas al día durante trescientos días al año. El éxito no llega si no trabajas mucho. La clave para no sucumbir es que lo que hagas sea tu pasión. Un trabajo rutinario y monótono cansa a cualquiera. -¿Qué claves se necesitan para innovar y no sucumbir en el intento? -Ser valiente y darse cuenta que no es tan difícil. Eso sí, lo primero es que cada uno encuentre su unicidad, su diferencia. Por lo demás todas las recetas son válidas. -Dicen que la juventud española... -Es fantástica, fantástica. A la juventud hay que darle ejemplos, hay que nutrirla. ¿Cuántas personas que destacan socialmente e interesan a la gente se acercan para transmitir su conocimiento? Aquí no lo hace nadie. En EE UU personas de niveles estratosféricos, de cualquier sector, comparten su saber constantemente. La gente joven necesita inspiración. -¿Qué opina sobre la oleada de emigrantes españoles hacia otras latitudes? -Que ya volverán. No hay que dramatizar. Nos
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Alberto de Rosa «El modelo Alzira va a más porque al paciente le sale gratis y a la Administración un 25% más barato» 12.11.2012 Alberto de Rosa (Valencia, 1962) es economista, con más de 20 años de experiencia primero en la gerencia de hospitales del Grupo Nisa, después en la Consultora de Hospitales CODEH, en el Grupo Hospitalario Quirón y finalmente en la dirección general del Grupo Ribera Salud. Tiene un blog personal, le gusta ir en bicicleta los fines de semana con su numerosa familia, sufrir con el Valencia CF y vivir intensamente las Fallas. Este año más, porque la pequeña de su casa será fallera mayor infantil de la Plaça del Mercat.
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e Rosa, que llegó al sector por un anuncio en prensa, administra actualmente seis hospitales públicos, cinco en la Comunidad Valenciana y uno en Madrid. Su valor añadido: gestionar en régimen de concesión administrativa y ser el impulsor del denominado ‘modelo Alzira’, actualmente en expansión. -¿Para llevar la dirección de tantos hospitales hay que estar en forma? -Sin duda, pero ahora apenas tengo tiempo. He sido muy deportista en mi vida. Empecé jugando al rugby, luego al fútbol sala, después al tenis... y ahora procuro los fines de semana mantenerme en forma. Soy de los que huye de la vida sedentaria y del estrés creando hábitos saludables. -¿Con tantas actividades, escribir, dirigir proyectos, participar en reuniones... nunca se descontrola?
-No. Sé enfriar mis pensamientos para poder analizar pragmáticamente. Sé abstraerme cuando no es necesaria mi presencia y sé estar. Intento llegar a todo y de momento nadie se me ha quejado. No me pierdo entre las anécdotas. Veo los problemas y las situaciones a vista de pájaro. -Por cierto ¿qué hace un economista dirigiendo el mundo sanitario? -Ser economista fue fácil. Procedo de una familia de empresarios. Mi abuelo montó la ferretería La Cadena, que en los 60 fue un lugar de referencia. Cada Navidad mi padre nos enviaba a trabajar. En una de ellas vi claramente que quería ser empresario. Cuando tras estudiar económicas me fui a Barcelona a hacer un master en Esade, hice por casualidad un curso de gestión hospitalaria que me encantó. -¿Y de allí...? -A aquí. Me di cuenta que combinaba tres elementos que para mi eran y son importantes. Ser un servicio social; un sector intenso en mano de obra que abarca todos los espectros laborales; y un área que avanza tecnológicamente. Recuerdo que hace diez años operarte de cataratas requería diez días de convalecencia, hoy vuelves a tu casa dos horas después de la operación. -¿Cómo recayó en el sector si inicialmente trabajaba en una consultora? -Sí y después en una aseguradora. Vi un anuncio en un periódico que requería director adjunto para una clínica valenciana. La inconsciencia de mis 20 años y considerarlo un sector interesante me animó a presentarme al proceso de selección. Mi sorpresa fue que me cogieron. Lo cierto es que en mi vida profesional siempre he desempeñado cargos de dirección y he dirigido a mucha gente. -¿Es como caer siempre de pie? -Puede, pero también es una gran responsabilidad. Nunca sabes si lo haces bien o no. Cada uno desarrolla su estilo de gestión. En mi caso siempre he tenido la puerta abierta para escuchar a las personas. En mi entorno hay quien se queja de mi facilidad de acceso, pero en mi caso es inevitable. Además en estos tiempos los altos cargos deben
manifestar mayores componentes personales de ética y de buen ejemplo. -¿Se considera un economista genio por impulsar el ‘modelo Alzira’ tan popular en todo el mundo? -No. Este es un modelo de colaboración públicoprivada que se implantó en 1999 en el hospital de Alzira, que aúna los valores de la sanidad pública, universal, gratuita, del máximo nivel, etc, con la flexibilidad de la iniciativa privada. -¿Pero, con las arcas públicas vacías, cómo se puede mover el ‘modelo’? -Hay que visualizar la colaboración como un todo. No podemos fijarnos sólo en 2011 o 2012, sino en el conjunto de los quince años que lleva funcionando. Desde luego si quieres trabajar con la Administración y en un modelo novedoso tienes que tener esa visión de largo plazo, sino mejor no empieces. -Según los resultados del sistema público de salud inglés, el National Health System, los procesos de privatización lo único que han conseguido es incrementar los costes de la atención sanitaria y empeorar la calidad en la prestación, ¿qué opina usted? -Que tengo en mis manos otros informes de la Unión Europea que dicen lo contrario. El NHS es un modelo diferente al de Alzira. Se diferencian en que el primero cuenta principalmente con el sector privado para financiar infraestructuras nuevas, mientras el segundo cuenta con la Administración como colaborador para ayudarle a gestionar el gasto corriente. El modelo Alzira está viajando por el mundo y dándose a conocer activamente. El modelo de colaboración público-privada va a ir a más, por un lado porque al paciente le sale gratis y a la Administración le sale un 25% más barato. -¿Y dónde está el negocio? -Prefiero más que de negocio hablar de lo que se gana. El futuro de la sanidad tendrá que combinar la universalidad con una gestión privada más ágil y adaptada a los tiempos. -Perdone, pero ¿dónde está? -Vamos a ir hacia un sistema sanitario que sea sostenible en el tiempo manteniendo los valores del sistema público, para mi es una obse-
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Mariano Durán «La subida de tasas aprobada por el Gobierno es una salvajada y una regresión del Estado de Derecho» 17.11.2012 Mariano Durán, decano del Colegio de Abogados de Valencia desde 2011, considera una “barbaridad” las tasas judiciales aprobadas por el Gobierno. Durán vive cerca del barrio de Ruzafa donde nació. Es un lector de prensa empedernido desde su juventud y un asiduo de la novela histórica. Lleva 25 años casado y hace 11 adoptó a una niña china, que es un completo “bellezón”, según el padre. Se plantea aprender chino y ha empezado por los coleccionables, pero solo sabe decir “nï häo” (hola).
