DE MITOS DE VOS,
JA MÍ, DE LA PARE
Empezaré trayendo a colación un mito que me preocupa mucho: la ingesta de alcohol como afrodisíaco. El alcohol no potencia el rendimiento. Por el contrario, al ser un depresor del sistema nervioso, te duerme. Desinhibe y probablemente te animés a encarar a todo el mundo, pero al fin de cuentas terminarás en los brazos de Morfeo. ¡A no engañarse! Otro mito que me causa terror es aquel que afirma que con el sexo anal sin protección, no se corre riesgo de embarazo. “Ir por colectora” no te protege ni del embarazo ni de las infecciones, lo segundo por una razón obvia y lo primero porque basta un solo esperma para fecundar un óvulo. ¿Durante el coito anal no se producen espermas? ¡Claro que sí! Más aún, sin eyacular se produce una sustancia seminal que puede desplazarse con los resultados que todos se imaginan. Para ir concluyendo, la creencia que más gracia me causa: por cuestiones de belleza, el pene no se erecta. ¡Mentira! Es más factible que pase eso si el Don Juan ingerió alcohol previamente, que el chipote se caiga porque la damisela no es de su agrado. Existen varias razones para que se produzca una disfunción eréctil: nervios, miedo, stress, cansancio e incluso algún problema fisiológico. A eso sumémosle la presión cultural que dictamina que todo hombre debe ser un perfecto amante. Presión que como hombres nos ejercemos y que también algunas mujeres nos ejercen. 030
SEXO_MITOS
"No debe sorprender la larga cantidad de mitos que existen en torno a la sexualidad, ya que es probablemente el lugar donde la educación aún no ha calado hondo." Los mitos son operativos, es decir, ocupan un lugar importante en la vida de las personas. ¿De qué forma? Ordenando y dándole sentido a su vivir en el mundo. Al transmitirse de generación en generación, se graban a fuego en el sentido común de las personas. Este sentido común, es lo primero a lo que echamos mano para desandar el camino de la vida. No debe sorprender la larga cantidad de mitos que existen en torno a la sexualidad, ya que es probablemente el lugar donde la educación aún no ha calado hondo, dejando muchísimas lagunas de conocimiento que, frente al nosaber, se rellenan con creencias populares… que luego son la culpables de muchos fiascos o sorpresas.
LA MANO EN EL
PAJAR TXT. Antonella Orlando
Desde la adolescencia, las mujeres creíamos que aquel hombre que tenía pelos en la palma de la mano, disfrutaba de prácticas solitarias/consolatorias en exceso. La masturbación masculina es uno de los mitos más recurrentes en el imaginario femenino y, casualmente, es una de las formas de mirar la paja en el ojo ajeno, ya que para nosotras charlar y practicar la masturbación es algo súper tabú. Es verdad: que ellos se tocan, se tocan. Pero piensen: ¿cuántos hombres hemos conocido que disfrutaban de un encuentro solitario de manera frecuente? ¿Alguna vez encontraron un solo pelo en la palma de su mano? No lo creo.