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l decano del Colegio de Abogados de Valencia asegura que ante las tasas judiciales aprobadas por el Gobierno responderán con la inconstitucionalidad de la medida argumentando que vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva. No se explica por qué la medida no se aplica a áreas como el penal, económico y tributario dados los elevados casos de corrupción en los tribunales. Sobre los desahucios considera que “ha habido mucha inacción política y se ha reaccionado porque se han producido tres suicidios”. -¿Las nuevas tasas judiciales propuestas por el Gobierno son una injusticia? -Si porque la justicia es un sector público esen-
cial en democracia. La justicia se sustenta con los presupuestos, y éstos con los impuestos, que cada vez son más elevados. Establecer tasas para prestar servicios que deben sustentarse con los impuestos de los españoles es una barbaridad. -Por cierto, el Consell Valenciano ha decidido suspender su proyecto de tasas judiciales, que en principio era menos gravoso para los bolsillos de los ciudadanos, para no multiplicar impuestos, ¿qué le parece? -Una decisión prudente dado los tiempos que corren. No obstante hemos solicitado un estudio sobre la inconstitucionalidad de las tasas judiciales estatales y desarrollaremos recursos y medidas que pueden adoptar los ciudadanos para responder ante estos casos. -El Gobierno justifica la medida porque los juzgados están atiborrados de casos... -Sí, dice que hay mucha litigiosidad. ¿Piensan que las personas acuden a los juzgados por gusto? El Gobierno dice que estas tasas crearán un efecto disuasorio y la gente no recurrirá tanto a la justicia. Esa creencia es una salvajada. -¿En la gestación del proyecto de ley se contó con ustedes? -No. Y nos ha sorprendido que una persona como el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, con formación jurídica y conocimiento de los entresijos de la justicia se le haya ocurrido frenar la litigiosidad imponiendo tasas. El Consejo General de la Abogacía envió enmiendas a la comisión de justicia del Congreso sin que ninguna fuera atendida. Personalmente escuché a Gallardón comprometerse con tener en cuenta nuestra opinión en todos los proyectos de la Administración de Justicia que se fueran a acometer. En este caso no ha sido así y encima se ha tramitado por la vía de urgencia. -¿Se imaginaba alguna vez ver a los abogados manifestándose? -No, pero el gesto ha sido contundente. Si no funciona y se aprueban las tasas, empezaremos a plantear cuestiones de inconstitucionalidad al
primer requerimiento de tasas que se haga. Es decir los casos llegarán al juzgado, éste suspenderá la aplicación de tasas y planteará la inconstitucionalidad de la norma porque limita la tutela judicial efectiva. -Casi es más efectivo que manifestarse... -Sí. Pero ya veremos cuando resuelve el Tribunal Constitucional. -¿De qué cantidades estamos hablando? -Un ejemplo. Un jubilado que tenga sus ahorros perjudicados por unas obligaciones preferentes y que cobre una pensión de más de 1.100 euros tendrá que pagar 300 euros de tasa y un porcentaje sobre el total de sus ahorros, por lo que si tuviera 100.000 euros ahorrados, para reclamar al banco que sus preferentes se conviertan en dinero, tendría que gastarse la salvajada de 800 euros, como mínimo. -¿Es normal que la aplicación de tasas no se aplique en áreas como el penal, económico y tributario dada la tradición, en los últimos años, de casos de corrupción en los tribunales? -Ni lo entiendo, ni le veo justificación. No han dado ninguna razón de por qué se han excluido estas competencias. Si en lo penal se puede entender esta exclusión porque no también en lo civil. Qué culpa tiene una persona de que su vecino de arriba le haya inundado el piso. El de arriba podrá recurrir a la justicia gratuita si está en paro, pero el de abajo si trabaja deberá pagar tasas. Y si pierde le tocará pagar además la reparación. Vamos a reducir la litigiosidad limitando los derechos de los ciudadanos. -Se escucha que es una justicia para ricos. ¿Opina igual? -Sí, porque ellos podrán pagar, aunque sea un barbaridad. Ahora, para la clase media, que ingresa 2.000 euros al mes, cualquier procedimiento como una reclamación sobre la herencia o contra la promotora del piso por incumplimiento de contrato... puede salir excesivamente caro. También me hace mucha gracia escuchar
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Álex Rovira «A la sociedad española le falta autocrítica y le sobra resignación» 26.11.2012 “Que Belén Esteban triunfe o que nuestro fracaso escolar sea de un 25% debería hacernos reflexionar qué entendemos por cultura”, manifiesta Álex Rovira (Barcelona, 1969). Rovira es autor de best sellers de éxito mundial (más de cinco millones de copias vendidas de sus diferentes títulos), economista, profesor en ESADE y conferenciante internacional.
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esde su visión, esta crisis es una estafa, en mayúsculas. “Los que la propiciaron no están ni siendo juzgados, ni en la cárcel, que es donde deberían estar para pensar un ratito, disculparse y redimirse”. Rovira estuvo en Valencia participando en el Fórum de Excelencia y Liderazgo Empresarial y Personal. Reivindica la utopía porque cree que “hoy, más que nunca, son necesarios los idealistas prácticos, los que pisan el suelo, pero anhelan las estrellas”. -Recientemente habló de la economía de las carencias sugiriendo que no sirven el acoso moral, la presión, ni la humillación para ser productivos, ¿no le parece de sentido común? -Sí, pero habitualmente el ser humano se cansa y necesita que le recuerden constantemente lo obvio. -Siguiendo con la economía de caricias para crecer, ¿es posible en una sociedad como la española? ¿A qué se resisten los españoles y más en crisis? -Yo no propongo la economía de caricias para crecer. Digo que es un modelo útil y humano para tratar a las personas. Y sí, claro que es posible en la sociedad española y en cualquier sociedad cuyo propósito fundamental sea cultivar buenas personas, buenos profesionales y buenos ciudadanos. Respecto a qué se resisten más los españoles, no lo sé y no me atrevo a generalizar. Sería temerario. Deberíamos preguntarle a cada uno. Pero que Belén Esteban triunfe o que nuestro fracaso escolar sea de un 25% debería hacernos reflexionar qué entendemos por cultura. -¿Leer su libro la buena crisis posibilita, actualmente, a cualquiera a salir de ella? -Por supuesto que no. Ningún libro es una llave ni un atajo. Es una invitación a la reflexión. La acción queda en manos, literalmente, de cada uno. -¿Qué son para usted las frases positivas? Porque tiene muchas... ¿la que más le impacta actualmente? -Más que frases positivas, me gustan los aforis-
mos provocadores e inspiradores. Especialmente me parece profunda y valiosa la obra del Dr. Víctor Frankl, superviviente de Auswitch. Entre ellas me quedaría con la siguiente: “Aunque nada cambie, si uno cambia, todo cambia”. -¿Qué le parece una de las últimas frases de Obama: “No importa si eres negro, o blanco o hispano o asiático, joven o viejo, rico o pobre, capaz o discapacitado, homosexual o heterosexual. Uno puede lograr sus sueños en EE UU si está dispuesto a intentarlo”? -La matizaría. Dudo que cualquiera pueda lograr sus sueños por mucho que lo intente. No todo el mundo tiene las mismas facilidades para la realización, el cambio y la evolución. -¿Qué opina de los políticos que ya ven a España como la Florida de Europa? -¿En serio? ¿Hay algunos políticos que han compartido su visión de lo que será España? Personalmente no conozco a ninguno. Me encantaría escuchar a alguno diciendo en público cuál es su visión para este país y que explicara su plan estratégico nacional. Nos alegraríamos todos. Por lo menos sabríamos hacia dónde vamos. -¿Y de los que ven a Cataluña independiente? -Que tienen su derecho a ver el mundo como les de la gana siempre que lo hagan en paz, democracia, respetando la ética y el diálogo sincero. -¿Usted cómo la ve? -Amo profundamente a mi tierra y me duele que se llegue a ciertos puntos donde parece que el diálogo honesto y franco, y la negociación para que todos ganemos parece que se haya roto. -Afirmó hace tiempo que esta crisis es un robo, una trampa, un hurto de ladrones de guante blanco que seguirán ganando dinero. ¿Sigue viéndolo igual? ¿Existe alguna salida? -Pues sí, sigo pensando lo mismo, y lo sigo diciendo. Esta crisis es una estafa, en mayúsculas. Y los que la propiciaron no están ni siendo juzgados ni en la cárcel, que es donde deberían estar para pensar un ratito, disculparse y redimirse devolviendo a la buena gente lo que le han roba-
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José Ciscar «Me veo con fuerzas para asumir también un cargo en el PP» 04.05.2012 X. Aguar / J. Clemente José Císcar (Moraira, 1961), fue designado vicepresidente y portavoz del Consell por Alberto Fabra en enero. Císcar lamenta la pérdida del sistema financiero valenciano y abre la puerta a la venta de empresas públicas, además de contemplar un sistema de gestión privada que podría alcanzar a la totalidad de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
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a presencia de Císcar, desde su designación, ha sido constante tanto en la organización interna del Consell como en las grandes decisiones de la Generalitat: un número dos del presidente en toda regla. El viernes protagonizó una de las ruedas de prensa más largas y delicadas de los últimos tiempos en la que se anunció el cambio de modelo en la sanidad valenciana. Una prueba de fuego más para la ‘mano derecha’ de Alberto Fabra. -¿Cuántas horas duerme el vicepresidente de la Generalitat? -Últimamente estoy durmiendo cuatro horas y media o cinco. Lo tengo que corregir porque es una cuestión de salud. -¿Entiende a la exvicepresidenta De la Vega cuando decía que no dormía nada? -Entiendo a cualquier político que duerma poquito o mal. -Está asumiendo importantes responsabilidades desde la vicepresidencia de la Generalitat en un momento en el que ustedes hablan de cambiar el modelo de administración. ¿Le hubiera gustado llegar al cargo en otra situación? -Desde que estoy en política he pasado por todos los momentos. Los de bonanza económica en una alcaldía y ahora los de dificultad como conseller y vicepresidente. Tenemos que saber amoldarnos en cada momento y gestionar la situación que nos toca. Un tiempo complicado como este tiene el incentivo de que es un momento de oportunidad: a los que nos gusta el servicio público, nos da la oportunidad de cambiar aquello que no funciona y mejorar en lo posible lo que funciona. Los grandes cambios suelen llegar en momentos difíciles y el
hecho de poder vivirlo también motiva mucho. -La intención de Alberto Fabra ha sido tener un vicepresidente ‘fuerte’ en un momento tan delicado. De hecho, usted está siendo el rostro más visible en las decisiones. ¿Le preocupa el desgaste que conlleva esta tarea? -Lo que me preocupa es que la Comunitat Valenciana, en una etapa crucial de su historia como autonomía, salga adelante lo antes posible. Eso es lo que importa. Si conlleva desgaste, lo asumiré. Ahora tenemos que tomar las decisiones que sean necesarias y comunicarlas. Es posible que en este momento, por la situación, el desgaste sea un poco mayor, pero no nos preocupa. Nos preocupa tomar las decisiones necesarias para salir de la crisis y lo hacemos con el convencimiento de que son las medidas adecuadas para cumplir este objetivo. -Hablando de decisiones importantes. Los cambios previstos en Sanidad son históricos. No obstante, la forma de anunciarlo resultó un tanto sorprendente. Nos consta que llevaban preparándolo desde hacía dos meses: ¿cuándo se decide que se debe adoptar este cambio y por qué? -Son medidas en las que venimos trabajando desde hace meses. Hay una planificación previa muy importante. Se presenta en esta rueda de prensa porque teníamos que aprobar en el pleno del Consell el plan de reequilibrio para cumplir con el pago a los proveedores y el objetivo del déficit y que, además, debía reflejar la estabilidad financiera no sólo para 2012, sino para los años venideros. Son medidas además, que van a empezar a implementarse ya, como el proceso administrativo para las iniciativas en el ámbito sanitario. Con el objetivo de ofrecer la máxima
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Los clavos ‘ardiendo’ de Vela para terminar el año El conseller asegura que con la puesta en marcha del FLA se acabarán los impagos y se muestra “moderadamente optimista” en poder cumplir con el déficit si se dan una serie de condiciones
05.09.2012 Joaquim Clemente
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stamos al principio del final de túnel”. El conseller de Hacienda, José Manuel Vela, trató de insuflar un poco de optimismo tras la publicación de los detalles de las cuentas de la Generalitat Valenciana del último ejercicio en la Cuenta General. En un encuentro informal con los medios de comunicación, el responsable del dinero público valenciano, al margen de tratar de aclarar los números que dispararon las alarmas durante el día anterior, entró al detalle de los pasos que espera se cumplan en los próximos meses para llegar a fin de año dentro del objetivo de déficit marcado por el Gobierno, el 1,5%. “Todavía habrá tensiones de tesorería, pero la puesta en marcha del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) será un punto de inflexión y se acabarán los problemas de impagos”, aseguró Vela. El plan Vela para llegar a final de un año en el que la Generalitat ha tenido que hacer equilibrios financieros tiene unos hitos que tienen que cumplirse. Un auténtico encaje de bolillos que, de enredarse algún hilo, puede desmontarse. En todo caso, el responsable de Hacienda está convencido de tener el control. Estos son los clavos (¿ardiendo?) a los que se agarra:
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El Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). La puesta en marcha del fondo Estatal al que
se acogerán las comunidades autónomas españolas con necesidades financieras es urgente. No solo para la Comunitat Valenciana. También Cataluña, Murcia y Andalucía han expresado su intención de acogerse a esta fórmula que sustituye a las emisiones de deuda con las que antes se financiaban los déficits presupuestarios. La Generalitat pedirá, como mínimo, 3.500 millones de euros al FLA. A esa cifra se llega de la siguiente manera: 1.500 millones de euros de capacidad de endeudamiento que tiene aprobada la Comunitat Valenciana por el Gobierno para este año y 2.000 millones (en números redondos) de vencimientos de emisiones que llegarán en lo que queda de año. Con ese dinero, el Consell podrá sortear el cierre de los mercados de deuda que le han acorralado durante el año.
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La flexibilidad del FLA. Pero al margen de esos 3.500 millones, el conseller aspira a conseguir más, pero para ello será necesario conocer el margen de flexibilidad del fondo. Según el reglamento, el dinero que pondrá el Gobierno a disposición de las autonomías solo puede utilizarse para atender vencimientos de deuda y para cubrir las que están autorizadas para este ejercicio. Pero el Vela aspira a poder usar el FLA para financiar los 200 millones que este año tiene que devolver al Estado por la liquidación negativa del modelo de financiación, los 140 millones de deuda autorizada que le queda-
ron pendientes de emitir el año pasado y los 460 millones en vencimientos que ha tenido que pagar de la caja de la Generalitat este mismo ejercicio. Este último apartado es el más novedoso de lo explicado por Vela, ya que se trata de emisiones que vencieron este año y que no se han pagado, como la mayoría, recurriendo a la línea ICO Vencimientos. Si se consiguiera recuperar para la caja de Hacienda ese dinero (sustituyéndolo por un crédito a largo plazo del FLA), se podría atender, por ejemplo, la totalidad de la deuda con las farmacias.
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El éxito (siquiera parcial) de la privatización sanitaria. “El conseller de Sanidad Luis Rosado está haciendo un trabajo encomiable. No se puede trabajar más”. Vela lanzaba un capote al responsable de una conselleria de la que depende en buena parte la posibilidad de cumplir con el objetivo de déficit. El canon de 360 millones de euros que se pretendía cobrar a las empresas que se quedaran con la gestión de la sanidad pública valenciana se incluyeron en el plan de reequilibrio aprobado por Gobierno. Pero el proceso de externalización pende de un hilo, lo que afectará a las previsiones de ingresos de Hacienda. Vela se mostró, en todo caso, optimista. “Parte de esos ingresos llegarán”, aseguró el conseller, que, si bien reconoció la importancia de conseguir esos fondos, también aseguró que los que no lleguen se podrán compensar por otras vías.
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Un último intento para la venta de patrimonio. Esa búsqueda de alternativas para ingresos previstos y que no llegan también se aplicará al otro gran compromiso incluido en el plan de reequilibrio que no se podrá atender casi con toda seguridad: la venta de patrimonio de la Generalitat. El Consell puso en venta varios edificios de su propiedad que dejará de utilizar con la puesta en marcha del complejo administrativo 9 d’Octubre (antigua prisión modelo de Valencia). Por esta vía, el Gobierno valenciano tenía previsto ingresar 180 millones de euros. Pero de momento, y ya estamos en septiembre, no ha vendido ningún inmueble. “La situación del mercado inmobiliario es muy mala y las ofertas que llegan son de cazadores de gangas”, explicó Vela. El conseller aseguró que no malvenderá el patrimonio de la Generalitat, “aunque eso suponga incurrir en dos décimas más de déficit”. “No voy a vender el edifico de La Cigüeña por cinco millones de euros”, puso como ejemplo. Vela anunció, en todo caso, que aún tienen un último cartucho: en octubre se reunirán con fondos de inversión inmobiliaria para estudiar
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Automoción
Con esta fórmula se persigue que el nuevo ente público nazca sin el lastre de la deuda de más de mil millones de euros, que asumirá la Generalitat, ni con las pérdidas también multimillonarias acumuladas en sus cuentas. Entre los activos que sí se traspasarán (y que servirán para capitalizar la nueva empresa) estarán los inmuebles que ocupa y los equipos técnicos y personales, una vez completado el ERE.
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De las manos libres al despido por desviación presupuestaria. Incurrir en déficit y endeudarse de forma injustificada será un motivo de destitución tanto del consejo de administración como del director general. Concretamente, en el caso de déficit, no se tolerará una desviación igual o superior al 7% del presupuesto; mientras que en la deuda, no se permitirá superar en un 10% tanto del presupuesto de explotación como del presupuesto de capital, “excluidos del cómputo del primero los impuestos y los resultados, y del segundo la variación del capital circulante”. Ninguno de estos supuesto se veían contemplado hasta ahora como motivo de cese.
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De la designación por el Consell al respaldo de la cámara. La nueva norma recoge como novedad la reducción de 12 a nueve los miembros del Consejo de Administración de RTVV, así como la elección del director general por las Cortes. Todos ellos tendrá un mandado de seis años (ampliable a otros tres), pero la polémica entre los grupo políticos ha surgido a la hora de definir la mayoría cualificada para su elección. Mientras que los consejeros deben ser respaldados por 3/5 partes del parlamento, este apoyo sólo es necesario para el director general en primera ronda. Si el candidato a director no logra este nivel de acuerdo en primera votación, la exigencia se rebaja a una mayoría simple en la segunda. Para la oposición, esta opción favorece que la elección del nuevo responsable de la gestión de la entidad sea voluntad exclusiva de la formación que tenga la mayoría, convirtiendo en un mero trámite la búsqueda del apoyo mayoritario de la cámara en primera instancia.
Almussafes, más barata, más flexible... más fiable La planta valenciana sobrevive, con las dos alemanas, a la reestructuración de Ford en Europa
24.10.2012 Joaquim Clemente
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or fin una buena noticia. Y sin matices. La planta de Ford en Almussafes se ha garantizado su futuro aunque a costa del cierre de la factoría que la multinacional del óvalo tenía (tiene de hecho hasta final del año que viene) en la localidad belga de Genk. Ford anunció el martes una decisión que, no por temida y esperada en Bélgica, deja de ser impactante, como demostraron las imágenes de los trabajadores de la fábrica llorando. No es una decisión tomada a la ligera. El cierre de una planta con más de 4.000 empleados, uno de los referentes de la marca en Europa, junto a las dos alemanas (Colonia y Saarlouis) y Almussafes es, posiblemente una de las decisiones más relevantes de las que ha tomado Ford en las últimas décadas, solo comparable al abandono de Gran Bretaña hace ya una larga década. El cierre de una planta como la de Genk, donde se construían modelos de una gama que ahora se han encomendado a Valencia (y los que llegarán también de allí a partir de 2014 si todo se cumple como está previsto) obedece a distintas razones. La primera y evidente es que Ford tiene un exceso de capacidad de producción instalada en Europa. Hace ya algunos años que la multinacional decidió reordenar sus plantas en todo el mundo. Racionalizar sus inversiones y su fuerza de trabajo (e inversiones en líneas de producción) ante el cambio radical del mercado automovilístico por la crisis. De las cuatro grandes plantas de Europa occidental hay dos intocables: Colonia, sede de la multinacional en el viejo continente, y Saar-
louis, la que se considera planta gemela de Almussafes. A partir de ahí, el pulso entre Genk y la factoría valenciana estaba servido. Y nadie debe llevarse a engaño: Ford pudo cerrar la planta de Almussafes en varias ocasiones en los últimos años. Las decisiones sobre las instalaciones se toman en Detroit y allí poco vale más que la rentabilidad. Con todo, en una visita reciente a Valencia, el presidente mundial, Alan Mulally, ya insinuó que la sacrificada sería la belga. Fabricar coches en Almussafes era y es más barato que hacerlo en Bélgica. A eso contribuye, evidentemente, el coste salarial. Pero no es el único dato que se debe tener en cuenta. Más cuando esta diferencia del precio de la mano de obra no es una novedad. Ha sido así durante décadas y no por eso Almussafes ha tenido garantizada su carga de trabajo, cosa que a Colonia, por ejemplo, nunca le ha ocurrido. Flexibilidad por más trabajo
A la salarial también hay que sumar una mejor estructura de coste de producción. El sistema de fabricación de la planta valenciana, con el parque de proveedores anejo, permite distribuir de manera más eficiente para la multinacional el gasto de montar todos los componentes de los vehículos. Y eso hay que atribuirlo al buen trabajo de la dirección de Ford en Valencia durante décadas. Pero todo eso tampoco hubiera sido suficiente para decantar la balanza. Pese a las críticas que le ocasionó en su momento, el papel fundamental de la sección sindical de UGT en la planta, alcanzando un acuerdo con la dirección europea que introdujo una flexibilidad en el histórico convenio de la planta a cambio de carga de trabajo fue muy bien recibido por la multinacional.
Un mix de paz social, flexibilidad y compromiso con el mantenimiento de la planta que, pese a la crisis del sector, parece que sigue surtiendo efecto. Esa flexibilidad es la que ha permitido que, con el visto bueno de las autoridades laborales de la Comunitat, Ford haya tenido libertad casi absoluta para presentar ERE temporales que sigue aplicando de manera regular para adaptar la capacidad de producción a la demanda. El actual ejercicio ha sido, probablemente, el más difícil. Pero todo esto, una vez más, podría no servir de nada. Al fin y al cabo, Ford ya tiene abiertas plantas en países donde la mano de obra es mucho más barata y la flexibilidad laboral más elevada. Rusia o Turquía ya cuentan con fábricas. ¿Qué impide que se traslade a estas factorías la producción? En realidad nada, pero sí puede afectar a la calidad del producto final. La planta de Almussafes ha alcanzado, dentro de la red mundial de Ford, unos estándares de calidad de primer nivel, especialmente en nuevos lanzamientos. Podría pensarse que es la lógica de una industria tan mecanizada como la del automóvil. Pero no es así. Plantas de primer nivel, como la propia de Genk o Colonia, han tenido problemas en lanzamientos que Valencia ha superado con solvencia. Y ese también es un punto a favor que, de momento, no tienen las plantas de la Europa del Este. Pero como repetían los sindicatos, la decisión, con ser muy positiva debe ser asumida con prudencia. Porque si Ford ha aprendido algo en los últimos años, en los que ha recuperado los beneficios que llegó a enterrar con pérdidas multimillonarias, es que si algo le perjudica es el inmovilismo. Y a tres años vista nadie sabe qué puede pasar.
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Deporte y ocio
Valencia CF: Una década de fiebre inmobiliaria El Valencia CF ha vivido en la última década una vorágine inmobiliaria al calor de decisiones del Ayuntamiento de Valencia, Generalitat y Bancaja, que le ha conducido al borde del colapso
22.09.2012 Joaquim Clemente
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i hubiera que marcar en un calendario el día en el que el Valencia CF entró en la deriva que le ha llevado a su grave situación financiera, el día elegido sería el 12 de abril de 2005. Aquella mañana, el entonces presidente y máximo accionistas del Valencia CF SAD, el promotor Juan Soler, anunció un pelotazo. Fue el propio Soler el que utilizó ese término para referirse a la gran operación inmobiliaria pactada con el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria y con la Generalitat Valenciana y que se conoció a partir de ese momento con el nombre de la partida del término afectada: Porxinos. Fue el punto de inflexión. A partir de ahí, y hasta el día en que se pararon las obras del nuevo estadio de la avenida de Corts Valencianes, en febrero de 2009, el Valencia CF vivió una fiebre inmobiliaria, alimentada por los poderes públicos y financieros, que desembocó primero en una grave crisis societaria y ahora, en un colapso económico que solo se podrá evitar si se alcanza una solución para pagar a Bankia la deuda que vence el próximo 27 de diciembre. Ya en aquella operación apareció la connivencia de los poderes públicos con el Valencia CF. Entonces fue imprescindible tanto el apoyo del Ayuntamiento de Riba-roja, con Francisco Tarazona de alcalde, como del conseller de Territorio, Rafael Blasco, ambos del Partido Popular. Justo trece días más tardes de que Soler describiera certeramente (aunque quizá de forma desafortunada para él) la operación como un pelotazo, comparecieron el empresario, Blasco y Tarazona en una rueda de prensa. Un acto en el que se confundieron los intereses de las administraciones públi-
cas, recalificando el suelo, con las de una empresa privada, que obtenía el beneficio de un plan urbanístico que fue arrastrado después por los tribunales. Pero los beneficios económicos de aquella operación no bastaron para que el Valencia CF, inmerso en una espiral de gasto sin fin en el capítulo deportivo, pudiera sanear sus cuentas. Al contrario, la deuda del club de Mestalla se disparaba, llegando a alcanzar en el peor momento los 500 millones de euros. Y la ambición de Juan Soler parecía no tener límite. A lomos de la ola del ladrillo se embarcó en la que sería, a la postre, su tumba: el nuevo estadio. reforma del PGOU a medida
Soler descubrió en la primera semana de noviembre de ese mismo 2006 la maqueta del que se esperaba fuera el nuevo estadio del club en un plazo corto de tiempo. Fue un acto por todo lo alto celebrado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias y con
la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps, arriba del escenario. Los tres levantaron el paño que cubría el secreto que ilusionaría a los aficionados que entonces llenaban el vetusto Mestalla. Pero para llegar a ese día, una vez más, los intereses de la empresa y de las administraciones públicas se mezclaron sin reparos. El Ayuntamiento de Valencia dio el visto bueno a una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad realizado ad hoc para los planes expansivos de Soler. El desarrollo de ese plan que permitiría derribar el viejo campo de la avenida de Suecia y levantar un ambicioso coliseo en la de Corts Valencianes -con el aprovechamiento urbanístico vinculado- corrió a cargo de dos históricos del urbanismo valenciano, especialmente Alejandro Escribano. Este arquitecto que conocía como nadie el PGOU de
Valencia, no en vano fue su redactor, trazó las líneas de las nuevas volumetrías del que sería algún día el solar de Mestalla. Escribano, que había asesorado a las principales promotoras de la ciudad, en colaboración con el abogado José Luis Martínez Morales sacaron el jugo a cada metro cuadrado de edificabilidad futura del viejo campo y buscó ubicación para el nuevo en una de las zonas de expansión de la ciudad, la zona de la pista de Ademuz. Con esos planos y el permiso municipal y también del ejecutivo valenciano, predispuesto con Francisco Camps ya no solo a cualquier gran proyecto sino también a todo lo que llegase del Valencia CF, Soler lanzó su plan: inició las obras (sin hacer efectivas las permutas de suelo a las que estaba obligado por ocupar un suelo que aún hoy es propiedad municipal) y gastó dinero como si el valor del suelo nunca fuese a bajar.
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Finanzas > Entrevista
Antonio Tirado «Pido perdón por no haber sido capaz de hacer más para evitar el desastre» 18.05.2012 Joaquim Clemente Antonio Tirado, vicepresidente de Bancaja y expresidente de Banco de Valencia, ha decidido romper su tradicional mutismo sobre la gestión en las dos entidades en las que ha ocupado puestos de responsabilidad para defenderse. “No se trata de eludir responsabilidades, pero sí de contar las cosas como ocurrieron”, asegura Tirado durante una larga entrevista, justo tres días más tarde de que la junta del Banco de Valencia le incluyera en un paquete de ‘acusados’ del que no se siente parte.
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irado asegura que advirtió de los peligros que se avecinaban para Bancaja en 2007 pero que el consejo no quiso escucharle. “No lo digo con actitud altanera. De hecho, estoy apesadumbrado por cómo ha acabado todo. Pido perdón por no haber sido capaz de hacer más para evitar el desastre, pero no tengo ni un ápice de reproche para mis actos intencionados”. -Usted asegura que en 2007 advirtió por primera vez al consejo de administración de Bancaja del peligro que corría si no tomaba alguna decisión firme. -En agosto de 2007 se rompe el mercado mayorista por las crisis de subprimes. Ese hecho me preocupa especialmente porque todo el sector financiero español, no solo Bancaja, se había apalancado por encima del 30%. En la primera comisión ejecutiva de Bancaja después del verano tuve una primera intervención en la que pedía cautela en el ritmo de crecimiento y pedía ir realizando plusvalías. Entonces no constó en acta porque yo no lo pedí. No estaba tan seguro para romper las costumbres según las cuáles en las actas solo se reflejan los acuerdos. Entonces todos estábamos muy tranquilos. Llevábamos varios años crecimiento de dos dígitos y no había casi morosidad. Teníamos varias capas de reserva: una morosidad del 0,4%, inexistente, una cobertura de más de 320% y además un enorme colchón de plusvalías latentes en valores: Iberdrola, Banco de Valencia, Enagás. Abertis, la inmobiliaria... A partir de ese verano empezó a remontar la morosidad. Mi planteamiento era que en lugar de ir disminuyendo el porcentaje de co-
bertura hiciéramos plusvalías, sobre todo en Iberdrola, donde teníamos demasiada exposición. En total yo calculo que hubiéramos podido obtener entre 5.000 y 6.000 millones de plusvalías por la cartera industrial de Bancaja en el mejor momento, lo que hubiera cambiado completamente la historia. -Pero no se tomó ese camino. -Se siguió el camino contrario, el de no vender nada, dejarlo ahí, se decía: “Tenemos esas plusvalías latentes que, a una mala, podemos vender”, pero lo que fue cayendo en picado fue el porcentaje de cobertura sobre la mora, que era lo que tenía que haberse controlado. Esto es importante porque en aquel momento hablar de morosidad era una locura. Pero creo que lo que ha ocurrido no ha estado tanto en las concentraciones de riesgo, que también, como en no haber reaccionado a tiempo. Cuando uno va corriendo a gran velocidad, si va con un bólido bien protegido puede hacerlo, pero si se queda sin la protección... Nosotros teníamos una enorme protección para llevar una velocidad de crucero alta pero luego no se utilizó cuando hizo falta. -¿Mantuvo ese discurso después de ese consejo de septiembre de 2007? -Durante todo el final de 2007 y hasta el verano de 2008 yo estuve insistiendo constantemente en la realización de plusvalías, entre otras medidas. Primero con reuniones específicas con quién tenía que tenerlas, el presidente y el director general, y después ampliando el círculo. Pero seguía habiendo un ambiente de tranquilidad tal que parecía que yo estaba loco. Cuando se acaba el verano de 2008 y no se da un paso en ese sentido, entonces ya me de-
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«Las cajas tienen un sistema de gobernanza que no es muy adecuado, pero no es tanto por la politización sino por la cualificación que surge del proceso de elección»
Valenciana, concretamente con las viviendas de segunda residencia. Las otras entidades especializadas en el sector inmobiliario, excluyendo las que no tocaban ese negocio, y si analizásemos sus números en la Comunitat Valenciana veríamos que sus ratios de morosidad aquí han sido mayores incluso que los nuestros seguramente. Lo que ocurre es que en su conjunto cada uno sufre en función de su cuota de mercado y en el conjunto ellos lo han sufrido menos. Pero lo que ha ocurrido tiene mucho de territorialidad. -¿Nos equivocamos como entidades financieras y como sociedad apostando por ese modelo de crecimiento? -Es que yo no sé hasta qué punto son las entidades financieras las que tienen que decir a sus clientes en qué tienen que invertir. Dice, “hay mucha concentración en el ladrillo”. Es que los créditos se pedían para eso. No es que nosotros les dijésemos a nuestros clientes: “inviertan ustedes en el ladrillo”, ni que dejáramos de atender las peticiones de crédito de otros sectores. Es que el crecimiento de la inversión en el ladrillo del sistema financiero valenciano es paralelo, simétrico, a la parte del crecimiento del PIB vinculada al inmobiliario. ¿Que podríamos haber tenido en cuenta criterios que evitaran esta concentración de riesgo? Visto a toro pasado, desde luego que sí. Un profesional debería haberse dado cuenta, quizá. Pero los consejos de las cajas... Nadie, ni las entidades financieras, ni el Banco de España, ni las empresas, ni las familias, era consciente que iba a tener el apalancamiento general que se estaba produciendo en lo público y en lo privado.
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-¿Y qué va a ocurrir a partir de ahora en Bancaja? -Mi sensación es de desolación, como se puede imaginar. Bancaja nació de la fusión de Caja Castellón y Caja Valencia y yo fui el primer copresidente con el inolvidable Pepe Simó, he sido presidente un año y una parte importante de mi vida está vinculada a Bancaja. A mí lo que ha pasado con la caja me afecta como no se imagina... ¿Qué va a pasar? Pues que las obras sociales tendrán que continuar pero con menos recursos. Nos tendremos que convertir en una fundación, porque así lo dice la ley. En el momento en que las cajas socias pasen a tener un porcentaje muy pequeño en BFA están obligadas. Y los ingresos que van a tener están llenos de incertidumbre. -¿Obliga este final a presentar, moralmente aunque sea, la dimisión al consejo de Bancaja? -Personalmente no tengo ningún interés en seguir en ningún lado, honestamente lo digo. Pero tampoco creo que sea digno salir corriendo. Yo haré lo que se me diga o se me sugiera y estoy a lo que haga falta. Desde el punto de vista personal o económico, nunca he sido un profesional financiero, ni siquiera el año 2011, cuando tuve unos ingresos más significativos por mi pertenencia a Bankia. Aún así mis ingresos vienen de mi trabajo en mi despacho desde que tenía 20 años. Durante muchos años he estado trabajando para Bancaja sin cobrar nada, con unas dietas que podía sumar un millón de pesetas al año [6.000 euros]. Con el Banco de Valencia las cosas cambian en otro sentido, pero tampoco son cantidades que comparadas con mi trabajo, con mi posición profesional, sean decisivas. -Explica usted que se le escuchó poco en el consejo de Bancaja. ¿Era un problema de la falta de profesionalización y politización de las cajas de ahorros? -Pero este es un problema de la gobernanza de las cajas. Es un problema de la ley. Si hay que reprochárselo a alguien que se lo reprochen al Parlamento español. Las cajas, efectivamente, tienen un sistema de gobernanza que no es muy adecuado. Pero no es tanto por la politización sino por la cualificación que surge del proceso de elección. En todo caso, lo que sí es cierto es que el control real de las entidades financieras lo tienen lo ejecutivos. La ley marca dos tipos de consejeros, los ejecutivos o los externos. Pero el control en la práctica lo tienen los consejeros ejecutivos. ¿Por qué? Porque manejan lo cotidiano, porque tiene el día a día, y porque es muy dif ícil que un consejero que llega a una sesión del consejo, sobre todo si su cualificación técnica es inferior manifiestamente a la de los ejecutivos, pueda competir y discutir e incluso debatir con un ejecutivo. Y me podrá preguntar: ¿para qué sirven los consejos? Pues sí que sirven y son útiles no solo por su posición de control, sino porque además aportan ideas, más sobre negocio que sobre cuestiones como control de riesgos, por
ejemplo, para lo cual manifiestamente no están cualificados. En las cajas, aunque la gente estaba cargada de buena voluntad era imposible que aplicaran las circulares del Banco de España. -Valore el papel de José Luis Olivas, especialmente en estos últimos meses tras su salida de BFA-Bankia y su resistencia en la presidencia de Bancaja. -No quiero entrar en valoraciones personales. José Luis Olivas ha tenido aciertos y errores como yo y como todo el mundo. Es evidente que ha habido momentos de discrepancia y también ha habido momentos de muy buena relación. -¿Se ve usted con el resto del consejo afrontando la ‘disolución’ de la caja y la constitución de la nueva fundación? -Hay una renovación que está marcada por ley. Dimitir ahora todo el consejo sería una locura porque se quedaría a caja sin ninguna gobernanza, porque no se pueden convocar elecciones. Hay suplentes, hay un cambio del 50% de los consejeros a final de este año... Dimitir ahora todo el consejo es crear una crisis innecesaria, en mi opinión. -Es usted el consejero más veterano de la caja y ha conseguido evitar hasta las limitaciones de mandato. -Llevo desde el año 1987, cuando entré en Caja Castellón. Y después con las fusiones, las disposiciones transitorias del cambio de leyes he podido continuar hasta hoy. Pero no es que yo haya continuado merced a la ley, es que he sido reelegido merced a la ley. Si se me ha reelegido será por algo. Yo no hago las leyes, que algunos me atribuyen capacidad legislativa. He sido elegido por todos las sensibilidades políticas existentes. La primera vez fui designado consejero general por un ayuntamiento del PSOE, después por uno que tenía un predominio de independientes pero que el alcalde era Francesc Colomer [entonces en Esquerra Unida], después por consenso de Les Corts entre PSOE y PP, después ya sin consenso, reelegido por el PP. Qué duda cabe que no es que yo me haya reelegido amparándome en trucos legales. Es porque alguien lo ha creído oportuno. Y tampoco hay una cuota territorial que obligue a que sea yo. En los cargos en el consejo, y cuando he sido presidente, siempre he sido elegido por unanimidad, sin excepción. -¿Y no hubiera sido oportuno limitar esos mandatos? -En la medida en que yo podía aportar... Pero nadie me lo sugirió. De la misma manera que nadie sugería en aquella época que estábamos dando demasiados créditos al sector inmobiliario. Nadie me sugirió que me tuviera que ir. Y después hay una circunstancia que se da si busca una cosa simbólica. Yo soy uno de los fundadores de Bancaja, padre de la patria, no lo digo con orgullo, sino con una pena enorme. Pero Bancaja es fruto de una fusión de la que algunos de los papeles están redactados de mi puño y letra.
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sus administradores. Cuando salieron a la luz las carencias del banco, con pérdidas multimillonarias frente a los beneficios declarados hasta entonces, a pocos se les escapó que el futuro pasaba por su nacionalización. Y así ocurrió. La historia de Banco de Valencia había empezado a escribirse en un libro aparte. Pero la de Bancaja, y la del resto de sus socios, no se había casi ni empezado a escribir. Banco de Valencia era un problema, sí, pero no era el problema. La fusión liderada por Caja Madrid y Bancaja tenía grietas por todas partes. Y empezó a hacer agua. Su destino, aunque por un camino distinto, era el mismo. Intervención de hecho, con la salida forzada de Rato y la posterior nacionalización. La crisis de BFA-Bankia arrastró a las cajas de ahorros que lo crearon al abismo. Con la entidad nacionalizada, las siete cajas dejaron de tener ninguna participación. Estaban obligadas a convertirse en fundaciones de carácter especial. El Gobierno acabó de darles el golpe de gracia aprobando una modificación de la ley que
Cuando BFA-Bankia empezó a evidenciar sus debilidades estructurales, Banco de Valencia pasó de ser la joya de la corona a un grave problema
con la que se fusionará la nueva estructura. No tendrá ninguna vinculación con el mundo financiero, más allá del recuerdo de sus orígenes. Bankia, por su parte, ya sin arraigo especial en ninguna parte, buscará un comprador. No será a corto plazo. Y no será antes de que el miércoles, 28 de noviembre, Bruselas apruebe su plan de recapitalización.
las disuelve sin necesidad de que lo aprueben. Solo Caja Rioja ha logrado llevar el proceso de conversión por si sola. El resto, incluida Bancaja, que lo tenía muy avanzado, quedan ahora en manos de sus respectivos gobierno autonómicos para que las liquide y las transforme. Bancaja desaparecerá. Sin más. Se convertirá en una fundación que gestionará obra social y cultural, como su vigente Fundación Bancaja,
En ese proceso de divergencia de caminos, Banco de Valencia, esperanzado con haber salvado el riesgo de liquidación que ha pesado sobre él, confía en que la Comisión Europea le apruebe su plan de saneamiento, que pasa por una inyección de dinero público y por encontrar un comprador. En eso está el equipo de José Antonio Iturriaga, el administrador del FROB que, con su llegada a Valencia tras su etapa en CAM, la otra caja valenciana ya en proceso de disolución, se revolvió contra lo que parecía un camino sin retorno. Si todo sale razonablemente bien -si es que se puede apelar al opti-
La subasta del banco
mismo en este caso- Banco de Valencia quedará en manos de alguno de los bancos españoles que no han tenido que recurrir al Estado para subsistir. Tal y como adelantó ValenciaPlaza.com el proceso está avanzado, podría cerrarse antes de fin de año y los dos candidatos en liza son La Caixa y Bankinter. Sea cual sea, la operación será el final de un proceso de extrañamiento entre Banco de Valencia y Bancaja, dos décadas después de su encuentro. Esta vez no ha habido nadie capaz de poner sobre la mesa el dinero suficiente o de alcanzar un acuerdo colectivo para evitar que el banco no esté controlado por valencianos. Otra cosa será que, como esperan los accionistas históricos -condenados a diluirse pese a su oposición- o como quiere la actual dirección de la entidad, se logre convencer a los nuevos dueños de que Banco de Valencia es una marca con valor suficiente para mantenerse. Sería, con todos los matices necesarios, el último vínculo de los valencianos con un poder financiero que ayudaron a crear con sus ahorros.